Ella estaba en casa, era una mañana de sábado, su bicicleta se había roto, quería salir, le dije que se llevara la mía, me dijo que prefería caminar, tenía puesto un vestido elastizado que le marcaba todo su cuerpazo, decidí salir detrás de ella, tenía miedo que algo malo pudiera pasarle, me mantuve a distancia, ella fue caminando para el lado del descampado, realmente me parecía demasiado arriesgado, pensé en buscar algún elemento con el que defenderme, no creía poder hacer demasiado sin nada con que defendernos. Ella empezó a caminar, no tenía tiempo de volver a buscar nada, caminó un largo rato, después de caminar varias cuadras, se cruzó con Carlos, aparentemente venía de bailar, por lo que pude ver, me pareció de lejos que estaba un poco borracho. Ella se acercó a él y lo saludo con un beso en la mejilla. Le debe haber dicho algo así como que estaba linda porque ella giró para él muy sensualmente y siguió caminando, él se le emparejo, ella bajo el ritmo de sus pasos, jugaba con su pelo, caminaba sensualmente, tenía una erección que ya me dolía dentro del pantalón, no sé qué le dijo pero ella se rió, se puso de frente a él y le mostró su puño cerrado, como si fuera a golpearlo, seguían caminando juntos, no parecía que le molestara su compañía, todo lo contrario, no sé qué le decía pero ella giraba todo el tiempo, tenía su cartera colgada de un hombro, se tocaba el pelo, estaba muy pendiente de él, él le habló, algo le propuso, me escondí atrás de un árbol, ella miró en todas las direcciones, no había nadie alrededor, él le dio una hamburguesa que aparentemente recién había comprado, ella siguió caminando, la desenvolvió y empezó a comerla, conociéndola, y por los gestos estaba seguro que le estaba diciendo que le encantaban las hamburguesas, casi no caminaban estaban casi en el mismo lugar todo el tiempo, ella caminaba ahora un poco adelante, me parecía que movía el culo un poco más, él se lo miraba sin ningún disimulo, ella masticaba el sándwich mientras caminaba, siguieron hablando y caminando, la llevó a una parte del descampado en que había más árboles, y más vegetación miró hacia todos lados como asegurándole que nadie podía verlos, ella se acercó hacia él, le bajó el pantalón de gimnasia y el bóxer que tenía puesto y agarró su pija con ambas manos, empezando a pajearlo, le acariciaba los pechos, no tenía corpiño, ella se arrodilló y empezó a chuparlo, lo miraba fijo a los ojos, ella le hizo un gesto como que le molestaba estar así en el medio de los árboles, le molestaba el polvo, las ramas, insectos, cada vez estaba más caliente chupándolo se le notaba, en un momento paró, le dijo algo, él le contestó y ella se rió y siguió chupándolo, la agarró de la cabeza y empezó a guiarle la chupada, ella apoyo sus manos sobre los muslos de él permitiéndole que jugara libremente a cogerle la boca, un par de veces la clavo contra su pelvis, ella pareció tener una arcada, pero lo repitieron varias veces, ella se puso de pie, y caminó hacia uno de los arboles levantándose el vestido, tenía puesta una tanga rosa deliciosa, le cacheteo fuerte uno de los glúteos, ella corrió la tira del tanga, se acomodó detrás de ella, le costaba meterla al principio, ella seguía con su mano detrás, en un momento se notaba que había entrado, empezó a pegarle una buena cogida, ella miraba de a ratos en todas las direcciones, yo tenía que esconderme a cada rato para que no me vieran, ella tenía la otra mano apoyada en el árbol, a medida que avanzaba la cogida los dos dejaron de prestar atención al entorno, ahora los podía mirar con menos discreción, parecía que ya nada les importaba, se apoyó con las dos manos en el árbol y quebró más su cintura, le daba bien duro, ninguno de los dos prestaba atención a nada más que a su placer, el aceleró su cogida, le dio duro un buen rato, le levantó una pierna y siguió cogiéndola, me di cuenta que no se había sacado la tanga, la tenía puesta, volvió a bajarle la pierna la agarraba de la cintura clavándola bien duro contra él, ella tenía la boca abierta, seguramente estaba gimiendo, le siguió dando, hasta que en un momento la sacó y me pareció que le estaba tirando la leche sobre su culito, ella movió el culito, como mostrándole como la había dejado, siguieron caminando juntos, era obvio que los dos seguían calientes, desde la distancia me pareció que él le repartía su cremita por la cola y después le bajo el vestido, caminaron solo un rato más, ella se apoyó contra un árbol y lo miro desafiante, en ningún momento miraban ya para ningún lado, nada les importaba, se acarició los pechos sobre el vestido, se giró y le dio una visión agachada, la mitad de su culo al aire, se agachó un poco más y movió su culo, él se acercó a ella y se la dio a chupar, estaba inclinada hacia él, con el vestido levantado cubriendo solo la mitad de su culazo, la hizo levantarse, la giró, y agachada como estaba le levantó el vestido, jugó con su tanga y esta vez se lo bajo, la clavo nuevamente desde atrás creo que por su conchita, él tiró una campera que tenía y la hizo acostarse a ella de costado en el piso, volvió a cogerla así, ella tenía su tanga enrollada entre sus muslos, se bajó el vestido dejando al aire sus pechos, él la cogía más duro, caliente con la imagen, le sacó la tanga del todo, le separó bien las piernas y siguió cogiéndola de costado, ella tenía una cara de goce increíble, la puso de espaldas y la cogió en la pose del misionero, me pareció que acababa en un momento, la clavó bien duro, y después la saco tirando el resto de su corrida en su pelvis, la beso y le puso la tanga sobre su corrida, la ayudó a levantarse, se vistieron, se arreglaron y empezaron el camino de regreso, yo me escabullí como pude, tratando de llegar lo antes posible a casa, cuando ella llegó fue directo al baño,
-Hace mucho calor me voy a bañar… -cantaba mientras se duchaba. Cuando salió del baño, fue cantando hacia el cuarto, entré al baño y encontré su tanga, estaba toda manchada con restos de semen, me sentía recaliente. Voy para el cuarto, esta sólo con una tanga roja muy chica, me mira divertida, se tira en la cama y se saca la tanga sensualmente, se acomoda, separa las piernas
-Tengo unas ganas de que me cojas… -me acomodo sobre ella que se está acariciando su almejita, la penetró de una no creo poder aguantar demasiado, se lo digo, le digo que estoy muy caliente que no voy a aguantar mucho.
-No importa papi… lo único sacala para acabar… no me acabes adentro… -como me calienta, estoy por preguntarle porque, pero me callo, la sacó y le suelto un montón de chorros que salpican sus tetas, su panza, es un montón lo que acabo, la vuelvo a clavar después de acabar.
-Que rico papi… cuanta leche me diste… -estoy un rato más cogiéndola, me salgo y me tiro a su lado, se acerca a mí y me empieza a besar, muchos besos con mucha lengua. Se levanta y me dice que la manche toda. Que se va a enjuagar, me relajo en la cama y me quedo dormido.
-Hace mucho calor me voy a bañar… -cantaba mientras se duchaba. Cuando salió del baño, fue cantando hacia el cuarto, entré al baño y encontré su tanga, estaba toda manchada con restos de semen, me sentía recaliente. Voy para el cuarto, esta sólo con una tanga roja muy chica, me mira divertida, se tira en la cama y se saca la tanga sensualmente, se acomoda, separa las piernas
-Tengo unas ganas de que me cojas… -me acomodo sobre ella que se está acariciando su almejita, la penetró de una no creo poder aguantar demasiado, se lo digo, le digo que estoy muy caliente que no voy a aguantar mucho.
-No importa papi… lo único sacala para acabar… no me acabes adentro… -como me calienta, estoy por preguntarle porque, pero me callo, la sacó y le suelto un montón de chorros que salpican sus tetas, su panza, es un montón lo que acabo, la vuelvo a clavar después de acabar.
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3 comentarios - El matón del barrio se coge a mi esposa 12