Buen@s D.T.N., de nuevo gracias a los que me han seguido y estuvieron atentos. Hoy les sigo llevando el seguimiento de mis días sexuales . Ayer, no recuerdo si al levantarme ella, osea mi esposa, estaba despierta, lo que sé es que es muy frecuente que ella no se levante a despachar me comida o alistarme algo para yo poder arreglarme e irme al trabajo. Soy yo quien hace todo para salir al trabajo. Por lo general, me levanto y preparo todo mientras estoy desnudo, por alguna razón me gusta estar así. Verme de esa forma me excita, ver cómo me cuelga todo me va encendiendo, y siento que eso le prendería también a ella, pero no, sé que no es así.
El pene me va botando ese líquido lubricante, semen, porque me veo y es lo máximo, pues no me considero un hombre de malos atributos. La cuestión es que de ella no siento nada por las mañanas. Siempre me despierto antes que ella y preparo todo para salir al trabajo, esperando tal vez un gesto, una señal de deseo de su parte. Pero no, me voy al trabajo decepcionado por no sentirme complacido.
Durante el día, trato de dejar pasar esa sensación, concentrándome en mis labores. A la hora del almuerzo, recibo un mensaje de ella con un vídeo que acompañaba una nota que decía: 'Tú con tanta leche y yo con carita de cereal'. Me sorprende y me emociona, creyendo que esa noche finalmente tendremos un momento íntimo. Le respondo que en la noche tendremos acción y siento su aceptación al respecto, pues es una insinuación muy evidente.
La tarde pasa más rápido con esa expectativa. Llego a casa emocionado, preparado para lo que creo será una noche apasionada. Sin embargo, al llegar, me encuentro con la misma situación de siempre. Ella está cansada, sin ganas, y me llevo nuevamente la decepción de que no pasa nada. Me confunde y me hace cuestionar lo que realmente está pasando entre nosotros. ¿Es que ya no hay atracción? ¿Es que algo ha cambiado y no lo hemos hablado? Este ciclo de esperanza y decepción me deja cada vez más perdido y desanimado.
Gracias por tomar el tiempo de leer, me doy cuenta que no soy el único, espero compartan conmigo comentarios o formas de pasarla mejor, quien sabe si sale algo. No olviden seguirme, y dejar sus puntos para seguir subiendo mi bitácora jeje saludos.
El pene me va botando ese líquido lubricante, semen, porque me veo y es lo máximo, pues no me considero un hombre de malos atributos. La cuestión es que de ella no siento nada por las mañanas. Siempre me despierto antes que ella y preparo todo para salir al trabajo, esperando tal vez un gesto, una señal de deseo de su parte. Pero no, me voy al trabajo decepcionado por no sentirme complacido.
Durante el día, trato de dejar pasar esa sensación, concentrándome en mis labores. A la hora del almuerzo, recibo un mensaje de ella con un vídeo que acompañaba una nota que decía: 'Tú con tanta leche y yo con carita de cereal'. Me sorprende y me emociona, creyendo que esa noche finalmente tendremos un momento íntimo. Le respondo que en la noche tendremos acción y siento su aceptación al respecto, pues es una insinuación muy evidente.
La tarde pasa más rápido con esa expectativa. Llego a casa emocionado, preparado para lo que creo será una noche apasionada. Sin embargo, al llegar, me encuentro con la misma situación de siempre. Ella está cansada, sin ganas, y me llevo nuevamente la decepción de que no pasa nada. Me confunde y me hace cuestionar lo que realmente está pasando entre nosotros. ¿Es que ya no hay atracción? ¿Es que algo ha cambiado y no lo hemos hablado? Este ciclo de esperanza y decepción me deja cada vez más perdido y desanimado.
Gracias por tomar el tiempo de leer, me doy cuenta que no soy el único, espero compartan conmigo comentarios o formas de pasarla mejor, quien sabe si sale algo. No olviden seguirme, y dejar sus puntos para seguir subiendo mi bitácora jeje saludos.
1 comentarios - La lucha silenciosa: leche cuajada