Esta es la primera historia. La que nos llevo a despertar nuestra sexualidad al maximo y a querer disfrutar de todo lo que nos presente la vida.
Estábamos recién casados y felices de vivir tantas experiencias nuevas. Planeamos una noche intensa. Cumpliamos 6 meses de casados y queriamos pasarla muy bien los dos. Compramos una buena cantidad de vinos y salimos a cenar. Al volver abrimos la primera botella. Pero apenas servida la segunda copa llamaron a la puerta. Era Dario, y habia llegado con 3 botellas mas de vino. Era la unica persona que tenia presente la fecha. Sin otra alternativa lo invitamos a celebrar con nosotros sin pensar en todo lo que nos iba a llevar.
Más o menos a la 4ta botella ya me sentía cansado y con la visita sabía que nada más interesante iba a pasar así que decidí acostarme. Unas horas despues llego mi esposa al cuarto. Me despertó y me pidió que Dario se acostara con nosotros. Lo había invitado a quedarse, pero el sofá era muy incómodo y esto era algo que hacíamos cuando llegaba visita, ya fueran familiares o amigos. Compartiamos nuestra cama.
Sin embargo todo adquirió un nivel fuera de este mundo.
Ella volvio a salir de la habitacion y entro con Dario. El se acosto en un extremo de la cama mientrras yo estaba en el otro. Mi esposa por su parte fue apagando luces pero aunque era la madrugada, y las cortinas estaban cerradas por alguna razon que en este momento no recuerdo, la podiamos ver claramente. Se paro al pie de la cama justo entre los dos. Se quitó el vestido morado que tenía. Debajo de él solo estaba el hilo dental. Sus tetas perfectamente paradas quedaron expuestas y pude ver como Dario habia quedado impactado. Ella se subió a la cama y gateó hasta acostarse en medio de los dos. Me abrazó y comenzó a besarme mientras metía su mano entre mis boxers, yo le agarraba las tetas y también le metía la mano para tocar su concha que ya estaba húmeda. En un momento deje de sentir una de sus manos. Así que le acaricie el hombro y la seguí hasta ver donde la tenia. Su mano se perdía entre el pantalón de Dario. La verdad en mi cabeza solo corría la idea de hacer un trío pero lo que sucedió me descolocó completamente.
Dario se giró bruscamente, intentó abrazar a mi esposa desde atrás agarrando las tetas y después la tomó del hombro y luego preguntó en tono molesto, que era lo que queríamos?. Fue bastante extraña su reacción, pero eso la sacó de toda intención y la hizo reaccionar con rabia. Lo empujo de un codazo y le dijo que no fuera estupido. Luego se levantó, me agarro de la mano y salimos de la habitación dejando la puerta abierta.
Ya en la sala y con rabia encendio luces y me pidio tener sexo sin parar. Llegamos al sofá y se arrodilló para chuparlo. Lo hacía con fuerza aunque su lengua la pasaba con suavidad. Se levantó y recostó en el sofá abriendo sus piernas para que la lamiera y así lo hizo. Le metí la lengua todo lo que podía y jugué también con mis dedos. Me levanté de nuevo y ella se acomodo para chuparlo otro rato. y comenzamos con toda. Primero me acosté sobre ella y la penetré con fuerza un tiempo. Luego cambiamos y me senté. Ella se hizo sobre mí y me cabalgo un buen rato haciendo todo el ruido posible. No paraba de gemir y de gritar que le diera mas duro. Yo sabía que estaba llamando la atención de Dario. Demostrando lo que se había perdido.
Luego de un rato nos volvimos a levantar. Ella caminó hacia el comedor donde se dobló dejándome su culo expuesto. Me arrodille y le lamí el clítoris y toda su concha completa hasta llegar a su ano y seguir hasta su espalda. La penetre. Con mis manos la agarre de los hombros para empujarla lo más adentro que podía. Volvimos a cambiar. De nuevo al sofá ella se puso en 4. Aproveche y le meti los dedos. Su concha se abría increíblemente hasta el punto de casi permitirme meterle todos los dedos al tiempo. La volví a penetrar. Pero esta vez le agarré la cintura y la bombeé con toda la energía que podía. Le dije que me iba a venir, a lo que ella me empujó hacia atrás con su culo. Se arrodilló, y me comenzó a chupar hasta que terminé. Se quedó lamiéndome por bastante rato hasta que por fin sacándolo de la boca me dijo que quería más, quería seguir toda la noche. Yo le dije que me tenía que dar tiempo pero ella seguía insistiendo que quería que le diera más duro. A esto simplemente le pude responder entre chiste y seriedad, que no era el único en la casa. Ella me miró con sorpresa pero también con picardía como amenazándome con que era capaz de hacerlo. Yo me fui en ese momento sonriéndole.
Entré al baño. Estuve allí unos minutos mientras me limpiaba. Salí y ya las luces de la sala estaban apagadas. Seguí hacia la cocina a tomar algo y luego regresé a la habitación. La puerta estaba entrecerrada y cuando la abrí para entrar, mi esposa se encontraba encima de Dario. Las manos de él se encontraban agarrándole el culo mientras una de las manos de ella estaban entre el pantalón de él.
La reacción de ellos fue de sorpresa. Ella se bajó y se quedó en la mitad de la cama y él se quedó quieto en su costado. Yo rodeé la cama hasta llegar a mi lado para acostarme. Mi esposa me rodeo de nuevo con sus brazos y me beso. La mire y le sonreí. Le pregunté porque no había seguido y me miró extrañada sin decir nada. Le volví a sonreír y le dije que hablaba en serio cuando le había dicho que había más personas en la casa. Luego le dije que siguiera que no la iba a interrumpir.
La ayude a girarse y quedar frente a Darío. Me acerqué de nuevo a ella y al oido le dije que continuara. Fue como si le hubiera apretado el acelerador. Se lanzó sobre Darío y se comenzaron a besar como pulpos. Yo podía ver como las manos de él agarraban todo su cuerpo. Me gire para que no se sintieran intimidados aunque ya de por si mi presencia sé que los freno un poco.
Sentí como mi esposa se movía como arrastrándose, luego escuche la cremallera del pantalón y un roce al quitarselo. Los gemidos de excitación de mi esposa callaron. Su boca estaba llena y los sonidos de Darío no se hicieron esperar. Estaba recibiendo el mejor oral de su vida. A veces se escuchaban chupadas profundas. Luego de un buen rato se comenzaron a acomodar. Escuché el plástico del condón abrirse y luego como se besaban mientras se lo ponían. Sonaban los besos y gemidos de mi esposa mientras le chupaban las tetas. Darío balbuceaba a veces que no podía creer que eso estuviera pasando. De pronto un silencio y luego un gemido de parte de los dos. Por fin ella estaba encima de él y le acababa de meter el pene completamente. La cama empezó a moverse de lado a lado. Los gemidos de mi esposa eran cada vez más fuertes y los balbuceos de Darío cada vez más claros. Siempre había querido acostarse con mi esposa "su mejor amiga". Siempre había soñado con una noche con ella. Estaba cumpliendo su más grande fantasía sexual.
Los gemidos se hacian mas fuertes.
Mi excitación crecía cada vez más. Sentir como alguien más disfrutaba a mi esposa de la forma como yo la disfrutaba era algo sin igual. Saber que ella podía satisfacer todo el placer de cualquier hombre era increíble. Mi pene se ponía cada vez más y más duro. Escuche un grito de placer. Mientras mi esposa seguía cabalgando con fuerza hasta que se detuvo. "Te viniste"? Le pregunto a lo que él le dijo que si.
Yo sabia que ella seguia en su busqueda de un gran orgasmo. Me gire. Ella se quedo mirandome y le dije que era otra vez mi turno.
Ella miro el bulto en mi entrepierna y se volvio a emocionar. Se bajó de Darío y se vino hacia mí. Le dije que se volteara en cucharita y la penetré. Sin parar la comencé a bombear con todas mis fuerzas. Sus gemidos eran cada vez más intensos. Abrazaba a Dario, lo besaba y gemía en sus oidos.
Le hice levantar una pierna para poder tocarle el clítoris con mis dedos mientras la seguía penetrando. Se comenzó a doblar cada vez más esperando que la penetrara más a fondo, hasta que su cabeza llegó al abdomen de Darío. Le quitó el condón y se metió su pene a la boca. Dario no podia con su cara de incredulidad.
Me acomode para seguir tocándole el clítoris mientras la penetraba y ella ahogaba sus gemidos en su pene. Hasta que un gemido eterno salió de su boca sin soltar el pene de Darío.
Luego de unos segundos de poder volver a respirar se giró completamente ahora dándole la espalda a Darío. Me miró y me dijo que ahora faltaba yo. Se acomodo exactamente cómo estábamos antes. En cuchara con Dario para llevar su cabeza hasta mi abdomen y se metió mi pene lleno de su humedad a la boca. Me lo chupo mientras Darío agotaba su último cartucho de manoseo a mi esposa. Las tetas la espalda el culo. No dejaba de llevar sus manos por todo su cuerpo mientras yo sentía como su boca transmitia toda la satisfacción que le habíamos dado. Un par de minutos y mi cuerpo se retorcio en placer puro. Me vine sin parar.
Ella se estiró de nuevo quedando por fin los tres estirados en la cama exhaustos. Pasaron pocos segundos para que ellos dos quedaran profundos. Yo tardé un poco más pero al final simplemente me dormí. Al día siguiente nos levantamos y pasamos el día pero como si la noche anterior no hubiera pasado nunca.
La cara de pendejo del mejor amigo de mi esposa nunca se le quito. Finalmente, hay que entender que Darío, nuestro Padrino de matrimonio, había cumplido su más grande fantasía sexual. un gusto en presentarnos , yo tengo 56 años y mi esposa tiene 34 . estamaos casados y asi empezo nuestras aventuras sexuales . saludos
Estábamos recién casados y felices de vivir tantas experiencias nuevas. Planeamos una noche intensa. Cumpliamos 6 meses de casados y queriamos pasarla muy bien los dos. Compramos una buena cantidad de vinos y salimos a cenar. Al volver abrimos la primera botella. Pero apenas servida la segunda copa llamaron a la puerta. Era Dario, y habia llegado con 3 botellas mas de vino. Era la unica persona que tenia presente la fecha. Sin otra alternativa lo invitamos a celebrar con nosotros sin pensar en todo lo que nos iba a llevar.
Más o menos a la 4ta botella ya me sentía cansado y con la visita sabía que nada más interesante iba a pasar así que decidí acostarme. Unas horas despues llego mi esposa al cuarto. Me despertó y me pidió que Dario se acostara con nosotros. Lo había invitado a quedarse, pero el sofá era muy incómodo y esto era algo que hacíamos cuando llegaba visita, ya fueran familiares o amigos. Compartiamos nuestra cama.
Sin embargo todo adquirió un nivel fuera de este mundo.
Ella volvio a salir de la habitacion y entro con Dario. El se acosto en un extremo de la cama mientrras yo estaba en el otro. Mi esposa por su parte fue apagando luces pero aunque era la madrugada, y las cortinas estaban cerradas por alguna razon que en este momento no recuerdo, la podiamos ver claramente. Se paro al pie de la cama justo entre los dos. Se quitó el vestido morado que tenía. Debajo de él solo estaba el hilo dental. Sus tetas perfectamente paradas quedaron expuestas y pude ver como Dario habia quedado impactado. Ella se subió a la cama y gateó hasta acostarse en medio de los dos. Me abrazó y comenzó a besarme mientras metía su mano entre mis boxers, yo le agarraba las tetas y también le metía la mano para tocar su concha que ya estaba húmeda. En un momento deje de sentir una de sus manos. Así que le acaricie el hombro y la seguí hasta ver donde la tenia. Su mano se perdía entre el pantalón de Dario. La verdad en mi cabeza solo corría la idea de hacer un trío pero lo que sucedió me descolocó completamente.
Dario se giró bruscamente, intentó abrazar a mi esposa desde atrás agarrando las tetas y después la tomó del hombro y luego preguntó en tono molesto, que era lo que queríamos?. Fue bastante extraña su reacción, pero eso la sacó de toda intención y la hizo reaccionar con rabia. Lo empujo de un codazo y le dijo que no fuera estupido. Luego se levantó, me agarro de la mano y salimos de la habitación dejando la puerta abierta.
Ya en la sala y con rabia encendio luces y me pidio tener sexo sin parar. Llegamos al sofá y se arrodilló para chuparlo. Lo hacía con fuerza aunque su lengua la pasaba con suavidad. Se levantó y recostó en el sofá abriendo sus piernas para que la lamiera y así lo hizo. Le metí la lengua todo lo que podía y jugué también con mis dedos. Me levanté de nuevo y ella se acomodo para chuparlo otro rato. y comenzamos con toda. Primero me acosté sobre ella y la penetré con fuerza un tiempo. Luego cambiamos y me senté. Ella se hizo sobre mí y me cabalgo un buen rato haciendo todo el ruido posible. No paraba de gemir y de gritar que le diera mas duro. Yo sabía que estaba llamando la atención de Dario. Demostrando lo que se había perdido.
Luego de un rato nos volvimos a levantar. Ella caminó hacia el comedor donde se dobló dejándome su culo expuesto. Me arrodille y le lamí el clítoris y toda su concha completa hasta llegar a su ano y seguir hasta su espalda. La penetre. Con mis manos la agarre de los hombros para empujarla lo más adentro que podía. Volvimos a cambiar. De nuevo al sofá ella se puso en 4. Aproveche y le meti los dedos. Su concha se abría increíblemente hasta el punto de casi permitirme meterle todos los dedos al tiempo. La volví a penetrar. Pero esta vez le agarré la cintura y la bombeé con toda la energía que podía. Le dije que me iba a venir, a lo que ella me empujó hacia atrás con su culo. Se arrodilló, y me comenzó a chupar hasta que terminé. Se quedó lamiéndome por bastante rato hasta que por fin sacándolo de la boca me dijo que quería más, quería seguir toda la noche. Yo le dije que me tenía que dar tiempo pero ella seguía insistiendo que quería que le diera más duro. A esto simplemente le pude responder entre chiste y seriedad, que no era el único en la casa. Ella me miró con sorpresa pero también con picardía como amenazándome con que era capaz de hacerlo. Yo me fui en ese momento sonriéndole.
Entré al baño. Estuve allí unos minutos mientras me limpiaba. Salí y ya las luces de la sala estaban apagadas. Seguí hacia la cocina a tomar algo y luego regresé a la habitación. La puerta estaba entrecerrada y cuando la abrí para entrar, mi esposa se encontraba encima de Dario. Las manos de él se encontraban agarrándole el culo mientras una de las manos de ella estaban entre el pantalón de él.
La reacción de ellos fue de sorpresa. Ella se bajó y se quedó en la mitad de la cama y él se quedó quieto en su costado. Yo rodeé la cama hasta llegar a mi lado para acostarme. Mi esposa me rodeo de nuevo con sus brazos y me beso. La mire y le sonreí. Le pregunté porque no había seguido y me miró extrañada sin decir nada. Le volví a sonreír y le dije que hablaba en serio cuando le había dicho que había más personas en la casa. Luego le dije que siguiera que no la iba a interrumpir.
La ayude a girarse y quedar frente a Darío. Me acerqué de nuevo a ella y al oido le dije que continuara. Fue como si le hubiera apretado el acelerador. Se lanzó sobre Darío y se comenzaron a besar como pulpos. Yo podía ver como las manos de él agarraban todo su cuerpo. Me gire para que no se sintieran intimidados aunque ya de por si mi presencia sé que los freno un poco.
Sentí como mi esposa se movía como arrastrándose, luego escuche la cremallera del pantalón y un roce al quitarselo. Los gemidos de excitación de mi esposa callaron. Su boca estaba llena y los sonidos de Darío no se hicieron esperar. Estaba recibiendo el mejor oral de su vida. A veces se escuchaban chupadas profundas. Luego de un buen rato se comenzaron a acomodar. Escuché el plástico del condón abrirse y luego como se besaban mientras se lo ponían. Sonaban los besos y gemidos de mi esposa mientras le chupaban las tetas. Darío balbuceaba a veces que no podía creer que eso estuviera pasando. De pronto un silencio y luego un gemido de parte de los dos. Por fin ella estaba encima de él y le acababa de meter el pene completamente. La cama empezó a moverse de lado a lado. Los gemidos de mi esposa eran cada vez más fuertes y los balbuceos de Darío cada vez más claros. Siempre había querido acostarse con mi esposa "su mejor amiga". Siempre había soñado con una noche con ella. Estaba cumpliendo su más grande fantasía sexual.
Los gemidos se hacian mas fuertes.
Mi excitación crecía cada vez más. Sentir como alguien más disfrutaba a mi esposa de la forma como yo la disfrutaba era algo sin igual. Saber que ella podía satisfacer todo el placer de cualquier hombre era increíble. Mi pene se ponía cada vez más y más duro. Escuche un grito de placer. Mientras mi esposa seguía cabalgando con fuerza hasta que se detuvo. "Te viniste"? Le pregunto a lo que él le dijo que si.
Yo sabia que ella seguia en su busqueda de un gran orgasmo. Me gire. Ella se quedo mirandome y le dije que era otra vez mi turno.
Ella miro el bulto en mi entrepierna y se volvio a emocionar. Se bajó de Darío y se vino hacia mí. Le dije que se volteara en cucharita y la penetré. Sin parar la comencé a bombear con todas mis fuerzas. Sus gemidos eran cada vez más intensos. Abrazaba a Dario, lo besaba y gemía en sus oidos.
Le hice levantar una pierna para poder tocarle el clítoris con mis dedos mientras la seguía penetrando. Se comenzó a doblar cada vez más esperando que la penetrara más a fondo, hasta que su cabeza llegó al abdomen de Darío. Le quitó el condón y se metió su pene a la boca. Dario no podia con su cara de incredulidad.
Me acomode para seguir tocándole el clítoris mientras la penetraba y ella ahogaba sus gemidos en su pene. Hasta que un gemido eterno salió de su boca sin soltar el pene de Darío.
Luego de unos segundos de poder volver a respirar se giró completamente ahora dándole la espalda a Darío. Me miró y me dijo que ahora faltaba yo. Se acomodo exactamente cómo estábamos antes. En cuchara con Dario para llevar su cabeza hasta mi abdomen y se metió mi pene lleno de su humedad a la boca. Me lo chupo mientras Darío agotaba su último cartucho de manoseo a mi esposa. Las tetas la espalda el culo. No dejaba de llevar sus manos por todo su cuerpo mientras yo sentía como su boca transmitia toda la satisfacción que le habíamos dado. Un par de minutos y mi cuerpo se retorcio en placer puro. Me vine sin parar.
Ella se estiró de nuevo quedando por fin los tres estirados en la cama exhaustos. Pasaron pocos segundos para que ellos dos quedaran profundos. Yo tardé un poco más pero al final simplemente me dormí. Al día siguiente nos levantamos y pasamos el día pero como si la noche anterior no hubiera pasado nunca.
La cara de pendejo del mejor amigo de mi esposa nunca se le quito. Finalmente, hay que entender que Darío, nuestro Padrino de matrimonio, había cumplido su más grande fantasía sexual. un gusto en presentarnos , yo tengo 56 años y mi esposa tiene 34 . estamaos casados y asi empezo nuestras aventuras sexuales . saludos
1 comentarios - empezando un camino sexual