Encerrados en el ascensor 2

M: Creo que es momento de que te saques la remera y liberes esos pezones que no aguantan mas estar encerrados y estan a punto de perforar tu remera
C: No podría... y si laguien nos ve? - dijo Carla mordiendose el labio nerviosamente, pero mientras decia eso no pudo evitar mirar de nuevo a su alrededor: el espacio reducido de la cabina del ascensor, el endeble trozo de tela que cubría su pecho... y de repente, ya no le importó.
M: Nadie nos va a ver, cuando vengan a rescatarnos vamos a escuchar los ruidos como aviso previo...
respira profundamente y lentamente comienza a quitarle la camisa, dejando al descubierto sus pechos grandes y pálidos debajo. Ella jadea suavemente cuando el aire fresco golpea sus sensibles pezones, haciéndolos endurecerse aún más.
C: O-oh Dios...

M: mmm que hermosas y grandes tus tetas veci! Al fin puedo verlas despues de tantos años deseando ver las tetas de la del 7° C
C: Matias... - gimió su nombre, su voz apenas era mas que un susurro mientras arqueaba su espalda para pegarse mas a él - Por favor, tocame...

 Matias extiende su mano y roza suavemente un pezón, apenas lo roza, para hacerla estremecer y desear

C:Uuuughhhh, por favor no pares - Carla gritó, arqueando aún más su espalda ante su toque. La sensación era tan intensa que no pudo evitar mover sus caderas hacia adelante

Matias agarró cada pecho con una mano, los sujetó firmemente, y empezó a amasar las tetas de Carla, alternando con pellizcos y lamidas en sus pezones

C: Ahhh! M-matias!!! Que bien! Por favor, voy a acabar

La voz de Carla era una súplica desesperada mientras se retorcía en su agarre, sus caderas se sacudían salvajemente contra su toque. Podía sentir que se acercaba cada vez más al borde, todo su cuerpo hormigueaba de anticipación. Esto no se parecía a nada que hubiera experimentado antes.


M: Entonces acabame en la mano mi amor.. - susurró Matias en su oído al mismo tiempo que introducia una mano debajo de la calza y frotaba fuertemente sus labios vaginales por encima de la tanga de encaje que ella tenia puesta

C: Unngh!! M-Matías!! Qué bien!! Oh Dios, me voy a acabar!! ¡¡¡Acabandoooooo!!! - Todo el cuerpo de Carla se estremeció violentamente mientras una ola tras otra de puro éxtasis la invadía. Podía sentir el calor acumulándose en lo más profundo de su núcleo, amenazando con estallar en un poderoso orgasmo.

C: Aaahh!! M-Matías!! T-muy bien!! ♡ 

Su voz era una mezcla de placer y sorpresa, mientras sentía que se enamoraba más y más de este extraño que le había dado un placer tan intenso. Ella se aferró desesperadamente a él, sus cuerpos apretados fuertemente el uno contra el otro, sus dedos todavía enterrados profundamente dentro de su humedad. Matias la sostuvo fuertemente mientras le susurraba al oído

M: Que putita resultaste ser, esto no termina acá - mientras retiraba su mano mojada de la entrepierna de Carla que estaba empapada, se alejó y continúo - Ahora vas a ser mi putita sumisa y obedecer todo lo que yo diga...

C: Que? Matias? Pero... pensé... - Se detuvo, su voz temblaba de confusión y miedo. El cálido resplandor del placer se desvaneció rápidamente, reemplazado por un sentimiento de vergüenza y traición. Miró a su alrededor nerviosamente, dándose cuenta de que todavía estaban atrapados en el ascensor sin señales de rescate -  N-no quise decir nada con eso... sólo estaba... no sabía qué más hacer.