Por la mañana me levanté pletórico, convencer a mi madre para que se dejase follar el culo por mi padre había sido un éxito en mi juego de la manipulación, pero poder verlo a través del móvil había excitante y muy instructivo, ahora sabía a ciencia cierta como le gustaba a mi madre que la tratasen cuando la follaban.
De todo lo ocurrido saqué una importante conclusión, me había demostrado a mi mismo la capacidad de control que tenía sobre ella, si sabía manejar la situación mi madre sería un juguete en mis manos y podría conseguir que hiciera todo cuanto quisiera.
Fui a la universidad pensando en lo que me esperaba al regresar a casa, esa noche mi tía iba a hacer todo lo que le pidiera, al menos eso me había prometido el día anterior, así que tenía bastante claro que iba a follármela de todas las maneras posibles.
Mientras estaba sentado en clase no podía quitar de mi cabeza sus enormes tetas, a pesar de su edad eran perfectas, redondas, turgentes y con unos considerables pezones marrones que me ponían como una moto cada vez que los veía. Y su culo. ¡Qué culazo! Uffff, solo con recordar la primera vez que lo follé mi verga se ponía como un garrote. Aquella noche mi tía quería engañar a su cibernovio fingiendo un coito anal conmigo y al final salió escaldada, sin tenerlo previsto se encontró enculada con mi polla rompiendo su apretadísimo esfínter virgen. Y ahora, allí en clase, no podía dejar de pensar que me quedaban escasas horas para volver a follarme ese estrechísimo orificio.
La mañana fue estupenda hasta que en un cambio de clase me encontré con Yeray, intenté esquivarle pero fue imposible, se acercó a mi y me dijo que le acompañara hasta un sitio más tranquilo porque teníamos que hablar. Por su mirada sabía que no era nada bueno y así fue.
Comenzó hablando de la noche en que nuestros amigos se habían follado a mi madre, me dijo que sentía todo lo ocurrido y que era una pena que por aquello hubiésemos perdido nuestra amistad, a él le gustaba quedar conmigo y sobre todo ir a estudiar a casa de mi tía. Después de charlar un rato soltó de golpe que había visto lo que había hecho con mi madre cuando regresábamos a casa en su coche, a través del espejo retrovisor vio con claridad como tocaba sus tetas y como metía la mano bajo su braga, algo que de saberse podía crearnos serios problemas, añadió que él me había ayudado dando vueltas por las calles para que me diese tiempo a meter mano a mi madre y ahora quería que yo hiciese algo por él (1).
Intenté negar lo sucedido pero me cortó y volvió a repetir que aquella noche había visto perfectamente como metía mi mano bajo su braga y le hacia un paja. Al final tuve que aceptar lo evidente y le pregunté que quería.
Su respuesta fue clara “ Quiero follarme a tu tía ”.
Respondí que era imposible, que mi tía Andrea no hacía esas cosas, pero él se rió en mi cara y me dijo que mi tía era tan puta como mi madre, después me recordó que el día que fue a estudiar a casa ella no dudó en hacerle una paja y a punto estuvo de hacerle una mamada, además, estaba seguro que yo ya me la había follado más de una vez. Al final terminó diciendo que o se follaba a mi tía o toda la universidad sabría que yo tenía relaciones incestuosas con ella y con mi madre. No me quedó otra que responderle que haría todo lo posible por ayudarle.
Se me puso tan mal cuerpo que decidí regresar a casa de inmediato. ¿Cómo iba a explicarle a mi tía lo sucedido? ¿Estaría dispuesta a ceder al chantaje y se follaría a Yeray?
Solo de pensarlo me ponía malo, no porque ella quisiera o no hacerlo, que ya había dicho en alguna ocasión que no le importaba, sino porque yo no estaba dispuesto a permitir que otro tío se follase a mi tía, era de mi propiedad y la quería solo para mi, y en todo caso, si alguna vez tuviese que follar con otro, sería cuando a mi me apeteciese, no cuando él lo exigiese.
Di vueltas por la calle durante un buen rato y finalmente llegué a casa, al entrar al salón me encontré con Andrea, al verme se levantó y me dio un fuerte abrazo, estaba emocionada porque mi madre iba esa tarde a firmar el divorcio y el día siguiente regresaba a Las Palmas.
ANDREA// Por fin todo se ha solucionado, mi niño, tu madre puede pasar página y ahora podemos vivir los tres tranquilos.
Al ver su cara de entusiasmo no fui capaz de contar lo que me había pasado, me fui a mi cuarto a cambiarme y a pensar como iba a afrontar la situación.
A la hora de la cena llamó a mi puerta y cuando entró casi me dio un infarto, iba vestida para matar, llevaba una minifalda super corta y una blusa muy escotada que al no llevar sujetador mostraba la abundancia de sus pechos. La miré sorprendido y sonriendo me dijo que dejase de babear y que teníamos que celebrar el inicio de una nueva vida para los tres, me cogió de la mano y me llevó al salón, allí había preparado canapés y una botella de cava.
ANDREA// Ahora vamos a bebernos esa botella y después vamos a follar hasta que no podamos más, no sabes las ganas que te tengo, cariño.
Se sentó frente a mí en el sofá y sirvió dos copas, brindamos, comimos canapés y bebimos hasta terminar la botella. Cuando ya estábamos un poco bebidos, mi tía me miró con una sonrisa picara y se reclinó en el asiento separando las piernas, ante mi tenía una imagen espectacular, como no llevaba bragas me estaba ofreciendo un primer plano de su vulva rosada y húmeda, al instante llevó dos dedos a los labios, los humedeció y comenzó a acariciar el clítoris suavemente mientras se mordía el labio inferior provocándome.
ANDREA// Míralo mi niño. ¿Te gusta mi coñito? Estoy deseando que lo folles, mira lo mojado que está.
Subió una pierna en cada reposabrazos y deslizó los dedos por el surco de los labios vaginales, los separó mostrándome su cálida y acogedora cueva y los metió profundamente en su interior.
ANDREA// Ummmm, me encanta. ¿Quieres follarme ya o prefieres que me toque para ti?
Sin esperar mi respuesta, y si como de una profesional se tratase, Andrea me ofreció un espectáculo tremendamente excitante en el que yo era el único espectador, cerró los ojos y comenzó a masturbarse deslizando suavemente la yema del dedo por encima del clítoris, al hacerlo, gemía y temblaba repitiendo lo excitada que estaba. Yo, mientras, miraba absorto los pliegues de ese sexo abierto por el que resbalaban gotas de flujo cada vez más abundantes.
ANDREA// Dios, como me gusta, ummmm. Ahora me vas a follar ¿Verdad mi niño? Quiero que me metas tu polla y me folles como un animal, quiero sentirla bien adentro.
Ya no pude esperar más, me incorporé, y mi tía al verme se puso de rodillas en el asiento apoyando su pecho sobre el respaldo.
ANDREA// Vamos. ¡Fóllame ya! Métemela rápido mi vida, por donde tu quieras, pero métemela ya, necesito tenerla entera dentro.
Apoyada sobre el respaldo, movía sensualmente sus caderas ofreciéndome su hermoso trasero que la minifalda apenas podía tapar. Me bajé el pantalón y el calzoncillo y subí la minifalda recogiéndola en su cintura. Mi tía se giró, me miró con cara lasciva y separó los cachetes del culo con sus manos.
ANDREA// Venga Cielo. ¡Fóllame ya!
La cogí con fuerza por las caderas y sacudí mi polla con la otra mano, en ese momento tenía a mi entera disposición su estrecho culo y su cálido y húmedo coño, estaba a punto de penetrarla cuando algo pasó por mi cabeza y me paralizó, si no lo evitaba, otro día sería Yeray quien iba a disfrutar de esos dos preciados tesoros.
Una enorme rabia se apoderó de mi y a punto estuve de metérsela de golpe sin reparar en el dolor que eso pudiese producirla, pero recapacité y la pedí que se sentase en el sofá, rápidamente se dio la vuelta y se sentó de nuevo con las piernas subidas en los reposabrazos, con mirada pícara me ofrecía nuevamente su sexo para que me lo follase, me puse de rodillas y pasé mi verga por su vulva, Andrea se estremeció y se incorporó para verlo, repetí la operación varias veces impregnando el glande en sus flujos y mi tía me rogó que se la metiera de una vez.
Empujé y mi polla se deslizó suavemente entre sus labios invadiendo ese cálido orificio con enorme facilidad, podía notar como las paredes de su sexo se abrían y se ajustaban a mi verga envolviéndola y provocándome una sensación tan agradable que no pude evitar gemir de placer.
Mi tía me miró entusiasmada al comprobar como disfrutaba y comenzó a acariciar sus pechos por encima de la blusa, al verlo, me incliné sobre ella y di un tirón arrancando los botones y dejando en libertad sus enormes tetas, al instante esas dos maravillas quedaron expuestas y balanceándose al ritmo de mis penetraciones.
ANDREA// Ummmm. Si mi amor, así me gusta.
La empujé contra el asiento y me eché ligeramente hacia atrás, al hacerlo pude ver como mi verga entraba y se enterraba profundamente en su sexo. Era excitante contemplar como mi tía movía sus caderas sin descanso ofreciéndome su coño abierto, podía ver con claridad como mi polla salía de su sexo impregnada en flujos blanquecinos que cada vez eran más abundantes, eso me demostraba lo caliente que estaba.
Al verla tan excitada, pensé de nuevo en aquella noche que le hizo la paja a Yeray y los problemas que eso podría traernos, resentido golpeé su muslo con la palma de la mano y le dije lo perra que era, su reacción fue inmediata.
ANDREA// Si mi amor, soy muy perra, pero fóllame mi vida, fóllame fuerte.
El cambio producido en mi tía me tenía asombrado, cuando llegué a Las Palmas para estudiar me encontré con una mujer tímida y recatada en la que no vi ningún atractivo sexual, y ahora era una mujer explosiva, una autentica fiera deseosa de sexo. Tiré de sus piernas hacia fuera hasta dejar su culo colgando del asiento y aumenté el ritmo de mis penetraciones, ahora la estaba follando salvajemente y ella me miraba de forma lasciva mientras resoplaba de placer y me pedía que se la metiese más fuerte.
Miré su carita y la imagen fue deliciosa, tirada en el sofá con las piernas levantadas, respiraba de forma agitada e intentaba apartar los pelos de la cara soplando como podía, mientras, sujetaba con las manos sus pechos que se balanceaban sin parar y movía sus caderas acompasándose a mis penetraciones. Por un momento me detuve para contemplarla y ella me miró inquisitiva y nerviosa.
ANDREA// ¿Qué te pasa mi vida? ¡¡Sigue follándome por lo que más quieras!!
La empujé con fuerza contra el sofá y me dejé caer sobre ella aumentado el ritmo y profundidad de mis penetraciones, sus manos se aferraron a mi espalda y sus uñas se clavaron en mi piel, pero no por eso disminuí la intensidad, continué martilleando su coño con ímpetu hasta que de repente empezó a temblar y me pidió que parase, se había corrido y necesitaba un respiro.
Yo no había acabado, pero tenía algo rondando mi mente, necesitaba contarle lo ocurrido en la Universidad, así que le pedí que se sentase en el sofá para relatarle lo sucedido. Primero se mostró indignada por lo que había hecho con mi madre en el coche, aquella noche ella estaba orgullosa de mi comportamiento y ahora se enteraba que su sobrino ejemplar se había aprovechado de su madre cuando estaba borracha.
Vi que la culpa iba a recaer sobre mí y rápidamente reaccioné cambiando las tornas. Le dije que solo la había acariciado levemente y que Yeray lo había malinterpretado, pero que el motivo de la petición de mi amigo era porque ella se había portado de forma muy ligera cuando vino a casa, prácticamente se había ofrecido a él al mostrarse tan provocativa y al haberle masturbado en el baño (2).
Mi tía se llevó las manos a la cara y casi llorando me preguntó desde cuando lo sabía y como me había enterado. Me di cuenta del error, ya que eso solo lo sabían Yeray, su “cibernovio” y ella, y rápidamente respondí que aquella noche me levanté al baño y la vi arrodillada haciéndole una paja, pero que por respeto a ella no se lo había dicho nunca.
Mi tía me abrazó con fuerza y me pidió mil disculpas, reconoció que aquello que hizo fue un error y que de ninguna manera esto debía perjudicarnos a mi madre o a mí, que si tenía que acostarse con Yeray para pagar su silencio lo haría, pero que sentía asco de él por aprovecharse de esta situación.
Sus palabras me aliviaron en cierto modo, ya sabía que ella no iba a poner reparos en follar con Yeray, pero eso no evitaba que la rabia siguiese quemándome por dentro, por un lado yo no quería que lo hiciese y por otro quería hacérselo pagar por ofrecerse tan rápidamente.
Una idea surgió en mi cabeza, ya sabía como castigar a mi tía, iba a obligarla a hacer algo que nunca hubiese imaginado y lo iba a hacer ahora mismo. La pregunté si se acordaba de la promesa que me había hecho el día anterior y ella respondió que a qué promesa me refería.
JAVIER// ¿Te acuerdas que me dijiste que había sido estupendo, me debías una y podía pedirte lo que quisiera?
ANDREA// Ahhh, jajaja, es cierto, creo que nunca me han comido el coño tan bien como tu lo hiciste ayer, jajaja. Pídeme lo que quieras.
JAVIER// ¿Estás segura? ¿Todo?
ANDREA// Por supuesto cariño, lo que tu quieras.
Le conté que había visto una película porno en la que hacían algo que llamaban lluvia dorada y consistía en que la chica se arrodillaba frente al chico y éste la meaba encima. A medida que se lo contaba mi tía ponía cara de asco y movía la cabeza negativamente.
ANDREA// De ninguna manera, eso es una guarrada, no cuentes conmigo para eso.
Vi que la cosa se ponía mal y tenía que presionarla de alguna forma, enseguida supe como atacar sus defensas.
JAVIER// Vaya, hemos pasado de “ lo que quieras ” a “ de ninguna manera ”, ya veo que no tienes palabra.
ANDREA// ¿Pero tu sabes lo que me pides? Cariño, yo haría cualquier cosa por ti, pero eso es una guarrada.
ANDREA// Vale tía, veo que tu palabra no vale nada. Yo siempre te he apoyado y te he ayudado en la relación con tu novio, siempre he hecho todo cuanto me has pedido. Y para una cosa que te pido, tu respuesta es no. Vale.
Me levanté para irme a la habitación y ella me cogió con fuerza del brazo.
ANDREA// No te vayas cariño, no te enfades conmigo por favor, es que lo que me pides es muy fuerte, pero pídeme otra cosa, lo que quieras.
JAVIER// ¿Fuerte? Tía, por Dios. Fuerte es que yo traiga un amigo a estudiar y tu le hagas una paja, fuerte es que vayamos un día al cine y te dejes follar por dos desconocidos (3), lo que yo te pido ahora tampoco es tanto. Bueno, no pasa nada, a partir de ahora ya sé que nuestra relación tiene límites, al menos por tu parte, yo te quiero más que a nada en el mundo pero veo que tu a mí no.
La miré de reojo y vi que estaba comenzando a llorar, movía su cabeza negativamente y me miraba implorando perdón, la tenía en el punto donde quería, ahora solo tenía que darle la puntilla. En cada frase estaba metiendo la palabra “Tía” haciéndola sonar con más fuerza, quería marcar cierta distancia, ahora ya no era Andrea, mi confidente, amante y amiga, ahora era solamente mi tía.
JAVIER// No te preocupes Tía, como veo que mis peticiones te molestan, mañana cuando venga mi madre le diré que quizás sea mejor que nos vayamos los dos a un apartamento, con la pensión que le va a pasar mi padre, y si ella encuentra un trabajo y yo consigo algo los fines de semana, podremos vivir sin problemas y no te molestaremos mas. Además, seguro que si se lo pido a ella lo hará sin dudarlo, mi madre nunca me hubiese dicho que no.
ANDREA// No digas eso por Dios, no me castigues.
Ahora lloraba sin consuelo y era incapaz de articular palabras. Me giré para irme a mi habitación y entonces dijo lo que yo deseaba.
ANDREA// Lo haré cariño, haré lo que tu quieras pero no te vayas por favor.
Me volví y la abracé con fuerza, ella me miró sonriendo y me pidió que no me enfadase, que había sido una tonta al negarse pero no volvería a hacerlo. Instintivamente metí las manos bajo su falda y apreté con fuerza sus nalgas, ella apretó el culo sonriendo y me susurró al oído que lo hiciésemos cuanto antes.
Que fácil era manipular a mi tía – pensé- Podía conseguir de ella cuanto quisiera, solo había que tocar sus dos puntos sensibles, quedarse sola y la rivalidad con mi madre. Nos sentamos en el sofá y le conté en qué consistía la lluvia dorada, en algunas pelis lo hacían poniendo plásticos en la habitación y en otras era directamente en el baño. Ella respondió que casi mejor en la ducha, así no manchábamos nada.
La cogí de la mano y la llevé en dirección al baño, la miré de arriba abajo y vi el bellezón que tenía junto a mi, con sus zapatos de tacón, la mini que dejaba a la vista sus largas y hermosas piernas, y sus tetazas balanceándose entre la blusa rasgada, sin duda era el sueño de cualquier hombre, y sin embargo, era yo el afortunado que la tenía a mi disposición a cualquier hora del día, esa pedazo de mujer estaba siempre dispuesta a dejarse follar por su sobrino veinteañero.
Entramos en el baño y me preguntó si tenía que desnudarse o se quedaba con la ropa puesta. Tuve un flash y apunto estuve de decirle que se quedase tal como estaba, imaginarla en cuclillas con los tacones, la minifalda subida mostrando su sexo y la blusa rota, era una imagen más que excitante, pero me dio pena estropear su ropa y dije que se desnudase.
Andrea se quitó los zapatos y dejó deslizar la minifalda por sus piernas mientras se contoneaba con movimientos sensuales, después se desprendió de los restos de la blusa y se puso frente a mi con los brazos en jarras hablándome con vocecita de niña chica.
ANDREA// ¿Y ahora qué? ¿Cómo quiere mi hombrecito que me ponga?
Mi polla saltó como un resorte, verla así me ponía a cien, la cogí del pelo y empujé hacia abajo para que se agachase, ella se arrodilló pero no era así como la quería, la dije que se pusiese en cuclillas, de esa forma podía ver sus piernas abiertas mostrándome su sexo. Levantó la cabeza para mirarme y me rogó que solo mojase su pecho.
El verla desde arriba implorándome y esperando nerviosa lo que le venía encima, me dio un subilón de adrenalina, había conseguido que mi tía fuese un juguete a mi servicio y eso me producía un enorme placer. Cogí mi verga y apunté en su dirección, Andrea cerró los ojos y giró ligeramente la cara, sabía lo que se avecinaba y no tenía muy claro que yo cumpliese lo que ella me había pedido.
Intenté orinar pero no podía, la erección o los nervios me impedían hacerlo con naturalidad, sacudí nervioso mi polla pero no había forma, entonces vi como Andrea abría los ojos, apretaba sus pechos con las manos y me miraba de forma provocativa mordiéndose los labios.
ANDREA// Vamos amor, hazlo ya, échamelo aquí.
Me concentré y por fin noté como un chorro salía de mi verga y golpeaba el pecho de mi tía, ella giró su cara un instante, pero al momento abrió los ojos y bajó la cabeza para ver como mi líquido amarillo resbalaba por todo su pecho, instintivamente comenzó a masajear con las manos sus tetas empapadas, al instante levantó la cabeza para mirarme y vi como abría la boca tímidamente ofreciéndome su lengua.
ANDREA// Dámela mi amor, quiero probarla.
Aquello era mucho más de lo que yo podía esperar, sin darle tiempo a arrepentirse, dirigí el chorro a su boca y comprobé como ella tragaba, cerraba los labios y dejaba resbalar parte por su barbilla para después volver a abrir la boca buscando la lluvia dorada que yo le ofrecía. Era un espectáculo ver como el líquido amarillo penetraba en su boca golpeando su garganta mientras ella me miraba sonriente.
Entonces me di cuenta que mientras tragaba seguía apretando una de sus tetas y había llevado la otra mano a su vulva y estaba haciéndose una paja, mi tía no tenía limite y no dejaba de sorprenderme, por suerte, había llevado el móvil para inmortalizar esta experiencia y estaba grabándolo todo íntegramente.
Cuando por fin dejé de expulsar liquido, mi tía me dirigió una mirada lasciva y me cogió de la mano.
ANDREA// Ummmm, me ha encantado tu idea, ahora necesito que me folles el culito, mi niño.
Se inclinó hacia delante, apoyó una mano en la pared de la ducha y con la otra recogió sus flujos y lubricó su ano, después empujó las caderas hacia atrás mostrándome el culo, lo que tanto le costó darme al principio ahora me lo ponía en bandeja, ante mi tenía ese estrecho y rugoso orificio marrón palpitando y esperando ser penetrado de inmediato.
Con el móvil en la mano grabé un primer plano de su esfínter, entonces apoyé mi glande y presioné con fuerza hasta romper su resistencia, pude contemplar como su ano se abría y se tragaba poco a poco la totalidad de mi verga, verlo dilatado apretando mi polla era un auténtico espectáculo, rápidamente y sin ningún miramiento, dejé el móvil y comencé a follar su culo con vehemencia, la sujeté por las caderas tirando con fuerza hacia mi mientras lanzaba mi pelvis hacia delante penetrándola una y otra vez lo más profundamente que podía.
Mi tía, en lugar de protestar, giraba su cara para ver como lo hacía al tiempo que cerraba y abría los ojos suspirando y respirando de forma alocada.
Andrea se movía excitada y me pedía que la follase más duro, estaba disfrutando como una auténtica perra y me lo demostraba lanzando su culo hacia atrás buscando que la ensartase más violentamente con mi verga. Aumenté el ritmo y la fuerza de las penetraciones y vi como ella se giraba sonriendo.
ANDREA// Así me gusta Cielo, fóllame duro, más fuerte.
Recordé como mi padre había tratado a mi madre la noche anterior y seguí su ejemplo, tiré con energía de su pelo hacia atrás y al mismo tiempo levanté la mano y la dejé caer sobre su trasero con violencia. Andrea resopló con rabia y me miró mordiéndose los labios.
ANDREA// Siiii, así me gusta mi amor, rómpeme el culo.
Estaba desbocada, era ella quien se movía de una forma salvaje tragándose mi polla literalmente con su culo, yo me limitaba a tirar de su pelo y a sacudirle nalgadas cada vez más fuertes, su comportamiento me excitaba de tal forma que ya no tenía control de mis actos, yo golpeaba sus nalgas dejando mi huella en ellas y mi tía me miraba provocándome e incitándome a continuar.
Los dos habíamos perdido la conciencia de lo que hacíamos y estábamos follando de una manera brutal, entonces me pidió que se la metiese entera y di un golpe de cadera enterrando mi polla por completo en su recto, acto seguido se corrió y me pidió que terminase rápido, estaba agotada y ya no podía más.
La pedí que se arrodillase y sacudí mi verga hasta notar que me corría, entonces eyaculé lanzando mi semen a su cara mientras ella hacia lo posible por recogerlo con su boca. Había sido bestial, nunca antes había tenido una experiencia tan salvaje y excitante como ésta. Después nos duchamos juntos y la abracé durante un largo rato bajo el agua, al terminar, cada uno nos fuimos a nuestra habitación exhaustos por tanto ejercicio.
Poco más tarde recibí una llamada de mi madre, le conté lo sucedido con Yeray y se mostró muy enfadada, recordaba perfectamente aquella noche que le metí mano en el coche pero no se había dado cuenta de que mi amigo nos había visto.
Al oír sus palabras me quedé sorprendido. ¿Realmente era consciente aquella noche de que yo acariciaba sus tetas y su sexo?
JAVIER// Pero mami, tu aquella noche estabas borracha. ¿Cómo vas a recordar lo que pasó en el coche?
LORENA// Jajaja. Aquella noche había bebido pero controlaba perfectamente todo lo que hacía, tu estabas muy caliente y me di cuenta, así que te dejé hacer todo lo que quisiste, y no hubo más porque no lo intentaste.
JAVIER// Joder mami, me dejas sorprendido, nunca hubiese pensado que eras tan liberal.
LORENA// No lo pienses más cariño. ¿Tú lo pasaste bien? Pues yo también.
Su respuesta me dejó descolocado, yo me había aprovechado pensando que estaba borracha y nunca iba a recordar nada y ella sin embargo me había dejado hacerlo a voluntad siendo consciente de que lo hacía.
Después hablamos de nuevo de Yeray y me dijo que no hiciésemos nada hasta que ella llegase, quería hablar con nosotros de una posible solución.
Como vi que tenía ganas de sexo y yo ya estaba ligeramente cansado, le mandé el video de la ducha, mi madre al verlo me dijo que mi tía era más puta de lo que ella pensaba y que los dos éramos unos cabrones por hacer esas cosas sin ella, pero que cuando llegase a Las Palmas iba a resarcirse del tiempo perdido.
LORENA// Y mañana cuando llegue prepárate porque me tienes que follar como nunca, no sabes lo cachonda que me has puesto con el video.
Las palabras de mi madre me generaron muy buenas expectativas, la noche siguiente iba a ser gloriosa sin ninguna duda, pero el problema de Yeray seguía latente.
De todo lo ocurrido saqué una importante conclusión, me había demostrado a mi mismo la capacidad de control que tenía sobre ella, si sabía manejar la situación mi madre sería un juguete en mis manos y podría conseguir que hiciera todo cuanto quisiera.
Fui a la universidad pensando en lo que me esperaba al regresar a casa, esa noche mi tía iba a hacer todo lo que le pidiera, al menos eso me había prometido el día anterior, así que tenía bastante claro que iba a follármela de todas las maneras posibles.
Mientras estaba sentado en clase no podía quitar de mi cabeza sus enormes tetas, a pesar de su edad eran perfectas, redondas, turgentes y con unos considerables pezones marrones que me ponían como una moto cada vez que los veía. Y su culo. ¡Qué culazo! Uffff, solo con recordar la primera vez que lo follé mi verga se ponía como un garrote. Aquella noche mi tía quería engañar a su cibernovio fingiendo un coito anal conmigo y al final salió escaldada, sin tenerlo previsto se encontró enculada con mi polla rompiendo su apretadísimo esfínter virgen. Y ahora, allí en clase, no podía dejar de pensar que me quedaban escasas horas para volver a follarme ese estrechísimo orificio.
La mañana fue estupenda hasta que en un cambio de clase me encontré con Yeray, intenté esquivarle pero fue imposible, se acercó a mi y me dijo que le acompañara hasta un sitio más tranquilo porque teníamos que hablar. Por su mirada sabía que no era nada bueno y así fue.
Comenzó hablando de la noche en que nuestros amigos se habían follado a mi madre, me dijo que sentía todo lo ocurrido y que era una pena que por aquello hubiésemos perdido nuestra amistad, a él le gustaba quedar conmigo y sobre todo ir a estudiar a casa de mi tía. Después de charlar un rato soltó de golpe que había visto lo que había hecho con mi madre cuando regresábamos a casa en su coche, a través del espejo retrovisor vio con claridad como tocaba sus tetas y como metía la mano bajo su braga, algo que de saberse podía crearnos serios problemas, añadió que él me había ayudado dando vueltas por las calles para que me diese tiempo a meter mano a mi madre y ahora quería que yo hiciese algo por él (1).
Intenté negar lo sucedido pero me cortó y volvió a repetir que aquella noche había visto perfectamente como metía mi mano bajo su braga y le hacia un paja. Al final tuve que aceptar lo evidente y le pregunté que quería.
Su respuesta fue clara “ Quiero follarme a tu tía ”.
Respondí que era imposible, que mi tía Andrea no hacía esas cosas, pero él se rió en mi cara y me dijo que mi tía era tan puta como mi madre, después me recordó que el día que fue a estudiar a casa ella no dudó en hacerle una paja y a punto estuvo de hacerle una mamada, además, estaba seguro que yo ya me la había follado más de una vez. Al final terminó diciendo que o se follaba a mi tía o toda la universidad sabría que yo tenía relaciones incestuosas con ella y con mi madre. No me quedó otra que responderle que haría todo lo posible por ayudarle.
Se me puso tan mal cuerpo que decidí regresar a casa de inmediato. ¿Cómo iba a explicarle a mi tía lo sucedido? ¿Estaría dispuesta a ceder al chantaje y se follaría a Yeray?
Solo de pensarlo me ponía malo, no porque ella quisiera o no hacerlo, que ya había dicho en alguna ocasión que no le importaba, sino porque yo no estaba dispuesto a permitir que otro tío se follase a mi tía, era de mi propiedad y la quería solo para mi, y en todo caso, si alguna vez tuviese que follar con otro, sería cuando a mi me apeteciese, no cuando él lo exigiese.
Di vueltas por la calle durante un buen rato y finalmente llegué a casa, al entrar al salón me encontré con Andrea, al verme se levantó y me dio un fuerte abrazo, estaba emocionada porque mi madre iba esa tarde a firmar el divorcio y el día siguiente regresaba a Las Palmas.
ANDREA// Por fin todo se ha solucionado, mi niño, tu madre puede pasar página y ahora podemos vivir los tres tranquilos.
Al ver su cara de entusiasmo no fui capaz de contar lo que me había pasado, me fui a mi cuarto a cambiarme y a pensar como iba a afrontar la situación.
A la hora de la cena llamó a mi puerta y cuando entró casi me dio un infarto, iba vestida para matar, llevaba una minifalda super corta y una blusa muy escotada que al no llevar sujetador mostraba la abundancia de sus pechos. La miré sorprendido y sonriendo me dijo que dejase de babear y que teníamos que celebrar el inicio de una nueva vida para los tres, me cogió de la mano y me llevó al salón, allí había preparado canapés y una botella de cava.
ANDREA// Ahora vamos a bebernos esa botella y después vamos a follar hasta que no podamos más, no sabes las ganas que te tengo, cariño.
Se sentó frente a mí en el sofá y sirvió dos copas, brindamos, comimos canapés y bebimos hasta terminar la botella. Cuando ya estábamos un poco bebidos, mi tía me miró con una sonrisa picara y se reclinó en el asiento separando las piernas, ante mi tenía una imagen espectacular, como no llevaba bragas me estaba ofreciendo un primer plano de su vulva rosada y húmeda, al instante llevó dos dedos a los labios, los humedeció y comenzó a acariciar el clítoris suavemente mientras se mordía el labio inferior provocándome.
ANDREA// Míralo mi niño. ¿Te gusta mi coñito? Estoy deseando que lo folles, mira lo mojado que está.
Subió una pierna en cada reposabrazos y deslizó los dedos por el surco de los labios vaginales, los separó mostrándome su cálida y acogedora cueva y los metió profundamente en su interior.
ANDREA// Ummmm, me encanta. ¿Quieres follarme ya o prefieres que me toque para ti?
Sin esperar mi respuesta, y si como de una profesional se tratase, Andrea me ofreció un espectáculo tremendamente excitante en el que yo era el único espectador, cerró los ojos y comenzó a masturbarse deslizando suavemente la yema del dedo por encima del clítoris, al hacerlo, gemía y temblaba repitiendo lo excitada que estaba. Yo, mientras, miraba absorto los pliegues de ese sexo abierto por el que resbalaban gotas de flujo cada vez más abundantes.
ANDREA// Dios, como me gusta, ummmm. Ahora me vas a follar ¿Verdad mi niño? Quiero que me metas tu polla y me folles como un animal, quiero sentirla bien adentro.
Ya no pude esperar más, me incorporé, y mi tía al verme se puso de rodillas en el asiento apoyando su pecho sobre el respaldo.
ANDREA// Vamos. ¡Fóllame ya! Métemela rápido mi vida, por donde tu quieras, pero métemela ya, necesito tenerla entera dentro.
Apoyada sobre el respaldo, movía sensualmente sus caderas ofreciéndome su hermoso trasero que la minifalda apenas podía tapar. Me bajé el pantalón y el calzoncillo y subí la minifalda recogiéndola en su cintura. Mi tía se giró, me miró con cara lasciva y separó los cachetes del culo con sus manos.
ANDREA// Venga Cielo. ¡Fóllame ya!
La cogí con fuerza por las caderas y sacudí mi polla con la otra mano, en ese momento tenía a mi entera disposición su estrecho culo y su cálido y húmedo coño, estaba a punto de penetrarla cuando algo pasó por mi cabeza y me paralizó, si no lo evitaba, otro día sería Yeray quien iba a disfrutar de esos dos preciados tesoros.
Una enorme rabia se apoderó de mi y a punto estuve de metérsela de golpe sin reparar en el dolor que eso pudiese producirla, pero recapacité y la pedí que se sentase en el sofá, rápidamente se dio la vuelta y se sentó de nuevo con las piernas subidas en los reposabrazos, con mirada pícara me ofrecía nuevamente su sexo para que me lo follase, me puse de rodillas y pasé mi verga por su vulva, Andrea se estremeció y se incorporó para verlo, repetí la operación varias veces impregnando el glande en sus flujos y mi tía me rogó que se la metiera de una vez.
Empujé y mi polla se deslizó suavemente entre sus labios invadiendo ese cálido orificio con enorme facilidad, podía notar como las paredes de su sexo se abrían y se ajustaban a mi verga envolviéndola y provocándome una sensación tan agradable que no pude evitar gemir de placer.
Mi tía me miró entusiasmada al comprobar como disfrutaba y comenzó a acariciar sus pechos por encima de la blusa, al verlo, me incliné sobre ella y di un tirón arrancando los botones y dejando en libertad sus enormes tetas, al instante esas dos maravillas quedaron expuestas y balanceándose al ritmo de mis penetraciones.
ANDREA// Ummmm. Si mi amor, así me gusta.
La empujé contra el asiento y me eché ligeramente hacia atrás, al hacerlo pude ver como mi verga entraba y se enterraba profundamente en su sexo. Era excitante contemplar como mi tía movía sus caderas sin descanso ofreciéndome su coño abierto, podía ver con claridad como mi polla salía de su sexo impregnada en flujos blanquecinos que cada vez eran más abundantes, eso me demostraba lo caliente que estaba.
Al verla tan excitada, pensé de nuevo en aquella noche que le hizo la paja a Yeray y los problemas que eso podría traernos, resentido golpeé su muslo con la palma de la mano y le dije lo perra que era, su reacción fue inmediata.
ANDREA// Si mi amor, soy muy perra, pero fóllame mi vida, fóllame fuerte.
El cambio producido en mi tía me tenía asombrado, cuando llegué a Las Palmas para estudiar me encontré con una mujer tímida y recatada en la que no vi ningún atractivo sexual, y ahora era una mujer explosiva, una autentica fiera deseosa de sexo. Tiré de sus piernas hacia fuera hasta dejar su culo colgando del asiento y aumenté el ritmo de mis penetraciones, ahora la estaba follando salvajemente y ella me miraba de forma lasciva mientras resoplaba de placer y me pedía que se la metiese más fuerte.
Miré su carita y la imagen fue deliciosa, tirada en el sofá con las piernas levantadas, respiraba de forma agitada e intentaba apartar los pelos de la cara soplando como podía, mientras, sujetaba con las manos sus pechos que se balanceaban sin parar y movía sus caderas acompasándose a mis penetraciones. Por un momento me detuve para contemplarla y ella me miró inquisitiva y nerviosa.
ANDREA// ¿Qué te pasa mi vida? ¡¡Sigue follándome por lo que más quieras!!
La empujé con fuerza contra el sofá y me dejé caer sobre ella aumentado el ritmo y profundidad de mis penetraciones, sus manos se aferraron a mi espalda y sus uñas se clavaron en mi piel, pero no por eso disminuí la intensidad, continué martilleando su coño con ímpetu hasta que de repente empezó a temblar y me pidió que parase, se había corrido y necesitaba un respiro.
Yo no había acabado, pero tenía algo rondando mi mente, necesitaba contarle lo ocurrido en la Universidad, así que le pedí que se sentase en el sofá para relatarle lo sucedido. Primero se mostró indignada por lo que había hecho con mi madre en el coche, aquella noche ella estaba orgullosa de mi comportamiento y ahora se enteraba que su sobrino ejemplar se había aprovechado de su madre cuando estaba borracha.
Vi que la culpa iba a recaer sobre mí y rápidamente reaccioné cambiando las tornas. Le dije que solo la había acariciado levemente y que Yeray lo había malinterpretado, pero que el motivo de la petición de mi amigo era porque ella se había portado de forma muy ligera cuando vino a casa, prácticamente se había ofrecido a él al mostrarse tan provocativa y al haberle masturbado en el baño (2).
Mi tía se llevó las manos a la cara y casi llorando me preguntó desde cuando lo sabía y como me había enterado. Me di cuenta del error, ya que eso solo lo sabían Yeray, su “cibernovio” y ella, y rápidamente respondí que aquella noche me levanté al baño y la vi arrodillada haciéndole una paja, pero que por respeto a ella no se lo había dicho nunca.
Mi tía me abrazó con fuerza y me pidió mil disculpas, reconoció que aquello que hizo fue un error y que de ninguna manera esto debía perjudicarnos a mi madre o a mí, que si tenía que acostarse con Yeray para pagar su silencio lo haría, pero que sentía asco de él por aprovecharse de esta situación.
Sus palabras me aliviaron en cierto modo, ya sabía que ella no iba a poner reparos en follar con Yeray, pero eso no evitaba que la rabia siguiese quemándome por dentro, por un lado yo no quería que lo hiciese y por otro quería hacérselo pagar por ofrecerse tan rápidamente.
Una idea surgió en mi cabeza, ya sabía como castigar a mi tía, iba a obligarla a hacer algo que nunca hubiese imaginado y lo iba a hacer ahora mismo. La pregunté si se acordaba de la promesa que me había hecho el día anterior y ella respondió que a qué promesa me refería.
JAVIER// ¿Te acuerdas que me dijiste que había sido estupendo, me debías una y podía pedirte lo que quisiera?
ANDREA// Ahhh, jajaja, es cierto, creo que nunca me han comido el coño tan bien como tu lo hiciste ayer, jajaja. Pídeme lo que quieras.
JAVIER// ¿Estás segura? ¿Todo?
ANDREA// Por supuesto cariño, lo que tu quieras.
Le conté que había visto una película porno en la que hacían algo que llamaban lluvia dorada y consistía en que la chica se arrodillaba frente al chico y éste la meaba encima. A medida que se lo contaba mi tía ponía cara de asco y movía la cabeza negativamente.
ANDREA// De ninguna manera, eso es una guarrada, no cuentes conmigo para eso.
Vi que la cosa se ponía mal y tenía que presionarla de alguna forma, enseguida supe como atacar sus defensas.
JAVIER// Vaya, hemos pasado de “ lo que quieras ” a “ de ninguna manera ”, ya veo que no tienes palabra.
ANDREA// ¿Pero tu sabes lo que me pides? Cariño, yo haría cualquier cosa por ti, pero eso es una guarrada.
ANDREA// Vale tía, veo que tu palabra no vale nada. Yo siempre te he apoyado y te he ayudado en la relación con tu novio, siempre he hecho todo cuanto me has pedido. Y para una cosa que te pido, tu respuesta es no. Vale.
Me levanté para irme a la habitación y ella me cogió con fuerza del brazo.
ANDREA// No te vayas cariño, no te enfades conmigo por favor, es que lo que me pides es muy fuerte, pero pídeme otra cosa, lo que quieras.
JAVIER// ¿Fuerte? Tía, por Dios. Fuerte es que yo traiga un amigo a estudiar y tu le hagas una paja, fuerte es que vayamos un día al cine y te dejes follar por dos desconocidos (3), lo que yo te pido ahora tampoco es tanto. Bueno, no pasa nada, a partir de ahora ya sé que nuestra relación tiene límites, al menos por tu parte, yo te quiero más que a nada en el mundo pero veo que tu a mí no.
La miré de reojo y vi que estaba comenzando a llorar, movía su cabeza negativamente y me miraba implorando perdón, la tenía en el punto donde quería, ahora solo tenía que darle la puntilla. En cada frase estaba metiendo la palabra “Tía” haciéndola sonar con más fuerza, quería marcar cierta distancia, ahora ya no era Andrea, mi confidente, amante y amiga, ahora era solamente mi tía.
JAVIER// No te preocupes Tía, como veo que mis peticiones te molestan, mañana cuando venga mi madre le diré que quizás sea mejor que nos vayamos los dos a un apartamento, con la pensión que le va a pasar mi padre, y si ella encuentra un trabajo y yo consigo algo los fines de semana, podremos vivir sin problemas y no te molestaremos mas. Además, seguro que si se lo pido a ella lo hará sin dudarlo, mi madre nunca me hubiese dicho que no.
ANDREA// No digas eso por Dios, no me castigues.
Ahora lloraba sin consuelo y era incapaz de articular palabras. Me giré para irme a mi habitación y entonces dijo lo que yo deseaba.
ANDREA// Lo haré cariño, haré lo que tu quieras pero no te vayas por favor.
Me volví y la abracé con fuerza, ella me miró sonriendo y me pidió que no me enfadase, que había sido una tonta al negarse pero no volvería a hacerlo. Instintivamente metí las manos bajo su falda y apreté con fuerza sus nalgas, ella apretó el culo sonriendo y me susurró al oído que lo hiciésemos cuanto antes.
Que fácil era manipular a mi tía – pensé- Podía conseguir de ella cuanto quisiera, solo había que tocar sus dos puntos sensibles, quedarse sola y la rivalidad con mi madre. Nos sentamos en el sofá y le conté en qué consistía la lluvia dorada, en algunas pelis lo hacían poniendo plásticos en la habitación y en otras era directamente en el baño. Ella respondió que casi mejor en la ducha, así no manchábamos nada.
La cogí de la mano y la llevé en dirección al baño, la miré de arriba abajo y vi el bellezón que tenía junto a mi, con sus zapatos de tacón, la mini que dejaba a la vista sus largas y hermosas piernas, y sus tetazas balanceándose entre la blusa rasgada, sin duda era el sueño de cualquier hombre, y sin embargo, era yo el afortunado que la tenía a mi disposición a cualquier hora del día, esa pedazo de mujer estaba siempre dispuesta a dejarse follar por su sobrino veinteañero.
Entramos en el baño y me preguntó si tenía que desnudarse o se quedaba con la ropa puesta. Tuve un flash y apunto estuve de decirle que se quedase tal como estaba, imaginarla en cuclillas con los tacones, la minifalda subida mostrando su sexo y la blusa rota, era una imagen más que excitante, pero me dio pena estropear su ropa y dije que se desnudase.
Andrea se quitó los zapatos y dejó deslizar la minifalda por sus piernas mientras se contoneaba con movimientos sensuales, después se desprendió de los restos de la blusa y se puso frente a mi con los brazos en jarras hablándome con vocecita de niña chica.
ANDREA// ¿Y ahora qué? ¿Cómo quiere mi hombrecito que me ponga?
Mi polla saltó como un resorte, verla así me ponía a cien, la cogí del pelo y empujé hacia abajo para que se agachase, ella se arrodilló pero no era así como la quería, la dije que se pusiese en cuclillas, de esa forma podía ver sus piernas abiertas mostrándome su sexo. Levantó la cabeza para mirarme y me rogó que solo mojase su pecho.
El verla desde arriba implorándome y esperando nerviosa lo que le venía encima, me dio un subilón de adrenalina, había conseguido que mi tía fuese un juguete a mi servicio y eso me producía un enorme placer. Cogí mi verga y apunté en su dirección, Andrea cerró los ojos y giró ligeramente la cara, sabía lo que se avecinaba y no tenía muy claro que yo cumpliese lo que ella me había pedido.
Intenté orinar pero no podía, la erección o los nervios me impedían hacerlo con naturalidad, sacudí nervioso mi polla pero no había forma, entonces vi como Andrea abría los ojos, apretaba sus pechos con las manos y me miraba de forma provocativa mordiéndose los labios.
ANDREA// Vamos amor, hazlo ya, échamelo aquí.
Me concentré y por fin noté como un chorro salía de mi verga y golpeaba el pecho de mi tía, ella giró su cara un instante, pero al momento abrió los ojos y bajó la cabeza para ver como mi líquido amarillo resbalaba por todo su pecho, instintivamente comenzó a masajear con las manos sus tetas empapadas, al instante levantó la cabeza para mirarme y vi como abría la boca tímidamente ofreciéndome su lengua.
ANDREA// Dámela mi amor, quiero probarla.
Aquello era mucho más de lo que yo podía esperar, sin darle tiempo a arrepentirse, dirigí el chorro a su boca y comprobé como ella tragaba, cerraba los labios y dejaba resbalar parte por su barbilla para después volver a abrir la boca buscando la lluvia dorada que yo le ofrecía. Era un espectáculo ver como el líquido amarillo penetraba en su boca golpeando su garganta mientras ella me miraba sonriente.
Entonces me di cuenta que mientras tragaba seguía apretando una de sus tetas y había llevado la otra mano a su vulva y estaba haciéndose una paja, mi tía no tenía limite y no dejaba de sorprenderme, por suerte, había llevado el móvil para inmortalizar esta experiencia y estaba grabándolo todo íntegramente.
Cuando por fin dejé de expulsar liquido, mi tía me dirigió una mirada lasciva y me cogió de la mano.
ANDREA// Ummmm, me ha encantado tu idea, ahora necesito que me folles el culito, mi niño.
Se inclinó hacia delante, apoyó una mano en la pared de la ducha y con la otra recogió sus flujos y lubricó su ano, después empujó las caderas hacia atrás mostrándome el culo, lo que tanto le costó darme al principio ahora me lo ponía en bandeja, ante mi tenía ese estrecho y rugoso orificio marrón palpitando y esperando ser penetrado de inmediato.
Con el móvil en la mano grabé un primer plano de su esfínter, entonces apoyé mi glande y presioné con fuerza hasta romper su resistencia, pude contemplar como su ano se abría y se tragaba poco a poco la totalidad de mi verga, verlo dilatado apretando mi polla era un auténtico espectáculo, rápidamente y sin ningún miramiento, dejé el móvil y comencé a follar su culo con vehemencia, la sujeté por las caderas tirando con fuerza hacia mi mientras lanzaba mi pelvis hacia delante penetrándola una y otra vez lo más profundamente que podía.
Mi tía, en lugar de protestar, giraba su cara para ver como lo hacía al tiempo que cerraba y abría los ojos suspirando y respirando de forma alocada.
Andrea se movía excitada y me pedía que la follase más duro, estaba disfrutando como una auténtica perra y me lo demostraba lanzando su culo hacia atrás buscando que la ensartase más violentamente con mi verga. Aumenté el ritmo y la fuerza de las penetraciones y vi como ella se giraba sonriendo.
ANDREA// Así me gusta Cielo, fóllame duro, más fuerte.
Recordé como mi padre había tratado a mi madre la noche anterior y seguí su ejemplo, tiré con energía de su pelo hacia atrás y al mismo tiempo levanté la mano y la dejé caer sobre su trasero con violencia. Andrea resopló con rabia y me miró mordiéndose los labios.
ANDREA// Siiii, así me gusta mi amor, rómpeme el culo.
Estaba desbocada, era ella quien se movía de una forma salvaje tragándose mi polla literalmente con su culo, yo me limitaba a tirar de su pelo y a sacudirle nalgadas cada vez más fuertes, su comportamiento me excitaba de tal forma que ya no tenía control de mis actos, yo golpeaba sus nalgas dejando mi huella en ellas y mi tía me miraba provocándome e incitándome a continuar.
Los dos habíamos perdido la conciencia de lo que hacíamos y estábamos follando de una manera brutal, entonces me pidió que se la metiese entera y di un golpe de cadera enterrando mi polla por completo en su recto, acto seguido se corrió y me pidió que terminase rápido, estaba agotada y ya no podía más.
La pedí que se arrodillase y sacudí mi verga hasta notar que me corría, entonces eyaculé lanzando mi semen a su cara mientras ella hacia lo posible por recogerlo con su boca. Había sido bestial, nunca antes había tenido una experiencia tan salvaje y excitante como ésta. Después nos duchamos juntos y la abracé durante un largo rato bajo el agua, al terminar, cada uno nos fuimos a nuestra habitación exhaustos por tanto ejercicio.
Poco más tarde recibí una llamada de mi madre, le conté lo sucedido con Yeray y se mostró muy enfadada, recordaba perfectamente aquella noche que le metí mano en el coche pero no se había dado cuenta de que mi amigo nos había visto.
Al oír sus palabras me quedé sorprendido. ¿Realmente era consciente aquella noche de que yo acariciaba sus tetas y su sexo?
JAVIER// Pero mami, tu aquella noche estabas borracha. ¿Cómo vas a recordar lo que pasó en el coche?
LORENA// Jajaja. Aquella noche había bebido pero controlaba perfectamente todo lo que hacía, tu estabas muy caliente y me di cuenta, así que te dejé hacer todo lo que quisiste, y no hubo más porque no lo intentaste.
JAVIER// Joder mami, me dejas sorprendido, nunca hubiese pensado que eras tan liberal.
LORENA// No lo pienses más cariño. ¿Tú lo pasaste bien? Pues yo también.
Su respuesta me dejó descolocado, yo me había aprovechado pensando que estaba borracha y nunca iba a recordar nada y ella sin embargo me había dejado hacerlo a voluntad siendo consciente de que lo hacía.
Después hablamos de nuevo de Yeray y me dijo que no hiciésemos nada hasta que ella llegase, quería hablar con nosotros de una posible solución.
Como vi que tenía ganas de sexo y yo ya estaba ligeramente cansado, le mandé el video de la ducha, mi madre al verlo me dijo que mi tía era más puta de lo que ella pensaba y que los dos éramos unos cabrones por hacer esas cosas sin ella, pero que cuando llegase a Las Palmas iba a resarcirse del tiempo perdido.
LORENA// Y mañana cuando llegue prepárate porque me tienes que follar como nunca, no sabes lo cachonda que me has puesto con el video.
Las palabras de mi madre me generaron muy buenas expectativas, la noche siguiente iba a ser gloriosa sin ninguna duda, pero el problema de Yeray seguía latente.
5 comentarios - MaMT 19: Una fiera deseosa de sexo