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La madre de Pedro y el bully 28

Era el fin de semana y Marcelo todavía no había contactado a Teresa. Ella se alistaba como siempre para asistir a la misa junto a su familia. Después de lo que vio ese día estaba segura que necesitaba ir a la iglesia para exorcizar esas horribles visiones de su mente pero también el morbo que le provocaron.
La madre de Pedro y el bully 28
Ese domingo se atrasaron un poco a causa de Pedro que estaba mal de su estómago. Le propusieron quedarse en la casa por su actual condición pero él, de buen chico católico, quiso ir lo mismo. La familia llegó cuando la misa había ya comenzado así que se sentaron en sus puestos lo más rápido posible. Teresa atendía con dificultad ya que sus pensamientos escapaban a ese día. El cuento de Kimiko y la vista del incesto la atormentaron por toda la semana en sus sueños y despierta porque no la dejaban parar de tocarse. Talvez Marcelo la hubiera podido llamar en esos días, talvez él hubiera podido saciar su hambre pero siendo sincera con si misma no sabía cómo se iba a comportar con el chico.
Tenía que decir algo sobre lo que vio? Olvidarlo y seguir adelante con esa relación? Podía ella mirar a su amante y esconder lo que sabía?
Al terminar de la misa su esposo junto a sus hijos conversaron con los otros presentes mientras ella se tenía un poco en a distancia. Entre las personas estaban también los mismos hombres que durante la cena de esa noche no paraban de mirar sus senos. Ellos la mandaban miradas tímidas que ella nuevamente comenzaba a apreciar sobretodo por que estaban en puesto como ese.
esposa
La diversión duró poco ya que entre los ojos que la seguían estaban también los de Doña Marta. Esa vieja la miraba con odio, juzgándola y eso no le gustaba para nada a la no “inocente” esposa. Sus ojos la seguían descaradamente así que sin poder soportarlo más se alejó para ir ande padre Eugenio.
-Kimiko. Como estas querida?
-Como? Oh, bien, Teresa, bien…disculpe. Necesito aire.
Teresa había encontrado su amiga pero ella parecía algo perdida y desorientada. De todos modos cuando llegó cerca al padre vio que estaba hablando con alguien. Teresa no se esperaba de verlo ahí. Marcelo estaba charlando amigablemente con padre Eugenio. La diferencia entre los dos era grande. De una parte un viejo pálido, pequeño y con una notable barriga y a su lado un joven moreno, alto y musculoso.
-Oh, Teresa, hija mía. Estábamos justo hablando de ti con este joven. Dice que te conoce.
-Oh no, digo si. Él…él…
No sabia que decir.
-Si, estoy en la misma escuela de la mier…de su hijo. Fue ella quien me convenció a venir aquí. Fue muy convincente.
-Ah que bien. Es siempre bueno que los jóvenes se acerquen a la iglesia, sobre todo en estos tiempos. Y vi que también conoces a nuestra Kimiko.
-Oh no padre, nomas hablábamos un poco, nos conocíamos.
Dice el chico mandándole una mirada a Teresa.
-Bueno, me decías que querías confesarte hijo. Tengo tiempo ahora si…
-No padre. Temo que ahora no puedo, tengo unas cosas que hacer en el trabajo. Solo necesito pedirle un favor a la bella Teresa.
-Oh, esta bien, espero de verte la próxima semana o también antes si quieres.
Padre Eugenio se retira dejándolos solos.
-Que piensas hacer aquí?
-Como dices linda? Es así que hablas a tu dueño?
-…Yo…nomas quería decir. No me esperaba que tu estuviese aquí.
-Lo se, lo se. Pero quería hacerte una sorpresa. De todos modos no es la primer vez que nos vemos aquí verdad?
Dijo Marcelo llevándole a la mente la última vez que estuvieron en ese terreno consagrado. Teresa se mojó inmediatamente con esos recuerdos.
Pedro por su parte hablaba con los muchachos de su edad mientras su hermanito le jalaba el pantalón diciendo…
-MAMÁ, MAMÁ. DONDE VA?
Teresa no había podido resistir ni 5 minutos al chico así que se dejó llevar al confesionario sin protestar y adentro el bully se sentó sobre el asiento de madera para después comenzar a abrir sus pantalones.
Adentro era muy apreto y a mala penas había espacio para los dos pero la mujer no tenía intención de renunciar a esa verga que tanto había deseado esa semana. Apenas el miembro fue liberado ella se lanzó con gran velocidad a devorarlo ávidamente.
GLUCK, GLUCK, GLUCK, GLUCK
interracial
La cabeza de la madre de Pedro subía y bajaba sobre ese palo negro justo a unos metros de distancia de su familia. Si alguien ese día hubiera querido confesarse para ella era la fin; pero eso lo volvía más excitante. El riesgo tan fuerte de ser descubierto aumentaba la energía de su mamada y la humedez de su concha.
Mientras se devoraba al miembro del bully de su hijo no podía dejar de pensar en la mamada que su madre le dio a Marcelo. Quería hacerlo como lo hacía ella y así fue. Puso toda su concentración y imitó como podía el recuerdo de ese día de incesto. El bully estaba placientemente sorprendido por esa nueva técnica que su hembra estaba usando y que le resultaba familiar.
madre
De repente la puerta de la otra parte se abre y padre Eugenio entra en el confesionario diciendo lo que decía siempre en esas ocasiones.
-Hola padre.
Dijo Marcelo gozando todavía de la boca de su mujer que por un momento se paró del miedo al saber que ese hombre estaba tan cerca de ellos.
infiel
-Hola joven. No habías dicho que tenías que hacer otras cosas.
-Oh no padre, ya cambie idea, necesitaba esto.
Dice Marcelo empujando la cabeza de Teresa más abajo haciendo que su verga entre más adentro de su boca. Eso producido un ruido particular que el viejo no sabía distinguir.
-Todo bien hijo?
-Oh si padre, COFF, COFF, solo un poco de tos.
-Esta bien entonces podemos comenzar.
-…
-…
Teresa había entendía lo que su amo quería y ella no iba a desobedecer así que lentamente y silenciosamente comenzó de nuevo a trabajar sobre su verga.
-Entonces?
-Entonces que cosa padre?
-Debes decir las palabras primero de empezar.
-No las conozco las palabras.
-Esta bien, repite después de mi. Bendígame padre, porque he pecado.
-Bendígame padre, porque he pecado.
-Mi ultima confesión fue…
-Mi ultima confesión fue…nunca. Padre está es la primera vez que hago esto.
Dice mirándole a los ojos a Teresa y sonríe.
-Bueno estaba bien, estaba bien. Nomas dime el peso que atormenta tu corazón.
-Uff padre, si se refiere a mis pecados Jaja, no se de donde comenzar.
Teresa seguía mamando estaba vez un poco más rápido ya que la calentura de esa situación era algo increíble para ella.
cornudo
-Una vez…
Marcelo comenzó a contar sus aventuras. Contó de como comenzó a robar cosas desde pequeño a sus otros compañeros, como usaba la fuerza para hacerse respetar, como le gustaba usar la fuerza y asta sus experiencias con las mujeres. Mas hablaba y mas lo que decía se volvia peor. La tranquilidad con que decía sus pecados, la arrogancia y el orgullo por sus crimines turbaban mucho el viejo padre mientras Teresa seguia mamando su verga.
-Una vez me cogí a la novia de mi amigo jaja, era una zorra como pocas. Él lo sabia, yo lo sabia, todos lo sabíamos pero el pendejo creía que con él seria diferente. Así que le demostré cuanto estaba equivocado.
-Pero…porque lo hiciste?
-Porque? Que pregunta es esa padre…estaba buenísima. Rubia, tetas chiquitas pero un culo de infarto jaja. Ah si tuviera todavía las fotos que le saqué uff, pero las perdí cuando rompí mi celular. Pienso que le habrían gustado.
-No joven, no es bueno decir o hacer esas cosas.
-JAJA, si, si claro padre. Mmmm…
Teresa usaba la nueva técnica muy bien.
-De todos modos el pobrecito cambió de escuela después de que le mostré el video de como me cogía a su novia. Fue en ese momento que entendí cuanto me gustaba coger la mujer de otros. No se porque pero me gusta hacerlo. Me divierte.
Padre Eugenio no sabia bien que decir al joven. Era padre de mucho tiempo y de mucho tiempo escuchó los pecados de su comunidad y de otros pero nunca escuchó una símil perversión como esa. Nadie que venia ande él se daba gloria de símiles actos y sobretodo con ese tono malvado en el carácter.
-Mierda, me recuerdo como chillaban esos nerds cuando les daba unas cuantas golpizas. Me encabezaba verlos tan…maricas. No se si me entiende padre.
-Amm…no te preocupes. Sigue adelante.
-Bueno comencé a cogerme a muchas perras, las de mi escuela, las de otras escuela, las de otros chicos y chicas jaja pero…creo que me gustaba coger a mujeres verdaderas, las de otros hombres, casadas.
-Casadas?
-Si padre casadas. Siempre tan solas, tan rígidas pero cuando les meto mi verga adentro se prenden como fuegos de artificio Jaja. Esos cornudos de sus maridos no saben como tratarlas a esos mujerones así que yo me encargo de darles lo que les falta; la cogida de sus vidas. Oh padre, si supiera como es fácil convencerlas a dejarse atrás sus matrimonios, sus hijos o su familia pienso que cambiaria idea sobre la santidad del matrimonio.
El cuerpo de Teresa estaba hirviendo de calentura. Las horribles y descaradas palabras de su amante hicieron que ella comenzará a masturbarse con una mano mientras la otra seguían masajeando el miembro del chico.
-Dos o tres veces me cogí a algunas mamás de esos nerds. Creo que uno se dio cuenta y los otros no tienen idea pero de todos modos esas zorras no eran un gran que. Pero últimamente…
Teresa sabía lo que estaba para decir.
-Últimamente hay una zorra uff, esa si que es una mujer de otro mundo padre. Si viera esas tetas y ese cuerpo se le pararía también a usted, o talvez ya pasó jaja.
-No seas vulgar muchacho. Este es un luego sagrado.
-Jaja, esta bien, esta bien, bueno…esta “señora” se hizo a la difícil al principio pero AHORA como se comporta bien conmigo. Hace todo lo que le digo sin importarle de su esposo y las mierdas de sus hijos. Me recuerda esa “señora” que solía cogerme delante de su hijo…como se llamaba ese pito corto?...José, Julio…JUAN! Si se llama Juan.
Teresa lo miró con la verga todavía dentro de su boca. Ella conocía ese nombre.
casada
-Bueno mi nueva hembra es todo otro nivel. No pienso dejarla ir tan pronto. Y se que también ella no quiere quedarse sin esta…
Dice Marcelo mirando a su verga.
-Eso es todo joven? Terminaste?
Dice padre Eugenio irritado por las palabras del chico. Él sabía que siendo un padre tenía que escuchar pacientemente y con comprensión a las confesiones de los pecadores pero esta vez era difícil.
-No todavía no acabé viejo.
Responde Marcelo muy irrespetuoso refiriéndose al echo que todavía nos e había corrido.
-Dime, me podrías perdonar después de lo que dije. Después de esto?
-Yo…Yo no soy el que tiene que perdonarte.
-Jaja claro, claro. Pero es posible?
-Si, es posible, si solo tú…
-Aunque si me cogí a mi madre?
-Que…que dijiste?
Padre Eugenio estaba en shock y no creía a lo que había escuchado mientras Teresa de su parte no estaba sorprendida como debía por esa revelación y Marcelo se dio cuenta.
-Si, me escuchó bien. Me cogí y me estoy cogiendo a mi madre. Y ella lo adora jaja. Siendo sinceros es ella que comenzó todo. Una vez me vio jalándome el ganso y, como todas las putas, no resistió a mi verga. Me dijo que si quería seguir viviendo en su casa tenía que complacerla regularmente y que no lo dijera a nadie. Usted pero tendrá el secreto verdad padre?
-Yo…si, yo no lo diré a nadie. Estas protegido por el secreto de la confesión.
-Genial, bueno…no me interesa si lo saben los otros, es ella que sale mal en esta historia. Después de un poco de tiempo que me la cogía mi padrastro nos vio y se fue de la casa. No me molestó, era un gran pedazo de mierda. Perdone el lenguaje. Y así pasaron las cosas.
-Oh hijo mío. Estas perdido, muy perdido. Necesitas ayuda. Lo que dijiste…nadie tendría que hacer símiles actos, sobretodo con…con su propia madre.
-Oh, no durará mucho padre, no se preocupe. Tengo juntado un poco de dinero y pienso que un poco tiempo me iré de la ciudad, un puesto mío, entiende?
A Teresa no le gustó escuchar eso. Si él se iba quien podía coger su lugar; seguramente no su marido. Y si le pedía de venir con él? Ella que diría?
En ese momento Marcelo y Teresa vinieron en el mismo momento llenándola de semen la boca.
-Bueno, tengo que irme padre. Sabe la perra de la que le decía? Ahora está ansiosa de recibir mi verga jaja. No la haré esperar más. Me gustó nuestra conversación padre, tenemos que reportar jeje.
-Espera joven, todavía…
Marcelo se paró rápido cerró su sierre y salió seguido por Teresa que todavía se estaba ajustando su ropa.
iglesia
Por suerte nadie los había visto.
Continúa

5 comentarios - La madre de Pedro y el bully 28

Kaos566 +2
Al escritor le gusta el abuso oscuro
NynaCulona39 +4
Se vienen relatos donde el marido o el hijo descubren la infidelidad de Teresa ?
TAUROx21 +1
Esta muy bueno pero te pido el favor k sean más largos