Mi cuñada se masturba viéndonos

Cómo están gente? Espero que anden bien.
Hoy vengo a contarles una de las experiencias más morbosas que tuve, aunque el título ya les spoilea todo jajaja.
Hace unos años, prepandemia, me fui de vacaciones a la costa con mi ex y su familia.
Fuimos mi ex, mi cuñada, mi suegra (con quien ya había tenido algo - https://m.poringa.net/posts/relatos/3223775/Se-me-dio-con-mi-suegra.html -) y su chongo de turno.
Alquilaron una casita en una de las ciudades balneareas no tan concurridas de la costa Atlántica. Solían ir seguido allí de vacaciones, y siempre alquilaban en el mismo lugar, y esta vez me invitaron a ir.
Cuando me invitaron me advirtieron que la casa no era muy grande, pero no me era ningún problema. Nos fuimos dos semanitas.

El viaje de ida transcurrió sin muchas particularidades. Hacía un calor infernal, así que mi ex y su hermana decidieron viajar directamente en malla, "cubiertas", si se puede decir así, con esos como saquitos tejidos que no tapan nada (no tengo ni idea como se llaman, si hay alguna mujer leyendo que me ayude jajajaja).
Y ahí tuve la primer muestra del deleite visual que me esperaba. Por un lado mi ex, una flaquita castaña con un culo hermoso que parecía tallado a mano, y unas tetas no muy grandes, pero firmes que llenaban con generosidad su bikini.
Y en segundo lugar, y más importante, mi cuñada. Una petisa, más bajita que mi ex, con prácticamente nada de tetas, un pero unos pezones que parecía atravesarían su malla en cualquier momento, un culo voluminoso y marcado que hacía desaparecer el hilo de la tanga, con unas piernas bien formadas que delataban los años de gimnasio y deporte que le había dedicado. Estuve todo el viaje relojeándola.

Al fin llegamos a la casa, estaba ubicada a unas cuadras de la playa.
Entramos y me llevé la sorpresa de que solo había dos habitaciones, una con cama matrimonial, y la otra con una cucheta y una cama normal.
Claramente, mi suegra y el chongo agarraron la matrimonial, así que me tocaba dormir con mi ex y la hermana.
Con mi ex nos agarramos la cama, ya que era una de plaza y media, y a mi cuñadita le tocó la cucheta. 
La verdad, ni bien supe que compartiría cuarto con mi cuñada pensé "cagué, no garcho ni en pedo"; no había forma que pudiese tener un tiempito a solas con mi ex. En fin, tampoco le di tanta importancia en su momento. 

Ese día que llegamos, ordenamos un poco las cosas y fuimos a la playa. Fuimos caminando, me hice un medio el boludo y me puse a caminar unos pasos atrás de mi ex y mi cuñada y les fichaba bien el orto, aprovechando que tenía los lentes puestos.
No les explico el hermoso orto que tenía mi cuñada. Ojo, mi ex también tenía buen culo, así medio gordito de esos que rebotan cuando te saltan arriba de la verga; pero mi cuñada tenía el orto más perfecto que vi en mi vida, bien formado y duro, típico de deportista. Estuve hipnotizado todo el trayecto.

Los primeros días pasaban sin particularidades. Hacíamos rutina super relajada, íbamos a la playa, yo me hacía un festín visual con las hermosas hermanitas, a la noche salíamos a comer o a veces nos quedábamos. El problema es que yo estaba cada vez más caliente, y se lo hacía notar a mi ex, pero no teníamos oportunidad para garchar. Durante el día me la pasaba acariciándola, haciendole mimitos, sobre todo en las piernas, que sabía le encantaba y la re calentada. Cuando podía la besaba apasionadamente o escabullía algún que otro beso en el cuello, también sabiendo que le re calentaba.

Después de unos días no me importaba nada, le agarraba el orto indiscriminadamente a mi ex, la apoyaba, le rozaba la concha cuando nadie estaba viendo.  
Empecé a dormir con un short de futbol sin nada abajo. Dormía en cucharita con mi ex y le apoyaba mi verga toda dura entre los cachetes del orto, le agarraba y masajeaba las gomas. Todo esto con mi cuñadita en la cama de al lado.
Una noche no podía más de la calentura, mi ex ya se había dormido, así que dije "ya fue, me voy a clavar una paja al baño, no puedo seguir así".
Mi cuñada seguía despierta boludeando con el celular, y yo estaba solo con el short de futbol y la verga bien engomada. Primero pensé en esperar a que se durmiera pero no aguantaba más, y como dije, ya no me importaba nada. Me levanté de la cama, caminé despacito por el cuarto haciendo de cuenta que no quería hacer ruido, y llegando a los pies de la cama de mi cuñadita, la miré unos segundos a los ojos, me agarré la verga a medio parar y me la acomodé. Y ahí pude ver bien como los ojitos de mi cuñadita hermosa se clavaron en mi pija.
Fui al baño que estaba al lado de nuestro cuarto, me encerré y empecé a pajearme. Pero para agregarle todavía más morbo, sabiendo que mi cuñada iba a estar escuchando, me ensalivé bien la pija, cosa de que haga ruido mientras me pajeaba.
Fue de las mejores pajas de mi vida. Entre la calentura acumulada y el morbo de saber que mi cuñada estaba escuchando, acabé litros de leche, largando un suspiro no muy alto, pero lo suficiente para que se escuche.
Después me limpié y volví al cuarto, totalmente relajado y me acosté. Mi cuñada ya no estaba boludeando con el celu, estaba "dormida".

Si bien esa paja había sido liberadora, no era suficiente. El ver constantemente a mi ex y mi cuñada mostrando sus hermosos cuerpos, más los pocos roces, besos y apretadas con mi ex, hacían crecer mi calentura. Necesitaba garcharmela.
Pasados unos días me decidí, la iba a calentar a mi ex hasta que aflojara y esa noche me la iba a garchar. Me la pasé todo el día apretandomela, besandola en el cuello, apoyandola. En un momento nos fuimos a caminar por la orilla, y en un lugar donde no había tanta gente, nos fuimos cerca de las dunas. Empezamos a los chapes, ella me frotaba la pija por arriba de la malla, y yo le tocaba el clítoris. Todo lo más disimulado que podíamos.
Yo sabía que si seguía así la iba a hacer acabar, le iba a ser suficiente para aguantar unos días más hasta volvernos, y ahí adios garche. Así que en contra de todos mis instintos, la masturbé a mi ex, la hice calentar, pero nunca la dejé acabar. Cuando vi que estaba masomenos cerca de acabar paré todo con la excusa de que nos estaban viendo, señalando a una pareja de gente grande que estaba cerca.
Me miró con una cara de putita, mordiéndose el labio, me chapó y me dijo "bueno vamos", con una sonrisa de pícara.

Esa noche nos acostamos para dormir, nos pusimos en cucharita, yo con mi short sin nada abajo y ella solo con una tanga. 
Estuvimos así un buen rato hasta asegurarnos que mi cuñada se hubiera dormido; ella estaba dándonos la espalda, estuvo así sin moverse como 30/40min, así que seguro se había dormido.
Empecé a darle besos en el cuello a mi ex, me bajé el short y le apoyé mi verga erecta contra su orto. Deslicé mi mano por su abdomen, llegué a su tanga y metí mis dedos. Inmediatamente pude sentir esa hermosa humedad de concha, estaba empapada. Con la yema de mis dedos empecé a dibujar círculos sobre su clítoris, siempre manteniendo los besos en el cuello.
Podía sentir su respiración cada vez más agitada, su esfuerzo por no emitir un sonido, a veces en vano ya que se le escapaba uno que otro tenue gemido.
Sin mediar palabra, mi ex se corrió la tanga a un costado, agarró mi pija palpitando y la direccionó a la entrada de su concha. Bastó una leve presión y mi verga se deslizó completamente adentro suyo, sus flujos y líquidos vaginales rodearon y lubricaron completamente mi miembro. Sentir esa concha húmeda era el paraíso.
Empecé a moverme de a poco, pero la exitación se apoderó de mi; no resistí y la bombeaba cada vez más fuerte. El ruido de sus flujos al entrar y salir mi verga era cada vez más evidente, y me calentaba muchísimo.
En ese momento, miro hacia la cama de mi cuñada y veo, por debajo de la sábana, como su brazo se movía. La hija de puta estaba despierta y pajeándose, usándonos de inspiración.

El morbo se apoderó de mi, la garchaba cada vez más fuerte a mi ex, y empecé a soltar unos gemidos algo altos, lo que a su vez calentaba más a mi ex y hacía que ella gimiera más fuerte.
En eso, mi cuñada se da vuelta y nos mira. El primer instinto de mi ex fue paralizarse y cortar todo, pero no la dejé, seguí bombeandola, masturbando su clítoris y besando su cuello. "Dejala que mire si quiere" le susurré a su oído al mismo tiempo que miraba a los ojos a mi cuñadita.
Mi ex se soltó, ya no le importaba; estaba tan caliente como yo. Mi cuñada nos miraba y se pajeaba por debajo de la sábana.
Y como ya se había ido todo al carajo, agarré la sábana que nos estaba tapando a mi ex y a mi, y nos destapé. Quería que nos viera completos, que viera como me garchaba a su hermana.
Mi cuñadita hizo lo mismo, se destapó, se sentó al borde de la cama y siguió tocandose. Ahí pude ver por primera vez su conchita hermosa en primer plano. No podía creerlo.

La seguía garchando a mi ex, agarrandole las gomas mientras veía a su hermanita pajearse para nosotros. Se escuchaban respiraciones y leves gemidos que se perdían entre el ruido de las conchas mojadas de las hermanitas. 
Entonces veo como mi cuñadita comienza a retorcerse de placer y a temblar, llegando al orgasmo cae rendida sobre su cama. Al ver esto mi ex y yo acabamos casi al mismo tiempo; sentí como su concha me apretaba la pija espamódicamente, a la vez que un chorro de leche salía expulsado de mi pija y la llenaba toda. 

Mi ex, probablemente con mucha verguenza, se levantó rápido y fue al baño. Yo quedé en bolas con la pija toda babeada de flujo tirado en la cama y mirando a mi cuñada. Ella simplemente se vistió, se tapó y se dio vuelta, volviendo a su posición original.
Yo me limpié como pude con el short que estaba por ahí tirado, me puse un calzón y esperé a mi novia para irnos a dormir.

No nos dirigimos la palabra esa noche. Al día siguiente en la playa hablamos de lo ocurrido, que estuvo mal y que no podía creer haberlo hecho. Yo asentía, pero en el fondo estaba chocho jajajaja, había sido una de mis mejores experiencias.
Nunca volvimos a tocar el tema, y con mi cuñada nunca hablamos de lo que pasó esa noche.


Bueno como siempre gente, espero que les haya gustado y no haya sido muy largo.
Subo relatos muy esporádicamente de mis experiencias porque la verdad no tengo tantas.

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Saludos!