Pasan casi dos meses en que no vuelvo a verlos de nuevo, él no ha venido a verla en ningún momento, ella tampoco pasa tanto tiempo en casa, mientras tanto nuestras relaciones siguen siendo bastante espaciadas, ella sigue cuidando a un chico como trabajo y estudiando su carrera, no sé qué pensar, por momentos pienso que quizás se dejaron de ver, en otros momentos pienso que se ven en otro lado, finalmente esta es la idea que me parece más posible, sobre todo por como ella me evita en el momento de tener relaciones, tenía que encontrar una solución al problema. Después de mucho pensarlo, me pareció que tenía que hablar con Pedro, pero como lo encararía, no sabía muy bien cómo hacerlo, estuve largo tiempo pensándolo, un día finalmente me decidí, le mande un mensaje y le dije que necesitaba hablar con él, me cito en la casa de mi madre un día que ella no estaba. La noche anterior no podía dormir pensando en cómo encarar el tema, la jornada de trabajo se me hizo larguísima, miraba el reloj todo el tiempo, cuando salí del trabajo, me senté en un bar, pedí una cerveza, no paraba de darle vueltas en la cabeza, recordaba que era el hombre que solía traer sus amantes a casa cuando mi madre no estaba, dejaba la puerta entreabierta y desde la obscuridad del living, me dejaba ver como tenía relaciones con diferentes chicas a cambio de mi silencio. El tiempo había pasado, mire por la ventana la genta que pasaba, terminé mi cerveza y fui para la casa de mi madre. Toque el timbre, Pedro me abrió, tenía puesta una camiseta vieja, unos shorts de baño, me hizo pasar, me dio un abrazo, me sentí raro, siempre solía abrazarme, pero esta vez no lo sentí como siempre. Nos sentamos, trajo una cerveza fría, encendió un cigarrillo, me preguntó si no me molestaba que fumara, mi madre nunca quería que él fumara en casa.
-Bueno… y que te anda pasando… en que te puedo ayudar…
-Mira Pedro… no sé cómo decirlo… pero mi esposa… Ruth… la noto rara… me evita todo el tiempo… creo que me está engañando con alguien… -le dio una calada profunda al cigarrillo, tiro la ceniza en el cenicero, lo dejó apoyado en él, tomó un trago de cerveza, me miró a los ojos y me descargó.
-Supongo que tenes un montón de amigos de tu edad y de tu confianza para hablar de esto… -hizo una pausa larga, yo no dije nada.- vos sabes que soy un mujeriego… de hecho hemos compartido un montón de momentos… bueno ya sabes… si viniste a verme a mi… es porque seguramente crees… que dado lo hermosa que es tu mujer… la semejanza que tienen sus formas deliciosas con las formas de tu madre, pero más joven… debes pensar que está teniendo algo conmigo… -me quedé en silencio, no esperaba que fuera tan frontal. Hizo una larga pausa, volvió a darle una pitada al cigarrillo, lo volvió a dejar, tomó otro trago de cerveza, levantó su copa brindando conmigo, queres que prepare una picada, así no tomas con el estómago vacío. Y se fue a la cocina a prepararla, yo no me moví del sillón, había cortado un salamín, un poco de queso, algo de pan, unas papas fritas. Parecía que el dialogo había quedado detenido. Trajo todo a la mesa, comió un poco de salame con pan, volvió a beber, me miró fijo a los ojos.
-Creo que en las reuniones familiares te diste cuenta como aproveché cada momento que tuve para acercarme a ella… era muy tímida… muy cortada al principio… pero se fue soltando… abriendo… -dijo esto con una cara que era para trompearlo, si yo hubiera sido otra persona claro.- y si… hace varios meses que es mi amante… -me quedé casi temblando en el sillón sentado, no sabía cómo seguir con el tema, no esperaba que fuera tan directo.
-Y cómo empezó…? No se… quiero decir… ella no es así… -el sonrió de costado.
-Empecé con diferentes excusas a ir a tu casa… al principio estaba muy cortada… muy tímida… ahora es otra persona… tendrías que verla… -dijo poniendo énfasis en eso.
-Y lo hacen en mi casa…? –ahora sonreía abiertamente, volvió a servirse pan, salame, queso, comió lentamente, volvió a beber, el cigarrillo se había consumido en el cenicero. Parecía no tener ningún apuro, ni temor, ni nada por el estilo, estaba cómodo, parecía saber cuál sería el desenlace de la situación.
-Al principio lo hicimos varias veces en tu casa… después a Rutita… le entró el morbo de hacerlo en la cama en que duermo con tu madre… le da mucho morbo hacerlo en nuestra cama… así que cuando podemos… viene para acá… la nuera visitando al… suegrastro??? Existirá esa palabra? Nadie va pensar que van a hacer algo malo… y en realidad está buenísimo lo que hacemos…
Sentía la erección que tenía en ese momento, estaba tan caliente, por suerte el vaquero me permitía ocultarla y que él no se diera cuenta.
-Mira… en un par de semanas tu mamá tiene un casamiento de una sobrina en el interior… se va a ir a pasar el fin de semana… yo arreglé todo para no trabajar… tu señora quiere que la lleve a cenar y después a bailar… y después venimos para acá… a vos te dirá que sale con amigas o algo así… pero vamos a venir a hacerlo tranquilos acá después de salir…
-Y que pretendes que haga con esto que me decís… que te felicite? –trataba de fingir enojo, pero sentía más excitación que enojo, él se dio cuenta claramente, mi tono de voz era raro, parecía quebrarse mi voz.
-Pensaba que te podes venir a la noche… total vos tenes llave de la casa, te metes en tu cuarto… dormís tranqui… cuando llegamos a casa y escuchas que vamos al cuarto te puedo dejar la puerta abierta para que mires… eso sí… tenes que ser discreto… y si te llega a descubrir… bueno… tendrás que blanquear que te gusta mirar… -me tome toda la cerveza que me había servido, me serví un poco más. No sabía que decirle realmente, tantas veces había traído a sus amantes y dejarme mirar, pero esta era mi esposa claro, y habilitar la situación era aceptar que el fuera y siguiera siendo su amante cuando quisiera, pareció notar mis dudas, aunque creo que él sabía cuál iba a ser el resultado.
-Hace una cosa… pensalo con tiempo… total faltan un par de semanas…
-Pero no está bien que vos estés teniendo relaciones con mi esposa… -dije como en un arrebato.
-Eso si querés hablalo con tu esposa… -dijo secamente- ella es mi amante ahora… está cada vez más… desinhibida… está descubriendo cosa nuevas en ella… le gusta jugar… le gusta que la guie… -se puso de pie.- bueno… creo que está todo claro… tengo que dormir un rato que tengo que cubrir un turno ahora a la noche… -empezó a caminar hacia la puerta, me puse de pie, el abrió la puerta, ni lo mire, salí del departamento y me fui a caminar por la ciudad, estaba obscureciendo ya.
-Bueno… y que te anda pasando… en que te puedo ayudar…
-Mira Pedro… no sé cómo decirlo… pero mi esposa… Ruth… la noto rara… me evita todo el tiempo… creo que me está engañando con alguien… -le dio una calada profunda al cigarrillo, tiro la ceniza en el cenicero, lo dejó apoyado en él, tomó un trago de cerveza, me miró a los ojos y me descargó.
-Supongo que tenes un montón de amigos de tu edad y de tu confianza para hablar de esto… -hizo una pausa larga, yo no dije nada.- vos sabes que soy un mujeriego… de hecho hemos compartido un montón de momentos… bueno ya sabes… si viniste a verme a mi… es porque seguramente crees… que dado lo hermosa que es tu mujer… la semejanza que tienen sus formas deliciosas con las formas de tu madre, pero más joven… debes pensar que está teniendo algo conmigo… -me quedé en silencio, no esperaba que fuera tan frontal. Hizo una larga pausa, volvió a darle una pitada al cigarrillo, lo volvió a dejar, tomó otro trago de cerveza, levantó su copa brindando conmigo, queres que prepare una picada, así no tomas con el estómago vacío. Y se fue a la cocina a prepararla, yo no me moví del sillón, había cortado un salamín, un poco de queso, algo de pan, unas papas fritas. Parecía que el dialogo había quedado detenido. Trajo todo a la mesa, comió un poco de salame con pan, volvió a beber, me miró fijo a los ojos.
-Creo que en las reuniones familiares te diste cuenta como aproveché cada momento que tuve para acercarme a ella… era muy tímida… muy cortada al principio… pero se fue soltando… abriendo… -dijo esto con una cara que era para trompearlo, si yo hubiera sido otra persona claro.- y si… hace varios meses que es mi amante… -me quedé casi temblando en el sillón sentado, no sabía cómo seguir con el tema, no esperaba que fuera tan directo.
-Y cómo empezó…? No se… quiero decir… ella no es así… -el sonrió de costado.
-Empecé con diferentes excusas a ir a tu casa… al principio estaba muy cortada… muy tímida… ahora es otra persona… tendrías que verla… -dijo poniendo énfasis en eso.
-Y lo hacen en mi casa…? –ahora sonreía abiertamente, volvió a servirse pan, salame, queso, comió lentamente, volvió a beber, el cigarrillo se había consumido en el cenicero. Parecía no tener ningún apuro, ni temor, ni nada por el estilo, estaba cómodo, parecía saber cuál sería el desenlace de la situación.
-Al principio lo hicimos varias veces en tu casa… después a Rutita… le entró el morbo de hacerlo en la cama en que duermo con tu madre… le da mucho morbo hacerlo en nuestra cama… así que cuando podemos… viene para acá… la nuera visitando al… suegrastro??? Existirá esa palabra? Nadie va pensar que van a hacer algo malo… y en realidad está buenísimo lo que hacemos…
Sentía la erección que tenía en ese momento, estaba tan caliente, por suerte el vaquero me permitía ocultarla y que él no se diera cuenta.
-Mira… en un par de semanas tu mamá tiene un casamiento de una sobrina en el interior… se va a ir a pasar el fin de semana… yo arreglé todo para no trabajar… tu señora quiere que la lleve a cenar y después a bailar… y después venimos para acá… a vos te dirá que sale con amigas o algo así… pero vamos a venir a hacerlo tranquilos acá después de salir…
-Y que pretendes que haga con esto que me decís… que te felicite? –trataba de fingir enojo, pero sentía más excitación que enojo, él se dio cuenta claramente, mi tono de voz era raro, parecía quebrarse mi voz.
-Pensaba que te podes venir a la noche… total vos tenes llave de la casa, te metes en tu cuarto… dormís tranqui… cuando llegamos a casa y escuchas que vamos al cuarto te puedo dejar la puerta abierta para que mires… eso sí… tenes que ser discreto… y si te llega a descubrir… bueno… tendrás que blanquear que te gusta mirar… -me tome toda la cerveza que me había servido, me serví un poco más. No sabía que decirle realmente, tantas veces había traído a sus amantes y dejarme mirar, pero esta era mi esposa claro, y habilitar la situación era aceptar que el fuera y siguiera siendo su amante cuando quisiera, pareció notar mis dudas, aunque creo que él sabía cuál iba a ser el resultado.
-Hace una cosa… pensalo con tiempo… total faltan un par de semanas…
-Pero no está bien que vos estés teniendo relaciones con mi esposa… -dije como en un arrebato.
-Eso si querés hablalo con tu esposa… -dijo secamente- ella es mi amante ahora… está cada vez más… desinhibida… está descubriendo cosa nuevas en ella… le gusta jugar… le gusta que la guie… -se puso de pie.- bueno… creo que está todo claro… tengo que dormir un rato que tengo que cubrir un turno ahora a la noche… -empezó a caminar hacia la puerta, me puse de pie, el abrió la puerta, ni lo mire, salí del departamento y me fui a caminar por la ciudad, estaba obscureciendo ya.
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