Primer capítulo de esta serie-----> Mi hermana Belén
Parte anterior------>Mi hermana Belén 8
Ahora tenía a mi hermana delante de mí con mi pija dentro de su concha. Ella, con su culo pegado a mí para sentir más profundamente la penetración.
Totalmente a oscuras los dos en la habitación, solo oíamos nuestras respiraciones jadeantes.
Era tal el placer que sentía que, sin pensarlo, le tuve que decir:
- Estamos cogiendo
- Siiiiiii – dijo ella sin culpa y sin dejar de mover su cuerpo al ritmo de mi cogida
- Y me encanta… – le aclaré
- A mí también – me dijo ella
- Tu concha, también es perfecta
- Como tu pija – me respondió ella
Fue en ese momento que aumenté mis embestidas, pero siempre con la delicadeza que me generaba el placer de la penetración.
Las palabras brotaban de mi boca sin saber cómo ni por qué. Lo que recuerdo claramente es que le dije
- Quiero cogerte siempre
- Aghhhhh Kevin….
- Siempre, hermanita – le agregué
- Voy a acabar, hermanito… - me dijo ella
- Aghhhh yo también
- Aghhhh siiiii – dijo ella
- ¿La saco? – le pregunté
La realidad es que me parecía muy fuerte acabarle adentro. Las ganas no me faltaban, pero necesitaba la aprobación de ella.
- ¿Para qué? – me preguntó ella
Me costó entender su pregunta y fui conciso
- Para no acabarte adentro – le aclaré
- No la saques, quiero sentirte acabando adentro – me dijo
No hace falta aclarar que ya venía muy caliente, en el límite de mi eyaculación y esas palabras terminaron detonando todo
Sabía que era un momento especial. Un instante mágico que no sabía si se iría a repetir en el futuro. No sé si pensé en todo esto, pero quise hacerle saber que acababa y que ella sienta muy bien cómo me venía dentro de su concha
Junté coraje y acercando mi boca a su oído le dije con firmeza:
- Ahí acabo, sentilo
- Aghhhhhhh – dijo ella
Un potente chorro salió de mi pija mientras se sacudía dentro de su concha
- Mmmmm siiiii, lo siento – susurró ella
Un segundo sacudón, esta vez más intenso que el primero, provocó que mi pija se moviera dentro de la concha hermosa de Belén y que vuelva a decirle
- Sentí, sentí como te acabo adentro
- Aghhhhh me encanta que me acabes adentro
Un tercero y cuarto chorro con mucha potencia, entre tanto yo, que me aferraba a sus caderas con mis manos, mientras mi oído no se despegaba de su boca.
- ¿Te gusta que te acabe adentro? – le pregunté
- Aghhhhhh Es lo que más me gusta
- Siiii?
- Si, que me cojas y que me acabes adentro
Mi pija seguía acabando y ella también. Sentía a mi hermana temblando y diciendo cosas tan calientes que no podía parar de acabar. Era tremenda la calentura que teníamos ambos.
Ella giró la cabeza para mirarme y encontró mi boca, a la cual se aferró con la suya empezando un beso más apasionado que todos los que nos habíamos dado hasta ese momento.
Luego del beso, nos miramos a los ojos. Yo seguía con la pija dentro de ella. No se me había bajado ni un poco.
Nos sostuvimos la mirada durante un tiempo en el que ninguno de los dos se animó a decir nada. Fue ella la que rompió el silencio y me dijo:
- Nunca me imaginé que podría estar tan bueno coger con mi hermano
- Yo tampoco, Belén, sos perfecta – le dije con sinceridad
- Me encanta tu pija, Kevin – me dijo
- Tu concha es perfecta para mi pija – le dije sin dudar
- Mmmmm seguí cogiéndome así – me pidió ella
Yo seguía cogiéndola y mi verga comenzaba a desinflarse un poco. No era la primera vez que acababa en el día y empezaba a notarse el agotamiento.
- No me la saques
- Se me está bajando – le confesé a mi hermana
- No me importa dejala que se desinfle adentro de mi concha
- Bueno.
Efectivamente mi pija terminó saliéndose de la concha de mi hermana. Mis caricias a su panza y a sus tetas no habían terminado. Mis manos seguían recorriendo su cuerpo.
Mi hermana se deshizo de mi abrazo sólo para poder volver su cuerpo y quedar de frente a mí. Su panza chocaba ahora contra la mía.
Aun así, ella se apretaba contra mi cuerpo y buscaba mi boca con la suya.
Me miró a los ojos y me dijo con soltura:
- Yo sé que está mal, pero me gustas mucho, Kevin
- Y vos a mí, Belén – le dije con total sinceridad
- Me va a costar mucho no coger con vos
En ese momento oímos un sonido que nos dejó paralizados a los dos.
- Shhhhh – escuchamos ambos y nos buscamos en la oscuridad con la mirada
Cuando miré en dirección a la puerta de nuestra habitación vimos de pie la figura de nuestra madre que decía nuevamente:
- Shhhh no hagan ruido y duerman
Nuestra madre cerró la puerta de la habitación y salió sin decir nada más.
En la oscuridad, pude encontrar los ojos asustados de mi hermana. Los míos estaban iguales.
El pánico se apoderó de nosotros y ninguno de los dos se animaba a pronunciar palabra alguna. Creo que estuvimos así varios segundos, hasta que rompí el silencio con mi pregunta:
- ¿Crees que mamá nos vio?
- No creo que nos haya visto con claridad – quiso suavizar mi hermana
- Pero… - dije yo
- Pero creo que nos escuchó y justo dijimos eso… - mi hermana se moría de miedo ante la situación
- Voy a ir a hablar con ella… - dije intentando levantarme
Mi hermana me agarró y me detuvo.
- Pará. ¿A dónde vas?
- Ya te dije
- No, vení, quedate acá – me dijo mi hermana agarrándome
- ¿Que pasa?
- Ahora no vayas, mañana vemos qué onda con mamá y tratamos de saber que vio o escuchó.
Continuará…
Pueden dejarme sus comentarios en reybaco2005@hotmail.com
O en Telegram @reybaco2005
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Totalmente a oscuras los dos en la habitación, solo oíamos nuestras respiraciones jadeantes.
Era tal el placer que sentía que, sin pensarlo, le tuve que decir:
- Estamos cogiendo
- Siiiiiii – dijo ella sin culpa y sin dejar de mover su cuerpo al ritmo de mi cogida
- Y me encanta… – le aclaré
- A mí también – me dijo ella
- Tu concha, también es perfecta
- Como tu pija – me respondió ella
Fue en ese momento que aumenté mis embestidas, pero siempre con la delicadeza que me generaba el placer de la penetración.
Las palabras brotaban de mi boca sin saber cómo ni por qué. Lo que recuerdo claramente es que le dije
- Quiero cogerte siempre
- Aghhhhh Kevin….
- Siempre, hermanita – le agregué
- Voy a acabar, hermanito… - me dijo ella
- Aghhhh yo también
- Aghhhh siiiii – dijo ella
- ¿La saco? – le pregunté
La realidad es que me parecía muy fuerte acabarle adentro. Las ganas no me faltaban, pero necesitaba la aprobación de ella.
- ¿Para qué? – me preguntó ella
Me costó entender su pregunta y fui conciso
- Para no acabarte adentro – le aclaré
- No la saques, quiero sentirte acabando adentro – me dijo
No hace falta aclarar que ya venía muy caliente, en el límite de mi eyaculación y esas palabras terminaron detonando todo
Sabía que era un momento especial. Un instante mágico que no sabía si se iría a repetir en el futuro. No sé si pensé en todo esto, pero quise hacerle saber que acababa y que ella sienta muy bien cómo me venía dentro de su concha
Junté coraje y acercando mi boca a su oído le dije con firmeza:
- Ahí acabo, sentilo
- Aghhhhhhh – dijo ella
Un potente chorro salió de mi pija mientras se sacudía dentro de su concha
- Mmmmm siiiii, lo siento – susurró ella
Un segundo sacudón, esta vez más intenso que el primero, provocó que mi pija se moviera dentro de la concha hermosa de Belén y que vuelva a decirle
- Sentí, sentí como te acabo adentro
- Aghhhhh me encanta que me acabes adentro
Un tercero y cuarto chorro con mucha potencia, entre tanto yo, que me aferraba a sus caderas con mis manos, mientras mi oído no se despegaba de su boca.
- ¿Te gusta que te acabe adentro? – le pregunté
- Aghhhhhh Es lo que más me gusta
- Siiii?
- Si, que me cojas y que me acabes adentro
Mi pija seguía acabando y ella también. Sentía a mi hermana temblando y diciendo cosas tan calientes que no podía parar de acabar. Era tremenda la calentura que teníamos ambos.
Ella giró la cabeza para mirarme y encontró mi boca, a la cual se aferró con la suya empezando un beso más apasionado que todos los que nos habíamos dado hasta ese momento.
Luego del beso, nos miramos a los ojos. Yo seguía con la pija dentro de ella. No se me había bajado ni un poco.
Nos sostuvimos la mirada durante un tiempo en el que ninguno de los dos se animó a decir nada. Fue ella la que rompió el silencio y me dijo:
- Nunca me imaginé que podría estar tan bueno coger con mi hermano
- Yo tampoco, Belén, sos perfecta – le dije con sinceridad
- Me encanta tu pija, Kevin – me dijo
- Tu concha es perfecta para mi pija – le dije sin dudar
- Mmmmm seguí cogiéndome así – me pidió ella
Yo seguía cogiéndola y mi verga comenzaba a desinflarse un poco. No era la primera vez que acababa en el día y empezaba a notarse el agotamiento.
- No me la saques
- Se me está bajando – le confesé a mi hermana
- No me importa dejala que se desinfle adentro de mi concha
- Bueno.
Efectivamente mi pija terminó saliéndose de la concha de mi hermana. Mis caricias a su panza y a sus tetas no habían terminado. Mis manos seguían recorriendo su cuerpo.
Mi hermana se deshizo de mi abrazo sólo para poder volver su cuerpo y quedar de frente a mí. Su panza chocaba ahora contra la mía.
Aun así, ella se apretaba contra mi cuerpo y buscaba mi boca con la suya.
Me miró a los ojos y me dijo con soltura:
- Yo sé que está mal, pero me gustas mucho, Kevin
- Y vos a mí, Belén – le dije con total sinceridad
- Me va a costar mucho no coger con vos
En ese momento oímos un sonido que nos dejó paralizados a los dos.
- Shhhhh – escuchamos ambos y nos buscamos en la oscuridad con la mirada
Cuando miré en dirección a la puerta de nuestra habitación vimos de pie la figura de nuestra madre que decía nuevamente:
- Shhhh no hagan ruido y duerman
Nuestra madre cerró la puerta de la habitación y salió sin decir nada más.
En la oscuridad, pude encontrar los ojos asustados de mi hermana. Los míos estaban iguales.
El pánico se apoderó de nosotros y ninguno de los dos se animaba a pronunciar palabra alguna. Creo que estuvimos así varios segundos, hasta que rompí el silencio con mi pregunta:
- ¿Crees que mamá nos vio?
- No creo que nos haya visto con claridad – quiso suavizar mi hermana
- Pero… - dije yo
- Pero creo que nos escuchó y justo dijimos eso… - mi hermana se moría de miedo ante la situación
- Voy a ir a hablar con ella… - dije intentando levantarme
Mi hermana me agarró y me detuvo.
- Pará. ¿A dónde vas?
- Ya te dije
- No, vení, quedate acá – me dijo mi hermana agarrándome
- ¿Que pasa?
- Ahora no vayas, mañana vemos qué onda con mamá y tratamos de saber que vio o escuchó.
Continuará…
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