Dos semanas antes de la escena del sofá, mi hermana Ali me llamó para preguntarme si estaba sola en casa, ya que quería hablar conmigo. Supuse que seria para comentarme algo de sus hijos o de nuestra familia y aprovechando que mi marido estaba fuera con los niños, le dije que viniera a tomar el café. Poco imaginaba que iba a llevarme la sorpresa de mi vida.
Ali es dos años menor que yo y muy diferente a mí en todos los aspectos. Un poco más alta que yo, delgada, con unas tetas pequeñas que siempre la han acomplejado, con unas bonitas piernas y un buen culo herencia de familia. Hemos tenido la típica relación de hermanas, aunque su carácter duro y exigente ha hecho que algunas veces tuviéramos nuestros conflictos.
La conversación fue larga y intentaré resumirla. Después de hablar de una par de temas banales, un poco nerviosa, empezó a explicarme que desde hacia un tiempo estaba insatisfecha sexualmente. Que con su marido cogian regularmente y lo disfrutaba pero que últimamente ella quería que el fuera más morboso y atrevido en la cama, pero que el no le hacia caso y continuaba con el sexo tradicional.
Dado que su profesión le permitía trabajar desde casa, pasaba muchas horas sóla y los últimos meses se había aficionado a mirar porno en internet y a masturbarse.
Estas últimas semanas me hago varia pajas cada día viendo porno duro y deseando ser yo la mujer que se cogen en los videos. Tengo claro que mi marido no querrá nunca entrar en ese juego y hasta he pensado buscar un hombre en las secciones de contactos, pero me da miedo.
Yo estaba alucinada. Prácticamente nunca habíamos hablado así de sexo con Alí y aunque alguna vez me había comentado lo poco sexual que era su marido, siempre había pensado que tenían una relación satisfactoria.
¿Pero que es lo que quieres y el no te da?
Quiero que me cojan duro, quiero ser usada, quiero ser una sumisa.
Más alucinada. Mi hermana, tan o más pudorosa que yo hasta entonces, diciéndome que necesitaba sexo duro.
¿Y por que me lo cuentas? ¿Qué quieres que haga yo?
No me atrevo a ir con un desconocido, así que te quiero pedir que me dejes a tu marido.
Estallé en una carcajada. No me lo podía creer. ¡Mi propia hermana pidiéndome a mi marido para coger ¡
Estuvimos hablando un buen rato más. Ella intentando convencerme y yo diciéndole que estaba loca, hasta que al final reímos un rato y le acabé aconsejando que convenciera a su marido.
Con él nunca tendré lo que necesito, pero le quiero y estoy bien con él. Ni tampoco te quiero quitar el marido. Sólo quiero una pija que haga realidad mis fantasías. Piénsatelo, por favor.
La tarde pasó y aunque no dejaba de darle vueltas al tema, con el ajetreo de los niños me olvidé. Por la noche, ya en la cama, se lo expliqué a Ton. Primero se lo tomó a broma pensando que le tomaba el pelo, pero cuando vio que era verdad se sorprendió tanto como yo. La noche fue larga y dormimos poco. Para no alargarme, os diré que al final decidimos aceptar su propuesta. Todavía hoy me pregunto porque dije que si. Yo que me moría de celos si Ton hacia demasiado caso a otra mujer, yo que siempre había dicho que no soportaría verlo con otra en la cama, estaba dispuesta a que se follara a mi hermana.
Al día siguiente le mande mensaje a mi hermanan
Si sigues convencida de lo que dijiste ayer, aceptamos tu propuesta. Pero hay condiciones. Quedamos en tu casa a las tres para hablar.
Cuando nos encontramos, Ali sonrió avergonzada pero satisfecha. Empecé yo a hablar.
Dejaré que mi marido te coja , pero será una sola vez. Tendrás toda una tarde con él, hará contigo lo que quiera. Acepto esto para que tú tengas lo que quieres pero también para que él dé rienda suelta a sus fantasías y deseos. Y además yo estaré delante.
Esto último le sorprendió, pero asintió enseguida. Que yo estuviera presente fue idea de mi marido y a mi me dio la confianza que me faltaba.
Una semana más tarde llegó el día.
Ali iba vestida, como le había pedido Ton, con su ropa habitual. Yo también iba normal.
Entramos en el hotel
La habitación era amplia, con una gran cama, un sofá delante y una mesita baja rectangular. Alí y yo nos quitamos los abrigos y nos sentamos en el sofá, algo nerviosas, sin saber como actuar. Ton tomó el control de la situación y después de inspeccionar la habitación dijo:
¿Qué tal si empezamos? Ali ponte de pie delante nuestro.
Ton me beso, se sentó a mi lado y mirando a mi hermana dijo:
Te confieso que siempre he fantaseado muchas veces imaginándote desnuda. Ahora quítate la ropa despacio como yo te vaya diciendo. Empieza por las botas
Ali obedeció, quedando sus piernas desnudas debajo la falda que le cubría hasta las rodillas
Había llegado el momento. Ali me miro y se saco rápidamente la blusa y el sujetador negro a conjunto con el tanga. Sus pequeñas tetas quedaron al aire, remarcándose unos grandes pezones duros y erectos. Dudé si era por el frío o por la excitación. desnuda delante de su hermana esperando ser cogida por su cuñado. Yo la miraba pensando si aquello era una buena idea, mientras me fijé en Ton repasándola de arriba abajo. Se entretuvo en cada parte de su cuerpo, fijándose mucho en sus pies. Yo sabia que a le excitaban los pies desnudos de la mujeres.
Ponte de espalda, inclínate hacia delante, separa las piernas y enséñanos el concha y el culo. Muy bien, ahora ábretelos con las manos.
m,i marido se levanto y mientras se quitaba toda la ropa dijo:
Para empezar me vas chupar la pija .
Acercándose a la entrada cogió una bolsa que había traído de casa y me la dio.
He traído algunos juguetes. Si te animas puedes elegir.
Miré dentro de la bolsa y había consoladores de diferentes tamaños y formas y otros juguetes.
Yo solo he venido a mirar, dije sonriendo.
Ya veremos, respondió él.
Acercándose a Ali la hizo poner de rodillas y agarrándose la polla que ya estaba dura ordenó:
Cómetela.
Ali abrió la boca y primero tímidamente y después más decidida empezó a mamársela demostrando que no era la primera. Yo miraba absorta como la polla de mi marido entraba y salía de la boca de mi hermana. Aquella polla que hasta ese momento sólo yo había chupado.
Ton suspiraba de placer. Viendo que Ali acercaba la mano que le quedaba libre a su coño para acariciarse, dijo:
Ni se te ocurra tocarte, Ahora sólo has de estar para mí. Pon las manos detrás. ¿Alguna vez te han follado la boca?
Lo estás haciendo, dijo ella mientras juntaba sus manos a la espalda y iniciaba la chupada.
Yo sonriendo dije:
No cariño, no lo sabes. En su momento Ton me hizo la misma pregunta y yo contesté lo mismo que tú. Y después descubrí que no era lo mismo.
Exactamente, dijo Ton, hasta ahora me has chupado la polla, pero quiero que abras bien a boca y dejes que entre toda.
No cabe toda, es imposible.
Ya me gustaría a mí. Mi polla es muy normalita. Y si a Mayse, que tiene la boca pequeña, le entra, te aseguro que tú te la comes toda.
Y sin más agarró la cabeza de Ali por la coleta y hundió la polla en su boca. Ella hacia esfuerzos por abrirla mientras el no dejaba que tirara para atrás. Finalmente toda la polla de Ton desapareció mientras mi hermana hacia esfuerzos para respirar. Cuando el se aseguro que se había acostumbrado a la medida, empezó a follarle la boca, metiéndola y sacándola cómo si estuviera follándole el coño. Ali intentaba seguir el ritmo mientras gemía guturalmente.
¿Así te gusta? Cómetela toda, guarra. Así, así. Me corro. Te voy a llenar de leche. Quiero que te la tragues toda, sin dejar una gota.
La polla de Ton, sin salir de la boca de Ali, empezó a escupir semen sin parar. Ella se esforzó para no dejar escapar nada. Cuando le dejo la boca libre, Ali se levanto en dirección al lavabo.
¿A dónde vas?
Ella hizo gestos indicándole que tenia la boca llena de semen y quería escupirlo.
NI hablar. He dicho que quería que te lo tragaras todo.
Ali abrió los ojos como platos. Después me explicaría que si bien se la chupaba a su marido, jamás se había tragado su leche. Me busco con la mirara para que la ayudará, pero yo dije:
Dijiste quiero ser usada y follada duro. ¡A tragar¡
Y se trago hasta la última gota. Y solo seria una pequeña parte de lo mucho que trago aquella tarde.
Ali es dos años menor que yo y muy diferente a mí en todos los aspectos. Un poco más alta que yo, delgada, con unas tetas pequeñas que siempre la han acomplejado, con unas bonitas piernas y un buen culo herencia de familia. Hemos tenido la típica relación de hermanas, aunque su carácter duro y exigente ha hecho que algunas veces tuviéramos nuestros conflictos.
La conversación fue larga y intentaré resumirla. Después de hablar de una par de temas banales, un poco nerviosa, empezó a explicarme que desde hacia un tiempo estaba insatisfecha sexualmente. Que con su marido cogian regularmente y lo disfrutaba pero que últimamente ella quería que el fuera más morboso y atrevido en la cama, pero que el no le hacia caso y continuaba con el sexo tradicional.
Dado que su profesión le permitía trabajar desde casa, pasaba muchas horas sóla y los últimos meses se había aficionado a mirar porno en internet y a masturbarse.
Estas últimas semanas me hago varia pajas cada día viendo porno duro y deseando ser yo la mujer que se cogen en los videos. Tengo claro que mi marido no querrá nunca entrar en ese juego y hasta he pensado buscar un hombre en las secciones de contactos, pero me da miedo.
Yo estaba alucinada. Prácticamente nunca habíamos hablado así de sexo con Alí y aunque alguna vez me había comentado lo poco sexual que era su marido, siempre había pensado que tenían una relación satisfactoria.
¿Pero que es lo que quieres y el no te da?
Quiero que me cojan duro, quiero ser usada, quiero ser una sumisa.
Más alucinada. Mi hermana, tan o más pudorosa que yo hasta entonces, diciéndome que necesitaba sexo duro.
¿Y por que me lo cuentas? ¿Qué quieres que haga yo?
No me atrevo a ir con un desconocido, así que te quiero pedir que me dejes a tu marido.
Estallé en una carcajada. No me lo podía creer. ¡Mi propia hermana pidiéndome a mi marido para coger ¡
Estuvimos hablando un buen rato más. Ella intentando convencerme y yo diciéndole que estaba loca, hasta que al final reímos un rato y le acabé aconsejando que convenciera a su marido.
Con él nunca tendré lo que necesito, pero le quiero y estoy bien con él. Ni tampoco te quiero quitar el marido. Sólo quiero una pija que haga realidad mis fantasías. Piénsatelo, por favor.
La tarde pasó y aunque no dejaba de darle vueltas al tema, con el ajetreo de los niños me olvidé. Por la noche, ya en la cama, se lo expliqué a Ton. Primero se lo tomó a broma pensando que le tomaba el pelo, pero cuando vio que era verdad se sorprendió tanto como yo. La noche fue larga y dormimos poco. Para no alargarme, os diré que al final decidimos aceptar su propuesta. Todavía hoy me pregunto porque dije que si. Yo que me moría de celos si Ton hacia demasiado caso a otra mujer, yo que siempre había dicho que no soportaría verlo con otra en la cama, estaba dispuesta a que se follara a mi hermana.
Al día siguiente le mande mensaje a mi hermanan
Si sigues convencida de lo que dijiste ayer, aceptamos tu propuesta. Pero hay condiciones. Quedamos en tu casa a las tres para hablar.
Cuando nos encontramos, Ali sonrió avergonzada pero satisfecha. Empecé yo a hablar.
Dejaré que mi marido te coja , pero será una sola vez. Tendrás toda una tarde con él, hará contigo lo que quiera. Acepto esto para que tú tengas lo que quieres pero también para que él dé rienda suelta a sus fantasías y deseos. Y además yo estaré delante.
Esto último le sorprendió, pero asintió enseguida. Que yo estuviera presente fue idea de mi marido y a mi me dio la confianza que me faltaba.
Una semana más tarde llegó el día.
Ali iba vestida, como le había pedido Ton, con su ropa habitual. Yo también iba normal.
Entramos en el hotel
La habitación era amplia, con una gran cama, un sofá delante y una mesita baja rectangular. Alí y yo nos quitamos los abrigos y nos sentamos en el sofá, algo nerviosas, sin saber como actuar. Ton tomó el control de la situación y después de inspeccionar la habitación dijo:
¿Qué tal si empezamos? Ali ponte de pie delante nuestro.
Ton me beso, se sentó a mi lado y mirando a mi hermana dijo:
Te confieso que siempre he fantaseado muchas veces imaginándote desnuda. Ahora quítate la ropa despacio como yo te vaya diciendo. Empieza por las botas
Ali obedeció, quedando sus piernas desnudas debajo la falda que le cubría hasta las rodillas
Había llegado el momento. Ali me miro y se saco rápidamente la blusa y el sujetador negro a conjunto con el tanga. Sus pequeñas tetas quedaron al aire, remarcándose unos grandes pezones duros y erectos. Dudé si era por el frío o por la excitación. desnuda delante de su hermana esperando ser cogida por su cuñado. Yo la miraba pensando si aquello era una buena idea, mientras me fijé en Ton repasándola de arriba abajo. Se entretuvo en cada parte de su cuerpo, fijándose mucho en sus pies. Yo sabia que a le excitaban los pies desnudos de la mujeres.
Ponte de espalda, inclínate hacia delante, separa las piernas y enséñanos el concha y el culo. Muy bien, ahora ábretelos con las manos.
m,i marido se levanto y mientras se quitaba toda la ropa dijo:
Para empezar me vas chupar la pija .
Acercándose a la entrada cogió una bolsa que había traído de casa y me la dio.
He traído algunos juguetes. Si te animas puedes elegir.
Miré dentro de la bolsa y había consoladores de diferentes tamaños y formas y otros juguetes.
Yo solo he venido a mirar, dije sonriendo.
Ya veremos, respondió él.
Acercándose a Ali la hizo poner de rodillas y agarrándose la polla que ya estaba dura ordenó:
Cómetela.
Ali abrió la boca y primero tímidamente y después más decidida empezó a mamársela demostrando que no era la primera. Yo miraba absorta como la polla de mi marido entraba y salía de la boca de mi hermana. Aquella polla que hasta ese momento sólo yo había chupado.
Ton suspiraba de placer. Viendo que Ali acercaba la mano que le quedaba libre a su coño para acariciarse, dijo:
Ni se te ocurra tocarte, Ahora sólo has de estar para mí. Pon las manos detrás. ¿Alguna vez te han follado la boca?
Lo estás haciendo, dijo ella mientras juntaba sus manos a la espalda y iniciaba la chupada.
Yo sonriendo dije:
No cariño, no lo sabes. En su momento Ton me hizo la misma pregunta y yo contesté lo mismo que tú. Y después descubrí que no era lo mismo.
Exactamente, dijo Ton, hasta ahora me has chupado la polla, pero quiero que abras bien a boca y dejes que entre toda.
No cabe toda, es imposible.
Ya me gustaría a mí. Mi polla es muy normalita. Y si a Mayse, que tiene la boca pequeña, le entra, te aseguro que tú te la comes toda.
Y sin más agarró la cabeza de Ali por la coleta y hundió la polla en su boca. Ella hacia esfuerzos por abrirla mientras el no dejaba que tirara para atrás. Finalmente toda la polla de Ton desapareció mientras mi hermana hacia esfuerzos para respirar. Cuando el se aseguro que se había acostumbrado a la medida, empezó a follarle la boca, metiéndola y sacándola cómo si estuviera follándole el coño. Ali intentaba seguir el ritmo mientras gemía guturalmente.
¿Así te gusta? Cómetela toda, guarra. Así, así. Me corro. Te voy a llenar de leche. Quiero que te la tragues toda, sin dejar una gota.
La polla de Ton, sin salir de la boca de Ali, empezó a escupir semen sin parar. Ella se esforzó para no dejar escapar nada. Cuando le dejo la boca libre, Ali se levanto en dirección al lavabo.
¿A dónde vas?
Ella hizo gestos indicándole que tenia la boca llena de semen y quería escupirlo.
NI hablar. He dicho que quería que te lo tragaras todo.
Ali abrió los ojos como platos. Después me explicaría que si bien se la chupaba a su marido, jamás se había tragado su leche. Me busco con la mirara para que la ayudará, pero yo dije:
Dijiste quiero ser usada y follada duro. ¡A tragar¡
Y se trago hasta la última gota. Y solo seria una pequeña parte de lo mucho que trago aquella tarde.
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