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Los peores amantes: Capitulo X

Capítulo X: Día de relax y sensaciones fuertes
 
Las cosas con Bea siguieron escalando en todo sentido. Y si, en sentimientos también nos involucramos más de lo debido, no la voy a hacer muy larga porque no es la parte de la historia que interesa, peleábamos pero nos cogíamos tan, pero tan bien, que todas esas peleas quedaban de lado ni bien nos tocábamos un pelo.
 
Entre tanto vernos le propuse que nos tomemos un día entero, para poder disfrutar sin apuros, sin mirar la hora. Era una buena idea pero no fácil, implicaba tomarnos el día en el trabajo, pero si bien demoramos un poco en concretarlo, pudimos encontrar ese día que nos convenía a los dos. Yo no quería ir al telo, mi idea era que pasemos el día en un hotel, para poder hacer a nuestro antojo según tengamos ganas, si queríamos salir a comer al mediodía, o lo que fuera, cosas que no habíamos podido hacer nunca juntos. No quería que estemos obligados a quedarnos encerrados sí o sí. Si bien en su ciudad había un par de hoteles buenos, me decidí por salir de ahí e ir a una ciudad vecina a veinte minutos de la suya, por si se nos antojaba salir a almorzar no tener que estar pendientes de quién podía vernos.
 
Se acercó la fecha pactada, la reserva en el hotel ya estaba hecha, y a ambos se nos hacía eterna la espera, era la primera vez que íbamos a hacer algo más que un turno o casi dos turnos, que fue lo máximo que estuvimos en un mismo día y ahora iban a ser 12 horas juntos.
 
Como ese día el cornudo podía estar tan temprano en la casa, no pude ir a buscarla yo a la esquina donde habitualmente nos encontrábamos, así que ella se tomó un remise y fue directo a un punto de encuentro en la ciudad donde estaba el hotel que reservé. Yo la espere ahí en el auto y la vi bajar, y la verdad que era una bomba, fue la vez que más producida la veía hasta ese momento, literal que la morocha rajaba la tierra con cada paso que daba. Era inevitable que no se me ponga al menos gomosa la verga de solo verla caminar hacia mí.
 
Venía con una linda sonrisa mirando directamente a donde yo estaba, mirándome a mí, ese caminar de gacela me mataba, era perfecta. Cuando sube más allá de que estaba contenta no pareció que arranco bien.
 
- Estoy con una bronca! –lanzó sin siquiera decir hola o darme un beso.
- Ufff arrancamos bien el día! –le dije pero de buena manera y con humor.
- Si, pero no pasa nada, bronca del momento, ya se me pasa en breve –dijo con mirada picarona.
- Que te paso? –le pregunte.
- No importa, vamos, después te cuento!
- Jodeme que te vino justo hoy! Jajaja
- Noooo noooo, por suerte no! Tenes vía libre para hacer lo que quieras, lo único que no podes hacer es terminar adentro, tenelo en cuenta así no preguntas después! Jajaja –recién ahí se acercó y me dio un beso muy tierno– Hola hermoso! Buen día!
 
Llegamos al hotel y nos registramos, la chica que nos atendió la miraba a ella muy atentamente, era obvio que íbamos exclusivamente a coger, pero esta chica no le sacaba los ojos de encima, cada palabra que decía, cada cosa que nos hacía escribir, la miraba constantemente a Bea.
 
- Por último firmen acá y acá… Están casados? –nos pregunta a propósito obviamente.
- No, no, somos pareja hace tiempo –le respondí yo pero la mina ni me registró, la miraba y solo le hablaba a ella.
- No, pareja, novios o como quieras llamarle –le dijo Bea– por?
- No, para saber si tenían que aclararlo en el libro… –dijo y se puso algo colorada, como dándose cuenta de que estaba siendo obvia– Pero no hace falta, ya está.
 
Nos dio la tarjeta de la habitación y cuando justo nos íbamos a dar la vuelta nos avisa, bah, en realidad le avisa a Bea.
 
- Constanza es mi nombre, Connie. Lo que necesites me avisas, lo que necesiten digo, cualquier cosa –se corrigió y se embarró al mismo tiempo.
 
Bea le devolvió una sonrisa ya casi de espaldas pero con buena onda. Al fin subimos a la habitación, linda, luminosa, nada del otro mundo pero con todas las comodidades que al menos nosotros ese día requeríamos. Caímos en la cuenta de que era la primera vez que íbamos a coger con luz natural de día fuera de cuando cogíamos a veces en el auto, en el telo que íbamos no teníamos luz natural. Nada, solo dato curioso.
 
- Avisame si queres que me vaya y que suba “Connie” –le dije bromeando.
- jajajajaja que hijo de puta! Que malo que sos! –me pega de costado acercándose a mí cada vez más.
- Bueno! Digo! Uno nunca sabe! La chica se quedó embobada con vos, poco más y te comía la boca por encima de la recepción! Jajaja
- Sisi, se ve que le cause una buena impresión, o me habrá visto con mucha pinta de trola??? –se había pegado a mí y sus brazos cruzados por detrás de mi cuello– Vos decís que habrá notado que soy tu putita? O Pensara que soy un gato?
- Mmmm… sé que notó que viniste a coger, pero no registró a nadie más que a vos… Me parece que si la llamas sube! Jajaja
- Lástima que no me gustan las minas, porque linda es, pero no me calienta otra concha… Peeeeroooooo… –dejo algo picando pero no sabía que era.
- Pero qué? –le pregunte intrigado.
- Nada… nada… –me empezó a dar besos por toda la cara, esos besos cortitos y rápidos uno tras otro por toda la cara que genera hasta cosquillas.
- Estas muy cariñosa… tenías ganas de un día así? –le dije curzando mis brazos por detrás a la altura de su cintura y pegándola más a mí.
- No te das una idea de las ganas que tenía de que llegue este día… Aunque no arrancó como quería… Chau!
- Pero que paso…? –le llegue a preguntar pero me dio la espalda y se metió en el baño, yo no entendí mucho.
 
Aproveche que ella se encerró y me puse a acomodar mis cosas, cosas que traje para pasar el día, y de paso di un vistazo a toda la habitación. Escuche que se estaba por abrir la puerta pero antes de abrir me grito.
 
- Estás en la cama?
- No –le respondí.
- Quedate en bóxer y acostate, avisame cuando ya estés –me dijo.
 
No me iba a poner a cuestionarla, era obvio que si me pedía eso era por algo bueno. Rápidamente me desprendí de mi ropa y quede solo en bóxer en la cama.
 
- Ya estoy! –le avise.
- Que rápido! Estás ansioso o apurado? –jugaba.
- Puedo decir que ambas cosas? Jajaja
- Las acepto… cerra los ojos y no los abras hasta que yo te diga, no hagas trampa! –se viene la sorpresa pense yo– listo?
- Si, ya está, podes salir que no voy a hacer trampa.
 
Escuche abrirse la puerta y sus pasos que primero se aproximaban y después se alejaban. Tenía ganas de mirar pero me aguante, no era tanto lo que iba a tener que esperar. En unos breves segundos me avisa que ya podía abrir los ojos.
 
- Listo, ya podes abrir los ojos… –dijo.
 
Y yo que pense cuando la vi bajar del remis que ya estaba producida, no podría describir lo que estaba la morocha ahora. Mi corazón se aceleró, mi verga automáticamente se empezó a hinchar y a luchar contra la tela del bóxer. Mis ojos parpadeaban para lograr terminar de hacer foco en lo que estaba viendo o más bien, tratar de comprender lo que estaba viendo. Ella se ubicó delante justo al borde donde se ingresa al pequeño pasillito que separa la puerta de ingreso con la habitación ahí estaba mirando hacia mí, con un brazo estirado hacia arriba apoyándose de la pared y su otro brazo en la cintura. Su pierna izquierda cruzaba por delante de la otra, dejando apreciar la silueta perfecta de su cuerpo, era la imagen que cualquier hombre que desea a una mujer quiere ver.
 
Voy a describirla en el mismo orden en que yo la vi. Bea se había dejado unos zapatos taco medio alto, discretos, con una tira que cruzaba por los tobillos, sus perfectas piernas largas y estilizadas se cubrían de unas medias rojas transparentes que finalizaban con un borde que hacía notar más el color rojo por su grosor, justo apenas por debajo del triángulo que formaba una hermosa tanga de encaje roja, algo traslúcida, pero muy delicada. Las tiras que abrazaban su cintura mantenían el estilo del encaje siendo finas pero con hermoso diseño. Seguía su abdomen chato y aún más por tener su brazo en alto, su ombligo adornaba el centro aportándole más sensualidad a esa imagen. Arriba acompañaba un hermoso y sutil corpiño del mismo color, con dibujos bien definidos y una transparencia solo en un área donde dejaba ver sus pezones. Su pelo totalmente tirado intencionalmente de un lado y por adelante que lograba tapar solo parte de una de sus tetas. Su cara… Hermosa, como siempre, pero me miraba con una sensualidad, con una expresión cargada de algo… no sabría cómo explicarlo para que me puedan entender…
 
- Te gusta mi amor? –me dijo con voz suave.
- Como te puedo responder esa pregunta sin caer en lo obvio, común y hasta grosero? –en serio, no me salían palabras distintas para expresar lo que veía y como me sentía.
- Si? Te gusta mucho? –volvió a preguntar pero dándose vuelta.
- Demasiado mi vida, sos muy hermosa, y así como estás me dan ganas de agarrarte y no soltarte más, sos demasiado perfecta –seguía sin poder decir mejores palabras que esas, mucho menos cuando quedo totalmente de espaldas a mí y dejo a la vista su magnífico culo.
- Así también te gusta? O me queda feo? –vuelve a cruzar las piernas, entre eso y los taquitos que tenía puestos, la cola… que puedo decir de esa cola… la envidia de toda mujer y el deseo de todo hombre.
- Vos queres matarme acá mismo? Te das cuenta todo lo que me provocas hermosa? –sentía que me explotaba el pecho de cómo me latía el corazón– camina mi vida, acércate.
- En realidad te quería matar cuando me subía al auto, pero las cosas no salieron y por eso estaba con bronca –para ese entonces ella ya estaba parada a los pies de la cama.
- Porque? Como querías que salieran?
- Quería ya tenerlo puesto para que vos me desvistas y lo encuentres, pero mi marido al final no se fue temprano y no me lo pude poner para vos –se arrodillo en la cama y avanzó gateando de a poco.
- Uffff… igual me volaste la cabeza… es más, creo que hasta me quedo con esta sorpresa de verte ahí parada, sabes lo que me gusta verte…
- Si, lo sé, pero quería que lo descubrieras a medida que me ibas sacando la ropa –y empezó con unos hermosos y tiernos besos, mucho labio y mordidas.
 
Así como estaba, sin dejar de besarme se acercó más, quedando sentada justo encima de mi pija, que ante esa imagen y situación estaba como piedra. Levantó un poco su torso para dejarme las tetas justo delante de mi cara y agarró mis manos a ambos lados para tenerme controlado. Yo ya quería comerle las tetas, pero ella solo me frotaba el corpiño sobre mi cara, sus pezones se hacían evidentes por parte de la transparencia y por lo duros que se le pusieron. En poco tiempo volvió a mi boca y nuevamente me mordió los labios, pero esta vez con más fuerza. Al separarse un poco un hilo de baba unía nuestras bocas y ella con su lengua de manera muy sensual se encargó de recogerlo.
 
En lo personal la situación me resultaba súper excitante, me tenía por completo a su antojo. Yo no hacía fuerza para soltarme tampoco, me gustaba que cada tanto ella tome las riendas del juego. Muy de a poco se empezó a balancear sobre mí, nuestros sexos estaban frotándose con las telas de nuestras prendas entre medio. Ella cerraba los ojos y respiraba tranquila pero profundo. Estaba sintiendo y reconociendo toda la longitud de mi pija con su conchita. Tembló un poquito y volvió a frotarse.
 
- Mm… –soltó bajo y cortito.
 
Nos manteníamos en silencio, incluso cuando dejábamos de besarnos, eran miradas profundas y sentidas, no necesitábamos decirnos nada en ese momento, con mirarnos alcanzaba. Estábamos disfrutando todo lo que sentíamos, el roce y el calor que nos dábamos. Cuando ella suelta mis manos, lo primero que atino es a llevarlas a su cola, para acompañar el movimiento, y porque necesitaba tocarla, sentir esa suavidad redonda, esa firmeza. Pero no me dejo casi ni que llegue a tocarla.
 
- Sentate en el borde de la cama –me dijo casi al oído, su voz dejaba a las claras que me estaba proponiendo algo.
 
No interpelé siquiera, en cuanto ella salió de encima mío, me ubique donde ella me indicó. Fue caminando despacio hasta una pared y se apoyó de espaldas con sus dos manos entre la pared y la cola.
 
- Te gusta verme?
- Mucho, siempre, estés como estés, me encanta mirarte.
- Y estoy linda así? Muy común? Muy trola? Como estoy para vos?
- Estás como tenes que estar en este momento, no cambiaría nada. Te veo y lo único que pienso es que sos un ángel vestida con la prenda del diablo –es lo único que le pude responder.
 
Ella esbozó una hermosa sonrisa y volvió a acercarse a mí de forma lenta y sensual. Me volvió a besar y se dio vuelta para dejar su cola frente a mi cara. Yo quise tomarla de la cintura para acercarme y besar esos cachetes duros, pero quito mis manos y empezó a moverse, lento, como si de fondo sonara música, pero solo se escuchaba nuestra respiración. Sus movimientos eran sugerentes, muy excitantes, se movía a los lados, arriba, abajo, era un baile en silencio. De a poco empezaron los roces, sin permitirme usar las manos ella rozaba su cola por distintas partes de mi cuerpo, desde el abdomen hasta mis rodillas, dependiendo el movimiento. Sus manos empezaron a participar de a poco, siempre de espaldas pero sabía exactamente donde ubicarlas según donde iba su cola. Por momentos le estaba más atenta al roce sobre mi pija, haciendo más presión, o cuando tiraba hacia atrás contra mi abdomen utilizaba sus manos para acariciar sobre el bóxer mis huevos y la verga.
 
- Te gusta amor?
- Mucho, me estás volando la cabeza, como siempre –respondí como podía.
- Lo estás disfrutando?
- Todo, cada movimiento, me gusta demasiado –volví a querer tomarla de la cintura para acompañar sus movimientos pero no me dejó aún.
- Portate bien… solo dejame a mí, después tenes premio.
 
No le discutí nada, me deje hacer, quede entregado a su voluntad. Siguió con movimientos cada vez más cercanos, cada vez con más contacto. Con sus manos separo mis piernas para quedar ella en el centro y empezó a frotar su cola contra mi verga, era tanto lo que me tentaba que quería darle un fuerte chirlo así como estaba, tenía todo ese culo a mi disposición, pero me porté bien. Apoyo sus manos en mis piernas y su frote fue ya mucho más intenso, quería sentir toda la virilidad de su macho rozando su cola. Su cuerpo se tiró atrás para quedar pegado a mí e inmediatamente giro su cabeza para que la bese.
 
Yo recogí su pelo pasándolo todo del lado opuesto a su cara y alterne besos entre su cuello y su boca. La saliva que generábamos cuando nos besábamos era mucha, los besos por demás húmedos.
 
- Necesito tocarte –le susurre en el oído.
- Tocame, quiero tus manos…
 
Sin que se separe de mí, lleve mis manos a su abdomen, lo acaricié lentamente, al mismo tiempo mis manos subían y bajaban, de a poco cada vez más frotaba por sobre su tanga, no quería invadir su concha de lleno, me iba a tomar el mismo tiempo que ella estuvo marcando hasta hace instantes. Su respiración inmediatamente se agito con mis movimientos y los besos estaban más cargados de pasión. Ella igual posicionada que antes, intensificó su vaivén sobre mí y el roce se hacía más rápido. Después de unos momentos donde la calentura ya estaba por todos lados, metí mi mano dentro de su tanga. Sus manos se cerraron apretando, casi arañando mis piernas, el toque que le di a su conchita evidentemente lo estaba deseando urgente, porque la estimulo demasiado. Se quedó mordida a mi labio inferior y su pelvis empezó a moverse cada vez más rápido, cada vez que se movía su gemido era más notorio, mi labio sufría la mordida pero la cantidad de jugo y calor que salía de su concha era recompensa suficiente para soportar ese dolor.
 
- Ah.. Ah… Ah… –largaba cortitos gemidos.
- Mm… Si… Ah… –el vaivén no cesaba.
 
Su primer orgasmo no tardó en llegar, yo quería cogerla pero si la penetraba, y con toda la paja que me hizo prácticamente con el culo y sentir el calor de su acabada, era muy probable que no me pudiera resistir a acabar yo también, así que opte por dedicarme exclusivamente a su orgasmo. Metí una de mis manos por debajo de su corpiño para estimularle el pezón, el masaje que le gusta a ella sobre la teta y una pequeña y débil presión en el pezón la ponen muy caliente también, así que eran sus dos puntos de quiebre, concha, clítoris y pezón con atención exclusiva, no se aguantó más. Soltó al fin mi labio.
 
- Ayyy! Ayy… Así mi amor… –decía suave, en voz baja.
- Te gusta mi vida? Que tenes para mí?
- Ayyyy sí… me encanta… Seguí… Tocame… Seguí… –decía casi en susurros mientras mi boca comía suavemente su cuello que ella ofrecía divinamente.
- Así… Así… Te… Así… Acabo… Acabo amor… Sentí…
- Ahhh… Ahhh… Ayyyy…
 
Su orgasmo fue fuerte, sus piernas se cerraban apretando mi mano, pero estaba tan relajada que su voz seguía siendo apenas poco más que susurro.
 
- Mmmmmmm… Aaaahhhh… Mmmmmmm…. –al tiempo que se iba aflojando y su peso descansaba más sobre mis piernas y mi pecho.
 
Mis manos siguieron acariciándola pero de forma más superficial, sin hacer fricción plena sobre sus puntos sensibles. Ella llevo sus brazos hacia atrás de mi cabeza y me acercó la boca para que nos sigamos besando.
 
- No dejo de tener ganas de vos Fede… Todo el tiempo necesito tus manos y tus besos.
- Acá me tenes, usalas a tu gusto…
 
La hice parar y le quite la tanga de un buen tirón, me hubiera encantado arrancársela, pero se notaba de buena y cara así que no quise que me odie. Deje su conchita totalmente depilada y suave a la vista. Ella me empujó para atrás y no tardó en quitarme el bóxer. Enseguida se tiró encima mío y quedo sentada arriba, yo me levante con ella a upa, me arrodillé en el colchón y me senté sobre mis propias piernas con ella encima. Ella puso sus piernas alrededor de mi cintura y me abrazó por completo, enseguida se ensarto la pija solita, la agarre bien fuerte de la cola y la empecé a balancear adelante y atrás, la fricción se sentía, el roce era fuerte. Ella enseguida se abalanzó a comerme la boca, con furia, sintiendo la penetración bien profunda y mis manos hacían cada vez más fuerza en esa cola.
 
- Así, dale… Ahhh… Cogeme! Rompeme toda! Ahhhh… si… Dame más! –largaba entre gemidos.
- Tenías ganas de tener un día para nosotros?
- Ayyy… Siiii… ahhh… todo el día juntos… Lo necesitábamos –me decía con expresión de satisfacción por tener la pija adentro.
- Te voy a coger toda putita hoy…
- Si, hoy soy toda tuya, por completo, te dejo hacer lo que quieras, quiero todo! Ahhh…. Siiiii… Que ganas…
- Mejor que sea así, porque hoy vamos a disfrutar de todo… Por hoy vas a ser mi putita pero también mi mujer.
- Aaaahhhh si, yo quiero ser tuya, siempre tuya… y que vos seas mío… –ella aceleraba un poco el ritmo, sus besos y también la fuerza con que me tomaba del cuello.
- Si, así mi vida… move ese culito, cógeme, movete como te gusta, empapame, quiero que me des todo.
- Ayyyy si… como te siento! Está gorda y dura amor… Me gusta tu pija… Hoy toda mía si? –me miro a los ojos, como no dándome opción a que le niegue nada.
- Toda, todo lo que quieras, hoy lo tenes permitido…
- Vos también, todo… Quiero todo con vos… –no le dije nada, pero enseguida se me prendió la lamparita.
- Vas a tener todo… Cogeme… movete putita, dale… Si querias pija, ahora cógeme… –eso la enciende siempre, darle un rato el control, le gusta.
- Ahhhh… Ayyyyyyy… Me encanta! Seguí... Daleeeee… Asiiii… –sus gemidos eran más altos, más eufóricos…
- Dale, seguí moviendo el culito, sácame la leche! –yo sentí su concha que tomo mayor temperatura y enseguida mi pija reaccionó.
- No me la saques… aguántate que acabo… No salgas porfi… ayyyyyy… Siiiiii… Ahhhhh… –ella tiraba fuerte de mi cuello y sus piernas entrelazadas hacían fuerza para que estemos bien apretados.
- Tenes la conchita hirviendo, me haces explotar mi vida…
- Seguí… Así cógeme!!! Ayyyyy siiiiiii… siiiii… Acaboooooo… Te amo! Te amo… Cogeme amor… Ayyyyy… –reconozco que quede algo duro, no solo la pija, yo también… pero en ese momento quizás hasta me jugo a favor escuchar eso, pude sostener la leche al menos unos segundos más y darle el tiempo a que ella termine su orgasmo…
- Salí Bea… Salí que acabo… salí! Dale…
 
Ella se echa lo suficiente para arriba y libera mi pija, vuelve a sentarse sobre mí y comienza una hermosa paja mientras me comía fuerte la boca, y sin dejar de besarme me hablaba.
 
- Dame lechita, acaba, larga toda la leche… Tenes mucha leche? Toda… Dame todo… –provocadora la muy perra y su mano hacía un excelente trabajo.
- Toma mi vida… Ahhh… Ahí viene… Haceme acabar! Más rápido… Pajeame más rápido… Ahhhh si, así… Seguí…
 
Explote en su mano y la leche salió por la poca separación que había entre nuestros cuerpos, su abdomen y el mío totalmente enchastrados y el olor a sexo y leche que salía cuando más nos pegábamos era tremendo. Su mano lentamente dejo de moverse cuando mi pija perdió la erección por completo, no obstante, ella seguía jugando con el enchastre que tenía y acariciaba mis huevos y su concha desparramando semen, incluso con un dedo llevo hasta mi culo para dejarlo mojado.
 
- Te descargaste bien? –le pregunte con una sonrisa.
- Como si me descargue bien? Si, me hiciste acabar dos veces y recién empezamos… Obvio…
- Si, si… se noto, y te expresaste bastante… –le dije en alusión a lo que dijo, ella se puso más colorada de lo que estaba y como que busco tapar su cara entre mi hombro y mi cuello.
- No te rías porque te mato! –me amenazó– no fue queriendo, salió así!
- Yo no dije nada! –le dije riéndome igual– Solo te pregunte…
- Bueno, no es para que vos me digas lo mismo, me salió y nada más, lo sentí así, me hiciste sentir mucho y necesité decir lo que siento.
- No pasa nada, es lindo saber que encima salió genuino, los dos sabemos que lo que nos está pasando es fuerte.
 
Nos quedamos mirándonos un rato, en silencio, pero para nada incómodos, solo nos mirábamos.
 
Después de ese momento tierno, donde afloró el amor podríamos decir, empezamos con algunas boludeces, reírnos de situaciones que hemos pasado, cosas que hicimos o dijimos en algún momento de los años que nos llevábamos conociendo, por suerte recién arrancaba el día y teníamos muchas horas por delante, así lo tomamos y nos encargamos de disfrutar y divertirnos sin apurarnos con nada.
 
- Tenes ganas de desayunar algo? –le pregunte.
- Mmmm… que tenes para darme? Lechita? –poniendo cara de pícara.
- Eso por supuesto… ya vas a tener y de sobra…
- Uuuyyy que rico… ya me dan ganas… –me dijo manoteándome la pija.
- Pero te preguntaba si queres que pidamos algo para desayunar, si es que queres –le propuse.
- Si, no estaría mal, acá mate no creo que tengan, así que café está bien –ella es más del mate que del café, siempre me dijo.
- Le pregunto, sino, café solo o con leche –le dije pero dada la situación, era inevitable no reírnos de eso.
- Mmmm… me seguís tentando… La leche la ponen en la cocina o la pones vos? –que putita hermosa pense cuando escuche eso.
- Eso como vos quieras.
- Bueno, café solo, después vemos si le agrego o no leche… y dos medialunas.
- Dale, pido y mientras lo traen nos enjuagamos un poco –le propuse.
 
Enseguida ella se adelantó al baño mientras yo llamé a la recepción para pedir el desayuno, y aproveche que dejo la puerta del baño abierta y hablé de forma tal que asegure que ella escuche.
 
- Hola, te hablo de la habitación 312, quería ver si me podías hacer un favor.
- Buen día Sr. Si, le habla Constanza, dígame.
- Hola Connie, Bea quería saber si vos le podrías traer algo de desayuno, café y medialunas, hay?
- Fede! Que decís???!!! –me grito mirándome desde el baño pero sin que se escuche tanto. Yo me reía.
- Sí, claro, le puedo acercar lo que quiera –respondió notablemente entusiasmada Connie dejando claro de que entendió perfectamente lo que le dije.
- Buenísimo, entonces dos cafés y cuatro medialunas.
- Listo, ya lo hago marchar y en 10 minutos se lo llevo. Muchas gracias.
- Gracias a vos Connie –y corté.
 
Bea salió hecha una furia del baño y se tiró encima de mí.
 
- Porque dijiste eso! Cómo vas a hacer eso Fede! Te voy a matar! La mina me relojeó toda y le decís que traiga el desayuno??? Estás loco vos? –me miraba seria pero no enojada.
- Salí que me voy a dar una ducha rápida, ponete el conjunto otra vez –le indique.
- No voy a andar en bolas delante de “Connie” –dijo haciendo una mueca al decir su nombre.
- No, en bolas no, vas a estar en lencería, vamos a ver si tiene buena salud y el corazón le aguanta cuando te vea –le decía ya cagandome de risa.
- Noooo estás loco! No!
- Me voy a duchar, ponete hermosa como antes, ya vengo.
 
Me fui a duchar rápido y pense que cuando salía Bea iba a estar escondida debajo de la cama prácticamente, pero como siempre, me sorprendió y me acompañó otra vez.
 
- Por dios! No sé si aguanto a cogerte antes de que llegue Connie con el desayuno! –le expresé.
- Miras las cosas que me haces hacer, no sé porque te hago caso.
- Lo haces porque te gusta sentirte puta amor, sencillamente te calienta ser así.
- Vos te vas a quedar en bolas? –me pregunto.
- No, no, yo en bóxer. Pone tu cartera, mi mochila y esa ropa arriba de la mesita –le pedí mientras yo buscaba mi bóxer.
- Para qué? –no sabía porque le pedía eso.
- Vos ponelo –le dije cortante.
 
Yo termine de acomodarme y ella puso las cosas como yo le pedí, a cada momento se giraba a mirarme con odio, bah, odio no, esa cara de odio pero que le gusta lo que está pasando. No es boluda, es morbosa y perversa igual que yo me parece, pero no sabía que tanto se animaba. Justo en ese momento golpean la puerta.
 
- Ahí la tenes, atendela –me dice.
- No, yo me quedo acá en la cama, atendela vos, si te viene a ver a vos, no a mí.
- Fede!!! Porque haces esto! Sos malo! –otra vez gritando bajo para que no se escuche.
- Dale, que se enfría el café…
 
Ella va caminando hacia la puerta regalándome esta vista hermosa de su cola entangada en esa fina lencería… se me paro un poco la pija.
 
- Si? Quién es? Pregunta antes de abrir la puerta.
- Soy Connie, les traigo el desayuno que pidieron –se escucha del otro lado.
 
Yo no podía ver justo la puerta, se encontraba a un lado al final del pasillito que daba a la habitación, pero por el silencio que hubo, era obvio que Connie no supo que decir.
 
- Ayyy gracias Connie –le dice amable pero con voz nerviosa Bea– Perdón que te atienda así pero acabo de salir de la ducha.
- Eh, si, no –se trababa y no le salían las palabras– No, es que no hay problema.
- Qué vergüenza! Perdoname! No me di cuenta! –le dijo Bea ya un poco más suelta.
- No, como vas a tener vergüenza si sos hermosa –lanzó de corrido nuestra recepcionista.
- Ayy gracias! Pero no, igual, no es manera de abrir la puerta, perdóname. Dame, no te hago perder tiempo.
- No es molestia, no me molesta, no tengo apuro, hay otra chica en recepción ahora –aviso Connie como dejando algo en claro.
 
Bea agarro la bandeja del desayuno y recién ahí cuando entro a la habitación la pude ver. Estaba radiante, entre que tenía que caminar despacio para no derramar nada, creo que aprovecho sus zapatos de tacos y caminó a propósito de manera bien perra para que Connie la vea. Cuando llego a la mesita me miró hecha un fuego y entendió porque le dije que ponga las cosas encima.
 
- Pasa Connie, teneme la bandeja que saco las cosas que hay acá así puedo apoyar –le pidió Bea.
- Seguro? Se puede? No quiero molestar.
 
Connie ingreso pero aún no se asomaba a la habitación, se escucha que la puerta se cierra. Yo me hacía el desentendido mirando el celular. Pero alce la vista cuando ella al fin se asomó. La pendeja iba caminando tímidamente hacia Bea pero sus ojos estaban grandes y su cara totalmente embobada. La sentencia es firme, a todos les quema la cabeza mi morocha.
 
- Perdoname Connie, ni esto teníamos preparado, te estoy haciendo perder tiempo! Fede! Ayudame que Connie se tiene que ir! –me clavó mirada asesina ya.
 
Connie no caía todavía, no reaccionaba del todo, ni se percató de que yo estaba ahí en la cama hasta que yo le hablé.
 
- Connie –la llame– Vos te tenes que ir rápido –le pregunte pero ella seguía viendo a Bea y su cara estaba toda roja.
- Connie! Hola! –le grite de buena manera.
- Eh? Ah, hola! Que? –dijo algo descolocada por verme a mí aunque no era yo quien le interesaba.
- Vos te tenes que ir rápido? Bea está preocupada de que te está demorando –le dije mirándola.
- No, no, yo tengo tiempo, no tengo que volver, bah, sí, pero no pasa nada –seguía nerviosa mirándome a mí y a Bea una y otra vez.
- Ahhh viste amor, no tiene apuro Connie –dije dirigiéndome a Bea.
- Me sostenes un momento que despejo acá la mesita? –le pregunto a Connie y ella asintió.
 
Bea empezó a sacar lo que hace un momento había puesto en la mesa, pero se tomo el trabajo de hacerlo lento, incluso la muy perra cuando agarró la mochila, en lugar de dejarla en cualquier lado, o en el piso mismo donde estaba parada, se inclinó por sobre la mesa queriendo dejar la mochila del otro lado, su culo obviamente quedo totalmente a la vista de nuestra ahora invitada, que no se perdía de talle de cada movimiento que hacía mi hermosa Bea.
 
- Ahora si! Disculpame! Perdon por molestarte! –le dice con una sonrisa tomando la bandeja de las manos de Connie.
- No, no me molestas, todo lo contrario!
- Todo lo contrario? Porque?
- No, digo, que no me molesta ayudarte.
- Ahhh lo decís para perder tiempo, no queres volver a la recepción, es por eso –le dije yo.
- No! No! Pero nada, osea, estoy bien ayudándola –Connie quería intentar decir algo pero todo se le salía de lugar.
 
En ese momento decidí levantarme de la cama y acercarme a ellas, quería ver como podíamos continuar el juego, Connie no pudo evitar verme la erección con la que iba acercándome.
 
- No les molesta que esté acá? Digo, seguro estoy interrumpiendo a Bea.
- A vos te molesta estar acá? Estando ella y yo así? Mira que no queremos ponerte incómoda.
- No, no, a mí no me molesta… Me sorprendió nada más, no me esperaba verlos así.
- Vernos así? O verla a Bea así? –le dije.
- De verlos así, que ella me abra así la puerta, me re sorprendió! –seguía colorada Connie
- No te lo esperabas no? Y te gusta lo que ves? –le dije así y Bea enseguida me atacó.
- Fede! Es re nena todavía! –gritó mientras se ponía también colorada.
- Tengo veintiséis, no soy tan nena –era obvio que quería aclarar que no se achicaba.
- Igual, pareces más chica, y él es un pervertido!
- Yo no soy un pervertido, soy muy calentón que es distinto, pero como no calentarme teniéndote a vos acá así? –terminé de decir eso y le estampe tremendo chirlo en el culo a Bea que no solo ella pegó un salto y un grito, sino que Connie largo también.
- Ayyy! –grito Bea.
- Ah no –acompaño Connie.
- Fede que está Connie acá!
- Vos me entendes Connie? –arranque diciendo– Es imposible contenerse con esta cola siempre a mi disposición.
- Si, es tremenda la cola que tiene –me decía ella sin quitarle los ojos de encima.
- Te gusta no? Creo que se la fichaste desde que entro al hotel –Bea ya se ponía de todos los colores pero siempre sonreía.
- Si, te diste cuenta? Llamó mucho la atención cuando entro, hermosa.
- La dejas que te toque la cola amor? Así ve lo dura y firme que la tenes? –no esperaba respuesta, la tome de su hombro y la di vuelta un poquito, para que la cola quede por completo a la vista de Connie– Tocale, fijate, mejor que una pendeja de veinte no? Sin ofender, claro.
 
Connie no se animaba, estaba dubitativa, pero se notaba que quería avanzar. Bea se quedó media dura, sin saber que hacer pero tampoco me frenaba a mí.
 
- Tocale, no tengas vergüenza, que Bea está orgullosa del culito que tiene.
- Es hermoso, perfecto… –dijo Connie antes de apoyar su mano en un cachete.
- Viste? Y ni te cuento lo bien que lo usa… –le dije riéndome cosa que la contagió a Connie y a Bea también.
 
Cuando Connie empezó a tocar con más ganas, Bea giró su cabeza para mirarme, su mueca característica de deseo ya la tenía totalmente formada.
 
- Basta Fede, basta que me caliento y quiero coger, y está Connie acá.
- A mí no me molesta –dice Connie totalmente decidida.
- Es que a mí si –le responde Bea– En serio, no por vos, ni por él, sino porque no me atrae otra mujer, no me gusta ni tengo ganas de tocar o chupar una concha, y mira que sos hermosa, pero me gusta la pija y nada más que la pija.
- Tranqui amor –le dije– No tenes ni que tocar ni que chupar una concha, Connie solo quería tocarte desde que llegaste al hotel, pero ya está. Si quiere se puede quedar a verte, no? –dije mirándola a Connie y ella abrió grande los ojos.
- Fede! –exclamo Bea.
- Si, si ustedes quieren yo puedo ver, me gustaría, ella es muy linda –dijo eso cuando volvío a posar su mano en el culo de Bea.
- No me hagan hacer estas cosas –apenas pudo esbozar Bea cuando sintió también mi mano pero más al centro del culo.
- Hacer que cosas putita? –enseguida le pase mi dedo por debajo de su concha.
- Ahhh… Fede… No… –decía pero cada vez se dejaba más.
- Vos Connie no lo sabes… Pero Bea es mi putita, y le gusta que la trate como puta… A vos te gustan las putas?
- Una así como… –me miraba como señalándola a Bea.
- Una así que? –le insistí.
- Una putita así como Bea? Si, nunca estuve, pero si, me gustaría.
 
Plafff!!! Retumbó en la habitación.
 
- Ayyy –exclamo otra vez Bea.
- Se banca todo este culito… Te gusta Connie?
- Me encanta… Puedo? –me pregunta.
- Si, obvio, para algo tenemos acá a la putita…
- Muy putita es? –le dijo y paso su mano por su espalda alta bajando hasta su cola. Bea sintió la caricia y enseguida apoyo sus manos en la mesita, sus piernas evidentemente se empezaban a aflojar.
- Si te contara… No quiero asustarte… pero se suele decir, es la más señora de todas las putas, y la más puta de todas las señoras.
 
Connie no sé si logró entender todo ese juego de palabras. Tampoco me importaba, porque Bea si lo entendió y mis dedos lo comprobaron cuando se metieron en su concha y estaba empapada otra vez más.
 
- Estuviste ya con alguna chica Connie? –quise saber y Bea me miró demasiado caliente como para putearme.
- Si, tranqui, pero si, cogí con otras chicas. Pero no eran putitas como ella. Eran noviecitas timidas.
- Bueno, mete tus dedos acá con los míos, fijate…
 
Connie no dudo un segundo y llevo dos dedos a su concha, automáticamente me miró con una cara de sorpresa increíble.
 
- No te puedo creer… es todo agua!
- Fede! Basta! Por favor! –me pedía Bea sin moverse siquiera!
- Shhhh… Vos calladita putita… Que acá los que podemos hablar somos Connie y yo! –Plafff! Sonó otro chirlo que Connie celebro con una sonrisa.
- Ahhh… No seas malo –dijo y flexionó apenas sus piernas para que los dos dedos de Connie y un dedo mío entren un poco más.
- Viste como se le pone la conchita? Y ni te cuento el sabor que tiene la hija de puta, proba tus dedos y decime si no es la más rica que probaste.
 
Connie enseguida llevo sus dedos a su boca y su sonrisa quedo pintada en su cara.
 
- No es como tomar miel? O me equivoco?
- La miel no es tan rica como ella… puedo? –me pidió autorización para volver a probarla.
- Obvio, proba más.
- Ahhh… Basta… Fede… basta!
 
Me acerque más aun a Bea y la bese, un beso ruidoso y con mucha saliva. Ella enseguida que me sintió pegado me estiró el elástico del bóxer y me agarró la pija.
 
- Pajeame, mostrale a Connie lo putita que sos.
- Ahhhh noo… Basta amor… por favor… quiero que me cojas…
- Lo vas a tener que pedir más… así no convences a nadie… –le dije.
- Cogeme hijo de puta! No me hagas desear más! Quiero tu pija adentro! Por favor!
 
Connie quito su mano y se echó para atrás un poco, inteligentemente no invadía, se daba cuenta cuando y como integrarse.
 
- Vos que decís Connie, le doy pija a esta puta?
- Yo que vos si, sino le voy a querer chupar la concha yo.
- Ahhh.. dejen de hablar así que yo estoy acá! Me van a volver loca!
- Queres pija o no queres?
- Si, ya! Quiero tu pija! Pero vos solo, que Connie mire si quiere, quiero con vos nada más.
 
La mire a Connie y sentí una cierta decepción en su rostro, pero no mal, sino como una ilusión que se cae. Al pasar me agarra la pija, como queriendo buscar algo más, pero Bea la frena.
 
- Esta pija no la comparto, me gusta que estés acá, miranos si te gusta, yo estoy cómoda con vos, pero la pija es para mí, él es para mí –le puso re los puntos pero todo con muy buena onda.
- Si Bea, te entiendo, si no te enojas entonces igual los miro, te molesta que me toque yo sola?
- No bebe, no me gusta la concha, pero verte tocándote mientras cogemos va a ser algo lindo de ver.
 
Yo no la demore mucho más, la puse la borde de la cama a Bea, en cuatro, con el culo bien parado y yo me quede de pie detrás de ella. Connie se ubicó en la cabecera de la cama casi un un borde, quería tener un buen ángulo me parece. No tuve ni siquiera un poco de tacto, estaba demasiado caliente así que se la metí de una y fuerte, hasta el fondo.
 
- Ahhhh!!! Siii! Esto quería! –grito Bea.
- Querías pija no putita? Tenes la concha hecha un fuego! Que buena concha!
- Si, si, te necesitaba adentro. Cogeme, dame fuerte, dale… toda adentro…
- Toma mi vida… –la agarre con una mano del pelo y la hice girar un poco para que la vea a Connie, al parecer ver a esa pendeja veinteañera, casi en bolas con las piernas abiertas y metiéndose los dedos la re puso…
- Ahhhhh siiii Dale amoooorrr cógeme fuerte!!! Mostrale a esta pendeja como se coge! Que vea como cogemos! –estaba bastante sacada la morocha.
- Dale… Move el culo puta, así aprende la pendeja, mira como se pajea viéndote! Las ganas que tiene de meterse abajo a chuparte la concha, no Connie?
 
Connie desvió apenas la mirada para hacer contacto conmigo y volvió a ella.
 
- Se la chuparía toda, pero ahora cógela, la putita solo quiere pija, dale pija, hacela gritar, rómpela toda –bastante atrevida la pendeja pense yo.
- Cogeme amor, dale porque no aguanto, cógeme! –empezó a madarse mano en su concha mientras recibía las embestidas por detrás.
 
Ver toda esta situación era mucho, posta, una hermosa pendeja tocándose, mi putita en cuatro mandadose dedos en el clítoris mientras yo estaba detrás taladrándola… Si, faltaba algo y no tardó en llegar. Le mande el pulgar en el culo y se lo empecé a coger con todo. Eso la llevo al borde, la quebró por completo.
 
- Ahhhh siiii Dale! Me vengo amor! Dale, seguí, seguí –y daba sacudidas con el culo en mi abdomen– Cogeme Fede! Voy a acabar! Dale!
 
Llevo una de sus manos a la pierna de Connie que tenía cerca y la agarró fuerte, tironeó, Connie no entendía muy bien que tenía que hacer hasta que se acercó a ella, quedaron sus caras frente a frente y Bea en ese momento pasa sus dedos por la conchita mojada de flujos de Connie, lo que provocó que ella cierre los ojos. Bea la toma de la cabeza y acerca el oído de Connie a su boca. Le dice algo que no logre entender, Connie se separa un poco para mirarla a los ojos como queriendo que le reconfirme algo que había dicho y Bea asiente. Inmediatamente Connie se acuesta boca arriba, pasa su cabeza por debajo del cuerpo de Bea y se ubica algo cruzada casi en una posición de sesenta y nueve. Ahora entendí lo que le dijo Bea al oído. Mi cabeza volaba, por supuesto, pónganse en mi lugar… casi que con mirar era acabar… pero gracias al polvo previo podía sostener un rato más.
 
- Que pasa putita –le dije a Bea– Te tentaste?
- Callate y cógeme, no me hagas arrepentir… cógeme…
 
Ahí vi –o note– que Connie estaba con su boca y lengua chupándole la concha a Bea, dios… mis huevos que le pegaban en la frente y nariz, su boca y lengua que cada tanto rozaban mi pija también, pero no me chupaba a mi directamente. Era todo mucho, fuerte… Y Bea que ya no aguanto más.
 
- Acabo amor… Acabo… No me la saques… que la pendeja se tome todo… Ahhh
- Dale, dale todo a esta pendeja, desde que entraste que te quería comer la concha… Dale…
- Ahhhh si!!! Dale! Así! Así! no pares! Ahhhhh Ayyyyyy… Siiiiii
 
Bea empezó a acabar mucho, mucho, el chapoteo que hacía la pija cuando entraba y salía era estruendoso, la pendeja debajo que no paraba de chupársela y tragar toda la miel que caía… y yo que ya no daba más de tener semejante puta y tremenda pendeja ahí…
 
- Te acabo Bea… No aguanto más! Donde la queres amor!
- En la cola, enchastame toda la cola de leche mi vida… –no termine de escuchar eso y salí rápidamente.
- Uhhhh si… uhhhh…
 
Me pajeaba sobre su asterisco y la leche le llego hasta la espada en algunos casos. Sus cachetes estaban con resto de semen por todos lados. Yo no dejaba de pajearme y siempre algo más, así sea una gota, volvía a salir, sacudía mi pija sobre su cola y esa gota volaba con final incierto. La mendeja seguía debajo de Bea, mirando hacia mí, y cada tanto levantaba la cabeza para darle una lamida más a la concha.
 
- Pendeja puta, vení acá –le dijo Bea en tono mandón pero con buena onda.
 
La pendeja se levantó y se acercó.
 
- Yo te deje hacer lo que vos tenías ganas, no? –le dijo Bea.
- Si, gracias! Me encanto! Sos un fuego Bea.
- No agradezcas mucho, ahora vos vas a hacer algo por mi –yo supe que Bea iba a poner el remate de la mañan.
- Si, que? Decime! Lo que quieras.
- Chupame el culo y la espalda, límpiame toda la leche que me acabo Fede. Eso si, la pija se la limpio yo, vos nada, solo lo que está en mi cuerpo.

1 comentarios - Los peores amantes: Capitulo X

javim77
Guau. El mejor relato que leí en mi vida. Ojala Connie siga en la historia. Van +10