Si bien nunca ni siquiera lo había imaginado, ver convertirse a tu hija en una puta hermosa que cualquier hombre se cogería no es algo para lo que uno nunca esté preparado, pero tengo que reconocer que fue lo mejor que me pasó.
Todo comenzó cuando me divorcié de su madre y al momento de preguntarle con quién quería quedarse, sin dudarlo dijo conmigo. Luciana (luli) , tenía 15 años cuando con su madre decidimos que lo mejor era distanciarnos... ella siempre fue muy apegada a mí, por lo que, si bien me llamó la atención, no fue una sorpresa que quisiera quedarse conmigo.
El tiempo transcurría y nuestra relación era cada vez más estrecha, padre e hija compinches, y si bien ella comenzaba a tener noviecitos, pasábamos muchas noches de fin de semana viendo películas juntos.
2 años después yo conocí una chica bastante más joven que yo, que por aquel entonces tenía 45 y ella 22 años,por lo que tarde algún tiempo en traerla a casa debido a que no sabía cómo iba a reaccionar Luli ya que no había gran diferencia de edad con ella ya que ella a esta altura ya tenía 17. Mi hija ya era todo una mujer. 165cm. Morocha con hermosos ojazos verdes, flaca como toda adolecente que hizo deporte toda su vida, pero con una cola paradita, perfecta... la que hace que tanto en calzas, jeans y shortsitos sea un espectáculo verla caminar, un culo monumentalmente llamativo incluso para mi, su padre. Por su lado sus tetas eran un poco más modestas, pero llamaban mucho la atención igual por lo perfectamente redondas y grandes.
Una noche, luego de ver una película, le comente que estaba viéndome con una chica y quería que ella la conozca a lo que dio un salto en el sofá y abrazándome me dijo que estaba muy contenta por mí y muy entusiasmada con idea de que la llevara a casa para que se conozcan.
El tiempo transcurrió y Carla, mi novia y Luli se hicieron muy amigas y compinches, a tal punto que Luli le confiaba sus más íntimos secretos, pero nunca supe que ese era el comienzo de mi nueva vida.
Con Carla empecé a experimentar cosas, a nivel sexual, que con mi ex eran solo posibles en mis fantasías, era una chica muy abierta de mente y a la cual le gustaba experimentar sin tabúes. Así comenzamos a tener sexo en lugares públicos, conocí el swinger, hacíamos tríos con chicas y con hombres e incluso cuando me confesó su fanatismo por el sexo con varios hombres incursionamos en el Gangbang, cosa que solo conocía por Internet; al ver a mi mujer chupando apasionadamente todas esas pijas (llegó a estar hasta con 4 pijas) y cogiéndose a todos para que después uno por uno le acabe en la boca (olvidé decir que era una apasionada de la leche) me partía la cabeza y no me importaba nada, la amaba así de puta.
Por supuesto el sexo en mi casa era cosa de todos los días y si yo estaba cansado ella me la chupaba pero no se iba a dormir sin su cuota de pija y leche.
Esta situación cambió mi vida pero también la de mi hija ya que empecé a notar algo distinto en ella pensé que era por mis descuidos que ésta nueva vida me generaba, hubo situaciones en que me vio en bóxer yendo a la cocina a buscar agua o bien los ruidos en las noches de sexo con Carla, por lo que decidí tener una charla con ella.
-Luli, amor, vení... sentate conmigo, quiero que charlemos.
-Si Pá, que pasa? (me dijo con un tono de nena)
-Desde que llegó Carla a ésta casa algunas cosas cambiaron pero quiero que sepas que vos sos lo más importante para mí, por lo que si hay algo que a vos no te gusta me lo tenés que decir y lo solucionamos.
-No Pá, no hay nada con Carla y menos con vos, solo que estoy un poco celosa porque no tengo un novio con quién pueda disfrutar como lo hace ella....
Luego la conversación fluyó para otro lado y cambiamos de tema, pero yo me quedé con esa duda, será que mi hija anda buscando algún pendejo que de verdad la satisfaga en la cama, que la convierta de verdad en una mujer.
En una charla con Carla le pregunté si sabía si a Luli le pasaba algo más que lo que me había dicho y me dijo que sí:
-Luli está a punto de cumplir los 18 y quiere de regalo los implantes de tetas, pero tiene vergüenza de pedírtelos.
-Pero si sabe que puede confiar en mí para lo que sea.
-Sí, pero cree que le vas a decir que no, además sabe que le estas preparando la fiesta y no quiere hacer gastar más.
-Ella es una chica muy linda, no creo que le haga falta ponerse tetas, pero si es lo que quiere se las voy a pagar.
-Además no te olvides que está dando sus primeros pasos en el sexo y quiere verse bien es lo más importante para una chica.
-Si es verdad, pero prefiero no pensar en eso, sé que se cogen a mi niña pero prefiero no pensar en eso.
-Jajajaja, que anticuado, estoy segura que la vuelve loca chupar pijas como a mí.
-No seas mala mi amor!!! Mejor me voy (pero ese comentario algo revolucionó en mi cabeza y al levantarme se pudo notar una clara erección)
-Epa, epa, algo vamos a tener que hacer con eso, papito degenarado jajaja
Por supuesto que Carla sabía más que lo que me decía, pero prefería no hablar del tema.
Mi hija cumple en invierno pero, a pedido de ella esperamos hasta el verano para festejarlo ya que quería la fiesta en la quinta para lucir sus pechos en la pileta, para la fiesta 18 de mi hijaa ya tenía las tetas hechas. ( para mi gusto habia querado perfecta, pero en todo momento disimule que eran preciosas ) La fiesta no era más que una reunión de amigos y asado y por supuesto un día de pileta..
-Papi! Llegamos! Ya quiero meterme en la pile.
-Feliz cumple Luli. Estamos terminando de preparar todo, ustedes pónganse cómodos.
Hasta ese momento nunca me había fijado en las compañeritas de Luli, pero con lo reducido de sus bikinis llamaron mucho mi atención, tenían unos culitos redonditos y parados y ver esas tangas metidas en sus culos hermosos es algo que me hacía perder la cabeza.
Y para peor se acerca Luli saltando con esas tetas enormes que se puso y con una tanga similar a las de sus amigas y me abraza, me acaricia la cara y yo le devulvo el manoseo, tocandole esa cinturita de nena perfecta... La verdad que tener el sensual cuerpo de mi hija pegado al mío me estaba excitando y no pude contener mi erección, cosa que, nuevamente, noto Carla, y a la distancia me sonrió muy picaronamente.( pensar que a mi mujer le gustaba/calentaba que yo y mi hija estemos tan pegaditos, semidesnudos en público, me voló la cabeza).
Con Martín nos dedicamos a atender la parrilla, cosa que nos daba oportunidad para hablar de las nenas que habían venido, ya que si bien yo sabía que Carla no tendría problemas no sabíamos cómo iba a reaccionar Carmen (la esposa de Martín), Así fue que fantaseamos en cómo nos cogeríamos a esas pendejas con sus conchitas depiladas y chiquitas y le meteríamos las pijas en la boca hasta que nos saquen la última gota de leche, hasta que en un momento, dos pendejas salen de la pileta y comenzaron a caminar hacia nosotros. Las dos tenían un andar bastante gatuno y sus pechos se balanceaban con cada paso. Una era una pelirroja de ojos verdes que partía la tierra y la otra una rubiecita de pelo corto, no tan voluptuosa como su amiga pero se notaba que tenía el mejor culo de las dos. Cuando finalmente llegaron, la pelirroja, con una sonrisa picarona dijo:
-Nos invitan algo para comer? Nos estamos muriendo de hambre
-Estamos en eso, contestó rápido Martín, - Falta un poquito pero si quieren le podemos dar algo de chorizo para entretener la boca.
Yo no quería ni mirar pero ellas rieron y cómplices de la doble intención dijeron:
-Bueno… pero que sea grande y nosotras lo elegimos.
-Vení. Decime que queres.- le dijo Martín a la rubiecita y se coloco estratégicamente detrás de ella dándole paso para que vea la parrilla pero a la vez aprovecho para quedarse apoyando ese perfecto culito enfundado en una bikini negra.
Sorprendentemente la chica no pareció perturbarse, sino que todo lo contrario, note como acomodo su colita para que Adrián la apoye mejor mientras miraban el asado.
--A ver. Yo también quiero algo dijo la pelirroja e hizo lo propio conmigo. Me agarra la mano y me lleva hasta el asador, justo enfrente, podría sentir todo el calor de las brasas.
-- le digo: Que quieres bombón. (Con una sonrisa picarona)
-- Me señala unas achuras y da un paso adelante, quedando a centímetros mío.
-- Yo le agarro la cintura con las 2 manos mientras la atraigo hacía mi apoyandola toda en el preceso y le susurro al oído, no tan cerca bb que vas a quemarte.
-- A lo que ella muy rápida de reacción contesta: por ese pedazo de carne me quemaría mil veces. ( a todo esto yo le estaba pegando la apoyada de su vida con mi pija a mil)
Ella da un paso al costado despegandose de mi y me mira sonriendo y me dice: -- en un rato vuelvo por ese pedazo bombón... y se marcharon ambas.
Cuando se fueron Martín me dice:
-Viste, están para cualquier cosa.
-Si son una pendejas re putas, pero no vamos a hacer un escándalo en el cumple de Luli, tranquilicémonos.
Al terminar de almorzar nuestras mujeres nos propusieron hacer una siesta, asique los cuatro nos fuimos a la casa cada uno a una habitación y dejamos a los chicos disfrutando de la pileta...
Yo y Carla por supuesto lo que menos hicimos fue dormir. Terminamos cogiendo a lo loco, salvo que yo lo hice pensando en esas chicas pero también en mi hija, en cómo le chupaba esas hermosas tetas y luego bajaba hasta meter mi lengua en su conchita.
Si bien lo disfrutaba, pensar en eso me perturbaba bastante ya que se trababa de mi hija, por lo que una vez que terminamos, Carla me propuso salir a despejarnos ya que el día estaba hermoso. Asi saimos a caminar por los alrededores.
Carla me vio mal y me preguntó que me pasaba y como mi respuesta fue que nada, me preguntó si tenía que ver con las erecciones que había tenido con Luli, al ver que ella se había dado cuenta le conté lo que sentía y ella rió y me dijo que me tranquilizara que no era para tanto que con tiempo y tranquilos ella también tenía cosas que decirme de Luli.
Luego de un rato de caminata, volvimos a la casa quinta. El terreno de la casa era muy grande y con varias entradas. En este caso entramos por una que no era la principal ya que nos quedaba más cómodo. Cerca de esta entrada se encuentra un cuarto de herramientas que quedaba bastante alejado del resto de las construcciones de la quinta. Al pasar a unos metros de este cuartito, con Carla escuchamos algunas voces murmurando y gemidos que venían de atrás del cuartito. Nos miramos con cara de duda, nos fuimos acercando sigilosamente.
La imagen que vi al espiar por la esquina de la pared, me dejo helado. Mi hija, Luli, estaba en bolas cabalgando la pija de uno de sus amigos mientras que se las mamaba a dos que estaban frente a ella.
Mi primer impulso fue entrar y hacer un escándalo de la puta madre. Pero Carla me calmó:
-Para. que vas a hacer loco?! Lo único que vas a lograr es armar un quilombo de la puta madre y no vas a solucionar nada.
-No lo puedo creer. Mi angelito. Mirala! Como una puta enfiestada por tres flacos.-
-Que le vas a hacer ella disfruta de coger como quiere - me decía Carla como para darle algo de lógica a la situación
-Pero es mi hija! No la puedo ver así.-
-Igual... no parece que la esté pasando mal. Relajate. Sugiero que nos quedemos acá para asegurarnos de que no le pase nada malo, y me quede junto a ella mirando la escena.
Mi hija seguía montando esa verga mientras que alternadamente mamaba las dos pijas que tenía en frente. Era toda una experta. Movía su cinturita de una manera extremadamente erótica haciendo que la pija se entierre cada vez mejor. Sus grandes tetas pero bien ubicadas, se balanceaban rítmicamente. Entre sus perfectos y carnosos labios, desaparecían los gruesos trozos de carne de sus amigos.
Mire a mi lado y vi que Carla se tocaba la concha por encima del pantalón y con la otra mano se agarraba una goma, en ese momento tome conciencia y note que yo tenía una importante erección. Evidentemente la imagen de una jovencita siendo cogida por tres hombres despertaba en mí una tremenda calentura, aunque esa jovencita fuese mi hija.
Volví a poner atención en la situación y ahora había cambiado. Luli seguía montando a uno de los flacos en el piso, solo que ahora estaban enfrentados cara a cara, dándonos una espectacular vista de ese redondo y duro culito. Seguía chupando una pija, pero uno de los jóvenes había encontrado otra posibilidad. Evidentemente atraído por el perfecto culito de mi hija, comenzó a jugar con su ano. Le iba introduciendo dedos y lo lubricaba. Luli no se oponía en lo más mínimo, todo lo contrario, relajaba su estrecho anito para facilitar la entrada de los dedos. En determinado momento se posiciono con su pija dura como un mástil en el culito de Luli y la penetro sin más preámbulos. Luli pegó unos grititos al principio pero éstos luego fueron reemplazados por gemidos que denotaban un placer extremo.
Mi angelito estaba siendo cogida por todos sus agujeros y le encantaba, gemía como una verdadera puta en celo; Y yo, su padre, eso me estaba encantando, disfrutaba de esa situación morbosa de película.
Unos momentos más tarde, decidieron dar por terminada la orgia con Luli y la hicieron arrodillarse. Uno a uno fueron pasando sus pijas por la boquita de mi hija y acabaron en su cara, sus tetas y su pelo. Era extremadamente erótica la imagen de mi dulce hija prostituida por todo ese espeso y blanco semen y por la sonrisa en su carita, lo había disfrutado en grande.
Con Carla nos retiramos sigilosamente.
El primero en hablar fui yo:
-Y bueno. Termino siendo una puta. Que se le va a hacer.-
-Y si. cosas que pasan. Por lo menos es bastante buena en lo que hace, no te parece? Se ve que aprendió de mí-
-Jajajaja... que hija de puta.. Será que le estuviste ensañando? jajajaja.
Luego de ese comentario mío volvimos caminando en silencio hasta la casa y una vez allí Carla me contó que en más de una vez Luli le había dicho que se excitaba pensando en mí y solía masturbarse mucho con eso, hasta una oportunidad me había espiado bañándome y que en las noches que pasábamos viendo películas alguna vez pensó en agacharse y chuparme la pija.
-Vos estás loca!!!! Fue mi primera reacción.
-No, solo que me pidió que no dijera nada porque era menor y no te quería causar un problema o que la enviaras con su madre, es por eso que no me sorprende que al cumplir los dieciocho haga éstas cosas.
Ella me preguntó muchas veces sobre las cosas que hacemos con otra gente, mis prácticas de Gangbang y también sobre nuestras relaciones hasta como la tenés de grande y que sabor tiene tu leche.
-Y vos le contaste todo?
-Si, hemos tenido unas charlas muy interesantes…. E incluso, tengo que reconocer que ante su curiosidad por mis historias con otra chica, hace unas semanas, tuvimos una sesión de sexo donde le dejé chuparme la concha para que sepa que se siente. Y para mi sorpresa, es muy buena con la lengua. Logró hacerme acabar como nunca de rápido.
No podía creer lo escuchaba. Mi hija se calentaba conmigo y había tenido sexo con su madrastra…. Mi cabeza daba vueltas.
En el camino de vuelta a casa, por la noche, veníamos todos en silencio y entonces mi morbo pudo más y pregunte:
-Luli, como la pasaste hoy?
-Muy bien Pá, muchas gracias.
-Y que hicieron cuando nos fuimos a hacer la siesta? (Carla no me miraba pero se sonreía)
-Nada especial, estuvimos con los chicos y jugando un rato.
-Ah bueno, pero la pasaste bien no?
-Si, muy bien.
-Bueno, si bien ya cumpliste hace unos meses, ahora es oficial, ya tenés 18 años y podes hacer lo que quieras.
-Si, no veía las horas jajajaja.
Luego de conversar de otras cosas, Carla le dijo a Luli con un tono de complicidad si no quería descansar y dormir un rato a lo que Luli asintió y se acostó en el asiento trasero con la cabeza hacia el lado del acompañante, desde donde podía verme a mí.
Pasado un rato Carla comenzó a tocarme la pija con la intención de que se me pare para chupármela, como era costumbre en los viajes que hacíamos solos, primero me resistí pero me convenció de hacerlo, y empezó a chupármela, la situación era muy erótica, mi novia chupándome la pija mientras manejaba y mi hija “durmiendo” en el asiento trasero, era muy excitante y en minutos acabe llenando la boca de Carla de semen.
... Continuará.
Todo comenzó cuando me divorcié de su madre y al momento de preguntarle con quién quería quedarse, sin dudarlo dijo conmigo. Luciana (luli) , tenía 15 años cuando con su madre decidimos que lo mejor era distanciarnos... ella siempre fue muy apegada a mí, por lo que, si bien me llamó la atención, no fue una sorpresa que quisiera quedarse conmigo.
El tiempo transcurría y nuestra relación era cada vez más estrecha, padre e hija compinches, y si bien ella comenzaba a tener noviecitos, pasábamos muchas noches de fin de semana viendo películas juntos.
2 años después yo conocí una chica bastante más joven que yo, que por aquel entonces tenía 45 y ella 22 años,por lo que tarde algún tiempo en traerla a casa debido a que no sabía cómo iba a reaccionar Luli ya que no había gran diferencia de edad con ella ya que ella a esta altura ya tenía 17. Mi hija ya era todo una mujer. 165cm. Morocha con hermosos ojazos verdes, flaca como toda adolecente que hizo deporte toda su vida, pero con una cola paradita, perfecta... la que hace que tanto en calzas, jeans y shortsitos sea un espectáculo verla caminar, un culo monumentalmente llamativo incluso para mi, su padre. Por su lado sus tetas eran un poco más modestas, pero llamaban mucho la atención igual por lo perfectamente redondas y grandes.
Una noche, luego de ver una película, le comente que estaba viéndome con una chica y quería que ella la conozca a lo que dio un salto en el sofá y abrazándome me dijo que estaba muy contenta por mí y muy entusiasmada con idea de que la llevara a casa para que se conozcan.
El tiempo transcurrió y Carla, mi novia y Luli se hicieron muy amigas y compinches, a tal punto que Luli le confiaba sus más íntimos secretos, pero nunca supe que ese era el comienzo de mi nueva vida.
Con Carla empecé a experimentar cosas, a nivel sexual, que con mi ex eran solo posibles en mis fantasías, era una chica muy abierta de mente y a la cual le gustaba experimentar sin tabúes. Así comenzamos a tener sexo en lugares públicos, conocí el swinger, hacíamos tríos con chicas y con hombres e incluso cuando me confesó su fanatismo por el sexo con varios hombres incursionamos en el Gangbang, cosa que solo conocía por Internet; al ver a mi mujer chupando apasionadamente todas esas pijas (llegó a estar hasta con 4 pijas) y cogiéndose a todos para que después uno por uno le acabe en la boca (olvidé decir que era una apasionada de la leche) me partía la cabeza y no me importaba nada, la amaba así de puta.
Por supuesto el sexo en mi casa era cosa de todos los días y si yo estaba cansado ella me la chupaba pero no se iba a dormir sin su cuota de pija y leche.
Esta situación cambió mi vida pero también la de mi hija ya que empecé a notar algo distinto en ella pensé que era por mis descuidos que ésta nueva vida me generaba, hubo situaciones en que me vio en bóxer yendo a la cocina a buscar agua o bien los ruidos en las noches de sexo con Carla, por lo que decidí tener una charla con ella.
-Luli, amor, vení... sentate conmigo, quiero que charlemos.
-Si Pá, que pasa? (me dijo con un tono de nena)
-Desde que llegó Carla a ésta casa algunas cosas cambiaron pero quiero que sepas que vos sos lo más importante para mí, por lo que si hay algo que a vos no te gusta me lo tenés que decir y lo solucionamos.
-No Pá, no hay nada con Carla y menos con vos, solo que estoy un poco celosa porque no tengo un novio con quién pueda disfrutar como lo hace ella....
Luego la conversación fluyó para otro lado y cambiamos de tema, pero yo me quedé con esa duda, será que mi hija anda buscando algún pendejo que de verdad la satisfaga en la cama, que la convierta de verdad en una mujer.
En una charla con Carla le pregunté si sabía si a Luli le pasaba algo más que lo que me había dicho y me dijo que sí:
-Luli está a punto de cumplir los 18 y quiere de regalo los implantes de tetas, pero tiene vergüenza de pedírtelos.
-Pero si sabe que puede confiar en mí para lo que sea.
-Sí, pero cree que le vas a decir que no, además sabe que le estas preparando la fiesta y no quiere hacer gastar más.
-Ella es una chica muy linda, no creo que le haga falta ponerse tetas, pero si es lo que quiere se las voy a pagar.
-Además no te olvides que está dando sus primeros pasos en el sexo y quiere verse bien es lo más importante para una chica.
-Si es verdad, pero prefiero no pensar en eso, sé que se cogen a mi niña pero prefiero no pensar en eso.
-Jajajaja, que anticuado, estoy segura que la vuelve loca chupar pijas como a mí.
-No seas mala mi amor!!! Mejor me voy (pero ese comentario algo revolucionó en mi cabeza y al levantarme se pudo notar una clara erección)
-Epa, epa, algo vamos a tener que hacer con eso, papito degenarado jajaja
Por supuesto que Carla sabía más que lo que me decía, pero prefería no hablar del tema.
Mi hija cumple en invierno pero, a pedido de ella esperamos hasta el verano para festejarlo ya que quería la fiesta en la quinta para lucir sus pechos en la pileta, para la fiesta 18 de mi hijaa ya tenía las tetas hechas. ( para mi gusto habia querado perfecta, pero en todo momento disimule que eran preciosas ) La fiesta no era más que una reunión de amigos y asado y por supuesto un día de pileta..
-Papi! Llegamos! Ya quiero meterme en la pile.
-Feliz cumple Luli. Estamos terminando de preparar todo, ustedes pónganse cómodos.
Hasta ese momento nunca me había fijado en las compañeritas de Luli, pero con lo reducido de sus bikinis llamaron mucho mi atención, tenían unos culitos redonditos y parados y ver esas tangas metidas en sus culos hermosos es algo que me hacía perder la cabeza.
Y para peor se acerca Luli saltando con esas tetas enormes que se puso y con una tanga similar a las de sus amigas y me abraza, me acaricia la cara y yo le devulvo el manoseo, tocandole esa cinturita de nena perfecta... La verdad que tener el sensual cuerpo de mi hija pegado al mío me estaba excitando y no pude contener mi erección, cosa que, nuevamente, noto Carla, y a la distancia me sonrió muy picaronamente.( pensar que a mi mujer le gustaba/calentaba que yo y mi hija estemos tan pegaditos, semidesnudos en público, me voló la cabeza).
Con Martín nos dedicamos a atender la parrilla, cosa que nos daba oportunidad para hablar de las nenas que habían venido, ya que si bien yo sabía que Carla no tendría problemas no sabíamos cómo iba a reaccionar Carmen (la esposa de Martín), Así fue que fantaseamos en cómo nos cogeríamos a esas pendejas con sus conchitas depiladas y chiquitas y le meteríamos las pijas en la boca hasta que nos saquen la última gota de leche, hasta que en un momento, dos pendejas salen de la pileta y comenzaron a caminar hacia nosotros. Las dos tenían un andar bastante gatuno y sus pechos se balanceaban con cada paso. Una era una pelirroja de ojos verdes que partía la tierra y la otra una rubiecita de pelo corto, no tan voluptuosa como su amiga pero se notaba que tenía el mejor culo de las dos. Cuando finalmente llegaron, la pelirroja, con una sonrisa picarona dijo:
-Nos invitan algo para comer? Nos estamos muriendo de hambre
-Estamos en eso, contestó rápido Martín, - Falta un poquito pero si quieren le podemos dar algo de chorizo para entretener la boca.
Yo no quería ni mirar pero ellas rieron y cómplices de la doble intención dijeron:
-Bueno… pero que sea grande y nosotras lo elegimos.
-Vení. Decime que queres.- le dijo Martín a la rubiecita y se coloco estratégicamente detrás de ella dándole paso para que vea la parrilla pero a la vez aprovecho para quedarse apoyando ese perfecto culito enfundado en una bikini negra.
Sorprendentemente la chica no pareció perturbarse, sino que todo lo contrario, note como acomodo su colita para que Adrián la apoye mejor mientras miraban el asado.
--A ver. Yo también quiero algo dijo la pelirroja e hizo lo propio conmigo. Me agarra la mano y me lleva hasta el asador, justo enfrente, podría sentir todo el calor de las brasas.
-- le digo: Que quieres bombón. (Con una sonrisa picarona)
-- Me señala unas achuras y da un paso adelante, quedando a centímetros mío.
-- Yo le agarro la cintura con las 2 manos mientras la atraigo hacía mi apoyandola toda en el preceso y le susurro al oído, no tan cerca bb que vas a quemarte.
-- A lo que ella muy rápida de reacción contesta: por ese pedazo de carne me quemaría mil veces. ( a todo esto yo le estaba pegando la apoyada de su vida con mi pija a mil)
Ella da un paso al costado despegandose de mi y me mira sonriendo y me dice: -- en un rato vuelvo por ese pedazo bombón... y se marcharon ambas.
Cuando se fueron Martín me dice:
-Viste, están para cualquier cosa.
-Si son una pendejas re putas, pero no vamos a hacer un escándalo en el cumple de Luli, tranquilicémonos.
Al terminar de almorzar nuestras mujeres nos propusieron hacer una siesta, asique los cuatro nos fuimos a la casa cada uno a una habitación y dejamos a los chicos disfrutando de la pileta...
Yo y Carla por supuesto lo que menos hicimos fue dormir. Terminamos cogiendo a lo loco, salvo que yo lo hice pensando en esas chicas pero también en mi hija, en cómo le chupaba esas hermosas tetas y luego bajaba hasta meter mi lengua en su conchita.
Si bien lo disfrutaba, pensar en eso me perturbaba bastante ya que se trababa de mi hija, por lo que una vez que terminamos, Carla me propuso salir a despejarnos ya que el día estaba hermoso. Asi saimos a caminar por los alrededores.
Carla me vio mal y me preguntó que me pasaba y como mi respuesta fue que nada, me preguntó si tenía que ver con las erecciones que había tenido con Luli, al ver que ella se había dado cuenta le conté lo que sentía y ella rió y me dijo que me tranquilizara que no era para tanto que con tiempo y tranquilos ella también tenía cosas que decirme de Luli.
Luego de un rato de caminata, volvimos a la casa quinta. El terreno de la casa era muy grande y con varias entradas. En este caso entramos por una que no era la principal ya que nos quedaba más cómodo. Cerca de esta entrada se encuentra un cuarto de herramientas que quedaba bastante alejado del resto de las construcciones de la quinta. Al pasar a unos metros de este cuartito, con Carla escuchamos algunas voces murmurando y gemidos que venían de atrás del cuartito. Nos miramos con cara de duda, nos fuimos acercando sigilosamente.
La imagen que vi al espiar por la esquina de la pared, me dejo helado. Mi hija, Luli, estaba en bolas cabalgando la pija de uno de sus amigos mientras que se las mamaba a dos que estaban frente a ella.
Mi primer impulso fue entrar y hacer un escándalo de la puta madre. Pero Carla me calmó:
-Para. que vas a hacer loco?! Lo único que vas a lograr es armar un quilombo de la puta madre y no vas a solucionar nada.
-No lo puedo creer. Mi angelito. Mirala! Como una puta enfiestada por tres flacos.-
-Que le vas a hacer ella disfruta de coger como quiere - me decía Carla como para darle algo de lógica a la situación
-Pero es mi hija! No la puedo ver así.-
-Igual... no parece que la esté pasando mal. Relajate. Sugiero que nos quedemos acá para asegurarnos de que no le pase nada malo, y me quede junto a ella mirando la escena.
Mi hija seguía montando esa verga mientras que alternadamente mamaba las dos pijas que tenía en frente. Era toda una experta. Movía su cinturita de una manera extremadamente erótica haciendo que la pija se entierre cada vez mejor. Sus grandes tetas pero bien ubicadas, se balanceaban rítmicamente. Entre sus perfectos y carnosos labios, desaparecían los gruesos trozos de carne de sus amigos.
Mire a mi lado y vi que Carla se tocaba la concha por encima del pantalón y con la otra mano se agarraba una goma, en ese momento tome conciencia y note que yo tenía una importante erección. Evidentemente la imagen de una jovencita siendo cogida por tres hombres despertaba en mí una tremenda calentura, aunque esa jovencita fuese mi hija.
Volví a poner atención en la situación y ahora había cambiado. Luli seguía montando a uno de los flacos en el piso, solo que ahora estaban enfrentados cara a cara, dándonos una espectacular vista de ese redondo y duro culito. Seguía chupando una pija, pero uno de los jóvenes había encontrado otra posibilidad. Evidentemente atraído por el perfecto culito de mi hija, comenzó a jugar con su ano. Le iba introduciendo dedos y lo lubricaba. Luli no se oponía en lo más mínimo, todo lo contrario, relajaba su estrecho anito para facilitar la entrada de los dedos. En determinado momento se posiciono con su pija dura como un mástil en el culito de Luli y la penetro sin más preámbulos. Luli pegó unos grititos al principio pero éstos luego fueron reemplazados por gemidos que denotaban un placer extremo.
Mi angelito estaba siendo cogida por todos sus agujeros y le encantaba, gemía como una verdadera puta en celo; Y yo, su padre, eso me estaba encantando, disfrutaba de esa situación morbosa de película.
Unos momentos más tarde, decidieron dar por terminada la orgia con Luli y la hicieron arrodillarse. Uno a uno fueron pasando sus pijas por la boquita de mi hija y acabaron en su cara, sus tetas y su pelo. Era extremadamente erótica la imagen de mi dulce hija prostituida por todo ese espeso y blanco semen y por la sonrisa en su carita, lo había disfrutado en grande.
Con Carla nos retiramos sigilosamente.
El primero en hablar fui yo:
-Y bueno. Termino siendo una puta. Que se le va a hacer.-
-Y si. cosas que pasan. Por lo menos es bastante buena en lo que hace, no te parece? Se ve que aprendió de mí-
-Jajajaja... que hija de puta.. Será que le estuviste ensañando? jajajaja.
Luego de ese comentario mío volvimos caminando en silencio hasta la casa y una vez allí Carla me contó que en más de una vez Luli le había dicho que se excitaba pensando en mí y solía masturbarse mucho con eso, hasta una oportunidad me había espiado bañándome y que en las noches que pasábamos viendo películas alguna vez pensó en agacharse y chuparme la pija.
-Vos estás loca!!!! Fue mi primera reacción.
-No, solo que me pidió que no dijera nada porque era menor y no te quería causar un problema o que la enviaras con su madre, es por eso que no me sorprende que al cumplir los dieciocho haga éstas cosas.
Ella me preguntó muchas veces sobre las cosas que hacemos con otra gente, mis prácticas de Gangbang y también sobre nuestras relaciones hasta como la tenés de grande y que sabor tiene tu leche.
-Y vos le contaste todo?
-Si, hemos tenido unas charlas muy interesantes…. E incluso, tengo que reconocer que ante su curiosidad por mis historias con otra chica, hace unas semanas, tuvimos una sesión de sexo donde le dejé chuparme la concha para que sepa que se siente. Y para mi sorpresa, es muy buena con la lengua. Logró hacerme acabar como nunca de rápido.
No podía creer lo escuchaba. Mi hija se calentaba conmigo y había tenido sexo con su madrastra…. Mi cabeza daba vueltas.
En el camino de vuelta a casa, por la noche, veníamos todos en silencio y entonces mi morbo pudo más y pregunte:
-Luli, como la pasaste hoy?
-Muy bien Pá, muchas gracias.
-Y que hicieron cuando nos fuimos a hacer la siesta? (Carla no me miraba pero se sonreía)
-Nada especial, estuvimos con los chicos y jugando un rato.
-Ah bueno, pero la pasaste bien no?
-Si, muy bien.
-Bueno, si bien ya cumpliste hace unos meses, ahora es oficial, ya tenés 18 años y podes hacer lo que quieras.
-Si, no veía las horas jajajaja.
Luego de conversar de otras cosas, Carla le dijo a Luli con un tono de complicidad si no quería descansar y dormir un rato a lo que Luli asintió y se acostó en el asiento trasero con la cabeza hacia el lado del acompañante, desde donde podía verme a mí.
Pasado un rato Carla comenzó a tocarme la pija con la intención de que se me pare para chupármela, como era costumbre en los viajes que hacíamos solos, primero me resistí pero me convenció de hacerlo, y empezó a chupármela, la situación era muy erótica, mi novia chupándome la pija mientras manejaba y mi hija “durmiendo” en el asiento trasero, era muy excitante y en minutos acabe llenando la boca de Carla de semen.
... Continuará.
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