Que tal gente, han pasado creo que literalmente años desde que escribí, pero bueno, ahora ya hasta vivo solo y las historias se han acumulado. Punto a parte de mi historia y que a nadie le importa vamos con la anécdota, espero les guste.
Debido a mi trabajo, un grupo de compañeros, y yo, nos fuimos de viaje cerca de medio año a otro estado, durante este viaje hubieron montones de anécdotas, las cuales ire contando poco a poco. Hoy contaré la vez que más fácil me he cogido una compañera. Está chica y yo nos ubicamos de vista, al menos ella a mí, yo ya sabía, por rumores, que era una facilota, y lo quería averiguar, pero no sabía cómo, debido a mi forma de ser, pero gracias a una amiga, que resultó llevarse muy bien con ella, pude lograrlo. Para describirles a esta puta les diré que mide cerca de 1.70, es bastante delgada, con buenos pechos y muy buen culo, se ve un poco mayor para su edad, es mamá soltera y bastante agradable, yo ya la había visto con ropas muy pegadas y me prendía cada que me la topaba en el hotel que nos hospedaba el trabajo.
Un día, o más bien una noche, estaba llegando al hotel mi amiga, junto con esta chica y un dos tipos más, venían con cartones de cerveza, nada fuera de lo común para un fin de semana, está amiga me invitó a beber con ellos, sin nada más que hacer, acepté, hasta este momento fue cuando le puse atención a la facilota que llamaremos "Ana". Ana venía con un top que a su vez tenía un escote que dejaba ver el tatuaje entre sus pechos, cosa que a mí me encanta, y una minifalda que dejaba ver todo al menor movimiento, con una tanga blanca que marcaba su deliciosa panocha. Entramos a la habitación y nos pusimos a beber y platicar, en eso Ana me dice:
-Sabes bailar?
-No, la verdad que muy muy poco - contesté
-No hay problema, vamos te guío -, acto seguido comenzamos a bailar, entre pasos torpes y casi golpes, aproveché, con miedo, de pasar mi mano por su culo varias veces, a lo que ella nunca me reclamó, pero lo atribui al baile. Una vez terminamos de bailar nos sentamos, estábamos platicando, y yo de vez en cuando desviaba la mirada entre sus piernas, a lo que ví una cicatriz grande en un pie, y le pregunté, ella me explicó y todo normal, pero automáticamente me subió la pierna al regazo, dejandome ver perfectamente su tanga, yo, aun con algo de miedo, comencé a acariciar su pierna, poco a poco mientras iba acercandome a su tanga, a lo que ella nuna dijo nada. En esas estábamos, yo prácticamente frotando mis dedos en su rajita, cuando mi amiga, súper ebria, comenzó a hablarme y llorar por temas que está de más contar, motivo por el que Ana dijo:
-Yo creo que ya nos vamos porque ya está bien mal-
-Si, sería lo mejor - dije a regañadientes, sobre todo sabiendo que ellas estaban en otro hotel. Total que Ana se despidió de mi, con un pico y se fueron en un Uber, dejándome más prendido que nada.
Pasaron los días y estábamos en contacto pero nada sugerente, hasta que un día, estando en la lavandería, me encontré con Ana, plática va y plática viene, mientras esperamos la ropa, hasta que salió lo suyo y me pidió que la ayudara a doblar, yo sin problema accedí y me dijo:
-Ayudame con mi ropa interior-
-En serio? No te molesta?- pregunté un poco sacado de onda
-No, de todas formas ya ví el sábado que te encantan mis tangas-
Entre sonrojado y excitado comencé a sacar su ropa, unas tangas diminutas, mucho más sexis que la que traía ese día. Seguimos platicando y le digo:
-Tienes mucha tanga eh-
-Si, es que me gusta como me veo con ellas-
-Uy seguro te verás excelente -
-Si quieres te hago una demostración - cuando dijo esto ya sabía que estaba hecho.
Terminó la lavada de mi ropa y como todo hombre, nomás la aventé en mi bolsa y nos fuimos jaja. Total que cuando íbamos de salida vimos un puesto de lencería y le dije:
-Y que onda, si te compro una la estrenamos de una vez?-
-Claro pero yo escojo-
Fuimos, escogió una negra de casi hilo dental, y otras dos que no recuerdo, y pagué (60 pesos mexicanos por las 3), fuimos a mi hotel y no tarde ni perezosa se metió al baño, y salió únicamente usando el top que traía en ese momento y la tanga negra, me la modelaba, me preguntaba que tal, se empinaba frente a mi mostrándome el culo con la excusa de que viera si no se le veía mal. Y fueen esa posición que no aguanté más, y la agarré de las caderas, con el culo a la altura de mi cara, comencé a besar sus nalgas, masajearlas y nalguearlas, ella no decía nada, solo suspiraba y soltaba leves gemidos, después, comencé a meter bien la cara entre sus nalgas, a jugar con mi lengua, su anito y panocha estaban bien depiladitos, incluso se notaba que se había lavado bien en el baño recién, jugué con mi lengua sin parar, haciéndola sacar gemidos más y mas fuerte. Ella en un momento, solita se dió la vuelta, y se puso de rodillas mientras desabrochaba mi pantalón, sin decir nada sacó mi verga y la comenzó a chupar, desde los huevos hasta la cabeza, y luego la tragaba entera.
-Te gusta puta?!- le decía -querias verga desde el principio verdad?!-
-Si, ya quería desde ese día, nadamás porque nos interrumpieron-
No dijo más y se dedicó a chuparla desesperadamente, hasta el fondo aunque soltará arcadas.
-Date vuelta puta - ordené, a lo que ella no dudó, jugué un poco con la punta de mi verga en su panochita, ella solo movía el culo tratando de meterla pero no la dejaba, me encantaba sus gemidos desesperados, hasta que finalmente decidí metérsela de una, ella estaba escurriendo, y con lo babeada que me la había dejado entró sin ningún problema, soltó un gritito seguido de gemidos con cada embestida.
-Vas a ser mi puta de ahora en adelante?-
-Si papi, voy a ser tu puta, cogeme fuerte cuando quieras -
- Eres una zorra - le decía en cada nalgada. Estuvimos un rato así, después ella se puso sobre mi, y comenzó a cabalgar como loca, sus nalgas sonaban delicioso y rebotaban hermoso, podía ver cómo mi verga entraba en su panocha húmeda, mientras ella gemía y se agarraba las tetas, hasta que soltó un gemido fuerte y largo, y temblaban sus piernas por lo que perdió el ritmo, así que yo lo retomé, sin dejar de bombearla, sin parar, hasta que se calmó. Después la saqué, me puse de pie en la cama y procedi a soltar toda mi leche en su cara, cosa que ella recibió con una sonrisa, y luego con su dedo la juntó y se la comió como toda una zorra.
Procedimos a hacerlo más veces ese día, con descansos, y otras veces mas durante ese viaje, aún con novio, cosa qye descubrí después, seguí buscando verga la muy puta.
Bueno gente, espero les haya gustado, lo hayan disfrutado y se hayan jalado a gusto. Espero poder seguir subiendo todas las anécdotas, si el trabajo me lo permite claro, a menos que me paguen acá jajajaja, no es broma, pero bueno, espero lo disfrutaran y espero escribir máximo en una semana.
Debido a mi trabajo, un grupo de compañeros, y yo, nos fuimos de viaje cerca de medio año a otro estado, durante este viaje hubieron montones de anécdotas, las cuales ire contando poco a poco. Hoy contaré la vez que más fácil me he cogido una compañera. Está chica y yo nos ubicamos de vista, al menos ella a mí, yo ya sabía, por rumores, que era una facilota, y lo quería averiguar, pero no sabía cómo, debido a mi forma de ser, pero gracias a una amiga, que resultó llevarse muy bien con ella, pude lograrlo. Para describirles a esta puta les diré que mide cerca de 1.70, es bastante delgada, con buenos pechos y muy buen culo, se ve un poco mayor para su edad, es mamá soltera y bastante agradable, yo ya la había visto con ropas muy pegadas y me prendía cada que me la topaba en el hotel que nos hospedaba el trabajo.
Un día, o más bien una noche, estaba llegando al hotel mi amiga, junto con esta chica y un dos tipos más, venían con cartones de cerveza, nada fuera de lo común para un fin de semana, está amiga me invitó a beber con ellos, sin nada más que hacer, acepté, hasta este momento fue cuando le puse atención a la facilota que llamaremos "Ana". Ana venía con un top que a su vez tenía un escote que dejaba ver el tatuaje entre sus pechos, cosa que a mí me encanta, y una minifalda que dejaba ver todo al menor movimiento, con una tanga blanca que marcaba su deliciosa panocha. Entramos a la habitación y nos pusimos a beber y platicar, en eso Ana me dice:
-Sabes bailar?
-No, la verdad que muy muy poco - contesté
-No hay problema, vamos te guío -, acto seguido comenzamos a bailar, entre pasos torpes y casi golpes, aproveché, con miedo, de pasar mi mano por su culo varias veces, a lo que ella nunca me reclamó, pero lo atribui al baile. Una vez terminamos de bailar nos sentamos, estábamos platicando, y yo de vez en cuando desviaba la mirada entre sus piernas, a lo que ví una cicatriz grande en un pie, y le pregunté, ella me explicó y todo normal, pero automáticamente me subió la pierna al regazo, dejandome ver perfectamente su tanga, yo, aun con algo de miedo, comencé a acariciar su pierna, poco a poco mientras iba acercandome a su tanga, a lo que ella nuna dijo nada. En esas estábamos, yo prácticamente frotando mis dedos en su rajita, cuando mi amiga, súper ebria, comenzó a hablarme y llorar por temas que está de más contar, motivo por el que Ana dijo:
-Yo creo que ya nos vamos porque ya está bien mal-
-Si, sería lo mejor - dije a regañadientes, sobre todo sabiendo que ellas estaban en otro hotel. Total que Ana se despidió de mi, con un pico y se fueron en un Uber, dejándome más prendido que nada.
Pasaron los días y estábamos en contacto pero nada sugerente, hasta que un día, estando en la lavandería, me encontré con Ana, plática va y plática viene, mientras esperamos la ropa, hasta que salió lo suyo y me pidió que la ayudara a doblar, yo sin problema accedí y me dijo:
-Ayudame con mi ropa interior-
-En serio? No te molesta?- pregunté un poco sacado de onda
-No, de todas formas ya ví el sábado que te encantan mis tangas-
Entre sonrojado y excitado comencé a sacar su ropa, unas tangas diminutas, mucho más sexis que la que traía ese día. Seguimos platicando y le digo:
-Tienes mucha tanga eh-
-Si, es que me gusta como me veo con ellas-
-Uy seguro te verás excelente -
-Si quieres te hago una demostración - cuando dijo esto ya sabía que estaba hecho.
Terminó la lavada de mi ropa y como todo hombre, nomás la aventé en mi bolsa y nos fuimos jaja. Total que cuando íbamos de salida vimos un puesto de lencería y le dije:
-Y que onda, si te compro una la estrenamos de una vez?-
-Claro pero yo escojo-
Fuimos, escogió una negra de casi hilo dental, y otras dos que no recuerdo, y pagué (60 pesos mexicanos por las 3), fuimos a mi hotel y no tarde ni perezosa se metió al baño, y salió únicamente usando el top que traía en ese momento y la tanga negra, me la modelaba, me preguntaba que tal, se empinaba frente a mi mostrándome el culo con la excusa de que viera si no se le veía mal. Y fueen esa posición que no aguanté más, y la agarré de las caderas, con el culo a la altura de mi cara, comencé a besar sus nalgas, masajearlas y nalguearlas, ella no decía nada, solo suspiraba y soltaba leves gemidos, después, comencé a meter bien la cara entre sus nalgas, a jugar con mi lengua, su anito y panocha estaban bien depiladitos, incluso se notaba que se había lavado bien en el baño recién, jugué con mi lengua sin parar, haciéndola sacar gemidos más y mas fuerte. Ella en un momento, solita se dió la vuelta, y se puso de rodillas mientras desabrochaba mi pantalón, sin decir nada sacó mi verga y la comenzó a chupar, desde los huevos hasta la cabeza, y luego la tragaba entera.
-Te gusta puta?!- le decía -querias verga desde el principio verdad?!-
-Si, ya quería desde ese día, nadamás porque nos interrumpieron-
No dijo más y se dedicó a chuparla desesperadamente, hasta el fondo aunque soltará arcadas.
-Date vuelta puta - ordené, a lo que ella no dudó, jugué un poco con la punta de mi verga en su panochita, ella solo movía el culo tratando de meterla pero no la dejaba, me encantaba sus gemidos desesperados, hasta que finalmente decidí metérsela de una, ella estaba escurriendo, y con lo babeada que me la había dejado entró sin ningún problema, soltó un gritito seguido de gemidos con cada embestida.
-Vas a ser mi puta de ahora en adelante?-
-Si papi, voy a ser tu puta, cogeme fuerte cuando quieras -
- Eres una zorra - le decía en cada nalgada. Estuvimos un rato así, después ella se puso sobre mi, y comenzó a cabalgar como loca, sus nalgas sonaban delicioso y rebotaban hermoso, podía ver cómo mi verga entraba en su panocha húmeda, mientras ella gemía y se agarraba las tetas, hasta que soltó un gemido fuerte y largo, y temblaban sus piernas por lo que perdió el ritmo, así que yo lo retomé, sin dejar de bombearla, sin parar, hasta que se calmó. Después la saqué, me puse de pie en la cama y procedi a soltar toda mi leche en su cara, cosa que ella recibió con una sonrisa, y luego con su dedo la juntó y se la comió como toda una zorra.
Procedimos a hacerlo más veces ese día, con descansos, y otras veces mas durante ese viaje, aún con novio, cosa qye descubrí después, seguí buscando verga la muy puta.
Bueno gente, espero les haya gustado, lo hayan disfrutado y se hayan jalado a gusto. Espero poder seguir subiendo todas las anécdotas, si el trabajo me lo permite claro, a menos que me paguen acá jajajaja, no es broma, pero bueno, espero lo disfrutaran y espero escribir máximo en una semana.
1 comentarios - Por unas tangas afloja la puta