Creo que todos han buscado experimentar y a algunos les gustó y a otros no. En mi caso, tenía unos 24 años cuando comencé a buscar otros horizontes. Me gustaba quedarme horas y horas viendo porno, buscando mujeres hermosas y tetonas y tardaba mucho en acabar con la pija muy dura.
Un día, ya aburrido de ver lo mismo, veo una tanga en el lugar donde dejábamos la ropa sucia. Mi tía se había quedado unos días en mi casa porque se había separado y mi vieja le dio asilo por unos días. La tanga azul, muy delicada, me llamaba la atención y comencé a olerla, a sentirla, me la pasaba por la verga (que de tanta excitación ya estaba muy dura) y comencé a masturbarme. Sentía el olor de mi tía y eso me la ponía cada vez más dura. Hasta que en un momento, me desnudé (recuerdo que hacía mucho calor, era verano) y me puse la tanga, me gustaba. Fui hasta el espejo en el pasillo, me gusté y me excité más aún. Mi verga se salía por los contornos de la tanga. Volví a mi cama y acabé.
Al día siguiente, volví a quedar solo y volví a encontrar una tanga, ahora, de color blanca. Me la puse, me excite y en ese momento saqué una fotos con mi celular que luego borré por vergüenza.
A la semana volvió a pasar lo mismo, ahora, el color de la tanga era roja. Me saqué las fotos y las publiqué en una red social. Me habló uno, hicimos una videollamada, me mostraba su verga bien dura y a punto de estallar, me hablaba muy sucio mientras yo me tocaba y me hizo acabar. Fue mi primera vez que alguien me mostraba una verga directamente y se excitaba conmigo.
Me había gustado mucho y a la noche volví a experimentar, estaba la misma persona. Un viejo de unos 50 años, canoso y con mucho pelo por todos lados. Me hablaba, me excitaba lo que me decía y empezó a preguntarme de donde era. Yo totalmente excitado no le mentí y me dice, vivo cerca. Me muestra una cantidad enorme de billetes y me dice que si se la chupo son para mi. Con 24 años no lo dudé y quedamos en que me pasaba a buscar en su auto cerca de mi casa. Salí, con la tanga puesta, nos encontramos en una esquina. Me subí al auto, manejó unas cuadras y se ve que no pudo aguantar más. Se estacionó, sacó la verga y me dijo "toda tuya putita". Accedí, mucho porno fueron una enseñanza y acabó dentro de mi boca en menos de cinco minutos. Me limpie con un pañuelo de tela que me prestó, me incorporé en el asiento y arrancó el auto. Dimos unas vueltas mientras hablábamos y me pregunta por la tanga, se la muestro y veo su cara de sorpresa. No sabía que ibas a venir así, me encanta, dice él. Siguió manejando ya se alejaba mucho la zona donde estaba mi casa y me dice no te preocupes. No me calmó mucho pero decidí seguir.
Llegamos a lugar donde no había nadie, me dice de ir para atrás, bajo y vuelvo a subir. En el asiento trasero, me empieza a besar, a tocar, lo toco (ya tenía la pija dura), me baja el pantalón y me pone en cuatro a la fuerza. Me chupa el culo, mete un dedo, dos y hasta tres. Me dice que es muy estrecho (nunca me habían cogido), no le respondí pero me hizo sentar arriba suyo. Sentí la verga dentro mío y se me paro automáticamente, me excitó demasiado. Mientras mas me cogía más me excitaba y llegó el momento en que acabé. Me dice que no importaba por el auto. Al poco tiempo acabó dentro mío, me volvió a prestar el mismo pañuelo, me limpié y me llevó al mismo lugar donde me había levantado. Me fui caminando a mi casa con un dolor tremendo pero todavía excitado por la situación.
Un día, ya aburrido de ver lo mismo, veo una tanga en el lugar donde dejábamos la ropa sucia. Mi tía se había quedado unos días en mi casa porque se había separado y mi vieja le dio asilo por unos días. La tanga azul, muy delicada, me llamaba la atención y comencé a olerla, a sentirla, me la pasaba por la verga (que de tanta excitación ya estaba muy dura) y comencé a masturbarme. Sentía el olor de mi tía y eso me la ponía cada vez más dura. Hasta que en un momento, me desnudé (recuerdo que hacía mucho calor, era verano) y me puse la tanga, me gustaba. Fui hasta el espejo en el pasillo, me gusté y me excité más aún. Mi verga se salía por los contornos de la tanga. Volví a mi cama y acabé.
Al día siguiente, volví a quedar solo y volví a encontrar una tanga, ahora, de color blanca. Me la puse, me excite y en ese momento saqué una fotos con mi celular que luego borré por vergüenza.
A la semana volvió a pasar lo mismo, ahora, el color de la tanga era roja. Me saqué las fotos y las publiqué en una red social. Me habló uno, hicimos una videollamada, me mostraba su verga bien dura y a punto de estallar, me hablaba muy sucio mientras yo me tocaba y me hizo acabar. Fue mi primera vez que alguien me mostraba una verga directamente y se excitaba conmigo.
Me había gustado mucho y a la noche volví a experimentar, estaba la misma persona. Un viejo de unos 50 años, canoso y con mucho pelo por todos lados. Me hablaba, me excitaba lo que me decía y empezó a preguntarme de donde era. Yo totalmente excitado no le mentí y me dice, vivo cerca. Me muestra una cantidad enorme de billetes y me dice que si se la chupo son para mi. Con 24 años no lo dudé y quedamos en que me pasaba a buscar en su auto cerca de mi casa. Salí, con la tanga puesta, nos encontramos en una esquina. Me subí al auto, manejó unas cuadras y se ve que no pudo aguantar más. Se estacionó, sacó la verga y me dijo "toda tuya putita". Accedí, mucho porno fueron una enseñanza y acabó dentro de mi boca en menos de cinco minutos. Me limpie con un pañuelo de tela que me prestó, me incorporé en el asiento y arrancó el auto. Dimos unas vueltas mientras hablábamos y me pregunta por la tanga, se la muestro y veo su cara de sorpresa. No sabía que ibas a venir así, me encanta, dice él. Siguió manejando ya se alejaba mucho la zona donde estaba mi casa y me dice no te preocupes. No me calmó mucho pero decidí seguir.
Llegamos a lugar donde no había nadie, me dice de ir para atrás, bajo y vuelvo a subir. En el asiento trasero, me empieza a besar, a tocar, lo toco (ya tenía la pija dura), me baja el pantalón y me pone en cuatro a la fuerza. Me chupa el culo, mete un dedo, dos y hasta tres. Me dice que es muy estrecho (nunca me habían cogido), no le respondí pero me hizo sentar arriba suyo. Sentí la verga dentro mío y se me paro automáticamente, me excitó demasiado. Mientras mas me cogía más me excitaba y llegó el momento en que acabé. Me dice que no importaba por el auto. Al poco tiempo acabó dentro mío, me volvió a prestar el mismo pañuelo, me limpié y me llevó al mismo lugar donde me había levantado. Me fui caminando a mi casa con un dolor tremendo pero todavía excitado por la situación.
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