Rodrigo comenzó a llegar todos los viernes a las 20 hrs. Cenamos y luego sexo. Mi esposa compro ropita sexy, yo compre condones y lubricante por kilos…ja. Notamos que nuestro amigo se depilo completo y la verdad se veía muy lindo.
Una de las tantas veces que llegó a casa fue distinto. Luego de estar en el salón todos desnudos, Rodrigo invita a mi esposa al dormitorio a culear en la cama. Mi esposa en 4 recibe a Rodrigo por el culo, yo toco y beso a mi mujer. Enseguida y mientras voy al baño, ellos cierran la puerta y me dejan fuera de la habitación. Oia los gemidos, las risas, todo, pero no podía entrar a mi propia cama. Oi claramente a mi mujer decirle “vamos culeame el ano amor”, una sensación de celos y abandono me invadió. El juego ya no era entre 3. Me senti ofendido, insultado, y humillándome grite, “déjenme entrar” fue peor. Ahí fue humillante; sin embargo mi erección se torno mas potente. Rodrigo me gritó: “te dejo entrar si me lo chupas.” Y acepté. Como una nena puse mi boca en su pene y mame. Fueron 10 minutos de mamada, mientras mi mujer me decía groserías el oído. Enseguida, Rodrigo me acomodó y me obligó a sentar sobre el, y fui penetrado por primera vez. Mi mujer miraba la escena riéndose, fue humillante, pero descubri el sabor de ser cornudo y bisexual.
Una de las tantas veces que llegó a casa fue distinto. Luego de estar en el salón todos desnudos, Rodrigo invita a mi esposa al dormitorio a culear en la cama. Mi esposa en 4 recibe a Rodrigo por el culo, yo toco y beso a mi mujer. Enseguida y mientras voy al baño, ellos cierran la puerta y me dejan fuera de la habitación. Oia los gemidos, las risas, todo, pero no podía entrar a mi propia cama. Oi claramente a mi mujer decirle “vamos culeame el ano amor”, una sensación de celos y abandono me invadió. El juego ya no era entre 3. Me senti ofendido, insultado, y humillándome grite, “déjenme entrar” fue peor. Ahí fue humillante; sin embargo mi erección se torno mas potente. Rodrigo me gritó: “te dejo entrar si me lo chupas.” Y acepté. Como una nena puse mi boca en su pene y mame. Fueron 10 minutos de mamada, mientras mi mujer me decía groserías el oído. Enseguida, Rodrigo me acomodó y me obligó a sentar sobre el, y fui penetrado por primera vez. Mi mujer miraba la escena riéndose, fue humillante, pero descubri el sabor de ser cornudo y bisexual.
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