La verdad es que a día de hoy todavía no sé cómo pudo pasar y mucho menos como permití que pasara, sin embargo ahora con el paso del tiempo y desde una perspectiva realista tenía claro en mi fuero interno que sabía que era una cosa que podía pasar ¡y vaya si paso¡.Estábamos en la universidad, era mi primer año y allí conocí a Alberto, nos llevábamos genial conectamos desde el primer día, no teníamos secretos entre nosotros e íbamos juntos a todo, no había fiesta en la que no estuviéramos y nos pillábamos unas cogorzas de campeonato.
Sin embargo mientras yo me iba a casa la mayoría de las veces todo ciego y solo, Alberto sin hacer mucho esfuerzo siempre se iba acompañado, y aunque sentía una punzada de celos también hay que saber reconocer que Alberto era un imán para las mujeres, era muy atractivo, alto con un cuerpo de surfista, muy bronceado y fibroso, por lo que sin hacer mucho esfuerzo las mujeres prácticamente caían rendidas en sus brazos.
Más de una vez cuando íbamos por ahí podía ver como las chavalas se le quedaban mirando e incluso alguna se giraba o hacia algún comentario de lo bueno que estaba.
Yo por el contrario me considero un hombre normal del montón, bastante tímido al que le cuesta un mundo entablar conversación con el sexo opuesto.
Si ese primer año de universidad estuve con alguna chavala no fue gracias a mí pericia o mi forma de ser, sino a mi amigo Alberto que conseguía que sus conquistas buscaran a una amiga para mí, y con alguna que otra tuve la suerte de poder hacer algo.
El caso es que ya estaba el curso avanzado el verano a la vista y eran fiestas en el pueblo este fin de semana, así que decidí invitar a Alberto y disfrutar juntos de las fiestas de mi pueblo, a lo que el acepto gustoso ya que no tenía ningún plan mejor para el fin de semana
El viernes después de comer cogimos un tren que nos llevó a mi pueblo, cuando llegamos mi padre nos estaba esperando para llevarnos a casa, tras las presentaciones previas metimos las maletas en el coche y nos dirigimos a casa.
Una vez llegamos a casa fuimos directamente a mi habitación, dejamos las maletas y le di una copia de las llaves de casa, para posteriormente salir a la cocina y presentarle a mi madre, esta estaba haciendo sus cosas pero cuando se volvió pude ver como mi madre se quedaba estupefacta, con los ojos abiertos como platos e inmóvil al verlo, Alberto con toda la naturalidad del mundo se acercó a mi madre y le dio dos besos, echándole un piropo indicándole que en persona era más atractiva de lo que yo su hijo le había indicado, dicho piropo no lo hizo con mala fe sino más bien para agradar a mi madre, la cual al oírlo se ruborizo y retiro la vista de Alberto para poder esconder su azoramiento respondiéndole que era muy galán y que él tampoco estaba nada mal.
Tras las presentaciones de rigor nos fuimos a ver a mis colegas para presentarles a Alberto, echar unas cervezas y ver qué planes había para ese fin de semana.
Ya en la calle Alberto me abordo sobre lo hermosa y joven que era mi madre, en un principio le llame la atención ya que me molesto que se fijara en mi madre como una cualquiera.
El al ver que me fastidiaba se sonrió y me pregunto si acaso no era cierto, y lo calladito que me lo tenía, yo no dije nada preferí dar la callada por respuesta con la esperanza de que Alberto lo dejase estar, pero estaba claro que Alberto no pensaba dejarlo y que le gustaba pincharme con el tema y la verdad es que lo estaba consiguiendo, siguió alabando los atributos de mi madre, lo malo que se pondría el tener que compartir casa con una mujer de bandera como ella y no poder follarsela.
Yo seguía sin decir nada pero he de reconocer que mi madre era una mujer que no dejaba indiferente a nadie, a pesar de su edad, se conservaba muy bien y eso que no hacía nada en especial no era una mujer de gimnasios o de hacer deporte, simplemente era una mujer de su casa, los amigos de mi padre no se cansaban de piropearla o de comentarle a mi padre la suerte que tuvo con mi madre, incluso mis amigos se metían conmigo y decían que era una MILF, pero que me lo dijera Alberto con el historial de conquistas que tenia a sus espaldas y más después de ver la reacción de mi madre cuando les presente hizo que un escalofrío recorriese todo mi cuerpo.
Menos mal que Alberto ceso cuando llegamos al chamizo, dejo de meterse conmigo y delante de mis colegas se comportó y no hizo ningún comentario sobre mi madre, cosa que agradecí ya que si lo hubiese hecho seguramente mis colegas se meterían conmigo, babearían hablando de mi madre y eso no me hacía ninguna gracia.
Le presente a los amigos, y comentamos el plan del fin de semana que básicamente era beber, tras esto nos fuimos a un bar donde íbamos todos los fines de semana y allí le presente alguna amiga que rápidamente se encapricharon con Alberto, estaba claro que aparte de ser la novedad Fer gustaba allí por donde pasaba y en mi pueblo no era una excepción.
fRápidamente pase a un segundo plano, tod@s estaban pendiente de Alberto, cosa que agradecí por un lado porque quería que Alberto estuviera cómodo y lo pasara genial y por otra para que se olvidara de mi madre.
La tarde ya estaba avanzada y tras varias cervezas todos íbamos con esa chispilla tonta, por lo que decidimos irnos a cenar a casa y darnos una ducha para espabilarnos un poco antes de que la noche se animase.
Al llegar a casa mi madre estaba en el cuarto de estar viendo alguna película, al sentirnos salió al pasillo y nos preguntó qué tal la tarde, yo le dije que me iba a la ducha a lo que Alberto se fue con mi madre al cuarto de estar.
Tras pegarme una ducha que me sentó de miedo, me vestí y baje en busca de Alberto, conforme iba bajando podía oír aunque no entender la conversación que Alberto y mi madre estaban manteniendo, sentí como mi madre se reía de forma nerviosa, por lo que cuando ya estaba lo suficientemente cerca del salón decidí quedarme quieto para ver de que estaban hablando, fue ahí cuando oí como Alberto agasajaba los oídos de mi madre y esta le respondía con alegría que era un galán muy bribón y que ella estaba casada, porque si lo hubiese conocido 20 años antes no sabía que habría pasado, a lo que Alberto le contesto que hace 20 años él no había nacido pero ahora podía pasar lo que ellos quisieran, y se hizo un silencio entre ellos que me preocupo, por lo que me aleje un poco y di una voz para avisarles que iba hacia donde ellos estaban, mi madre salió un poco ruborizada y tras ella Alberto con una amplia sonrisa, la verdad es que sin haber oído nada ver como salían ambos del salón daba que pensar francamente mal, pero me hice el tonto y le indique a Alberto que la ducha la tenía libre, este se metió en la habitación cogió la ropa que se iba a poner y se metió en el baño, momento que aproveche para hablar con mi madre.
Le pregunte que le parecía Alberto y esta me indico que es un chico muy majo y atento, yo me reí y le apostille que muy guapo también, ella se ruborizo y con una sonrisa asintió en señal de aprobación, entonces le dije que era un playboy que todas las mujeres caían rendidas a sus pies, mi idea era que Alberto no le cayese tan bien como parecía y avisarla del peligro que este tenía, sin embargo nada más lejos de la realidad en lugar de ahuyentarla el efecto que provoco fue justo el contrario al deseado, ya que entonces mi madre comenzó a preguntarme sutilmente cosas que no quería responder, como si Alberto tenia novia o si le gustaban las mujeres mayores.
Yo evadí todas esas preguntas como buenamente podía, y finalmente me fui al salón a ver la televisión hasta que Alberto saliese de la ducha.
Alberto una vez que estuvo en el baño y se estaba duchando comenzó a llamarme, pero al estar en el salón no lo oí y fue mi madre hasta la puerta del baño para preguntarle que quería si iba todo bien o necesitaba alguna cosa, entonces Alberto le indico que se había dejado la toalla en la habitación si se la podía acercar, mi madre fue a la habitación y cogió la toalla, cuando llego al baño golpeo la puerta para indicarle que le dejaba la toalla en el pomo, sin embargo Alberto le dijo que pasara que estaba en la ducha sino iba a poner todo como un cristo, a lo que mi madre entro y se llevó una bonita sorpresa, se encontró con una imagen sumamente grata ya que Alberto lógicamente estaba completamente desnudo solo que el muy cabron tenía la cabina de la ducha completamente abierta por lo que mi madre podía ver ese cuerpo perfecto y bronceado sin ninguna dificultad, mi madre tardo un segundo en reaccionar y pidiendo perdón dejo la toalla en la pila y cuando se disponía a marchar Alberto se volvió, le dio las gracias por llevarle la toalla y le dijo a mi madre que no tenía por qué marcharse tan rápido, no sé porque pero el caso es que mi madre permaneció inmóvil con los ojos a punto de salírsele de las cuencas , observando a mi amigo completamente desnudo y con una sonrisa triunfal a escasos metros.
Alberto salió de la ducha muy tranquilo y seguro sabedor del gran cuerpo que tenia y cogió la toalla, comenzó a secarse la espalda a escasos centímetros de mi madre, esta al verse incomoda por la situación disculpándose salió del baño como alma que la lleva el diablo, apenas habían sido unos segundos pero Alberto tenía claro que esa mujer suspiraba por sus huesos, y no iba a dejar escapar esa oportunidad.
Tras este incidente Alberto y yo salimos de casa para cenar por ahí y así ir enseñándole el pueblo, mi padre los fines de semana y festivos trabajaba de camarero en un bar por lo que lo llame para que nos reservara una mesa para los dos.
Ya en la cena le pregunte a Alberto que tal y él me dijo que muy bien pero que había un problema que no sabía cómo afrontarlo, no sé por qué pero me temía por donde iba a ir la cosa y no sé si quería oírlo, pero aun así todos mis temores se confirmaron cuando Alberto soltó la bomba, esta no fue otra que oírle decirme que se había encaprichado de mi madre.
Yo me quede mudo, no sabía que decir ni que hacer, sabía que hablaba muy enserio lo conocía demasiado como para saber que no me estaba vacilando y que iba enserio.
El al ver que no decía nada me dijo que lo sentía y que iba a seguir adelante pero que le gustaría tener mi aprobación.
Yo estaba flipando, de acuerdo que era mi mejor amigo pero de ahí a intentar follarse a mi madre, ¡que se había creído¡, y que esperaba que le dijera que me parecía genial y que no me importaba en absoluto, sentía como mi enfado iba in crescendo pero que podía hacer, tampoco me apetecía montar un numero con mi mejor amigo, y menos en el bar donde trabajaba mi padre, como se lo explicaría a mi padre en el caso de que me preguntase que me había pasado con mi amigo.
Yo intente protestar, le dije que no me parecía correcto, que si me apreciaba o valoraba nuestra amistad, no entendía porque quería destrozar mi familia, ni tan siquiera proponérselo, mas por un capricho, joder porque mi madre cuando podría tener a la que quisiera.
Alberto con una naturalidad pasmosa me dijo que él no quería destrozar nada, y mucho menos que yo sufriese, y que si me lo contaba era porque quería ser sincero conmigo, que sentía como mi madre estaba necesitada, pedía a gritos que un hombre la atendiera y si no lo hacia el otro aprovecharía la situación.
Alberto, me miraba fijamente como valorando el paso a seguir, ver como reaccionaba yo para ver cómo seguir el.
Yo podía sentir como un sentimiento de rabia me invadía, porque mi madre, podía tener a cualquiera, pero se había encaprichado con mi madre, estaba convencido de que si mi madre era el objetivo de Alberto al final acabaría sucumbiendo a sus encantos, como todas las mujeres que Alberto se ha propuesto conquistar y mientras pensaba eso también notaba como una nueva sensación me embargaba, podía sentir como mi polla se endurecía al imaginarme a Alberto con mi madre, es mas ahora la rabia que sentía se convertía en culpabilidad por pensar y sentir eso, como podía ser capaz ni por un momento imaginarme a mi mejor amigo con mi madre.
Joder estábamos hablando de mi madre, como de una cualquiera y no había mostrado nunca ningún síntoma de infidelidad, mis padres eran felices porque iba a serle infiel a mi padre con un crio, por muy atractivo y resultón que este fuese.
El al ver mi reacción y que empezaba a levantar la voz sin importarme que estuviéramos en el bar donde trabaja mi padre o incluso en mi pueblo, con una sonrisa pícara me dijo que era broma que solo me estaba tomando el pelo, que sabía que me sentaba muy mal y quería picarme un poco, lo cierto es que lo había conseguido, pero también que la semilla de la duda estaba ahí, que había de cierto en lo que me había dicho y que era broma.
No me quede muy tranquilo pero sí que hizo que dejara de alterarme, el siguió con su argumentación haciéndome ver que eso era imposible, ya que era mi madre, una persona mayor que estaba casada y feliz, ya harto de oír chorradas para justificarse le indique de malos modos que no quería volver a oír en todo el fin de semana ninguna coña más de mi madre, a lo que el con una sonrisa me despeino diciéndome lo fácil que era picarme.
Lo cierto que era fácil picarme pero no era menos cierto que estábamos hablando de mi madre, amen de la facilidad que tenía el de anular cualquier resistencia femenina y que estas hicieran todo cuanto él deseaba.
Cuantas veces a lo largo de este año había visto como las mujeres caían rendidas a sus pies, incluso se hablaba que una de las profesoras tenía un “affaire” con él, cosa que yo sabía que era cierto, porque no iba a ser mi madre una más en su larga lista de conquistas.
Eso me asustaba y excitaba casi por igual pero no le iba a dar el gusto de ponérselo fácil ni mucho menos ayudarlo a conseguir su objetivo, y ciertamente sentía cierta culpabilidad de pensar así.
Tras la cena nos fuimos al chamizo con los colegas, y como siempre solíamos hacer jugamos a un juego de beber, mis amigos y yo lógicamente fuimos a por Alberto ya que era el nuevo y he de ser sincero, tenía la esperanza de que si se emborrachaba el peligro cesaría y probablemente se olvidaría de mi madre.
La noche trascurrió con normalidad litros de alcohol corrieron por nuestras venas, Alberto estaba hablando con una chavala joven parecía que le gustaba, por lo que poco a poco yo también me relaje y me deje llevar, estuve hablando con amigos que hacía tiempo que no veía, hasta que la chavala que estaba con Alberto paso a mi lado, le pregunte que donde había dejado a Alberto y esta se encogió de hombros y me dijo que se había marchado.
Entonces todo mi pedo me bajo a los pies, una idea surco mi cabeza y esta no me gustaba nada, mire la hora eran la una de la madrugada una hora perfecta, ya que mi padre en fiestas no paraba en casa prácticamente nada, su trabajo en el bar lo tenía absorbido y raro era el día que llegaba antes de las cuatro de la mañana para volver a irse a las ocho de la mañana a dar los almuerzos y no volver hasta después de comer para tumbarse media hora y ducharse para la tarde noche, y lo peor de todo era que Alberto lo sabía ya que lo habíamos comentado muchas veces y si eso no fuera poco recordé que tenía llaves de casa, ya que yo mismo se las había facilitado, por lo que no tenía ningún problema o inconveniente para entrar en casa.
Tras esto eche a correr como si no hubiera un mañana hacia mi casa, al ser un pueblo no tarde más de 5 minutos en estar en la puerta de casa, casi sin resuello, me pare en la entrada, y abrí la puerta con mucho cuidado, sabía que mi madre para las 11 ya estaría en la cama por lo que tampoco quería hacer ruido por si no estaba allí, deseaba con toda mi alma que no estuviese allí.
Pero si estaba, ¿qué iba hacer?.
Mientras pensaba en eso me descalce para no hacer ningún ruido y comencé a subir arriba donde estaban las habitaciones, conforme iba subiendo podía oír unas voces aunque no sabía muy bien de quien eran o si simplemente eran de la televisión, sinceramente estaba cagado, y rezando para que fuese la televisión, pero conforme más cerca estaba se entendía mejor y todos mis miedos afloraron cuando reconocí una de las voces que salían de la habitación, la voz de Alberto, no me lo podía creer mi mejor amigo estaba en la habitación de mis padres con mi madre, el alma se me callo a los pies, pero sin embargo estos no dejaron de moverse, como si tuviesen vida propia me llevaron hasta la puerta de la habitación.
Cuando llegue hasta la habitación a escasos centímetros de la puerta pude ver que esta se encontraba abierta, aunque es cierto que mis padres nunca cerraban la puerta, mi amigo podía haberla cerrado para evitar que los pillaran, o acaso quería que lo pillasen..
Uff un remolino de sentimientos y pensamientos pasaban por mi cabeza, pero otra de las cosas que más me cabreaban era que estaba excitadísimo, que me estaba pasando, nunca me había sentido así.
Me quede parado justo al comienzo de la puerta quería oír que estaba pasando en la habitación, mi madre le decía que no estaba bien, que era una mujer casada y que amaba a su marido.
Alberto le contesto que él no estaba allí para romper una bonita unidad familiar (el muy cabron usaba el argumento que yo mismo le había facilitado no hacia ni dos horas para evitar lo que inevitablemente si mi madre no lo evitaba iba a pasar), mi madre le pregunto entonces porque estaba allí, sabiendo que ni su marido ni su hijo se encontraban en casa, entonces Alberto ni corto ni perezoso le respondió que estaba allí para satisfacer sus necesidades, ella se rio a carcajada limpia mientras que le preguntaba que se había creído, y que sabia el de sus necesidades.
Alberto lejos de amedrentarse le contesto que podía fingir o decir lo que quisiera pero sabía por la forma en que lo había mirado cuando los presentaron o como lo miraba en el baño que tenía una necesidad sexual imperiosa, no sabía el motivo, si ella era frígida, si su marido venia cansado y no le apetecía o simplemente la rutina, el caso es que tu no estas satisfecha con tu vida sexual y eso se ve a kilómetros, mi madre interrumpió a Alberto para decirle con ironía que imaginaba que tras esta presentación ahora sería el quien se ofrecería para satisfacer dicha necesidad.
A lo que Alberto le contesto afirmativamente, y mi madre nuevamente contrataco, preguntándole y que le dirás a tu amigo, mañana después de que tú y yo en el caso de que pasara algo, ¿serias capaz de mirar a mi hijo a los ojos o estar con el cómo sino hubiese pasado nada?, o como podría mañana mirar a los ojos a mi marido, el padre de tu amigo.
Una vez que hubieses conseguido tu objetivo, que te impediría decir que estabas borracho y que no sabías lo que hacías, tu habrías conseguido incrementar tu lista de conquistas, tu ego masculino estaría satisfecho, entiendo y comprendo el morbo de ser la madre de, pero aparte de eso de ser una conquista mas, que ganaríamos.
Explícame ¿yo que ganaría?, ya que no tengo nada claro que es lo que ganaría yo con esta situación pero si tengo claro lo mucho que podría perder, esto es una cosa que no puede funcionar y que no debemos comenzar, estoy segura que en cuanto vuelvas a la fiesta tendrás miles de jovencitas haciendo cola para estar contigo, así que no pierdas el tiempo en una vieja como yo.
Me encantaba como mi madre defendía su honorabilidad, sin embargo Alberto no se rendía, rebatió cada uno de los argumentos de mi madre y en cada frase regalaba sus oídos con alguna frase que seguro agasajaban los oídos de mi madre, como diciéndole que no era vieja, y que ya querrían miles de jovencitas tener ese cuerpazo y ser la mitad de bonitas que mi madre.
Tras esto hubo un silencio, parecía que mi madre estaba cediendo a las argucias de Alberto, me asome un poco y pude ver como Alberto estaba sentado en la cama junto a mi madre y tenia posada una de sus manos en los muslos de mi madre, esta dormía con un camisón muy fino y sin ropa interior por lo que pude ver como los pezones de mi madre se marcaban sobre la tela.
Alberto también lo debió de sentir o notar, ya que al ver que mi madre no le decía nada comenzó a subir su mano por el muslo de mi madre, mientras le decía que aunque sus palabras eran ciertas no era menos cierto que su cuerpo decía otra cosa, y miro fijamente los pechos de mi madre a lo que ella bajo la vista y cerró los ojos cuando unas manos hábiles tocaron suavemente los labios vaginales.
Mi madre al sentir que la mano de Alberto estaba en su vagina cerró las piernas y con una voz temblorosa lejos de la seguridad ofrecida hacia un segundo, le imploro en un último intento que Alberto cesase en su idea, sin embargo Alberto se acercó aún más a mi madre y en un susurro cerca de su oído, le dijo que se relajase y disfrutase, que no tuviera miedo no había marcha atrás ambos lo deseaban y esto no saldría de aquí, la verdad que la autoridad y seguridad que transmitían sus palabras, amén de su destreza con las manos, hicieron saltar por los aires toda resistencia de mi madre que poco a poco fue relajándose y por lo tanto abriendo sus piernas, a lo que Alberto aprovecho para juguetear con el clítoris, que al sentir esas caricias comenzó a arquearse dejándose caer encima de la cama, Alberto lo había conseguido una vez más.
Hay estaba encima de la cama una hermosa hembra abierta de piernas con una mano de Alberto en su entrepierna y con un camisón que poco o nada dejaba a la imaginación, el problema de todo es que esa hermosa mujer era mi madre y él estaba avisado, aunque poco o nada parecía importarle y ahora era yo el que estaba contemplando en primera fila como se desarrollaban los acontecimientos.
Al cabo de un rato Alberto se echó sobre el cuerpo de mi madre, para comenzar un frenético 69, mi madre estaba extasiada fuera de sí, intentaba seguir con su mamada, pero ante la maestría de mi amigo que parecía todo un profesional ya que estaba ahí afanoso sin importarle que a él se la estuvieran chupando, mientras que mi madre intentaba de vez en cuando coger aire para poder suspirar e incluso gemir con más comodidad, dentro de sus posibilidades ya que tenía un macho encima y una polla de enormes dimensiones en su boca.
Al cabo de un rato mi madre nuevamente tuvo un orgasmo espectacular, que la dejo algo desmadejada, sin embargo Alberto seguía ahí abajo chupando y succionando ese clítoris hinchado y sorbiendo todos los jugos que salían de ese encharcado coño.
Cuando mi madre se relajó un poco de blasfemar y gritar porque eso si era gritar no gemir, Alberto dejo de comerle el coño para colocarse al revés y quedar cara a cara dándole un morreo a mi madre que la dejo sin respiración, y en la que pudo probar a que saben sus propios fluidos, aunque a juzgar por la intensidad del morreo no parecía importarle mucho.
Cuando mi madre comenzó nuevamente a recobrar las fuerzas Alberto con sumo cuidado y mucho arte comenzó a mover las caderas buscando lo que tanto ansiaba que no era otra cosa que poseer el cuerpo de mi madre, profanar todos sus agujeros y en especial ese hermoso conejito que ya se había corrido dos veces, cuando sintió el glande en la entrada de su agujerito mi madre intento separarse un poco de Alberto, para indicarle que a pelo no podía ser, ya que mi padre se había hecho la vasectomía y ella todavía podía ser madre, Alberto torció el gesto era una respuesta que no se esperaba, pero sin embargo no cejo en su empeño, y seguía empujando para introducírsela, mi madre intentaba zafarse de el pero no podía ya que su diminuto cuerpo estaba debajo del de Alberto, esta pareció asustarse y Alberto dándole pequeños besitos en los labios le decía que no se preocupase que antes de correrse se retiraría, sin embargo mi madre no las tenía todas consigo y seguía protestando, a lo que Alberto volvió a tirar de su labia y le dijo a mi madre que era una egoísta, ella se había corrido dos veces y él estaba empalmado como un burro, no era justo.
Mi madre se ofreció a chupársela, pero él le dijo que eso no era lo mismo que la quería sentir dentro, y diciendo esto consiguió introducirle el glande en su interior, a lo que mi madre dio un respingo y un suspiro de placer, Alberto aprovecho para indicarle que ella también lo iba a disfrutar que se relajase.
Mi madre parecía ceder nuevamente, y Alberto ante sus dudas decidió dar un golpe de cadera para introducirle media polla en el interior, y quedándose inmóvil le decía a mi madre el gustito que sentía, lo prieto que lo tenía y lo que iba a disfrutar de ese coño.
Mi madre se la podía oír como respiraba con dificultad, de manera entrecortada, no había duda que lo estaba disfrutando, más si cabe cuando al ver que mi madre cejo en su empeño, y Alberto comenzó a chupar esos enormes y redonditos pechos, como su lengua se movía con maestría de pezón a pezón provocando que estos se hiciesen aún más grandes si cabe y como cambiaban de color ante los pequeños mordisquitos que le daba.
Con un último movimiento de cadera mi madre quedo totalmente ensartada por ese trozo venoso de carne lo que provoco un alarido de placer por parte de mi madre, Alberto estaba disfrutando al máximo de la situación de eso no había duda, ya que no paraba de decirle a mi madre lo estrecho que lo tenía y lo bien y mucho que iba a gozar con su herramienta.
Y tras esto Alberto comenzó un vaivén frenético sobre el pobre y sonrojado coño de mi madre, cada envite provocaba que sus pechos bailasen al son de las embestidas, Alberto había pasado de tratarla con sumo cuidado y celo a bombear con toda la rapidez y fuerza de la que era capaz, al poco rato pude ver como esa monstruosidad de polla llenaba completamente el coño de mi madre y como una especie de baba salía de su coño, no me lo podía creer mi madre estaba a punto de correrse nuevamente y sus gemidos incrementaban a cada embestida de Alberto.
Este cogiendo sus pechos con ambas manos y estrujándolos uno contra otro con deseo mordisqueaba sus pezones sin dejar de bombear ese coño cada vez más encharcado que provocaba un ruido muy peculiar a la vez que sus pelotas golpeaban el perineo de mi madre.
Yo para ese momento ya estaba con la polla en la mano y apunto de correrme no me lo podía creer eso era mejor que una peli porno, el espectáculo que me estaban dando era único.
La resistencia de Alberto era impresionante, no podía entender cómo podía seguir imprimiendo esa fuerza a sus embestidas, la cama daba la sensación de irse abajo en cualquier momento, hasta que por fin bufando como un toro y con la espalda completamente perlada en sudor, saco la polla justo en el último momento para inundar de leche las tetas y cara de mi madre, dejando el coño de mi madre completamente sonrojado y abierto por el ferrete dado.
Cuando vi que eso terminaba baje a toda prisa por las escaleras intentando no hacer ruido, cogí mis zapatos y cerré la puerta con todo el cuidado del mundo y salí corriendo de allí, a un par de manzanas me coloque los zapatos y me dirigí a la zona de los bares en busca de los colegas, aunque mi cabeza no paraba de darle vueltas a todo lo que acababa de suceder.
Una vez ya con los colegas vi llegar a Alberto, este vino hacia mí con una sonrisa de oreja a oreja, yo le pregunte que donde se había metido, pero el muy convincentemente me dijo que había conocido a una chica y se había liado con ella, yo le pregunte que chica a lo que él me dijo que era de fuera, de un pueblo de los alrededores, y tras esto para cortar mi interrogatorio me echo el brazo por el hombro y me dijo de ir a la barra para tomar unos chupitos.
Estaba completamente confuso, mi cabeza no paraba de darle vueltas a lo sucedido, por un lado quería reventarle la cabeza pero por otro lado más fríamente no quería hacer nada de lo que probablemente más tarde me arrepentiría, ya que si discutíamos donde estábamos mis colegas se enterarían de todo, si nos enganchábamos la gente se preguntaría porque y a fin de cuentas es un pueblo por lo que seguí bebiendo y haciéndome el tonto, por lo menos gracias a dios Alberto tampoco se lo veía muy diferente y me facilitaba la situación.
Al final era media noche la gente lo estaba pasando bien, todo seguía su curso y yo me dedique a beber, chupito tras chupito acabe pillándome un buen pedo, así que cuando nos fuimos para casa ya de día, serían las 9 de la mañana, mi padre ya se había marchado y mi madre todavía no se había levantado, por lo que yo caí como un saco a mi cama.
Sin embargo Alberto no parecía haber tenido bastante, y una vez llegamos a casa y nos metimos en la cama espero a que comenzara a soplar como un bendito para hacerle una nueva visita a mi madre, cuando llego vio que las persianas de la habitación estaban completamente bajadas, seguramente las habría bajado mi padre para poder dormir sin molestias las pocas horas de descanso que tenía, por lo que Alberto aprovecho a meterse con mucho cuidado en la cama de mi madre, una vez dentro, se acercó con mucho cuidado hasta mi madre y comenzó a sobarla, pudo comprobar que tan solo llevaba el mismo camisón que hacia un rato por lo que poco a poco lo fue levantando hasta que dejo a la vista ese hermoso culo, con la otra mano comenzó a sobar uno de sus pechos, mi madre al sentir esas manos se sonrió pensando que era su marido que tenía ganas de jugar, por lo que sin decir nada bajo una mano hasta la entrepierna de Alberto, pero cuál fue su sorpresa cuando al coger su miembro se dio cuenta que ese no era el que habitualmente estaba a su lado, fue ahí cuando mi madre se sobresaltó y se giró rápidamente para ver quién era la persona que estaba con ella a lo que Alberto viendo su sobresalto la intento tranquilizar diciéndole que era él y que estuviese tranquila, ella al ver todo oscuro le pregunto qué hora era a lo que él le respondió que temprano, su marido ya había salido de casa, mi madre le pregunto después por su hijo, ósea yo pero Alberto se sonrió y le dijo que en la cama, entonces a mi madre le entro el pánico y quiso separarse de Alberto pero este la cogió fuertemente evitando que se levantara, ella forcejeo pero ante la fuerza de su oponente rápidamente cejo en su empeño y susurrando le pidió que la soltara, que estaba loco, su hijo estaba en la habitación contigua y si se enteraba tendríamos un problema.
Alberto se sonrió nuevamente y colocándose detrás de ella le dijo que no había ningún problema conmigo ya que con la cogorza que tenía tardaría unas horas en espabilar y ahora mismo aunque cayese una bomba a su lado no se enteraría de nada, lo peor de todo es que no le faltaba razón.
Tras esta breve explicación Alberto comenzó a rozar su miembro erecto en el culo de mi madre y a amasarle uno de sus pechos con esas fuertes manazas, por el contrario mi madre tras un breve paréntesis en la que pareció asimilar lo que Alberto le había indicado, comenzó a pegar su culo contra la pelvis de Alberto, como buscando la penetración, cuando Alberto vio que mi madre daba su aprobación no tardo un segundo en cogerse el pollon con la mano que tenía libre para orientarlo hacia la entrada de esa hermosa y estrecha cavidad.
Cuando mi madre sintió la punta de la polla en la entrada de su vagina, dio un pequeño empellón para introducirse el glande en su interior, lo que provoco un dulce suspiro por parte de ella, Alberto no cabía en sí de gozo, no ya por follarse a una hermosa mujer de cuerpo escultural, sino por la situación en si, por el hecho de ser la madre de su mejor amigo y saber que estaba durmiendo a escasos centímetros sin enterarse de nada.
Mi madre suspiraba cada vez más fuerte, cada vez más rápido, mientras Alberto le decía todo tipo de cosas obscenas a mi madre entre susurros, sin dejar de empujar poco a poco haciendo que su polla entrase no sin dificultad en el interior de mi madre, esta comenzó a respirar con cierta dificultad, llevo una de sus manos a la cintura de Alberto y le pidió que fuera despacio, ya que lo tenía bastante irritado de la última vez y no estaba lubricado, Entonces Alberto cogiéndola fuertemente por la cintura la coloco encima de él, mientras le decía a mi madre que fuera ella misma la que imprimiese el ritmo que quisiera.
Ahora se encontraba mi madre a horcajadas de Alberto con medio falo de carne en sus entrañas, mi madre paso de colocarse de rodilla a cuclillas para comenzar a subir y bajar lentamente por ese pedazo de carne, Alberto no perdía el tiempo y agasajaba los pechos de mi madre con tiernas caricias mientras no perdía detalle de como su mástil iba siendo succionado por ese hermoso y hambriento coño, podía sentir las paredes apretar su miembro cosa que lo embrutecía, pero no quería lastimar a mi madre a sí que dejo que fuera ella misma la que marcase el ritmo, ritmo que fue aumentando poco a poco hasta que consiguió que esa polla estuviese completamente en su interior.
Cuando mi madre sintió que su cuerpo ya estaba preparado para esa polla cambio de postura arrodillándose y apoyando sus manos sobre el pecho de Alberto comenzó a cabalgarlo con bastante violencia, Alberto podía ver como esos pechos bailaban al son que le imprimía mi madre, su respiración cada vez era más entrecortada, más acelerada, estaba a punto de correrse pero no disminuía su ritmo es más lo alternaba con movimientos circulares de su pelvis, no tardó mucho en correrse mi madre lo que la dejo algo desmadejada y se dejó caer en el pecho de Alberto, momento que aprovechó este para agarrarla fuertemente por la cintura y arremeter con toda la fuerza y rapidez que podía, haciendo que mi madre prácticamente chillase mezcla por el placer que le daba mezcla por la sensibilidad que tenía en ese momento, mi madre estaba como poseída, chillando y blasfemando por igual, intentando zafarse de Alberto mientras este martilleaba sin compasión la zona más sensible en este momento de mi madre a la vez que mordisqueaba uno de los pechos de esta, no tardó mucho en correrse y esta vez el muy cabron no le importo correrse en su interior, tras este trasiego ambos se quedaron entrelazados unos minutos hasta que la polla de Alberto salió del interior de mi madre debido a la perdida de vigorosidad de esta.
Yo a pesar de la escandalera montada por mi madre y estar pared con pared he de reconocer que no me entere de nada, ni tan siquiera cuando Alberto volvió a mi habitación.
Serian aproximadamente las 3 de la tarde y me desperté, estaba hambriento por lo que baje a la cocina, Alberto dormía plácidamente en la cama de al lado pero no me quedaban ganas de enfrentarme a él después de lo que había pasado esa noche.
Cuando llegue a la cocina vi a mi madre haciendo la comida, se la veía risueña, estaba canturreando y no me oyó llegar, así que cuando le di los buenos días se asustó, pero rápidamente se volvió y me dio dos besos, le pregunte que había para comer y me dijo que estaba preparando un arroz, la verdad es que encontrarme a mi madre así me cogió un poco por sorpresa no veía que se arrepintiera de nada, es más la veía más feliz que cualquier otro día, y eso me fastidiaba todavía más.
Estaba sentado en la mesa cuando mi madre me pregunto si mi amigo Alberto se había levantado, lo que hizo que saliera de mis pensamientos, a lo que yo le respondí lo más natural que pude que no, que lo había dejado durmiendo, ella se sonrió y me pregunto qué tal había ido la noche, yo le dije que bien, ella me miró fijamente y me dijo que tenía mala cara si me pasaba algo, a lo que le conteste de mala gana que estaba cansado y recién levantado, ella pareció convencida y dándome la espalda me dijo que sino bebiese tanto no estaría tan cansado y salió de la cocina.
Al cabo de un rato mi madre me indico que la comida estaba echa si mi amigo se iba a levantar de la cama, yo me encogí de hombros, pero parecía mal y no quería levantar sospechas así que le dije que iba a despertarlo.
Fui a la habitación y ahí estaba durmiendo como un angelito, aunque de angelito tenía más bien poco, y dándole un buen estacazo en el hombro le pregunte si se iba a levantar a comer.
Alberto se levantó algo asustado por el mangazo que le sacudí, y cuando me vio con una de sus mejores sonrisas me dijo que estaba muerto pero que se lo había pasado genial, yo no le hice mucho caso, así que se levantó y me dijo que se daba una ducha rápida y bajaba a comer, así que salí de la habitación indicándole que se diera prisa evitando mirarle a la cara, pero el pareció no darse cuenta ya que estaba buscando que ponerse en su maleta, mientras yo salía de la habitación para ir a la cocina y ayudar a mi madre con la mesa.
La verdad es que a los diez minutos Alberto bajaba con la mejor de sus sonrisas de la habitación, la verdad es que hay que reconocer que al cabron le quedaba todo bien y a pesar de ir con unos vaqueros ajustados y un polo estaba radiante.
Me fije en mi madre, estaba claro que le gustaba, ya que no podía quitarle ojo, se lo estaba comiendo con la mirada, el cuando vio que mi madre lo estaba mirando así le ofreció la mejor de sus sonrisas y le cuco un ojo, símbolo de la complicidad que había entre ellos, sin embargo mi madre se ruborizo y a parto la mirada para comenzar a servir el arroz.
En la comida estuvimos hablando de cosas triviales, pero hay que decir que fue una charla amena y distendida, el ambiente que había era sano y normal, cosa que agradecí.
Pensé que mi madre habría recobrado el sentido común al igual que mi amigo y eso no pasaría de lo que había corrido esta noche pero el tiempo pronto me demostraría lo equivocado que estaba.
Justo cuando terminamos de comer apareció mi padre, y se echó en la cama un rato a descansar, yo le dije a Alberto de ir a tomar un café al bar donde quedábamos todos los colegas para ver el plan de esa noche, pero Alberto me dijo sino me importaba ir solo, ya que estaba muy cansado y prefería echarse un rato para esta noche estar bien.
La verdad es que casi prefería ir solo ya que no me apetecía estar mucho con Alberto, no quería enfrentarme a la realidad, por lo que le dije que perfecto que descansara un rato mientras yo iba con los colegas para ver que hacemos esta noche.
Cuando estaba a mitad de camino una idea rondo mi cabeza, no sé porque pero algo no me cuadraba, no se habría librado de mi Alberto para poder beneficiarse nuevamente a mi madre, aunque al momento pensé que mi padre estaba en casa, no sería capaz de…. Y mientras pensaba esto me di la vuelta para casa, claro que era capaz de eso y de mucho mas, y mientras pensaba eso eche a correr, cuando llegue a casa no sabía dónde estaría cada uno y si no pasaba nada tenía que pensar una excusa rápido para justificar el porque estaba allí, así que una vez lo tuve claro, decidí entrar por el aparcamiento, y si no pasaba nada que esperaba de corazón que no pasara nada, entonces les diría que me había dejado la cartera.
Entre por el aparcamiento y deje las zapatillas nuevamente en el descansillo y subí con mucho sigilo las escaleras, mientras subía todo yo era un manojo de nervios, no dejaba de pensar donde estarían, que haría yo, sabía que mi padre estaría en su habitación con la puerta cerrada por lo menos un par de horas y debido al cansancio no se enteraría de nada, pero y ellos donde estarían, cuando estuve prácticamente arriba mis peores presagios se habían cumplido, no me lo podía creer estaban en la cocina jodiendo como conejos, y desde donde yo estaba podía verlos perfectamente a ellos pero ellos a mí no.
El espectáculo que me estaban brindado era de primera, mi madre estaba apoyada boca abajo en la mesa de la cocina con la falda completamente levantada, las bragas enrolladas en un tobillo y entre sus piernas Alberto bombeando nuevamente el coño de mi madre, esta se metía prácticamente un puño en la boca para evitar gritar y que su marido lo oyese, pero sin embargo a Alberto poco le importaba si mi padre se enteraba o no ya que no dejaba de darle unos buenos manotazos en las blancas nalgas de mi madre, lo que provocaban que estas bailasen y se coloreasen de un rojo intenso.
Alberto no dejaba de decirle a mi madre lo buena que estaba y lo que estaba disfrutando este fin de semana, que a partir de ahora iba a echarle mucho de menos, que acabaría llamándolo para que de vez en cuando la visitara para satisfacerla en todas sus necesidades, no entendía como una hembra así tan buena y caliente no tenía su ración de polla mínimo una vez al día.
Mi madre no decía nada estaba más preocupada de no chillar y de vigilar que su marido no saliera de la habitación, mientras yo al otro extremo observaba todo lo que estaba pasando entre ellos completamente empalmado.
Al cabo de un rato, Alberto volvió a correrse y nuevamente en el interior de mi madre, esta protesto aunque sin mucha convicción, indicándole que no sea tan cabron ya sabe que su marido esta vaseptomizado y ella podía quedarse embazada, a lo que Alberto tan solo sonrió, estaba claro que hacia lo que le salía de los huevos y mi madre parecía consentirle todo.
Yo nuevamente baje por las escaleras y me fui de mi casa lo más rápido posible, no me lo podía creer, no daba crédito a lo que estaba pasando, y lo peor de todo era esos sentimientos enfrentados en mi cabeza, por un lado me jodia que mi amigo y mi madre estuviesen liados y no tuviesen ninguno de los dos ningún remordimiento por lo que hacían, pero por otro verlos me excitaba y en el fondo podría jurar que deseaba que pasara ¿Qué ostias me estaba pasando? Como podía tener esos sentimientos, era mi madre.
Estuve con los amigos, aunque la verdad es que me encontraba ausente y no hice mucho caso a lo que comentaban o decían, no dejaba de pensar como había podido llegar a esa situación, conocía a Alberto y he de reconocer que sabiendo cómo era no era complicado intuir que reaccionara así, es más para el esto era un juego, un reto pero con unas consecuencias para mí o mi familia que podrían ser terroríficas y devastadoras, por eso no entendía como siendo mi amigo, si me apreciaba lo más mínimo estuviera haciendo eso.
Pero si él tenía mucha culpa no menos tenía mi madre, ya que dos no hacen nada si uno no quiere, podía entender que le gustase Alberto, sinceramente no conocía ninguna mujer que no le gustase, pero de ahí a que se liara con él, precisamente con él, puedo entender un desliz una mujer adulta todavía atractiva al verse seducida por un joven atractivo, pero no podía entender como seguía con el juego y mucho menos de la manera tan imprudente como lo hacía, en su propia casa con su marido e hijo cerca, en que estaba pensado mi madre, como podía ser tan inconsciente.
La cabeza me iba a mil un batiburrillo de pensamientos se arremolinaban en mi cabeza pero tenía claro que si podía tenía que evitar que esto fuera a mayores, así que a las 8 de la tarde justo cuando mi padre se disponía a volver al trabajo yo aparecí en casa no quería que esa pareja de tortolitos volviese a quedarse sola.
Cuando llegue a casa mi madre estaba haciendo sus cosas y le pregunte por Alberto, esta me dijo que estaba en la habitación que seguía durmiendo, me pregunto si nos quedaríamos a cenar, a lo que le dije que no que cenaríamos por ahí.
Yo me fui al cuarto de estar a ver un rato la televisión, tras pasar varios canales y ver que no había nada interesante decidí ir a llamar a Alberto, por lo que fui a mi habitación y lo llame para que espabilara, y aproveche para pegarme una ducha rápida y refrescante para ver si así conseguía quitarme todos esos pensamientos.
Cuando salí de la ducha fui a la habitación y ahí estaba Alberto desperezándose, le dije el plan que había esa noche y le pareció bien, así pues nos cambiamos Alberto volvió a ducharse y salimos para cenar por ahí, yo intente hacer como que no pasaba nada, pero Alberto algo me debió notar ya que varias veces me pregunto que me pasaba que me veía raro, a lo que le respondía con evasivas como que anoche me pase con la bebida o que no tenía muy bien la tripa, y viendo su reacción parece que me creía y no insistió más de la cuenta con el tema.
Después de cenar nos fuimos al chamizo, allí ya estaban todos los colegas y varias amigas, por lo que aproveche para estar con algunos colegas mientras Alberto estaba con algún colega pero sobre todo con varias amigas, la noche fue avanzando y como la noche anterior a eso de las 12.30- 1.00 h Alberto desapareció, para mi desgracia sabía exactamente dónde y con quien estaría, pero aun así algo dentro de mí me empujaba a ir a mi casa, tenía que verlo comprobarlo y sin darme cuenta me vi corriendo nuevamente por las calles de mi pueblo en dirección a mi casa.
Cuando llegue vi que todo estaba a oscuras, cosa que me alegro, y al igual que hice por la tarde me acerque a mi casa con mucho sigilo y entre por el aparcamiento para evitar ser visto, subí a la primera planta allí no había nadie y la verdad es que una sensación enfrentada entre alegría y desilusión me embargaron, sin embargo cuando estaba a punto de volverme unos ruidos que procedían de la parte superior llamaron mi atención, por lo que subí despacito y sin hacer ruido, hasta que vi como la puerta de la habitación de mis padres estaba cerrada pero un hilo de luz salía por debajo de la puerta, desde donde estaba pude oír como mi madre reía y no estaba sola, por lo que me fui a mi habitación ya que teníamos una terraza bastante grande que comunicaba ambas habitaciones y si tenía suerte desde allí me sería muy fácil ver lo que pasaba dentro sin ser visto.
Lo más complicado y lo que más tiempo me llevo fue el subir mi persiana sin que hiciese ruido para poder salir a la terraza, una vez lo conseguí pude comprobar como efectivamente Alberto estaba nuevamente en la habitación de mi madre, desde donde estaba tenía unas vistas inmejorables de lo que pasaba dentro sin miedo a ser visto, y lo que vi me dejo helado ya que mi madre le estaba haciendo un baile muy sensual vestida tan sola con un tanga negro y un sujetador de encaje del mismo color, y la verdad es que lo estaba bordando, mientras Alberto estaba tumbado en la cama observando el show que mi madre le estaba proporcionando.
Sinceramente mi madre todavía tenía un cuerpazo de infarto y podía ver como Alberto se relamía y la animaba a que continuase, y mi madre ponía todo su interés en agradarle, contorsionándose y bailando de forma muy provocativa y sensual, hasta que Alberto ya no aguanto más y aprovecho que mi madre estaba de espaldas a el y flexionado su cuerpo, ofreciéndole su hermoso trasero para incorporarse y colocarse detrás de ella, mi madre al sentirlo en un primer momento dio un respingo e intento incorporarse pero Alberto se lo impidió cogiéndola fuertemente por su cintura y colocando una de sus manazas en la espalda de esta mientras le restregaba todo tu aparato por el culo de mi madre, mientras le decía lo buena que estaba y lo bruto que la ponía, mi madre apoyo sus manos en el suelo y comenzó a mover su culo de arriba abajo como si lo estuviera follando, tan solo lo impedía un diminuto tanga que Alberto soluciono rápidamente, ya que con la mano que tenía en la cintura de mi madre cogió el tanga de esta y lo retiro a un lado, la verdad es que ver como ese hilo salía de los glúteos de mi madre fue una imagen que difícilmente olvidare nunca, y una vez que hizo esto sin mucha dilación cogió su polla y orientándola hacia su coño se la introdujo de un solo golpe hasta que su cojones golpearon su pelvis, mi madre dio un chillo mitad de sorpresa mitad de dolor y por la fuerza que imprimió Alberto hizo que se fuera hacia delante, de no ser porque tenía las manos apoyadas en el suelo hubiera dado con sus morros en el suelo, tras esta primera arremetida, Alberto se agarró fuertemente a la cadera de mi madre mientras esta aprovechaba que ya no tenía la resistencia de Alberto para incorporarse un poco y poder apoyarse en el mueble del tocador.
Podía ver como las tetas de mi madre bailaban fruto de las embestidas de Alberto, que fuera de si imprimía un ritmo diabólico haciendo que todo el cuerpo de mi madre vibrase, se veía que Alberto tenía un buen tono físico ya que estuvo así durante un buen rato, mientras mi madre chillaba y berreaba sin sentido fruto del placer que le estaban dando.
Cuando Alberto considero que quería cambiar de posición descendió el ritmo y cogiendo a mi madre de la cintura y evitando que su polla saliese del interior de esta, la llevo lentamente hasta un borde de la cama donde Alberto se sentó con mi madre encima de él.
Ahora era mi madre la que sentada a horcajadas de Alberto apoyo sus manos en los laterales de la cama y comenzó un sube baja mientras Alberto se recostaba y se apoyaba sobre sus codos para ver la escena de como su miembro entraba y salía de esa cueva húmeda y estrecha que tanto placer le estaba dando ese fin de semana.
Mi madre estaba como poseída, sus pechos botaban de un lado a otro mientras ella subía sacándose más de tres cuartos de esa polla para después dejarse caer haciendo desaparecer ese mástil venoso de carne en sus entrañas, una y otra vez cada vez más rápido cada vez más fuerte y según caía de su boca salían todo tipo de improperios, mientras Alberto observaba.
Esta vez fue mi madre la que decidió cambiar de postura y en una de las veces que subió la polla de Alberto salió de sus entrañas, momento que aprovecho para girarse y ponerse frente a él, y cogiendo su herramienta se la oriento a su entrada, pero antes de clavársela nuevamente se la restregó entre sus labios vaginales y clítoris, hasta que la dejo quieta y firme y nuevamente descendió hasta que los huevos de Alberto chocaron nuevamente con su pelvis, Alberto aprovecho para meter su cabeza entre los pechos de mi madre, mientras que con sus manos cogía fuertemente del culo de mi madre y la ayudaba con su movimiento pélvico.
Mi madre no daba crédito al placer que ese joven macho le estaba proporcionando, estaba extasiada ida de placer, Alberto sabía muy bien cómo hacer que una mujer se estremeciese en sus fuertes y potentes manos.
Yo hay estaba nuevamente en primera fila sin perderme detalle y con la polla en la mano, cascándomela con todas mis ganas como si estuviera viendo la mejor peli porno de mi vida, y seguramente así estaba siendo, a pesar que la actriz principal era mi madre.
Cuando pensaba que pronto terminaría, nuevamente me sorprendieron, ya que haciendo gala de su fuerza Alberto en un movimiento rápido, cogió a mi madre en volandas y se levantó de la cama con ella en brazos, mi madre al sentir el movimiento rápidamente cruzo sus manos por la cabeza de Alberto, la imagen era espectacular hay estaban Alberto y mi madre en mitad de la habitación, con mi madre aferrada al cuello de Alberto con su miembro en las entrañas de mi madre completamente espatarrada y sin que este dejara de taladrarle esa cavidad o morderle los pechos a su antojo, pechos que tenía completamente sonrojados del énfasis que estaba poniendo mi amigo en ellos.
Estuvieron un buen rato así hasta que Alberto se giró y dejo caer a mi madre en la cama, cogió sus piernas y se las coloco en su pecho para después volver a penetrarla, hasta que sintiendo que se corría soltó las piernas de mi madre y tras dos golpes de cadera saco su miembro del coño de mi madre y echándose encima de ella se dio dos sacudidas a su congestionada polla para comenzar a salir varios borbotones de leche que cayeron en los pechos y cara de mi madre, la cual esparcía por sus pechos como si se tratase de una crema hidratante.
Tras esto Alberto le acerco el capullo a los labios de mi madre que con la mejor sonrisa que tenía comenzó a chuparle la polla con todas las ganas y ansias de las que era posible, no podía creer la actitud tan zorra que estaba adoptando mi madre, sinceramente entre ambos estaban dejándome completamente impactado.
En esas estaba cuando oímos un ruido parecía la puerta de casa, mire el reloj eran las 3.30 de la madrugada, mi padre había llegado a casa, la erección que tenía bajo de repente, mi madre también pareció oír algo ya que paro y se quedó escuchando, efectivamente oyó a mi padre y una angustia le entro, los rostros de terror en las caras de Alberto y mi madre iban en aumento y supongo que la mía, mi madre se levantó como alma que la lleva el diablo y cogiendo la ropa de Alberto se la dio y le abrió la terraza para que se escondiese, mientras ella recogía la habitación y apagaba la luz para meterse en la cama y hacerse la dormida.
Sin embargo lo que yo no esperaba era lo que acababa de pasar, ya que tras el miedo inicial Alberto salió hasta mitad de terraza empujado por mi madre ante el miedo de ser pillados infraganti por mi padre, este comenzó a vestirse de forma rápida a ponerse los calzoncillos y los pantalones y a mirar la altura que había para saltar, hasta que se volvió como para valorar que otras opciones tenia y fue cuando me vio allí escondido en el rincón entre unas cajas, ambos quedamos uno frente a otro mirándonos a los ojos sin asimilar todavía la situación ni mucho menos que hacer o decir.
Hasta que oímos la puerta de la habitación, fue ahí cuando Alberto se vino a donde yo estaba, y ambos permanecimos inmóviles, pudimos oír como entraba mi padre a la habitación se cambiaba de ropa y bajaba la persiana, por el momento todo iba bien, cuando se metió en la cama oímos unos ruidos y como de repente mi padre le preguntaba a mi madre que hacia desnuda, un escalofrió recorrió todo mi cuerpo pero mi madre con toda la naturalidad del mundo le dijo que le había estado esperando para darle una sorpresa pero que se había quedado dormida porque había tardado mucho y se había tapado, mi padre debió de creerla y también se animó ya que no podíamos verlo si oírlo ya que mi madre recrimino a mi padre y le dijo que se estuviese quieto que ya era muy tarde, sin embargo este pareció insistir y mi madre le dijo que los hijos podrían volver en cualquier momento y no quería, a lo que mi padre dando un bufido desistió y se fue a dormir.
A los 5 minutos y de forma silenciosa le hice señas a Alberto para irnos de casa, este sin decir nada me siguió e igual que entre salimos de casa.
La situación entre nosotros era bastante tensa, cada uno iba pensando en sus cosas y la tensión se podía sentir, cuando estábamos a un par de manzanas cerca de un parque sin problemas de que nadie nos oyese, mire a Alberto iba con la mirada perdida, lo empuje y le dije que era un hijo de puta, que eso no se hacía, podía sentir como afloraban unas ganas locas por partirle la cara y sobre todo de llorar, sentía una impotencia enorme y una vergüenza de que me hubiese pillado allí espiándoles.
El intento defenderse, diciéndome que lo sentía pero que mi madre era una mujer espectacular y muy caliente, yo le pedí un respeto, a lo que él me dijo que la respetaba, lo cogí de la pechera con la intención de propinarle un puñetazo, pero justo en el último momento me detuve, no podía, él no había hecho mención de defenderse, estaba atento a lo que yo hacía.
Con mi puño a escasos centímetros de su cara, rompí a llorar, le pregunte porque, si acaso no apreciaba nuestra amistad.
Él se separó de mi me dijo que me calmara, que lo sentía por mí pero que no podía evitarlo, lo que sentía por mi madre era muy fuerte, y no podía controlarlo, ni quería.
Oír eso me desmoralizaba aún más, que coño quería decir, acaso quieres ser mi padrastro, tú estás loco, él me dijo que no, sabía que nunca podría tener nada serio con mi madre, entre otras cosas porque ella nunca dejaría a su marido, pero tu padre la tiene desatendida y para que sea otro el que ocupe su lugar, no pienso consentirlo, esa mujer es pura pasión y fuego es un diablo que no voy a desaprovechar y mientras ella quiera lo siento mucho pero no pienso dejarlo pasar.
Yo le pregunte incluso por encima de nuestra amistad, o de hacerme daño y que rompas mi familia en mil pedazos, joder Alberto tienes a la que quieras porque mi madre.
Alberto me miró fijamente, y muy serio me dijo que yo era su mejor amigo y que lo conocía, sabes como soy y no lo puedo evitar, cuando conocí a tu madre, pude ver que a ella le había gustado y para mí fue una punzada de orgullo y comencé a jugar, pero no pensaba pasar de ahí, sin embargo los acontecimientos se descontrolaron y ahora que se cómo es, es como un veneno que no puedo dejar y sé que aunque te diga que lo dejo sé que no te voy a ser sincero y quiero ser sincero contigo, si esto va a suponer el fin de nuestra amistad me joderia muchísimo ya que eres mi mejor amigo, pero quiero que pienses que lo que he hecho está muy mal y lo siento de verdad pero no soy el único que está jugando esta partida y creo que ninguno quiere ni hacerte mal ni mucho menos que se rompa vuestra familia.
Entonces yo le pregunte que quería que hiciera ¿que mirase para otro lado?, que hiciera como que no ha pasado nada, cuando ha pasado.
Alberto me dijo que su padre no sabía nada, ni iba saber nada salvo que yo se lo contase, tú te has enterado siento que haya sido así pero no me digas que no lo has disfrutado, porque no lo impediste si lo sabias, porque no entraste tú en la habitación antes que tu padre para evitar que pasara nada.
No lo hiciste porque en el fondo te gusta vernos, eres un voyeur, y creo que aunque moralmente está mal a ti que gusta tu madre, como no te va a gustar una mujer con ese cuerpazo, y el verla conmigo te ha abierto los ojos y ya no la ves como madre la ves como mujer, una mujer joven que tiene sus necesidades y se ha encontrado con la persona que puede ayudarla y que nunca va a arriesgarse a ponerla en peligro porque quiere a su amigo y disfruta con su madre, o acaso prefieres que se lie con un vecino un desconocido, con el que se pueda ir y os deje tirados a ti y a tu padre y humillados porque tu padre solo se dedica a traer dinero a casa dejando desatendida a tu madre.
La verdad es que no sé cómo podían salir tantas chorradas de la boca de mi amigo, pero parte de razón tenía, mi enfado poco a poco fue pasando, y con una sonrisa cínica y lo que pretendía ser una ironía le dije ¡No si te parece te ayudo a follarte a mi madre y te doy las gracias¡
A lo que Alberto abriendo los ojos como platos, como si lo que hubiese oído fuera la solución a todos los males, me pregunto si yo haría eso por él, me lo quede mirando ya que no sabía si me lo decía en serio o se estaba quedando conmigo, pero nada más lejos de la realidad estaba hablando en serio, es más se había venido arriba y estaba soltando todo lo que le pasaba por esa cabecita, ya que me decía cosas como que si yo les ayudaba mi padre no dudaría y la gente vería normal que un amigo estuviera con la familia, sería una tapadera fantástica.
Yo lo pare y le dije si estaba loco, y que le decimos a mi madre tranquila que tu hijo vigila, tú estás loco.
Alberto seguía con lo suyo, tu madre no tiene por qué saberlo y si de esta forma tú también ganarías ya que podrías vernos y no me digas que eso no te gustaría.
La verdad es que no podía entender como coño esta conversación había llegado hasta ese punto, pero también es cierto que algo dentro de mí quería que eso pasara.
Alberto al ver que me callaba y me quedaba pensando, sonrió se acercó a mí y de manera paternalista me cogió por los hombros y me dijo que podía estar bien y sobre todo se comprometía a que esto quedara entre él y yo.
Yo lo miraba fijamente, sabía que Alberto era prudente, salvo conmigo nunca lo había oído ir hablando por ahí de sus conquistas y tener tenía muchas, o de presumir de haber estado con una o con otra.
No sabía que decirle, por lo que le dije que me tenía que hacer un favor, él estaba expectante no decía nada, dame un tiempo para asimilar todo esto, te pido por favor que esto no salga de aquí, y sobre todo que todo y cuando digo todo es todo lo que pase entre tú y mi madre lo sepa, y sobre todo siempre que sea posible yo pueda verlo.
Alberto se alegró y dando un chillo me indico que entonces eso era que aceptaba y me dio un abrazo que casi me deja sin respiración, yo me separe de él y le dije que me diera tiempo mañana después de comer le diría lo que fuera.
Y tras esto, viendo las horas que eran nos volvimos para casa a descansar.
Según la aceptación de este primer relato contin
Sin embargo mientras yo me iba a casa la mayoría de las veces todo ciego y solo, Alberto sin hacer mucho esfuerzo siempre se iba acompañado, y aunque sentía una punzada de celos también hay que saber reconocer que Alberto era un imán para las mujeres, era muy atractivo, alto con un cuerpo de surfista, muy bronceado y fibroso, por lo que sin hacer mucho esfuerzo las mujeres prácticamente caían rendidas en sus brazos.
Más de una vez cuando íbamos por ahí podía ver como las chavalas se le quedaban mirando e incluso alguna se giraba o hacia algún comentario de lo bueno que estaba.
Yo por el contrario me considero un hombre normal del montón, bastante tímido al que le cuesta un mundo entablar conversación con el sexo opuesto.
Si ese primer año de universidad estuve con alguna chavala no fue gracias a mí pericia o mi forma de ser, sino a mi amigo Alberto que conseguía que sus conquistas buscaran a una amiga para mí, y con alguna que otra tuve la suerte de poder hacer algo.
El caso es que ya estaba el curso avanzado el verano a la vista y eran fiestas en el pueblo este fin de semana, así que decidí invitar a Alberto y disfrutar juntos de las fiestas de mi pueblo, a lo que el acepto gustoso ya que no tenía ningún plan mejor para el fin de semana
El viernes después de comer cogimos un tren que nos llevó a mi pueblo, cuando llegamos mi padre nos estaba esperando para llevarnos a casa, tras las presentaciones previas metimos las maletas en el coche y nos dirigimos a casa.
Una vez llegamos a casa fuimos directamente a mi habitación, dejamos las maletas y le di una copia de las llaves de casa, para posteriormente salir a la cocina y presentarle a mi madre, esta estaba haciendo sus cosas pero cuando se volvió pude ver como mi madre se quedaba estupefacta, con los ojos abiertos como platos e inmóvil al verlo, Alberto con toda la naturalidad del mundo se acercó a mi madre y le dio dos besos, echándole un piropo indicándole que en persona era más atractiva de lo que yo su hijo le había indicado, dicho piropo no lo hizo con mala fe sino más bien para agradar a mi madre, la cual al oírlo se ruborizo y retiro la vista de Alberto para poder esconder su azoramiento respondiéndole que era muy galán y que él tampoco estaba nada mal.
Tras las presentaciones de rigor nos fuimos a ver a mis colegas para presentarles a Alberto, echar unas cervezas y ver qué planes había para ese fin de semana.
Ya en la calle Alberto me abordo sobre lo hermosa y joven que era mi madre, en un principio le llame la atención ya que me molesto que se fijara en mi madre como una cualquiera.
El al ver que me fastidiaba se sonrió y me pregunto si acaso no era cierto, y lo calladito que me lo tenía, yo no dije nada preferí dar la callada por respuesta con la esperanza de que Alberto lo dejase estar, pero estaba claro que Alberto no pensaba dejarlo y que le gustaba pincharme con el tema y la verdad es que lo estaba consiguiendo, siguió alabando los atributos de mi madre, lo malo que se pondría el tener que compartir casa con una mujer de bandera como ella y no poder follarsela.
Yo seguía sin decir nada pero he de reconocer que mi madre era una mujer que no dejaba indiferente a nadie, a pesar de su edad, se conservaba muy bien y eso que no hacía nada en especial no era una mujer de gimnasios o de hacer deporte, simplemente era una mujer de su casa, los amigos de mi padre no se cansaban de piropearla o de comentarle a mi padre la suerte que tuvo con mi madre, incluso mis amigos se metían conmigo y decían que era una MILF, pero que me lo dijera Alberto con el historial de conquistas que tenia a sus espaldas y más después de ver la reacción de mi madre cuando les presente hizo que un escalofrío recorriese todo mi cuerpo.
Menos mal que Alberto ceso cuando llegamos al chamizo, dejo de meterse conmigo y delante de mis colegas se comportó y no hizo ningún comentario sobre mi madre, cosa que agradecí ya que si lo hubiese hecho seguramente mis colegas se meterían conmigo, babearían hablando de mi madre y eso no me hacía ninguna gracia.
Le presente a los amigos, y comentamos el plan del fin de semana que básicamente era beber, tras esto nos fuimos a un bar donde íbamos todos los fines de semana y allí le presente alguna amiga que rápidamente se encapricharon con Alberto, estaba claro que aparte de ser la novedad Fer gustaba allí por donde pasaba y en mi pueblo no era una excepción.
fRápidamente pase a un segundo plano, tod@s estaban pendiente de Alberto, cosa que agradecí por un lado porque quería que Alberto estuviera cómodo y lo pasara genial y por otra para que se olvidara de mi madre.
La tarde ya estaba avanzada y tras varias cervezas todos íbamos con esa chispilla tonta, por lo que decidimos irnos a cenar a casa y darnos una ducha para espabilarnos un poco antes de que la noche se animase.
Al llegar a casa mi madre estaba en el cuarto de estar viendo alguna película, al sentirnos salió al pasillo y nos preguntó qué tal la tarde, yo le dije que me iba a la ducha a lo que Alberto se fue con mi madre al cuarto de estar.
Tras pegarme una ducha que me sentó de miedo, me vestí y baje en busca de Alberto, conforme iba bajando podía oír aunque no entender la conversación que Alberto y mi madre estaban manteniendo, sentí como mi madre se reía de forma nerviosa, por lo que cuando ya estaba lo suficientemente cerca del salón decidí quedarme quieto para ver de que estaban hablando, fue ahí cuando oí como Alberto agasajaba los oídos de mi madre y esta le respondía con alegría que era un galán muy bribón y que ella estaba casada, porque si lo hubiese conocido 20 años antes no sabía que habría pasado, a lo que Alberto le contesto que hace 20 años él no había nacido pero ahora podía pasar lo que ellos quisieran, y se hizo un silencio entre ellos que me preocupo, por lo que me aleje un poco y di una voz para avisarles que iba hacia donde ellos estaban, mi madre salió un poco ruborizada y tras ella Alberto con una amplia sonrisa, la verdad es que sin haber oído nada ver como salían ambos del salón daba que pensar francamente mal, pero me hice el tonto y le indique a Alberto que la ducha la tenía libre, este se metió en la habitación cogió la ropa que se iba a poner y se metió en el baño, momento que aproveche para hablar con mi madre.
Le pregunte que le parecía Alberto y esta me indico que es un chico muy majo y atento, yo me reí y le apostille que muy guapo también, ella se ruborizo y con una sonrisa asintió en señal de aprobación, entonces le dije que era un playboy que todas las mujeres caían rendidas a sus pies, mi idea era que Alberto no le cayese tan bien como parecía y avisarla del peligro que este tenía, sin embargo nada más lejos de la realidad en lugar de ahuyentarla el efecto que provoco fue justo el contrario al deseado, ya que entonces mi madre comenzó a preguntarme sutilmente cosas que no quería responder, como si Alberto tenia novia o si le gustaban las mujeres mayores.
Yo evadí todas esas preguntas como buenamente podía, y finalmente me fui al salón a ver la televisión hasta que Alberto saliese de la ducha.
Alberto una vez que estuvo en el baño y se estaba duchando comenzó a llamarme, pero al estar en el salón no lo oí y fue mi madre hasta la puerta del baño para preguntarle que quería si iba todo bien o necesitaba alguna cosa, entonces Alberto le indico que se había dejado la toalla en la habitación si se la podía acercar, mi madre fue a la habitación y cogió la toalla, cuando llego al baño golpeo la puerta para indicarle que le dejaba la toalla en el pomo, sin embargo Alberto le dijo que pasara que estaba en la ducha sino iba a poner todo como un cristo, a lo que mi madre entro y se llevó una bonita sorpresa, se encontró con una imagen sumamente grata ya que Alberto lógicamente estaba completamente desnudo solo que el muy cabron tenía la cabina de la ducha completamente abierta por lo que mi madre podía ver ese cuerpo perfecto y bronceado sin ninguna dificultad, mi madre tardo un segundo en reaccionar y pidiendo perdón dejo la toalla en la pila y cuando se disponía a marchar Alberto se volvió, le dio las gracias por llevarle la toalla y le dijo a mi madre que no tenía por qué marcharse tan rápido, no sé porque pero el caso es que mi madre permaneció inmóvil con los ojos a punto de salírsele de las cuencas , observando a mi amigo completamente desnudo y con una sonrisa triunfal a escasos metros.
Alberto salió de la ducha muy tranquilo y seguro sabedor del gran cuerpo que tenia y cogió la toalla, comenzó a secarse la espalda a escasos centímetros de mi madre, esta al verse incomoda por la situación disculpándose salió del baño como alma que la lleva el diablo, apenas habían sido unos segundos pero Alberto tenía claro que esa mujer suspiraba por sus huesos, y no iba a dejar escapar esa oportunidad.
Tras este incidente Alberto y yo salimos de casa para cenar por ahí y así ir enseñándole el pueblo, mi padre los fines de semana y festivos trabajaba de camarero en un bar por lo que lo llame para que nos reservara una mesa para los dos.
Ya en la cena le pregunte a Alberto que tal y él me dijo que muy bien pero que había un problema que no sabía cómo afrontarlo, no sé por qué pero me temía por donde iba a ir la cosa y no sé si quería oírlo, pero aun así todos mis temores se confirmaron cuando Alberto soltó la bomba, esta no fue otra que oírle decirme que se había encaprichado de mi madre.
Yo me quede mudo, no sabía que decir ni que hacer, sabía que hablaba muy enserio lo conocía demasiado como para saber que no me estaba vacilando y que iba enserio.
El al ver que no decía nada me dijo que lo sentía y que iba a seguir adelante pero que le gustaría tener mi aprobación.
Yo estaba flipando, de acuerdo que era mi mejor amigo pero de ahí a intentar follarse a mi madre, ¡que se había creído¡, y que esperaba que le dijera que me parecía genial y que no me importaba en absoluto, sentía como mi enfado iba in crescendo pero que podía hacer, tampoco me apetecía montar un numero con mi mejor amigo, y menos en el bar donde trabajaba mi padre, como se lo explicaría a mi padre en el caso de que me preguntase que me había pasado con mi amigo.
Yo intente protestar, le dije que no me parecía correcto, que si me apreciaba o valoraba nuestra amistad, no entendía porque quería destrozar mi familia, ni tan siquiera proponérselo, mas por un capricho, joder porque mi madre cuando podría tener a la que quisiera.
Alberto con una naturalidad pasmosa me dijo que él no quería destrozar nada, y mucho menos que yo sufriese, y que si me lo contaba era porque quería ser sincero conmigo, que sentía como mi madre estaba necesitada, pedía a gritos que un hombre la atendiera y si no lo hacia el otro aprovecharía la situación.
Alberto, me miraba fijamente como valorando el paso a seguir, ver como reaccionaba yo para ver cómo seguir el.
Yo podía sentir como un sentimiento de rabia me invadía, porque mi madre, podía tener a cualquiera, pero se había encaprichado con mi madre, estaba convencido de que si mi madre era el objetivo de Alberto al final acabaría sucumbiendo a sus encantos, como todas las mujeres que Alberto se ha propuesto conquistar y mientras pensaba eso también notaba como una nueva sensación me embargaba, podía sentir como mi polla se endurecía al imaginarme a Alberto con mi madre, es mas ahora la rabia que sentía se convertía en culpabilidad por pensar y sentir eso, como podía ser capaz ni por un momento imaginarme a mi mejor amigo con mi madre.
Joder estábamos hablando de mi madre, como de una cualquiera y no había mostrado nunca ningún síntoma de infidelidad, mis padres eran felices porque iba a serle infiel a mi padre con un crio, por muy atractivo y resultón que este fuese.
El al ver mi reacción y que empezaba a levantar la voz sin importarme que estuviéramos en el bar donde trabaja mi padre o incluso en mi pueblo, con una sonrisa pícara me dijo que era broma que solo me estaba tomando el pelo, que sabía que me sentaba muy mal y quería picarme un poco, lo cierto es que lo había conseguido, pero también que la semilla de la duda estaba ahí, que había de cierto en lo que me había dicho y que era broma.
No me quede muy tranquilo pero sí que hizo que dejara de alterarme, el siguió con su argumentación haciéndome ver que eso era imposible, ya que era mi madre, una persona mayor que estaba casada y feliz, ya harto de oír chorradas para justificarse le indique de malos modos que no quería volver a oír en todo el fin de semana ninguna coña más de mi madre, a lo que el con una sonrisa me despeino diciéndome lo fácil que era picarme.
Lo cierto que era fácil picarme pero no era menos cierto que estábamos hablando de mi madre, amen de la facilidad que tenía el de anular cualquier resistencia femenina y que estas hicieran todo cuanto él deseaba.
Cuantas veces a lo largo de este año había visto como las mujeres caían rendidas a sus pies, incluso se hablaba que una de las profesoras tenía un “affaire” con él, cosa que yo sabía que era cierto, porque no iba a ser mi madre una más en su larga lista de conquistas.
Eso me asustaba y excitaba casi por igual pero no le iba a dar el gusto de ponérselo fácil ni mucho menos ayudarlo a conseguir su objetivo, y ciertamente sentía cierta culpabilidad de pensar así.
Tras la cena nos fuimos al chamizo con los colegas, y como siempre solíamos hacer jugamos a un juego de beber, mis amigos y yo lógicamente fuimos a por Alberto ya que era el nuevo y he de ser sincero, tenía la esperanza de que si se emborrachaba el peligro cesaría y probablemente se olvidaría de mi madre.
La noche trascurrió con normalidad litros de alcohol corrieron por nuestras venas, Alberto estaba hablando con una chavala joven parecía que le gustaba, por lo que poco a poco yo también me relaje y me deje llevar, estuve hablando con amigos que hacía tiempo que no veía, hasta que la chavala que estaba con Alberto paso a mi lado, le pregunte que donde había dejado a Alberto y esta se encogió de hombros y me dijo que se había marchado.
Entonces todo mi pedo me bajo a los pies, una idea surco mi cabeza y esta no me gustaba nada, mire la hora eran la una de la madrugada una hora perfecta, ya que mi padre en fiestas no paraba en casa prácticamente nada, su trabajo en el bar lo tenía absorbido y raro era el día que llegaba antes de las cuatro de la mañana para volver a irse a las ocho de la mañana a dar los almuerzos y no volver hasta después de comer para tumbarse media hora y ducharse para la tarde noche, y lo peor de todo era que Alberto lo sabía ya que lo habíamos comentado muchas veces y si eso no fuera poco recordé que tenía llaves de casa, ya que yo mismo se las había facilitado, por lo que no tenía ningún problema o inconveniente para entrar en casa.
Tras esto eche a correr como si no hubiera un mañana hacia mi casa, al ser un pueblo no tarde más de 5 minutos en estar en la puerta de casa, casi sin resuello, me pare en la entrada, y abrí la puerta con mucho cuidado, sabía que mi madre para las 11 ya estaría en la cama por lo que tampoco quería hacer ruido por si no estaba allí, deseaba con toda mi alma que no estuviese allí.
Pero si estaba, ¿qué iba hacer?.
Mientras pensaba en eso me descalce para no hacer ningún ruido y comencé a subir arriba donde estaban las habitaciones, conforme iba subiendo podía oír unas voces aunque no sabía muy bien de quien eran o si simplemente eran de la televisión, sinceramente estaba cagado, y rezando para que fuese la televisión, pero conforme más cerca estaba se entendía mejor y todos mis miedos afloraron cuando reconocí una de las voces que salían de la habitación, la voz de Alberto, no me lo podía creer mi mejor amigo estaba en la habitación de mis padres con mi madre, el alma se me callo a los pies, pero sin embargo estos no dejaron de moverse, como si tuviesen vida propia me llevaron hasta la puerta de la habitación.
Cuando llegue hasta la habitación a escasos centímetros de la puerta pude ver que esta se encontraba abierta, aunque es cierto que mis padres nunca cerraban la puerta, mi amigo podía haberla cerrado para evitar que los pillaran, o acaso quería que lo pillasen..
Uff un remolino de sentimientos y pensamientos pasaban por mi cabeza, pero otra de las cosas que más me cabreaban era que estaba excitadísimo, que me estaba pasando, nunca me había sentido así.
Me quede parado justo al comienzo de la puerta quería oír que estaba pasando en la habitación, mi madre le decía que no estaba bien, que era una mujer casada y que amaba a su marido.
Alberto le contesto que él no estaba allí para romper una bonita unidad familiar (el muy cabron usaba el argumento que yo mismo le había facilitado no hacia ni dos horas para evitar lo que inevitablemente si mi madre no lo evitaba iba a pasar), mi madre le pregunto entonces porque estaba allí, sabiendo que ni su marido ni su hijo se encontraban en casa, entonces Alberto ni corto ni perezoso le respondió que estaba allí para satisfacer sus necesidades, ella se rio a carcajada limpia mientras que le preguntaba que se había creído, y que sabia el de sus necesidades.
Alberto lejos de amedrentarse le contesto que podía fingir o decir lo que quisiera pero sabía por la forma en que lo había mirado cuando los presentaron o como lo miraba en el baño que tenía una necesidad sexual imperiosa, no sabía el motivo, si ella era frígida, si su marido venia cansado y no le apetecía o simplemente la rutina, el caso es que tu no estas satisfecha con tu vida sexual y eso se ve a kilómetros, mi madre interrumpió a Alberto para decirle con ironía que imaginaba que tras esta presentación ahora sería el quien se ofrecería para satisfacer dicha necesidad.
A lo que Alberto le contesto afirmativamente, y mi madre nuevamente contrataco, preguntándole y que le dirás a tu amigo, mañana después de que tú y yo en el caso de que pasara algo, ¿serias capaz de mirar a mi hijo a los ojos o estar con el cómo sino hubiese pasado nada?, o como podría mañana mirar a los ojos a mi marido, el padre de tu amigo.
Una vez que hubieses conseguido tu objetivo, que te impediría decir que estabas borracho y que no sabías lo que hacías, tu habrías conseguido incrementar tu lista de conquistas, tu ego masculino estaría satisfecho, entiendo y comprendo el morbo de ser la madre de, pero aparte de eso de ser una conquista mas, que ganaríamos.
Explícame ¿yo que ganaría?, ya que no tengo nada claro que es lo que ganaría yo con esta situación pero si tengo claro lo mucho que podría perder, esto es una cosa que no puede funcionar y que no debemos comenzar, estoy segura que en cuanto vuelvas a la fiesta tendrás miles de jovencitas haciendo cola para estar contigo, así que no pierdas el tiempo en una vieja como yo.
Me encantaba como mi madre defendía su honorabilidad, sin embargo Alberto no se rendía, rebatió cada uno de los argumentos de mi madre y en cada frase regalaba sus oídos con alguna frase que seguro agasajaban los oídos de mi madre, como diciéndole que no era vieja, y que ya querrían miles de jovencitas tener ese cuerpazo y ser la mitad de bonitas que mi madre.
Tras esto hubo un silencio, parecía que mi madre estaba cediendo a las argucias de Alberto, me asome un poco y pude ver como Alberto estaba sentado en la cama junto a mi madre y tenia posada una de sus manos en los muslos de mi madre, esta dormía con un camisón muy fino y sin ropa interior por lo que pude ver como los pezones de mi madre se marcaban sobre la tela.
Alberto también lo debió de sentir o notar, ya que al ver que mi madre no le decía nada comenzó a subir su mano por el muslo de mi madre, mientras le decía que aunque sus palabras eran ciertas no era menos cierto que su cuerpo decía otra cosa, y miro fijamente los pechos de mi madre a lo que ella bajo la vista y cerró los ojos cuando unas manos hábiles tocaron suavemente los labios vaginales.
Mi madre al sentir que la mano de Alberto estaba en su vagina cerró las piernas y con una voz temblorosa lejos de la seguridad ofrecida hacia un segundo, le imploro en un último intento que Alberto cesase en su idea, sin embargo Alberto se acercó aún más a mi madre y en un susurro cerca de su oído, le dijo que se relajase y disfrutase, que no tuviera miedo no había marcha atrás ambos lo deseaban y esto no saldría de aquí, la verdad que la autoridad y seguridad que transmitían sus palabras, amén de su destreza con las manos, hicieron saltar por los aires toda resistencia de mi madre que poco a poco fue relajándose y por lo tanto abriendo sus piernas, a lo que Alberto aprovecho para juguetear con el clítoris, que al sentir esas caricias comenzó a arquearse dejándose caer encima de la cama, Alberto lo había conseguido una vez más.
Hay estaba encima de la cama una hermosa hembra abierta de piernas con una mano de Alberto en su entrepierna y con un camisón que poco o nada dejaba a la imaginación, el problema de todo es que esa hermosa mujer era mi madre y él estaba avisado, aunque poco o nada parecía importarle y ahora era yo el que estaba contemplando en primera fila como se desarrollaban los acontecimientos.
Al cabo de un rato Alberto se echó sobre el cuerpo de mi madre, para comenzar un frenético 69, mi madre estaba extasiada fuera de sí, intentaba seguir con su mamada, pero ante la maestría de mi amigo que parecía todo un profesional ya que estaba ahí afanoso sin importarle que a él se la estuvieran chupando, mientras que mi madre intentaba de vez en cuando coger aire para poder suspirar e incluso gemir con más comodidad, dentro de sus posibilidades ya que tenía un macho encima y una polla de enormes dimensiones en su boca.
Al cabo de un rato mi madre nuevamente tuvo un orgasmo espectacular, que la dejo algo desmadejada, sin embargo Alberto seguía ahí abajo chupando y succionando ese clítoris hinchado y sorbiendo todos los jugos que salían de ese encharcado coño.
Cuando mi madre se relajó un poco de blasfemar y gritar porque eso si era gritar no gemir, Alberto dejo de comerle el coño para colocarse al revés y quedar cara a cara dándole un morreo a mi madre que la dejo sin respiración, y en la que pudo probar a que saben sus propios fluidos, aunque a juzgar por la intensidad del morreo no parecía importarle mucho.
Cuando mi madre comenzó nuevamente a recobrar las fuerzas Alberto con sumo cuidado y mucho arte comenzó a mover las caderas buscando lo que tanto ansiaba que no era otra cosa que poseer el cuerpo de mi madre, profanar todos sus agujeros y en especial ese hermoso conejito que ya se había corrido dos veces, cuando sintió el glande en la entrada de su agujerito mi madre intento separarse un poco de Alberto, para indicarle que a pelo no podía ser, ya que mi padre se había hecho la vasectomía y ella todavía podía ser madre, Alberto torció el gesto era una respuesta que no se esperaba, pero sin embargo no cejo en su empeño, y seguía empujando para introducírsela, mi madre intentaba zafarse de el pero no podía ya que su diminuto cuerpo estaba debajo del de Alberto, esta pareció asustarse y Alberto dándole pequeños besitos en los labios le decía que no se preocupase que antes de correrse se retiraría, sin embargo mi madre no las tenía todas consigo y seguía protestando, a lo que Alberto volvió a tirar de su labia y le dijo a mi madre que era una egoísta, ella se había corrido dos veces y él estaba empalmado como un burro, no era justo.
Mi madre se ofreció a chupársela, pero él le dijo que eso no era lo mismo que la quería sentir dentro, y diciendo esto consiguió introducirle el glande en su interior, a lo que mi madre dio un respingo y un suspiro de placer, Alberto aprovecho para indicarle que ella también lo iba a disfrutar que se relajase.
Mi madre parecía ceder nuevamente, y Alberto ante sus dudas decidió dar un golpe de cadera para introducirle media polla en el interior, y quedándose inmóvil le decía a mi madre el gustito que sentía, lo prieto que lo tenía y lo que iba a disfrutar de ese coño.
Mi madre se la podía oír como respiraba con dificultad, de manera entrecortada, no había duda que lo estaba disfrutando, más si cabe cuando al ver que mi madre cejo en su empeño, y Alberto comenzó a chupar esos enormes y redonditos pechos, como su lengua se movía con maestría de pezón a pezón provocando que estos se hiciesen aún más grandes si cabe y como cambiaban de color ante los pequeños mordisquitos que le daba.
Con un último movimiento de cadera mi madre quedo totalmente ensartada por ese trozo venoso de carne lo que provoco un alarido de placer por parte de mi madre, Alberto estaba disfrutando al máximo de la situación de eso no había duda, ya que no paraba de decirle a mi madre lo estrecho que lo tenía y lo bien y mucho que iba a gozar con su herramienta.
Y tras esto Alberto comenzó un vaivén frenético sobre el pobre y sonrojado coño de mi madre, cada envite provocaba que sus pechos bailasen al son de las embestidas, Alberto había pasado de tratarla con sumo cuidado y celo a bombear con toda la rapidez y fuerza de la que era capaz, al poco rato pude ver como esa monstruosidad de polla llenaba completamente el coño de mi madre y como una especie de baba salía de su coño, no me lo podía creer mi madre estaba a punto de correrse nuevamente y sus gemidos incrementaban a cada embestida de Alberto.
Este cogiendo sus pechos con ambas manos y estrujándolos uno contra otro con deseo mordisqueaba sus pezones sin dejar de bombear ese coño cada vez más encharcado que provocaba un ruido muy peculiar a la vez que sus pelotas golpeaban el perineo de mi madre.
Yo para ese momento ya estaba con la polla en la mano y apunto de correrme no me lo podía creer eso era mejor que una peli porno, el espectáculo que me estaban dando era único.
La resistencia de Alberto era impresionante, no podía entender cómo podía seguir imprimiendo esa fuerza a sus embestidas, la cama daba la sensación de irse abajo en cualquier momento, hasta que por fin bufando como un toro y con la espalda completamente perlada en sudor, saco la polla justo en el último momento para inundar de leche las tetas y cara de mi madre, dejando el coño de mi madre completamente sonrojado y abierto por el ferrete dado.
Cuando vi que eso terminaba baje a toda prisa por las escaleras intentando no hacer ruido, cogí mis zapatos y cerré la puerta con todo el cuidado del mundo y salí corriendo de allí, a un par de manzanas me coloque los zapatos y me dirigí a la zona de los bares en busca de los colegas, aunque mi cabeza no paraba de darle vueltas a todo lo que acababa de suceder.
Una vez ya con los colegas vi llegar a Alberto, este vino hacia mí con una sonrisa de oreja a oreja, yo le pregunte que donde se había metido, pero el muy convincentemente me dijo que había conocido a una chica y se había liado con ella, yo le pregunte que chica a lo que él me dijo que era de fuera, de un pueblo de los alrededores, y tras esto para cortar mi interrogatorio me echo el brazo por el hombro y me dijo de ir a la barra para tomar unos chupitos.
Estaba completamente confuso, mi cabeza no paraba de darle vueltas a lo sucedido, por un lado quería reventarle la cabeza pero por otro lado más fríamente no quería hacer nada de lo que probablemente más tarde me arrepentiría, ya que si discutíamos donde estábamos mis colegas se enterarían de todo, si nos enganchábamos la gente se preguntaría porque y a fin de cuentas es un pueblo por lo que seguí bebiendo y haciéndome el tonto, por lo menos gracias a dios Alberto tampoco se lo veía muy diferente y me facilitaba la situación.
Al final era media noche la gente lo estaba pasando bien, todo seguía su curso y yo me dedique a beber, chupito tras chupito acabe pillándome un buen pedo, así que cuando nos fuimos para casa ya de día, serían las 9 de la mañana, mi padre ya se había marchado y mi madre todavía no se había levantado, por lo que yo caí como un saco a mi cama.
Sin embargo Alberto no parecía haber tenido bastante, y una vez llegamos a casa y nos metimos en la cama espero a que comenzara a soplar como un bendito para hacerle una nueva visita a mi madre, cuando llego vio que las persianas de la habitación estaban completamente bajadas, seguramente las habría bajado mi padre para poder dormir sin molestias las pocas horas de descanso que tenía, por lo que Alberto aprovecho a meterse con mucho cuidado en la cama de mi madre, una vez dentro, se acercó con mucho cuidado hasta mi madre y comenzó a sobarla, pudo comprobar que tan solo llevaba el mismo camisón que hacia un rato por lo que poco a poco lo fue levantando hasta que dejo a la vista ese hermoso culo, con la otra mano comenzó a sobar uno de sus pechos, mi madre al sentir esas manos se sonrió pensando que era su marido que tenía ganas de jugar, por lo que sin decir nada bajo una mano hasta la entrepierna de Alberto, pero cuál fue su sorpresa cuando al coger su miembro se dio cuenta que ese no era el que habitualmente estaba a su lado, fue ahí cuando mi madre se sobresaltó y se giró rápidamente para ver quién era la persona que estaba con ella a lo que Alberto viendo su sobresalto la intento tranquilizar diciéndole que era él y que estuviese tranquila, ella al ver todo oscuro le pregunto qué hora era a lo que él le respondió que temprano, su marido ya había salido de casa, mi madre le pregunto después por su hijo, ósea yo pero Alberto se sonrió y le dijo que en la cama, entonces a mi madre le entro el pánico y quiso separarse de Alberto pero este la cogió fuertemente evitando que se levantara, ella forcejeo pero ante la fuerza de su oponente rápidamente cejo en su empeño y susurrando le pidió que la soltara, que estaba loco, su hijo estaba en la habitación contigua y si se enteraba tendríamos un problema.
Alberto se sonrió nuevamente y colocándose detrás de ella le dijo que no había ningún problema conmigo ya que con la cogorza que tenía tardaría unas horas en espabilar y ahora mismo aunque cayese una bomba a su lado no se enteraría de nada, lo peor de todo es que no le faltaba razón.
Tras esta breve explicación Alberto comenzó a rozar su miembro erecto en el culo de mi madre y a amasarle uno de sus pechos con esas fuertes manazas, por el contrario mi madre tras un breve paréntesis en la que pareció asimilar lo que Alberto le había indicado, comenzó a pegar su culo contra la pelvis de Alberto, como buscando la penetración, cuando Alberto vio que mi madre daba su aprobación no tardo un segundo en cogerse el pollon con la mano que tenía libre para orientarlo hacia la entrada de esa hermosa y estrecha cavidad.
Cuando mi madre sintió la punta de la polla en la entrada de su vagina, dio un pequeño empellón para introducirse el glande en su interior, lo que provoco un dulce suspiro por parte de ella, Alberto no cabía en sí de gozo, no ya por follarse a una hermosa mujer de cuerpo escultural, sino por la situación en si, por el hecho de ser la madre de su mejor amigo y saber que estaba durmiendo a escasos centímetros sin enterarse de nada.
Mi madre suspiraba cada vez más fuerte, cada vez más rápido, mientras Alberto le decía todo tipo de cosas obscenas a mi madre entre susurros, sin dejar de empujar poco a poco haciendo que su polla entrase no sin dificultad en el interior de mi madre, esta comenzó a respirar con cierta dificultad, llevo una de sus manos a la cintura de Alberto y le pidió que fuera despacio, ya que lo tenía bastante irritado de la última vez y no estaba lubricado, Entonces Alberto cogiéndola fuertemente por la cintura la coloco encima de él, mientras le decía a mi madre que fuera ella misma la que imprimiese el ritmo que quisiera.
Ahora se encontraba mi madre a horcajadas de Alberto con medio falo de carne en sus entrañas, mi madre paso de colocarse de rodilla a cuclillas para comenzar a subir y bajar lentamente por ese pedazo de carne, Alberto no perdía el tiempo y agasajaba los pechos de mi madre con tiernas caricias mientras no perdía detalle de como su mástil iba siendo succionado por ese hermoso y hambriento coño, podía sentir las paredes apretar su miembro cosa que lo embrutecía, pero no quería lastimar a mi madre a sí que dejo que fuera ella misma la que marcase el ritmo, ritmo que fue aumentando poco a poco hasta que consiguió que esa polla estuviese completamente en su interior.
Cuando mi madre sintió que su cuerpo ya estaba preparado para esa polla cambio de postura arrodillándose y apoyando sus manos sobre el pecho de Alberto comenzó a cabalgarlo con bastante violencia, Alberto podía ver como esos pechos bailaban al son que le imprimía mi madre, su respiración cada vez era más entrecortada, más acelerada, estaba a punto de correrse pero no disminuía su ritmo es más lo alternaba con movimientos circulares de su pelvis, no tardó mucho en correrse mi madre lo que la dejo algo desmadejada y se dejó caer en el pecho de Alberto, momento que aprovechó este para agarrarla fuertemente por la cintura y arremeter con toda la fuerza y rapidez que podía, haciendo que mi madre prácticamente chillase mezcla por el placer que le daba mezcla por la sensibilidad que tenía en ese momento, mi madre estaba como poseída, chillando y blasfemando por igual, intentando zafarse de Alberto mientras este martilleaba sin compasión la zona más sensible en este momento de mi madre a la vez que mordisqueaba uno de los pechos de esta, no tardó mucho en correrse y esta vez el muy cabron no le importo correrse en su interior, tras este trasiego ambos se quedaron entrelazados unos minutos hasta que la polla de Alberto salió del interior de mi madre debido a la perdida de vigorosidad de esta.
Yo a pesar de la escandalera montada por mi madre y estar pared con pared he de reconocer que no me entere de nada, ni tan siquiera cuando Alberto volvió a mi habitación.
Serian aproximadamente las 3 de la tarde y me desperté, estaba hambriento por lo que baje a la cocina, Alberto dormía plácidamente en la cama de al lado pero no me quedaban ganas de enfrentarme a él después de lo que había pasado esa noche.
Cuando llegue a la cocina vi a mi madre haciendo la comida, se la veía risueña, estaba canturreando y no me oyó llegar, así que cuando le di los buenos días se asustó, pero rápidamente se volvió y me dio dos besos, le pregunte que había para comer y me dijo que estaba preparando un arroz, la verdad es que encontrarme a mi madre así me cogió un poco por sorpresa no veía que se arrepintiera de nada, es más la veía más feliz que cualquier otro día, y eso me fastidiaba todavía más.
Estaba sentado en la mesa cuando mi madre me pregunto si mi amigo Alberto se había levantado, lo que hizo que saliera de mis pensamientos, a lo que yo le respondí lo más natural que pude que no, que lo había dejado durmiendo, ella se sonrió y me pregunto qué tal había ido la noche, yo le dije que bien, ella me miró fijamente y me dijo que tenía mala cara si me pasaba algo, a lo que le conteste de mala gana que estaba cansado y recién levantado, ella pareció convencida y dándome la espalda me dijo que sino bebiese tanto no estaría tan cansado y salió de la cocina.
Al cabo de un rato mi madre me indico que la comida estaba echa si mi amigo se iba a levantar de la cama, yo me encogí de hombros, pero parecía mal y no quería levantar sospechas así que le dije que iba a despertarlo.
Fui a la habitación y ahí estaba durmiendo como un angelito, aunque de angelito tenía más bien poco, y dándole un buen estacazo en el hombro le pregunte si se iba a levantar a comer.
Alberto se levantó algo asustado por el mangazo que le sacudí, y cuando me vio con una de sus mejores sonrisas me dijo que estaba muerto pero que se lo había pasado genial, yo no le hice mucho caso, así que se levantó y me dijo que se daba una ducha rápida y bajaba a comer, así que salí de la habitación indicándole que se diera prisa evitando mirarle a la cara, pero el pareció no darse cuenta ya que estaba buscando que ponerse en su maleta, mientras yo salía de la habitación para ir a la cocina y ayudar a mi madre con la mesa.
La verdad es que a los diez minutos Alberto bajaba con la mejor de sus sonrisas de la habitación, la verdad es que hay que reconocer que al cabron le quedaba todo bien y a pesar de ir con unos vaqueros ajustados y un polo estaba radiante.
Me fije en mi madre, estaba claro que le gustaba, ya que no podía quitarle ojo, se lo estaba comiendo con la mirada, el cuando vio que mi madre lo estaba mirando así le ofreció la mejor de sus sonrisas y le cuco un ojo, símbolo de la complicidad que había entre ellos, sin embargo mi madre se ruborizo y a parto la mirada para comenzar a servir el arroz.
En la comida estuvimos hablando de cosas triviales, pero hay que decir que fue una charla amena y distendida, el ambiente que había era sano y normal, cosa que agradecí.
Pensé que mi madre habría recobrado el sentido común al igual que mi amigo y eso no pasaría de lo que había corrido esta noche pero el tiempo pronto me demostraría lo equivocado que estaba.
Justo cuando terminamos de comer apareció mi padre, y se echó en la cama un rato a descansar, yo le dije a Alberto de ir a tomar un café al bar donde quedábamos todos los colegas para ver el plan de esa noche, pero Alberto me dijo sino me importaba ir solo, ya que estaba muy cansado y prefería echarse un rato para esta noche estar bien.
La verdad es que casi prefería ir solo ya que no me apetecía estar mucho con Alberto, no quería enfrentarme a la realidad, por lo que le dije que perfecto que descansara un rato mientras yo iba con los colegas para ver que hacemos esta noche.
Cuando estaba a mitad de camino una idea rondo mi cabeza, no sé porque pero algo no me cuadraba, no se habría librado de mi Alberto para poder beneficiarse nuevamente a mi madre, aunque al momento pensé que mi padre estaba en casa, no sería capaz de…. Y mientras pensaba esto me di la vuelta para casa, claro que era capaz de eso y de mucho mas, y mientras pensaba eso eche a correr, cuando llegue a casa no sabía dónde estaría cada uno y si no pasaba nada tenía que pensar una excusa rápido para justificar el porque estaba allí, así que una vez lo tuve claro, decidí entrar por el aparcamiento, y si no pasaba nada que esperaba de corazón que no pasara nada, entonces les diría que me había dejado la cartera.
Entre por el aparcamiento y deje las zapatillas nuevamente en el descansillo y subí con mucho sigilo las escaleras, mientras subía todo yo era un manojo de nervios, no dejaba de pensar donde estarían, que haría yo, sabía que mi padre estaría en su habitación con la puerta cerrada por lo menos un par de horas y debido al cansancio no se enteraría de nada, pero y ellos donde estarían, cuando estuve prácticamente arriba mis peores presagios se habían cumplido, no me lo podía creer estaban en la cocina jodiendo como conejos, y desde donde yo estaba podía verlos perfectamente a ellos pero ellos a mí no.
El espectáculo que me estaban brindado era de primera, mi madre estaba apoyada boca abajo en la mesa de la cocina con la falda completamente levantada, las bragas enrolladas en un tobillo y entre sus piernas Alberto bombeando nuevamente el coño de mi madre, esta se metía prácticamente un puño en la boca para evitar gritar y que su marido lo oyese, pero sin embargo a Alberto poco le importaba si mi padre se enteraba o no ya que no dejaba de darle unos buenos manotazos en las blancas nalgas de mi madre, lo que provocaban que estas bailasen y se coloreasen de un rojo intenso.
Alberto no dejaba de decirle a mi madre lo buena que estaba y lo que estaba disfrutando este fin de semana, que a partir de ahora iba a echarle mucho de menos, que acabaría llamándolo para que de vez en cuando la visitara para satisfacerla en todas sus necesidades, no entendía como una hembra así tan buena y caliente no tenía su ración de polla mínimo una vez al día.
Mi madre no decía nada estaba más preocupada de no chillar y de vigilar que su marido no saliera de la habitación, mientras yo al otro extremo observaba todo lo que estaba pasando entre ellos completamente empalmado.
Al cabo de un rato, Alberto volvió a correrse y nuevamente en el interior de mi madre, esta protesto aunque sin mucha convicción, indicándole que no sea tan cabron ya sabe que su marido esta vaseptomizado y ella podía quedarse embazada, a lo que Alberto tan solo sonrió, estaba claro que hacia lo que le salía de los huevos y mi madre parecía consentirle todo.
Yo nuevamente baje por las escaleras y me fui de mi casa lo más rápido posible, no me lo podía creer, no daba crédito a lo que estaba pasando, y lo peor de todo era esos sentimientos enfrentados en mi cabeza, por un lado me jodia que mi amigo y mi madre estuviesen liados y no tuviesen ninguno de los dos ningún remordimiento por lo que hacían, pero por otro verlos me excitaba y en el fondo podría jurar que deseaba que pasara ¿Qué ostias me estaba pasando? Como podía tener esos sentimientos, era mi madre.
Estuve con los amigos, aunque la verdad es que me encontraba ausente y no hice mucho caso a lo que comentaban o decían, no dejaba de pensar como había podido llegar a esa situación, conocía a Alberto y he de reconocer que sabiendo cómo era no era complicado intuir que reaccionara así, es más para el esto era un juego, un reto pero con unas consecuencias para mí o mi familia que podrían ser terroríficas y devastadoras, por eso no entendía como siendo mi amigo, si me apreciaba lo más mínimo estuviera haciendo eso.
Pero si él tenía mucha culpa no menos tenía mi madre, ya que dos no hacen nada si uno no quiere, podía entender que le gustase Alberto, sinceramente no conocía ninguna mujer que no le gustase, pero de ahí a que se liara con él, precisamente con él, puedo entender un desliz una mujer adulta todavía atractiva al verse seducida por un joven atractivo, pero no podía entender como seguía con el juego y mucho menos de la manera tan imprudente como lo hacía, en su propia casa con su marido e hijo cerca, en que estaba pensado mi madre, como podía ser tan inconsciente.
La cabeza me iba a mil un batiburrillo de pensamientos se arremolinaban en mi cabeza pero tenía claro que si podía tenía que evitar que esto fuera a mayores, así que a las 8 de la tarde justo cuando mi padre se disponía a volver al trabajo yo aparecí en casa no quería que esa pareja de tortolitos volviese a quedarse sola.
Cuando llegue a casa mi madre estaba haciendo sus cosas y le pregunte por Alberto, esta me dijo que estaba en la habitación que seguía durmiendo, me pregunto si nos quedaríamos a cenar, a lo que le dije que no que cenaríamos por ahí.
Yo me fui al cuarto de estar a ver un rato la televisión, tras pasar varios canales y ver que no había nada interesante decidí ir a llamar a Alberto, por lo que fui a mi habitación y lo llame para que espabilara, y aproveche para pegarme una ducha rápida y refrescante para ver si así conseguía quitarme todos esos pensamientos.
Cuando salí de la ducha fui a la habitación y ahí estaba Alberto desperezándose, le dije el plan que había esa noche y le pareció bien, así pues nos cambiamos Alberto volvió a ducharse y salimos para cenar por ahí, yo intente hacer como que no pasaba nada, pero Alberto algo me debió notar ya que varias veces me pregunto que me pasaba que me veía raro, a lo que le respondía con evasivas como que anoche me pase con la bebida o que no tenía muy bien la tripa, y viendo su reacción parece que me creía y no insistió más de la cuenta con el tema.
Después de cenar nos fuimos al chamizo, allí ya estaban todos los colegas y varias amigas, por lo que aproveche para estar con algunos colegas mientras Alberto estaba con algún colega pero sobre todo con varias amigas, la noche fue avanzando y como la noche anterior a eso de las 12.30- 1.00 h Alberto desapareció, para mi desgracia sabía exactamente dónde y con quien estaría, pero aun así algo dentro de mí me empujaba a ir a mi casa, tenía que verlo comprobarlo y sin darme cuenta me vi corriendo nuevamente por las calles de mi pueblo en dirección a mi casa.
Cuando llegue vi que todo estaba a oscuras, cosa que me alegro, y al igual que hice por la tarde me acerque a mi casa con mucho sigilo y entre por el aparcamiento para evitar ser visto, subí a la primera planta allí no había nadie y la verdad es que una sensación enfrentada entre alegría y desilusión me embargaron, sin embargo cuando estaba a punto de volverme unos ruidos que procedían de la parte superior llamaron mi atención, por lo que subí despacito y sin hacer ruido, hasta que vi como la puerta de la habitación de mis padres estaba cerrada pero un hilo de luz salía por debajo de la puerta, desde donde estaba pude oír como mi madre reía y no estaba sola, por lo que me fui a mi habitación ya que teníamos una terraza bastante grande que comunicaba ambas habitaciones y si tenía suerte desde allí me sería muy fácil ver lo que pasaba dentro sin ser visto.
Lo más complicado y lo que más tiempo me llevo fue el subir mi persiana sin que hiciese ruido para poder salir a la terraza, una vez lo conseguí pude comprobar como efectivamente Alberto estaba nuevamente en la habitación de mi madre, desde donde estaba tenía unas vistas inmejorables de lo que pasaba dentro sin miedo a ser visto, y lo que vi me dejo helado ya que mi madre le estaba haciendo un baile muy sensual vestida tan sola con un tanga negro y un sujetador de encaje del mismo color, y la verdad es que lo estaba bordando, mientras Alberto estaba tumbado en la cama observando el show que mi madre le estaba proporcionando.
Sinceramente mi madre todavía tenía un cuerpazo de infarto y podía ver como Alberto se relamía y la animaba a que continuase, y mi madre ponía todo su interés en agradarle, contorsionándose y bailando de forma muy provocativa y sensual, hasta que Alberto ya no aguanto más y aprovecho que mi madre estaba de espaldas a el y flexionado su cuerpo, ofreciéndole su hermoso trasero para incorporarse y colocarse detrás de ella, mi madre al sentirlo en un primer momento dio un respingo e intento incorporarse pero Alberto se lo impidió cogiéndola fuertemente por su cintura y colocando una de sus manazas en la espalda de esta mientras le restregaba todo tu aparato por el culo de mi madre, mientras le decía lo buena que estaba y lo bruto que la ponía, mi madre apoyo sus manos en el suelo y comenzó a mover su culo de arriba abajo como si lo estuviera follando, tan solo lo impedía un diminuto tanga que Alberto soluciono rápidamente, ya que con la mano que tenía en la cintura de mi madre cogió el tanga de esta y lo retiro a un lado, la verdad es que ver como ese hilo salía de los glúteos de mi madre fue una imagen que difícilmente olvidare nunca, y una vez que hizo esto sin mucha dilación cogió su polla y orientándola hacia su coño se la introdujo de un solo golpe hasta que su cojones golpearon su pelvis, mi madre dio un chillo mitad de sorpresa mitad de dolor y por la fuerza que imprimió Alberto hizo que se fuera hacia delante, de no ser porque tenía las manos apoyadas en el suelo hubiera dado con sus morros en el suelo, tras esta primera arremetida, Alberto se agarró fuertemente a la cadera de mi madre mientras esta aprovechaba que ya no tenía la resistencia de Alberto para incorporarse un poco y poder apoyarse en el mueble del tocador.
Podía ver como las tetas de mi madre bailaban fruto de las embestidas de Alberto, que fuera de si imprimía un ritmo diabólico haciendo que todo el cuerpo de mi madre vibrase, se veía que Alberto tenía un buen tono físico ya que estuvo así durante un buen rato, mientras mi madre chillaba y berreaba sin sentido fruto del placer que le estaban dando.
Cuando Alberto considero que quería cambiar de posición descendió el ritmo y cogiendo a mi madre de la cintura y evitando que su polla saliese del interior de esta, la llevo lentamente hasta un borde de la cama donde Alberto se sentó con mi madre encima de él.
Ahora era mi madre la que sentada a horcajadas de Alberto apoyo sus manos en los laterales de la cama y comenzó un sube baja mientras Alberto se recostaba y se apoyaba sobre sus codos para ver la escena de como su miembro entraba y salía de esa cueva húmeda y estrecha que tanto placer le estaba dando ese fin de semana.
Mi madre estaba como poseída, sus pechos botaban de un lado a otro mientras ella subía sacándose más de tres cuartos de esa polla para después dejarse caer haciendo desaparecer ese mástil venoso de carne en sus entrañas, una y otra vez cada vez más rápido cada vez más fuerte y según caía de su boca salían todo tipo de improperios, mientras Alberto observaba.
Esta vez fue mi madre la que decidió cambiar de postura y en una de las veces que subió la polla de Alberto salió de sus entrañas, momento que aprovecho para girarse y ponerse frente a él, y cogiendo su herramienta se la oriento a su entrada, pero antes de clavársela nuevamente se la restregó entre sus labios vaginales y clítoris, hasta que la dejo quieta y firme y nuevamente descendió hasta que los huevos de Alberto chocaron nuevamente con su pelvis, Alberto aprovecho para meter su cabeza entre los pechos de mi madre, mientras que con sus manos cogía fuertemente del culo de mi madre y la ayudaba con su movimiento pélvico.
Mi madre no daba crédito al placer que ese joven macho le estaba proporcionando, estaba extasiada ida de placer, Alberto sabía muy bien cómo hacer que una mujer se estremeciese en sus fuertes y potentes manos.
Yo hay estaba nuevamente en primera fila sin perderme detalle y con la polla en la mano, cascándomela con todas mis ganas como si estuviera viendo la mejor peli porno de mi vida, y seguramente así estaba siendo, a pesar que la actriz principal era mi madre.
Cuando pensaba que pronto terminaría, nuevamente me sorprendieron, ya que haciendo gala de su fuerza Alberto en un movimiento rápido, cogió a mi madre en volandas y se levantó de la cama con ella en brazos, mi madre al sentir el movimiento rápidamente cruzo sus manos por la cabeza de Alberto, la imagen era espectacular hay estaban Alberto y mi madre en mitad de la habitación, con mi madre aferrada al cuello de Alberto con su miembro en las entrañas de mi madre completamente espatarrada y sin que este dejara de taladrarle esa cavidad o morderle los pechos a su antojo, pechos que tenía completamente sonrojados del énfasis que estaba poniendo mi amigo en ellos.
Estuvieron un buen rato así hasta que Alberto se giró y dejo caer a mi madre en la cama, cogió sus piernas y se las coloco en su pecho para después volver a penetrarla, hasta que sintiendo que se corría soltó las piernas de mi madre y tras dos golpes de cadera saco su miembro del coño de mi madre y echándose encima de ella se dio dos sacudidas a su congestionada polla para comenzar a salir varios borbotones de leche que cayeron en los pechos y cara de mi madre, la cual esparcía por sus pechos como si se tratase de una crema hidratante.
Tras esto Alberto le acerco el capullo a los labios de mi madre que con la mejor sonrisa que tenía comenzó a chuparle la polla con todas las ganas y ansias de las que era posible, no podía creer la actitud tan zorra que estaba adoptando mi madre, sinceramente entre ambos estaban dejándome completamente impactado.
En esas estaba cuando oímos un ruido parecía la puerta de casa, mire el reloj eran las 3.30 de la madrugada, mi padre había llegado a casa, la erección que tenía bajo de repente, mi madre también pareció oír algo ya que paro y se quedó escuchando, efectivamente oyó a mi padre y una angustia le entro, los rostros de terror en las caras de Alberto y mi madre iban en aumento y supongo que la mía, mi madre se levantó como alma que la lleva el diablo y cogiendo la ropa de Alberto se la dio y le abrió la terraza para que se escondiese, mientras ella recogía la habitación y apagaba la luz para meterse en la cama y hacerse la dormida.
Sin embargo lo que yo no esperaba era lo que acababa de pasar, ya que tras el miedo inicial Alberto salió hasta mitad de terraza empujado por mi madre ante el miedo de ser pillados infraganti por mi padre, este comenzó a vestirse de forma rápida a ponerse los calzoncillos y los pantalones y a mirar la altura que había para saltar, hasta que se volvió como para valorar que otras opciones tenia y fue cuando me vio allí escondido en el rincón entre unas cajas, ambos quedamos uno frente a otro mirándonos a los ojos sin asimilar todavía la situación ni mucho menos que hacer o decir.
Hasta que oímos la puerta de la habitación, fue ahí cuando Alberto se vino a donde yo estaba, y ambos permanecimos inmóviles, pudimos oír como entraba mi padre a la habitación se cambiaba de ropa y bajaba la persiana, por el momento todo iba bien, cuando se metió en la cama oímos unos ruidos y como de repente mi padre le preguntaba a mi madre que hacia desnuda, un escalofrió recorrió todo mi cuerpo pero mi madre con toda la naturalidad del mundo le dijo que le había estado esperando para darle una sorpresa pero que se había quedado dormida porque había tardado mucho y se había tapado, mi padre debió de creerla y también se animó ya que no podíamos verlo si oírlo ya que mi madre recrimino a mi padre y le dijo que se estuviese quieto que ya era muy tarde, sin embargo este pareció insistir y mi madre le dijo que los hijos podrían volver en cualquier momento y no quería, a lo que mi padre dando un bufido desistió y se fue a dormir.
A los 5 minutos y de forma silenciosa le hice señas a Alberto para irnos de casa, este sin decir nada me siguió e igual que entre salimos de casa.
La situación entre nosotros era bastante tensa, cada uno iba pensando en sus cosas y la tensión se podía sentir, cuando estábamos a un par de manzanas cerca de un parque sin problemas de que nadie nos oyese, mire a Alberto iba con la mirada perdida, lo empuje y le dije que era un hijo de puta, que eso no se hacía, podía sentir como afloraban unas ganas locas por partirle la cara y sobre todo de llorar, sentía una impotencia enorme y una vergüenza de que me hubiese pillado allí espiándoles.
El intento defenderse, diciéndome que lo sentía pero que mi madre era una mujer espectacular y muy caliente, yo le pedí un respeto, a lo que él me dijo que la respetaba, lo cogí de la pechera con la intención de propinarle un puñetazo, pero justo en el último momento me detuve, no podía, él no había hecho mención de defenderse, estaba atento a lo que yo hacía.
Con mi puño a escasos centímetros de su cara, rompí a llorar, le pregunte porque, si acaso no apreciaba nuestra amistad.
Él se separó de mi me dijo que me calmara, que lo sentía por mí pero que no podía evitarlo, lo que sentía por mi madre era muy fuerte, y no podía controlarlo, ni quería.
Oír eso me desmoralizaba aún más, que coño quería decir, acaso quieres ser mi padrastro, tú estás loco, él me dijo que no, sabía que nunca podría tener nada serio con mi madre, entre otras cosas porque ella nunca dejaría a su marido, pero tu padre la tiene desatendida y para que sea otro el que ocupe su lugar, no pienso consentirlo, esa mujer es pura pasión y fuego es un diablo que no voy a desaprovechar y mientras ella quiera lo siento mucho pero no pienso dejarlo pasar.
Yo le pregunte incluso por encima de nuestra amistad, o de hacerme daño y que rompas mi familia en mil pedazos, joder Alberto tienes a la que quieras porque mi madre.
Alberto me miró fijamente, y muy serio me dijo que yo era su mejor amigo y que lo conocía, sabes como soy y no lo puedo evitar, cuando conocí a tu madre, pude ver que a ella le había gustado y para mí fue una punzada de orgullo y comencé a jugar, pero no pensaba pasar de ahí, sin embargo los acontecimientos se descontrolaron y ahora que se cómo es, es como un veneno que no puedo dejar y sé que aunque te diga que lo dejo sé que no te voy a ser sincero y quiero ser sincero contigo, si esto va a suponer el fin de nuestra amistad me joderia muchísimo ya que eres mi mejor amigo, pero quiero que pienses que lo que he hecho está muy mal y lo siento de verdad pero no soy el único que está jugando esta partida y creo que ninguno quiere ni hacerte mal ni mucho menos que se rompa vuestra familia.
Entonces yo le pregunte que quería que hiciera ¿que mirase para otro lado?, que hiciera como que no ha pasado nada, cuando ha pasado.
Alberto me dijo que su padre no sabía nada, ni iba saber nada salvo que yo se lo contase, tú te has enterado siento que haya sido así pero no me digas que no lo has disfrutado, porque no lo impediste si lo sabias, porque no entraste tú en la habitación antes que tu padre para evitar que pasara nada.
No lo hiciste porque en el fondo te gusta vernos, eres un voyeur, y creo que aunque moralmente está mal a ti que gusta tu madre, como no te va a gustar una mujer con ese cuerpazo, y el verla conmigo te ha abierto los ojos y ya no la ves como madre la ves como mujer, una mujer joven que tiene sus necesidades y se ha encontrado con la persona que puede ayudarla y que nunca va a arriesgarse a ponerla en peligro porque quiere a su amigo y disfruta con su madre, o acaso prefieres que se lie con un vecino un desconocido, con el que se pueda ir y os deje tirados a ti y a tu padre y humillados porque tu padre solo se dedica a traer dinero a casa dejando desatendida a tu madre.
La verdad es que no sé cómo podían salir tantas chorradas de la boca de mi amigo, pero parte de razón tenía, mi enfado poco a poco fue pasando, y con una sonrisa cínica y lo que pretendía ser una ironía le dije ¡No si te parece te ayudo a follarte a mi madre y te doy las gracias¡
A lo que Alberto abriendo los ojos como platos, como si lo que hubiese oído fuera la solución a todos los males, me pregunto si yo haría eso por él, me lo quede mirando ya que no sabía si me lo decía en serio o se estaba quedando conmigo, pero nada más lejos de la realidad estaba hablando en serio, es más se había venido arriba y estaba soltando todo lo que le pasaba por esa cabecita, ya que me decía cosas como que si yo les ayudaba mi padre no dudaría y la gente vería normal que un amigo estuviera con la familia, sería una tapadera fantástica.
Yo lo pare y le dije si estaba loco, y que le decimos a mi madre tranquila que tu hijo vigila, tú estás loco.
Alberto seguía con lo suyo, tu madre no tiene por qué saberlo y si de esta forma tú también ganarías ya que podrías vernos y no me digas que eso no te gustaría.
La verdad es que no podía entender como coño esta conversación había llegado hasta ese punto, pero también es cierto que algo dentro de mí quería que eso pasara.
Alberto al ver que me callaba y me quedaba pensando, sonrió se acercó a mí y de manera paternalista me cogió por los hombros y me dijo que podía estar bien y sobre todo se comprometía a que esto quedara entre él y yo.
Yo lo miraba fijamente, sabía que Alberto era prudente, salvo conmigo nunca lo había oído ir hablando por ahí de sus conquistas y tener tenía muchas, o de presumir de haber estado con una o con otra.
No sabía que decirle, por lo que le dije que me tenía que hacer un favor, él estaba expectante no decía nada, dame un tiempo para asimilar todo esto, te pido por favor que esto no salga de aquí, y sobre todo que todo y cuando digo todo es todo lo que pase entre tú y mi madre lo sepa, y sobre todo siempre que sea posible yo pueda verlo.
Alberto se alegró y dando un chillo me indico que entonces eso era que aceptaba y me dio un abrazo que casi me deja sin respiración, yo me separe de él y le dije que me diera tiempo mañana después de comer le diría lo que fuera.
Y tras esto, viendo las horas que eran nos volvimos para casa a descansar.
Según la aceptación de este primer relato contin
4 comentarios - mi amigo logra emborrachar a mi madre