Continuación de mi relato anterior: http://www.poringa.net/posts/relatos/5668239/Esclava-Rusa.html
Las luces de la ciudad parecían mantenerla totalmente embobada con el rostro pegado al cristal. Apenas notaba que su cabello no era negro, sino de un castaño muy oscuro. El hotel en el que se me ocurrió hacer la primera parada debía ser lujoso. Era mejor algo así al momento de tener discreción que simplemente ir a un motel de paso, igualmente, al estar en una ciudad era más sencillo comprar la ropa o cualquier suministro. Sin embargo corría el riesgo de ser delatado por la chica si llegaba a ser esa clase de esclava.
Al final seguía siendo una apuesta arriesgada tener un esclavo en el mundo moderno. El hotel Корстон (Korston) era el ideal. Estaba cerca de un centro comercial y el viaje a la costa no era tan largo después de todo. Tenía tiempo de sobra para hacer de turista.
A pesar de los edificios grises Mosku tenía un aire colorido por todas las luces adornando los edificios.
El hotel parecía lleno de color y luces parecía un circo en sí mismo, tuve que tomar a la chica de la mano para que no se perdiera, su mirada viajaba de detalle a detalle.
El hombre de la recepción, me entregó las llaves y me indicó cómo llegar a la habitación. Todo el camino la esclava estuvo volteando hacia todos lados con el rostro impresionado.
-Llegamos.- Le avisé. Pareció espabilarse y buscó la llave de la habitación en sus bolsillos. Abrí la puerta con la tarjeta con banda magnética y le indiqué que entrara y se quedó viendo la llave con los ojos abiertos totalmente.
Aventé mi mochila hacia la cama y ella caminó rápido a recogerla para dejarla acomodada sobre el sillón, ya que no encontraba dónde más acomodarlas.
-¿Pensaste en algún nombre que te guste?
-Alina.
-Bien. ¿Tienes hambre? Podemos pe...
-Puedo preparar algo, señor.-Se apresuró.
-Lo sé, pero de momento no tengo necesidad de que lo hagas.-Me tendí sobre la cama. Alina corrió a desatarme los zapatos.-Déjalos. Ven. Acuéstate.-Sentí cómo le temblaron las manos tras esa orden.-La cama es enorme. Es un desperdicio que una sola persona duerma aquí. No te estoy ordenando que pierdas la virginidad. Te estoy ordenando que te acuestes y descanses.
-Pero estuve sentaba en el auto todo el rato...
-Y fue un largo viaje. En cuanto descansemos, comeremos e iremos a comprarte ropa.
Alina rodeó la cama y se tendió igual que yo pero desde el lateral de la cama.
-amo
-Mande.
-¿Es normal que todos los amos sean tan.. así?
-¿Cómo?
-Como usted.
-En la era de los romanos-Veía que no entendía que era eso.-Hace muchos miles de años era normal tener esclavos. Eran caros, eran un bien preciado, como el auto en el que llegamos, si alguien les ponía una mano encima se le reventaba la espalda a latigazos. Actualmente no sé cómo lo manejen otras personas, pero yo lo manejo así contigo.
-¿Me va a usar como...?
-¿Como esclava sexual?
-Mm hm.
-La idea es que pagué por ti. Pagué porque cada parte de tu cuerpo y alma me pertenezcan para hacer lo que yo quiera ¿no?- Escuché el asentimiento- En teoría tengo ese derecho sobre ti. Pero tampoco sé cómo lo haría si llegara a eso.
-¿Por qué?- Giró sobre la cama para verme. Me levanté fui al teléfono de la habitación.
-Hola, hablo de la habitación 307, quisiera ordenar...-Levanté el menú y ordené lo primero que se viera más apetitoso.
Alina se había levantado también y estaba parada con ambas manos al frente y la cabeza gacha.
-Eres libre de deambular por la habitación todo lo que quieras. si quieres ir al baño, ve. Cuando llegue la comida te llamaré. Para normas generales. Estate cerca de mí y trata de prestar atención a si pido u ordeno algo. Cuando lo haga, obedeces. Es todo. No tienes que hacer nada que no te pida. Fuera de mis órdenes y el que tengas que estar disponible para mí en todo momento, no hay mucho problema de lo que hagas con tu vida siempre y cuando me avises o pidas permiso si se trata de algo más complicado.
-¿Por ejemplo?
-Por ejemplo si vas a ver televisión avísame. Si vas a salir del cuarto del hotel o de casa pídeme permiso.
-Entendido, señor. ¿Puedo ver televisión?
-Toda la que quieras.
La comida llegó mientras Alina estaba intentando tomar su primer baño en la civilización. Cuando salió del baño lo hizo tosiendo y salivando, con las toallas hechas bola cubriendo sus pechos, su entrepierna y su boca.
-¿Qué pasó?-Pregunté.
-Amo... Hay botellas raras en el baño. Saben mal.-No supe qué decir.
-Ahorita lo arreglamos. Ve a enjuagarte la boca y comamos. -Alina asintió.
Durante la comida se la pasaba gimiendo por el sabor de la comida. Pataleaba como una niña y picoteaba todo lo que podía llevarse a la boca. Olvidó que estaba desnuda y durante la comida vi sus pechos balancearse con movimientos drásticos.
-No entiendo cómo es que no hay shampoo en tu pueblo.
-Sólo usábamos jabón, el mismo que para la ropa, amo.
-Entra a la tina. No. Deja las toallas afuera, ya te vi durante toda la comida, no es como que haya algo nuevo que ver.- Me senté en el borde de la tina mientras ella cubría sus senos con las piernas.-El jabón lo usas como siempre, toma este. El shampoo va para el pelo. No son bebidas de acompañamiento. Dame la espalda.-Alina obedeció. Tomé la manguera de la regadera y mojé su cabello. Eché el shampoo y tomé sus manos. Le enseñé a lavarse el cabello. El agua no parecía estar tan sucia, era claro que un baño en el río no lava todo, al menos ahora estaba relajada.
-Amo. ¡Marco!-Corrigió.
-En público llámame marco, en privado llámame como se te haga más sencillo.
-Amo. ¿Por qué hace todo esto?
-¿Enseñarte a bañarte bien?- Asintió. Me levanté del borde y busqué entre los cajones un cepillo que sirviera. Me quité los zapatos y los calcetines, subí el dobladillo del pantalón y metí las piernas a la tina, al lado de ella. Tomé la manguera de nuevo y mojé su cabello para cepillarlo.
-¿Puedo limpiarle los pies?
-Si quieres.-Ella empezó a hacer espuma entre sus manos con el jabón.
-¿Entonces?
-Porque no tiene sentido tratarte como a un animal. Por mucho que te hayan enseñado a servir bajo cualquier circunstancia. Claro que si lo prefieres te puedo tratar como basura cuando lleguemos a casa.
-Me gusta que me trate como hasta ahora. Me siento feliz de haber sido comprada por usted. Si el resto de mi vida, será tal y como usted me ordenó y me tratará igual que hasta ahora, puede estar seguro de que seré la esclava más fiel y servicial que haya existido jamás.
-Entiendo. ¿Quieres un corte de cabello o estás bien?
-Estoy bien, amo. Gracias. ¿Entonces está bien si lo llamo así en privado?
-Sí.
-Gracias, amo.-Tomó mi mano derecha y besó los nudillos.
-¿Eso es parte de tus enseñanzas?
-No. Sólo sentí que quería hacerlo.-Acaricié su cabeza y me levanté.
-Cuando salgas levanta el bloqueo de la tina para que el agua se vaya y enjuagala con la manguera. Me bañaré al rato.
-Sí, amo.
-¡Amo!
-Alina.
-¿Vamos a comprar ropa?
-Son las 12, el centro comercial estará abierto, pero las tiendas departamentales cerradas desde hace una hora. Vamos a dormir. Mañana después del desayuno.-Asintió pero su rostro se puso tieso.-Puedes tomar ropa mía. Mañana compraremos pijamas también. Duerme con lo que te guste. Yo duermo de este lado de la cama y tú duermes de ese lado.-Alina asintió y se sentó frente a mí en el sillón.
-¿Qué ve, amo?
-El lago, la ciudad. Es la primera vez que estoy aquí.
-Parece manejarse muy bien.
-Todas las ciudades son iguales
-¿Tiene más esclavas en casa, señor?
-Eres la primera y la única. Quién sabe si volveremos a este país.
-Me gusta cómo se ve este lugar.
-A mí también.
A la madrugada, los gemidos se hacían más sonoros, la cama temblaba con espasmos irregulares. Todavía medio dormido abrí los ojos para contemplar el lado de Alina. Bajo las sábanas la veía moverse.
Se estaba masturbando.
Fin parte 2
parte 3: http://www.poringa.net/posts/relatos/5680390/Esclava-rusa-3.html
Bueno, bueno. La historia continuará, la verdad hasta yo esperaba que pasara algo más en esta parte. Pero, prefiero que la historia avance por su cuenta y el desarrollo sea más elaborado a simplemente escribir
Le metió el pito y ella gimió
Las luces de la ciudad parecían mantenerla totalmente embobada con el rostro pegado al cristal. Apenas notaba que su cabello no era negro, sino de un castaño muy oscuro. El hotel en el que se me ocurrió hacer la primera parada debía ser lujoso. Era mejor algo así al momento de tener discreción que simplemente ir a un motel de paso, igualmente, al estar en una ciudad era más sencillo comprar la ropa o cualquier suministro. Sin embargo corría el riesgo de ser delatado por la chica si llegaba a ser esa clase de esclava.
Al final seguía siendo una apuesta arriesgada tener un esclavo en el mundo moderno. El hotel Корстон (Korston) era el ideal. Estaba cerca de un centro comercial y el viaje a la costa no era tan largo después de todo. Tenía tiempo de sobra para hacer de turista.
A pesar de los edificios grises Mosku tenía un aire colorido por todas las luces adornando los edificios.
El hotel parecía lleno de color y luces parecía un circo en sí mismo, tuve que tomar a la chica de la mano para que no se perdiera, su mirada viajaba de detalle a detalle.
El hombre de la recepción, me entregó las llaves y me indicó cómo llegar a la habitación. Todo el camino la esclava estuvo volteando hacia todos lados con el rostro impresionado.
-Llegamos.- Le avisé. Pareció espabilarse y buscó la llave de la habitación en sus bolsillos. Abrí la puerta con la tarjeta con banda magnética y le indiqué que entrara y se quedó viendo la llave con los ojos abiertos totalmente.
Aventé mi mochila hacia la cama y ella caminó rápido a recogerla para dejarla acomodada sobre el sillón, ya que no encontraba dónde más acomodarlas.
-¿Pensaste en algún nombre que te guste?
-Alina.
-Bien. ¿Tienes hambre? Podemos pe...
-Puedo preparar algo, señor.-Se apresuró.
-Lo sé, pero de momento no tengo necesidad de que lo hagas.-Me tendí sobre la cama. Alina corrió a desatarme los zapatos.-Déjalos. Ven. Acuéstate.-Sentí cómo le temblaron las manos tras esa orden.-La cama es enorme. Es un desperdicio que una sola persona duerma aquí. No te estoy ordenando que pierdas la virginidad. Te estoy ordenando que te acuestes y descanses.
-Pero estuve sentaba en el auto todo el rato...
-Y fue un largo viaje. En cuanto descansemos, comeremos e iremos a comprarte ropa.
Alina rodeó la cama y se tendió igual que yo pero desde el lateral de la cama.
-amo
-Mande.
-¿Es normal que todos los amos sean tan.. así?
-¿Cómo?
-Como usted.
-En la era de los romanos-Veía que no entendía que era eso.-Hace muchos miles de años era normal tener esclavos. Eran caros, eran un bien preciado, como el auto en el que llegamos, si alguien les ponía una mano encima se le reventaba la espalda a latigazos. Actualmente no sé cómo lo manejen otras personas, pero yo lo manejo así contigo.
-¿Me va a usar como...?
-¿Como esclava sexual?
-Mm hm.
-La idea es que pagué por ti. Pagué porque cada parte de tu cuerpo y alma me pertenezcan para hacer lo que yo quiera ¿no?- Escuché el asentimiento- En teoría tengo ese derecho sobre ti. Pero tampoco sé cómo lo haría si llegara a eso.
-¿Por qué?- Giró sobre la cama para verme. Me levanté fui al teléfono de la habitación.
-Hola, hablo de la habitación 307, quisiera ordenar...-Levanté el menú y ordené lo primero que se viera más apetitoso.
Alina se había levantado también y estaba parada con ambas manos al frente y la cabeza gacha.
-Eres libre de deambular por la habitación todo lo que quieras. si quieres ir al baño, ve. Cuando llegue la comida te llamaré. Para normas generales. Estate cerca de mí y trata de prestar atención a si pido u ordeno algo. Cuando lo haga, obedeces. Es todo. No tienes que hacer nada que no te pida. Fuera de mis órdenes y el que tengas que estar disponible para mí en todo momento, no hay mucho problema de lo que hagas con tu vida siempre y cuando me avises o pidas permiso si se trata de algo más complicado.
-¿Por ejemplo?
-Por ejemplo si vas a ver televisión avísame. Si vas a salir del cuarto del hotel o de casa pídeme permiso.
-Entendido, señor. ¿Puedo ver televisión?
-Toda la que quieras.
La comida llegó mientras Alina estaba intentando tomar su primer baño en la civilización. Cuando salió del baño lo hizo tosiendo y salivando, con las toallas hechas bola cubriendo sus pechos, su entrepierna y su boca.
-¿Qué pasó?-Pregunté.
-Amo... Hay botellas raras en el baño. Saben mal.-No supe qué decir.
-Ahorita lo arreglamos. Ve a enjuagarte la boca y comamos. -Alina asintió.
Durante la comida se la pasaba gimiendo por el sabor de la comida. Pataleaba como una niña y picoteaba todo lo que podía llevarse a la boca. Olvidó que estaba desnuda y durante la comida vi sus pechos balancearse con movimientos drásticos.
-No entiendo cómo es que no hay shampoo en tu pueblo.
-Sólo usábamos jabón, el mismo que para la ropa, amo.
-Entra a la tina. No. Deja las toallas afuera, ya te vi durante toda la comida, no es como que haya algo nuevo que ver.- Me senté en el borde de la tina mientras ella cubría sus senos con las piernas.-El jabón lo usas como siempre, toma este. El shampoo va para el pelo. No son bebidas de acompañamiento. Dame la espalda.-Alina obedeció. Tomé la manguera de la regadera y mojé su cabello. Eché el shampoo y tomé sus manos. Le enseñé a lavarse el cabello. El agua no parecía estar tan sucia, era claro que un baño en el río no lava todo, al menos ahora estaba relajada.
-Amo. ¡Marco!-Corrigió.
-En público llámame marco, en privado llámame como se te haga más sencillo.
-Amo. ¿Por qué hace todo esto?
-¿Enseñarte a bañarte bien?- Asintió. Me levanté del borde y busqué entre los cajones un cepillo que sirviera. Me quité los zapatos y los calcetines, subí el dobladillo del pantalón y metí las piernas a la tina, al lado de ella. Tomé la manguera de nuevo y mojé su cabello para cepillarlo.
-¿Puedo limpiarle los pies?
-Si quieres.-Ella empezó a hacer espuma entre sus manos con el jabón.
-¿Entonces?
-Porque no tiene sentido tratarte como a un animal. Por mucho que te hayan enseñado a servir bajo cualquier circunstancia. Claro que si lo prefieres te puedo tratar como basura cuando lleguemos a casa.
-Me gusta que me trate como hasta ahora. Me siento feliz de haber sido comprada por usted. Si el resto de mi vida, será tal y como usted me ordenó y me tratará igual que hasta ahora, puede estar seguro de que seré la esclava más fiel y servicial que haya existido jamás.
-Entiendo. ¿Quieres un corte de cabello o estás bien?
-Estoy bien, amo. Gracias. ¿Entonces está bien si lo llamo así en privado?
-Sí.
-Gracias, amo.-Tomó mi mano derecha y besó los nudillos.
-¿Eso es parte de tus enseñanzas?
-No. Sólo sentí que quería hacerlo.-Acaricié su cabeza y me levanté.
-Cuando salgas levanta el bloqueo de la tina para que el agua se vaya y enjuagala con la manguera. Me bañaré al rato.
-Sí, amo.
-¡Amo!
-Alina.
-¿Vamos a comprar ropa?
-Son las 12, el centro comercial estará abierto, pero las tiendas departamentales cerradas desde hace una hora. Vamos a dormir. Mañana después del desayuno.-Asintió pero su rostro se puso tieso.-Puedes tomar ropa mía. Mañana compraremos pijamas también. Duerme con lo que te guste. Yo duermo de este lado de la cama y tú duermes de ese lado.-Alina asintió y se sentó frente a mí en el sillón.
-¿Qué ve, amo?
-El lago, la ciudad. Es la primera vez que estoy aquí.
-Parece manejarse muy bien.
-Todas las ciudades son iguales
-¿Tiene más esclavas en casa, señor?
-Eres la primera y la única. Quién sabe si volveremos a este país.
-Me gusta cómo se ve este lugar.
-A mí también.
A la madrugada, los gemidos se hacían más sonoros, la cama temblaba con espasmos irregulares. Todavía medio dormido abrí los ojos para contemplar el lado de Alina. Bajo las sábanas la veía moverse.
Se estaba masturbando.
Fin parte 2
parte 3: http://www.poringa.net/posts/relatos/5680390/Esclava-rusa-3.html
Bueno, bueno. La historia continuará, la verdad hasta yo esperaba que pasara algo más en esta parte. Pero, prefiero que la historia avance por su cuenta y el desarrollo sea más elaborado a simplemente escribir
Le metió el pito y ella gimió
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