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Fantasias de una sissy

Recuerdo que todo empezó hace un par de años producto de la necesidad, en las noches estaba tan caliente que no podía pensar bien y sin saber cuándo ni cómo me hallé tomándome fotos desnudo para desconocidos en internet. Tengo un muy buen físico para ser sumiso, piel blanquita, pelito rubio y largo, ojitos claros, pequeño, flaco, pero con curvas, tengo muy buena cintura así como grandes caderas, con un culito bastante grande y un penecito muy chiquito que más se parece a un clítoris que a un verdadero pene. Me gustaba hablar bastante con los hombres a los que les gustaba. Todo se quedaba en conversaciones muy subidas de tono con algunos comentarios extra, pero al final se terminaban olvidando de mi. Fue así hasta hace un par de semanas que mi vida cambió radicalmente. Yo volvía a mi casa después de la universidad, tuve un par de problemas y me atrasé una hora. Enojado y resignado me ví obligado a tomar el tren que salía una hora después. El tren arribó lleno, pero al cabo de una para la mayoría de los pasajeros se bajaron por lo que me pude sentar con comodidad, junto a mi se sentó un hombre, pero no me importó y seguí viendo mi celular. Suelo ver mucho contenido porno sin importar el lugar por lo que se me hace normal que se me queden viendo. Justo en ese momento estaba en snapchat revisando las decenas de conversaciones de hombres que me mandan fotos de sus penes. El hombre a mi par se dio cuenta y cuando lo miré de reojo refugió la vista en su teléfono. Pronto me percaté que él también estaba viendo sus chats de snapchat y no me pude creer cuando ví que estaba en chat conmigo. Resulta que aquel hombre era, de a quienes les he hablado, mi favorito. Rápido le escribí preguntandole si era él el que estaba al lado mío y repentinamente me volvió a ver. Fue en ese punto que lo reconocí: alto; muy musculoso y bien definido, llevaba una camisa de tirantes bastante holgada con la que podía ver perfectamente sus poderosos brazos; guapo y muy varonil; y lo que más me encata de él, su hermosa piel negra como el ébano. Nos quedamos viendo un rato hasta que de mi salió un tímido “hola”. La conversación siguió con un poco de incomodidad e incredulidad, pero pronto vimos que teníamos química y nos pusimos al día descubriendo que en realidad vivíamos cerca. Eventualmente salió el tema de conversación de tener sexo, justo en ese momento solo quedabamos él y yo en el vagon. no respondí nada pero me pegué lo más que pude a él. Lo volví a ver fijamente, nunca me había mostrado su cara en chat y por verguenza no lo había visto directo. Puse mi mano en su muslo y lentamente la fuí acercando a su entrepierna, no tardé mucho hasta dar con algo grande y blando. Empecé a acariciarlo lentamente, él puso su brazo alrededor mío y yo me recosté en su pecho. El bulto en sus pantalones se endurecía cada vez más y su tamaño aumentaba haciéndose cada vez más y más grande hasta el punto de hacerse enorme. Se había puesto de tal tamaño que él se incomodaba de cómo le apretaba el pantalón y sin decir ni advertir nada se desabrochó el pantalón y sacó del boxer su tan enorme y gigantesco pene, negro de arriba abajo y con algunas cuantas grandes venas. Me quedé asombrado viendo su inmenso tamaño y como palpitaba ansioso. Traté de agarrarlo con mi mano, pero me sorprendí aún más de ver como no pude agarrarlo por completo así que lo tomé con ambas manos y comencé a masturbarlo. El se mostraba sumamente impaciente y yo aceleré más y más, pero solo logré inquietarlo más. Sin esperarlo él empujó mi cabeza con su mano cerca de su negro pene, yo no me resistí y de un bocado metí en mi boca todo su glande, que, pece a ser tan solo la punta, llenó bastante mi paladar. Con los labios le masajeé la corona y pronto con la punta de la lengua le dibujé circulitos en su punta, justo sobre el frenillo. Él se excitó mucho y yo supe que lo estaba haciendo bien. Era mi primera vez mamando un pene de hecho supuse que si lo hacía bien sería por alguna cualidad innata de puta, soy amante del contenido “sissy” por lo que yo también me excité de pensar en que mi comportamiento era el de esperar (y me emocionó más pensar que se la mamaba a mi macho preferido). Seguimos así hasta que me dí cuenta que ya estábamos en mi parada por lo que, con resentimiento, me saqué el negro pene de la boca y me despedí, con dolor, de mi macho, diciéndole que lo volveríamos a hacer la próxima vez. Me di la vuelta y antes de dar dos pasos el tren arrancó repentinamente y tan bruscamente que el impacto me empujó para atrás de modo que caí de culo sobre el negro pene aún expuesto de mi acompañante. Fue tal la sorpresa que me quedé inmovil y él aprovechando la oportunidad me tomó por las caderas y me tuvo pegado a sí. Le pedí que me soltara, pero me hizo ver que ya había pasado mi parada para luego convencerme que lo acompañara hasta su casa pues quedaban cerca y nosotros quedamos con algo pendiente. Accedí porque en ese momento no tenía la mente clara. Mientras tanto él me manoseaba el pecho y los muslos mientras me devoraba el cuello. Llegamos a la siguiente parada que era la de él. Se guardó sy enorme pene negro y agarrándome firmemente del culo me dirigió hasta su casa. Él vivía en un barrio muy marginado y peligroso, pero me dijo que no me preocupara mientras andara con él, esa sensación fue bastante excitante. Llegamos a su casa y metiéndome a su cuarto me hizo tirada a la cama con una nalgada. Cuando lo volví a ver ya se había quitado el pantalon y mostraba su negro pene con sumo poder.
Fantasias de una sissy

2 comentarios - Fantasias de una sissy

Jakamono99 +1
Muy buen relato, me calentó mucho
Othtts
Muchas gracias, pronto subo la próxima parte
jorge020003 +1
q buen relato, y esa imagen UFF deliciosa, majestuosa verga a la par de esa lindura
Othtts
Muchísimas gracias, seguiré subiendo las siguientes partes. Ojalá gusten igual