Pasa casi una semana que seguimos sólo viéndonos en el trabajo, estoy tomando un café en la cocina, ella se me acerca, se empieza a preparar un café,
-Cuando te voy a ver de nuevo…? -me pregunta
-Cuando quieras… que haces esta tarde…?
-Te iba a decir… mi suegra va a cuidar a los chicos porque estoy haciendo un curso… un día que falte no pasa nada… me vas a llevar a tu casa…?
-Mejor te voy a llevar a un hotel…
-Pero si nos ven entrar…
-Te da vergüenza ser tan puta y entrar con un viejo que te rompe el culo… -se le pusieron las mejillas coloradas y bajo la mirada.
Tomamos un colectivo hasta el hotel, era uno al que solía ir en otra época, cuando bajamos del colectivo las cuadras que faltaban hasta el hotel, la tomé de la cintura y le acariciaba el culo de a ratos.
-Que lindo culo tenes… tu marido no sabe lo que se pierde… y tu suegro se muere de ganas de comérselo…
-Ese es un viejo pajero…
-Como yo…
-No, con vos es distinto…
Entramos en la habitación, la notaba nerviosa,
-Desnudate… -le dije. Se fue desnudando lentamente, tenía puesto un vestido, se lo sacó sensualmente, tenía puestas unas medias caladas hasta medio muslo, había visto las medias pero no sabía que solo le llegaban hasta la mitad del muslo –camina hacia la pared… y quédate parada ahí… -obedeció en seguida, me acerqué, lo acaricie con una mano, ella llevó sus manos y separó sus cachetes ofreciéndome un primer plano de su culazo,
-Me parece o ya esta lubricado ese culito… -se notaba que estaba lleno de crema o algo así. ella no contestó nada, se quedó separando sus glúteos esperando, le metí el dedo índice y si, estaba muy lubricado, listo para usar, me desnudé lentamente, la hice arrodillar en la cama, se sacó el corpiño, unas gotas de leche salían de sus pechos, me puse de pie delante de ella, arriba de la cama y se la di a chupar, lo hacía apasionadamente, se notaba lo caliente que estaba, le acaricie un poco los pechos y salía un poco más de leche de ellos, ella gemía muy fuerte, se acostó en la cama con la cabeza sobresaliendo, le fui a coger la boca, parado desde el piso, se la metía bien profundo, ella solo se dejaba hacer y gemía, miraba sus pechos y su conchita con una fina tira de pelos, estaba deliciosa, que bendición a esta altura de mi vida pensé, en esta posición le entraba bien profundo, casi hasta la garganta, hizo un par de arcadas pero en ningún momento pareció incomodarse, mas bien gemía todo el tiempo. Llevé mi mano a su conchita, estaba encharcada, la acaricie suavemente mientras me chupaba, ella separó sus piernas para facilitarme la tarea, que delicia por Dios, pensé. Le di suaves golpecitos en los labios y sacó la lengua sensualmente, que pendeja deliciosa pensé. La hice poner en cuatro en la cama, cruzo una de sus piernas por encima de la otra, la estuve contemplando un largo rato, no tenía apuro era una imagen deliciosa, movía sus caderas levemente, esperando caliente.
-Te gusta lo que ves eh…?
-Delicioso… -me subí a la cama, me paré con ambos pies a los costados de su cuerpo y me acomodé para penetrarla, entró muy fácil con toda la lubricación que tenía, empecé a darle lentos y profundos viajes, otra vez no podía creer estar comiéndome ese culazo, ni de joven había salido con una hembra como ella, no paraba de gemir
-Me encanta papi… quiero ser tu puta… dame duro…
Le separé los glúteos, me quedé asombrado mirando mi pija entrando y saliendo de ese culazo, esperaba realmente el momento en que alguien me despertara, seguramente estaría soñando, en un momento pude sentir que estaba acabando, la pendeja se movía, se contorsionaba, las tetas le empezaban a gotear leche. Se la saqué del todo y se la volví a meter varias veces, otra vez la misma sensación, todo le gustaba. De a ratos empecé a hacer pausas, me sentía peligrosamente cerca de llegar, ese culito era una delicia, la volví a meter, ella llevó una mano atrás separando uno de sus cachetes le separé el otro.
-Me encanta hacerte el orto pendeja…
-A mi me encanta que me lo hagas…
-Mira si alguien de la empresa se entera… si alguien nos vio entrar… igual nadie va a pensar que este viejo te está haciendo el orto… -lo que le decía la calentaba de una forma increíble, pensé que se iba a desmayar como gemía y gruñía. Volví a parar un par de veces más, cada vez me costaba más no llegar.
-Que bien lo lubricaste… sos muy puta pendeja…
-Te gusta papi…
-Me encanta… es una delicia hacértelo…
-Que bueno que te guste… mi marido me hacía sentir tan sucia cuando le pedía que me lo haga…
-Tenes un culo delicioso… es un pobre taradito…
Paramos un poco, ella quería descansar, tomamos un par de cervezas, ella se puso de costado en la cama, me acomodé detrás y se la deje ir de nuevo lentamente, delicioso como se deslizó, se agarraba la pierna de arriba llevándola hacia su pecho, estaba tan entregada, le di bien duro siempre tratando de aguantar para no acabar enseguida.
-Toda papi toda… dámela toda…
Sentí en un momento que había pasado el punto en que estaba cerca de llegar, ahora sentía que me iba a costar llegar, a veces me pasa, así que segui dándole bien duro, cada vez gemía más fuerte, en un par de oportunidades se la saqué y se la metí en su conchita, no sabía si iba a querer por ahí, pero me pareció que le gustaba, la sentí bien estrecha y lubricada, me hubiera encantado hacerlo por ahí, pero ella quería que se la diera por atrás. Le di bien duro y cuando estaba por llegar la saqué y le tiré la corrida sobre su conchita, me encantaba me pareció deliciosa y esperaba en algún momento poder hacerlo por ahí. Ella se acarició con mi corrida un largo rato, fue al baño a limpiarse un poco, me miró sin decir nada, yo me fui a limpiar un poco también, nos arreglamos y salimos del hotel, no quiso que la acompañara, me saludo con un beso en la mejilla, hasta mañana me dijo.
-Cuando te voy a ver de nuevo…? -me pregunta
-Cuando quieras… que haces esta tarde…?
-Te iba a decir… mi suegra va a cuidar a los chicos porque estoy haciendo un curso… un día que falte no pasa nada… me vas a llevar a tu casa…?
-Mejor te voy a llevar a un hotel…
-Pero si nos ven entrar…
-Te da vergüenza ser tan puta y entrar con un viejo que te rompe el culo… -se le pusieron las mejillas coloradas y bajo la mirada.
Tomamos un colectivo hasta el hotel, era uno al que solía ir en otra época, cuando bajamos del colectivo las cuadras que faltaban hasta el hotel, la tomé de la cintura y le acariciaba el culo de a ratos.
-Que lindo culo tenes… tu marido no sabe lo que se pierde… y tu suegro se muere de ganas de comérselo…
-Ese es un viejo pajero…
-Como yo…
-No, con vos es distinto…
Entramos en la habitación, la notaba nerviosa,
-Desnudate… -le dije. Se fue desnudando lentamente, tenía puesto un vestido, se lo sacó sensualmente, tenía puestas unas medias caladas hasta medio muslo, había visto las medias pero no sabía que solo le llegaban hasta la mitad del muslo –camina hacia la pared… y quédate parada ahí… -obedeció en seguida, me acerqué, lo acaricie con una mano, ella llevó sus manos y separó sus cachetes ofreciéndome un primer plano de su culazo,
-Me parece o ya esta lubricado ese culito… -se notaba que estaba lleno de crema o algo así. ella no contestó nada, se quedó separando sus glúteos esperando, le metí el dedo índice y si, estaba muy lubricado, listo para usar, me desnudé lentamente, la hice arrodillar en la cama, se sacó el corpiño, unas gotas de leche salían de sus pechos, me puse de pie delante de ella, arriba de la cama y se la di a chupar, lo hacía apasionadamente, se notaba lo caliente que estaba, le acaricie un poco los pechos y salía un poco más de leche de ellos, ella gemía muy fuerte, se acostó en la cama con la cabeza sobresaliendo, le fui a coger la boca, parado desde el piso, se la metía bien profundo, ella solo se dejaba hacer y gemía, miraba sus pechos y su conchita con una fina tira de pelos, estaba deliciosa, que bendición a esta altura de mi vida pensé, en esta posición le entraba bien profundo, casi hasta la garganta, hizo un par de arcadas pero en ningún momento pareció incomodarse, mas bien gemía todo el tiempo. Llevé mi mano a su conchita, estaba encharcada, la acaricie suavemente mientras me chupaba, ella separó sus piernas para facilitarme la tarea, que delicia por Dios, pensé. Le di suaves golpecitos en los labios y sacó la lengua sensualmente, que pendeja deliciosa pensé. La hice poner en cuatro en la cama, cruzo una de sus piernas por encima de la otra, la estuve contemplando un largo rato, no tenía apuro era una imagen deliciosa, movía sus caderas levemente, esperando caliente.
-Te gusta lo que ves eh…?
-Delicioso… -me subí a la cama, me paré con ambos pies a los costados de su cuerpo y me acomodé para penetrarla, entró muy fácil con toda la lubricación que tenía, empecé a darle lentos y profundos viajes, otra vez no podía creer estar comiéndome ese culazo, ni de joven había salido con una hembra como ella, no paraba de gemir
-Me encanta papi… quiero ser tu puta… dame duro…
Le separé los glúteos, me quedé asombrado mirando mi pija entrando y saliendo de ese culazo, esperaba realmente el momento en que alguien me despertara, seguramente estaría soñando, en un momento pude sentir que estaba acabando, la pendeja se movía, se contorsionaba, las tetas le empezaban a gotear leche. Se la saqué del todo y se la volví a meter varias veces, otra vez la misma sensación, todo le gustaba. De a ratos empecé a hacer pausas, me sentía peligrosamente cerca de llegar, ese culito era una delicia, la volví a meter, ella llevó una mano atrás separando uno de sus cachetes le separé el otro.
-Me encanta hacerte el orto pendeja…
-A mi me encanta que me lo hagas…
-Mira si alguien de la empresa se entera… si alguien nos vio entrar… igual nadie va a pensar que este viejo te está haciendo el orto… -lo que le decía la calentaba de una forma increíble, pensé que se iba a desmayar como gemía y gruñía. Volví a parar un par de veces más, cada vez me costaba más no llegar.
-Que bien lo lubricaste… sos muy puta pendeja…
-Te gusta papi…
-Me encanta… es una delicia hacértelo…
-Que bueno que te guste… mi marido me hacía sentir tan sucia cuando le pedía que me lo haga…
-Tenes un culo delicioso… es un pobre taradito…
Paramos un poco, ella quería descansar, tomamos un par de cervezas, ella se puso de costado en la cama, me acomodé detrás y se la deje ir de nuevo lentamente, delicioso como se deslizó, se agarraba la pierna de arriba llevándola hacia su pecho, estaba tan entregada, le di bien duro siempre tratando de aguantar para no acabar enseguida.
-Toda papi toda… dámela toda…
Sentí en un momento que había pasado el punto en que estaba cerca de llegar, ahora sentía que me iba a costar llegar, a veces me pasa, así que segui dándole bien duro, cada vez gemía más fuerte, en un par de oportunidades se la saqué y se la metí en su conchita, no sabía si iba a querer por ahí, pero me pareció que le gustaba, la sentí bien estrecha y lubricada, me hubiera encantado hacerlo por ahí, pero ella quería que se la diera por atrás. Le di bien duro y cuando estaba por llegar la saqué y le tiré la corrida sobre su conchita, me encantaba me pareció deliciosa y esperaba en algún momento poder hacerlo por ahí. Ella se acarició con mi corrida un largo rato, fue al baño a limpiarse un poco, me miró sin decir nada, yo me fui a limpiar un poco también, nos arreglamos y salimos del hotel, no quiso que la acompañara, me saludo con un beso en la mejilla, hasta mañana me dijo.
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