Hola a todos como andan?
Escribo este relato para compartir la fantasía que tengo hace mucho tiempo de poder cogerme una hermosa trans natural, pero dado que soy un hombre promedio de 40 años, y me muevo en circulos sociales estandar, me es imposible conocer una chica trans.
Probé visitando chicas trans escort, pero las 3 experiencias que tuve, me resultaron horribles, ya que me tocaron personas muy frias, y no hubo ningún tipo de piel, por lo cual no llegué a disfrutar o a poder concretar mi fantasía de verdad.
Desde hace años que miro videos de trans y shemales, y de a poco me fui dando cuenta que me gustaban mas los video de chicas naturales. Nunca me gustaron las tetas de silicona y con las chicas trans me pasa lo mismo, me calientan mucho las tetitas naturales, incluso aquellas que son casi planas.
Terminando con el preambulo, pasemos al relato.
Aquella noche sentía que algo diferente iba a pasar. Me encontraba fuera de mi país, ya que viajo regularmente por negocios.
Tengo 43 años y considero que fisicamente estoy muy bien, ya que soy de cuidarme bastante, y ademas de practicar varios deportes, voy regularmente al gimnasio, para poder mantenerme en forma.
En mis viajes suelo salir de noche a tomar algo, y es bastante común que termine conociendo a alguna chica, ya que soy muy sociable y naturalmente hablo con las personas sin ningún tipo de vergüenza, lo que me facilita el acercamiento con mujeres, cuando me lo propongo.
Esa noche en Bogotá, decidí ir a tomar algo a la zona rosa, conocida por sus bares y discos, sin dudas, la zona mas divertida de la ciudad.
Pedí mi habitual gin tonic y me puse a zondear el lugar con la vista, en búsqueda de alguna chica que estuviera con esa postura corporal que suelo detectar, en la cual (incluso sin darse cuenta) demuestran que están mas predispuestas a charlar con un chico.
La realidad es que la noche venía muy pobre, algún que otro grupo de chicas, pero nada que viera viable para acercarme a conversar. Algo desilusionado decidí pararme de mi mesa, e ir a la barra a ordenar mi último trago antes de irme al hotel. Esperando que me atiendan, siento que alguien se para al lado mío, y giro mi cabeza para ver quien era.
De pronto, la vi a ella. Una chica de mi misma altura, bastante joven, no mas de 25 años. Llevaba un vestido ajustado al cuerpo, que dejaba ver que era muy delgada, y con muy pocas curvas, pero sumamente sensual. Comencé a subir la mirada desde su falda hacia arriba, y al llegar al rostro, la sorpresa me inundó... Era claramente una chica trans, si nuez de adán la dejaban en evidencia. Sin embargo era en extremo preciosa de cara, y con los ojos celestes como el cielo.
Me sonrió, y tarde unos segundos en lograr salir del transe, para devolverle la sonrisa.
-Ya has pedido?- me preguntó, con una voz algo grave, pero muy dulce.
- No todavía no pedí nada.
- Ah! tu no eres de aquí!. Argentino?
- Si, como te diste cuenta?
Y nos reímos los dos por mi obvio acento porteño.
-Te pido algo?- le pregunté
-Tú que vas a pedir?- me dijo
-Un gin tonic
-Mmm me encanta, te sigo.
- Como te llamas - Me preguntó
- Martín y vos?
- Morena
Algo que aun no entiendo, me impulsó a seguir adelante con esta situación en la cual se empezaba a sentir algo de tensión sexual, y acto seguido le dije.
- bueno Morena, ojo con seguirme porque no sabés donde podés terminar -
Ella se rió un rato.
- Estas solo? me preguntó
- Yo si, y vos?
- Yo también - Me dijo - Estaba esperando a una amiga que me acaba de avisar que tuvo un problema y no va a venir, me iba a tomar un ultimo trago antes de irme para casa.
- Bueno, si querés charlamos un rato, yo también estaba por irme- Le dije.
A continuación nos fuimos a mi mesa, y nos pusimos a conversar, el alcohol y la situación estaban haciendo que me empiece a calentar, y a preguntar cómo sería estar con una chica trans. Mil veces fantasee con eso, pero jamas pensé que podía estar tan cerca de concretarlo como estaba en ese momento.
Entre charla y charla, como algo natural, le tome la mano mientras le contaba algo al oido, tratando de que la música no tapara mi relato. Al terminar lo que le estaba diciendo, nos separamos levemente, y nuestras caras quedaron a 5 centímetros, mirándonos a los ojos.
- Esta situación te pone incómodo?- Me preguntó. y volvió a preguntarme
- Te da vergüenza que alguien te pueda ver con una chica como yo?
- Acá no me conoce nadie, y me encanta estar acá charlando con vos.
Terminé de decir eso y se me avalanzó pegándome tremendo beso. Lo dulce de su perfume me transportó, y no pude evitar dejarme llevar por ese beso. Abrí mi boca y saqué mi lengua, que se encontró con la de ella y nos dimos el beso mas rico que alguna vez me hayan dado.
Nos sepamos y me dice. Vivo a 5 cuadras, si te animas, te invito a seguirla en mi apartamento.
No había llegado hasta ahí para acobardarme, necesitaba la experiencia completa, saber si mis fantasías eran tal como las había imaginado, por lo que le respondí:
- Me encantaría.
Llegamos a su departamento y ni bien cerramos la puerta, empezamos a besarnos desenfrenadamente. Caminamos sin separar nuestras bocas, hasta llegar al sillón. Me senté y Morena se sentó encima mio, besándome apasionadamente.
Mis manos tomaron vida propia, y empecé a recorrer toda su espalda, por debajo de su vestido. Ella levantó los brazos, como pidiéndome que se lo saque, y no la hice esperar.
Comencé a levantar su vestido, hasta que se perdió por encima de sus brazos. Su cuerpo era delgado y delicado, su piel muy blanca, y suave como la seda. Quedaron frente a mi, sus dos pequeñas tetas, apenas unos pezones rozados, sus pechos dejaban ver algún tratamiento de hormonas, ya que los pezones tenían relieve, y sus pechos estaban algo desarrollados.
No pude evitar avalanzarme sobre ellos, y comencé a chuparlos con lascivia y placer. Morena gemía en voz baja, seguía sentada sobre mi, con una bombachita blanca hermosa.
De repente un pequeño pene se empezó a marcar en su bombacha. La puse de pié y la miré de cuerpo entero, era hermosa, parada frente a mi con sus tetitas naturales, su pelo largo negro y su pequeña bombachita con su pene erecto dentro. Me quité mi ropa hasta quedar completamente desnudo, ella se me vino encima y me volvió a sentar en el sillón, besándome con mucha lujuria.
Comenzó a besar mi cuello, y se arrodilló frente a mi, besando mi pecho y bajando lentamente por mi pelvis, hasta que alcanzó mi pene que estaba mas erecto que nunca.
Besó la punta de mi palo, y luego empezó a metérselo en la boca, hasta que llegó a metérselo completamente, haciendo arcadas, sacándoselo, escupiéndolo y volviendo a metérselo completo. Nunca jamas me habían hecho una chupada de pija tan rica.
Dejó mi verga por un instante y vino a besarme, sentí por un instante el sabor de mi pija en la boca, y lejos de desagradarme, la besé con mas ganas.
La volví a poner de pié adelante de mi, yo sentado en el sillón, y le bajé la bombachita hasta los tobillos, dejando libre si pequeño pene, que con la calentura que tenía, me pareció hermoso (jamas había visto tan cerca un pene, ni mucho menos, pensado en que podía ser hermoso un pito).
Fue inevitable, acerqué mi cara y tuve que chupárselo. Se lo lamí de arriba a abajo, le toqué sus huevos y pasé mi mano hasta su culito, tanteando su hermoso agujerito, que latía como pidiendo atención. Chupé si pitito con muchas ganas, me lo metí completamente en la boca, y su sabor me emborrachó, chupé sus huevos y volví a jugar con mi lengua hasta la cabeza de su hermosa y sabrosa verguita.
Morena gemia de placer a los gritos, y en un momento me pidió:
- Quiero que me cojas - Me dijo. Fue la gloria para mis oídos.
Se separó de mi, y se fue a su dormitorio.
- Ven para aquí! - Me gritó desde allá.
Al llegar la encontré acostada en la cama boca arriba, me tiré encima suyo y empezamos a besarnos de nuevo. Ahora nuestras vergas se tocaba y acariciaban mientras nos besábamos. Pasé mis manos por todo su cuerpo, su boca, su cuello, sus tetas, baje por su pancita hasta su verga. Nos pajeamos mutuamente unos minutos y luego ella se separó de mi. Sacó del cajón de su mesa de luz, un gel intimo.
Se acostó nuevamente boca arriba, abajo mío. Levantando leventente las piernas, puso gél en su cola, y luego puso en mi pene, pajeandome levemente.
Puso una almohada debajo de su cintura y su culo quedó alineado a mi verga, entendí en el momento lo que tenía que hacer. Acerqué mi verga hasta la entrada de su culo y me preparé para embestirla.
- Despacio, de a poco - Me dijo Morena.
Comencé a empujar lentamente, hasta que su culo cedió a la presión y de golpe entró toda la cabeza de mi pija.
- Ahhh - dijo ella.
Comencé a penetrarla de a poco, y lentamente fui incrementando el ritmo y la profundidad de cada arremetida. En un momento estábamos cogiendo como locos, yo metiendo y sacando a todo ritmo mi pija en su cola, ella gimiendo como loca.
Comencé a pajearla mientras la cojía, y eso la volvió aún mas loca.
- Si me encanta!, Así! Ahhhh, que rico que me cojes!
- Si, putita hermosa, te voy a cojer toda la noche esa cola hermosa que tenés
Nos besamos de nuevo.
Se la saqué un instante para no acabar, no quería que esto termine, y aproveché que ella tenía su verguita bien parada, para volver a chupársela un rato. El perfume que tenía Morena, el sabor de su lapiz labial y el líquido preseminal que le salía me estaban volviendo loco.
Toda la experiencia superaba mis expectativas y lejos de desagradarme, estaba mas caliente que nunca antes en mi vida.
Morena me acostó en la cama y se sentó encima mio, mirando para mi lado. Con mucha gracia, se levantó un poco y puso la cabeza de mi verga en la entrada de su cola, y de a poco fue bajando hasta quedar completamente sentada, con mi verga toda adentro de ella, y ahí empezó a cabalgar como una puta hermosa, Yo manoseaba su cola y sus tetitas, que me volvían loco.
Su verga rebotaba en mi panza cada vez que bajaba, la tenia muy parada, se notaba que ella estaba muy exitada, entonces se la agarré y la comencé a pajear mientras ella me cabalgaba. La situación era sumamente morbosa y yo ya no podía mas de calentura.
- Me vas a hacer acabar- Le dije
- Tú también - me dijo ella - Acabemos juntos.
-Me vengo! le dije.
- ahhhhhhh.... empecé a acabarle toda la cola por dentro y en ese mismo momento ella empezó a acabarme encima de la panza.
- ahhhhhh que ricoooooo - me dijo y se desplomó encima mío, con mi verga todavía adentro de ella.
Estuvimos así un par de minutos, ella me dio un beso hermoso y se acostó al lado mío.
- Quieres ducharte? - me dijo
- Si, pero quiero que vos te duches conmigo.
Para no hacerlo demasiado largo, solo les voy a decir, que nos duchamos juntos y cojimos de nuevo en la ducha. Despues me quedé a dormir y cuando me desperté, ella estaba igual de hermosa que la noche anterior, Nos dimos unos besos y me fui.
Nunca mas me tocó volver a Bogotá, pero la experiencia con Morena, no me la olvido mas.
Si este relato fue fantasía o realidad, quedará en la cabeza de cada lector
Espero que les haya gustado!
Escribo este relato para compartir la fantasía que tengo hace mucho tiempo de poder cogerme una hermosa trans natural, pero dado que soy un hombre promedio de 40 años, y me muevo en circulos sociales estandar, me es imposible conocer una chica trans.
Probé visitando chicas trans escort, pero las 3 experiencias que tuve, me resultaron horribles, ya que me tocaron personas muy frias, y no hubo ningún tipo de piel, por lo cual no llegué a disfrutar o a poder concretar mi fantasía de verdad.
Desde hace años que miro videos de trans y shemales, y de a poco me fui dando cuenta que me gustaban mas los video de chicas naturales. Nunca me gustaron las tetas de silicona y con las chicas trans me pasa lo mismo, me calientan mucho las tetitas naturales, incluso aquellas que son casi planas.
Terminando con el preambulo, pasemos al relato.
Aquella noche sentía que algo diferente iba a pasar. Me encontraba fuera de mi país, ya que viajo regularmente por negocios.
Tengo 43 años y considero que fisicamente estoy muy bien, ya que soy de cuidarme bastante, y ademas de practicar varios deportes, voy regularmente al gimnasio, para poder mantenerme en forma.
En mis viajes suelo salir de noche a tomar algo, y es bastante común que termine conociendo a alguna chica, ya que soy muy sociable y naturalmente hablo con las personas sin ningún tipo de vergüenza, lo que me facilita el acercamiento con mujeres, cuando me lo propongo.
Esa noche en Bogotá, decidí ir a tomar algo a la zona rosa, conocida por sus bares y discos, sin dudas, la zona mas divertida de la ciudad.
Pedí mi habitual gin tonic y me puse a zondear el lugar con la vista, en búsqueda de alguna chica que estuviera con esa postura corporal que suelo detectar, en la cual (incluso sin darse cuenta) demuestran que están mas predispuestas a charlar con un chico.
La realidad es que la noche venía muy pobre, algún que otro grupo de chicas, pero nada que viera viable para acercarme a conversar. Algo desilusionado decidí pararme de mi mesa, e ir a la barra a ordenar mi último trago antes de irme al hotel. Esperando que me atiendan, siento que alguien se para al lado mío, y giro mi cabeza para ver quien era.
De pronto, la vi a ella. Una chica de mi misma altura, bastante joven, no mas de 25 años. Llevaba un vestido ajustado al cuerpo, que dejaba ver que era muy delgada, y con muy pocas curvas, pero sumamente sensual. Comencé a subir la mirada desde su falda hacia arriba, y al llegar al rostro, la sorpresa me inundó... Era claramente una chica trans, si nuez de adán la dejaban en evidencia. Sin embargo era en extremo preciosa de cara, y con los ojos celestes como el cielo.
Me sonrió, y tarde unos segundos en lograr salir del transe, para devolverle la sonrisa.
-Ya has pedido?- me preguntó, con una voz algo grave, pero muy dulce.
- No todavía no pedí nada.
- Ah! tu no eres de aquí!. Argentino?
- Si, como te diste cuenta?
Y nos reímos los dos por mi obvio acento porteño.
-Te pido algo?- le pregunté
-Tú que vas a pedir?- me dijo
-Un gin tonic
-Mmm me encanta, te sigo.
- Como te llamas - Me preguntó
- Martín y vos?
- Morena
Algo que aun no entiendo, me impulsó a seguir adelante con esta situación en la cual se empezaba a sentir algo de tensión sexual, y acto seguido le dije.
- bueno Morena, ojo con seguirme porque no sabés donde podés terminar -
Ella se rió un rato.
- Estas solo? me preguntó
- Yo si, y vos?
- Yo también - Me dijo - Estaba esperando a una amiga que me acaba de avisar que tuvo un problema y no va a venir, me iba a tomar un ultimo trago antes de irme para casa.
- Bueno, si querés charlamos un rato, yo también estaba por irme- Le dije.
A continuación nos fuimos a mi mesa, y nos pusimos a conversar, el alcohol y la situación estaban haciendo que me empiece a calentar, y a preguntar cómo sería estar con una chica trans. Mil veces fantasee con eso, pero jamas pensé que podía estar tan cerca de concretarlo como estaba en ese momento.
Entre charla y charla, como algo natural, le tome la mano mientras le contaba algo al oido, tratando de que la música no tapara mi relato. Al terminar lo que le estaba diciendo, nos separamos levemente, y nuestras caras quedaron a 5 centímetros, mirándonos a los ojos.
- Esta situación te pone incómodo?- Me preguntó. y volvió a preguntarme
- Te da vergüenza que alguien te pueda ver con una chica como yo?
- Acá no me conoce nadie, y me encanta estar acá charlando con vos.
Terminé de decir eso y se me avalanzó pegándome tremendo beso. Lo dulce de su perfume me transportó, y no pude evitar dejarme llevar por ese beso. Abrí mi boca y saqué mi lengua, que se encontró con la de ella y nos dimos el beso mas rico que alguna vez me hayan dado.
Nos sepamos y me dice. Vivo a 5 cuadras, si te animas, te invito a seguirla en mi apartamento.
No había llegado hasta ahí para acobardarme, necesitaba la experiencia completa, saber si mis fantasías eran tal como las había imaginado, por lo que le respondí:
- Me encantaría.
Llegamos a su departamento y ni bien cerramos la puerta, empezamos a besarnos desenfrenadamente. Caminamos sin separar nuestras bocas, hasta llegar al sillón. Me senté y Morena se sentó encima mio, besándome apasionadamente.
Mis manos tomaron vida propia, y empecé a recorrer toda su espalda, por debajo de su vestido. Ella levantó los brazos, como pidiéndome que se lo saque, y no la hice esperar.
Comencé a levantar su vestido, hasta que se perdió por encima de sus brazos. Su cuerpo era delgado y delicado, su piel muy blanca, y suave como la seda. Quedaron frente a mi, sus dos pequeñas tetas, apenas unos pezones rozados, sus pechos dejaban ver algún tratamiento de hormonas, ya que los pezones tenían relieve, y sus pechos estaban algo desarrollados.
No pude evitar avalanzarme sobre ellos, y comencé a chuparlos con lascivia y placer. Morena gemía en voz baja, seguía sentada sobre mi, con una bombachita blanca hermosa.
De repente un pequeño pene se empezó a marcar en su bombacha. La puse de pié y la miré de cuerpo entero, era hermosa, parada frente a mi con sus tetitas naturales, su pelo largo negro y su pequeña bombachita con su pene erecto dentro. Me quité mi ropa hasta quedar completamente desnudo, ella se me vino encima y me volvió a sentar en el sillón, besándome con mucha lujuria.
Comenzó a besar mi cuello, y se arrodilló frente a mi, besando mi pecho y bajando lentamente por mi pelvis, hasta que alcanzó mi pene que estaba mas erecto que nunca.
Besó la punta de mi palo, y luego empezó a metérselo en la boca, hasta que llegó a metérselo completamente, haciendo arcadas, sacándoselo, escupiéndolo y volviendo a metérselo completo. Nunca jamas me habían hecho una chupada de pija tan rica.
Dejó mi verga por un instante y vino a besarme, sentí por un instante el sabor de mi pija en la boca, y lejos de desagradarme, la besé con mas ganas.
La volví a poner de pié adelante de mi, yo sentado en el sillón, y le bajé la bombachita hasta los tobillos, dejando libre si pequeño pene, que con la calentura que tenía, me pareció hermoso (jamas había visto tan cerca un pene, ni mucho menos, pensado en que podía ser hermoso un pito).
Fue inevitable, acerqué mi cara y tuve que chupárselo. Se lo lamí de arriba a abajo, le toqué sus huevos y pasé mi mano hasta su culito, tanteando su hermoso agujerito, que latía como pidiendo atención. Chupé si pitito con muchas ganas, me lo metí completamente en la boca, y su sabor me emborrachó, chupé sus huevos y volví a jugar con mi lengua hasta la cabeza de su hermosa y sabrosa verguita.
Morena gemia de placer a los gritos, y en un momento me pidió:
- Quiero que me cojas - Me dijo. Fue la gloria para mis oídos.
Se separó de mi, y se fue a su dormitorio.
- Ven para aquí! - Me gritó desde allá.
Al llegar la encontré acostada en la cama boca arriba, me tiré encima suyo y empezamos a besarnos de nuevo. Ahora nuestras vergas se tocaba y acariciaban mientras nos besábamos. Pasé mis manos por todo su cuerpo, su boca, su cuello, sus tetas, baje por su pancita hasta su verga. Nos pajeamos mutuamente unos minutos y luego ella se separó de mi. Sacó del cajón de su mesa de luz, un gel intimo.
Se acostó nuevamente boca arriba, abajo mío. Levantando leventente las piernas, puso gél en su cola, y luego puso en mi pene, pajeandome levemente.
Puso una almohada debajo de su cintura y su culo quedó alineado a mi verga, entendí en el momento lo que tenía que hacer. Acerqué mi verga hasta la entrada de su culo y me preparé para embestirla.
- Despacio, de a poco - Me dijo Morena.
Comencé a empujar lentamente, hasta que su culo cedió a la presión y de golpe entró toda la cabeza de mi pija.
- Ahhh - dijo ella.
Comencé a penetrarla de a poco, y lentamente fui incrementando el ritmo y la profundidad de cada arremetida. En un momento estábamos cogiendo como locos, yo metiendo y sacando a todo ritmo mi pija en su cola, ella gimiendo como loca.
Comencé a pajearla mientras la cojía, y eso la volvió aún mas loca.
- Si me encanta!, Así! Ahhhh, que rico que me cojes!
- Si, putita hermosa, te voy a cojer toda la noche esa cola hermosa que tenés
Nos besamos de nuevo.
Se la saqué un instante para no acabar, no quería que esto termine, y aproveché que ella tenía su verguita bien parada, para volver a chupársela un rato. El perfume que tenía Morena, el sabor de su lapiz labial y el líquido preseminal que le salía me estaban volviendo loco.
Toda la experiencia superaba mis expectativas y lejos de desagradarme, estaba mas caliente que nunca antes en mi vida.
Morena me acostó en la cama y se sentó encima mio, mirando para mi lado. Con mucha gracia, se levantó un poco y puso la cabeza de mi verga en la entrada de su cola, y de a poco fue bajando hasta quedar completamente sentada, con mi verga toda adentro de ella, y ahí empezó a cabalgar como una puta hermosa, Yo manoseaba su cola y sus tetitas, que me volvían loco.
Su verga rebotaba en mi panza cada vez que bajaba, la tenia muy parada, se notaba que ella estaba muy exitada, entonces se la agarré y la comencé a pajear mientras ella me cabalgaba. La situación era sumamente morbosa y yo ya no podía mas de calentura.
- Me vas a hacer acabar- Le dije
- Tú también - me dijo ella - Acabemos juntos.
-Me vengo! le dije.
- ahhhhhhh.... empecé a acabarle toda la cola por dentro y en ese mismo momento ella empezó a acabarme encima de la panza.
- ahhhhhh que ricoooooo - me dijo y se desplomó encima mío, con mi verga todavía adentro de ella.
Estuvimos así un par de minutos, ella me dio un beso hermoso y se acostó al lado mío.
- Quieres ducharte? - me dijo
- Si, pero quiero que vos te duches conmigo.
Para no hacerlo demasiado largo, solo les voy a decir, que nos duchamos juntos y cojimos de nuevo en la ducha. Despues me quedé a dormir y cuando me desperté, ella estaba igual de hermosa que la noche anterior, Nos dimos unos besos y me fui.
Nunca mas me tocó volver a Bogotá, pero la experiencia con Morena, no me la olvido mas.
Si este relato fue fantasía o realidad, quedará en la cabeza de cada lector
Espero que les haya gustado!
5 comentarios - Complo mi fantasia con una trans natural.