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2. La gótica y el tímido.

¡Hola amigos de Poringa! ¿Cómo han estado? Espero que hayan tenido una buena semana, yo por mi parte estoy muy emocionado y feliz al mismo tiempo, ya que el primer capítulo que subí sobre mi obra “La gótica y el tímido” le ha ido bastante bien tanto en vistas como en puntaje y eso la verdad me pone muy Felipe jaja, de verdad, muchas gracias por el apoyo.

Y pues como a mí también me gusta estar escribiendo esta historia, aquí los dejo con la continuación de la historia, en donde Aurora le tiene un trato poco convencional a José del cual se ve obligado a aceptar para no manchar aún más su reputación escolar que ya de por si estaba por los suelos.

¿Qué clase de chantaje tiene pensado Aurora en contra de José? Deja de leerla introducción y empecemos de lleno con la historia jeje.

Capítulo 2: Mi esclavo.

Seguía siendo viernes por la tarde de aquel día en el que Aurora conoció mejor a su compañero de proyecto, por suerte para ella, el camión había llegado justo antes de que empezara a llover, pero aun así debía caminar unas cuantas calles para llegar a su casa lo que significa que se llegó a mojar un poco en ese transcurso de distancia. Al llegar a su casa abrió la puerta principal para toparse con sus dos padres bastante molestos.

Tamara (Madre de aurora): ¿Dónde estabas metida muchacha del demonio? Estaba muy preocupada por ti, mira qué hora es.

Aurora: ¡Ay mamá! Me quede haciendo el proyecto con mi compañero y estuve platicando un rato con él ¿Qué tiene eso de malo? –Respondió Aurora molesta.

David (Padre de Aurora): ¡No les respondas así a tu madre! No te basta con casi provocarle un infarto y todavía te pones a gritarle así.

Aurora: ¿Y ella si me puede gritar así por llegar un poco tarde? Ya tengo 18 años papá, ya no soy una niña a la que pueden medirle las horas de llegar a casa, ni que me fuera a un antro a emborracharme, estaba en la casa de un compañero haciendo tarea ¡Tarea!

Tamara: ¡Mínimo me hubieras llamado para avisar que ya venias!…

Aurora: Mira mamá, estoy mojada, ya llegue sana y salva ¿okay? Ahora lo que quiero es entrara mi baño, ducharme, ponerme mi pijama y dormirme, que mañana tengo que volver con José para continuar con el trabajo de física. –Aurora al enterarse de su error se tapó la boca con su mano izquierda.

Tamara: ¿¡Quién es José!? ¿¡Ya tienes novio!? –Su madre pego el grito en el cielo.

David: Aurora ¡NO! Eres muy pequeña para tener novio ¿Qué tal si tiene malas intenciones contigo como el otro noviecito que tenías?

Aurora puso los ojos en blanco seguido de un gruñido del fastidio y lo abrumada que se sintió con sus padres haciéndole tantas preguntas, solo se limitó a pasar entre ellos mientras sus papás iban tras ella haciéndole toda clase de preguntas sobre José, incógnitas que Aurora ignoraba, finalmente llego a su cuarto y cerró la puerta con fuerza casi estrellándosela en la cara a sus padres. Aurora soltó un suspiro de Alivio y se dejó caer en la puerta de lo mareada que se sentía.

El señor David y su señora Tamara eran muy sobre protectores con Aurora (sobre todo su mamá), eran de los típicos padres que se imaginan mil maneras en las que su hija puede morir a la hora de salir a la calle, que todavía la ven como una niña de 3 años. Pese a que Aurora era una chica muy independiente, sus padres no la dejaban hacer nada ni divertirse, cosa que a ella la tenía bastante frustrada.

Con el ambiente pesado de su hogar, comenzó a echar de menos lo pacífica y acogedora que era la casa de José, se tranquilizó un poco al saber que mañana volvería allá y pondría cualquier pretexto con tal de quedarse el mayor tiempo posible. Tenía planeada una sorpresita para José, cosa que la mantuvo bastante pensativa por un buen rato que la mantuvo sentada a los pies de la puerta de su alcoba. Después de pensar bien como entablaría esa propuesta con José, se puso de pie y se metió a su baño, el cual estaba en su propia habitación, se quitó la ropa mojada y se dio un largo baño. Se puso un pijama obscuro y se fue adormir, sin haber cenado jaja.

Despertó muy temprano; como a eso de las 6 a.m. del día sábado, se quitó su pijama y se puso una ropa deportiva: un sujetador negro bastante grande que aguantara el peso de sus enormes pechos, unos shorts también de color negro, unas calcetas de color rosa y unos tenis cómodos para poder correr.

Aurora salió a escondidas de la casa para que sus padres no la pillaran y se fue a un parque cercano de su casa para poder correr como acostumbraba hacerlo todos los sábados, por suerte, vivía en una zona residencial donde todos se conocían así que no corría peligro de que alguien le hiciera algo y además, el parque era enorme que hasta tenía un lago con patos. A la gótica le gustaba darle varias vueltas al parque corriendo a toda velocidad para ejercitarse y admirar la salida del sol de otro día que la llenaba de vida y energía para el resto del sábado.

Después de su rutina de la mañana, llego a su casa eludiendo toda clase de preguntas de su madre que realmente no tenían importancia y se volvió a meter a bañar, después de una ducha reparadora paso un largo rato arreglándose, eso era lo irónico de ella, no se fijaba mucho en la apariencia de los demás, pero si cuidaba mucho la de ella.

Se maquillo como de costumbre, con sombras rojas y negras en los ojos, labial negro, otras cosas que usan las mujeres y que yo al ser hombre desconozco su nombre jaja. Su vestimenta esta vez sería más casual, tenía la sorpresa para José aún pendiente, así que supuso que sería un evento especial por lo que se puso una de sus faldas favoritas, no se quiso poner medias pues iba a usar unas sandalias góticas de esas que son altas pero tienen el pie expuesto, una blusa negra de manga corta y encima una chaqueta de cuero negro. No uso cadenas ni collares, pues recordó que los dejo en casa de José y si llevaba más tendría que llevarse un kilo en pura joyería.


2. La gótica y el tímido.


Se hizo de desayunar; un batido de frutas, una manzana, un cereal y 3piezas de pan. Tras terminar su desayuno lavo sus platos y se fue a cepillarlos dientes. Al terminar se vio al espejo y se sonrió a sí misma, pensando en la cara que pondría José al verla así. Bajo rápido las escaleras y se apresuró a la puerta.

Tamara: No tan rápido jovencita. –Su madre la había atrapado. –Todavía no terminamos el asunto de ayer.

Aurora: ¿Cuál asunto mamá? –Respondió Aurora soltando un suspiro.

Tamara: El de tu novio.

Aurora: Ay mamá ¡NO es mi novio! Apenas lo conocí ayer, solo es mi… amigo. –Respondió algo dudosa sobre como referirse a José.

Tamara: Peor tantito, no lo conoces ¿y luego si te hace algo?

Aurora: Ay ya te pareces a los de la escuela, no me va a hacer nada, si eso quisiera ayer mismo lo hubiera hecho ¿no crees? Es un buen chico, solo es un poco tímido es todo… si lo conocieras mejor sabrías que no hay nada de qué preocuparse.–Aurora volvió a taparse la boca al percatarse que le salieron palabras de más.

Tamara: ¡Que buena idea! Quiero conocerlo cuanto antes para saber si es el indicado para ti y que no vuelva a pasar lo mismo que paso con Adrián (antigua pareja de Aurora).

Aurora: ¿Ya me puedo ir? –Preguntó fastidiada.

Después de otras palabras más de su madre, Aurora cerró la puerta principal detrás de ella.

Aurora: ¡Ay yo y mi bocota! –Grito furiosa y se fue a la parada del camión para dirigirse a la casa de José con la esperanza de que el trabajo la liberara de ese fastidio que sentía con su madre. –Más te vale que si hayas comprado las cosas José. –Pensó mientras miraba por la ventana del camión.

Eran al redor de las 11 de la mañana. Por su parte, José aún permanecía dormido, después de todo, se desveló jugando Minecraft. Aurora llego a casa de este último y toco el timbre, como la casa de José era de lujo tenía un aparato para comunicarse directamente con el que se encontraba en la puerta sin tener que bajar.

José: ¿Quién? –Dijo aun medio dormido.

Aurora: José…soy yo, Aurora.

En ese momento al chico se le quito el sueño y pego un brinco de la cama.

José: ¡Ah!… Aurora, llegaste, espera dame un momento… ya bajo, no tardo.

Aurora: Si no te preocupes, aquí te espero.

José se cambió rápido la ropa, se puso desodorante y hasta una loción de su padre que lo hizo estornudar. Se vio al espejo, tenía un enorme almohadazo en el cabello, como pudo se peinó y bajo volando de las escaleras para recibir a Aurora.

José: Listo, llegue, pasa ¿te hice esperar mucho?

Aurora: No tranquilo ¿estabas dormido cierto? –Respondió volteándolo a ver con una sonrisa pícara.

José: No ¿Cómo crees? Yo estoy despierto desde las 5 de la mañana a hacer ejercicio y a… -Aurora lo miro con una cara de (a mí no me puedes mentir). –Ay ¿a quién engaño? Si, estaba dormido, me quede jugando Minecraft y me dormí hasta las 3 jeje.

Aurora: ¿Y mínimo te quedo bien la casa? –Preguntó Aurora sonriéndole.

José: Claro… luego te la muestro ¡la casa! No pienses mal jeje.

Aurora: Jaja, eres un malpensado, te balconeas tu solito… por cierto José, hueles muy bien. –Dijo volviéndole a sonreír.

José se puso feliz viendo a Aurora caminar por el pasillo viendo de nuevo los cuadros, después de todo, no había recibido un cumplido de una mujer en mucho tiempo. Aurora por su parte, se sentía aliviada por la tranquilidad y las vibras de paz que había en la casa de José, por alguna extraña razón a ella le gustaba estar en esa casa.

Aurora: Por favor dime que si compraste las cosas. –Dijo la chica volteando a ver a su compañero.

José: Tranquila, si los compre, no me vayas a ahorcar jaja.

Aurora: Ah ya estaba a punto de hacerlo. –Dijo riendo mientras colocaba una de sus delicadas manos en el suave cuello de José.

José se burló y sujeto con cuidado la muñeca de Aurora para apartar la mano de su cuello, ambos rieron un poco y se dirigieron a la habitación de José a continuar con el trabajo.

José: Ah… Aurora, espero que esto no se malinterprete… pero quiero decirte que… te… te ves muy bien hoy. –Dijo José con cierta dificultad.

Aurora: Gracias…tú también te ves bien. –Dijo soltándole una sonrisa y subió las escaleras rápido para que José no viera que se puso roja.

Al llegar a la habitación José le entrego las cosas a Aurora.

José: Ten, sanas y salvas… ah y secas, me tuve que mojar toda la espalda pero al menos las cosas sobrevivieron jaja.

Aurora: ¿Te mojaste mucho? –Preguntó algo alarmada.

José: Ah… si, pero me bañe rápido así que no creo que pase nada.

Aurora: A ver si no pescas un resfriado. –Dijo colando su mano sobre la frente de José para ver si no tenía temperatura alta. –Ay ya me parezco a mi mamá.

José: Jaja, ¿se preocupa por ti?

Aurora: Demasiado, no tienes idea de lo sobre protectora que es, se la pasa preguntándome si ya comí, donde estoy, con quien estoy y no que tanto más.

José: Seguro hace eso porque te quiere, a mí me gustaría que se preocuparan por mí, a nadie le molesta saber si ya comí o si estoy bien de salud.

Aurora: Me abruma, no me deja hacer nada, con decirte que ayer pego el grito en el cielo cuando le hable de ti, pensó que éramos novios.

José: Le hubieras dicho que eso sería mucho honor para ti jaja.

Aurora: JAJAJAJA ay si tú, brincos dieras si fueras mi novio… a propósito José ¿vives solo?

José: No ¿Cómo crees? ¿Por qué la pregunta?

Aurora: Pues ayer me quede hasta tarde y no vi a tus padres y hoy es sábado y tampoco los veo aquí.

José: Ah sí, lo que pasa es que ellos trabajan mucho y casi no están en casa, piensan que trabajar duro es la clave para poder jubilarse pronto y disfrutar de la vida.

Aurora: Que pensamiento tan… erróneo… ¿a qué se dedican?

José: Mi padre es abogado, tiene un despacho en el centro de la ciudad donde trabajan otros licenciados para él, entre ellos mi madre.

Aurora: ¿Trabajan juntos?

José: Así es.

Aurora: Trabajar juntos para verse todo el día… que romántico.

José: ¡Ja! Créeme, mi padre es de todo menos romántico o amoroso, es estricto y muy gruñón, nada lo impresiona y te da miedo solo al verlo. Quien sí es buena persona es mi madre, te agradaría.

Aurora: Si me interesaría conocerla, me gustaría conocer la historia de todas esas pinturas que tiene por toda tu casa.

José: Cuando haya tiempo la conocerás, lo prometo.

Tras una breve charla empezaron la creación del susodicho molino para su proyecto escolar. Ambos se compenetraban bien o al menos sabían trabajar muy bien juntos que terminaron antes de lo planeado, cosa que a Aurora le preocupo pues eso significaba que tendría que volver a su casa, pero se las ingenió para quedarse todo el tiempo posible en la casa pacifica de José.

Aurora: Me sorprendes, eres muy talentoso para las manualidades.

José: Ah sí, soy muy talentoso con las manos jeje.

Aurora: Eso se puede malinterpretar de muchas maneras jaja.

José: ¿Y el mal pensado soy yo?

Ambos se empezaron a reír hasta que un sonido los interrumpió, era el estómago de Aurora que le demandaba comida.

“Grrrrrr”.

José: ¿Tienes hambre? –Preguntó José.

Aurora: Un poco, no he comido desde la mañana.

José: Me hubieras dicho, vamos a la cocina, te preparare algo.

Aurora: No gracias, no quiero abusar, ya es demasiado con que me permitas estar en tu casa.

José: De ninguna manera, yo invito, no quiero dejarte sin comer, como mi abuela decía: “Mejor alacena vacía que tripa exprimida”.

Aurora: Jaja, que buena frase, está bien, acepto la invitación.

Ambos jóvenes bajaron las escaleras directo a la cocina, la cual se encontraba justo al lado de la sala de estar donde José le mostro las pinturas oscuras de su madre a su amiga. José sentó a Aurora en una de las sillas del comedor y se fue a la cocina a prepararle la comida a su invitada. La curiosidad de Aurora era tan grande que giraba su cabeza viendo todos los adornos de la madre de José, así como algunas fotos que tenía cerca, Aurora se levantó para ver las fotografías más de cerca y miro detenidamente una de José de bebé, le sonrió levemente al ver como esa mirada tierna e inocente que él tenía no había cambiado con el paso de los años.

José: Listo, provecho jeje.

José le había preparado una ensalada, una limonada, un corte de carne y algunas frutas picadas, todo servido en varios platos traídos en una bandeja como si de un restaurante se tratara.

Aurora: Mmm…huele delicioso, muchas gracias. –Dijo Aurora volviéndose a sentar.

José: No es nada, disfruta ¿te gustaron las fotos?

Aurora: Lo siento, soy muy curiosa.

José: Tranquila, no pasa nada, es común en los visitantes hacer eso.

Aurora: Estabas muy cachetón jaja.

José: Ah sí jaja, mi mamá me dice que cuando era bebé todos me querían apretar los cachetes a tal punto que me fastidio que lo hicieran jaja.

Aurora: A ver jaja. –Dijo Aurora mientras que delicadamente con su mano derecha apretó las mejillas de José.

El chico solo sonrió y empezaron a reírse juntos. Aurora sentía mucha ternura hacía José y el chico por el contrario estaba embobado por la gran belleza de su amiga gótica y ambos parecían llevarse bastante bien pese a sus personalidades tan disparejas y aunque llevaran tan solo un día como amigos ya se tenían confianza como si fuesen amigos de toda la vida.

Aurora: Me sorprendes, cocinas, lavas tu propia ropa, eres talentoso en el dibujo y eres autosuficiente, muchos de tu nuestra edad ni han de saber encender un televisor analógico jaja.

José: Bueno, tuve que aprender, como te he dicho, mis padres no están casi nunca así que tuve que tuve que arreglármelas por mí mismo desde pequeño.

Aurora: Lamento oír eso, pero… ¿nunca te ha cuidado alguien? Tiene que haber alguien que recuerdes con mucho cariño.

José: Si, mi abuela paterna, ella me enseño a cocinar, me hacía unas tortas de jamón para morirse jeje, era una gran cocinera…y era… una gran mujer.

Aurora: ¿Era?

José: Falleció de cáncer hace 5 años.

Aurora: ¡Ay pendeja! Lo siento mucho, no debí preguntar eso. –Se disculpó rápidamente Aurora al ver como José se ponía triste.

José: No, descuida, es bueno recordarla a veces, después te cuento más sobre ella, pero por el momento come antes de que se enfrié. –Dijo sacudiendo ligeramente su cabeza para evitar ponerse nostálgico y caer en llanto.

Aurora: ¿Y tú? ¿No piensas comer nada?

José: Ah, descuida… luego me hago algo yo.

Aurora: De ninguna manera, no dejare que te quedes con hambre, además toda esta comida no me la puedo terminar yo sola… a ver, abre. –Dijo Aurora extendiéndole un pedazo de carne con un tenedor, José acepto y comió algo sorprendido.

Ambos compartieron los alimentos, después de todo, era mucha comida así que ambos quedaron satisfechos. Tras terminar, se levantaron a lavar los platos mientras charlaban, al parecer José confundía el arte gótico con el de losemos, así que Aurora le estuvo explicando las diferencias y su fascinación por esa moda, por esa filosofía, cosas que a José le intrigaba saber y por eso prestaba mucha atención.

Tras una larga charla y risas, Aurora propuso volver al cuarto de José, pues tenía una sorpresa para él, José solo trago saliva tímidamente y acepto. Tras subir y cerrar la puerta empezaron a charlar de otras cosas sentados en la cama de José demasiado juntos, pero lo verdaderamente interesante llego cuando Aurora lanzo un comentario al aire.

Aurora: Que suerte que me tocaste tu como compañero. –Le dijo soltándole una sonrisa dulce.

José: ¿Si? Yo me puse muy nervioso jaja, nunca creí que tendría la dicha de que me tocaras tú como compañera y ahora como amiga, soy un chico con suerte.

Aurora: Si, lo eres, pero… también eres muy dulce conmigo, si alguien más me hubiera tocado como pareja seguro hubiera preferido hacer el proyecto  sola en lugar de hacerlo con alguno de mis “pretendientes”.

José: Debe ser bueno tener una legión así de fans ¿no?

Aurora: ¿Bromeas? ¡Es horrible! Todos esos tipejos solo mirándome las piernas o el trasero y los que me hablan solo quieren ser mis amigos para poder llevarme a la cama, por eso prefiero estar sola la mayoría del tiempo.

José: ¿No tienes amigos?

Aurora: ¿Y luego tu qué? ¿Estás de adorno? Jaja.

José: Jaja, me refiero a que si no tienes otros amigos además de mí.

Aurora: Ah claro, si tengo amigas, pero soy muy selectiva en mis amistades, sobre todo las masculinas, puedo adivinar cuando un hombre si quiere amistad o solo cogerme, lo detecto con mirarlo a los ojos.

José: ¿En serio? ¿Y que viste cuando nos conocimos ayer?

Aurora: A un chico muy torpe y asustadizo jaja, pero… también vi inocencia en ti, no sentí nada negativo cuando vi tus ojos ni malas intenciones, eso fue lo que me gusto  y me dio la confianza de venir a tu casa y por suerte, no pude toparme con un mejor chico en toda la escuela. –Dijo Aurora tocándole levemente la punta de la nariz a José con uno de sus dedos.

José: Wow… gracias. –Respondió José tras recibirlos elogios de Aurora.

Aurora: No es nada… ah y por cierto, si, son naturales.

José: ¿A qué te refieres? –Respondió el chico confundido.

Aurora: No te hagas que no te sale, no creas que no te vi ayer mirándome los pechos cuando me quite la chaqueta, no eres bueno disimulando jaja.

José: ¡Ahh! No… ¿por qué? –Dijo José apenado y deslizándose de su cama al piso. –Ya metí la pata de nuevo y justo después de decirme que tenía una mirada inocente… lo siento.

Tras recibir la disculpa de José con este último a sus pies, Aurora sintió una sensación de poder y dominio sobre su nuevo amigo. Era lo que tenía planeado para él, revelarle que si lo pillo viéndole sus melones y que ahora lo tenía a su total merced para que él hiciera lo que ella quisiera.

Aurora: Si fueras otro chico ahora mismo te daría una patada en la boca, pero tengo algo mejor para ti. –Dijo la chica al ponerse de pie frente a José quien todavía estaba en el piso.

José: ¿Significa que no estas enojada conmigo? –Respondió José tratando de ponerse de pie, pero Aurora se lo impidió.

Aurora: ¿Adónde crees que vas? No dije que estabas perdonado por tus atrevidas miradas. Este es el trato… a partir de ahora ya no solo serás mi amigo, sino que también serás mi esclavo, harás todo lo que yo te diga y cuando yo te lo diga, si te portas bien y lo cumples te recompensare, pero si fallas te voy a castigar y si te niegas le diré a todos en la escuela que aun duermes con pañal. –Dijo Aurora con un tono autoritario mirando a José a los ojos.

José: Pe… ¡pero eso no es cierto!…

Aurora: ¿A quién crees que le creerán más? –Respondió Aurora con una sonrisa malvada mientras acariciaba el cabello de José como si fuese un perro. – ¿Trato hecho?... Esclavo.

José se quedó anonadado, el semblante de Aurora había cambiado, en lugar de parecer una chica gótica con una linda sonrisa y un rostro hermoso se había convertido en un demonio con una sonrisa igual de preciosa pero tétrica al mismo tiempo y el chico al verse chantajeado y acorralado no le quedo de otra más que aceptar el trato de su ahora oscura diosa.

José: S…si… trato hecho.

Aurora: Que bonito esclavo, no te preocupes, no seré tan mala contigo, podemos seguir siendo amigos, cuando te hable por tu nombre seré tu amiga, pero cuando te diga esclavo pasare a ser tu ama ¿entendido?

José: Si, entendido… ama.

Aurora: Que obediente, ahora, ponte de rodillas ante mí y pídeme perdón.

José: ¡Pero!...

Aurora: ¡Silencio! Solo hablaras cuando yo te dé permiso… de rodillas y pídeme perdón, esclavo.

José obedeció y se puso de rodillas frente a su oscura ama, la volteo a ver, su expresión seria la hacía ver hermosa, pero al mismo tiempo desprendía un aura de autoridad que atemorizo a José, no sabía si esta nueva etapa con Aurora era algo bueno o algo malo, quizás solo quería jugar o humillarlo frente a todos o la chica solo quería divertirse, eso no lo sabía pero el que no arriesga no gana.

José: Lo… lo… lo siento.

Aurora: ¡Eso no me convence! –Replico Aurora molesta.

José: Lo siento… ama.

Aurora solo rio con mucha satisfacción al tener a José en esa posición sumisa, la hacía sentir poderosa y con la capacidad de ordenarle a su nuevo esclavo de hacer todo lo que ella quisiera. Una enorme sensación de poder la invadió, pero aun así no tenía pensado pasarse de la raya con José.

Aurora: Jajaja… que divertido será esto. –Dijo aun riéndose maliciosamente.

José: Para ti. –Pensó José.

Aurora: Tranquilo esclavo, es hora de recompensarte. Deberías sentirte dichoso, solo un hombre me las ha visto, un antiguo novio mío, pero en ese entonces aun no las tenía tan desarrolladas, así que serás el primero en vérmelas en su tamaño máximo. –Dijo mientras José aun permanecía en el suelo.

Aurora se quitó la chaqueta de cuero y la arrojo a la cama, acto seguido, con mucha calma se fue subiendo la blusa negra hasta revelarle a José sus enormes pechos, cubiertos con un sostén negro. Eran más grandes de lo que pensaba José. Su forma era simplemente perfecta, muy bien ubicados y eran blancos como el resto de la piel de Aurora, tenía algunos lunares pequeños en ambos senos que le daban un toque más sensual y emanaban un aroma delicioso a perfume que embriago a José cuando Aurora se le acercó para que las viera mejor.


tetas


Aurora: Mira estas bellezas, lo que querías ver ayer ahora están frente a ti, pórtate bien y quizás algún día podrás verlas desnudas. –Le dijo a José en voz baja mientras sujetaba su blusa para que no cubriera sus pechos.

José solo trago saliva y abrió sus ojos como platos tras ver los senos de Aurora semi desnudos, quiso tocarlos, pero sabía que eso no era posible por ahora. Aurora rápidamente se volvió a erguir y se cubrió los pechos con su blusa nuevamente al percatarse que se estaba sonrojando por la tierna e inocente mirada de José.

Aurora: ¿Te gustaron? –Pregunto Aurora tras volver a cubrirse.

José solo asintió aun embobado de lo que acababa de ver a tan escasos centímetros de su rostro.

José: S…si…son…son…muy bellos…más de lo que me imagine.

Aurora: Lo sé, lo sé, soy una diosa y ahora soy tu diosa oscura ¿entendiste esclavo? –Preguntó sujetando las mejillas de José con su mano derecha.

José solo volvió a asentir con la cabeza mientras miraba a su diosa a los ojos.

Aurora: Muy bien esclavo, ponte de pie. –José se puso de pie rápidamente. –Mañana por desgracia no podré venir, tengo que ir con mis padres a visitar a mis abuelos así que… te encargo mis joyas, quiero que las limpies, que queden relucientes y me las entregues todas el lunes por la mañana antes de clases ¿entendiste?

José: Si… ama, las llevare impecables el lunes temprano… y… sobre la recompensa…

Aurora: ¡¿Qué dijiste?! –Respondió Aurora molesta.

José: ¡Lo siento!... no fue mi intención…

Aurora: ¡Silencio! ¡De rodillas de nuevo! –Le ordeno a su esclavo.

José se volvió a arrodillar ante ella, apenas hizo eso Aurora lo sujeto fuerte de las mejillas con su mano derecha, casi clavándole sus uñas en sus cachetes.

Aurora: Aclaremos algo, tú no puedes decidir cuándo te voy a recompensar ni qué clase de recompensa será, eso solo lo decido yo, tu solo eres mi esclavo… ¡dilo!

José: ¡Auch! Solo soy tu esclavo. –Exclamo el chico con dolor pues Aurora pese a tener una delicada mano sí que tenía fuerza en ella.

Aurora soltó las mejillas de José y lo miro con una sonrisa maliciosa. José se puso de nuevo de pie y Aurora le ofreció una toalla húmeda para frotársela en las mejillas para aliviar el dolor que le provoco su ama por haberse portado mal.

Aurora: Bueno José, desafortunadamente me tengo que ir, fue bueno venir a tu casa, me gusta estar aquí y sentir la paz que hay. No tengas miedo, no estoy loca, ni soy bipolar, esto solo es un jueguito, que espero que te lo tomes en serio. –Esto último susurrándoselo al oído.

José: ¡Lo haré! No dude de eso mi ama.

Aurora: Jeje, recuerda, cuando te hable por tu nombre soy tu amiga, solo cuando me refiera a ti como esclavo es cuando me puedes hablar de esa manera formal, de mientras háblame como lo has estado haciendo estos últimos dos días.

José: Claro… no lo olvidare.

José acompaño a Aurora a la puerta y ambos se despidieron dándose un apretón de manos, el chico vio cómo su oscura diosa gótica se alejaba y desaparecía a la distancia. El entro de nuevo a su casa, pensativo sobre lo que acaba de ver y presenciar ante él. Pese a que no acostumbraba hacerlo esta vez las ganas pudieron más que él, se encerró en el baño y se empezó a masturbar con la imagen de los pechos de Aurora aun grabados en su mente.

Después de venirse, le entro el remordimiento de haberlo hecho pensando en su nueva amiga, pero no había tiempo para eso, tenía que limpiar las joyas que su ama le encargo que dejara relucientes. Las tomo todas de donde las tenía guardadas.

José: Wow… si se ven caras. –Dijo José al ver que la joyería que llevaba Aurora eran de plata y oro genuino, después de todo, la familia de Aurora no tenía nada que envidiarle a la de José en cuanto a ingresos monetarios.

José busco en internet un método casero para poder limpiar joyería genuina y tras encontrar un método se dirigió a su cocina a preparar el brebaje mágico con el que limpiaría las cadenas de su ama. Cuando lo termino, con algo de miedo depósito una cadena en la mezcla rara, temeroso de que algo saliera mal y la cadena se estropeara, el dinero no le preocupaba, era la reacción que podría tener Aurora al darse cuenta de lo que José había hecho con uno de sus accesorios favoritos.

Por suerte para el torpe chico, todo salió bien, la joyería de Aurora tampoco estaba tan sucia, pero igual sometió a todas al mismo proceso y para darle brillo removió los residuos de polvo con una brocha y los dejo reposar toda la noche para que quedaran brillantes y como nuevas. Mientras José hacía todo este proceso su mente divagaba en lo que Aurora le dijo.

José: Todo esto está muy raro. –Pensó. –No llevamos ni un día como amigos y ahora resulta que soy su esclavo… ¿no será que solo se quiere aprovechar de mí? Es decir, es muy linda y todo, pero aun no la conozco lo suficiente… basta, no llenes tu mente con pensamientos así, ella no se ve como una mala persona, tal vez solo quiere divertirse, ella misma lo dijo, aun seremos amigos… no metas la pata José, recuerda que si haces lo que te diga te sabrá recompensar… puede que… en algún momento pueda verlos… de igual manera…no estaría mal establecer límites…

José como de costumbre los fines de semana durmió muy tarde a diferencia de Aurora quien yacía dormida desde muy temprano. El domingo para ambos fue muy aburrido, pero la peor parte se la llevo Aurora, pues su madre no paraba de hacerle preguntas sobre José, su padre por otro lado trataba de distraer a su mujer para dejar respirar un poco a Aurora mientras visitaban a los abuelos (paternos de Aurora).

Sr. Agustino (abuelo de Aurora): Parece que tu madre está más obsesionada con ese muchacho que tu ¿no es así hija?

Aurora se burló por el comentario de su abuelo, después de todo, ella amaba a sus abuelitos, aunque el día para ella se hacía eterno por culpa de su madre, ella encontraba paz con sus abuelo y al mismo tiempo imaginando o planeando tareas para José, ella moría de ganas para que el lunes llegara y tratar a José como su esclavo, esta nueva etapa para ella le estaba gustando pues la hacía sentir el alfa de esa reciente amistad.

José por otro lado, no hizo la gran cosa, solo empezó a dibujar el dibujo (valga la redundancia jaja) de Slipknot que Aurora le había pedido. Pero su mente estaba echa bola debido a lo vivido ayer, mientras que Aurora estaba emocionada, él estaba temeroso, pues no sabía que planeaba Aurora para hacer con él, estuvo todo el día y la tarde pensando en eso, tanto que no pudo dibujar por un bloqueo creativo que tuvo producto de sobre pensar las cosas.

Sra. Sofía (madre de José): ¡José, baja a cenar!

La madre de José lo interrumpió de sus pensamientos pues ya era hora de cenar juntos, el único día en que podía comer con sus padres, pero realmente hablar con su padre era una misión imposible, pues el hombre era de pocas palabras. Además, ese día el chico estaba tan pensativo en su amiga que a veces se le olvidaba que tenía que comer y que sus padres estaba ahí presentes.

Sra. Sofía: ¿Qué tienes hijo? Casi no has comido.

José: Ah... no, nada mamá, solo me duele un poco la cabeza es todo, ya como, no te preocupes.

Sra. Sofía: Si hijo, come, luego te vas a enfermar, ahorita te doy una pastilla para el dolor ya para que te bañes y te duermes ¿eh?.

José: Si mamá... gracias.

José solo comió para no darle sospecha a su madre ni a su padre, aunque bueno, no es como que a este ultimo realmente le importase si su hijo comía o no. Terminado de cenar su madre le dio una pastilla para el dolor que tenía.

Llegada la noche, José se durmió temprano esta vez. Aurora por el contrario se dio otra ducha larga para liberar el estrés y el fastidio que le provocaba su madre, por suerte, su padre la ayudo a que no estuviera encima de ella todo el día. Mientras se enjuagaba por última vez su bello y blanco cuerpo aprovechaba para acariciárselo, sus manos vagaban por todo su cuerpo como si fueran las de otra persona recorriendo cada curva de su angelical cuerpo.

Aurora: José…-Suspiro.

La chica al parecer había entrado en un trance e imaginaba que esas manos que acariciaban su cuerpo eran las de su esclavo, cuando volvió en si miro confundida su baño, cerro las llaves de la ducha y tomo una toalla suave para secarse el cuerpo. Se acercó a su espejo empañado por el vapor del agua caliente y lo limpio con su mano, se quedó viéndose al espejo por algunos segundos, sin pensarlo, abrió su bata de baño para ver sus senos, los vio con algo de odio, pues eran los culpables de que todos los hombres la miraran y la juzgaran, pero entonces recordó a José, como él en lugar de mirarlos con deseo, los miraba con picardía e inocencia. Aurora recordó esa mirada inocente de José y sonrío viendo a sus enormes montañas.

Aurora: Creo que ya descubrí tu punto débil José, veamos qué tan obediente eres, te voy a poner aprueba a ver que tanto resistes. –Se dijo a si misma mientras acariciaba sus pechos una última vez antes de salir de su baño.

Seco todo su cuerpo, se puso varios productos hidratantes en la piel, se puso un pijama negro y se fue a dormir, deseosa de que el lunes comenzara para que su esclavo estuviera a sus servicios.

Y bueno amigos, hasta aquí el capitulo de esta semana, espero que les haya gustado igual o más que el capitulo pasado y si fue así ya sabes que puedes seguirme, darme 10 puntos y votar por favoritos.

Y si se lo preguntan, pues así es, esa historia esta basada en mi vida, solo que la mía fue mucho más triste, pero bueno, eso a nadie le importa jeje.

Espero que tengan una linda semana y nos vemos la próxima semana c:

2 comentarios - 2. La gótica y el tímido.

Jeice-fp
Tan excelente o más que el primero!! Que ganas de saber más de Aurora la gótica
demonmx
Te daré 5 porque solo tengo 10 y dejaré 5 en cada capítulo, sigue así.