Apoyadas en el tren

Sobre apoyar en el tren, todo empezó sin querer, un día que tuve que tomar el tren hasta Constitución para ir al médico, subo y queda adelante mío una mujer un poco gordita con un culo demencial y una pollera como de oficina, obvio que con las hormonas Full yo le había re fichado el orto y pensaba "qué lindo debe ser cogerse una mina así" pero no pasaba de eso.
La cosa es que con el correr de la estaciones el tren se fue llenando más hasta que su culo quedó bien pegado a mi pija, yo quería correrme para que no piense que era un pajero pero me corría un poquito y ella se corría conmigo, yo pensé que se estaba corriendo por los movimientos del tren, pero después de un rato me di cuenta que tiraba su cola un poco para atrás como a propósito, yo decía "no puede ser, tiene que ser mi imaginación" hasta que en un momento no pude más y se me empezó a parar y dije ya fue acá se da vuelta y me pega una cachetada, pero para mi sorpresa cuando empezó a sentir que mi pija se paraba se puso como loca y quedó bien pegada a mí.
Yo no lo podía creer, en ese entonces todavía no la había puesto ni en remojo y tenía a una mujer con un culo gigante disfrutando que le apoye mi pija bien en el orto, estaba en la gloria, empecé a temblar de los nervios y mi corazón se aceleraba, tenía miedo de que alguien nos vea o me digan que era un degenerado.
Ni sé cuántas estaciones estuvimos así, en un momento me animé a apretarle el culo con la mano y ella seguía moviendo su culito de un lado para el otro, ya por Avellaneda bajaron dos pasajeros y ella también y yo pensé que eso había sido todo pero para mí sorpresa volvió al subir, había bajado para darles lugar a que bajen y cuando subió se dio vuelta y mi mano quedó a la altura de su concha, la empecé a tocar con miedo ya que era la primera vez que tocaba una concha, para mi sorpresa ella no tenía nada abajo de la pollera y primero sentí un poco raro porque estaba muy mojada y saqué mi mano, pero ella me la agarró con cuidado y me la acercó de nuevo hacia su concha, ella se notaba que estaba aguantando los gemidos hasta que creo que acabó porque un hombre le preguntó si estaba bien y ella dijo "mejor no podría estar" y ahí se acomodó la pollera y después bajamos y ella se fue sin decir nada.
Después fui al baño de constitución y me clavé una terrible paja recordando ese momento, después volví a viajar para ver si la volvía a encontrar pero nunca más la vi, ese día descubrí que hay mujeres que les gusta ser manoseadas y apoyadas en el transporte público, ese día y sin querer empezó un vicio que nunca pude dejar.
Tengo montones de anécdotas en los trenes, colectivos, subte y todo el transporte público y hasta recitales o cualquier evento donde haya mucha gente que las iré contando de a poco y si hay alguna mujer que viaje en el tren Roca que le gusten las manoseadas y apoyadas o quiera cumplir alguna fantasía en transporte público que me escriba y vamos hablando.
Saludos.