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Mi suegra María 7.

Esa noche estaba con la pija al palo, me di vuelta en la cama y tantee el culo de mi novia Lucia. 
—Salí pesado.
—Dale putita, dejate coger.
Al final, me quede re caliente, Lucia no quería coger. Pero con las ganas esa noche no me iba a quedar.
“En una hora te quiero en pelotas en la cocina” le escribí a mi suegra Maria, la cual lo vio pero no respondió.
El resto de la hora me la pasé pensando, hasta que llegó. Saliendo sin hacer ruido, caminé hasta la cocina, al llegar la luz estaba prendida. Ahí me esperaba mi suegra Maria y su cuerpo obsceno.
Mi suegra María 7.

—¿Para que me llamaste?— me preguntó, completamente en pelotas.
No le respondí, me le tiré arriba, le comí la boca mientras manoseaba toda esa carne que tenia la madre de mi novia. La gire y deleitándome con esa vista, le clave la pija y arranque a taladrarle la concha.
—Aaah lo que sos María.
—Ay Luis— decía ella.
Yo le daba mas fuerte, quería hacerla gritar, aunque obviamente no podíamos por mi novia.
—¿Te gusta como te garcho hija de puta? ¿te gusta como te coge tu macho?
Pero María no respondía.
Seguí así varios minutos hasta que acabé. Ella se paró y se fue, dejándome ahí, ya sin leche, pero el polvo se había sentido raro, como que ella no le puso tantas ganas y fue mas para cumplir.
Los siguientes días solo cogí con Lucia cuando podía, obviamente en ese caso la hacia gritar todo lo que quiera, me chupaba un huevo que María escuchara. Pero tenia ganas de cogerme a mi suegra, verla todo el día en esas calzas que le marcaban ese orto redondo que tenia me volvía loco, y cuando quería hacer algo ella decía que no tenia ganas. Al final me enojé y yo medio que aflojé en buscarla también.
Una mañana, Lucia se había ido, yo estaba solo con María, al ir a la sala, allí estaba ella, con su enorme ojete caminando. 
—Buen día.
—Buen día Luis. ¿Vas a salir?
—Si, tengo que hacer unos mandados— no mentía.
—Ah ta dale.
—¿Por?
—No por nada, como a que hora volves?
—Y cerca del mediodía capaz.
—Dale 
Luego de esa charla, salí de la casa, medio pensando en que había sido eso, pero no le di mucha pelota.
A las diez cuadras, me di cuenta que no había llevado la billetera, asique di media vuelta en el auto y toqué para la casa, pero estacioné media cuadra antes, medio tratando de que María no viera que yo llegaba, no por nada en especifico, pero lo que me dijo me dejó pensando.
Bueno, llegó a la casa, entro, no había nadie, no vi a María en la sala. Caminando, medio sin hacer ruido, escuché como unos murmullos del fondo del pasillo. 
Voy y me doy cuenta que venían del cuarto de mi suegra. Cuando me acerqué lo vi.
Mi suegra María, en pelotas, parada dándome la espalda a mí, mientras de frente miraba al sillón, o a quien estaba ahí.
puta

Yo no podía creer, un viejo gordo, medio pelado se estaba pajeando mientras miraba el cuerpo de mi suegra. Más me chocó cuando alcanzo a verle la cara y lo reconocí enseguida, era Raul, el verdulero de la vuelta.
Ahí se me cayó el mundo, ¿Qué mierda hacia una milf como mi suegra dándole pelota al viejo ese? 
Me quedé ahí, sin asomarme mucho para que no me vieran, mientras escuchaba.
—Ufff mami lo que sos María— dijo Raul, sin parar de pajearse.
Mi suegra rio un poco.
—Mm ¿te gusta? ¿queres que te saque la lechita?
—Vení puta ojetuda, te pienso coger toda, hoy si.
“Hoy si” que no había sido esa la primera vez?
—Aprovecha ahora que tenes hasta el mediodía.
culona

María se abalanzó arriba, Raul le agarraba de la cabeza y le comía la boca, sin dejar que se zafara. Raul agarró a mi suegra de la cabeza y casi arrastrándola se paró y la llevó hasta la cama, tirándola.
—Ay bruto.
—Jaja si te encanta que te traten mal puta.
Raul se le tiró arriba, abriéndole las piernas y clavándosela ahí mismo. María gritaba, como hacia tiempo no la escuchaba, esos gritos de hembra que tenia.
La cama sonaba por las embestidas de Raul.
—Aaaah papi dale dale.
—Ufff como me pones hija de puta, voy a acabar— dijo Raul, apoyándose en las tetas de mi suegra y apretándoselas.
Raul pegó un grito y acabó, llenándole la concha de leche a mi suegra. Pero no pararon ahí, siguieron una hora mas cogiendo. Yo me metí al cuarto y me dediqué a escuchar.
Cuando terminaron, esperé a que Raul se fuera, hasta que decidí salir.
Mi suegra pegó un grito cuando me vió, en pelotas, le miré las piernas y la leche se le escurría. 
—¿Luis que haces acá?
Pero no le respondí, solo alcance a verle las manos y los billetes que tenia. No dije mas nada y decidí ir a hacer los mandados, mientras asimilaba que mi suegra se cogió al verdulero por plata.

3 comentarios - Mi suegra María 7.

Pijalocauy
Van 10, que suerte poder cojerte a esa mujer. Ojalá se dejara
J-_-J
Esperando con ansias la siguiente parte
Luktz89
Queremos parte 8..excelente!! Ahí va +10