Me encanta que me cojan(3)

En un momento ya no pude aguantar y salí como dios me trajo al mundo afuera, con mis enormes tetas al aire, y mi culote fuera, los hombre se volvieron locos y empezaron a bocearme, eso me exitaba aún más, me acerque con la excusa de buscar mis vasos y demás, pero obviamente lo que quería era que me cojan como a un saco de semen, los llame para preguntarles si no faltaba nada, y me dijeron que no pero yo quería más, empeze a moverme y hacer que mis tetas reboten lo que los calentó, veía como sus penes se ponían duros y se calentaban por mi, me arrodille y le baje el pantalón a uno, me volvió loca el olor que me nubló la mente, empeze a chupar como si fuera un helado, empuje hasta lo más profundo de mi garganta de zorra y así hasta que se corra directo adentro, cuando se corrió el primero y pude ver a mi alrededor habían 12 hombres con los pantalones abajo, era el paraíso para mí.

Me rodearon y me empezaron a mostrar sus penes para que se los chupe como la puta que soy, me empeze a volver loca con todos los penes que habían, empeze a chupar y a chupar cuantos cabían en mi boca, me encantaba todo el semen que podía tragar, luego de chupar, pasamos a la mejor parte, la parte en la que me rompían cada agujero, me acostaron y empezaron a meter sus penes por todos lados, en mi boca, en mi vagina, en mi culo, entre medio de mis tetas, en mis axilas, en mi cabello, en mis pies, por todos los lados imaginables, me encantaba, me volvía loca como chocaban contra mí y me reventaba, en un momento empezaron a meter penes de a dos, metieron dos metes en mi culo, en mi boca, en mi vagina, por todos lado, ya no podía pensar, no sabía lo que estaba haciendo, solo sabía que estaba siendo cogida como nunca, se corrían por todo mi cuerpo, me cubrieron de su exquisito semen por fuera y por dentro hasta que ya no cabía en mi y empezaba a derramar, me dejaron completamente llena hasta el límite.

Me quede tirada con una cara de zorra, explotada de tanto placer, teniendo orgasmos hasta más no poder, no me podía mover ni pensar, estaba demasiado exitada, con las piernas abiertas, y todo abierto en general, tirada y sin nada que poder hacer, me dejaron allí y cada que tenían ganas venían y me cogian hasta que se corrieran y así por 2 o 3 horas ni yo sabía que pasaba en que momento.