Muy buenas a todos, les vengo a contar como es que hace tiempo un familiar cercano, mi tÃo, me cogio a mis 18s.
Para proteger la identidad de ambos, en este caso me llamaré "Mirabel" y a él "Julián".
Esto sucedió hace 5 años atrás, como dije en ese momento tenÃa 18 años y vivÃa con mis papás en una casa de ciudad, siempre fui educada y bastante bonita por lo que muchos de mis familiares y mis papás me contaban, a mis 15 tenÃa ciertos dotes qué me destacaban entre las otras niñas por que mi cuerpo era un poco más voluminoso que el de ellas, mis compañeros siempre se me acercaban para charlar conmigo y tratar de verme siempre las tetas o tocarme el culo usando excusas tÃpicas de ese momento, sin embargo no pasó nada más haya de toques e insinuasiones tÃpicas de niñitos pequeños, aunque cuando cumplà mis 18, mi cuerpo creció incluso muchÃsimo más que antes, mis caderas eran algo más anchas y mis muslos más gordos, mis tetas siempre tuvieron problemas para crecer pero recuerdo que en ese momento eran firmes y suficientemente grandes como para llamar la atención de los que me miraban.
Recuerdo que unas 2 semanas después de mi cumpleaños, fuimos de visita a la casa de mi tÃo que vive en un rancho al pie de monte, el estaba de cumpleaños y como siempre fue cercano a la familia fuimos a verlo para celebrar su cumpleaños con mis papás.
Mi tÃo en ese momento estaba soltero por que su pareja lo habÃa dejado debido a que se iba a otro paÃs a hacer una nueva vida, el desde ese momento siempre estuvo mas disponible para nosotros ya que nos ayudaba en todo lo posible, en remodelaciones de la casa, nos visitaba con alguna botana pequeña para acompañados e incluso pasábamos las navidades con el más de lo acostumbrado, el es un hombre bastante alto incluso más que mi papá, mi papá mide 1,80 y el media 1,98, incluso a veces pienso que media los 2 metros y si que era muy grande, pues le costaba pasar por las puertas de su propia casa. El en ese momento era un hombre de un nos 36 años, de una piel gruesa, con un fÃsico considerable ya que siempre iba al gimnasio cuando podÃa, de piel morena tÃpica de hombres que trabajas bajo el sol, el siempre amo y cuido a mi papá incluso cuando el es el mejor ya que mi papá tenÃa 45 y era algo más bajo, y claro, como mis papás tienen una altura promedio tirando a bajo, yo nacà ya chaparra como si fuese un perrito salchicha, cuando sucedió esto media 1,54, o sea que prácticamente mi tÃo me sacaba una enorme cantidad de masa junto a que el es mucho más grande fÃsicamente qué yo.
Bueno, continuo, cuando llegamos a la casa de mi tÃo, yo vestÃa un Jean ajustado y un top pequeño qué dejaba resaltar mi cuerpo voluminoso, el nos dejó pasar y nos saludo como de costumbre, a mi papá de un apretón, a mi mamá de un beso en la mejilla y a mi me dio un abrazo tÃpico de nosotros dos ya que igualmente nos querÃamos bastante por que lo consideraba mi segunda figura paterna, aunque el abrazo era más largo de lo común y me di cuenta de que el se presionó un poco contra mi cuerpo, en el momento no lo entendà pero luego solo lo empuje con cuidado para alejarlo de mi y seguir en lo nuestro, y asà solo avanzamos por la casa para instalarnos ya que nos Ãbamos a quedar durante ese viernes hasta lo que quedaba de mes, mi tÃo estaba bastante solo a pesar de mostrarte feliz y querÃamos que recordará qué siempre nos tenÃa a nosotros, aunque creo que en ese momento no fue la mejor idea quedarnos a dormir por lo que iba a suceder adelante, pero ya no habÃa vuelta atrás en ese momento.
Cuando comenzamos a instalarnos, mis padres se quedaron a dormir en una habitación que estaba al otro extremo de la casa, prácticamente al final de todo hacia el fondo de la casa, y yo me quede en una habitación que estaba al lado de la de mi tio. Como mi tÃo tenÃa de vez en cuando visitas de amigos que se quedaban a dormir con el, por que vive bastante lejos de la gran ciudad y a todos nos cuesta llegar con el, además de que no tiene buen acceso a Internet y vive cerca de un pueblito, en fin, al final de todo, nos terminamos de instalar con bolsos y mochilas y como apenas era medio dÃa, decidimos hacer el almuerzo entre todos, mi tÃo tenÃa una parrilla qué deseaba usar desde hace mucho, y gracias a que estábamos nosotros y era su cumpleaños, le aceptamos que hiciera alguna carnita para que el almuerzo tuviera más sabor, yo solo estaba dándome vueltas de un lado a otro viendo si es que alguien necesitaba ayuda aunque parecÃa que ninguno de mis padres ni mi tÃo la necesitaban, se las arreglaban bien en la cocina y pues yo no podÃa hacer más que colocar los utensilios en la mesa de fuera y solo sentarme a esperar. En eso, mi tÃo al verme algo aburrida se acerco y me dio un pequeño golpe en la cabeza, algo que tenemos de costumbre entre ambos para llamar la atención.
- Oye Mirabel, ¿por que no te bañas en la piscina?, ya comienza a hacer calor y te veo aburrida.
- ¿Enserio?¿No te molesta?.
- ¡Claro que no!, tu solo ve a colocarte tu traje de baño y metete al agua, refresca la piel un rato.
Yo solo le miraba los ojos un rato mientras le sonreÃa y decidà levantarme para darle otro abrazo, y luego largarme a mi habitación en donde busque por unos minutos entre las cosas que lleve un bikini que habÃa traÃdo en caso de emergencias, principalmente por que habÃa un rio cercano a la casa de mi tÃo (unos 30 o 40 minutos a pie) en el cual me gustaba bañarme cuando era más pequeña, pero gracias a que en ese momento me habÃa permitido bañarme en su piscina pude usarlo mucho antes de tiempo y eso me habÃa agradado, asà que solo me desnude en mi habitación, me cambie de ropas y con una toalla en mano me dirigà hacia fuera para acercarme a la escalera de la piscina, en profundidad media unos 2 o 4 metros de fondo por lo que me era mejor bajar por la escalera metálica qué habÃa en la orilla, solo dejé mi toalla a un lado y con pasos lentos me fui adentrando, temblando de lo frÃa qué estaba el agua aunque exquisita para ese dÃa de calor, solo me metà en el agua y comencé a nadar de un lado a otro con tranquilidad mientras miraba con una sonrisa a mi tÃo quien también me miraba sonriendome, yo disfrutaba de poder relajarme un poco antes de comer, aunque de forma algo inesperada me percate de que mi tÃo de vez en cuando me veÃa, aunque dirigÃa su mirada hacia mi cuerpo de forma sospechosa, sus ojos recorrÃan mi cuerpo desde mi cuello hasta los dedos de mis pies, era extraño que hiciera eso pero no me desagradaba pues al fin y al cabo era mi tÃo y eso lo respetaba, la familia a veces nota los cambios en personas que no ven desde hace mucho tiempo. Pero sin darme cuenta, hay es en donde todo comenzarÃa para mi.
Luego de minutos pudimos comer y nos quedamos charlando por bastante rato en la mesa de fuera pasando tiempo en familia ya que como era cumpleaños de mi tÃo, debÃamos compartir más con el y eso estuvo bastante genial, pero claro, como antes mencioné el de vez en cuando me miraba de cuerpo completo mientras estábamos en la mesa, estaba cubierta de una toalla pequeña que cubrÃa parte de mi torso hasta un poco más sobre mis muslos aún húmedos. Por suerte, las horas pasaron rápido y gracias a eso pudimos festejar los 4 juntos, mis padres tomaron un poco de alcohol junto a mi tÃo, comimos carne, jugamos a juegos clásicos de cumpleaños como colocarle la colá al burro o pegarle a la piñata por tradición, claro que no habÃan dulces pero era divertido ver a mi tÃo fallar los golpes con el bate a la piñata, asà fue por bastante tiempo hasta que finalmente se hizo de tarde y todos nos entramos, yo me cambie de ropa a una falda qué llegaba a mis tobillos, una blusa sencilla aunque ajustada y una pequeño chaleco de tela que usaba para pasar el frÃo, en ese momento estaba sentada en el sofá viendo una pelÃcula mientras mis padres y el tÃo platicaban en la cocina sobre temas que por lo menos a mi no me incunbian, estaba algo aburrida en ese lugar por lo que me levante del sofá y me acerque a la cocina para hablarle a mis padres.
- Mamá, voy a darme un baño al rÃo
- ¿A esta hora?, es algo tarde Mirabel, no quiero que algo malo pase o que los lobos aparezcan.
En eso, mi tÃo se unió a la conversa mientras mi papá solo escuchaba.
- Descuida cuñada, los lobos están muy adentro del monte y los zorros no son agresivos, a estas horas no salen animales.
- ¿Estas seguro Julián?.
- Completamente, usted vaya mija, pero lleve una linterna para asegurarse el camino
- Va, ¿te parece bien mamá?.
- No lo se, ¿que dices cariño?.
Mi papá, como siempre estaba algo serio pero no indiferente, solo miro a mi mamá y con la cabeza asintió para que fuera a darme un baño, por lo que mi mamá solo me dijo que "fuera con cuidado" y yo claro que acepte, ya que tampoco querÃa que me pasara algo malo aunque sabÃa que no lo iba a pasar, por lo que me fui a mi habitación nuevamente en donde fui a buscar el bikini qué use hace rato en el medio dÃa, tome otra toalla limpia, me coloque mis chanclas de suela dura para no lastimarme y fui a buscar una linterna a la sala, mi tÃo antes habÃa dejado una sobre la mesa de centro y por suerte tenÃa bastante baterÃa, asà finalmente salà de la casa y me dirigi con la linterna encendida hacia el rÃo para darme un buen baño. El camino como dije antes, duraba entre unos 30 o 40 minutos, tiempo suficiente como para que mis padres ya se fueran a dormir y yo quedarme un rato en el rÃo, claro que antes de meterme me volvà a desnudar entre unos pequeños matorrales para que nadie me viera en caso de que hubiera alguien, y me adentre al agua para refrescar nuevamente la piel, el agua estaba tibia y muy rica para esa noche de una brillante luna blanca aunque oculta sobre las nubes de la noche, solo me daba algunas vueltas por el agua disfrutando de mi soledad y el canto de los grillos de la noche que siempre me encantaron ya que daba esa sensación de estar en un lugar completamente de granja y campo, algo que siempre ame y sigo amando a dÃa de hoy.
Lo sorprendente de ese momento, mientras recorrÃa mis manos por mi pálido cuerpo sintiéndome la reina de ese rÃo, fue el hecho de que mi tÃo, en un instante apareció entre los arbustos con un pequeño farol de esos que usan gasolina o combustible para encenderse, yo me sorprendà por su repentino aparecer quedándome la duda, "¿paso mucho rato desde que salÃ?", era raro que el llegara bastante más rápido que yo al rÃo, se demoro tal vez unos 10 o 15 minutos en llegar hay, lo cual era sosprendente sobretodo por que para la mayorÃa eran casi de forma obligatoria 40 minutos.
- Hola mija, ¿que tal el agua?.
- ¿Como llegaste tan rápido aquà tÃo?.
- Camino rápido, y me se el terreno mejor que nadie.
Su respuesta fue algo convincente en ese momento, la verdad es que tenÃa sentido que llegara en tan poco tiempo siendo que el vivÃa hay desde que tendrÃa tal vez unos 23 o menos, edad en la que yo era muy pequeña para el.
- Pero no me respondiste mija.
- ¡Oh si!, el agua esta rica ahora.
- Genial, genial.
Hubo un pequeño silencio entre ambos, yo solo lo ignore por cierta incomodidad del momento comenzando nuevamente a nadar por el rÃo sin mirarle por un par de segundos, sin embargo, cuando lo volvà a mirar el se estaba quitando la ropa al lado del rÃo, hasta incluso trajo una toalla que recién habÃa visto, esto me sorprendió en su momento ya que no sabÃa que el iba a bañarse conmigo y menos que el se estaba casi desnudando frente a mis ojos, desvie un poco la mirada hasta que sentà como el agua se agitó por la enorme presencia del hombre por su gigantesco cuerpo que parecÃa una montaña, tal vez no tan exagerado, más bien un árbol con músculos en toda dirección que yo podÃa mirar, aunque en su, solo me quede en un rincón mientras el se acercaba a mi para bañarnos juntos, el momento era algo diferente a como siempre era entre nosotros, su presencia no era fácil de evadir y menos cuando al ver bajo el agua iba con un bóxer ajustado qué me dejaba ver un bulto algo gordo, eso era raro y sobretodo en un hombre ya que el parecÃa que nisiquiera estaba excitado en ese momento, yo en toda mi vida hasta ese momento tuve una sola noche de sexo con un chico que me gustaba y yo a él, por lo que mi experiencia sexual era nula como si fuese un desierto sin cactus, no habÃa nada en mi memoria que me permitiera procesar ese momento cuando vi su bulto, se veÃa muy grande en comparación del chico con el que tuve sexo por primera vez, lo peor del momento fue que el se dio cuenta y de alguna forma que no puedo entender el sonreÃa dándose cuenta de que yo me di cuenta de que le mire la entrepierna, por lo que se acerco a mi arrinconandome en la orilla del rÃo colocando su enorme cuerpo frente al mio, el me estaba devorando con la mirada como si fuese una pequeña presa para el o incluso un jugoso trozo de carne, no dijo nada por segundos y yo no me atrevÃa a decirle nada hasta que rompió el hielo.
- Creciste mucho mija, ahora te ves como una mujer muy hermosa
- No diga eso tÃo, es raro...
- ¿Por que no?, si es verdad, te vez muy chula y jugosita vestida en ese bikini
Sus palabras dejaban mi piel de gallina por como me trataba, sus palabras no se oian como la de los tÃpicos viejos verdes qué te puedes encontrar por hay, si no que era más cálido y seductor aunque tenÃa ese toque de lujuria qué a cualquiera podrÃa calentar, su bulto estaba constantemente tocando mi abdomen por su enorme altura, se sentÃa cálido y bastante gordo, parecÃa una bola de tenis o tal vez una albóndiga muy grande, el en todo momento tocaba mi hombro derecho con una de sus manos masajendo mi piel qué estaba erizada por completo, yo no entendÃa nada de lo que pasaba mientras sentÃa como mis piernas temblaban, tal vez era por miedo, temor o peor, por placer de sentirlo tan cerca, era raro, no puedo describir como me sentÃa en ese momento con mi corazón palpitando a mil por hora, parecÃa una locomotora qué cada vez más encendÃa más carbón por los toques de las enormes manos de el hombre que era mi propio tÃo, mi propia sangre, mi familia prácticamente. Eso se mantuvo por bastantes segundos hasta que llevo su mano a mi boca y con su pulgar acarició mis labios, ambos nos mirábamos a los ojos sin poder resistirme a él, prácticamente cualquier intento de zafarme era inútil por la diferencia entre ambos, el solo me podrÃa agarrar como quisiera y hacerme suya, pero en ningún momento lo hizo, solo movÃa sus caderas contra mi abdomen mientras paseaba su pulgar como el querÃa por mis labios, yo estaba asustada en todo momento por no saber que pasarÃa en ese momento, hasta que por fin tomo iniciativa, aunque no de la forma que esperaba.
- Desde que llegaste te estuve mirando mija, que chulada de mujer que eres, para tus 18s tienes el cuerpo de una verdadera mujer y eso no sabes como me prende.
- . . .
- Estas tan rica mija, tus piernas, tus ojos, estos labios tan buen formaditos, o tus ricas tetas paraditas, estas igual de rica que tu mamá cuando tenÃa tu edad.
Sus palabras me soprendian más y más por como me hablaba, estaba cada vez más hablándome como si no fuese su sobrina y menos por mi edad, me quede en shock cuando mencionaba a mi mamá, ahora entiendo a que se referÃa ella con sus "aventuras en la juventud". Pero eso ya no importaba, ya que el solo se alejo de mi y me dio la espalda para acercarse a la orilla del rÃo, donde se salió y se rodeo la cintura con la toalla para tomar su candelabro e irse caminando a la casa, en cambio, yo estaba respirando agitada pero bajo, mis manos se habÃan aferrado al césped bajo el agua mientras mis piernas estaban débiles, mire el cielo sintiendo como mi corazón no paraba de temblar en ningún momento incluso cuando el no estaba hay, no sabÃa que decir, pensar o sentir, solo me acerque a la orilla en donde agarre mi toalla y me senté sobre ella abrazando mis piernas, ¿Enserio todo lo que dijo era verdad, acaso desde la mañana me estaba violando con la mirada?, yo en su momento nunca supe que pasaba por su mente cuando me miraba, tal vez estaba pensando en como me iba a encontrar a solas siempre que podÃa, o quien sabe, no querÃa pensar en eso y menos al sentir que mi entrepierna estaba húmeda, pero no húmeda por el rÃo si no por calentura, toque un poco esa zona y sentÃa como mi bikini estaba caliente, "¿enserio me calentó mi propio tÃo?" pensaba mientras estaba sola, no sabÃa cómo hablar o que decirle a mis papás, o si es que les iba a decir, pero solo me levante y tome mis cosas para irme del rÃo antes de preocupar a mis papás si es que estaban despiertos.
Llegue a la casa y entre lo más rápido posible, me fui a bañar al baño para quitarme toda el agua del rÃo y lavar mi entrepierna qué seguÃa húmeda, lo hice todo rápido para irme a mi habitación en donde cerré la puerta con seguro para solo acostarme en un pijama menor que tenÃa mientras pensaba en lo que sucedió hace poco, aunque no tarde en dormirme por lo cansaba qué me encontré esa noche, abrazando la almohada para conciliar todos mis sueños y no pensar más en eso.
La mañana siguiente todos despertamos de forma normal, nos levantamos, nos vestimos y desayunamos para poder hacer las tareas del hogar, lastimosamente yo no podÃa parar de pensar en mi tÃo calentandome anoche, su mano pasar por mi piel acariciando todo lo que deseaba comerce, como su bulto presionaba mÃa abdomen como si quiera hacerlo suyo, o incluso como abusaba de mis labios con su pulgar buscando el tratar de besarme o eso pensaba, no pude parar de pensar en eso todo el dÃa hasta la otra noche.
Aunque esto solo estaba iniciando.
Para proteger la identidad de ambos, en este caso me llamaré "Mirabel" y a él "Julián".
Esto sucedió hace 5 años atrás, como dije en ese momento tenÃa 18 años y vivÃa con mis papás en una casa de ciudad, siempre fui educada y bastante bonita por lo que muchos de mis familiares y mis papás me contaban, a mis 15 tenÃa ciertos dotes qué me destacaban entre las otras niñas por que mi cuerpo era un poco más voluminoso que el de ellas, mis compañeros siempre se me acercaban para charlar conmigo y tratar de verme siempre las tetas o tocarme el culo usando excusas tÃpicas de ese momento, sin embargo no pasó nada más haya de toques e insinuasiones tÃpicas de niñitos pequeños, aunque cuando cumplà mis 18, mi cuerpo creció incluso muchÃsimo más que antes, mis caderas eran algo más anchas y mis muslos más gordos, mis tetas siempre tuvieron problemas para crecer pero recuerdo que en ese momento eran firmes y suficientemente grandes como para llamar la atención de los que me miraban.
Recuerdo que unas 2 semanas después de mi cumpleaños, fuimos de visita a la casa de mi tÃo que vive en un rancho al pie de monte, el estaba de cumpleaños y como siempre fue cercano a la familia fuimos a verlo para celebrar su cumpleaños con mis papás.
Mi tÃo en ese momento estaba soltero por que su pareja lo habÃa dejado debido a que se iba a otro paÃs a hacer una nueva vida, el desde ese momento siempre estuvo mas disponible para nosotros ya que nos ayudaba en todo lo posible, en remodelaciones de la casa, nos visitaba con alguna botana pequeña para acompañados e incluso pasábamos las navidades con el más de lo acostumbrado, el es un hombre bastante alto incluso más que mi papá, mi papá mide 1,80 y el media 1,98, incluso a veces pienso que media los 2 metros y si que era muy grande, pues le costaba pasar por las puertas de su propia casa. El en ese momento era un hombre de un nos 36 años, de una piel gruesa, con un fÃsico considerable ya que siempre iba al gimnasio cuando podÃa, de piel morena tÃpica de hombres que trabajas bajo el sol, el siempre amo y cuido a mi papá incluso cuando el es el mejor ya que mi papá tenÃa 45 y era algo más bajo, y claro, como mis papás tienen una altura promedio tirando a bajo, yo nacà ya chaparra como si fuese un perrito salchicha, cuando sucedió esto media 1,54, o sea que prácticamente mi tÃo me sacaba una enorme cantidad de masa junto a que el es mucho más grande fÃsicamente qué yo.
Bueno, continuo, cuando llegamos a la casa de mi tÃo, yo vestÃa un Jean ajustado y un top pequeño qué dejaba resaltar mi cuerpo voluminoso, el nos dejó pasar y nos saludo como de costumbre, a mi papá de un apretón, a mi mamá de un beso en la mejilla y a mi me dio un abrazo tÃpico de nosotros dos ya que igualmente nos querÃamos bastante por que lo consideraba mi segunda figura paterna, aunque el abrazo era más largo de lo común y me di cuenta de que el se presionó un poco contra mi cuerpo, en el momento no lo entendà pero luego solo lo empuje con cuidado para alejarlo de mi y seguir en lo nuestro, y asà solo avanzamos por la casa para instalarnos ya que nos Ãbamos a quedar durante ese viernes hasta lo que quedaba de mes, mi tÃo estaba bastante solo a pesar de mostrarte feliz y querÃamos que recordará qué siempre nos tenÃa a nosotros, aunque creo que en ese momento no fue la mejor idea quedarnos a dormir por lo que iba a suceder adelante, pero ya no habÃa vuelta atrás en ese momento.
Cuando comenzamos a instalarnos, mis padres se quedaron a dormir en una habitación que estaba al otro extremo de la casa, prácticamente al final de todo hacia el fondo de la casa, y yo me quede en una habitación que estaba al lado de la de mi tio. Como mi tÃo tenÃa de vez en cuando visitas de amigos que se quedaban a dormir con el, por que vive bastante lejos de la gran ciudad y a todos nos cuesta llegar con el, además de que no tiene buen acceso a Internet y vive cerca de un pueblito, en fin, al final de todo, nos terminamos de instalar con bolsos y mochilas y como apenas era medio dÃa, decidimos hacer el almuerzo entre todos, mi tÃo tenÃa una parrilla qué deseaba usar desde hace mucho, y gracias a que estábamos nosotros y era su cumpleaños, le aceptamos que hiciera alguna carnita para que el almuerzo tuviera más sabor, yo solo estaba dándome vueltas de un lado a otro viendo si es que alguien necesitaba ayuda aunque parecÃa que ninguno de mis padres ni mi tÃo la necesitaban, se las arreglaban bien en la cocina y pues yo no podÃa hacer más que colocar los utensilios en la mesa de fuera y solo sentarme a esperar. En eso, mi tÃo al verme algo aburrida se acerco y me dio un pequeño golpe en la cabeza, algo que tenemos de costumbre entre ambos para llamar la atención.
- Oye Mirabel, ¿por que no te bañas en la piscina?, ya comienza a hacer calor y te veo aburrida.
- ¿Enserio?¿No te molesta?.
- ¡Claro que no!, tu solo ve a colocarte tu traje de baño y metete al agua, refresca la piel un rato.
Yo solo le miraba los ojos un rato mientras le sonreÃa y decidà levantarme para darle otro abrazo, y luego largarme a mi habitación en donde busque por unos minutos entre las cosas que lleve un bikini que habÃa traÃdo en caso de emergencias, principalmente por que habÃa un rio cercano a la casa de mi tÃo (unos 30 o 40 minutos a pie) en el cual me gustaba bañarme cuando era más pequeña, pero gracias a que en ese momento me habÃa permitido bañarme en su piscina pude usarlo mucho antes de tiempo y eso me habÃa agradado, asà que solo me desnude en mi habitación, me cambie de ropas y con una toalla en mano me dirigà hacia fuera para acercarme a la escalera de la piscina, en profundidad media unos 2 o 4 metros de fondo por lo que me era mejor bajar por la escalera metálica qué habÃa en la orilla, solo dejé mi toalla a un lado y con pasos lentos me fui adentrando, temblando de lo frÃa qué estaba el agua aunque exquisita para ese dÃa de calor, solo me metà en el agua y comencé a nadar de un lado a otro con tranquilidad mientras miraba con una sonrisa a mi tÃo quien también me miraba sonriendome, yo disfrutaba de poder relajarme un poco antes de comer, aunque de forma algo inesperada me percate de que mi tÃo de vez en cuando me veÃa, aunque dirigÃa su mirada hacia mi cuerpo de forma sospechosa, sus ojos recorrÃan mi cuerpo desde mi cuello hasta los dedos de mis pies, era extraño que hiciera eso pero no me desagradaba pues al fin y al cabo era mi tÃo y eso lo respetaba, la familia a veces nota los cambios en personas que no ven desde hace mucho tiempo. Pero sin darme cuenta, hay es en donde todo comenzarÃa para mi.
Luego de minutos pudimos comer y nos quedamos charlando por bastante rato en la mesa de fuera pasando tiempo en familia ya que como era cumpleaños de mi tÃo, debÃamos compartir más con el y eso estuvo bastante genial, pero claro, como antes mencioné el de vez en cuando me miraba de cuerpo completo mientras estábamos en la mesa, estaba cubierta de una toalla pequeña que cubrÃa parte de mi torso hasta un poco más sobre mis muslos aún húmedos. Por suerte, las horas pasaron rápido y gracias a eso pudimos festejar los 4 juntos, mis padres tomaron un poco de alcohol junto a mi tÃo, comimos carne, jugamos a juegos clásicos de cumpleaños como colocarle la colá al burro o pegarle a la piñata por tradición, claro que no habÃan dulces pero era divertido ver a mi tÃo fallar los golpes con el bate a la piñata, asà fue por bastante tiempo hasta que finalmente se hizo de tarde y todos nos entramos, yo me cambie de ropa a una falda qué llegaba a mis tobillos, una blusa sencilla aunque ajustada y una pequeño chaleco de tela que usaba para pasar el frÃo, en ese momento estaba sentada en el sofá viendo una pelÃcula mientras mis padres y el tÃo platicaban en la cocina sobre temas que por lo menos a mi no me incunbian, estaba algo aburrida en ese lugar por lo que me levante del sofá y me acerque a la cocina para hablarle a mis padres.
- Mamá, voy a darme un baño al rÃo
- ¿A esta hora?, es algo tarde Mirabel, no quiero que algo malo pase o que los lobos aparezcan.
En eso, mi tÃo se unió a la conversa mientras mi papá solo escuchaba.
- Descuida cuñada, los lobos están muy adentro del monte y los zorros no son agresivos, a estas horas no salen animales.
- ¿Estas seguro Julián?.
- Completamente, usted vaya mija, pero lleve una linterna para asegurarse el camino
- Va, ¿te parece bien mamá?.
- No lo se, ¿que dices cariño?.
Mi papá, como siempre estaba algo serio pero no indiferente, solo miro a mi mamá y con la cabeza asintió para que fuera a darme un baño, por lo que mi mamá solo me dijo que "fuera con cuidado" y yo claro que acepte, ya que tampoco querÃa que me pasara algo malo aunque sabÃa que no lo iba a pasar, por lo que me fui a mi habitación nuevamente en donde fui a buscar el bikini qué use hace rato en el medio dÃa, tome otra toalla limpia, me coloque mis chanclas de suela dura para no lastimarme y fui a buscar una linterna a la sala, mi tÃo antes habÃa dejado una sobre la mesa de centro y por suerte tenÃa bastante baterÃa, asà finalmente salà de la casa y me dirigi con la linterna encendida hacia el rÃo para darme un buen baño. El camino como dije antes, duraba entre unos 30 o 40 minutos, tiempo suficiente como para que mis padres ya se fueran a dormir y yo quedarme un rato en el rÃo, claro que antes de meterme me volvà a desnudar entre unos pequeños matorrales para que nadie me viera en caso de que hubiera alguien, y me adentre al agua para refrescar nuevamente la piel, el agua estaba tibia y muy rica para esa noche de una brillante luna blanca aunque oculta sobre las nubes de la noche, solo me daba algunas vueltas por el agua disfrutando de mi soledad y el canto de los grillos de la noche que siempre me encantaron ya que daba esa sensación de estar en un lugar completamente de granja y campo, algo que siempre ame y sigo amando a dÃa de hoy.
Lo sorprendente de ese momento, mientras recorrÃa mis manos por mi pálido cuerpo sintiéndome la reina de ese rÃo, fue el hecho de que mi tÃo, en un instante apareció entre los arbustos con un pequeño farol de esos que usan gasolina o combustible para encenderse, yo me sorprendà por su repentino aparecer quedándome la duda, "¿paso mucho rato desde que salÃ?", era raro que el llegara bastante más rápido que yo al rÃo, se demoro tal vez unos 10 o 15 minutos en llegar hay, lo cual era sosprendente sobretodo por que para la mayorÃa eran casi de forma obligatoria 40 minutos.
- Hola mija, ¿que tal el agua?.
- ¿Como llegaste tan rápido aquà tÃo?.
- Camino rápido, y me se el terreno mejor que nadie.
Su respuesta fue algo convincente en ese momento, la verdad es que tenÃa sentido que llegara en tan poco tiempo siendo que el vivÃa hay desde que tendrÃa tal vez unos 23 o menos, edad en la que yo era muy pequeña para el.
- Pero no me respondiste mija.
- ¡Oh si!, el agua esta rica ahora.
- Genial, genial.
Hubo un pequeño silencio entre ambos, yo solo lo ignore por cierta incomodidad del momento comenzando nuevamente a nadar por el rÃo sin mirarle por un par de segundos, sin embargo, cuando lo volvà a mirar el se estaba quitando la ropa al lado del rÃo, hasta incluso trajo una toalla que recién habÃa visto, esto me sorprendió en su momento ya que no sabÃa que el iba a bañarse conmigo y menos que el se estaba casi desnudando frente a mis ojos, desvie un poco la mirada hasta que sentà como el agua se agitó por la enorme presencia del hombre por su gigantesco cuerpo que parecÃa una montaña, tal vez no tan exagerado, más bien un árbol con músculos en toda dirección que yo podÃa mirar, aunque en su, solo me quede en un rincón mientras el se acercaba a mi para bañarnos juntos, el momento era algo diferente a como siempre era entre nosotros, su presencia no era fácil de evadir y menos cuando al ver bajo el agua iba con un bóxer ajustado qué me dejaba ver un bulto algo gordo, eso era raro y sobretodo en un hombre ya que el parecÃa que nisiquiera estaba excitado en ese momento, yo en toda mi vida hasta ese momento tuve una sola noche de sexo con un chico que me gustaba y yo a él, por lo que mi experiencia sexual era nula como si fuese un desierto sin cactus, no habÃa nada en mi memoria que me permitiera procesar ese momento cuando vi su bulto, se veÃa muy grande en comparación del chico con el que tuve sexo por primera vez, lo peor del momento fue que el se dio cuenta y de alguna forma que no puedo entender el sonreÃa dándose cuenta de que yo me di cuenta de que le mire la entrepierna, por lo que se acerco a mi arrinconandome en la orilla del rÃo colocando su enorme cuerpo frente al mio, el me estaba devorando con la mirada como si fuese una pequeña presa para el o incluso un jugoso trozo de carne, no dijo nada por segundos y yo no me atrevÃa a decirle nada hasta que rompió el hielo.
- Creciste mucho mija, ahora te ves como una mujer muy hermosa
- No diga eso tÃo, es raro...
- ¿Por que no?, si es verdad, te vez muy chula y jugosita vestida en ese bikini
Sus palabras dejaban mi piel de gallina por como me trataba, sus palabras no se oian como la de los tÃpicos viejos verdes qué te puedes encontrar por hay, si no que era más cálido y seductor aunque tenÃa ese toque de lujuria qué a cualquiera podrÃa calentar, su bulto estaba constantemente tocando mi abdomen por su enorme altura, se sentÃa cálido y bastante gordo, parecÃa una bola de tenis o tal vez una albóndiga muy grande, el en todo momento tocaba mi hombro derecho con una de sus manos masajendo mi piel qué estaba erizada por completo, yo no entendÃa nada de lo que pasaba mientras sentÃa como mis piernas temblaban, tal vez era por miedo, temor o peor, por placer de sentirlo tan cerca, era raro, no puedo describir como me sentÃa en ese momento con mi corazón palpitando a mil por hora, parecÃa una locomotora qué cada vez más encendÃa más carbón por los toques de las enormes manos de el hombre que era mi propio tÃo, mi propia sangre, mi familia prácticamente. Eso se mantuvo por bastantes segundos hasta que llevo su mano a mi boca y con su pulgar acarició mis labios, ambos nos mirábamos a los ojos sin poder resistirme a él, prácticamente cualquier intento de zafarme era inútil por la diferencia entre ambos, el solo me podrÃa agarrar como quisiera y hacerme suya, pero en ningún momento lo hizo, solo movÃa sus caderas contra mi abdomen mientras paseaba su pulgar como el querÃa por mis labios, yo estaba asustada en todo momento por no saber que pasarÃa en ese momento, hasta que por fin tomo iniciativa, aunque no de la forma que esperaba.
- Desde que llegaste te estuve mirando mija, que chulada de mujer que eres, para tus 18s tienes el cuerpo de una verdadera mujer y eso no sabes como me prende.
- . . .
- Estas tan rica mija, tus piernas, tus ojos, estos labios tan buen formaditos, o tus ricas tetas paraditas, estas igual de rica que tu mamá cuando tenÃa tu edad.
Sus palabras me soprendian más y más por como me hablaba, estaba cada vez más hablándome como si no fuese su sobrina y menos por mi edad, me quede en shock cuando mencionaba a mi mamá, ahora entiendo a que se referÃa ella con sus "aventuras en la juventud". Pero eso ya no importaba, ya que el solo se alejo de mi y me dio la espalda para acercarse a la orilla del rÃo, donde se salió y se rodeo la cintura con la toalla para tomar su candelabro e irse caminando a la casa, en cambio, yo estaba respirando agitada pero bajo, mis manos se habÃan aferrado al césped bajo el agua mientras mis piernas estaban débiles, mire el cielo sintiendo como mi corazón no paraba de temblar en ningún momento incluso cuando el no estaba hay, no sabÃa que decir, pensar o sentir, solo me acerque a la orilla en donde agarre mi toalla y me senté sobre ella abrazando mis piernas, ¿Enserio todo lo que dijo era verdad, acaso desde la mañana me estaba violando con la mirada?, yo en su momento nunca supe que pasaba por su mente cuando me miraba, tal vez estaba pensando en como me iba a encontrar a solas siempre que podÃa, o quien sabe, no querÃa pensar en eso y menos al sentir que mi entrepierna estaba húmeda, pero no húmeda por el rÃo si no por calentura, toque un poco esa zona y sentÃa como mi bikini estaba caliente, "¿enserio me calentó mi propio tÃo?" pensaba mientras estaba sola, no sabÃa cómo hablar o que decirle a mis papás, o si es que les iba a decir, pero solo me levante y tome mis cosas para irme del rÃo antes de preocupar a mis papás si es que estaban despiertos.
Llegue a la casa y entre lo más rápido posible, me fui a bañar al baño para quitarme toda el agua del rÃo y lavar mi entrepierna qué seguÃa húmeda, lo hice todo rápido para irme a mi habitación en donde cerré la puerta con seguro para solo acostarme en un pijama menor que tenÃa mientras pensaba en lo que sucedió hace poco, aunque no tarde en dormirme por lo cansaba qué me encontré esa noche, abrazando la almohada para conciliar todos mis sueños y no pensar más en eso.
La mañana siguiente todos despertamos de forma normal, nos levantamos, nos vestimos y desayunamos para poder hacer las tareas del hogar, lastimosamente yo no podÃa parar de pensar en mi tÃo calentandome anoche, su mano pasar por mi piel acariciando todo lo que deseaba comerce, como su bulto presionaba mÃa abdomen como si quiera hacerlo suyo, o incluso como abusaba de mis labios con su pulgar buscando el tratar de besarme o eso pensaba, no pude parar de pensar en eso todo el dÃa hasta la otra noche.
Aunque esto solo estaba iniciando.
1 comentarios - Mi tÃo me cogio por primera vez (parte 1)