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me converti en un cornudo

Me llamo Jorge. Mi mujer tiene 48 años y es una seria profesional muy destacada y muy católica. Hacia el mes de julio, y después de muchos dolores de cabeza me operé, pues tenia un pequeño tumor en el cerebro. La pase muy mal, pero lo peor es que perdí la erección. Siempre tuve una vida sexual plena, mi pene mide 22 centimetros y tuve una muy buena vida sexual. Tengo ahora 60 años. Veia a mi mujer desnuda, me caliento pero no se me para. Fui al médico y me recetó hormonas.  Nada.
Pasaron varios meses y mi mujer desesperada me dice que hagamos algo al respecto. Un amigo me recomendó practicar sexo oral y usar la manito con mi mujer. Pero fue bueno un tiempo y luego el erotismo decayó. Seguimos con un juguete, y le logre sacar buenos orgasmos pero ella se queja que el juguetito es una perdida de tiempo. Mira amorcito, me dijo con pena, no hay como sentir el peso de un hombre mientras te lo van clavando, el solo decírtelo me exita.
Estaba claro mi esposa quería un hombre, no un juguete ni una mano.
Busque sin decírselo, pero no encontré un hombre para Mica que me  convenciera. Un domingo en un asado de amigos, me presentan a Hernán, de 50 años. Vaya un tipazo, casi dos metros de hombre, muy bonito, agradable. Recién separado. Mi mujer lo vio y se derritió. Con mucho disimulo me dijo al oído: “uffff cosa rica este hombre”.
Listo, me dije, aquí estamos. Me hice muy amigo de Hernán, y lo invité a casa, el tipo es entretenido, masculino, y se ve sexy con su ropa de cuero y en moto. Para la tercera visita mi mujer con una incómoda falda minúscula y una blusa casi transparente se mostraba algo obviamente. Tetas y piernas se exhibían sin pudor; Hernán capto la insinuación y después de contarle el drama por el yo estaba pasando preguntó “…y entonces no te pasa nada con esta tremenda mujer con la que duermes?” En efecto le dije nada de nada.
De ahi su actitud cambió, se comportaba más como el novio de Mica. Comenzó con abrazos, regalos, hasta que un día la invito a su departamento.
Me sorprendió la respuesta de Mica: “No -le dijo- Jorge tiene que estar presente y además quiero que sea en mi cama”.
Con las reglas claras, Hernán apareció un viernes tipo 7 de la tarde. Me saltaré los detalles de la cena, solo que después de un par de wiskies, el tipo conversando y riendo pone su mano sobre un muslo de Mica, la piel desnuda de su pierna debió calentar al tipo, pues note su bulto gigante entre las piernas. Ella quedo paralizada, pero caliente, el hombre subio y le palpo el culo mientras ambos me miraban, y me preparé para ver algo impresionante. Luego de algunos gemidos de calentura Mica abre el pantalón y una cosa de carne que mas parecía un brazo, quedó frente a la boquita pequeña de mi esposa. ¡impresionante el pene!. Mica lamió unos 10 minutos , succionando las bolas, el glande, y el tallo; mientras Hernán la desnudaba, yo incrédulo miraba la escena, luego me atreví a ayudar, aunque no se me paraba.  Luego ahí mismo en el sillón Mica ya desnuda, abre las piernas y le pajea la verga a Hernán, luego se deja caer sobre esa cosa de carne dura que casi la parte. Gritó. “ Dios mio…… esto es inmenso” la verdad es que era increíble. El hombre le chupo las tetas mientras le hundía la verga en plena vagina. Comenzó a moverse. Mica afirmada de los hombros del tipo parecía más una muñeca. Dámelo lento, le dijo Mica y el hombre redujo el ritmo. Mientras se culeaba a mi esposa el tipo le palpaba el ano, cosa que a mi mujer nunca le agradó. A mi no se me paraba el pene pese a que la escena era increíblemente caliente. Estiré el brazo para tomar de la mano a mi mujer y ella me apretaba con fuerza. Ver entrar y salir una tranca dura y cabezona del cuerpo de mi amada esposa me dejé perplejo. 15 minutos estuvo mi esposa sobre el gigantón, entonces el hombre le pidió montarla. Efectivamente mi esposa lo recibe en un misionero espectacular. El hombre sabia lo que hacía. Se pegó cuatro meneos sobre la chucha de mi esposa y Mica comenzó  a disfrutar un orgasmo. Eterno, bien gozado. La gritería era grande. Terminó y le vino otro, al final el hombre le sacó 4 orgasmos, “cómeme la chucha papi” gritaba ella; quedó tirada en la cama. El hombre la pone de lado, le abre la vagina y se la culea lanzando sus chorros de semen. Impresionante. Fueron varias semanas en que vivimos un buen momento, el sexo se lo da Hernán, mientras yo me recupero…. Espero. Confieso que me daban celos, pero me era atractivo ver como se culiaban a mi mujer. O como ella se metía la tranca de carne en la boca.
Semana siguiente Hernán se muestra muy interesado en estar con mi esposa, me pongo celoso. Misma rutina, cena, conversa, caricias y sexo, solo que esta vez mi esposa me pidió que me desnudara y esperara fuera de la habitación, querían probar sexo sin mi presencia. Me sentí humillado, solo en el pasillo, cerraron la puerta y me dejaron fuera. Oí lo gemidos de mi esposa, los bramidos del macho al penetrar. Me senti un perfecto cornudo. Pero cosa rara mi pilín comienza a despertar. Sentirme humillado, maltratado ,me estaba exitando. Luego de 25 minutos me invitan a entrar a la habitación, Hernán como loco besa y chupa a mi mujer,  se acarician, mi mujer lo lame entero hace cosas que nunca me hizo, siento mas celos, de pronto Hernán le pone el ano en la boca y mi esposa lo lame. Es asqueroso pero esa humillación me exita, noto que cuando ellos me excluyen mi pene se erecta. Me había convertido en un perfecto cornudo.
Entonces Hernán se sube toma las piernas de mi esposa las separa y penetra, es delicioso ver a mi mujercita penetrada, y…. no se como lo hice pero de pronto logro una ereccion y la penetro por la vagina. Hernan aprovecha y entra por el ano, la culiamos como 20 minutos, es un polvo delicioso. Pero mi erección es débil aún. Ella gritaba como loca. Entonces me salgo,  pero Hernán no aguanta y eyacula, enseguida besa el culo de mi mujer. Mi esposa lo besa entero y lame los pies de Hernán, “ven amor, agradezcamos a Hernan”  me dice y me invita chupar los deos de los pies de su amante. Me da asco, pero obedezco, luego entre ambos pasamos la lengua por las piernas las axilas y el ano de Hernán y mi verga esta dura como piedra. Me convencí que ahora soy un cornudo.
 
 

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