Teresa estaba claramente turbada y ahora caminaba esos pocos bloques de distancia que le quedaban para su casa.
-Mamá?
Dice Pedro no creyendo a sus ojos al ver a esa mujer caminar hacia él. Ella no respondía, caminaba haciendo sonar esos tacos sobre la dureza del cemento y manteniendo la mirada abajo como si tuviera vergüenza o desinterés.
-Mamá, donde estabas? Esperé aquí por mucho…
-Bueno ya he llegado.
-Pero porque te demoraste tanto? Y donde estabas?
-Si no te gusta esperar entonces la próxima ves recuerda de llevarte la llave.
-Es que tu siempre sueles estar en casa.
-Bueno, hoy no fue así.
-Si lo veo. Pero…Enserio saliste vestida así?
Pedro formuló esa pregunta de una manera que a Teresa no le gustó o era simplemente el echo que le estaba preguntando que ella no soportaba; especialmente después de lo que pasó poco antes.
-AHORA BATSA PEDRO! No comiences tu también a cuestionarme como tu padre! Me vestiré como me de la gana y no quiero escuchar quejas.
Pedro no entendía porque su mamá le había reñido de ese modo. No había echo nada de malo, solo le preguntaba lo que era normal preguntar al ver a su propia madre vestida de prostituta. Obviamente nunca se soñaría de decir eso pero lo pensaba. Al momento del almuerzo pero, ella ya había regresado normal, con la voz alegre y gentil de siempre mas una sonrisa algo forzada. “Que diablos le está pasando?”
La mujer ahora fingía que nada había pasado y se comportaba como la madre que siempre era esperando que si hijo no mencionara nada de lo que pasó con su padre. Estaba pensando de intimidarlo de alguna manera, talvez chantajearlo de algún modo pero no lo hizo, fue una idea loca, loca y mala. Pedro se comportaba como cualquier hijo se comportaría en esa situación. No podía culparlo de nada pero esperaba que se olvidara de lo sucedido.
Poco primero de la cena los dos hermanos jugaban juntos al piso de arriba…o al menos Jonás jugaba mientras Pedro buscaba impaciente su billetera.
-Donde la escondite Jonás? Ya me cansé de buscarla.
-Jajaja
Reía el pequeño contento de haber ganado al hermano mayor en astucia. Pedro tuvo que seguir buscando por poco tiempo más asta que encontró algo que nunca hubiera pensado de encontrar: una bolsita de plástico contente un polvo blanco. Se recordó de esa ves que Marcelo dio una de esas bolsitas a un compañero de su clase en cambio de dinero…el chico había visto suficientes películas para saber de que se trataba.“Droga?” Como era posible que algo así estuviera en el cuarto de su hermano, de él seguramente no era así que quedaban dos sospechosos. “Mamá o papá?”
Pedro respetaba mucho a sus padres para pensar que fueran capaces de algo así. Su padre es un hombre bueno, responsable y respetuoso de las leyes de Dios y del hombre, él nunca haría eso. Su madre era una mujer buena, una mujer religiosa y de altos principios que nunca violaría, ella nunca…
Pedro tuvo que ser honesto con si mismo y pensar a lo que pasó en esos últimos tiempos con su madre. Ella se comportaba en manera diferente, siempre salía por la noches y también por la mañana por lo que vio, vestía de manera inapropiada, discutía siempre con su padre, estaba siempre distraída pensando a quien sabe que y a veces tenía esos ataques de rabia inexplicables como el de ese mismo día. La respuesta se formó lentamente en la cabeza del chico. “Mamá usa drogas!”
Era obvio que era así, eso explicaría todos esos cambios en su personalidad. Pedro se sentía como si estuviesen traicionándola solo al pensar en eso pero tenía que ser lo más racional posible y resolver el problema. Que hubiera podido hacer? Quería de vuelta a su mamá porque la quería mucho y enfrentar el problema era la única cosa que podía hacer. Él ya se imaginaba a ella en un centro de rehabilitación.
Bajó a la cocina mientras ella cocinaba y su padre examinaba algunas hojas de trabajo en el salón.
-Esta es tuya mamá?
Pide Pedro en tono acusatorio. Teresa mira lo que tenía su hijo en su mano y por un segundo pensó que para ella era la fin asta que recordó…
-Mamá, dime la verdad.
-Si…si es mía.
Dice Teresa tranquilamente agarrándola de la mano de su hijo. Pedro estaba sorprendido por esa frialdad. Creía que trataría de esconderlo, de negarlo o de comenzar a llorar por haber sido descubierta pero no fue como se imaginó.
-Que pasa?
Dijo Felipe al escuchar el tono de la conversación en la cocina.
-Papá…yo…yo encontré esto en el cuarto de Jonás, no es mía, seguro no es de mi hermano y tampoco creo sea tuya así que…
-Teresa?
El marido miró a su esposa como para pedirle a que cosa se refería a su hijo, sin acusarla, solo genuina confusión al contrario de Pedro.
-Es esto lo que estabas buscando esa vez en el cuarto de Jonás? Dinos la verdad mamá. No tienes que esconder…
-Tómala.
-Que?
-Ten, tómala y dime como te parece.
Pedro no podía creer a lo que pasaba, su madre lo estaba incitando a usar drogas? Sin dejarle responder Teresa le puso su dedo sobre sus labios, el mismo dedo que había manchado con el polvo blanco de la bolsita.
-Entonces que te parece?
-Es…harina.
Felipe ríe viendo la cara de su hijo al realizar la verdad. Pedro había acusado injustamente a su madre y ahora ella lo miraba como si le reclamara su traición.
-Lo siento mamá, yo creía…encontré la bolsita y entonces…lo siento. Pero porque tienes harina en una…
-Estas perdonado hijo pero ahora basta hablar de esto que esta lista la cena.
La cosa se resolvió ahí pero lo que ocurrió dejó en el chico una sensación de no resuelto.
El día después Teresa se estaba alistando para el gimnasio pensando a que cosa decir si Claudia estuviera ahí. Su amiga le había mandado mensajes pero ella la había ignorado porque su vergüenza era demasiado fuerte. No sabía más que decir o que inventar para cubrir lo que había pasado pero no podía seguir escondiéndose.
Por unos minutos pensaba que no tendría que enfrentar ese problema ese día pero cuando vio a su amiga entrar por la puerta del gimnasio sabía que era el momento. Claudia fue directo hacia ella y con la misma actitud amigable de siempre comenzó a hablarle. Le dijo que no tenía que avergonzarse, no con ella porque eran amigas y que podía decirle todo sin temer ser juzgada. Ella no lo sabía pero Teresa necesitaba oír esas palabras de mucho tiempo, todos los secretos y la presión de seguir fingiendo ser la misma mujer perfecta de siempre eran pesos de los cuales se quería liberar. Así Teresa, confiando en Claudia, comenzó a contarle todo.
Seguramente la chica no se esperaraba escuchar todo eso: la verdadera naturaleza de la relación que tenía con Marcelo, el bully de su hijo, algo de prohibido y equivocado bajo cada punto de vista. Cada palabra que salía de la boca de Teresa era como un ladrillo que caía de su cabeza y de su pecho, confesar sus pecados a alguien fue como una liberación.
-Y todavía no te han descubierto?
-No, nadie si no tu.
-No se como hiciste a tenerlo todo secreto. Sobretodo algo así…espero que te ofendas.
-No, no, es verdad, a veces yo también me pido como llegué a este punto. A ser sincera…no me reconozco mas; todo esto, lo que hago, lo que siento…a veces me parece estar viviendo la vida de otra persona pero…la verdad es que…
-Te gusta?
-…Si, si me gusta.
Teresa mira abajo después de admitirlo.
-No, te preocupes Teresa, entiendo.
-En serio?
-Si, amiga. Yo también tuve algo símil un poco de tiempo atrás, claro no tan símil a lo tuyo pero se que se siente cuando tu mente y tu cuerpo quieren cosas diferentes.
Teresa había encontrado en Claudia más de una amiga; ella lograba entenderla, no la juzgaba o le reprochaba sus actos, sólo le ofrecía comprensión y amistad. En toda su vida, con ninguna de sus mejores amigas, nunca se había sentido tan cerca de alguien.
-No se que hacer Claudia, o talvez lo se pero…no se si tengo la fuerza de hacerlo.
-Si lo entendí bien, asta que tu hijo salga de la escuela, estás “obligada” a pasar tiempo con ese tipo.
-Supongo que si, así se puede decir.
-Por cómo la veo yo amiga, estas con las manos atadas perooo…no creo que sea una cosa tan mala.
-A que te refieres?
-Digo solo que tienes tiempo. Tu fuiste forzada en esta situación no la fuiste a buscar verdad?
-Si.
-Entonces si la vida te da limones haz tu limonada y saboréala asta la última gota. Disfruta de cada momento con ese tipo, alguien así no pasa cada día así que continúa. Y cuando llegue el momento de decidir, cuando tu hijo ya no esté “en peligro” entonces harás tu decisión.
Las palabras de Claudia tenían mucho sentido para las orejas de Teresa. Su dilema interior quedaba pero era inútil fustigarse ya que tendría que seguir complaciendo al bully asta que su Pedrito estés lejos de él.
-A que te refieres con decisión?
-Ya sabes Teresa…decidir si quieres quedarte con él o con tu familia.
-Que? Yo nunca…No puedo dejar a mi esposo, a mi familia, a mi vida.
-Lo siento decírtelo amiga pero tendrás que tomar esa decisión. Si es como me dices entonces ese Marcelo es mas que un buen amante para ti. Y se por experiencia que no se puede renunciar tan fácilmente a algo así si bien sea la cosa justa de hacer. Somos humanas, no podemos vivir haciendo solo lo que debemos…necesitamos también hacer lo que queremos. Aunque si no nuestra cabeza nos dice algo, también nuestro cuerpo tiene derecho a ser escuchado. No puedes tenerlo secreto para siempre, y estoy segura que tu tampoco lo quieres…esconderte por cómo eres toda tu vida. Tuviste suerte que asta ahora no te hayan descubierto pero la suerte tarde o temprano se acaba.
Teresa sabía que lo que decía su amiga era la pura y cruda verdad y escucharlo de la boca de alguien era lo que necesitaba para hacer claridad en su cabeza.
-Tienes razón Claudia, gracias.
-Cuando quieras linda.
-Perdona pero tu…tu dijiste que pasaste ya por esto. A que te referías? No creo que tan joven estuviste ya casada.
-Jaja, claro que no. Yo no creo en el matrimonio pero respeto a todos los que la piensan de manera diferente.
-Si no te molesta…puedes decirme como fue para ti?
-No Teresa, no me molesta. Tu te abriste conmigo así que yo me abriré contigo.
-…
-Tiempo atrás estaba con un chico, nos amábamos mucho y queríamos estar toda la vida juntos. Nos conocimos en la escuela, fuimos amigos y después novios. Lo amaba más de cualquier cosa y sabía que él me amaba a mi. Con el tiempo decidimos experimentar en la cama, con nuestros cuerpos, con juguetes y después con otras personas más. Estábamos seguros de nuestra relación así que para nosotros no era problema. Teníamos reglas sobre lo que podíamos hacer y lo que no podíamos hacer pero sobretodo con quien hacerlo.
-Y entonces?
-Y entonces yo las violé todas, la reglas que teníamos las violé todas. No lo había planeado obviamente pero pasó…y desde ese momento cambió todo. Sabes…varias veces estuve con otros hombres que eran mejores amantes de mi novio pero nunca se metieron entre nosotros, yo siempre regresaba ande él porque lo amaba…siempre asta que…
-Asta que?
-Asta que conocí a su amigo. Bueno, no era su amigo, era un conocido de él. Nos encontramos a una fiesta y se acercó a mí y a mi novio. Apenas lo vi supe que quería cogérmelo y sabía que él quería cogerme a mi pero…mi novio no le gustaba la idea. Me dijo que lo conoció años atrás y que no le caía para nada el tipo, era uno de esos amigos que no te gustan para nada pero que tienes que soportar porque tienen los mismos amigos. Obviamente cuando me dijo que no quería que me acostase con él respeté su decisión, eran las reglas pero tenía que admitir que me molesté. Poco tiempo después lo vimos en otra fiesta, esta vez acompañado por una chica que no se le despegaba de encima. Él se acercó a nosotros nuevamente y nos insistió a tomar copas juntos. Mi novio no quería ser maleducado así que aceptó. No recuerdo mucho de esa noche pero lo de que estoy segura es que a un cierto punto nos quedamos los dos solos en un lugar apartado y ahí es donde pasó. No recuerdo si traté de pararlo pero se que cuando sentí sus dedos entrar dentro de mi me dejé ir por completo. Era muy bueno con sus dedos, mucho más que mi novio, mucho más de cualquiera que haya conocido y así me corrí después de poco tiempo…solo con sus dedos. Después de mi orgasmo me sentí culpable, no lo había traicionado por completo, no realmente pero lo mismo hice algo que no tenía que hacer. Los días después trató de contactarme para convenverme a ir más haya de esa noche pero siempre dije que no. Solo después me enteré que esa chica que estaba con él en la fiesta había contactado a mi novio para seducirlo. Él me dijo todo obviamente, siendo el chico más fiel del mundo pero sabía que esa chica le gustaba. Leí sus mensajes, escuché como hablaba de ella pero no me molestaba, podía entenderlo, era una chica de sueño. Al final el argumento del cambio de parejas salió a la luz pero mi novio sabía que si él se quería acostar con ella yo tenía el derecho de hacer lo mismo con él. Eran las reglas. Pienso que ahora él se arrepintió de eso. Ese tipo nos invitó a su casa, una de esas casas de super ricos y los dos fuimos. Tomamos una copas y nos dedicamos yo a él y mi novio a ella. Estaba pendiente de cualquier señal que mi movió me diese. Si quería parar todo lo aceptaría. Lo veía como le molestaba que ese tipo me toque pero para sus celosos estaba la chica que le hacia tomar copas y copas más. Al final estaba mucho más ebrio que los tres juntos. La acción siguió al piso de arriba pero ahí fue que las reglas cambiaron. Querían que lo hiciéramos en cuartos separados. Yo con él y mi novio con ella, sin vernos. Era algo nuevo para nosotros, habíamos decido que teníamos que presenciar a lo que hacíamos pero la chica insistía. Decía que no estaba cómoda al ser observada. Talvez fue hacerle a mi novio esa carita que lo rogaba de estar con ella a solas, talvez fue el alcohol que le hizo tomar o talvez fue que habían echo todo lo posible para darle la ilusión que tenía el control pero al final aceptó. Primero de cerrar la puerta vi su cara preocupada mientras ese tipo que no le gustaba me besaba el cuello y me manoseaba. Pero no me importaba más, estaba prendida a mil, ese bastardo sabia como tocarme. Me tocaba y me besaba como nadie había echo primero pero cuando le bajé sus pantalones entendí también que me follaria como nadie primero.
-Era así tan grande?
-Enorme amiga, enorme, mucho más de mi novio o de cualquier haya experimentado. Me la puso asta la garganta haciéndome casi asfixiar, me botó a la cama como si fuese una muñeca y me cogió como si fuese su juguete sexual. No era una persona, era un objeto en esos momentos. Me trataba como su propiedad, sin respeto o ternura, todo lo contártelo de mi novio. Me partió en dos y me hizo ver las estrellas, no recuerdo cuantos orgasmos tuve. Lo que no me esperaba era que su chica entrase una media hora después de que comenzamos para unirse a nosotros.
-La tímida?
-Si, la tímida. Dijo que mi novio se había dormido después de haberse corrido y que ella todavía tenía ganas. En ese momento no tenía las fuerzas de negarle nada a ese bastardo y él lo sabia. Nos cogió a las dos juntas asta el amanecer y nos hizo cosas que no pensaba posibles. Cuando me desperté estábamos yo y él solos en la cama. Ella se había regresado ande mi novio primero que se despierte mientras yo pensaba a lo que había echo esa noche. Si bien él me había dado el permiso sentía lo mismo de haberlo traicionado en alguna manera. Había echo con ese tipo todo lo que mi novio siempre quería y yo siempre me negué y había gozado mucho las de cuánto podía imaginar, mucho más de lo que debía si tiene algún sentido decirlo. Los dos estábamos arrepentidos por lo que pasó pero en manera diferente. Cuando se despertó nos fuimos de esa casa sin hablar por todo el resto del día. Logramos resolver esa tensión y esa culpa que teníamos entre los dos y nos prometimos que nunca más iba a pasar algo así, especialmente con esos dos. Él me lo juró y yo también juré pero sabía dentro de mi que no hubiera podido mantener la palabra.
-Entonces lo hiciste de nuevo? Con ese tipo?
-Si, lo hice. El bastardo me contactó casi una semana después para “conversar” sobre lo que había pasado. Dijo que no estaríamos solos, dijo que estaría también su novia…sabía que estaba mintiendo pero acepté de encontrarlo lo mismo y me hice a la tonta. Me dijo también que podía llevar a mi novio conmigo pero él también sabía que no lo haría. Seguramente no era la primera a haber caído en sus trampas pero no me importaba. Descubrí después que todo lo que pasó esa noche fue meticulosamente planeado por él y su novia había obedecido a sus órdenes. Desde que me vio por la primera vez comenzó armando su plan para quitarme a mi novio. Le dijo a su novia de tenerlo distraído mientras me llevaba a un puesto apartado y también fue él que dijo a ella de fingir interés por mi novio para seducirlo. Al principio la idea era de hacer que me traicione y después mandarme las pruebas de eso para que caiga en sus brazos…pero mi Tomás era demasiado fiel para eso…al contrario de mi. Supongo que tuvo suerte cuando mi novio se dejó escapar que éramos una copia abierta; no era un secreto pero tampoco era algo que decíamos a todos los que conocíamos. Tomás no quería ser visto por la gente como un cornudo o yo como una puta. Después de descubrir la naturaleza de nuestra relación para el bastardo fue todo más fácil. La noche en la que supuestamente nos cambiamos parejas me dijo que había puesto algo en la copa de mi Tomás para que bajé la guardia y se relajé…aparentemente, por las palabras de la chica, asta lo relajaron demasiado que no lograba hacérsela parar. Pasaron la mayor parte del tiempo tratando de ponérsela dura pero al final solo se corrió sin ver nada de acción. Tomás nunca me dijo eso, lo descubrí por la boca de ella mientras estábamos de nuevo en la cama los tres. La segunda ves que follamos fuimos nomas los dos, la tercera y cuarta también pero a la quinta también se unió su novia. Es así que poco a poco descubrí que también me gustaban las chicas.
-Ah si?
-Eso te da problemas amiga?
-No, claro que no. Simple curiosidad.
-Ok. Con el tiempo nos veíamos más seguido y yo dejaba siempre mas de parte a mi novio y él se molestaba. Comenzamos a discutir mas seguido y asta pasamos mucho tiempo sin tener sexo, una ves asta por un mes seguido…algo que para nosotros es mucho tiempo. Bueno…al menos él pasó un mes sin sexo yo, por mi parte, seguía recibiendo sexo con regularidad. No creo que él sospechó nunca de mi en ese tiempo, confiaba mucho en mí, era una de las razones porque lo amaba. De todos modos yo continúe a traicionarlo casi asta la final del año escolar.
-Que pasó?
-Pasó que la verdad al final siempre sale a la luz por mas que te esfuerces para tenerla escondida. El bastardo me contó de como había logrado seducirme y su plan para alejarme de mi novio pero aunque si yo lo despreciaba por lo que hacía seguía acostándome con él. Mi mente decía una cosa pero mi cuerpo otra. Y al final el cuerpo siempre gana. Pasó que su novia ya no era más su novia, yo lo era. No era oficial pero él pasaba mucho más tiempo conmigo que con ella, asta cuando lo hacíamos los tres juntos ella salía sobrando. Y se dio cuenta. Si primero éramos amigas con el tiempo comenzó a odiarme y terminó resentida. Fue ella que contactó a Tomás y le dijo lo que pasaba. Mi novio no le creyó obviamente y entonces ella se propuso darle la prueba de mi traición. Le dijo de encontrarla de frente la casa del tipo a una cierta hora, hora en la que sabía estaríamos follando. Se había echo rutina.
-Lo siento mucho Claudia…por ti y por él.
-Gracias Teresa, pero no fui yo la que terminé sola ese día. Tomás nos agarró en el medio del acto. Yo estaba tan enfocada en mi placer que no noté que él había abierto la puerta. No se cuanto había escuchado de lo que dije pero cuando lo vi sabia que lo había destrozado. Lo peor fue que no paré Teresa.
-Que?
-Me escuchaste mujer, no paré, no logré detenerme, no quería. No se explicarlo pero el echo que él estuviese ahí hizo que explotara en un gigantesco orgasmo y cuando abrí nuevamente los ojos Tomás ya no estaba ahí. Después de eso traté de contactarlo pero no respondía. Fui asta su casa para hablar con él y para pedirle disculpas pero al momento en que lo encontré no sabía que decir. El lloraba y me insultaba como me había esperado. Hizo todo lo que me había imaginado que haría. Me pedía porque me traicionaste? Porque con él? Desde cuando? Es así tan bueno en la cama para que te olvides de mi? Prefieres él a mi?...Y las respuestas eran las peores…porque no logré resistirle! Porque él es lo que tu no eres! Desde que lo vi por primera vez! Si, es así tan bueno y mas! Si, lo prefiero a él sin tener que pensarlo dos veces!
-Dios mío Claudia, no tenias que ser tan directa.
-Obviamente no le dije todo eso. Respondía a sus preguntas en mi cabeza pero no lograba mentirle así que me quedé callada. Yo lo amaba, de eso estaba segura pero amaba más el sexo que me daba ese bastardo…si, lo se que suena horrible pero esa es la verdad. Obviamente no me perdonó y lo que teníamos terminó. Yo pero seguí cogiendo con ese tipo.
-Enserio?
-Si, no lograba parar, se volvió como una droga para mi. Después de un mes Tomás me contactó y para mi sorpresa quería regresar conmigo…decía que todavía me amaba y que le faltaba. Dijo que estaba dispuesto a perdonarme pero teníamos que comenzar de nuevo, dese el principio, como una copia normal, sin nadie más. La última parte no me gustó mucho. Era comprensible que no quería a nadie mas entre nosotros después de lo que pasó, entendía su inseguridad al dejar que alguien más se acerque a mi pero…no lograba aceptarlo. No me esperaba que me buscara él, siempre pensé que sería yo que regresaría a pedir perdón de rodillas una vez que lo que estaba haciendo con ese bastardo llegue a su fin. Pero ahí estaba, Tomás, mi novio, mi amor que me rogaba de estar nuevamente con él aunque después de lo que le hice. Hubiera tenido que aceptar de inmediato pero le dije que tenia que pensar. Seguí cogiendo con el bastardo por todo el resto de la semana, cada día, mientras tomaba mi decisión. No estaba todavía lista a dejarme todo atrás, a dejar el sexo atrás, sabía que cuando regresaría con mi novio no hubiera vuelto nunca más a gozar como lo hacía en esos momentos. Quería…disfrutarlo lo más que podía. Tomás me pidió si estaba viendo a alguien, no preguntó específicamente por él pero sabía que era esa su preocupación principal. Le dije que no, mentí y dije la verdad al mismo tiempo. No tenía una relación sentimental con ese bastardo, era imposible con él, no la quería, solo era sexo. No sentimientos, no compromisos, nada de romántico…Solo sexo. De alguna manera el bastardo supo que estaba de nuevo en contacto con mi ex así que decidió mostrarle que estaba haciendo todo el tiempo que estábamos separados. Le mandó un video a él y a otros de sus amigos, de como me cogía, de como me hacia gozar y se aseguró que en ese momento dijera la verdad. Cuando me follaba hacia todo lo que me decía y cuando me pidió de decirle la verdad sobre quien cogía mejor, si él o mi ex novio yo se la dije. Me hizo decir su nombre y su apellido, me hizo decir de como su verga era mucho más grande que la de él, de como gozaba más con él de cuanto lo hacía con mi ex. Es así que destruyó todas las posibilidades que tenía de regresar con Tomas. No sé porque lo hizo, talvez por orgullo o por simple sadismo pero queda el echo que fuí yo quien mi Tomás escuchó humillarlo con mis palabras. El video comenzó a girar por los chicos de la escuela y comenzaron las miradas, los insultos detrás de mis espaldas sobre mi y también sobre Tomás. Yo era la zorra, la puta barata, la que estaba adicta al sexo y no decía no a nadie. Asta se inventaron que salía por las noches a prostituirme por pocos billetes.
-Y Tomás?
-Tomás se volvió el cornudo de la escuela, el pito corto, el derrotado. No había chica que no riera cuando pasaba o chico que le hacia la señal del meñique en su frente. Talvez a él le fue peor que a mi. En fin nada de eso duró mucho. Ya faltaba poco para el fin del año y ya no hubiéramos tenido que ver a ni uno de ellos. Tomás no quería verme ni hablarme y yo no insistí. Había acabado entre nosotros.
-Pero si no se hubiera difundido el video, si no te hubiera descubierto otra vez…hubieras regresado con él?
-Si…pero hubiera sido la cosa equivocada. Ahora lo se. Ese bastardo, al final, nos hizo un favor, especialmente a mi. Pude admitir a mi misma que si hubiera regresado con Tomás hubiera seguido traicionándolo, no inmediatamente, talvez no con él pero hubiera pasado. Ser cogida como ese bastardo me cogía me abrió los hijos sobre una parte de mi que no conocía. No podía renunciar la sexo, no podía quedarme con sólo una persona como Tomás quería. Después de lo que pasó corté todo contacto con ese bastardo pero estoy segura que no le importó nada. Pará él, yo era solo otro juguete.
-Y después que hiciste?
-Busqué yo también mis juguetes. Después de terminar la escuela me dedique a mi misma y a encontrar lo que quería de mi vida. Viajé, conocí gente y me interesé más a todo lo que era relativo al sexo. Encontré cosas que me gustaban y cosas que no me gustaban…y entre ellas también al sexo interracial y esas cosa sobre los bulls, los tatuajes de BBC y similares a lo de tus aretes?
-Mis aretes?
-Si, los que tenías la vez que nos conocimos.
-No te entiendo.
Claudia explicó a Teresa lo que sabía de sus aretes, lo que significaba y lo que decía de las mujeres que los usaban. La madre de Pedro cayó de las nubes después de lo que le fue revelado. Todo ese tiempo estuvo diciendo al mundo que clase de mujer era sin darse cuenta.
-No tienes de que avergonzarte linda, no tienes que negarte tu sexualidad.
Dijo Claudia poniendo su mano sobre la mejilla de Teresa con ternura.
-Si necesitas alguien con quien hablar ya tienes mi numero.
Dicho eso la chica cerró los ojos y besó a la mamá de Pedro en la boca dejándola de piedra, sin saber que decir o hacer.
Continúa…
-Mamá?
Dice Pedro no creyendo a sus ojos al ver a esa mujer caminar hacia él. Ella no respondía, caminaba haciendo sonar esos tacos sobre la dureza del cemento y manteniendo la mirada abajo como si tuviera vergüenza o desinterés.
-Mamá, donde estabas? Esperé aquí por mucho…
-Bueno ya he llegado.
-Pero porque te demoraste tanto? Y donde estabas?
-Si no te gusta esperar entonces la próxima ves recuerda de llevarte la llave.
-Es que tu siempre sueles estar en casa.
-Bueno, hoy no fue así.
-Si lo veo. Pero…Enserio saliste vestida así?
Pedro formuló esa pregunta de una manera que a Teresa no le gustó o era simplemente el echo que le estaba preguntando que ella no soportaba; especialmente después de lo que pasó poco antes.
-AHORA BATSA PEDRO! No comiences tu también a cuestionarme como tu padre! Me vestiré como me de la gana y no quiero escuchar quejas.
Pedro no entendía porque su mamá le había reñido de ese modo. No había echo nada de malo, solo le preguntaba lo que era normal preguntar al ver a su propia madre vestida de prostituta. Obviamente nunca se soñaría de decir eso pero lo pensaba. Al momento del almuerzo pero, ella ya había regresado normal, con la voz alegre y gentil de siempre mas una sonrisa algo forzada. “Que diablos le está pasando?”
La mujer ahora fingía que nada había pasado y se comportaba como la madre que siempre era esperando que si hijo no mencionara nada de lo que pasó con su padre. Estaba pensando de intimidarlo de alguna manera, talvez chantajearlo de algún modo pero no lo hizo, fue una idea loca, loca y mala. Pedro se comportaba como cualquier hijo se comportaría en esa situación. No podía culparlo de nada pero esperaba que se olvidara de lo sucedido.
Poco primero de la cena los dos hermanos jugaban juntos al piso de arriba…o al menos Jonás jugaba mientras Pedro buscaba impaciente su billetera.
-Donde la escondite Jonás? Ya me cansé de buscarla.
-Jajaja
Reía el pequeño contento de haber ganado al hermano mayor en astucia. Pedro tuvo que seguir buscando por poco tiempo más asta que encontró algo que nunca hubiera pensado de encontrar: una bolsita de plástico contente un polvo blanco. Se recordó de esa ves que Marcelo dio una de esas bolsitas a un compañero de su clase en cambio de dinero…el chico había visto suficientes películas para saber de que se trataba.“Droga?” Como era posible que algo así estuviera en el cuarto de su hermano, de él seguramente no era así que quedaban dos sospechosos. “Mamá o papá?”
Pedro respetaba mucho a sus padres para pensar que fueran capaces de algo así. Su padre es un hombre bueno, responsable y respetuoso de las leyes de Dios y del hombre, él nunca haría eso. Su madre era una mujer buena, una mujer religiosa y de altos principios que nunca violaría, ella nunca…
Pedro tuvo que ser honesto con si mismo y pensar a lo que pasó en esos últimos tiempos con su madre. Ella se comportaba en manera diferente, siempre salía por la noches y también por la mañana por lo que vio, vestía de manera inapropiada, discutía siempre con su padre, estaba siempre distraída pensando a quien sabe que y a veces tenía esos ataques de rabia inexplicables como el de ese mismo día. La respuesta se formó lentamente en la cabeza del chico. “Mamá usa drogas!”
Era obvio que era así, eso explicaría todos esos cambios en su personalidad. Pedro se sentía como si estuviesen traicionándola solo al pensar en eso pero tenía que ser lo más racional posible y resolver el problema. Que hubiera podido hacer? Quería de vuelta a su mamá porque la quería mucho y enfrentar el problema era la única cosa que podía hacer. Él ya se imaginaba a ella en un centro de rehabilitación.
Bajó a la cocina mientras ella cocinaba y su padre examinaba algunas hojas de trabajo en el salón.
-Esta es tuya mamá?
Pide Pedro en tono acusatorio. Teresa mira lo que tenía su hijo en su mano y por un segundo pensó que para ella era la fin asta que recordó…
-Mamá, dime la verdad.
-Si…si es mía.
Dice Teresa tranquilamente agarrándola de la mano de su hijo. Pedro estaba sorprendido por esa frialdad. Creía que trataría de esconderlo, de negarlo o de comenzar a llorar por haber sido descubierta pero no fue como se imaginó.
-Que pasa?
Dijo Felipe al escuchar el tono de la conversación en la cocina.
-Papá…yo…yo encontré esto en el cuarto de Jonás, no es mía, seguro no es de mi hermano y tampoco creo sea tuya así que…
-Teresa?
El marido miró a su esposa como para pedirle a que cosa se refería a su hijo, sin acusarla, solo genuina confusión al contrario de Pedro.
-Es esto lo que estabas buscando esa vez en el cuarto de Jonás? Dinos la verdad mamá. No tienes que esconder…
-Tómala.
-Que?
-Ten, tómala y dime como te parece.
Pedro no podía creer a lo que pasaba, su madre lo estaba incitando a usar drogas? Sin dejarle responder Teresa le puso su dedo sobre sus labios, el mismo dedo que había manchado con el polvo blanco de la bolsita.
-Entonces que te parece?
-Es…harina.
Felipe ríe viendo la cara de su hijo al realizar la verdad. Pedro había acusado injustamente a su madre y ahora ella lo miraba como si le reclamara su traición.
-Lo siento mamá, yo creía…encontré la bolsita y entonces…lo siento. Pero porque tienes harina en una…
-Estas perdonado hijo pero ahora basta hablar de esto que esta lista la cena.
La cosa se resolvió ahí pero lo que ocurrió dejó en el chico una sensación de no resuelto.
El día después Teresa se estaba alistando para el gimnasio pensando a que cosa decir si Claudia estuviera ahí. Su amiga le había mandado mensajes pero ella la había ignorado porque su vergüenza era demasiado fuerte. No sabía más que decir o que inventar para cubrir lo que había pasado pero no podía seguir escondiéndose.
Por unos minutos pensaba que no tendría que enfrentar ese problema ese día pero cuando vio a su amiga entrar por la puerta del gimnasio sabía que era el momento. Claudia fue directo hacia ella y con la misma actitud amigable de siempre comenzó a hablarle. Le dijo que no tenía que avergonzarse, no con ella porque eran amigas y que podía decirle todo sin temer ser juzgada. Ella no lo sabía pero Teresa necesitaba oír esas palabras de mucho tiempo, todos los secretos y la presión de seguir fingiendo ser la misma mujer perfecta de siempre eran pesos de los cuales se quería liberar. Así Teresa, confiando en Claudia, comenzó a contarle todo.
Seguramente la chica no se esperaraba escuchar todo eso: la verdadera naturaleza de la relación que tenía con Marcelo, el bully de su hijo, algo de prohibido y equivocado bajo cada punto de vista. Cada palabra que salía de la boca de Teresa era como un ladrillo que caía de su cabeza y de su pecho, confesar sus pecados a alguien fue como una liberación.
-Y todavía no te han descubierto?
-No, nadie si no tu.
-No se como hiciste a tenerlo todo secreto. Sobretodo algo así…espero que te ofendas.
-No, no, es verdad, a veces yo también me pido como llegué a este punto. A ser sincera…no me reconozco mas; todo esto, lo que hago, lo que siento…a veces me parece estar viviendo la vida de otra persona pero…la verdad es que…
-Te gusta?
-…Si, si me gusta.
Teresa mira abajo después de admitirlo.
-No, te preocupes Teresa, entiendo.
-En serio?
-Si, amiga. Yo también tuve algo símil un poco de tiempo atrás, claro no tan símil a lo tuyo pero se que se siente cuando tu mente y tu cuerpo quieren cosas diferentes.
Teresa había encontrado en Claudia más de una amiga; ella lograba entenderla, no la juzgaba o le reprochaba sus actos, sólo le ofrecía comprensión y amistad. En toda su vida, con ninguna de sus mejores amigas, nunca se había sentido tan cerca de alguien.
-No se que hacer Claudia, o talvez lo se pero…no se si tengo la fuerza de hacerlo.
-Si lo entendí bien, asta que tu hijo salga de la escuela, estás “obligada” a pasar tiempo con ese tipo.
-Supongo que si, así se puede decir.
-Por cómo la veo yo amiga, estas con las manos atadas perooo…no creo que sea una cosa tan mala.
-A que te refieres?
-Digo solo que tienes tiempo. Tu fuiste forzada en esta situación no la fuiste a buscar verdad?
-Si.
-Entonces si la vida te da limones haz tu limonada y saboréala asta la última gota. Disfruta de cada momento con ese tipo, alguien así no pasa cada día así que continúa. Y cuando llegue el momento de decidir, cuando tu hijo ya no esté “en peligro” entonces harás tu decisión.
Las palabras de Claudia tenían mucho sentido para las orejas de Teresa. Su dilema interior quedaba pero era inútil fustigarse ya que tendría que seguir complaciendo al bully asta que su Pedrito estés lejos de él.
-A que te refieres con decisión?
-Ya sabes Teresa…decidir si quieres quedarte con él o con tu familia.
-Que? Yo nunca…No puedo dejar a mi esposo, a mi familia, a mi vida.
-Lo siento decírtelo amiga pero tendrás que tomar esa decisión. Si es como me dices entonces ese Marcelo es mas que un buen amante para ti. Y se por experiencia que no se puede renunciar tan fácilmente a algo así si bien sea la cosa justa de hacer. Somos humanas, no podemos vivir haciendo solo lo que debemos…necesitamos también hacer lo que queremos. Aunque si no nuestra cabeza nos dice algo, también nuestro cuerpo tiene derecho a ser escuchado. No puedes tenerlo secreto para siempre, y estoy segura que tu tampoco lo quieres…esconderte por cómo eres toda tu vida. Tuviste suerte que asta ahora no te hayan descubierto pero la suerte tarde o temprano se acaba.
Teresa sabía que lo que decía su amiga era la pura y cruda verdad y escucharlo de la boca de alguien era lo que necesitaba para hacer claridad en su cabeza.
-Tienes razón Claudia, gracias.
-Cuando quieras linda.
-Perdona pero tu…tu dijiste que pasaste ya por esto. A que te referías? No creo que tan joven estuviste ya casada.
-Jaja, claro que no. Yo no creo en el matrimonio pero respeto a todos los que la piensan de manera diferente.
-Si no te molesta…puedes decirme como fue para ti?
-No Teresa, no me molesta. Tu te abriste conmigo así que yo me abriré contigo.
-…
-Tiempo atrás estaba con un chico, nos amábamos mucho y queríamos estar toda la vida juntos. Nos conocimos en la escuela, fuimos amigos y después novios. Lo amaba más de cualquier cosa y sabía que él me amaba a mi. Con el tiempo decidimos experimentar en la cama, con nuestros cuerpos, con juguetes y después con otras personas más. Estábamos seguros de nuestra relación así que para nosotros no era problema. Teníamos reglas sobre lo que podíamos hacer y lo que no podíamos hacer pero sobretodo con quien hacerlo.
-Y entonces?
-Y entonces yo las violé todas, la reglas que teníamos las violé todas. No lo había planeado obviamente pero pasó…y desde ese momento cambió todo. Sabes…varias veces estuve con otros hombres que eran mejores amantes de mi novio pero nunca se metieron entre nosotros, yo siempre regresaba ande él porque lo amaba…siempre asta que…
-Asta que?
-Asta que conocí a su amigo. Bueno, no era su amigo, era un conocido de él. Nos encontramos a una fiesta y se acercó a mí y a mi novio. Apenas lo vi supe que quería cogérmelo y sabía que él quería cogerme a mi pero…mi novio no le gustaba la idea. Me dijo que lo conoció años atrás y que no le caía para nada el tipo, era uno de esos amigos que no te gustan para nada pero que tienes que soportar porque tienen los mismos amigos. Obviamente cuando me dijo que no quería que me acostase con él respeté su decisión, eran las reglas pero tenía que admitir que me molesté. Poco tiempo después lo vimos en otra fiesta, esta vez acompañado por una chica que no se le despegaba de encima. Él se acercó a nosotros nuevamente y nos insistió a tomar copas juntos. Mi novio no quería ser maleducado así que aceptó. No recuerdo mucho de esa noche pero lo de que estoy segura es que a un cierto punto nos quedamos los dos solos en un lugar apartado y ahí es donde pasó. No recuerdo si traté de pararlo pero se que cuando sentí sus dedos entrar dentro de mi me dejé ir por completo. Era muy bueno con sus dedos, mucho más que mi novio, mucho más de cualquiera que haya conocido y así me corrí después de poco tiempo…solo con sus dedos. Después de mi orgasmo me sentí culpable, no lo había traicionado por completo, no realmente pero lo mismo hice algo que no tenía que hacer. Los días después trató de contactarme para convenverme a ir más haya de esa noche pero siempre dije que no. Solo después me enteré que esa chica que estaba con él en la fiesta había contactado a mi novio para seducirlo. Él me dijo todo obviamente, siendo el chico más fiel del mundo pero sabía que esa chica le gustaba. Leí sus mensajes, escuché como hablaba de ella pero no me molestaba, podía entenderlo, era una chica de sueño. Al final el argumento del cambio de parejas salió a la luz pero mi novio sabía que si él se quería acostar con ella yo tenía el derecho de hacer lo mismo con él. Eran las reglas. Pienso que ahora él se arrepintió de eso. Ese tipo nos invitó a su casa, una de esas casas de super ricos y los dos fuimos. Tomamos una copas y nos dedicamos yo a él y mi novio a ella. Estaba pendiente de cualquier señal que mi movió me diese. Si quería parar todo lo aceptaría. Lo veía como le molestaba que ese tipo me toque pero para sus celosos estaba la chica que le hacia tomar copas y copas más. Al final estaba mucho más ebrio que los tres juntos. La acción siguió al piso de arriba pero ahí fue que las reglas cambiaron. Querían que lo hiciéramos en cuartos separados. Yo con él y mi novio con ella, sin vernos. Era algo nuevo para nosotros, habíamos decido que teníamos que presenciar a lo que hacíamos pero la chica insistía. Decía que no estaba cómoda al ser observada. Talvez fue hacerle a mi novio esa carita que lo rogaba de estar con ella a solas, talvez fue el alcohol que le hizo tomar o talvez fue que habían echo todo lo posible para darle la ilusión que tenía el control pero al final aceptó. Primero de cerrar la puerta vi su cara preocupada mientras ese tipo que no le gustaba me besaba el cuello y me manoseaba. Pero no me importaba más, estaba prendida a mil, ese bastardo sabia como tocarme. Me tocaba y me besaba como nadie había echo primero pero cuando le bajé sus pantalones entendí también que me follaria como nadie primero.
-Era así tan grande?
-Enorme amiga, enorme, mucho más de mi novio o de cualquier haya experimentado. Me la puso asta la garganta haciéndome casi asfixiar, me botó a la cama como si fuese una muñeca y me cogió como si fuese su juguete sexual. No era una persona, era un objeto en esos momentos. Me trataba como su propiedad, sin respeto o ternura, todo lo contártelo de mi novio. Me partió en dos y me hizo ver las estrellas, no recuerdo cuantos orgasmos tuve. Lo que no me esperaba era que su chica entrase una media hora después de que comenzamos para unirse a nosotros.
-La tímida?
-Si, la tímida. Dijo que mi novio se había dormido después de haberse corrido y que ella todavía tenía ganas. En ese momento no tenía las fuerzas de negarle nada a ese bastardo y él lo sabia. Nos cogió a las dos juntas asta el amanecer y nos hizo cosas que no pensaba posibles. Cuando me desperté estábamos yo y él solos en la cama. Ella se había regresado ande mi novio primero que se despierte mientras yo pensaba a lo que había echo esa noche. Si bien él me había dado el permiso sentía lo mismo de haberlo traicionado en alguna manera. Había echo con ese tipo todo lo que mi novio siempre quería y yo siempre me negué y había gozado mucho las de cuánto podía imaginar, mucho más de lo que debía si tiene algún sentido decirlo. Los dos estábamos arrepentidos por lo que pasó pero en manera diferente. Cuando se despertó nos fuimos de esa casa sin hablar por todo el resto del día. Logramos resolver esa tensión y esa culpa que teníamos entre los dos y nos prometimos que nunca más iba a pasar algo así, especialmente con esos dos. Él me lo juró y yo también juré pero sabía dentro de mi que no hubiera podido mantener la palabra.
-Entonces lo hiciste de nuevo? Con ese tipo?
-Si, lo hice. El bastardo me contactó casi una semana después para “conversar” sobre lo que había pasado. Dijo que no estaríamos solos, dijo que estaría también su novia…sabía que estaba mintiendo pero acepté de encontrarlo lo mismo y me hice a la tonta. Me dijo también que podía llevar a mi novio conmigo pero él también sabía que no lo haría. Seguramente no era la primera a haber caído en sus trampas pero no me importaba. Descubrí después que todo lo que pasó esa noche fue meticulosamente planeado por él y su novia había obedecido a sus órdenes. Desde que me vio por la primera vez comenzó armando su plan para quitarme a mi novio. Le dijo a su novia de tenerlo distraído mientras me llevaba a un puesto apartado y también fue él que dijo a ella de fingir interés por mi novio para seducirlo. Al principio la idea era de hacer que me traicione y después mandarme las pruebas de eso para que caiga en sus brazos…pero mi Tomás era demasiado fiel para eso…al contrario de mi. Supongo que tuvo suerte cuando mi novio se dejó escapar que éramos una copia abierta; no era un secreto pero tampoco era algo que decíamos a todos los que conocíamos. Tomás no quería ser visto por la gente como un cornudo o yo como una puta. Después de descubrir la naturaleza de nuestra relación para el bastardo fue todo más fácil. La noche en la que supuestamente nos cambiamos parejas me dijo que había puesto algo en la copa de mi Tomás para que bajé la guardia y se relajé…aparentemente, por las palabras de la chica, asta lo relajaron demasiado que no lograba hacérsela parar. Pasaron la mayor parte del tiempo tratando de ponérsela dura pero al final solo se corrió sin ver nada de acción. Tomás nunca me dijo eso, lo descubrí por la boca de ella mientras estábamos de nuevo en la cama los tres. La segunda ves que follamos fuimos nomas los dos, la tercera y cuarta también pero a la quinta también se unió su novia. Es así que poco a poco descubrí que también me gustaban las chicas.
-Ah si?
-Eso te da problemas amiga?
-No, claro que no. Simple curiosidad.
-Ok. Con el tiempo nos veíamos más seguido y yo dejaba siempre mas de parte a mi novio y él se molestaba. Comenzamos a discutir mas seguido y asta pasamos mucho tiempo sin tener sexo, una ves asta por un mes seguido…algo que para nosotros es mucho tiempo. Bueno…al menos él pasó un mes sin sexo yo, por mi parte, seguía recibiendo sexo con regularidad. No creo que él sospechó nunca de mi en ese tiempo, confiaba mucho en mí, era una de las razones porque lo amaba. De todos modos yo continúe a traicionarlo casi asta la final del año escolar.
-Que pasó?
-Pasó que la verdad al final siempre sale a la luz por mas que te esfuerces para tenerla escondida. El bastardo me contó de como había logrado seducirme y su plan para alejarme de mi novio pero aunque si yo lo despreciaba por lo que hacía seguía acostándome con él. Mi mente decía una cosa pero mi cuerpo otra. Y al final el cuerpo siempre gana. Pasó que su novia ya no era más su novia, yo lo era. No era oficial pero él pasaba mucho más tiempo conmigo que con ella, asta cuando lo hacíamos los tres juntos ella salía sobrando. Y se dio cuenta. Si primero éramos amigas con el tiempo comenzó a odiarme y terminó resentida. Fue ella que contactó a Tomás y le dijo lo que pasaba. Mi novio no le creyó obviamente y entonces ella se propuso darle la prueba de mi traición. Le dijo de encontrarla de frente la casa del tipo a una cierta hora, hora en la que sabía estaríamos follando. Se había echo rutina.
-Lo siento mucho Claudia…por ti y por él.
-Gracias Teresa, pero no fui yo la que terminé sola ese día. Tomás nos agarró en el medio del acto. Yo estaba tan enfocada en mi placer que no noté que él había abierto la puerta. No se cuanto había escuchado de lo que dije pero cuando lo vi sabia que lo había destrozado. Lo peor fue que no paré Teresa.
-Que?
-Me escuchaste mujer, no paré, no logré detenerme, no quería. No se explicarlo pero el echo que él estuviese ahí hizo que explotara en un gigantesco orgasmo y cuando abrí nuevamente los ojos Tomás ya no estaba ahí. Después de eso traté de contactarlo pero no respondía. Fui asta su casa para hablar con él y para pedirle disculpas pero al momento en que lo encontré no sabía que decir. El lloraba y me insultaba como me había esperado. Hizo todo lo que me había imaginado que haría. Me pedía porque me traicionaste? Porque con él? Desde cuando? Es así tan bueno en la cama para que te olvides de mi? Prefieres él a mi?...Y las respuestas eran las peores…porque no logré resistirle! Porque él es lo que tu no eres! Desde que lo vi por primera vez! Si, es así tan bueno y mas! Si, lo prefiero a él sin tener que pensarlo dos veces!
-Dios mío Claudia, no tenias que ser tan directa.
-Obviamente no le dije todo eso. Respondía a sus preguntas en mi cabeza pero no lograba mentirle así que me quedé callada. Yo lo amaba, de eso estaba segura pero amaba más el sexo que me daba ese bastardo…si, lo se que suena horrible pero esa es la verdad. Obviamente no me perdonó y lo que teníamos terminó. Yo pero seguí cogiendo con ese tipo.
-Enserio?
-Si, no lograba parar, se volvió como una droga para mi. Después de un mes Tomás me contactó y para mi sorpresa quería regresar conmigo…decía que todavía me amaba y que le faltaba. Dijo que estaba dispuesto a perdonarme pero teníamos que comenzar de nuevo, dese el principio, como una copia normal, sin nadie más. La última parte no me gustó mucho. Era comprensible que no quería a nadie mas entre nosotros después de lo que pasó, entendía su inseguridad al dejar que alguien más se acerque a mi pero…no lograba aceptarlo. No me esperaba que me buscara él, siempre pensé que sería yo que regresaría a pedir perdón de rodillas una vez que lo que estaba haciendo con ese bastardo llegue a su fin. Pero ahí estaba, Tomás, mi novio, mi amor que me rogaba de estar nuevamente con él aunque después de lo que le hice. Hubiera tenido que aceptar de inmediato pero le dije que tenia que pensar. Seguí cogiendo con el bastardo por todo el resto de la semana, cada día, mientras tomaba mi decisión. No estaba todavía lista a dejarme todo atrás, a dejar el sexo atrás, sabía que cuando regresaría con mi novio no hubiera vuelto nunca más a gozar como lo hacía en esos momentos. Quería…disfrutarlo lo más que podía. Tomás me pidió si estaba viendo a alguien, no preguntó específicamente por él pero sabía que era esa su preocupación principal. Le dije que no, mentí y dije la verdad al mismo tiempo. No tenía una relación sentimental con ese bastardo, era imposible con él, no la quería, solo era sexo. No sentimientos, no compromisos, nada de romántico…Solo sexo. De alguna manera el bastardo supo que estaba de nuevo en contacto con mi ex así que decidió mostrarle que estaba haciendo todo el tiempo que estábamos separados. Le mandó un video a él y a otros de sus amigos, de como me cogía, de como me hacia gozar y se aseguró que en ese momento dijera la verdad. Cuando me follaba hacia todo lo que me decía y cuando me pidió de decirle la verdad sobre quien cogía mejor, si él o mi ex novio yo se la dije. Me hizo decir su nombre y su apellido, me hizo decir de como su verga era mucho más grande que la de él, de como gozaba más con él de cuanto lo hacía con mi ex. Es así que destruyó todas las posibilidades que tenía de regresar con Tomas. No sé porque lo hizo, talvez por orgullo o por simple sadismo pero queda el echo que fuí yo quien mi Tomás escuchó humillarlo con mis palabras. El video comenzó a girar por los chicos de la escuela y comenzaron las miradas, los insultos detrás de mis espaldas sobre mi y también sobre Tomás. Yo era la zorra, la puta barata, la que estaba adicta al sexo y no decía no a nadie. Asta se inventaron que salía por las noches a prostituirme por pocos billetes.
-Y Tomás?
-Tomás se volvió el cornudo de la escuela, el pito corto, el derrotado. No había chica que no riera cuando pasaba o chico que le hacia la señal del meñique en su frente. Talvez a él le fue peor que a mi. En fin nada de eso duró mucho. Ya faltaba poco para el fin del año y ya no hubiéramos tenido que ver a ni uno de ellos. Tomás no quería verme ni hablarme y yo no insistí. Había acabado entre nosotros.
-Pero si no se hubiera difundido el video, si no te hubiera descubierto otra vez…hubieras regresado con él?
-Si…pero hubiera sido la cosa equivocada. Ahora lo se. Ese bastardo, al final, nos hizo un favor, especialmente a mi. Pude admitir a mi misma que si hubiera regresado con Tomás hubiera seguido traicionándolo, no inmediatamente, talvez no con él pero hubiera pasado. Ser cogida como ese bastardo me cogía me abrió los hijos sobre una parte de mi que no conocía. No podía renunciar la sexo, no podía quedarme con sólo una persona como Tomás quería. Después de lo que pasó corté todo contacto con ese bastardo pero estoy segura que no le importó nada. Pará él, yo era solo otro juguete.
-Y después que hiciste?
-Busqué yo también mis juguetes. Después de terminar la escuela me dedique a mi misma y a encontrar lo que quería de mi vida. Viajé, conocí gente y me interesé más a todo lo que era relativo al sexo. Encontré cosas que me gustaban y cosas que no me gustaban…y entre ellas también al sexo interracial y esas cosa sobre los bulls, los tatuajes de BBC y similares a lo de tus aretes?
-Mis aretes?
-Si, los que tenías la vez que nos conocimos.
-No te entiendo.
Claudia explicó a Teresa lo que sabía de sus aretes, lo que significaba y lo que decía de las mujeres que los usaban. La madre de Pedro cayó de las nubes después de lo que le fue revelado. Todo ese tiempo estuvo diciendo al mundo que clase de mujer era sin darse cuenta.
-No tienes de que avergonzarte linda, no tienes que negarte tu sexualidad.
Dijo Claudia poniendo su mano sobre la mejilla de Teresa con ternura.
-Si necesitas alguien con quien hablar ya tienes mi numero.
Dicho eso la chica cerró los ojos y besó a la mamá de Pedro en la boca dejándola de piedra, sin saber que decir o hacer.
Continúa…
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