HOLA HERMOSA COMUNIDAD PORINGUERA, DESPUÉS DE UN TIEMPO Y DE MUUCHO PELEARME CON MI SUPER CELULAR PORQUÉ NO ME DEJABA ENTRAR BIEN EN PORINGA, UNA PORINGUERA ME OFRECIÓ UN CELULAR QUE YA NO USABA. PENSÉ QUE ERA BROMA PERO NO. ELLA ME DIJO QUE NO ERA NADA PERO PARA MÍ SIGNIFICA DEMASIADO SEMEJANTE GESTO.
Vi muchas confesiones por acá, y aunque no me animaba a contar la mía mi marido me animó a contarla. Ya que él es quien más sigue las cosas de poringa.
Estamos casados hace 4 años y somos de un pueblo muy chico de Buenos Aires, de esos en donde se conocen absolutamente todos. Obviamente al poco tiempo quisimos ser padres pero no se daba, asi que viajamos a una ciudad cercana al pueblo (como 100km) donde nos hicimos estudios y por raro que sea esta vez no era el hombre el estéril, sin que yo lo era. De más está decir que no soy de plata y mi marido trabajaba de peón nomás. Así que no podía haber fertilización invitro ni nada.
Los meses pasaron y se me ocurrió algo que iba a ser un solución acorde a nuestra situación económica. Una amiga estudiaba en La Plata, y aunque se me caía la cara de vergüenza le pregunte si podía hacerme la gauchada de quedar embarazada para que yo pudiera ser mamá. Me dijo un no rotundo, pero igualmente le seguí insistiendo. Finalmente terminó accediendo, pero bajo sus condiciones, yo la tenía que asistir durante el embarazo, ella no iba a desaparecer de la vida del bebé y no iba a aceptar un método artificial para quedar embarazada.
Acepté sus términos y nos mudamos con mi marido al departamento que vivía. Ésa misma noche después de cenar mi amiga me dice ¿Ahora que hacemos?. Nadie sabía que decir y la situación fue muy incómoda. Así que pusimos en la compu una porno, cuando pasó un rato vi que nadie iba a dar el primer paso, asi que le abrí el pantaón a mi esposo y se la chupé sin miramiento, mi amiga se levantó y se fue. Yo pensé que se había enojado pero como no dijo nada seguí chupando. Despues volvió pero con una mini engomada que cuando se sentó no tapaba nada, mi marido alternaba la mirada entre ella y yo. Mi amiga empezó a tocarse y toda la situación pasó a ser de calentura total. Ella se levantó, me tocó el hombro y me dice, ahora me toca a mí.
Se subióa la verga de mi esposo de espaldas a el y empezó a cabalgarlo como loca, pero claramente la situación fue demasiado para mi marido porque no duró ni 3 minutos. Pero solo fué el principio, nos desnudamos y seguimos jugando para mantener la calentura, después de limpiarle la leche que escurría de la concha a mi amiga. Le dije a mi marido llenala de vuelta de leche... a lo que mi amiga dijo por supuesto.
Ella se agachó sobre la mesa, y el se la metió sin siquiera mirarme, había demasiada calentura y claramente no iba a pasar. Los minutos pasaban y yo no dejaba de pajearme viendo a mi marido dándole sin parar a mi mejor amiga. Los gemidos de ella pasaron de ser susurros a palabras, pidiéndole que no parara. Ésta vez mi marido estaba dispuesto a darle como si fuera yo. Hasta que ví que se volvió más lento y profundo. Hasta que ella en un gemido confirmo lo que pensaba el había eyaculado nuevamente en su interior. Ella me volvió a pedir que limpiara lo que salía de su concha con mi lengua. Pero mi marido no se la sacaba todavía, y mientras yo estaba lamiendo la conchita enlechada de mi amiga me golpeaban los huevos de mi marido en la pera. Pocos minutos despues casi nada él volvió a acabar pero ya era casi nada.
Al terminar mi amiga me dijo que se sentía muuy culpable, pero la calmé. No me había molestado de hecho me gustó y para redoblar la apuesta les propuse que durmieran juntos.
A la mañana me desperté escuchando los gemidos de mi amiga, al asomarme los veo haciendo cucharita.
Fueron casi 10 meses así, yo asumí un rol sumiso en la casa. Ellos puertas adentro eran pareja y yo cada tanto los acompañaba. Pero puertas afuera hacian como si no se pudieran ni pasar, mientras que yo era la amada esposa y feliz pareja (Aunque si somos una feliz pareja).
Mi amiga finalmente quedó embarazada, solo que al final los planes cambiaron. Decidió que no podía entregar a su hija, algo que no discutí ni un poco, sabía que eso no iba a seguir el curso original. Cuando noté el amor con que miraba las ecografías. Así que decidimos algo que jamás pensé que fuera una opción. Nos mudamos a un departamento en Capital Federal y vivimos los 3 juntos cuando la nena crezca le explicaremos lo mejor que podamos pero surgió mucho más que calentura de aquel intento desesperado por ser madre.
Perdón si me extendí mucho en mi confesión pero es algo que no puedo decir a viva voz en mi pueblo. Porque quedariamos con mi marido marcados como unos enfermos.
Gracias por mantener el anonimato.
2 comentarios - Tres no son multitud