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El inicio de los cuernos - parte 6

Habían pasado algunos días desde la última experiencia intensa de Julián y Lucía. La vida parecía haber vuelto a la normalidad, y por tres días no habían tenido sexo, algo entendible después de la explosión de placer que ambos habían experimentado. Lucía trabajaba en la oficina ese jueves, mientras Julián se quedaba haciendo home office. La rutina parecía haber retomado su curso, hasta que Lucía volvió más tarde de lo habitual, alrededor de las 19:30.

Cuando llegó, lo saludó con un beso cariñoso, pero sin ninguna señal particular de lo que tenía en mente. Se dirigió directamente al baño y luego, en lugar de regresar al living con Julián, lo llamó desde la habitación.

—Amor, ¿podés venir? —dijo con una voz seductora que ya dejaba entrever lo que se venía.

Intrigado, Julián se levantó y fue a la habitación. Al entrar, la encontró desnuda, acostada en la cama con las piernas abiertas y una sonrisa cómplice en el rostro. A su lado, había una cajita envuelta en papel de regalo.

—Vení, amor… —susurró Lucía, con un tono que le erizaba la piel—. Tengo ganitas… empezá chupándome la concha mientras te cuento algo… pasaron cositas.

Julián sintió la excitación invadir su cuerpo de inmediato. El corazón le latía rápido, esa mezcla de deseo y adrenalina que aparecía cada vez que Lucía tomaba el control. Se acercó entre sus piernas y empezó a lamer su sexo, saboreándola mientras ella gemía suavemente.

—Qué rica esa lengua, papi… —jadeó Lucía, acariciándole el pelo y guiando sus movimientos—. Tenés la pija chica, pero lo compensás con esa lengua, como me gusta…

Julián sentía cómo cada palabra lo encendía más. Mientras seguía con su lengua, Lucía lo sujetaba con más fuerza, guiándolo con sus manos, dejándose llevar por el placer.

—El hdp de Juanchi no para de joderme con el culo —dijo Lucía entre suspiros—. Se enteró de que no me lo cojes y eso lo volvió loco. Me preguntó cómo es que nunca lo hicimos… pero le dije que con él ni en pedo… Hoy, antes de irme, me dio esta cajita. Me dijo “tomá, para que el cornudo te prepare la colita para que te la coja yo”. —Lucía sonrió con malicia—. ¿Querés abrirla? ¿Querés prepararme para que me cojan?

Julián, un poco nervioso pero profundamente excitado, salió de entre sus piernas y, mientras se limpiaba el rostro, tomó la cajita con las manos temblorosas. Comenzó a abrirla lentamente, sabiendo que lo que estaba dentro iba a cambiar algo en su relación.

Cuando finalmente retiró el papel, vio una caja de sex shop que contenía un plug anal y un pote de lubricante. La sorpresa fue evidente en su rostro.

—Nunca habías visto uno, ¿no? —dijo Lucía, riéndose suavemente—. Tarado, esto va en el culo. Es un plug anal, lo ponés y la joyita queda afuera, para que vos la veas.

Con una sonrisa picarona, Lucía lo miró directamente a los ojos.

—¿Querés probar? No seas bruto, mirá que es grande… y en mi culito nunca entró nada.

Lucía se puso en cuatro, y Julián, nervioso pero entusiasmado, echó lubricante en su mano y luego sobre el trasero de ella. Aún un poco inexperto, apuntó el plug y empezó a hacer presión.

—¡Para, boludo! —rió Lucía, mirándolo por encima del hombro—. Sé más dulce con mi culo, jugale un poquito. Apoyá la punta y movelo en círculos, como si fuera el pad de un joystick.

La situación, lejos de ser tensa, era relajada y divertida. Ambos se reían mientras Julián seguía las indicaciones, poco a poco entendiendo cómo funcionaba. El cuerpo de Lucía, poco a poco, fue aceptando el plug, hasta que finalmente entró por completo, dejando la joyita roja asomando para la vista de Julián.

Lucía se tumbó boca abajo en la cama, moviendo lentamente las caderas, sintiendo el plug dentro de ella.

—No es incómodo… me gusta —dijo con una sonrisa mientras miraba a Julián, quien ya tenía una erección considerable—. Apa… mirá cómo estás. ¿Te calentó ponerme el plug mientras estaba en cuatro o te calienta saber que estás preparando mi culo para que otro me lo haga?

La voz de Lucía era intensa y dominante, y Julián, atrapado en la excitación, confesó lo que sentía.

—Me calienta saber que otro te va a coger el culo… —dijo en un susurro, completamente entregado.

—Ah, ¿sí, cornudo? —respondió Lucía, con una sonrisa de satisfacción—. ¿Te calienta? Sos tan cornudo que ni siquiera me preguntaste si quería probar primero con vos. Pero sabés qué… mi culo va a ser de cualquiera que me lo quiera romper, menos tuyo. ¿Te quedó claro?

Julián asintió, su mirada perdida en el placer y la sumisión. Lucía lo miraba con poder absoluto, disfrutando de cada segundo.

—Vení ahora, cojeme… —dijo ella, girándose y levantando la colita—. Estoy bastante caliente, imaginando cómo esa pija me rompe toda.

Julián, completamente consumido por el deseo, se colocó detrás de ella y se la metió de una. Lucía ya estaba extremadamente excitada, su cuerpo respondía a cada embestida.

—Sí… cojeme, cornudo… dale, dame pija. —Lucía gemía con fuerza, su voz ronca, completamente perdida en el placer—. SI, cojeme cornudo, dale, si dame pija, dale juanchi cojete a esta puta, lo mandaste al cornudo a prepararme el orto para rompermelo, sos un hdp, haceme tuya, haceme bien puta....

Julián no pudo contenerse más. La mezcla de la humillación y el deseo lo hizo terminar rápidamente, liberando toda la tensión acumulada mientras Lucía gemía debajo de él, llegando al clímax al mismo tiempo.

Ambos quedaron tirados en la cama, exhaustos, con el olor a sexo y lubricante llenando el ambiente. Después de unos minutos recuperándose, Lucía giró la cabeza y lo miró.

—Fue increíble, amor —dijo con una sonrisa satisfecha—. Qué lindo polvo, cómo me calienta imaginarme al otro hdp…

Julián la miró con una sonrisa cansada, y luego se durmieron abrazados, disfrutando de la cercanía después de una experiencia tan intensa y placentera.

3 comentarios - El inicio de los cuernos - parte 6

Pareja_caba21 +1
El inicio de los cuernos - parte 6
prov0c_4rte +1
EXCELENTE, aca tienen la vista de lo que vio Juli.


PD: A este tambien esta para hacerlo cornudo eh ! 😈