Con Parvati, todo había sido fácil. Compartían un vínculo como gemelas que los demás simplemente no podían entender. De hecho, había sido la propia Parvati quien, con total naturalidad, había hecho la pregunta años atrás, no mucho después de que Padma lo hubiera descubierto por sí misma. Padma lo confirmó, Parvati asintió y eso fue todo. No cambió su relación de ninguna manera, algo que Padma agradeció.
Sus padres eran otra historia. Pensó que su madre lo aceptaría sin mucho alboroto, pero su padre era muy anticuado en la mayoría de las cosas y temía que lo desaprobara. Así que había evitado contárselo a ninguno de ellos durante años, siempre esquivando cualquier pregunta sobre posibles pretendientes. Además, no había experimentado nada más allá de unos cuantos besos inocentes y experimentales con su compañera de dormitorio Lisa Turpin, así que no era como si hubiera brujas en su vida de las que hablarles. O al menos ese había sido el caso hasta que conoció a Daphne Greengrass.
Habían pasado años juntos en Hogwarts sin siquiera hablarse, lo que no era tan raro ya que la mayoría de los Slytherins tendían a no mezclarse con ninguna de las otras casas. Luego, la profesora Vector los había emparejado para un proyecto enorme en sexto año que les llevaría todo el año completar, y habían tenido que hablar regularmente por necesidad. Al principio había sido incómodo, ya que se decían pocas cosas que no tuvieran que ver directamente con el proyecto. Pero a medida que pasaba el tiempo, gradualmente se sintieron más cómodos el uno con el otro y comenzaron a compartir más de sí mismos. Cuanto más conocía a Daphne, más le gustaba. Cuando se acercaban las vacaciones de Navidad, sentía una gran atracción por la hermosa rubia.
Afortunadamente para Padma, la atracción era mutua. El día antes de que se fueran para Navidad, Daphne la llevó al pequeño y acogedor rincón de la biblioteca que habían llegado a considerar como propio y le confesó que le gustaba. La Slytherin había estado nerviosa, pero Padma rápidamente calmó sus temores al atraerla hacia sí y darle un beso entusiasta. Se separaron de mala gana cuando oyeron los pasos de Madam Pince, pero compartieron promesas susurradas de escribirse durante las vacaciones.
El tiempo que pasaron separados no hizo nada para enfriar la atracción que existía entre ellos, sino que la fortaleció. No se trataba de una simple atracción física ni de un capricho pasajero. Se tomaron muy en serio la relación muy rápidamente y el día de San Valentín, Padma le dijo que la amaba. Daphne sonrió con esa sonrisa deslumbrante que siempre hacía que el corazón de Padma se acelerara, le dijo que también la amaba y la besó con más pasión que nunca.
Su relación no hizo más que crecer y Daphne decidió que debían presentarse a sus respectivas familias durante las vacaciones de verano. Padma ya se lo había dicho a Parvati meses antes; su hermana y su novia eran en realidad muy buenas amigas a estas alturas. Aun así, estaba preocupada por la reacción de su padre. Pero Daphne había insistido, especialmente después de que Hogwarts fuera atacado y Dumbledore fuera asesinado. La guerra estaba innegablemente sobre ellos y quién sabía cuánto tiempo les quedaba a cada uno de ellos. Ya fuera que les quedara un año o cien, Daphne no quería ocultar quién era ni a quién amaba. A Padma le había resultado difícil argumentar en contra de tanta pasión, por lo que había aceptado con vacilación.
Hoy era el día y, a pesar de las reiteradas promesas de Daphne y Parvati de que todo saldría bien, Padma estaba muy nerviosa mientras esperaba que llegara su novia. Caminaba de un lado a otro cerca de la red flu, ignorando los intentos de su hermana de calmarla.
Daphne entró en la chimenea, puntual como siempre. Inmediatamente se dio cuenta de lo nerviosa que estaba Padma y se apresuró a abrazarla.
—Todo va a estar bien, Pad. Te lo prometo. —Padma se estremeció cuando su novia le susurró al oído.
—No conoces a mi padre. —Seguía nerviosa, pero estar en los brazos de Daphne la ayudó a calmarse un poco. Le devolvió el abrazo, envolviendo sus brazos alrededor del cuerpo curvilíneo de la Slytherin y dándole un fuerte apretón.
—No, no lo sé, pero si te ayudó a criarte, no puede ser tan malo. —Un halago, pero también había verdad en sus palabras. Era un buen hombre, por eso Padma temía tanto su reacción. Sería devastadora para ella si esto dañara su relación con su padre.
—Terminemos con esto de una vez —dijo Padma con un suspiro. Aunque deseaba poder quedarse donde estaba durante el resto del día, rompió el abrazo y se dio la vuelta para caminar hacia la sala de estar donde sus padres y su hermana las estaban esperando. Antes de que pudiera dar un solo paso, Daphne extendió la mano para estrecharla.
—Oye —dijo Daphne, y ella giró la cabeza para mirarla. Una vez que tuvo su atención, Daphne le dedicó de nuevo esa sonrisa deslumbrante—. Pase lo que pase, tú y yo estamos juntas en esto.
Ese pensamiento le dio fuerzas. ¿Qué tenía que temer realmente cuando tenía a esta increíble niña a su lado? Aunque llevara algún tiempo, sus padres acabarían por aceptarlo. ¿Cómo no iban a hacerlo una vez que vieran lo mucho que ella y Daphne se amaban?
—Tienes razón. —Le dio a Daphne un beso que, aunque breve, estaba lleno de emoción. Su novia parecía aturdida cuando la Ravenclaw se apartó.
"Espero más de eso más adelante", dijo. Padma se rió y asintió.
—Podrás tener todos los besos que quieras después —prometió. Entró con confianza en la sala de estar, llevando a Daphne de la mano. Parvati les sonrió a ambas y saludó con la mano a su invitada, quien le devolvió el saludo. Padma no lo vio; su atención estaba centrada únicamente en sus padres, que se levantaron del sofá para saludarlas.
—Madre, padre, me gustaría que ustedes también conocieran a Daphne Greengrass. Mi novia. —No dudó ni un poco y su voz estaba llena de orgullo. Su madre les sonrió a ambos y dio un paso adelante para estrechar la mano de Daphne y darle la bienvenida a su hogar. Si le sorprendió que el "pretendiente" que su hija prometió presentarles fuera una niña, hizo un trabajo fantástico para ocultarlo. Sin embargo, no era la reacción de su madre lo que le preocupaba.
El rostro del patriarca de Patil no delataba nada mientras se acercaba lentamente a la pareja. Daphne se quedó donde estaba, con la cabeza en alto, pero Padma hizo una mueca cuando su novia le apretó la mano con fuerza. Extendió la mano hacia Daphne y Padma trazó sus palmas con las yemas de los dedos para consolarla por un momento antes de soltarla.
"Hola, señorita Greengrass. Confío mucho en el criterio de mi hija, así que si se preocupa lo suficiente por usted como para traerla a casa para que nos conozca, debe ser una bruja muy especial. Es un placer conocerla".
Sus padres eran otra historia. Pensó que su madre lo aceptaría sin mucho alboroto, pero su padre era muy anticuado en la mayoría de las cosas y temía que lo desaprobara. Así que había evitado contárselo a ninguno de ellos durante años, siempre esquivando cualquier pregunta sobre posibles pretendientes. Además, no había experimentado nada más allá de unos cuantos besos inocentes y experimentales con su compañera de dormitorio Lisa Turpin, así que no era como si hubiera brujas en su vida de las que hablarles. O al menos ese había sido el caso hasta que conoció a Daphne Greengrass.
Habían pasado años juntos en Hogwarts sin siquiera hablarse, lo que no era tan raro ya que la mayoría de los Slytherins tendían a no mezclarse con ninguna de las otras casas. Luego, la profesora Vector los había emparejado para un proyecto enorme en sexto año que les llevaría todo el año completar, y habían tenido que hablar regularmente por necesidad. Al principio había sido incómodo, ya que se decían pocas cosas que no tuvieran que ver directamente con el proyecto. Pero a medida que pasaba el tiempo, gradualmente se sintieron más cómodos el uno con el otro y comenzaron a compartir más de sí mismos. Cuanto más conocía a Daphne, más le gustaba. Cuando se acercaban las vacaciones de Navidad, sentía una gran atracción por la hermosa rubia.
Afortunadamente para Padma, la atracción era mutua. El día antes de que se fueran para Navidad, Daphne la llevó al pequeño y acogedor rincón de la biblioteca que habían llegado a considerar como propio y le confesó que le gustaba. La Slytherin había estado nerviosa, pero Padma rápidamente calmó sus temores al atraerla hacia sí y darle un beso entusiasta. Se separaron de mala gana cuando oyeron los pasos de Madam Pince, pero compartieron promesas susurradas de escribirse durante las vacaciones.
El tiempo que pasaron separados no hizo nada para enfriar la atracción que existía entre ellos, sino que la fortaleció. No se trataba de una simple atracción física ni de un capricho pasajero. Se tomaron muy en serio la relación muy rápidamente y el día de San Valentín, Padma le dijo que la amaba. Daphne sonrió con esa sonrisa deslumbrante que siempre hacía que el corazón de Padma se acelerara, le dijo que también la amaba y la besó con más pasión que nunca.
Su relación no hizo más que crecer y Daphne decidió que debían presentarse a sus respectivas familias durante las vacaciones de verano. Padma ya se lo había dicho a Parvati meses antes; su hermana y su novia eran en realidad muy buenas amigas a estas alturas. Aun así, estaba preocupada por la reacción de su padre. Pero Daphne había insistido, especialmente después de que Hogwarts fuera atacado y Dumbledore fuera asesinado. La guerra estaba innegablemente sobre ellos y quién sabía cuánto tiempo les quedaba a cada uno de ellos. Ya fuera que les quedara un año o cien, Daphne no quería ocultar quién era ni a quién amaba. A Padma le había resultado difícil argumentar en contra de tanta pasión, por lo que había aceptado con vacilación.
Hoy era el día y, a pesar de las reiteradas promesas de Daphne y Parvati de que todo saldría bien, Padma estaba muy nerviosa mientras esperaba que llegara su novia. Caminaba de un lado a otro cerca de la red flu, ignorando los intentos de su hermana de calmarla.
Daphne entró en la chimenea, puntual como siempre. Inmediatamente se dio cuenta de lo nerviosa que estaba Padma y se apresuró a abrazarla.
—Todo va a estar bien, Pad. Te lo prometo. —Padma se estremeció cuando su novia le susurró al oído.
—No conoces a mi padre. —Seguía nerviosa, pero estar en los brazos de Daphne la ayudó a calmarse un poco. Le devolvió el abrazo, envolviendo sus brazos alrededor del cuerpo curvilíneo de la Slytherin y dándole un fuerte apretón.
—No, no lo sé, pero si te ayudó a criarte, no puede ser tan malo. —Un halago, pero también había verdad en sus palabras. Era un buen hombre, por eso Padma temía tanto su reacción. Sería devastadora para ella si esto dañara su relación con su padre.
—Terminemos con esto de una vez —dijo Padma con un suspiro. Aunque deseaba poder quedarse donde estaba durante el resto del día, rompió el abrazo y se dio la vuelta para caminar hacia la sala de estar donde sus padres y su hermana las estaban esperando. Antes de que pudiera dar un solo paso, Daphne extendió la mano para estrecharla.
—Oye —dijo Daphne, y ella giró la cabeza para mirarla. Una vez que tuvo su atención, Daphne le dedicó de nuevo esa sonrisa deslumbrante—. Pase lo que pase, tú y yo estamos juntas en esto.
Ese pensamiento le dio fuerzas. ¿Qué tenía que temer realmente cuando tenía a esta increíble niña a su lado? Aunque llevara algún tiempo, sus padres acabarían por aceptarlo. ¿Cómo no iban a hacerlo una vez que vieran lo mucho que ella y Daphne se amaban?
—Tienes razón. —Le dio a Daphne un beso que, aunque breve, estaba lleno de emoción. Su novia parecía aturdida cuando la Ravenclaw se apartó.
"Espero más de eso más adelante", dijo. Padma se rió y asintió.
—Podrás tener todos los besos que quieras después —prometió. Entró con confianza en la sala de estar, llevando a Daphne de la mano. Parvati les sonrió a ambas y saludó con la mano a su invitada, quien le devolvió el saludo. Padma no lo vio; su atención estaba centrada únicamente en sus padres, que se levantaron del sofá para saludarlas.
—Madre, padre, me gustaría que ustedes también conocieran a Daphne Greengrass. Mi novia. —No dudó ni un poco y su voz estaba llena de orgullo. Su madre les sonrió a ambos y dio un paso adelante para estrechar la mano de Daphne y darle la bienvenida a su hogar. Si le sorprendió que el "pretendiente" que su hija prometió presentarles fuera una niña, hizo un trabajo fantástico para ocultarlo. Sin embargo, no era la reacción de su madre lo que le preocupaba.
El rostro del patriarca de Patil no delataba nada mientras se acercaba lentamente a la pareja. Daphne se quedó donde estaba, con la cabeza en alto, pero Padma hizo una mueca cuando su novia le apretó la mano con fuerza. Extendió la mano hacia Daphne y Padma trazó sus palmas con las yemas de los dedos para consolarla por un momento antes de soltarla.
"Hola, señorita Greengrass. Confío mucho en el criterio de mi hija, así que si se preocupa lo suficiente por usted como para traerla a casa para que nos conozca, debe ser una bruja muy especial. Es un placer conocerla".
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