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El matón del barrio se coge a mi esposa, blanqueando

Un día finalmente la encaro, le digo que todo el barrio está diciendo que el chico este Carlos tuvo algo con ella, la mayoría de los vecinos me lo aseguran, ella no dice nada, no me contesta, se queda en silencio, solo me mira, después de un largo rato me dice, porque no hablas con él. Después de pensarlo me acerco a Carlos a hablarle, no sé muy bien que le voy a decir, finalmente junto coraje y le digo,
-Carlos… discúlpame… los vecinos en el barrio están diciendo que vos estás con mi mujer… -me mira fijo, le da una profunda calada a su cigarrillo.
-El otro día en el bosquecito… te vi escondido mirando… porque no me invitas a tu casa… así no te tenés que esconder…
Me quedo sin palabras, me pareció que nadie me había visto, le digo que me dé tiempo para pensar, que el jefe se puede enojar.
-Te lo dije el primer día que hablamos, no tengo jefe… y a tu mujer le gusta más ser mi hembra que la de él… no tengas dudas… mañana a la tarde paso por tu casa…
Le dije a mi esposa que Carlos iba a pasar por casa, ella me preguntó para que, le dije que quería aclarar el tema, ella lo espero con la malla enteriza que había usado el año anterior, malla cola less, estaba deliciosa, no le dije nada, cuando él llegó ella le fue a abrir, puso música suave y empezaron a bailar, ella se movía sensualmente de espaldas a él…
-Me había comentado Carlos que te vió espiándonos el otro día… te gusta lo que ves… -movía su cadera sensualmente apoyada contra él. Se gira, lo besa, de nuevo se pone de espaldas a él, que la desnuda del todo, por primera vez veo a mi esposa así, ella sabiendo que la veo, con su cabeza girada hacia atrás buscando la boca del pendejo para besarlo. Lleva sus dos manos a los muslos de él, que le soba los pechos con mucho detenimiento, después la gira y se los empieza a chupar, están frente a frente, ella deja caer las manos a los costados, él se acuclilla un poco para chuparla bien, se arrodilla en el piso y sigue chupándola, él tiene la malla puesta todavía, está en cuero. Le acaricia el culito mientras le chupa las tetas, le hace levantar una pierna y va a chuparle su conchita, así de rodillas delante de ella, ella lo lleva hacia el dormitorio, se tira en nuestra cama totalmente desnuda, saca al perro me dice, me llevo el perro a la cocina, cuando vuelvo él está entre sus piernas chupándola, la habitación está en penumbra, le manosea los pechos mientras la chupa, ella gime cada vez más. Está un montón chupándola, por primera vez disponen de todo el tiempo para hacerlo, se acuclilla delante de ella, se moja los dedos y empieza a cogerla con los dedos, ella gime cada vez más, el tiene un bóxer puesto que tenía debajo de la malla, se pone de pie sobre la cama, se saca el bóxer, ella se arrodilla en la cama y lo empieza a chupar, la toma del pelo guiándole la chupada, la hace poner de pie, la acomoda sobre la cama, se pone detrás de ella y la coge así de pie sobre la cama, agarrándola del pelo dándole desde atrás, ella es un quejido constante, se inclina bien, sacando culito, sus tetas se bambolean con la cogida, es tan caliente verla, le da un par de fuertes cachetazos en el culo, la toma de la pelvis y le empieza a dar más duro, sus gemidos crecen en intensidad, se separan, se gira a besarlo, la toma del culo y la coge ahora de frente, levantándola agarrándola de su culo, siguen de pie sobre la cama, la acuesta sobre la cama y le da bien duro en la pose del misionero, escucho su pelvis chocando bien duro contra ella que no para de gemir, la acuesta boca abajo, veo con la luz de la penumbra como ella se incorpora levantando bien su culito, se acomoda y la clava por su conchita, los miro de costado, junto a ella, me impresiona como quiebra su cintura, su culo se ve impresionante, en un momento ella quiere parar, tiene sed, van a la cocina, los dos desnudos, ella agarra algo de la heladera, bebe, lo besa, el la acomoda de frente a él sobre la mesa y la coge así de frente, la acuesta sobre la mesa y la coge como si estuvieran en la cama de nuevo en la pose del misionero, los dos sobre la mesa, se ponen de pie, ella agachada sacando culito, apoyada en la pared, la penetra desde atrás por su conchita, le da un par de sonoros cachetazos y sigue dándole duro, ella lo lleva hacia la cama, lo tira en la cama y lo monta, se empieza a mover bien duro sobre él, están un largo rato así, la pone de perrito con dos almohadas debajo de la pancita de ella y le da bien duro así, por primera vez él me habla,
-Te gusta ver cornudo…? No hace falta que te escondas… como le gusta la verga a esta puta… -mientras habla le masajea la espalda mientras la coge duro, ella gime cada vez más fuerte. –voy a poder venir a visitarlos seguido… -ella no para de gemir y él de darle cada vez más duro, la agarra de los hombros, del cuello, da la boca, la manosea como si fuera una muñeca a ella que no para de gemir, mientras sigue dándole duro, él se tira hacia atrás y se queda quieto, ella empieza a moverse contra él, cada vez más caliente, la toma de la pelvis otra vez, dejándola bien clavada, con la mano izquierda la toma del pelo y con la derecha le cachetea los glúteos mientras vuelve a darle duro otra vez, la pone acostada en la cama, le da de nuevo de misionero, le dice cosas al oído, la besa y la coge hasta que explota con fuertes quejidos, ella se deja hacer, sintiendo su abundante corrida, cuando el termina pasa al baño, se pone la malla y la remera, toma una lata de cerveza de la heladera, la besa a ella, y se va hacia la puerta, vuelvo al cuarto, me desnudo y la montó, no digo nada, ella gime un poco sin decir nada, le doy bien duro pero no aguanto mucho, estoy demasiado caliente,
-No acabes adentro… -me dice.
La saco y le tiro toda mi corrida por su pancita y sus pechos, caigo a un costado de ella, respirando agitado en la cama.
-Necesito que me chupes… sigo caliente…
Pienso poner objeciones, pero estoy entre sus piernas chupándola, ella me acaricia el pelo. Aunque me resulta un poco asqueroso, la calentura, a pesar de haber acabado me hace seguir chupando.
-Asi que nos viste en el bosquecito… y supongo que sabes que el jefe también me coge no…?
-Si lo se…
-Y no pensabas decir nada… te gusta eh…? Chupa entonces… si te gusta… chupa bien… no te molesta que me acaben adentro… eh…
Yo no decía nada, solo la chupaba cada vez más caliente, totalmente olvidado de la corrida del chabón.
-No hace falta que nos mudemos… está bárbaro el barrio… y lo vamos a invitar seguido a Carlos… eh… te gusta… sentís su corrida… -llevó su pie a mi pija sintiendo que se ponía dura de nuevo.- vení a cogerme asi… bien usada… dale…
La monté y estuve ahora si dándole un montón, ella gemía un montón también, le comí los pechos, nos mordíamos las bocas, los dos estábamos muy calientes, y otra vez me pidió que no acabara adentro, la saque antes de llegar y otra vez acabé en su panza y sus pechos.

3 comentarios - El matón del barrio se coge a mi esposa, blanqueando

leloir2010
Por fin blanqueaste la situacion. No hay vuelta atras, ahora van a cojer mas seguido y vos podras difrutar de tu esposa putita con la concha llena de de leche de su/sus machos chupandole hasta hacerla acabar y vos podras cogerla despues de su macho previamente chuparle la concha con la acabada de su/sus macho y que a vos no te deje acabar adentro. Van puntos