Ellatenía sexo con caballeros vestidos con armaduras metálicas, rígidas, frías…
solo pensar en ese material, despertaban todas sus fantasías.
Cuando estaba con ellos, se sentía hermosa, deseada, única. Amaba encontrarsediferente entre ellos… Sentir el calor de su cuerpo contra el frio de ellos,sentir la suavidad de su piel, contra el duro metal, el color de sus venascerca de las puntiagudas espadas.
Espera con mucho deseo ese momento en el que llegaban, se preparaba, searreglaba, se ponía solo una prenda para la ocasión y algún detalle sugerente,se colgaba cadenitas de perlas por todo el cuerpo…
Le gustaba mucho que la sorprendan, más de una vez, jugaba a dormirse para sersorprendida y así despertarse con el frío contacto con el material. Su cuerpo seestremecía, se contorneaba de placer con solo ese contacto.
Ellos sabían que ella amaba que la sujeten entre ambos, que la agarren y lalevanten hasta quedar a upa, entre los dos, abrazando con sus piernas a uno deellos, sintiendo las caricias frías en sus pezones, en su cuello, en susnalgas. Gozaban al ver como ella se mojaba con cada movimiento, metían susdedos de a uno y se los daban para chupar uno al otro, y entre los tres.
Todo era placer, goce
A veces inventaban juegos de sumisión, traían disfraces para ella, otras veces,jugaban en la ducha.
Ella los adoraba
Amaba lamer el metal, hacerlos explotar de placer hasta no aguantar más y sacarsus penes por entre las armaduras. Su cuerpo era fuego, sentía fiebre de tantoplacer, y no podía más de ganas de tocarlos, besarlos, lamerlos, saborearlos…fantaseabaa diario con ese momento.
Al llegar ellos, ella se sentía libre, era “ella”, se dejaba ser, nada seinterponía, nada la avergonzaba. Lamía el pene de uno, mientras esperaba serpenetrada por el otro al mismo momento. Amaba estar ahí, entre ellos dos, elfrio, el roce, el goce que sentía entre esas dos armaduras.
solo pensar en ese material, despertaban todas sus fantasías.
Cuando estaba con ellos, se sentía hermosa, deseada, única. Amaba encontrarsediferente entre ellos… Sentir el calor de su cuerpo contra el frio de ellos,sentir la suavidad de su piel, contra el duro metal, el color de sus venascerca de las puntiagudas espadas.
Espera con mucho deseo ese momento en el que llegaban, se preparaba, searreglaba, se ponía solo una prenda para la ocasión y algún detalle sugerente,se colgaba cadenitas de perlas por todo el cuerpo…
Le gustaba mucho que la sorprendan, más de una vez, jugaba a dormirse para sersorprendida y así despertarse con el frío contacto con el material. Su cuerpo seestremecía, se contorneaba de placer con solo ese contacto.
Ellos sabían que ella amaba que la sujeten entre ambos, que la agarren y lalevanten hasta quedar a upa, entre los dos, abrazando con sus piernas a uno deellos, sintiendo las caricias frías en sus pezones, en su cuello, en susnalgas. Gozaban al ver como ella se mojaba con cada movimiento, metían susdedos de a uno y se los daban para chupar uno al otro, y entre los tres.
Todo era placer, goce
A veces inventaban juegos de sumisión, traían disfraces para ella, otras veces,jugaban en la ducha.
Ella los adoraba
Amaba lamer el metal, hacerlos explotar de placer hasta no aguantar más y sacarsus penes por entre las armaduras. Su cuerpo era fuego, sentía fiebre de tantoplacer, y no podía más de ganas de tocarlos, besarlos, lamerlos, saborearlos…fantaseabaa diario con ese momento.
Al llegar ellos, ella se sentía libre, era “ella”, se dejaba ser, nada seinterponía, nada la avergonzaba. Lamía el pene de uno, mientras esperaba serpenetrada por el otro al mismo momento. Amaba estar ahí, entre ellos dos, elfrio, el roce, el goce que sentía entre esas dos armaduras.
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