Después de habernos sacado las ganas uno al otro en dos días, por fin pudimos coger con Romi. Ya sabiendo q podíamos estar tranquilos me dijo de ir a la cada, como había prometido “esta vez era en la cama”. Pero la cama, fue justamente el último lugar.
Llegué a lo de Romi, cenamos y empezamos a tomar unos tragos. Ella estaba con unas calzas engomadas y una remera que le marcaba todas las tetas, bien apretadas y que se dejaban ver por un pequeño escote en V.
Estábamos parados en su living y sonaba una música suave cuando ya los dos nos mirábamos con muchas ganas, y fui yo el que dio el primer paso.Me acerqué y la abracé, empecé a bailar y baje las manos. Recorrí sus caderas y su cola para luego empezar a comernos la boca.
De poco fuimos comiéndonos cada vez con mas ganas,tocándonos. Luego de unos minutos intensos de besos, la apoyé contra la pared y empecé a comerle el cuello y sacarle la remera.
Sus gemidos eran suaves, y cada vez que tocaba un lugar nuevo de su cuerpo o lo chupaba, decía “Sí, pendejo”. Le gustaba eso de estar con alguien más chico que ella. Ya sin la remera, ella se desabrochó el corpiño. Sus tetas se vinieron sobre mi, empecé a chuparlas y calentarme cada vez más por el perfume, por las pecas que tenía y porque ella seguía diciendo “si,pendejo, así, son tuyas”.
Mientras sus pezones se endurecían y yo me perdía en sus tetas, ella se giró “Quiero sentir tu pija en la cola”, dijo.
Yo ya tenía un fierro abajo, empecé a apoyarla y disfruté delo ajustadas que le quedaban las calzas. Las fue bajando de a poco, siempre besándole la espalda, apoyándola en la cola.
Quedó en tanga, era parecida a la que me había regalado pero más chica, se perdía en su cola que era algo grande y me calentaba muchísimo.Ahí giró y me puso a mi contra la pared, me sacó la remera y enseguida me dejóen pelotas. Bajó despacio y me empezó a tocar la pija y chuparla un poco. Después me hizo un poco la turca, era tremendo como esa mujer se manejaba y me hacia de todo.
Los dos estábamos muy calientes, disfrutando pero yo me moría de ganas de por fin, poder cogerla. La levante despacio y la puse contra la pared.Ella entendió todo, sacó un poco la cola hacia afuera y se corrió la tanga. Sela metí por atrás y empezamos a bombear y gemir los dos. Nos movíamos, nos decíamos de todo y ella me llevaba mis manos a las tetas. “apretalas fuerte, dale, siii,ahhh ahhh ahhh. Me encanta esto pendejo, quiero tu leche, dámela en la cola,dame, dale, por favor”.
Ese “por favor” con ese tono de voz bien bebota y con ganas me subió la calentura. Di un par de cachetadas en la cola, saque la pija y le acabé todo en la cola y la espalda.
- “Que caliente sos, mirá la leche que tenías, un montón. Que hermoso acabamos,¿no?”
- ¿Acabaste?
- - Dos veces nenito, pero estabas tan concentrado agarrado de mis tetas que me parece que no te diste cuenta, jajajaja
Así arrancó la noche, después pasamos finalmente a su cama,donde todo fue algo mas tradicional. Cogimos una vez más, mas que nada yo arriba de ella.
Si les gusta la historia, les cuento más!
Llegué a lo de Romi, cenamos y empezamos a tomar unos tragos. Ella estaba con unas calzas engomadas y una remera que le marcaba todas las tetas, bien apretadas y que se dejaban ver por un pequeño escote en V.
Estábamos parados en su living y sonaba una música suave cuando ya los dos nos mirábamos con muchas ganas, y fui yo el que dio el primer paso.Me acerqué y la abracé, empecé a bailar y baje las manos. Recorrí sus caderas y su cola para luego empezar a comernos la boca.
De poco fuimos comiéndonos cada vez con mas ganas,tocándonos. Luego de unos minutos intensos de besos, la apoyé contra la pared y empecé a comerle el cuello y sacarle la remera.
Sus gemidos eran suaves, y cada vez que tocaba un lugar nuevo de su cuerpo o lo chupaba, decía “Sí, pendejo”. Le gustaba eso de estar con alguien más chico que ella. Ya sin la remera, ella se desabrochó el corpiño. Sus tetas se vinieron sobre mi, empecé a chuparlas y calentarme cada vez más por el perfume, por las pecas que tenía y porque ella seguía diciendo “si,pendejo, así, son tuyas”.
Mientras sus pezones se endurecían y yo me perdía en sus tetas, ella se giró “Quiero sentir tu pija en la cola”, dijo.
Yo ya tenía un fierro abajo, empecé a apoyarla y disfruté delo ajustadas que le quedaban las calzas. Las fue bajando de a poco, siempre besándole la espalda, apoyándola en la cola.
Quedó en tanga, era parecida a la que me había regalado pero más chica, se perdía en su cola que era algo grande y me calentaba muchísimo.Ahí giró y me puso a mi contra la pared, me sacó la remera y enseguida me dejóen pelotas. Bajó despacio y me empezó a tocar la pija y chuparla un poco. Después me hizo un poco la turca, era tremendo como esa mujer se manejaba y me hacia de todo.
Los dos estábamos muy calientes, disfrutando pero yo me moría de ganas de por fin, poder cogerla. La levante despacio y la puse contra la pared.Ella entendió todo, sacó un poco la cola hacia afuera y se corrió la tanga. Sela metí por atrás y empezamos a bombear y gemir los dos. Nos movíamos, nos decíamos de todo y ella me llevaba mis manos a las tetas. “apretalas fuerte, dale, siii,ahhh ahhh ahhh. Me encanta esto pendejo, quiero tu leche, dámela en la cola,dame, dale, por favor”.
Ese “por favor” con ese tono de voz bien bebota y con ganas me subió la calentura. Di un par de cachetadas en la cola, saque la pija y le acabé todo en la cola y la espalda.
- “Que caliente sos, mirá la leche que tenías, un montón. Que hermoso acabamos,¿no?”
- ¿Acabaste?
- - Dos veces nenito, pero estabas tan concentrado agarrado de mis tetas que me parece que no te diste cuenta, jajajaja
Así arrancó la noche, después pasamos finalmente a su cama,donde todo fue algo mas tradicional. Cogimos una vez más, mas que nada yo arriba de ella.
Si les gusta la historia, les cuento más!
8 comentarios - La masajista veterana del barrio. Parte 3