Después de lo que había pasado me sentía raro, diría avergonzado de mí mismo, era una chica joven, con dos chicos, no me reconocía como la persona en la que me estaba convirtiendo, a la noche tenía sueños en los que me recriminaba todo el tiempo mi actitud, me despertaba angustiado en mitad de la noche, por dos semanas, traté de evitarla todo el tiempo en la empresa, ella seguía haciendo poses sugerentes siempre delante de mí, la empresa está en una esquina, fabricamos muebles, en realidad, los importamos, los armamos y los vendemos, en la planta baja está el salón de ventas y las oficinas administrativas, yo estoy en el sector de ventas y administración, en el subsuelo, está la cocina, donde solemos merendar o comer, y el taller donde los dos chicos que trabajan arman y después van a entregar los muebles que vendemos, los dos son unos pibes con los que me llevo bárbaro. En la tercera semana bajé a prepararme un café y la noté a Martina, hablando muy cerca con uno de los chicos, Nicolás, me sentí celoso, ella me parecía que se estaba ofreciendo a él. Me sentía raro, molesto, celoso, enojado, me fui a casa esa noche, me preparé unas pastas, tomé abundante vino tinto y me reía de mí mismo, me decía en mi soledad, no te quejes, es lo que te mereces, si sos un viejo pelotudo.
A la mañana siguiente me sentía tan raro, como si en mis sueños hubiera cruzado una línea, como si hubiera aceptado dejar de ser quien era, no sé bien cómo explicarlo pero era algo rarísimo.
Martina bajo a servirse un café, los chicos habían salido a entregar mercaderías, no había clientes en el salón las señoras de administración trabajando, baje a la cocina, me paré al lado de ella y tocándole el culo casi groseramente le dije.
-Ya estás buscando un candidato para que te haga el orto putita…? -se puso toda colorada pero no respondió nada, le metí la mano por dentro de la calza ajustada que tenía y la sobaba a placer, jugaba con mis deditos en su culito, ella miraba hacia abajo, me escondía su mirada.
-No te quiero ver hablando así con Nicolas de nuevo… está claro…
-Si señor…
-Y ahora haceme una buena mamada… que estoy bastante caliente…
-Y si baja alguien…?
-Nos arreglamos enseguida… dale que perdes tiempo hablando…
Se arrodillo delante de mi, bajó mi bragueta y sacó mi pija que estaba bien dura, la chupaba con gusto, por suerte no bajó nadie, la tomé de la nuca cuando estaba llegando, se levantó y escupió toda mi leche en la pileta de la cocina mientras abría el agua.
-No tenés que desperdiciar mi leche… no es buena educación andar escupiéndola como si fuera veneno… me cuesta bastante… y no tengo tanta ya… -se llevó la mano entre sus piernas se hizo una suave caricia y me pidió disculpas diciéndome que no iba a volver a pasar. Me miró a los ojos.
-Me gustaría que mañana vengas a casa… mi mamá se lleva a los chicos…
-Mañana es muy pronto… no voy a estar tan caliente… que te parece el viernes…?
-Mi mamá se lleva al nene a natación cuando yo llego, pero la beba está en casa…
-Y a vos te da lo mismo quien este… -no me contestó nada.
-El viernes nos vemos entonces… voy para tu casa, vos entras me quedo en la puerta y cuando la veo salir a tu mamá con el nene entro…
El viernes nos fuimos juntos en el colectivo, me acomodé detrás de ella y la iba apoyando, la tomaba de la cintura, le hablaba al oído.
-No sabes las ganas que tengo de dártela por el culo…
Giro su cara hacia mi y muy bajito, me dijo que le encantaba, que le parecía bien rico, cuando bajamos del bondi camino un poco más delante de mi no quería que la vieran conmigo, para que nadie sospechara nada. Ella subió, después de unos diez minutos, vi salir una señora con un nene, supuse que era su madre, no me acordaba muy bien de la cara del nene. Toqué el timbre y me dijo que subiera, cuando me abrió la puerta del departamento estaba en ropa interior con los zapatos puestos, me vino a besar, le manoseaba el culo y las tetas a gusto.
-Despacito con las tetas que le tengo que dar la lechita a la nena después…
La apoyé en la mesa, doblada sobre la mesa con el culo ofrecido, le corrí la tanga a un costado y empecé a chuparle el culo, estaba enloquecido, me puse de pie, me bajé los pantalones y se la fui metiendo de a poco toda en el culo, que manera de gemir.
Sentí cuando la tenía toda adentro que delicia, empecé a bombearla bien lento, miraba ese culazo, la pendeja con la cara de costado apoyada en la mesa, los ojos cerrados, la boca abierta, la tomé del pelo y le levanté la cabeza.
-Te gusta que te partan el culito eh…?
-Me encanta como vos me lo partis…
Me sentía tan embrutecido, nunca me había comportado de esa manera, y jamás en toda mi vida hubiera estado en la casa de una mujer casada con alguno de sus hijos delante, en ese momento la nena empezó a llorar, tenía que darle la teta, me senté en una silla, ella fue a buscar a la beba, le dije que viniera a sentarse, con la beba en un brazo, con la otra mano se metió mi verga en el culo mientras se iba sentando sobre mi, se quedo empalada y empezó a darle de mamar, yo le acariciaba suavemente el pecho libre, por la parte de abajo, suavemente.
-Te gusta darle la teta asi… eh puta…? Ella no decía nada, tenía los ojos cerrados, se notaba que todo le resultaba excitante.
-Mira si entrara tu marido y te viera dándole la teta con una verga enterrada en el culo… -abrió los ojos giró su cara, me dijo
-Sos muy malo… -y me beso con una calentura increíble, cambió a la nena de pecho, le seguí acariciando el otro, en un momento me pareció que ella estaba acabando. Después se levantó para ir a acostar a la nena, la hizo eructar primero, después la acostó, enseguida se quedó dormida, cuando volvió a mi se arrodilló entre mis piernas, me la quería chupar, me la estuvo chupando hasta hacerme acabar, está vez me mostraba mi leche en su boca.
-No la tragues todavía… igual no es mucha… degustala bien… acostúmbrate a mi sabor… -con su mano derecha se acariciaba su cosita, le encantaba lo que le decía.- ahora si… tragala toda…
Me mostró como la tragaba, me puse de pie, la ayudé a pararse y nos besamos. Me vestí y salí de la casa, las piernas me temblaban, me costaba bastante tener ganas día por medio pero la pendeja lo valía, tenía el fin de semana para descansar, pasé por una vidriera y vi mi cara sonriente, yo… que hacía un montón que me había transformado en un viejo amargado.
A la mañana siguiente me sentía tan raro, como si en mis sueños hubiera cruzado una línea, como si hubiera aceptado dejar de ser quien era, no sé bien cómo explicarlo pero era algo rarísimo.
Martina bajo a servirse un café, los chicos habían salido a entregar mercaderías, no había clientes en el salón las señoras de administración trabajando, baje a la cocina, me paré al lado de ella y tocándole el culo casi groseramente le dije.
-Ya estás buscando un candidato para que te haga el orto putita…? -se puso toda colorada pero no respondió nada, le metí la mano por dentro de la calza ajustada que tenía y la sobaba a placer, jugaba con mis deditos en su culito, ella miraba hacia abajo, me escondía su mirada.
-No te quiero ver hablando así con Nicolas de nuevo… está claro…
-Si señor…
-Y ahora haceme una buena mamada… que estoy bastante caliente…
-Y si baja alguien…?
-Nos arreglamos enseguida… dale que perdes tiempo hablando…
Se arrodillo delante de mi, bajó mi bragueta y sacó mi pija que estaba bien dura, la chupaba con gusto, por suerte no bajó nadie, la tomé de la nuca cuando estaba llegando, se levantó y escupió toda mi leche en la pileta de la cocina mientras abría el agua.
-No tenés que desperdiciar mi leche… no es buena educación andar escupiéndola como si fuera veneno… me cuesta bastante… y no tengo tanta ya… -se llevó la mano entre sus piernas se hizo una suave caricia y me pidió disculpas diciéndome que no iba a volver a pasar. Me miró a los ojos.
-Me gustaría que mañana vengas a casa… mi mamá se lleva a los chicos…
-Mañana es muy pronto… no voy a estar tan caliente… que te parece el viernes…?
-Mi mamá se lleva al nene a natación cuando yo llego, pero la beba está en casa…
-Y a vos te da lo mismo quien este… -no me contestó nada.
-El viernes nos vemos entonces… voy para tu casa, vos entras me quedo en la puerta y cuando la veo salir a tu mamá con el nene entro…
El viernes nos fuimos juntos en el colectivo, me acomodé detrás de ella y la iba apoyando, la tomaba de la cintura, le hablaba al oído.
-No sabes las ganas que tengo de dártela por el culo…
Giro su cara hacia mi y muy bajito, me dijo que le encantaba, que le parecía bien rico, cuando bajamos del bondi camino un poco más delante de mi no quería que la vieran conmigo, para que nadie sospechara nada. Ella subió, después de unos diez minutos, vi salir una señora con un nene, supuse que era su madre, no me acordaba muy bien de la cara del nene. Toqué el timbre y me dijo que subiera, cuando me abrió la puerta del departamento estaba en ropa interior con los zapatos puestos, me vino a besar, le manoseaba el culo y las tetas a gusto.
-Despacito con las tetas que le tengo que dar la lechita a la nena después…
La apoyé en la mesa, doblada sobre la mesa con el culo ofrecido, le corrí la tanga a un costado y empecé a chuparle el culo, estaba enloquecido, me puse de pie, me bajé los pantalones y se la fui metiendo de a poco toda en el culo, que manera de gemir.
Sentí cuando la tenía toda adentro que delicia, empecé a bombearla bien lento, miraba ese culazo, la pendeja con la cara de costado apoyada en la mesa, los ojos cerrados, la boca abierta, la tomé del pelo y le levanté la cabeza.
-Te gusta que te partan el culito eh…?
-Me encanta como vos me lo partis…
Me sentía tan embrutecido, nunca me había comportado de esa manera, y jamás en toda mi vida hubiera estado en la casa de una mujer casada con alguno de sus hijos delante, en ese momento la nena empezó a llorar, tenía que darle la teta, me senté en una silla, ella fue a buscar a la beba, le dije que viniera a sentarse, con la beba en un brazo, con la otra mano se metió mi verga en el culo mientras se iba sentando sobre mi, se quedo empalada y empezó a darle de mamar, yo le acariciaba suavemente el pecho libre, por la parte de abajo, suavemente.
-Te gusta darle la teta asi… eh puta…? Ella no decía nada, tenía los ojos cerrados, se notaba que todo le resultaba excitante.
-Mira si entrara tu marido y te viera dándole la teta con una verga enterrada en el culo… -abrió los ojos giró su cara, me dijo
-Sos muy malo… -y me beso con una calentura increíble, cambió a la nena de pecho, le seguí acariciando el otro, en un momento me pareció que ella estaba acabando. Después se levantó para ir a acostar a la nena, la hizo eructar primero, después la acostó, enseguida se quedó dormida, cuando volvió a mi se arrodilló entre mis piernas, me la quería chupar, me la estuvo chupando hasta hacerme acabar, está vez me mostraba mi leche en su boca.
-No la tragues todavía… igual no es mucha… degustala bien… acostúmbrate a mi sabor… -con su mano derecha se acariciaba su cosita, le encantaba lo que le decía.- ahora si… tragala toda…
Me mostró como la tragaba, me puse de pie, la ayudé a pararse y nos besamos. Me vestí y salí de la casa, las piernas me temblaban, me costaba bastante tener ganas día por medio pero la pendeja lo valía, tenía el fin de semana para descansar, pasé por una vidriera y vi mi cara sonriente, yo… que hacía un montón que me había transformado en un viejo amargado.
4 comentarios - La doblo en edad y quiere que le haga el culo 3