Mi admiración y un abrazo virtual para aquel que descubra aquello que este relato esconde.
- Espera, tengo algo para mostrarte.
Riley salió de la habitación dejando a Anahí allí sola. Esta, sentada en la cama, intentaba darle un sentido a todo lo que estaba ocurriendo, y lo real que se estaba volviendo. Riley era muy linda, se sentía cómoda con ella, y la hacía sentir muy bien, pero estaba comenzando a sentir que tal vez ese simple juego de manos, caricias furtivas sobre la ropa y los besos podían estar transformándose en algo más, algo de lo que tal vez no se sintiera tan cómoda. De pronto ese pensamiento la asusto mucho, se sintió desbordada ante aquella situación, dio un salto de la cama y mentalmente comenzó a planear su huida. No quería hacer sentir mal a Riley, pero tenía que escapar de aquella situación pronto, antes de que se le fuera completamente de las manos. Comenzó a recorrer muy nerviosamente la habitación, tomo el abrigo que había traído e intento acercarse a la puerta, pero solo llego a dar unos pasos, cuando detrás de ella pudo escuchar la voz de Riley.
- ¿Qué te parece?
Despacio se dio vuelta y allí estaba ella, con una gran sonrisa y vistiendo el disfraz de la Mujer Maravilla más perfecto y realista que jamás había visto. Anahí se acercó a ella, casi hipnotizada por aquel atuendo, y, de forma inconsciente comenzó a recorrer con sus dedos muy delicadamente los detalles metálicos de aquel disfraz.
- ¿Te gusta? Todavía le faltan varios detalles, además para cuando vaya a usarlo debería teñirme el pelo de negro, o tal vez una peluca, todavía no estoy segura.
Decía Riley mientras se tocaba el cabello.
- Es perfecto.
Exclamo finalmente Anahí con una sonrisa.
- ¿Te ibas a ir?
Dijo Riley algo seria, mientras señalaba con la vista el abrigo que Anahí llevaba en su mano, esta le tomo unos segundos entender a lo que se refería, finalmente reacciono y miro unos momentos la prenda de vestir que tenía en su mano como si fuera la primera vez que la notaba.
- A no, simplemente la estaba… acomodando, cambiándola de lugar.
- Mejor, porque si te pensabas escapar…
Riley, con una expresión bastante sexy en su rostro, se acercó hasta Anahí y la rodeo con la soga amarilla que llevaba colgada en su falda.
- … Ahora te tengo atrapada, y tenes que hacer todo lo que yo te diga, ¿no es ese el poder de la soga?
- En realidad es un lazo, el lazo de Hestia, y el poder que tiene es que le hace decir la verdad a las personas.
- Pensé que tenía más poderes, supongo que está bien, ¿entonces vos ahora me tenes que decir la verdad?
- Creo que sí.
Respondió con una sonrisa algo nerviosa Anahí, mientras que Riley se le acercaba un poco más, hasta casi pegar su cuerpo al de ella y rodearla aún más con el lazo.
- ¿Tenias pensado escaparte de mí?
- …No.
- Esta bien, ¿queres quedarte conmigo acá?
Anahí respondió simplemente asintiendo con la cabeza.
- Muy bien, última pregunta, ¿Qué te gustaría hacer ahora?
Las dos se quedaron en silencio y mirándose frente a frente por unos momentos, y luego, Anahí se le acercó un poco más y la beso en la boca. En se momento, unidas en un apasionado beso y con sus brazos rodeando y recorriendo el cuerpo de la otra, se fueron moviendo hasta llegar y arrojarse juntas en la cama.
- No, espera.
Dijo de pronto Anahí, mientras la miraba seriamente a Riley, quien se encontraba sobre ella y se estaba comenzando a quitar el traje que llevaba puesto.
- No te lo saques.
Riley sonrió y dejo de desvestirse, se inclinó sobre Anahí y la volvió a besar en la boca.
- ¿Queres que te coja la Mujer Maravilla?
Le susurro casi riéndose al oído, Anahí no respondió, solo suspiraba fuertemente en respuesta a las caricias y besos que recibía. Despacio Riley fue bajando con su mano, le abrió el jean e introdujo su mano por debajo de la ropa interior.
- Tranquila, está todo bien, simplemente relájate.
Dijo Riley, tranquilizando a Anahí al notar como se había sobresaltado un poco al sentir la mano de ella. Jamás una mujer la había tocado de esa forma, se sentía raro, excitante y completamente diferente a un hombre. De a poco el placer comenzó a invadir todo su cuerpo, mientras sentía aquellos dedos jugando dentro de ella. Riley había tomado suavemente el rostro de Anahí, mientras la miraba con una sonrisa como un gran orgasmo se formaba en el rostro de ella, hasta finalmente explotar en un sonoro gemido.
- Veni, así va a ser mejor.
Dijo Riley, cuando finalmente vio como Anahí volvía a la realidad luego de aquella explosión de placer. Le tomo la mano y caminaron hasta un gran espejo que allí había, se pararon frente a él, Riley por delante y Anahí parada detrás de ella.
- Para una mejor visión.
Dijo Riley casi riendo, mientras se quitaba la ropa interior y la arrojaba al suelo, y luego le tomo una mano a Anahí y la llevo hasta colocarla por debajo de la falda de ella.
- Nunca hice esto.
- No te preocupes, lo vas a hacer bien.
Anahí, con la vista al frente y mirando el reflejo de Riley completamente con el traje de Mujer Maravilla, comenzó despacio a mover sus dedos dentro de ella, de a poco, y sintiéndose cada vez más cómoda, sus movimientos se volvían más rápidos y profundos.
- Si, si Anahí seguí.
Riley suspiraba cada vez más fuerte y todo su cuerpo temblaba cada vez más. Con su otro brazo Anahí había abrazado todo el cuerpo de Riley, casi sosteniéndola, mientras besaba su cuello.
- Más fuerte, más fuerte.
Casi grito Riley mientras todo su cuerpo se agitaba de placer. Anahí, aun tomándola con fuerza y con su boca pegada al cuello de ella, miraba con una excitación completamente nueva para ella la imagen que se proyectaba en aquel espejo, no podía quitar los ojos de aquel espectáculo, una fantasía que jamás se imaginó que tenía. Riley era hermosa, el atuendo que tenía era impecable, y todas sus contorsiones y sonidos de placer intoxicantes, la imagen más perfecta y sensual que jamás había imaginado.
- Te acabas de coger a la Mujer Maravilla, ¿Qué te pareció?
Susurro con cansancio Riley, Anahí, aun abrazándole todo el cuerpo con su brazo, sonrió y le dio un beso en la mejilla.
- Increíble, gracias.
Riley se dio vuelta, enfrentándola, las dos se rodearon mutuamente con sus brazos, se admiraron en silencio por unos momentos, y luego se unieron en un largo y apasionado beso en la boca.
- Espera, tengo algo para mostrarte.
Riley salió de la habitación dejando a Anahí allí sola. Esta, sentada en la cama, intentaba darle un sentido a todo lo que estaba ocurriendo, y lo real que se estaba volviendo. Riley era muy linda, se sentía cómoda con ella, y la hacía sentir muy bien, pero estaba comenzando a sentir que tal vez ese simple juego de manos, caricias furtivas sobre la ropa y los besos podían estar transformándose en algo más, algo de lo que tal vez no se sintiera tan cómoda. De pronto ese pensamiento la asusto mucho, se sintió desbordada ante aquella situación, dio un salto de la cama y mentalmente comenzó a planear su huida. No quería hacer sentir mal a Riley, pero tenía que escapar de aquella situación pronto, antes de que se le fuera completamente de las manos. Comenzó a recorrer muy nerviosamente la habitación, tomo el abrigo que había traído e intento acercarse a la puerta, pero solo llego a dar unos pasos, cuando detrás de ella pudo escuchar la voz de Riley.
- ¿Qué te parece?
Despacio se dio vuelta y allí estaba ella, con una gran sonrisa y vistiendo el disfraz de la Mujer Maravilla más perfecto y realista que jamás había visto. Anahí se acercó a ella, casi hipnotizada por aquel atuendo, y, de forma inconsciente comenzó a recorrer con sus dedos muy delicadamente los detalles metálicos de aquel disfraz.
- ¿Te gusta? Todavía le faltan varios detalles, además para cuando vaya a usarlo debería teñirme el pelo de negro, o tal vez una peluca, todavía no estoy segura.
Decía Riley mientras se tocaba el cabello.
- Es perfecto.
Exclamo finalmente Anahí con una sonrisa.
- ¿Te ibas a ir?
Dijo Riley algo seria, mientras señalaba con la vista el abrigo que Anahí llevaba en su mano, esta le tomo unos segundos entender a lo que se refería, finalmente reacciono y miro unos momentos la prenda de vestir que tenía en su mano como si fuera la primera vez que la notaba.
- A no, simplemente la estaba… acomodando, cambiándola de lugar.
- Mejor, porque si te pensabas escapar…
Riley, con una expresión bastante sexy en su rostro, se acercó hasta Anahí y la rodeo con la soga amarilla que llevaba colgada en su falda.
- … Ahora te tengo atrapada, y tenes que hacer todo lo que yo te diga, ¿no es ese el poder de la soga?
- En realidad es un lazo, el lazo de Hestia, y el poder que tiene es que le hace decir la verdad a las personas.
- Pensé que tenía más poderes, supongo que está bien, ¿entonces vos ahora me tenes que decir la verdad?
- Creo que sí.
Respondió con una sonrisa algo nerviosa Anahí, mientras que Riley se le acercaba un poco más, hasta casi pegar su cuerpo al de ella y rodearla aún más con el lazo.
- ¿Tenias pensado escaparte de mí?
- …No.
- Esta bien, ¿queres quedarte conmigo acá?
Anahí respondió simplemente asintiendo con la cabeza.
- Muy bien, última pregunta, ¿Qué te gustaría hacer ahora?
Las dos se quedaron en silencio y mirándose frente a frente por unos momentos, y luego, Anahí se le acercó un poco más y la beso en la boca. En se momento, unidas en un apasionado beso y con sus brazos rodeando y recorriendo el cuerpo de la otra, se fueron moviendo hasta llegar y arrojarse juntas en la cama.
- No, espera.
Dijo de pronto Anahí, mientras la miraba seriamente a Riley, quien se encontraba sobre ella y se estaba comenzando a quitar el traje que llevaba puesto.
- No te lo saques.
Riley sonrió y dejo de desvestirse, se inclinó sobre Anahí y la volvió a besar en la boca.
- ¿Queres que te coja la Mujer Maravilla?
Le susurro casi riéndose al oído, Anahí no respondió, solo suspiraba fuertemente en respuesta a las caricias y besos que recibía. Despacio Riley fue bajando con su mano, le abrió el jean e introdujo su mano por debajo de la ropa interior.
- Tranquila, está todo bien, simplemente relájate.
Dijo Riley, tranquilizando a Anahí al notar como se había sobresaltado un poco al sentir la mano de ella. Jamás una mujer la había tocado de esa forma, se sentía raro, excitante y completamente diferente a un hombre. De a poco el placer comenzó a invadir todo su cuerpo, mientras sentía aquellos dedos jugando dentro de ella. Riley había tomado suavemente el rostro de Anahí, mientras la miraba con una sonrisa como un gran orgasmo se formaba en el rostro de ella, hasta finalmente explotar en un sonoro gemido.
- Veni, así va a ser mejor.
Dijo Riley, cuando finalmente vio como Anahí volvía a la realidad luego de aquella explosión de placer. Le tomo la mano y caminaron hasta un gran espejo que allí había, se pararon frente a él, Riley por delante y Anahí parada detrás de ella.
- Para una mejor visión.
Dijo Riley casi riendo, mientras se quitaba la ropa interior y la arrojaba al suelo, y luego le tomo una mano a Anahí y la llevo hasta colocarla por debajo de la falda de ella.
- Nunca hice esto.
- No te preocupes, lo vas a hacer bien.
Anahí, con la vista al frente y mirando el reflejo de Riley completamente con el traje de Mujer Maravilla, comenzó despacio a mover sus dedos dentro de ella, de a poco, y sintiéndose cada vez más cómoda, sus movimientos se volvían más rápidos y profundos.
- Si, si Anahí seguí.
Riley suspiraba cada vez más fuerte y todo su cuerpo temblaba cada vez más. Con su otro brazo Anahí había abrazado todo el cuerpo de Riley, casi sosteniéndola, mientras besaba su cuello.
- Más fuerte, más fuerte.
Casi grito Riley mientras todo su cuerpo se agitaba de placer. Anahí, aun tomándola con fuerza y con su boca pegada al cuello de ella, miraba con una excitación completamente nueva para ella la imagen que se proyectaba en aquel espejo, no podía quitar los ojos de aquel espectáculo, una fantasía que jamás se imaginó que tenía. Riley era hermosa, el atuendo que tenía era impecable, y todas sus contorsiones y sonidos de placer intoxicantes, la imagen más perfecta y sensual que jamás había imaginado.
- Te acabas de coger a la Mujer Maravilla, ¿Qué te pareció?
Susurro con cansancio Riley, Anahí, aun abrazándole todo el cuerpo con su brazo, sonrió y le dio un beso en la mejilla.
- Increíble, gracias.
Riley se dio vuelta, enfrentándola, las dos se rodearon mutuamente con sus brazos, se admiraron en silencio por unos momentos, y luego se unieron en un largo y apasionado beso en la boca.
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