La puerta se abrió y era un hombre el que estaba delante a Teresa. Si Felipe no estuviera sentado se hubiera caído al suelo. Su amada esposa estaba viendo un hombre a sus espaldas y el no podía hacer nada para impedirlo. “Como pudo?” pensó el cornudo. Quería salir de donde estaba escondido, bajar de su auto y terminar con ese hombre que le había robado su esposa o mejor, podía conducir hacia la casa y destrozarlos con su auto.
Quería hacer muchas cosas pero no tenía la fuerza, la determinación o el coraje de hacerlas. Estaba ahí como un idiota mirando y tratando de encontrar un modo de cómo justificarla. Teresa estaba en la puerta de la casa hablando con ese hombre pero no entraba dentro la casa.
Que podía tener ese sujeto para haber vuelto a su amada esposa en una adúltera? “Es feo, cabello corto, algo de barba talvez un poco más alto de mi, vestido…normal, no parece ser rico pero porque…. porque ella…que tiene más que yo?”
Felipe no se capacitaba que su Teresa fuese infiel con un hombre tan común y corriente que nada tenía de envidiarle, es más, asta le parecía algo igual a él mismo. Talvez era mejor así, talvez si hubiera sido rico o más atractivo hubiera sido más doloroso para él.
En ese momento cuando Felipe estaba para abandonar las esperanzas una mujer muy joven se acercó a pazo acelerado asía ellos. Les hacia hola con la mano y con la otra sostenía una bolsa de supermercado. Saludó primero a Teresa con dos besos en la mejilla y después besó a ese hombre en la boca.
Felipe quedó perplejo, esa mujer besó al hombre de la casa y después los tres entraron adentro. “Talvez…talvez él, ella, ellos…talvez…”Felipe intentaba encontrar respuesta a esa situación.
El cornudo no logró resistir más y hizo una llamada con su celular…
-Hola?
-Hola, Teresa, tesoro, donde estas?
-Amm en la casa de mi amiga porque?
-Enserio? Llegaste rápido.
-Oh si, talvez llegue con un poco de anticipación jaja. Pero porque Felipe, hay un problema?
-No, no…no. Solo…quería saber si estabas bien, si llegaste sin problemas.
-Oh si tesoro, estoy bien.
-Y están solas…digo hay otras amigas?
-Amm no, ni una amiga pero…
-PERO QUE?
-Nada, nomas esta el esposo de Sofía, recién acabo de conocerlo, se llama Nikolai.
Finalmente el corazón de Felipe comenzó a latir de nuevo.
-Oh…que bien. Bueno mándales un saludo de parte mía.
-Claro, nos vemos mas tarde ok?
-Si mi tesoro, a mas tarde.
Felipe sintió de haber asado cerca de morir pero gracias al cielo estaba todo bien. Su esposa no le mentía, estaba enserio con su amiga en su casa. Ese hombre era el esposo de ella. Con su mano en el pecho sentía como la velocidad de su corazón regresaba a la normalidad. Que loco que había sido en sospechar de la fidelidad de su Teresa. Ella nunca lo hubiera echo algo símil. Era una mujer buena, honesta y respetuosa del sagrado matrimonio. Felipe comenzó a sentir un poco de remordimiento por haberla seguida asta ahí. Se sintió un loco, un celoso y un idiota.
Teresa estaba sentada en el sofá del salón escuchando “Sofía” hablar de cómo las dos se conocieron a su novio. Su amiga tenía una linda casa, mucho más linda de cuánto hubiera imaginado considerado el trabajo que hace.
Nikolai estaba sentado frente de ella mirando un poco a su novia que contaba mentiras sobre mentiras y a la bellísima Teresa todavía cubierta por su chaqueta tan grande. Solo un ciego no podía darse cuenta de cuánto bella fuese la mujer y Nikolai seguramente no era ciego ya que lograba a mala penas disimular su atracción a ella y por esos grandes senos que se podían ver asta con la chaqueta. Nikolai era un tipo muy simple, hijo de simples granjeros en Rusia que llegó a ese nuevo país para encontrar trabajo y una vida mejor.
-Bueno Teresa. Me ayudas con el maquillaje?
-Oh, claro.
-Ven conmigo y tu Niky espera aquí que me dices cuanto soy bella.
-Si Ofelia, pero no demasiado bella ok?
Las dos mujeres salen las escalares asta el cuarto de los novios y ahí Sofía se pone sentada frente a su espejo en su asiento para maquillarse.
-Cierra la puerta.
Teresa todavía confundida por la situación obedece.
-Uff, lo siento linda, debes perdonarlo, mi Niky es un buen chico pero cuando ve una mujer bella como nosotras se vuelve como un perrito tarado.
-Oh, ok, no hay problema.
-Claro, claro, no podemos hacernos muchos problemas por las miradas que nos dan no?
-Que?
-Ya sabes, por nuestro trabajo.
-Oh si, si, nuestro trabajo.
-A propósito que le dijiste cuando no estaba?
-Yo? Nada. Solo trataba de pedirle donde estaba Marcelo, que tenía que verlo en esta dirección y…
-Mmm tu eres una habladora verdad?
-Yo? NO, no, lo siento, no quería ponerte en problemas yo…
-Jajaja, relájate linda, estoy jugando, él ya conoce a Marcelo.
-Oh, enserió? Yyyy no tiene problemas con…eso?
-Oh no, es un buen chico además le dije que es gay.
-Gay?
-Si, Marcelo mi amigo negro gay que trabaja como barista en el stripclub…obviamente saber que es negro y gay no le gustó, el todavia tiene algunos prejuicios de nuestra tierra…pero le iba a gustar menos saber que no lo es…gay.
Teresa tuvo ocasión de ver de cerca a Ofelia, una belleza de 25 años, cabellos dorados, ojos azules y un cuerpo que hace enamorar.
No se había dado cuenta de la belleza natural de la joven ese día en el Club pero ahora que la tenía tan cerca y sin maquillaje pudo apreciarla mejor. Ofelia le contó que su novio sabía que trabajaba en el stripclub, aunque no era tan contento de eso, sabía que era una “bailarina” y sabía que llevaba mucho dinero a casa. Eso es lo que sabía. Los dos enamorados se conocían desde niños y tenían la misma edad aunque si el chico parecía más grande. El trabajo y el estrés de la granja lo cansaron de su vida y por eso a la edad de 19 años se fueron a otro país.
Solo que no tenían bastante dinero y así que Ofelia tuvo que viajar primero y en un año logró llevarlo donde ella. El pobre ingenuo muchacho no sabía lo que en realidad su amada novia hacía en el Club pero trataba en todas maneras de encontrar un buen trabajo, uno que le permita de sacar su novia de ese indignó lugar de trabajo, solo que nunca tuvo mucha suerte. El trabajaba pero el dinero no era suficiente y siendo inmigrado no tenía manera de buscar mejores empleos.
Solo su novia lograba mantenerlos en esa linda casa que con su “honesto” trabajo podía permitirles.
-Ya esta. Que te parece?
La bella Ofelia se hace ver bien maquillada y vestida para el trabajo transformándose casi completamente.
Una chica sexy y provocante que podía para Teresa ser un problema con Marcelo. Otra vez esos celos.
-Bueno Niky, chao, no me esperes despierto ok?
-Si, Ofelia, tu…tu hazte respetar ok? Y no tomes mucho.
-Siii Niky.
Las dos bellezas salen de la casa y suben en el auto a dos puestos de Ofelia, una linda auto, roja casi nueva y seguramente muy costosa.
-Que linda auto.
-Lo se, me la regaló Tulio.
-Enserio?
-No jaja. No regala nada ese tacaño, me costó como un mes siendo su puta personal pero creo al fin valió la pena. Tu que crees?
-Oh, si, si.
-JAJAJAJA, eres adorable linda.
Teresa no sabía si Ofelia decía en enserió o no.
La chica le explicó, ya que el bully no lo hizo, que tenía que participar a una fiesta junto a ella, otras chicas y otros clientes.
-Marcelo dijo eso?
-Si, él lo dijo, te molesta?
-No, si, no lo sé.
Se había comprado ese vestido esperando que su amo lo apreciara pero ahora parecía que iría en manera diferente de como pensaba. Claramente el echo que tenia que exhibirse para el placer de hombres lujuriosos ya no le molestaba tanto como primero, al contrario asta comenzaba a mojarse a la idea de ser un simple objeto de deseo y que todos esos pervertidos gozarán en verla, como la vez pasada.
Llegaron a una mansión muy grande donde estaban parqueado ya muchos autos, todos muy lujosos.
-Donde vas?
-No aquí querida, nosotros tenemos que parquear en el retro de la casa.
En el retro de la casa habían unas 14 autos no tan lindas como las de adelante.
Los tacos de las dos hacían un gran ruido caminando sobre el cemento que la llevaría en esa mansión. Al tocar la puerta una camarera les abrió; parecía muy cordial pero también molesta al verlas a las dos. El trabajo seguramente no era de las más honorables de este mundo pero a Teresa no le importaba su opinión; al contrario, asta miró directo a los ojos a la camarera, algo feíta, mientras pasaba dentro la casa.
Esa era una grande casa.
Aunque si no estaban en la sala principal se podía ver el lujo y el poder de quien la poseía. Ofelia la llevó en un grande pasillo donde se habían puesto mesas, cillas y espejos para todas las chicas de esa noche. Habían 1, 2, 3, 4… 14. 14 bellezas en corpiño y tacos maquillándose frente a los espejos. Las chicas eran por la mayoría jóvenes, otra casi de la misma edad de Teresa y otras más maduras, pero todas fantásticamente sensuales.
-Quieres una repasada de maquillaje linda?
-No, estoy bien…creo.
-Yo también. No quiero llevar mis cosas aquí. Estas ratas pueden robarlas.
Dice Ofelia sin preocuparle que la escuchen. Ella parecía tener una especie de grado superior respeto a las otras.
-Así me gustas perra!
Dijo Marcelo entrando por la otra parte del pasillo.
Teresa no puede evitar de mojarse a la vista de su macho, su cuerpo ya se preparaba a recibir un tratamiento especial en esa ocasión. Los amantes se besan bajo algunas miradas de envidia en el pasillo.
-Ofelia te explicó lo que pasará hoy?
-Más o menos, no fue tan detallada.
Marcelo la lleva más allá del pasillo y abre ligeramente una puerta haciéndole ver todos los enviados en la mansión. Eran como 20 o 30 hombres; jóvenes, viejos, altos, bajos, flacos y gordos. Había de todo tipo.
-Quien son ellos?
-Son clientes, clientes con dinero y quiero que les agas compañía junto a las otras chicas.
-Compañía?
-Si, hazlos reír, bailar, hablar y todo lo que te venga a la mente para ganarte sus votos.
-Votos?
-No te preocupes por eso. Piensas que puedes hacer eso?
-Yo…si, puedo.
-Así me gustas.
BAM
Marcelo le da una nalgada al rico trasero de la mujer que hace que ella se muerda su labio.
Despues de unos minutos y media botellita de Vodka de Ofelia, Teresa y las chicas salen al salón principal donde los hambrientos pervertidos las esperan con copas de espumadera en la mano. Las bellezas llevan números sobre una prenda del cuerpo, asta Teresa que era la numero 15. Ella no sabía bien que hacer pero gracias a la guía de Ofelia logró romper el hielo con muchos de los tipos ahí adentro.
En el piso de arriba, estaban Marcelo, Tulio y unos cuantos tipos más, ellos parecían los que mandaban y conversaban de quien sabe que cosa. El bully tenía los ojos sobre su protegida viendo que nadie exagere con ella. Teresa lo sabia; lo había visto como la observaba y la cosa la hacía sentir más segura así que se dejó ir a la diversión. Su culo y sobretodo sus tetas tan apetitosas llamaban la atención de todos los hombres que hacían lo que sea para estar cerca de ella. Unos cuantos asta se atrevieron a tocarle los senos y las nalgas pero la mujer no le molestó; estaba haciendo lo que le decía su amo, el bully de su hijo.
Ese rápido pensamiento la hizo mojar nuevamente y la prendió de lujuria haciendo que fuese mucho más amigable con los invitados.
Copa, después de Copa la noche pasaba y ya eran las 10. Dos invitados habían sido botados afuera por exagerar con las chicas pero no con Teresa, ellos sabían que era Marcelo el que la había llevado. Ofelia por su parte se divertaia besando dos viejos al otro lado de la mansión pero eso a Tulio no le importaba. “Que diría el pobre Nikolai?” el pensamiento la calentó aún más sabiendo que otra mujer también estaba siendo infiel a su pareja.
Teresa pensó en su esposo y en sus dos hijos; que dirían al verla así? La lujuria aumentaba más y más. La esposa del año era consiente de la perversión de su deseo pero en ves de avergonzarse tomaba aun más placer en ello, consiente de lo malo que era. Talvez ese era el punto.
A las 11 un hombre en encima la rampa de las grandes escaleras principal sonó una campana y todos los invitados pararon de divertirse.
-Es el momento de votar señores. Diríjase a sus puestos.
La madre de Pedro no sabía que pasaba pero esperó junto a Ofelia unos 10 minutos que los hombres terminen. No quería hacer preguntas, quería que todo fuera una sorpresa.
Al terminar del tiempo el hombre de primero leyó a alta vos de una hoja.
-Y PARA LA NOCHE DE HOY…LAS GANADORAS SOOOON…
Teresa sentía la emoción del momento pensando que participaba a un concurso de belleza.
-15, 16, Y 7!
Los hombres en la mansión festejaron como si estuviesen en un estadio.
-LOS PERDEDORES SON…
El hombre nombró 10 participantes que, según lo que decía Ofelia, no tenían suficiente dinero como los demás.
SEÑORES…DIVIERTANSE.
Los que quedaban, al escuchar esa última frase, rodearon las tres hembras preparándose para liberarse de toda esa lujuria acumulada. En poco tiempo las rodearon, la mayoría estaba ande Teresa y Ofelia mientras la 7 se quedó con sólo cuatro. Estaban borrachos, todos, reían y gritaban como monos mientras abrían el cierre de los pantalones.
Teresa seguramente no se esperaba lo que estaba pasando, jamás en el mundo se hubiera esperado eso pero ahora estaba sucediendo y miró a Marcelo, arriba, junto a los otros dueños de la casa pidiendo que hacer.
El bully no dijo nada, solo un señal con la cabeza le indicó que procediera. Que humillación, que locura. La buena esposa y madre tan religiosa estaba en medio de un grupo de hombres calientes con los pantalones abajo masturbándose para ella. Teresa no sabía de donde comenzar, habían vergas paradas a su alrededor, de todo tipo y dimensión, sólo dos o tres se distinguían de las otras por dimensión. Ella quería tocar, tocar y agarrar, tragar y lamer asta asfixiar.
“Tan lindas, tan venosas, tan duras” lo único que lograba pensar la mujer tomando la primera en la mano. Ofelia de la otra parte ya había comenzado a usar las dos manos. Teresa había visto en su vida solo el pene de esposo y el mástil de Marcelo pero ahora estaba rodeada por todo tipo de vergas y ella lo adoraba; su concha estaba mojadisima. Alguien, no sabe quién la bajó una parte del vestido de manera ruda y liberó sus tetas.
En ese momento el primer hombre acabó gruñendo como cerdo. El esperma se fue sobre la espalda de la madre de Pedro, ensuciando también su vestido. Teresa paró un momento por la sorpresa y luego comenzó a masturbar al hombre con más energía. Después de algunos minutos se corrió también él, sobre su precioso rostro.
Ella no sabía pero los hombres de arriba ya estaban filmando todo, también Marcelo. El bully sonreía con maldad pensando a todo lo que podía realizar con esa puta bajo su control.
Ahora Teresa había pasado a usar las dos manos y las movía con el mismo entusiasmo de antes. Tenía esos juguetes todos para ella y todos eran mas grandes de su esposo. No podía hacer a menos que pensarlo, su marido era enserio tan pequeño? Le quitaba la poca dignidad y respeto que había guardado ella por él.
Teresa pasó a otras vergas, ya no sabía cuántas habían, probablemente otros se agregaron al grupo. Se alternaba como profesionista dándole tiempo suficiente a todos. Ya se corrieron otros tres sobre su cara, sus tetas y su pelo. Era un desastre pero a ella le gustaba. La gran puta sonreía de felicidad, divertida y otorgada por tanta atención.
Entre los hombres había pero alguien que resaltaba, alguien que ella creía había visto antes.
Era el jefe de su esposo, él tenía la verga más grande del grupo. El loco nunca la había visto pero ella si, un día en el cual su esposo estaba en video llamada con ese bastardo. Ahora lo estaba masturbando, al bastardo del jefe de su marido. Se sentía una verdadera zorra y lo adoraba.
-Viste hijo jaja, no se separa de mi, la enamoré jaja.
Dijo el jefe a un hombre a su lado. Estando de rodillas Teresa no podía ver bien la altura de los participantes pero podía asegurar que ese joven era el más alto y al segundo puesto por dimensión de miembro. Fue del padre el privilegio de recibir primero la boca de Teresa que estaba al top de calentura. Chupaba como loca y masturbaba a Junior con la otra mano.
Teresa estaba totalmente desprendida y a la una de la mañana cuando la mayoría había acabado, se quedó recubierta de esperma de más de diez hombres.
Ella no podía aguantar más y se masturbó en ese momento, con una mano entre sus piernas, una masajeando una verga y su boca chupando a otra. La buena esposa se corrió en menos de 5 minutos acabando también con los últimos tres.
Ya era madrugada, las luces del día entraban por las grandes ventanas de la mansión iluminado lo que quedaba de la fiesta: Ofelia sentada en una silla, desnuda tomando de una copa mientras la otra chica también desnuda durmiendo en el piso. Los aplausos sigilaron el final de esa noche.
Teresa estaba agotada, las manos y brazos le dolían pero estaba contenta, lo que había echo no tenía precedentes. Marcelo no le dijo nada, solo fue visto por ella recibiendo una gran cantidad de dinero por un hombre. Mientras salían de la sala pudo ver que dos camareras entraban; una pasaba el trapo por el piso y la otra hacia levantar a la chica durmiente.
Ofelia y Teresa se ducharon en los baños y se fueron en el auto de ella.
Continúa…
Quería hacer muchas cosas pero no tenía la fuerza, la determinación o el coraje de hacerlas. Estaba ahí como un idiota mirando y tratando de encontrar un modo de cómo justificarla. Teresa estaba en la puerta de la casa hablando con ese hombre pero no entraba dentro la casa.
Que podía tener ese sujeto para haber vuelto a su amada esposa en una adúltera? “Es feo, cabello corto, algo de barba talvez un poco más alto de mi, vestido…normal, no parece ser rico pero porque…. porque ella…que tiene más que yo?”
Felipe no se capacitaba que su Teresa fuese infiel con un hombre tan común y corriente que nada tenía de envidiarle, es más, asta le parecía algo igual a él mismo. Talvez era mejor así, talvez si hubiera sido rico o más atractivo hubiera sido más doloroso para él.
En ese momento cuando Felipe estaba para abandonar las esperanzas una mujer muy joven se acercó a pazo acelerado asía ellos. Les hacia hola con la mano y con la otra sostenía una bolsa de supermercado. Saludó primero a Teresa con dos besos en la mejilla y después besó a ese hombre en la boca.
Felipe quedó perplejo, esa mujer besó al hombre de la casa y después los tres entraron adentro. “Talvez…talvez él, ella, ellos…talvez…”Felipe intentaba encontrar respuesta a esa situación.
El cornudo no logró resistir más y hizo una llamada con su celular…
-Hola?
-Hola, Teresa, tesoro, donde estas?
-Amm en la casa de mi amiga porque?
-Enserio? Llegaste rápido.
-Oh si, talvez llegue con un poco de anticipación jaja. Pero porque Felipe, hay un problema?
-No, no…no. Solo…quería saber si estabas bien, si llegaste sin problemas.
-Oh si tesoro, estoy bien.
-Y están solas…digo hay otras amigas?
-Amm no, ni una amiga pero…
-PERO QUE?
-Nada, nomas esta el esposo de Sofía, recién acabo de conocerlo, se llama Nikolai.
Finalmente el corazón de Felipe comenzó a latir de nuevo.
-Oh…que bien. Bueno mándales un saludo de parte mía.
-Claro, nos vemos mas tarde ok?
-Si mi tesoro, a mas tarde.
Felipe sintió de haber asado cerca de morir pero gracias al cielo estaba todo bien. Su esposa no le mentía, estaba enserio con su amiga en su casa. Ese hombre era el esposo de ella. Con su mano en el pecho sentía como la velocidad de su corazón regresaba a la normalidad. Que loco que había sido en sospechar de la fidelidad de su Teresa. Ella nunca lo hubiera echo algo símil. Era una mujer buena, honesta y respetuosa del sagrado matrimonio. Felipe comenzó a sentir un poco de remordimiento por haberla seguida asta ahí. Se sintió un loco, un celoso y un idiota.
Teresa estaba sentada en el sofá del salón escuchando “Sofía” hablar de cómo las dos se conocieron a su novio. Su amiga tenía una linda casa, mucho más linda de cuánto hubiera imaginado considerado el trabajo que hace.
Nikolai estaba sentado frente de ella mirando un poco a su novia que contaba mentiras sobre mentiras y a la bellísima Teresa todavía cubierta por su chaqueta tan grande. Solo un ciego no podía darse cuenta de cuánto bella fuese la mujer y Nikolai seguramente no era ciego ya que lograba a mala penas disimular su atracción a ella y por esos grandes senos que se podían ver asta con la chaqueta. Nikolai era un tipo muy simple, hijo de simples granjeros en Rusia que llegó a ese nuevo país para encontrar trabajo y una vida mejor.
-Bueno Teresa. Me ayudas con el maquillaje?
-Oh, claro.
-Ven conmigo y tu Niky espera aquí que me dices cuanto soy bella.
-Si Ofelia, pero no demasiado bella ok?
Las dos mujeres salen las escalares asta el cuarto de los novios y ahí Sofía se pone sentada frente a su espejo en su asiento para maquillarse.
-Cierra la puerta.
Teresa todavía confundida por la situación obedece.
-Uff, lo siento linda, debes perdonarlo, mi Niky es un buen chico pero cuando ve una mujer bella como nosotras se vuelve como un perrito tarado.
-Oh, ok, no hay problema.
-Claro, claro, no podemos hacernos muchos problemas por las miradas que nos dan no?
-Que?
-Ya sabes, por nuestro trabajo.
-Oh si, si, nuestro trabajo.
-A propósito que le dijiste cuando no estaba?
-Yo? Nada. Solo trataba de pedirle donde estaba Marcelo, que tenía que verlo en esta dirección y…
-Mmm tu eres una habladora verdad?
-Yo? NO, no, lo siento, no quería ponerte en problemas yo…
-Jajaja, relájate linda, estoy jugando, él ya conoce a Marcelo.
-Oh, enserió? Yyyy no tiene problemas con…eso?
-Oh no, es un buen chico además le dije que es gay.
-Gay?
-Si, Marcelo mi amigo negro gay que trabaja como barista en el stripclub…obviamente saber que es negro y gay no le gustó, el todavia tiene algunos prejuicios de nuestra tierra…pero le iba a gustar menos saber que no lo es…gay.
Teresa tuvo ocasión de ver de cerca a Ofelia, una belleza de 25 años, cabellos dorados, ojos azules y un cuerpo que hace enamorar.
No se había dado cuenta de la belleza natural de la joven ese día en el Club pero ahora que la tenía tan cerca y sin maquillaje pudo apreciarla mejor. Ofelia le contó que su novio sabía que trabajaba en el stripclub, aunque no era tan contento de eso, sabía que era una “bailarina” y sabía que llevaba mucho dinero a casa. Eso es lo que sabía. Los dos enamorados se conocían desde niños y tenían la misma edad aunque si el chico parecía más grande. El trabajo y el estrés de la granja lo cansaron de su vida y por eso a la edad de 19 años se fueron a otro país.
Solo que no tenían bastante dinero y así que Ofelia tuvo que viajar primero y en un año logró llevarlo donde ella. El pobre ingenuo muchacho no sabía lo que en realidad su amada novia hacía en el Club pero trataba en todas maneras de encontrar un buen trabajo, uno que le permita de sacar su novia de ese indignó lugar de trabajo, solo que nunca tuvo mucha suerte. El trabajaba pero el dinero no era suficiente y siendo inmigrado no tenía manera de buscar mejores empleos.
Solo su novia lograba mantenerlos en esa linda casa que con su “honesto” trabajo podía permitirles.
-Ya esta. Que te parece?
La bella Ofelia se hace ver bien maquillada y vestida para el trabajo transformándose casi completamente.
Una chica sexy y provocante que podía para Teresa ser un problema con Marcelo. Otra vez esos celos.
-Bueno Niky, chao, no me esperes despierto ok?
-Si, Ofelia, tu…tu hazte respetar ok? Y no tomes mucho.
-Siii Niky.
Las dos bellezas salen de la casa y suben en el auto a dos puestos de Ofelia, una linda auto, roja casi nueva y seguramente muy costosa.
-Que linda auto.
-Lo se, me la regaló Tulio.
-Enserio?
-No jaja. No regala nada ese tacaño, me costó como un mes siendo su puta personal pero creo al fin valió la pena. Tu que crees?
-Oh, si, si.
-JAJAJAJA, eres adorable linda.
Teresa no sabía si Ofelia decía en enserió o no.
La chica le explicó, ya que el bully no lo hizo, que tenía que participar a una fiesta junto a ella, otras chicas y otros clientes.
-Marcelo dijo eso?
-Si, él lo dijo, te molesta?
-No, si, no lo sé.
Se había comprado ese vestido esperando que su amo lo apreciara pero ahora parecía que iría en manera diferente de como pensaba. Claramente el echo que tenia que exhibirse para el placer de hombres lujuriosos ya no le molestaba tanto como primero, al contrario asta comenzaba a mojarse a la idea de ser un simple objeto de deseo y que todos esos pervertidos gozarán en verla, como la vez pasada.
Llegaron a una mansión muy grande donde estaban parqueado ya muchos autos, todos muy lujosos.
-Donde vas?
-No aquí querida, nosotros tenemos que parquear en el retro de la casa.
En el retro de la casa habían unas 14 autos no tan lindas como las de adelante.
Los tacos de las dos hacían un gran ruido caminando sobre el cemento que la llevaría en esa mansión. Al tocar la puerta una camarera les abrió; parecía muy cordial pero también molesta al verlas a las dos. El trabajo seguramente no era de las más honorables de este mundo pero a Teresa no le importaba su opinión; al contrario, asta miró directo a los ojos a la camarera, algo feíta, mientras pasaba dentro la casa.
Esa era una grande casa.
Aunque si no estaban en la sala principal se podía ver el lujo y el poder de quien la poseía. Ofelia la llevó en un grande pasillo donde se habían puesto mesas, cillas y espejos para todas las chicas de esa noche. Habían 1, 2, 3, 4… 14. 14 bellezas en corpiño y tacos maquillándose frente a los espejos. Las chicas eran por la mayoría jóvenes, otra casi de la misma edad de Teresa y otras más maduras, pero todas fantásticamente sensuales.
-Quieres una repasada de maquillaje linda?
-No, estoy bien…creo.
-Yo también. No quiero llevar mis cosas aquí. Estas ratas pueden robarlas.
Dice Ofelia sin preocuparle que la escuchen. Ella parecía tener una especie de grado superior respeto a las otras.
-Así me gustas perra!
Dijo Marcelo entrando por la otra parte del pasillo.
Teresa no puede evitar de mojarse a la vista de su macho, su cuerpo ya se preparaba a recibir un tratamiento especial en esa ocasión. Los amantes se besan bajo algunas miradas de envidia en el pasillo.
-Ofelia te explicó lo que pasará hoy?
-Más o menos, no fue tan detallada.
Marcelo la lleva más allá del pasillo y abre ligeramente una puerta haciéndole ver todos los enviados en la mansión. Eran como 20 o 30 hombres; jóvenes, viejos, altos, bajos, flacos y gordos. Había de todo tipo.
-Quien son ellos?
-Son clientes, clientes con dinero y quiero que les agas compañía junto a las otras chicas.
-Compañía?
-Si, hazlos reír, bailar, hablar y todo lo que te venga a la mente para ganarte sus votos.
-Votos?
-No te preocupes por eso. Piensas que puedes hacer eso?
-Yo…si, puedo.
-Así me gustas.
BAM
Marcelo le da una nalgada al rico trasero de la mujer que hace que ella se muerda su labio.
Despues de unos minutos y media botellita de Vodka de Ofelia, Teresa y las chicas salen al salón principal donde los hambrientos pervertidos las esperan con copas de espumadera en la mano. Las bellezas llevan números sobre una prenda del cuerpo, asta Teresa que era la numero 15. Ella no sabía bien que hacer pero gracias a la guía de Ofelia logró romper el hielo con muchos de los tipos ahí adentro.
En el piso de arriba, estaban Marcelo, Tulio y unos cuantos tipos más, ellos parecían los que mandaban y conversaban de quien sabe que cosa. El bully tenía los ojos sobre su protegida viendo que nadie exagere con ella. Teresa lo sabia; lo había visto como la observaba y la cosa la hacía sentir más segura así que se dejó ir a la diversión. Su culo y sobretodo sus tetas tan apetitosas llamaban la atención de todos los hombres que hacían lo que sea para estar cerca de ella. Unos cuantos asta se atrevieron a tocarle los senos y las nalgas pero la mujer no le molestó; estaba haciendo lo que le decía su amo, el bully de su hijo.
Ese rápido pensamiento la hizo mojar nuevamente y la prendió de lujuria haciendo que fuese mucho más amigable con los invitados.
Copa, después de Copa la noche pasaba y ya eran las 10. Dos invitados habían sido botados afuera por exagerar con las chicas pero no con Teresa, ellos sabían que era Marcelo el que la había llevado. Ofelia por su parte se divertaia besando dos viejos al otro lado de la mansión pero eso a Tulio no le importaba. “Que diría el pobre Nikolai?” el pensamiento la calentó aún más sabiendo que otra mujer también estaba siendo infiel a su pareja.
Teresa pensó en su esposo y en sus dos hijos; que dirían al verla así? La lujuria aumentaba más y más. La esposa del año era consiente de la perversión de su deseo pero en ves de avergonzarse tomaba aun más placer en ello, consiente de lo malo que era. Talvez ese era el punto.
A las 11 un hombre en encima la rampa de las grandes escaleras principal sonó una campana y todos los invitados pararon de divertirse.
-Es el momento de votar señores. Diríjase a sus puestos.
La madre de Pedro no sabía que pasaba pero esperó junto a Ofelia unos 10 minutos que los hombres terminen. No quería hacer preguntas, quería que todo fuera una sorpresa.
Al terminar del tiempo el hombre de primero leyó a alta vos de una hoja.
-Y PARA LA NOCHE DE HOY…LAS GANADORAS SOOOON…
Teresa sentía la emoción del momento pensando que participaba a un concurso de belleza.
-15, 16, Y 7!
Los hombres en la mansión festejaron como si estuviesen en un estadio.
-LOS PERDEDORES SON…
El hombre nombró 10 participantes que, según lo que decía Ofelia, no tenían suficiente dinero como los demás.
SEÑORES…DIVIERTANSE.
Los que quedaban, al escuchar esa última frase, rodearon las tres hembras preparándose para liberarse de toda esa lujuria acumulada. En poco tiempo las rodearon, la mayoría estaba ande Teresa y Ofelia mientras la 7 se quedó con sólo cuatro. Estaban borrachos, todos, reían y gritaban como monos mientras abrían el cierre de los pantalones.
Teresa seguramente no se esperaba lo que estaba pasando, jamás en el mundo se hubiera esperado eso pero ahora estaba sucediendo y miró a Marcelo, arriba, junto a los otros dueños de la casa pidiendo que hacer.
El bully no dijo nada, solo un señal con la cabeza le indicó que procediera. Que humillación, que locura. La buena esposa y madre tan religiosa estaba en medio de un grupo de hombres calientes con los pantalones abajo masturbándose para ella. Teresa no sabía de donde comenzar, habían vergas paradas a su alrededor, de todo tipo y dimensión, sólo dos o tres se distinguían de las otras por dimensión. Ella quería tocar, tocar y agarrar, tragar y lamer asta asfixiar.
“Tan lindas, tan venosas, tan duras” lo único que lograba pensar la mujer tomando la primera en la mano. Ofelia de la otra parte ya había comenzado a usar las dos manos. Teresa había visto en su vida solo el pene de esposo y el mástil de Marcelo pero ahora estaba rodeada por todo tipo de vergas y ella lo adoraba; su concha estaba mojadisima. Alguien, no sabe quién la bajó una parte del vestido de manera ruda y liberó sus tetas.
En ese momento el primer hombre acabó gruñendo como cerdo. El esperma se fue sobre la espalda de la madre de Pedro, ensuciando también su vestido. Teresa paró un momento por la sorpresa y luego comenzó a masturbar al hombre con más energía. Después de algunos minutos se corrió también él, sobre su precioso rostro.
Ella no sabía pero los hombres de arriba ya estaban filmando todo, también Marcelo. El bully sonreía con maldad pensando a todo lo que podía realizar con esa puta bajo su control.
Ahora Teresa había pasado a usar las dos manos y las movía con el mismo entusiasmo de antes. Tenía esos juguetes todos para ella y todos eran mas grandes de su esposo. No podía hacer a menos que pensarlo, su marido era enserio tan pequeño? Le quitaba la poca dignidad y respeto que había guardado ella por él.
Teresa pasó a otras vergas, ya no sabía cuántas habían, probablemente otros se agregaron al grupo. Se alternaba como profesionista dándole tiempo suficiente a todos. Ya se corrieron otros tres sobre su cara, sus tetas y su pelo. Era un desastre pero a ella le gustaba. La gran puta sonreía de felicidad, divertida y otorgada por tanta atención.
Entre los hombres había pero alguien que resaltaba, alguien que ella creía había visto antes.
Era el jefe de su esposo, él tenía la verga más grande del grupo. El loco nunca la había visto pero ella si, un día en el cual su esposo estaba en video llamada con ese bastardo. Ahora lo estaba masturbando, al bastardo del jefe de su marido. Se sentía una verdadera zorra y lo adoraba.
-Viste hijo jaja, no se separa de mi, la enamoré jaja.
Dijo el jefe a un hombre a su lado. Estando de rodillas Teresa no podía ver bien la altura de los participantes pero podía asegurar que ese joven era el más alto y al segundo puesto por dimensión de miembro. Fue del padre el privilegio de recibir primero la boca de Teresa que estaba al top de calentura. Chupaba como loca y masturbaba a Junior con la otra mano.
Teresa estaba totalmente desprendida y a la una de la mañana cuando la mayoría había acabado, se quedó recubierta de esperma de más de diez hombres.
Ella no podía aguantar más y se masturbó en ese momento, con una mano entre sus piernas, una masajeando una verga y su boca chupando a otra. La buena esposa se corrió en menos de 5 minutos acabando también con los últimos tres.
Ya era madrugada, las luces del día entraban por las grandes ventanas de la mansión iluminado lo que quedaba de la fiesta: Ofelia sentada en una silla, desnuda tomando de una copa mientras la otra chica también desnuda durmiendo en el piso. Los aplausos sigilaron el final de esa noche.
Teresa estaba agotada, las manos y brazos le dolían pero estaba contenta, lo que había echo no tenía precedentes. Marcelo no le dijo nada, solo fue visto por ella recibiendo una gran cantidad de dinero por un hombre. Mientras salían de la sala pudo ver que dos camareras entraban; una pasaba el trapo por el piso y la otra hacia levantar a la chica durmiente.
Ofelia y Teresa se ducharon en los baños y se fueron en el auto de ella.
Continúa…
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