Hace algunos años tuve un novio M, una relación no tan agradable a decir verdad. Era muy celoso y poco atento. Mientras salía con él conocí a alguien más, lo llamaré V. Nos hicimos buenos amigos, compartíamos mucho tiempo juntos y comenzamos a frecuentarnos. Cuando M se enteró de la existencia de mi nuevo "amigo" me reclamó como siempre lo hacía, no me permitía tener ni salir con amigos hombres. Por cuestiones familiares M tuvo que mudarse a otro estado, recuerdo haber pedido que no se fuera pero igual decidió hacerlo. Al irse, continúe mi amistad con V. Un día cualquiera, salí con V, él estaba un poco ebrio, decidió invitarme a su casa y accedí. Nos recostamos, platicamos y en medio de la platica V comenzó a tocarme. Él también me gustaba, así que no tuve objeción. Permití qué me acariciara sobre la ropa, que apretara mis enormes tetas y en medio de su ebriedad, me bajó el pantalón y la pantalenta. Yo estaba tan cachonda que dejé que lo hiciera, dejé que su dureza abriera mi culito, el jalaba de mi pantalón para ejercer presión y meterlo más y más. Siguió y siguió hasta llenarme de leche y a partir de ese momento no dejamos de tener sexo continuamente. Al salir de su casa, visitamos un camellón, estábamos allí platicando cuando M llamó para preguntar dónde estaba y por qué no lo había llamado. Le dije que estaba con V, claramente sin confesar que acababa de serle infiel, él se molestó tanto que decidió terminar la relación y yo simplemente continúe con mi vida.
Recuerdo una tarde en que V fue a mi casa para ver películas, estábamos sentados en el sillón charlando cuando de pronto recibí una llamada, era M. Respondí, preguntó cómo había estado y empezó a hacerme un poco la platica. Mientras la llamada transcurria, V comenzó a acariciar mi vagina sobre la ropa, arriba y abajo, una y otra vez sin parar. Yo solo sentía cómo me humedecía cada vez más y más, que cachonda estaba. Luego de unos minutos le dijé a M que estaba ocupada y colgué. En ese momento V aprovecho para meter su mano bajo la pantaleta y comentar que estaba extremadamente mojada. Eso lo puso tan caliente que sin dudarlo se sacó la verga, y me pidió que se la chupara para ponérsela muy dura, me ordenó que me pusiera frente a él y me bajó la ropa.
Él estaba sentado en la orilla del sillón, yo parada frente a él, incline mi cuerpo y entonces entró. Con mis manos sobre sus rodillas y aguantando los gemidos, me embistio una y otra vez hasta sacar toda su leche.
Durante un buen tiempo más continuamos teniendo sexo pero nunca volvió a repetirse aquella experiencia tan excitante como lo fue escuchar a mi ex mientras otro hombre hacía que mi vagina escurriera.
Recuerdo una tarde en que V fue a mi casa para ver películas, estábamos sentados en el sillón charlando cuando de pronto recibí una llamada, era M. Respondí, preguntó cómo había estado y empezó a hacerme un poco la platica. Mientras la llamada transcurria, V comenzó a acariciar mi vagina sobre la ropa, arriba y abajo, una y otra vez sin parar. Yo solo sentía cómo me humedecía cada vez más y más, que cachonda estaba. Luego de unos minutos le dijé a M que estaba ocupada y colgué. En ese momento V aprovecho para meter su mano bajo la pantaleta y comentar que estaba extremadamente mojada. Eso lo puso tan caliente que sin dudarlo se sacó la verga, y me pidió que se la chupara para ponérsela muy dura, me ordenó que me pusiera frente a él y me bajó la ropa.
Él estaba sentado en la orilla del sillón, yo parada frente a él, incline mi cuerpo y entonces entró. Con mis manos sobre sus rodillas y aguantando los gemidos, me embistio una y otra vez hasta sacar toda su leche.
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