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La madre de Pedro y el bully 32

Teresa no se quitaba de la cabeza ese beso. Inicialmente no sabía que hacer, Claudia la sorprendió con ese gesto pero más ella seguía besándola, mas las defensas de la mujer se bajaban asta que sin darse cuenta comenzó también ella a recambiarle el beso.
La madre de Pedro y el bully 32
No pasó nada más que eso, solo un beso…no era un beso inocente, no era un beso de amigas, era algo que ella nunca pensaba probar por otra mujer. Inútil decir que ese descuido de parte de Teresa hizo que todos los presentes en el gimnasio se girarán a ver a las dos bellezas comerse sus bocas entre ellas. Parecía la escena de una película porno.
También mientras esperaba la llegada de su macho no lograba parar de pensar en eso. Estaba excitada, caliente como pocas veces y parte de eso se debía a lo que pasó con Claudia.
Al sonar del timbre, la madre de Pedro se precipitó a abrir la puerta recibiendo a Marcelo con un largo y apasionado beso delante de la puerta de su casa, en pleno día. Talvez se había vuelto loca pero no le importaba, en ese momento lo único a lo que pensaba era el placer. El bully se dio cuenta que esa mañana su mujer estaba particularmente caliente pero para él era algo que tenía que aprovechar.
No tenían ganas de esperar para subir al piso de arriba así que comenzaron a desvestirse en la entrada dejando la ropa regada por el camino. Marcelo la subió a la meza donde solían comer con la familia y ahí se dedicó a chuparle esas preciosas tetas mientras con una mano le masajeaba el clítoris. Teresa estaba entrando al paraíso otra vez. Ese día también se había puesto de acuerdo con una de las madres de la escuela de Jonás para que ella lo recoja y se lo lleve a jugar a la casa de su amiguito. Ahora tenían mucho mas tiempo para ellos.
Marcelo ya estaba adentro de ella mientras la mamá de Pedro gemía solo que esta vez no quería parar de besar al bully.
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El chico no era uno que se dejaba distraer por esos cambios, él era una que aprovechaba y justo encima la meza comenzó a cogerla sin separar su boca de la de ella.
-Ah, ah, ah, ah, ah, ah
Teresa gemía a ritmo de sus investidas mientras la pobre meza debajo de ellos se cargaba el peso de los dos. Ese objeto era el regalo de algunos amigos de su iglesia para cuando se mudaron ahí, era una meza de madera muy antigua pero también muy resistente, tenía que serlo si soportaba toda la acción que pasaba en su encima.
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Las horas pasaban y los orgasmos seguían llegando. Marcelo la había cogido por todos su agujeros pero tenía todavía mucha energía. Los dos estaban sudados y tal sudor mojaba el precioso mueble dejando seños de la forma de sus cuerpos ahí encima junto también a rastros de semen. En esos momentos las palabras de Claudia resonaban en la cabeza de Teresa. “Disfruta de casa momento” esas fueron sus palabras. La mamá de Pedro no guardaba sus gritos de placer, como si hubiera querido que todo el mundo supiera que estaba haciendo.
Después de otros orgasmo, los dos amantes se quedaron echados ahí, sobre la meza, desnudos como cuando habían nacido con la mujer echada con la cabeza sobre el brazo del chico.
-Hoy estabas particularmente feliz de verme.
-Si…lo se
-Porque?
Teresa, mirando a los ojos de su macho, sabía que no podía esconderle nada…y tampoco quería. Le dijo todo lo que pasó con Claudia. Él ya había sido informado de que esa chica fuera su amiga después que los sorprendió esa vez pero ahora estaba recibiendo más informaciones sobre ella. Teresa le dijo todo, de su confesión a ella, del beso y también de la historia que le contó en confianza.
-Interesante
-No estas molesto?
-Porque tendría que estar molesto?
-Ya sabes…por el beso.
-Jajaja, no linda, no estoy molesto. Es mas, me la haces poner mas dura. Esta Claudia parece ser una chica muy divertida jeje, talvez un día me la presentas.
Teresa sabia a lo que se refería el bully pero ahora ella lo quería solo para ella. Se puso de nuevo a chuparle la verga lista para otra round más pero justo en ese momento son interrumpidos por el sonar del celular.
-Dime?
-Mamá…todo bien?
-Si, porque no debería estar bien?
-No se, es que te escuchó algo extraña, como si estuvieras enojada conmigo.
-No estoy enojada, nomas dime porque me llamas.
-Nomas quería avisarte que estoy regresando a casa, hoy nos dejaron salir antes porque al parecer hubo un pequeño incendio en un baño pero no te preocupes, no fue nada de grave, solo…
-Ósea que estas regresando a ahora a casa?
Dijo Teresa fastidiada mientras con una mano sujetaba el celular y con la otra masturbaba al bully de su hijo.
-Si mamá, que buena noticia verdad? Estaba pensando que hoy podría ayudarte a cocinar, te recuerdas como solíamos hacerlo años atrás?
-Ajj, si, si, me recuerdo.
Teresa no logra esconder su irritación, ni lo intentó. Apenas dijo eso pero, el bully le agarró del cabello y le puso su verga adentro la boca produciendo un ruido muy extraño para las orejas de Pedro.
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-Mamá! Que pasó? Estas bien?
Teresa logra liberarse la boca.
-SI! Si, estoy bien, solo…solo me atoré con una salchicha.
-Salchicha?
-Si, una salchicha Pedro! Tenía hambre y me estoy comiendo una.
-Oh, ok.
Marcelo le mira a los ojos y ella entiende lo que tenía que hacer, era como si comunicar solo con sus miradas.
-Sabes que Pedrito…
Dice ahora Teresa con una voz mucho más tierna y gentil.
-Que mamá?
-Podrías comprar pollo de la tienda? Podemos cocinar tu plato favorito.
-Genial, claro que si mamá.
-…Pero que sea pollo de la tienda del señor Berto, te recuerdas? Las otras tiendas siempre venden pollos que tienen un sabor raro.
-Sabor raro?
-Si, sabor raro.
-Espera…el señor Berto, el carnicero? Quieres que vaya asta el carnicero?
-Si
-Pero mamá…es de la otra parte de donde estoy yendo, es muy lejos, tendré que tomar dos autobuses para…
-Por favor Pedrito, es que hoy tengo tantas ganas de polla.
Dijo Teresa con una voz a mitad entre suplicante y seductora mientras miraba con una sonrisa picara a su macho.
-Que?
-Tengo muchas ganas de pollo. Por favor Pedrito.
-Amm, esta bien mamá, pero me demoraré.
-No importa. Pero ahora que me recuerdo también faltan frutas, arroz yyyyy leche, necesito leche.
-Esta bien pero espérame para…
Teresa cuelga la llamada y se lanza a saborear el miembro del bully.
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-Jajaja, buena idea perra.
-Jajaja, gracias…GLACK, GLACK, GLACK…pero tenemos que apurarnos lo mismo, si hay tráfico se tardará al menos una hora y media.
-Una hora y media? No, eso no es suficiente.
-Lo siento, pero solo eso me vino a la mente.
-No, no es tu culpa linda. Le dije a ese nerd de avisarme si pasan este tipo de cosas. Tendré que recordarle los términos de nuestro trato.
-Que? A que te refieres?
-No importa, no importa, yo me encargo de conseguir más tiempo.
Marcelo agarra su celular.
PEDRO
El chico había terminado con las compras y habían pasado solo 30 minutos desde que su madre le había colgado la llamada. En las bolsas de plástico que llevaba estaban un pollo entero, varias verduras y la leche; todo lo que le habían pedido. Pedro estaba caminando por la calle cuando delante de él notó con terror a la banda de Marcelo a algunos metros delante de él. Era la primera vez que los encontraba tan lejos de la escuela.
TERESA
-Que significa que se ocuparán de él?
-Que te importa? El punto es que nos darán el tiempo necesario para que te reviente tu coño.
-Pero…
-Acaso quieres que esa mierdita nos arruine el día?
Pregunta Marcelo frotando su miembro sobre su coño mojado.
-Mmm…solo dime…dime que no le harán daño.
-Harán lo que sea necesario para que tu hijo no llegue a casa a interrumpirnos.
Marcelo comienza a entrar lentamente y solo en parte dentro de ella.
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-Puedo llamarlos y decirles que no le hagan nada así que me iré, él llega aquí y tendrás que esperar asta otro día para recibir mi verga. Eso es lo que quieres?
Marcelo mete aun más la verga dejando salir un gemido de Teresa que no sabía más cuál fuese la cosa justa que hacer.
-No…mmm…yo quiero tu verga.
-Entonces apruebas que mis chicos se ocupen de tu hijo?
-…ssi
La verga del bully termina de entrar llenando a la mamá de Pedro nuevamente de placer.
PEDRO
El chico abre la puerta de su casa escondiendo el dolor de los golpes con una falsa apariencia de tranquilidad.
-Mamá?
-Pedrito, hijo mío, finalmente llegaste. Porque te demoraste tanto?
-Es que…
-Bueno, no importa, no importa. Ven a comer, seguro tendrás hambre.
-Cocinaste?
-Si…porque?
-Pero…y el pollo? Me mandaste a comprar el pollo, me dijiste que tenias ganas de pollo, dijiste que cocinaríamos juntos.
-Oh si, si, es que tu te tardaste tanto así que cocine otra cosa al vuelo.
-Pero…no importa.
-Porque tu cabello está mojado?
-Oh, amm tenía calor así que me mojé la cabeza con agua.
-Enserio?
-Si
-Talvez tendrías menos calor si te sacaras esa chompa.
-Chompa? Oh, si. Que tonto jeje. Me había olvidado que la tenía puesta. Por eso tenía tanta calor.
Dice Pedro nervioso. Teresa no era una tonta. Sabía que su hijo le escondía algo, sabía que tenia que ver con esa llamada que hizo Marcelo pero fingió de creerle a su hijo. No es que no le importase, es más asta podía imaginar en parte lo que pasó, solo que inconscientemente no quería saber a lo que había aprobado ella, no quería saber a que cosa había prendido parte. “Si él no me lo dice yo no puedo hacer nada…no tengo culpa” piensa la mamá de Pedro tratando de converse a si misma.
El chico se dirige a su cuarto y se saca la chompa con esfuerzo ya que le dolía su cuerpo por los golpes. Obviamente ni uno de los seños estaba en puestos visibles, como siempre, así que podía esconderlos con una polera. “Podía irme peor, podía haber sido Marcelo” pensó Pedro. Después de eso, saca de su mochila la polera que había usado ese día, estaba rota por la parte del cuello, resultado de como fue maltratado por esa banda, sucia de tierra porque había caído al suelo varias veces y mojada de leche porque esos bastardos se la echaron encima en un infantil intento de humillarlo. Pedro sabía que no podía dejar la polera en la lavadora. Tendría que esperar al día después para deshacerse de ella.
-Mamá, lo siento pero la leche la habían terminado.
-Mm?...Oh, no importa hijo.
Le dice su mamá distraída con su celular.
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El chico quería agarrar algo frío para ponerlo sobre donde le dolía, pensó que una lata de coca cola o asta un helado podían servir, pero después que abrió el refrigerador notó que había ya una botella de leche adentro pero también un pollo entero que faltaba cocinar.
TERESA HORAS PRIMERO…
Ya había pasado mucho tiempo desde que su hijo le había llamado para avisarle de su inminente llegada pero todavía no estaba ahí. Si hubiera llegado en ese momento hubiera visto al bully martillar a golpes de verga el culo de su madre que gritaba en éxtasis en el piso de la cocina. Si le se le pidiera a Teresa como hubiera llegado ahí ella no sabía responder. Tanto era el placer, tanto el morbo y locura de esa sesión de sexo que no se dio cuenta ni de como ni cuando pasaron de follar desde el encima la meza al frío piso blanco de la cocina. No que sintiera frío en ese momento, ni frío ni calor, solo y puro placer.
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Marcelo había acabado otra vez en el culo de la mujer que estando echada en el piso con sus nalgas viendo el techo, sentía el aire fresco proveniente de la ventana abierta pasarle por su ano dilatado y lleno de semen.
Ya ni intentaba contar cuantos orgasmos tuvo; todas las veces que su macho la cogía siempre terminaba perdida en su lujuria para darse cuenta.
El timbre de la puerta interrumpe ese momento de paz y serenidad que siempre tenía la mujer después de un orgasmo recordándole de que el resto del mundo existía.
-Mierda! Mierda, mierda, mierda! Que hacemos ahora?
Dice Teresa despertada de su casi sueño. El bully no parecía preocupado por eso, simplemente reía viendo cómo su hembra trataba de arreglarse lo más rápido posible como si fuera posible a ese punto esconder lo que estaban haciendo.
-Que estas haciendo ahí parado? Apúrate por favor. Tienes que salir de la ventana.
-De la ventana? Jajajaja. Yo no saliré de la ventana como un común ladrón perra.
Dice Marcelo orgulloso dirigiéndose a abrir la puerta desnudo.
-Que diablos estas haciendo?!
Exclama Teresa para después cubrir su boca con la mano dándose cuenta que su hijo de la otra parte de la puerta podía haberla escuchado. Mientras el chico movía la manilla le pareció que el tiempo hubiera ralentizado como en las películas justo primero de un disparo o una explosión. Teresa en esos instantes realizó que en esa situación, en ese momento era imposible esconderse o mentir. No había escape de eso así que llena de miedo cerró los ojos y apretó fuerte su camisa que cubría en parte la vista de sus senos lista para que la bomba explotara. Su hijo estaba para ser recibido en su propia casa por su bully desnudo y por la vista de su mamá desnuda pocos metros más atrás.
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casada
esposa
-Buenos días.
Dice Marcelo como si nada.
-Oh santo cielo! Tu…usted…usted está desnudo!
La voz femenina sorprendió la madre de Pedro que abrió los ojos ya que había reconocido esa voz. Era Mónica, su vecina que vivía justo en la casa al lado.
-Mierda chico! Hazme el favor y cúbrete con algo.
Dice el marido de Mónica justo detrás de ella.
-No estaba hablando contigo cuatro ojos.
Responde irritado el bully haciendo callar al hombre. Mónica que apenas notó la desnudez de Marcelo había cerrado los ojos y girados la cabeza a otra dirección ahora miraba de reojo al miembro enorme que se columpiaba entre las piernas del chico. Ella siempre había sido una de boca larga, una con la lengua de plata que siempre sabía que decir y responder pero talvez por la primera vez en su vida ahora no sabía que decir.
Para Teresa el silencio era una tortura ya que estaba expuesta a la vista de sus vecinos que se había dado cuenta de sí estado.
-No, COFF…no quería molestar…solo quería…queríamos pedirles de mantener el volumen más abajo ok? Es que…Nomas…Se escuchan muchos ruidos provenir de aquí yyy…
Dice el esposo en tono sumiso y miedoso. La actitud enojada de pocos segundos atrás había cambiado por completo.
-Que clase de ruidos?
Pregunta el bully logrando en el objetivo de hacerlo sentir más incómodo.
-Amm…ya sabes, ok?
-No, no está ok. Quiero saber porque mierda me molestan sonando el timbre de mi casa.
-Tu…tu casa?
Mónica y su esposo Germán sabían que él no vivía ahí. Además de ser vecinos ellos conocían personalmente a Teresa, Felipe y hijos. Cuando la familia llegó a vivir en ese lugar, como es normal cortesía, fueron invitados por Mónica a una cena en su casa para conocerlos mejor y hacerlos sentir acogidos. Técnicamente la cena fue bien pero era obvio que los dos matrimonios no se caían bien.
Mónica y Teresa ya se conocían, fueron al mismo colegio pero también se encontraron a debatir en la escuela sobre muchos temas en los cuales estaban del lado opuesto del argumento. No eran amigas, solo se conocían de vista pero se podía decir que Mónica era la rival de Teresa en esos tiempos. Fue una sorpresa para las dos encontrarse de nuevo esta vez como vecinas. Con el tiempo las dos no habían cambiado mucho, solo se habían ido las dos a los lados mas opuestos de sus perspectivas. Teresa una recatada esposa y madre católica mientras Mónica era una mujer en carrera, abogada y activista política por los derechos de las mujeres. Si bien los dos eran ateos Germán admitió a sí mismo que fue un milagro convencerla a cazarse.
Ahora Teresa estaba ahí, literalmente desnuda delante de su rival, expuesta y humillada por lo que había pasado. Mónica por su parte había notado a Teresa pero lo que realmente le llamaba la atención en ese momento era el monstruo negro delante de ella; cosa que Marcelo y Germán habían notado.
-Si, mi casa. Tienes algún problema con eso?
-No, no, yo no. Ella…
Se cortó Germán dándose cuenta que como un cobarde estaba para darle toda la culpa a su esposa ahora hipnotizada.
-Ella? Dime preciosa…eres tu que tienes problemas conmigo?
Dice el bully agarrando sensualmente a la mujer del mento haciéndola mirar arriba a sus ojos como muchas veces hizo con Teresa.
Inútil decir que Mónica se había mojado como nunca en ese momento.
-Yo…no. No hay problema. Yo…nosotros tenemos que…tenemos que ir.
Dice la mujer y se retira con su marido a su casa mientras el desnudo bully los ve alejarse concentrándose sobre la figura de Mónica.
-Oh gracias al cielo.
Exclama Teresa después que se fueron.
-Porque? Porque diablos lo hiciste?
-Sabia que no era tu mierdita. Mis chicos me hubieran informado que lo habían dejado ir. Además ya se habían dado cuenta de que te estaba cogiendo.
Era verdad. Mónica y Germán ya sabían de la relación extramatrimonial de la mujer. La vecina había visto un día al chico salir de la casa de Teresa, otra vez los había escuchado coger como animales desde su jardín, otra vez vio a Teresa salir vestida como puta y entrar en el auto del bully así que no fue difícil hacer 2+2 y decirle 4 a su esposo. La púdica y perfecta vecina se cogía a un chico negro de la edad de su hijo bajo el mismo techo donde dormía su familia. La cosa le hacía gracia a Mónica. Lo que salvó a Teresa de ser expuesta a su marido fue que ni a Germán o a Mónica les gustaba Felipe por las mismas razones de Teresa. Los vecinos no veían el motivo de meterse en asunto de otros aunque si Mónica lo había pensado varias veces solo para tomar una última victoria sobre su pasada rival. Lo que cambió fue que ese día los gritos de Teresa se pasaron del límite así que la mujer decidió hacerse valer llevando a su hombre con ella.
-Y ahora que haré? Ellos saben…le dirán a mi esposo.
-No linda, no lo harán. Estoy seguro.
Dice Marcelo acariciando su pecho.
-Espera…mi hijo…podría regresar de un momento al otro.
-Ya te lo dije linda. Mis chicos me avisaran cuando lo dejen ir.
-Lo dejen ir?... Que esta pasando? Que le están haciendo?
El bully la mira seriamente y apoya su miembro pesado sobre el estómago de Teresa que siente de nuevo las ganas de ser cogida.
-Yo…no se.
-Entonces deja que te aclare las ideas.
El chico le quita de las manos la camisa con la que se cubría y la levanta sujetándose de sus nalgas para después apoyarla contra la pared. Marcelo la besaba y ella correspondía sin importarle más de lo que habían hablado antes. Ahí, en esa posición, el bully comienza a cogerla dando afondes tan fuertes que asta la pared detrás de ella parecía sentirlos.
La madre de Pedro y el bully 32
Teresa estaba abrazada con piernas y brazos al cuerpo de su macho y justo primero de correrse vio la foto de familia sobre la otra pared delante de ella. Era como si estuvieran asistiendo a su traición.
La mujer no logró contener sus gemidos que nuevamente llegaron a las orejas de sus vecinos que esta vez no saldrían de su casa. Su cuerpo temblaba, sus cuerpos sudados estaban todavía abrazados y las uñas de la mujer estaban clavadas en la espalda del chico.
Se quedan ahí por un rato tomando respiro y descansando asta que suena el celular de Marcelo. No era necesario que Teresa escuchara lo que le decían, ya sabía que Pedro estaba regresando a casa, era obvio después de todo ese tiempo que pasó “en compañía” de esos chicos. Era ya un milagro que lo hubieran tenido lejos por así tanto tiempo.
-Supongo que ya es tiempo?
Pide la mujer.
-Pareces tristes por eso…Quieres que diga a mis chicos de “entretenerlo” por un poco mas.
-…
Teresa seriamente estaba pensando si aceptar o no.
-No…no, pienso que por hoy es suficiente. Verdad?
-Jajaja, por hoy…si por hoy es suficiente. Pero todavía tienes que terminar tu deber.
Dice Marcelo apuntando a su miembro todavía parado. Si bien la mamá de Pedro había tenido numerosos orgasmos el bully todavía carga de botar, todavía quería más y eso ella lo encontraba tremendamente sexy.
Teresa muy obediente gateo asta su amo y de rodillas comenzó a lamer lentamente su miembro.
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Lo recorrió de la base asta la punta mientras sus manos acariciaba su músculos abdomen. Sentir sus dedos al contacto con ese cuerpo tan atlético y sólido era para la mujer otro afrodisíaco. Teresa mamaba con gran dedición y energía casi lista para otro round que no llegaría ese día ya que su hijo estaba en camino a casa y tenía que apurarse.
-Que es esto?
-Mmm? Oh, nada de importante.
Dice a Marcelo que tenía en la mano la invitación a la recita de Pedro.
-Que es?
Teresa tiene que interrumpir la mamada pero continúa a masturbarlo con sus manos.
-Solo la invitación que me dio mi hijo para la recita.
-Participará?
-Si.
-Jajaja, interesante…Tómalo en tus manos.
El bully le hace poner la hoja de invitación de su hijo justo bajo de su cara y el sigue masturbándose solo asta el momento del orgasmo. El semen del macho llena la cara y boca de Teresa pero como él quería también ensucian la invitación.
-Uff…sabes que linda. Porque no limpias ese desastre.
Teresa, con sus dedos, se limpia su rostro superficialmente pero cuando estaba para levantarse escucha decir..
-Me refiero a todo el desastre.
Marcelo le hace entender lo que quería y la mujer, con ojos todavía fijos sobre los de él, acepta el reto lamiendo de la hoja el restante esperma.
Continua…

2 comentarios - La madre de Pedro y el bully 32

Pibe_Alzado_32 +1
Que bueno que Teresa empiece a aprobar las golpizas de Marcelo y su banda hacia su hijo Pedro y no sienta ninguna culpa!!! Poco a poco se va corrompiendo más y más Teresa. Espero que ya salte toda la verdad a la luz y Teresa abandone a su familia!!!
luisferloco
La historia es excelente. Y es un adicional imperdible, las imágenes de Angela White. Es tremenda, y son fotos de su mejor época