Cuando era adolescente, solía sentarme con mi papá por la mañana en el sillón de la sala y mirar televisión con él.
Bueno, una mañana, noté que tenía otra erección matutina.
Debió haberme sorprendido mirándolo porque me preguntó si quería tocarlo, respondí afirmativamente y me dejó hacerlo.
Tras ello me preguntó si quería verlo.
Asentí, así que bajó la cremallera, lo sacó de sus calzoncillos y me lo mostró.
Recuerdo lo grande y grueso que era.
Nunca había visto nada igual.
Dijo que si quería volver a tocarlo, podía otra vez hacerlo, así que extendí la mano y lo agarré.
Me dijo que lo frotara de arriba a abajo, así que hice lo que me dijo.
Me di cuenta por la expresión de su rostro que se sentía bien.
Recuerdo que mi clítoris se puso duro entre mis bragas mientras frotaba el pene de mi papá.
Luego se tensó y pensé que lo estaba lastimando, pero me dijo que siguiera acariciándolo, así que lo hice y se vino por todo su estómago y me llegó a las manos.
Estaba en shock porque no tenía idea de lo que pasó.
Me dijo que pasa cuando juegas con tu pene duro y se siente bien.
Me preguntó si mi clítoris estaba duro y le dije que sí, luego me dijo que me quitara la ropa, así que lo hice.
Mi clítoris no era ni de lejos del tamaño de su pene, pero sonrió y me dijo que intentara frotarlo como lo hacías con el de él.
Así que lo agarré y lo acaricié y se sintió increíble.
Observó mientras me acariciaba la vulva y pude sentir que mi primer orgasmo seco se estaba formando hasta que me corrí.
Hicimos esto durante unos meses y la noche después de que cumplí 18 años, entró en mi habitación mientras dormía.
Me desperté boca abajo y él estaba encima de mí.
Podía sentir todo el peso de su cuerpo sujetándome y su poronga dura contra mi trasero.
Empecé a entrar en pánico y él solo dijo: "Shhh, está bien mi princesa. Soy yo". Dije "¿Qué estás haciendo papá?" y él dijo "Te voy a dar un regalo de cumpleaños tardío. Relájate". Luego comenzó a terminar de quitarme la ropa.
Sentí un líquido frío en mi trasero y luego comenzó a frotar su dedo contra mi agujero lubricándolo. Dije "Papá, ¿por qué estás haciendo eso?" pero no dijo nada.
Simplemente siguió trabajando su dedo más profundamente en mi agujero.
Era incómodo, así que me susurró al oído que me relajara y respirara profundamente.
Jugó con mi culo por un rato y luego sentí la cabeza de su pija frotando contra mi agujero.
Recuerdo que estaba tan asustada porque sabía que iba a doler.
Comenzó a deslizar la cabeza dentro y estaba muy apretado.
Siguió susurrándome al oído que respirara y me relajara mientras deslizaba su verga más profundamente.
Sentí que me estaba partiendo por la mitad.
Luego dejó de empujarla, se quedó allí con su chota en mi culo por un rato.
Me preguntó si había dejado de doler y le dije que ya no me dolía tanto.
Simplemente se sentía realmente lleno.
Comenzó a deslizar su polla dentro y fuera de mi culo.
Me quedé allí mientras me garchaba. No podía moverme. Me tenía inmovilizada.
Después de lo que pareció una eternidad, comenzó a gemir más fuerte, luego agarró mis caderas y golpeó su poronga en mi culo con más fuerza.
Eso realmente dolió, así que grité. Él dijo: “Sí, chica, te gusta eso, ¿no? Te gusta la pija de papi. ¡Dilo!”. Entonces dije: “Me gusta tu pija, papi”. Entonces él dijo: “Pedí que te la meta, papi. Quiero que me lo ruegues”. Entonces dije: “Cojeme, papi. Por favor, no pares”.
Aunque me dolía y quería que se detuviera.
Entonces soltó un fuerte gemido y golpeó su chota profundamente en mi culo y la mantuvo allí mientras se corría.
Podía sentir su caliente carga dentro de mí. Cuando terminó conmigo, se retiró y dijo: “Nunca le cuentes esto a nadie, ¿entiendes?”. Asentí. Luego dijo: “Bien. Feliz cumpleaños, hija”. Y me besó en la cabeza y me dejó allí con su carga en mi culo.
Me sentí tan violada y sucia, pero mi vagina palpitaba.
Así que me masturbé y me quedé dormida.
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