2. Nuestro secreto (Daniela).

Saludos seguidores de Poringa! su anónimo favorito esta de regreso luego de otra semana de inactividad jaja, pero lo bueno es que ya estoy de vuelta esta vez con otro relato de mi autora favorita... Daniela  ❤️

En este relato, la chica nos cuenta como el mejor amigo de su hermano mayor y su amor platónico desde la infancia finalmente la hace suya con una maravillosa follada y quedo como un secreto entre ellos dos. Ustedes ya saben que pienso de los relatos eróticos de internet, pero estoy seguro que este va a calentar mas de uno jeje.

Como ustedes sabrán, los relatos no son míos, sino que los conseguí olvidados en una pagina de internet de dudosa procedencia y los resubo sin tantos errores ortográficos ni errores de continuidad, para que no nos hagamos bolas xd. Suficiente de darme elogios, es hora de leer el relato... y a ver quien de una buena vez me ayuda a localizar a la autora original xd.





Viernes, nada era mejor que esperar la llegada de esa fecha, pero eso no era lo mejor, lo principal es lo que pasó ese día de la semana. Al llegar de la universidad, me senté a descansar en uno de los bancos de la cocina, pero entonces sonó el teléfono.

Yo: ¿Bueno? -Contesté.

Dylan: ¿Daniela? ¡Hola!

Yo: ¿Quién habla?

Dylan: Soy Dylan ¿Eres Daniela verdad, hermana de José?

Yo: ¡Dylan! ¡Hola! Perdón, te desconocí la voz. -Le dije riendo.

Dylan: Descuida ¿Cómo has estado.

Yo: Muy bien ¿Y tú?

Dylan: Bien todo bien, marcaba para preguntar si estaría José.

Yo: Si, aquí está, ahora le habló ¡José, te habla Dylan!

José: ¡Ya bajó! -Gritó desde el piso de arriba.

Yo: Ahora viene ¿Saldrán hoy? -Pregunté

Dylan: Eso pensaba, quería ir a los bolos, pero quiero saber si estarán en casa para pasar a saludar.

Yo: Claro, tú ven, sabes que eres bienvenido. -Dije animándolo a visitarnos.

José venia directo hacia mí, me despedí de Dylan y regresé al banco. ¿Irá a venir? Me preguntaba a mí misma. Dylan era el mejor amigo de mi hermano y para mí era ese amor platónico por el cual sufres cada vez que lo vez. Era tan divertido, guapo, inteligente, era el chico perfecto para mí. Pero por desgracia soy totalmente la niña chiquita dela casa. Él estaba en el último semestre de la carrera y yo apenas estaba iniciando la universidad. Yo tenía 18 y el 24, seis años de diferencia no son ni muchos ni pocos, pero eso no cambia las cosas para que él me vea más que solo una amiga. Estaba tan perdida en él y tan estúpida de no querer superarlo.

Yo: ¿Vendrá Dylan? –Le pregunte a José después que colgó.


José: Dice que en un rato llega.


Yo: A mira, está bien.


Al parecer no sabía ni que decirpara ser indiferente cada vez que pregunto por él, cuando en el fondo moría deganas de verlo. Corrí a mi recamara y me encerré.


Yo: ¿Qué hago? ¿Qué hago?


Mamá: ¡Daniela! -Gritaba mi mamá.


Yo: ¡Ay no! ¡¡Ahora que!! -Dijeamargadamente soltando un gruñido de frustración.


Bajé, mi mamá me pidió que leayudara a tender la ropa. Habían pasado 20 minutos y sonó el timbre. ¡Dios! Esél… Ya llegó. ¡Ay no me arreglé! Me quejé con ganas de tirar la ropa. Una vezque había terminado, entré a la casa.


José: ¡Ahora bajó Dylan, espera! -Gritaba José.


Aproveché para ir a la sala.


Yo: ¡Dylan! -Grité con alegría.


Dylan: ¡¡Daniela!! -Gritó Dylan.


Corrí hacia él como loca. Abrímis brazos y me aventé hacia él de forma que terminara cargándome y así fue.Giró su cuerpo hacia mí y me sostuvo. Era la primera vez que hacía eso conDylan. La necesidad de tenerlo a mi lado era algo que no podía controlar.Abracé su cintura con mis piernas y cubría su cuello con mis brazos, presionandosu cara con mis lindos y tiernos senos.


Dylan: ¡Tiene tiempo que no teveía! -Me dijo.


Yo: Si, ya no me abandones. -Loregañaba de forma graciosa.


Dylan: Te llevaré conmigo paraque ya no sufras. -Contestó mirándome directamente a los ojos y dándome unprofundo beso en mi mejilla.


Sus palabras me envolvían y mehacían desearlo más. Lo abracé de nuevo rompiendo ese momento para que no pasaraa más, aunque así quisiera, pero es que uff sus brazos cubrían mi espalda, meprotegían. Me bajé quedando parada frente a él.


Dylan: Te acabas de despertar ¿Verdad?-Preguntó.


Yo: Ya tiene rato pero no me diotiempo de cambiarme, tendrás que verme fachosa.


Dylan: Jaja, aun estando fachosate ves linda y sexy.


Yo: Jaja ¡Ey! ¡Ya! ¡No te burles!-Contesté graciosamente.


Dylan: No me...


José: ¡Hola! -Saludo Jorgeinterrumpiendo a Dylan.


Vaya, todo marchaba bien hastaque se presentó él. No lo odio por eso, ni por haberme cogido, pero el aprecioy la necesidad de estar con Dylan es como una adicción para mí. Me retirésilenciosamente dejándolos solos en la sala mientras hablaban sobre cosas dechicos. Subí a mi recamara y revisé mi mochila para ver que tarea tenía queentregar mañana. Al pasar 30 minutos daban las 3 p.m.


Mamá: ¡Daniela! ¡Baja a comer!-Gritaba mamá.


Yo: ¡Sí! ¡Ahorita bajo!


Pensaba en arreglar un poco micuarto y entré el montón de cosas que tenía en un rincón dentro del closetencontré una libretas antiguas; apuntes viejos, garabatos, corazones. Reviséuna segunda libreta que era de química. La tercera era de historia universal, unasimple libreta chica.


Yo: ¿De qué es está libreta? -Mepregunté.


La abrí y lo primero que viescrito era un corazón abarcando toda una hoja. La fecha era Lunes/13 deAgosto/ 2011. "Hoy no era un día como los que siempre desearía...".


Yo: Vaya, ahora recuerdo… midiario.


No creí que aún estaría con vida.Empecé a hojear hoja por hoja, volviendo al pasado del que aún no logróescapar. Un texto decía: "Sus manos vagaban por todo mi cuerpoenvolviéndome de sus suaves caricias". Pasaba a otra hoja y empecé a leerdesde la mitad de la hoja topándome con la siguiente frase: "su aroma eratan adicto que dejaba que sus labios bajaran desde mi cuello hacia la punta demis suaves pechos, probando cada uno de ellos lamiéndolos suavemente con sulengua".


Dylan: ¡Hey! Dani, ya vamos acomer.


Brinqué al escuchar la voz deDylan y cerré rápidamente el diario, acto seguido giré mi cuerpo quedandofrente a él.


Dylan: ¿Qué tienes? Preguntabaconfundidamente.


Yo: ...nada. -Contestabamisteriosamente.


Dylan: Ya vamos. -Me animaba.


Caminé hacia la puerta y bajamosjuntos dirigiéndonos al comedor. Durante la comida no dejaba de pensar en loque escribía de él, el diario había recobrado mis sentimientos más íntimos nuevamente, viajaba en los cielos durantela comida.


Mamá: ¡Daniela! ¡Hey! -Gritaba mimamá


Yo: Mande. -Contestaba tontamente.


Mamá: Come hija, que se enfríanlas cosas.


Dejé aún lado mis pensamientos ycomí.


Yo: Bueno iré a terminar deacomodar mi cuarto, gracias por la comida y buen provecho.


Todos: Gracias. -Contestaron.


Me paré y subí a mi recamara. Perono fue sino hasta las 4:30 p.m. que las cosas se pusieron interesantes.


Mamá: ¡Oigan muchachos! ¡Josétienes que ir al dentista, hija! ¡Daniela! ¡Baja por favor!


Todos bajamos a la sala.


Mamá: A ver chicos, José tellevaré con el dentista, seguro ni sabías que hoy era tu cita, ¿verdad?


José: Jeje lo olvidé, perdón. -Sedisculpaba graciosamente.


Mamá: Daniela, vendrán a dejar elgas, iremos al dentista ¿Qué harás ahorita? -Preguntaba mamá.


Yo: Pues... Tengo algunas tareas.


Mamá: Bien, nosotros notardaremos, cuando mucho dos horas.


Yo: Si mamá, yo aquí los atiendo.


Mamá: Está bien, cuídate.


Una vez que mi mamá había dado sudiscurso tan conmovedor, subí a mi recamara para tomar nuevamente el diario yguardarlo en un cajón. Las rejas de la casa se escuchaban, al parecer ya seestaban yendo. El motor del carro lo podía escuchar. Bueno, estaba sola e ir aldentista y esperar dos horas era una pérdida de tiempo para mí. Aunque notanto, ya que estaría platicando con Dylan.


Dylan: ¡Oye! ¡Dani!


Brinqué al escuchar de Dylan, mesorprendió al hablarme.


Yo: ¿Ya no fueron? -Preguntaba.


Dylan: Tu mamá me pidió que mequedara a acompañarte, estaré viendo la tele en la sala por si ocupas algo yasabes dónde estaré.


Yo: …Ajá... - Contestaba con vozentrecortada de que él se quedaría.


¡No lo podía creer! ¡Dylan y yosolos! Me miré al espejo, me peiné, me puse un labial color carne. Era lo muchoque podía hacer. Me cambiaría mi uniforme pero me ha dicho que soy sexy así queno lo hice. Bajé las escaleras yendo a la sala, ahí estaba él, viendo la tele.Me acerqué lentamente y brinqué en el sillón en el que estaba sentando.


Yo: ¡Hola! ¿Qué vez? –Le dijegritándole para sorprenderlo.


Dylan: ¡Hola Dani! ¡Pues acáacabo de encontrar una película! ¿Tú que hacías? –Contestaba.


Yo: Acomodaba mí recamara pero yame aburrí y me cansé.


Me encantaba verlo, me gustaba surostro, su cuerpo, sus manos grandes con las que me cargó y sus labios, moríapor probarlos, saborearlos, tocarlos con los míos.


Dylan: ¿Qué pasa? -PreguntabaDylan.


Yo: No, nada jeje ¿Oye que tienesahí? Le pregunté.


Dylan: ¿Dónde?


Yo: Ahí cerca del ojo. -Serascaba su cara tratando de quitar lo que tenía.


Dylan: ¿Ya?


Yo: No, mira.


Al estar sentada en el sillón.Cambié de posición y me hinqué. Luego pasé una rodilla al otro lado de lapierna de Dylan de forma que quedé hincada sobre sus piernas.


Yo: Mira, aquí está. -Dije quitándoleuna pequeña basura de su rostro.


Dylan: Gracias. -Dijo colocandosus manos en mi cintura.


Sus manos grandes me tomaban condelicadeza, y yo sentada en su entrepierna. Valla, nunca imaginé que estaría enesta posición, pero disfrutaba de ella. Nos mirábamos.


Yo: ¿Qué tengo? -Preguntérompiendo el silencio que estaba invadiendo la sala.


Dylan: No nada, es solo que...nohabía estado tan cerca de ti.


Yo: Cuando me cargaste estuvimosmuy cerca, demasiado diría yo.


Dylan: Bueno si, pero tantotiempo cerca pues no jeje -Decía riendo.


Yo: Bueno tal vez, le contestabamirando su rostro tan masculino. Me encantaba, me volvía loca verlo. Queríadecirle lo que sentía, moría por dentro, sufría del hecho de que solo éramossimples personas cercanas.


Dylan: ¿Y tus pretendientes?


Yo: Jaja ¿Cuáles pretendientes?


Dylan: Digo...no dudo que tengasuno que otro, solo mírate, no eres cualquier chica.


Decirme eso sonaba tan bonito, parecíadarme una señal, más no estaba totalmente segura.


Yo: Entonces... ¿Cómo soy?


Dylan: Pues...eres una chica muylinda, con un cuerpo que ningún chico ignoraría.


¡Dios! Sus palabras claramente meestaba diciendo que significaba algo para él.


Yo: ¡Ay Gracias! -Le decía coquetamentedándole un abrazo.


Nos quedamos suspendidos en eseinstante, sus manos vagaban por mi cintura y mi espalda. Retiré mi cabeza sinsoltarlo. Ambos nos quedamos viendo, su mirada se centraba en mis labios y yoen los suyos.


Yo: ¿...quieres probarlos? -Lepregunté sin pensarlo ninguna vez.


Dylan: Si, si quiero. -Contestótranquilo y excitadamente.


Nos envolvimos en un profundobeso. ¡Por fin! Lo había logrado después de tanto tiempo. Estaba besando aDylan.


-Yo: ¿Crees que estemos haciendolo correcto? –Le pregunte al separarme ligeramente de sus labios, pero seguíanhaciendo un poco de fricción con los de él.


Dylan: ¿Por qué lo preguntas?


Yo: Porque... tú eres el mejoramigo de mi hermano.


Dylan: Solo somos amigos ¿Eso quetiene que ver? Además, esto quedará entre nosotros, será nuestro secreto.


Al terminar su respuesta, comenzóa acariciar mi cuello con su boca, rosando tranquilamente sus labios en mí. Noaguantaba las ganas dejé que fuera aumentando su ritmo. Sus manos fueronentrando en mi blusa, tocando cada centímetro de mi blanca piel. Me encantabatodo esto de tener sus grandes manos en mi cuerpo. Fue subiendo hasta llegar ami brasier.


Yo: Desabróchalo. -Le pedía envoz baja.


Al hacerlo, sus manos bajaronnuevamente llegando a mi cintura, más no terminó ahí, sino que siguió bajandohasta cubrir mi lindo trasero abierto con sus manos. ¡Dios! Me excitaba tantocomo lamía mi cuello que deseaba que hiciera lo mismo con mi vagina y que mepenetrara con esa vergota una y otra vez.


Dylan: ¡Dios! Dani, estás tanrica que desearía probar todo tu cuerpo. -Me decía.


Yo: Si, yo también quiero eso. -Lecontestaba excitada.


Estaba tan excitada que comencé acolumpiar mi cadera de adelante hacia atrás como si estuviera ya cogiéndometranquilamente. Mi excitación iba aumentando cada vez más, sentía como mi vaginase abría, cómo se abrían mis labios, los sentía húmedos y mojados de misfluidos.


Durante mis movimientos tocaba suduro pene, se había excitado ya. Solo hacía falta desabrochar su pantalón paraque saliera esa verga grande que se sentía. ¡Ay! ¡Qué rico! Quería que me launtara en mi húmeda vagina, en mis piernas, en mi culo abierto. Estaba yalista, lista para que me cogiera bien rico, con ganas, con locura.


Mis pensamientos invadían missentidos, dejándome llevar por el momento. En ese preciso instante sus manosfueron metiéndose bajo mi falda, convirtiéndose en unas deliciosas caricias.Sus dedos los comenzó a rosar en mi calzón blanquito, tocaba mi vagina mojada¡Ay! Que rico sentía.


Dylan: Estás húmeda y caliente, Dani.


Yo: Si, tócame, sigue así. -Decíaal mismo tiempo brincando lentamente.


Que rico lo hacía, su manofrotaba mi linda vagina. Miraba su rostro y notaba como disfrutaba de mí, de micuerpo al igual que yo.


Yo: ¡Quiero que me cojas! -Leexigía excitadamente.


En ese momento tomó mi calzoncitoy lo dobló. descubriendo toda mi vagina y plantó toda su mano en ella. ¡Diosmío! Brinqué soltando al mismo tiempo un rico gemido. Empezó a masajearlentamente mi clítoris.


Yo: ¡No pares! ¡Sigue, lo hacesbien! -Lo alagaba.


Mientras su mano frotaba miclítoris, decidió cambiar de zona llevando uno de sus dedos a mi ano. No sabía quéhacer, a pesar de que nunca me habían tocado esa parte, me estaba gustando.


Yo: ¿Por qué me acaricias ahí? -Lepregunté.


Dylan: ¿Te molesta? -Contestó.


Yo: Me gusta pero... ¿Por qué lohaces?
 
Dylan: Cada vez que veo tu lindotrasero me he guardado las ganas de tocártelo y lamerlo con ganas, meterte milengua en tu sabroso culo.


Yo: ¿Pero no crees que es algosucio hacer eso?


Dylan: Para mí no, de hecho medan ganas de meterlo ahorita.


¡Dios! Sus palabras me excitabanmuchísimo, me hacían volverme sucia al mismo tiempo. Su dedo masajeaba lentamente miano, abriéndolo poco a poco. Sentía una sensación muy rica. Habría más las piernaspara que se acomodara mejor, justo en ese momento fue introduciendo la punta desu índice en mi orificio haciéndome soltar un gemido.


Dylan: ¿Que sientes? -Me pregunto.


Yo: Muy extraño, pero me gusta.No pensé que harías eso. -Conteste.


Su dedo masajeaba muy rico miano, metiéndolo cada vez más, lo sacó lentamente y lo resbalo sobre su lengua,llevándose ese sabor de mí a su boca. ¡Dios santo! No lo podía creer lo que élestaba haciendo.


Yo: No hagas eso. -Le decíagimiendo al mismo tiempo.


Dylan: Déjame hacerlo con mi lengua.-Me pedía con una voz tan sexy que me hacía desearlo más.


Yo: Pero ya lo tocaste, lecontestaba.


Sin decirme más, me cargó ycambio de lugar. Me acostó sobre el sillón y me abrió las piernas dejándole vermi calzón.


Dylan: Ábrete bien y deja tus piernasal aire, flexiónalas. -Me ordenaba.


Mi curiosidad no me dejaba tomarotra alternativa más que obedecerlo. Se hincó, descubrió mis piernas llevandomi falda hasta mi cintura.


Dylan: Que rica y sabrosa te vez,Dani.


Yo: ¿Si?


Dylan: Mucho, diría yo.


Sabía lo quería hacer. Con soloel haber sentido su dedo dentro de mí, me excitaba tanto, ahora con su lenguame haría explotar de placer. Acercó su cara a mi vaginapresionando su nariz en ella y respiró. ¡Dios! Su nariz se estaba metiendo enmi vagina mojada, lo podía sentir. A pesar de que aún tenía calzón, lasensación traspasaba esa delicada tela. Sus manos agarraban el resorte de micalzón y lentamente me lo fue jalando de tal forma que me lo fue retirando demi zona intima. Juntó mis piernas para que me la quitara fácilmente, al hacerlome volví a abrir dejándole ver toda mi vagina abierta y mi  ano.


Dylan: ¡Woow! Desearía queestuvieras desnuda cada vez que te viera para probarte toda.
 
Su boca comenzó a besar mi vaginalentamente y eso me creaba un cosquilleo muy rico. Sacó su lengua y la fueuntando en toda mi vagina.


Yo: ¡Aaahhh! -Solté un gemido.


Sentía como me saboreaba toda mirajita abierta. Su lengua llegó a mi clítoris y se detuvo ahí. Comenzó alamerlo lentamente, disfrutando de mí, lo hacía como si chupara una ricapaleta.


Yo: ¡Aaahhh! ¡Sí! ¡Chúpame!


Su lengua me daba un sabrosomasaje. Hacía círculos alrededor de mi clítoris usando su lengua, bañando mivagina de su saliva. Lo hacía tan rico que me incitó a apoyar mis manos sobresu cabeza, evitando que retirara su rostro de mi húmeda y caliente vagina. Losmovimientos de su lengua fueron aumentando, lamía con rapidez mi clítoris ¡Diosmío!


Yo: ¡¡¡¡Aaahhh!!!! ¡¡¡Si!!! ¡¡¡Así!!!¡¡¡Sigue así!!! ¡¡¡Chúpame!!!


Me volvía tan loca que apretaba conmis piernas su cabeza. Que rico se comía mi vagina. Abrí mis piernas liberandosu cabeza y de forma que mi vagina se abriera más para él. Al hacerlo, comenzóa acariciar mi ano con su lengua lentamente, lo lamía con delicadeza, saboreándomecon tranquilidad. Sentía un cosquilleo, pero era una sensación tan suave y ricaque no me moví para nada.


Mientras me lamía, empezó a metersu dedo índice lentamente a mi ano. Primero metió la mitad de su dedo, lo sacóy me lamió mi ano mojado, al de un rato metió su dedo de nuevo, dejándolo porun rato. Me gustaba mucho, tanto que apreté mi rabo y Dylan empezó a introducirtodo su largo dedo dentro de mí.


Yo: ¡Aaahhh! -Gemí de placer.


Me había penetrado tan rico. Sacórápido su dedo y se paró, se bajó su pantalón y su bóxer dejando ver su vergatoda parada ¡Dios! La tenía toda erecta, se veía tan rica, tan sabrosa. Verlame generaba antojo de mamársela con ganas, como una puta loca desesperada. Seagarró su verga y comenzó a frotársela lentamente.


Dylan: ¿Se te antoja? –Mepregunto.


Yo: Si, mucho.


Dylan: Ven, acércate.


Me dejé resbalar sobre el sillónquedando hincada sobre él. Me peiné hacia atrás el cabello, descubriendo mirostro. Cubrí su largo pene con mi mano derecha, estaba tan dura, la apretaba yse la jalaba, en un punto me acerque y se la olí, que rico aroma tenía.Acariciaba su verga con mi nariz de arriba hacia abajo y luego con mis labios.Tragué saliva y abrí mi boca sacando toda mi lengüita para lamerte toda esaricota verga. Mmmm… que rica estaba. Sentía sus venas gruesas, la teníacaliente y suave.


Yo: Nunca había tenido una vergaen mis manos y mucho menos en mi boca. -Decía yo, claramente mintiendo, porquela primera vez que mame una verga fue la de José.


Dylan: Chúpamela toda, Dani. -Mepedía Dylan al mismo tiempo peinándome.


Levanté su verga y le chupé unode sus testículos, lo succionaba y lo lamía. Luego recorrí toda mi lengua desdesus ricas pelotas hasta la puta de su verga, Lavando su pene con mi saliva.Empecé a lengüetear su glande con dulzura. Envolvía su punta con mi lengüita¡Santo dios! Nunca imaginé que fuera yo a hacer todo esto con la verga de mi amorplatónico.


Dylan: Ven. -Dijo Dylan.


Me levantó y se sentó en elsillón, por mi parte, me acerqué montándome sobre él.


Dylan: Quiero cogerte con ganas,Dani.


Yo: ¿Y cómo lo harás? -Lepregunté.


Mientras ambos nos mirábamos alos ojos, comencé a sentir como me untaba su verga en la entrada de mi vagina.Me estaba excitando. Mi vagina reaccionaba ante cierto estimulo. Mis plieguescomenzaron a abrirse. No aguantaba. Quería ya tenerla adentro. Sin esperar aque él lo hiciera me fui sentando poco a poco de forma que fuera entrándome surica y larga verga.


Yo: ¡¡¡Aaahhh!!! ¡¡¡¡Dios!!!! -Soltéun gemido y al mismo tiempo un grito desgarrador.


Había entrado. Apoyé mis manossobre sus hombros y los apreté con todas mis fuerzas. ¡Dios mío! Sentí como sime desgarraran por dentro. Era la segunda vez que tenía una verga adentro, élera la segunda persona que me penetraba después de José, pero pese a ello, loestaba disfrutando dolorosamente.


No estaba adentro por completopues me detuve, dejando que mi vagina se fuera abriendo poco a poco. SeguíBajando lentamente hasta que su miembro entrara por completo. Abracé a Dylan confuerza. Sentía como mi rostro formaba un gesto de dolor pero a la vez deplacer, me levante poco a poco dejando salir su verga. Sentía como me liberabapoco a poco y repetí ese proceso 5 veces.


Dylan: Tranquila, despacio. -Metranquilizaba Dylan.


Conforme subía y bajaba, comencéa disfrutar de una sensación de placer, me comenzaba a gustar.


Dylan: ¿Estas lista?


Yo: Si, lo estoy. -Cerré mis ojosy comencé a disfrutar de esa sensación.


Dylan: ¿Te gusta? Preguntó Dylan.


Yo: Si, me gusta, sigamos así¡¡¡¡Aaahhh!!!! ¡¡¡¡Síí!!!! ¡¡¡¡Así!!!!


Me encantaba. Comencé a acelerarel ritmo de arriba abajo, todo había cambiado. Dylan cubrió mi espalda con susmanos y yo abrace su cabeza.


Yo: ¡¡¡Dios!!! ¡¡¡¡Sííí!!!! ¡¡¡Querico!!!


Brincaba, subía y bajaba. Sesentía tan rico como su verga resbalara dentro de mi vagina.


Dylan: ¡¡¡¡Síí!!!! Aaahhh, Danino pares. ¡¡¡Sigue así!!! -Me pedía Dylan. Estaba disfrutando también.


Yo: ¡¡¡No!!! ¡¡¡No pararé!!! -Contestabaexcitadamente.


Metía toda su verga dentro de mí.¡Dios! Era tan rico todo esto. Mis caderas seguían el ritmo, en ese momentocubrió mi culo con sus grandes manos colocando su dedo índice en la entrada demi culo.


Yo: ¡Aaahhh! ¡¡¡Sííí!!! ¡¡¡Cógeme!!!-Suplicaba como loca.


Justo en ese instante metió sudedo en mi rabo.


Yo: ¡¡¡Aaahhh!!! ¡¡¡¡Que rico!!!!-Decía yo.


Dylan: ¿Te gusta?


Yo: ¡¡¡Sííí!!! ¡¡¡Me encanta!!!Anda mételo todo. -Le pedía.


¡¡¡Dios!!! Quería todo su dedodentro de mi culo sucio. Me cogía con su verga y me cogía con su dedo. Querico. Me llenaba el culo con ganas.


Yo: ¡¡¡Sigue así!!! ¡¡¡¡Nopares!!!! ¡¡¡¡Aaahhh!!!!! -Suplicaba como loca.


¡Dios! Aumentaba el ritmo, mepenetraba con más ganas. Que rico, me encantaba como me cogía. Retiró su dedo ylo chupó ¡¡Dios santo!! Probó mi culo. Le di un beso y metí mi lengua paraprobar su boca.


Dylan: Ahora hazlo tú. -Me pedíaDylan.


Yo: ¿Que haga qué?


Dylan: Lo que acabo de hacer.


Yo: Sígueme cogiendo, pero másrápido.


Sin decir otra cosa, aumento elritmo.


Yo: ¡¡¡¡Aaahhh!!!! ¡¡¡Así!!! ¡¡¡Dios!!!¡¡¡Que rico!!!


No podía, me cogía tan rico queme volvía loca. No sé qué pasaría después. Llevé mi mano a mi trasero y empecéa frotar mi rabo con mi dedo más largo.


Yo: ¡¡¡¡¡Sí!!!!! ¡¡¡¡Cógeme!!!! ¡¡¡Métemetoda tu verga!!! ¡¡¡¡Aaahhh!!!! -Gemía como loca.


Disfrutaba tan rico, no aguantabamás. Metí mi dedo hasta el fondo con desesperación y lo mantuve ahí.


Yo: ¡¡¡¡Aaahhh!!!! ¡¡¡¡¡Síí!!!!! ¡¡¡¡Siguepor favor!!!! ¡¡¡¡¡No pares!!!!!


Sentía que iba a explotar. Saquemi dedo y lo vi a meter, lo saqué y lo volvía a meter. Me penetraba el culo conmi dedo. Que rico, el me cogía por la vagina y yo me penetraba el ano con midedo.


Dylan: Quiero que te lo saques yque te lo chupes.


Yo: ¿Si? ¿¿Eso quieres?? -Lepreguntaba toda cansada y excitada.


Dylan: ¡¡Sí!! ¡¡¡Hazlo!!! -Estabaexcitado también.


Saqué mi dedo lentamente, y lometí dentro de mi boca. ¡¡Dios santo!! Estaba probando de mi culo, no meimportaba mucho, estaba tan excitada que lo disfrutaba con ganas. Me chupe conganas y me lo volví a meter todo, lo retire y lo volví a probar. Que rico, estabatan caliente, tan excitada que nunca pensé que fuera a hacer cosas taninimaginables como esas.


Dylan: ¡¡¡¡Quiero venirme Dani!!!!


Yo: ¡¡¡Espera!!! ¡¡¡No lohagas!!!


Dylan: ¿¿¿Qué hago???


Yo: ¡¡¡Ven!!!


Me levanté y me hinquérápidamente, agarre su verga y termine por masturbarlo hasta que se viniera.


Dylan: ¡¡¡¡Aaahhh!!!! ¡¡¡¡Dios!!!!¡¡¡¡Lo haces muy bien!!!! Decía Dylan.


Yo: ¡¡¡Ya suéltalo!!! ¡¡¡Dame detu semen!!! ¡¡¡¡Me lo quiero tragar!!!!


Dylan: ¡¡¡¡¡Aaahhh!!!!! ¡¡¡Nopares Dani!!! ¡¡¡¡Sigue así!!!!


Estaba a punto, ya lo queríatodo. Comencé a mamárselo de nuevo, succione su punta. Me metí toda su vergahasta mi garganta. ¡¡¡¡Dios!!!! La tenía toda en mi boca, me llenaba tan rico.Se la Jalé con ganas y coloque su glande sobre mi lengua. Hasta que al fin.


Dylan: ¡¡¡¡¡Aaahhh!!!!! ¡¡¡¡Dios!!!!¡¡¡¡¡No mames!!!!! -Gimió Dylan.


¡¡¡¡Santo cielo!!!! Le comenzó a salirtodo su semen de su verga, se venía en mi lengua. Se la Jalé con más fuerza yrapidez.


Dylan: ¡¡¡Aaahhh!!! ¡¡¡¡Síí!!!! -GemíaDylan con locura.


Masticaba su semen pegajoso, hicegárgaras con él y lo escupí sobre su verga cubriéndola toda de mi saliva y susemen. Le lave la verga y se la volví a chupar llevándome de nuevo su semen ymi saliva ¡¡¡Dios!!! ¡¡¡Qué asco!!! ¿¿¿Cómo era posible todo esto??? Soy unaasquerosa de primera pero aun así me gustaba. Tener su semen en mi boca era unasensación  tan asquerosa y a la vez muyrica. Finalmente decidí por tragarme todo. Se sentó en el sillón, mientras yoquedé hincada en el suelo.


Yo: Hay que vestirnos. -Le dije.


Me paré y me puse mi calzón, meabroché la falda, mi brasier y me acomode la blusa. El hizo lo mismo, se subiósu bóxer y su pantalón.


Yo: ¿Qué va a pasar ahora? –Pregunté.


Dylan: Actuaremos como que nopasó nada. -Contestó Dylan.


Sonó el claxon de la camioneta,llegaron. Nos miramos y se acercó plantando sus labios sobre los míos.


Dylan: No tienes de quepreocuparte, porqué esto aún no ha terminado.


Desafortunadamente sus promesasfueron falsas, porque al poco tiempo nos anunció que se tenía que ir a estudiaral extranjero, así que esa fue la primera y última vez que lo hicimos, eso merompió el corazón, pero por otro lado me daba gusto de que me pudo coger mínimouna vez y si llegase a volver me lo volvería a coger sin pensarlo dos veces.