Por más que me habría encantado irme al telo más cercano no pasó. Tuvimos una charla sin importancia.
En casa pensaba si me jugaba o no. Ella me parecía divina y estaba toda buena. Es esa sensación de conexión y tensión sexual indescriptible.
Llegó el día 2 de trabajo, el último. Situaciones similares y dinámicas de grupo, en los momentos que estábamos solos le miraba la boca. Supongo que su experiencia le hizo darse cuenta que no podía avanzar. Un paso en falso y a la calle. Entonces, me dice: "Pago por saber qué pensas cuando miras mi boca, nene". Cómo resumía mis ganas de cogerle la boca en una palabra? Imposible. Ella se fue moviendo su cadera. Yo paradito, TODO paradito.
La situación estaba planteada. Ella sabía que me gustaba y sabía que me dominaba.
El break terminaba y volvíamos a nuestra fachada de consultora y team leader. En el ambiente, el juego de cazador y presa iba y venía, raro y sensual. Hermoso, ciertamente.
Terminó el día y volvimos a la foto. Ella usaba un pantalón de vestir, una tela fina. La abracé desde la cadera y la traje contra mí, la miré y le toqué la cola. Ufff, qué dureza. Qué ganas.
Ella me miró, incrédula de mi actitud. Pero sin putearme. Ya estaba re jugado.
Eran 12:50. La acompaño al ascensor, había que bajar varios pisos. Entramos solos. Mi corazón latía rápido y fuerte, nervios, ansiedad y calentura en una sola persona. Incontenible.
Se cierran las puertas y me dice: "No toques si no vas a comprar, nene"
No aguanté más y le metí un besoooo. Tremendo. Era la magia de la calentura correspondido. Y cuando nos dimos cuenta paramos, estábamos en planta baja. "Vamos a comer?"
E: "Dónde?"
Y: "Acá unas cuadras, invito yo"
Fuimos caminando, ambos nos hacíamos los tontos, ambos queríamos y pasamos por un lugar de ésos para pasar el rato. Palermo y sus múltiples telos, qué belleza.
Y: "Cuántas historias deben haber,no?"
E: "Vos debes tener un par"
Y: "Se me ocurre una hermosa que contar ahora"
E: "Estás seguro?"
Y: "ja, y vos?"
E: "Entra, pendejo."
Pedimos una habitación, pagué. Subimos en el ascensor y ahí era todo lujuria contenida.
Hija de puta. Qué enfermedad de mujer, que besos, que piel.
En la habitación besándonos me dice: "Siempre le tocas el culo a las compañeras?"
Y: "No, a vos porque desde ayer que me tenés loco"
Se queda en ropa interior. Qué placer ver a esa mujer en ropa interior, ese cuerpo, esa cara llena de lujuria.
Y: "Ah, estás tremenda...hija de puta"
E: "Hay que ver qué te la aguantes, nene"
Me levanto, me saco la camisa, la miro y le digo: "Te calienta el pendejo?"
Me quedo en boxer y mi pija a media asta, hacía bulto. Pero si me calentaba bien, se escapaba la pijota por los costados.
Me mira y dice: "EPA, viene bien el nene". La miro con una sonrisa soncarrona y pensando "Ya vas a ver una pijota de verdad". Nos entrelazamos en unos besos tremendos en el sillón, le acariciaba la espalda, las piernas y el culo. Quería 100 brazos para tocarla toda junta, me volví loco.
Una previa de besos y yo ya estaba durísimo. "Vamos al sillón" me dice. Ojalá que petee tan bien como besa.
Me tiró al sillón, se montó arriba y se sacó el corpiño. Metí necesaria (e instintivamente) mi cabeza ahí. La chupaba toda mientras gemia y se movía. Imposible no ponerse duro. En lo mejor paró...y me miró sin entender. Me busco mis abdominales, metió la mano por el boxer y la sacó con cara de incrédula. Atiné a decir: "Qué pasó? Qué hice?"
Y: "Párate, nene". Me ordenó. Me levanté y ella se arrodilló, mi pija había perdido vigor ante el desconcierto. Me agarra del culo metiendo las manos en las nalgas... recorre para adelante y baja el boxer. La ve ahí, morcillona. Grande y gorda, pero no del todo dura. Y levanta los ojos, buscando los míos
Me dijo: "Qué pedazote de pija, pendejo hijo de puta"
En casa pensaba si me jugaba o no. Ella me parecía divina y estaba toda buena. Es esa sensación de conexión y tensión sexual indescriptible.
Llegó el día 2 de trabajo, el último. Situaciones similares y dinámicas de grupo, en los momentos que estábamos solos le miraba la boca. Supongo que su experiencia le hizo darse cuenta que no podía avanzar. Un paso en falso y a la calle. Entonces, me dice: "Pago por saber qué pensas cuando miras mi boca, nene". Cómo resumía mis ganas de cogerle la boca en una palabra? Imposible. Ella se fue moviendo su cadera. Yo paradito, TODO paradito.
La situación estaba planteada. Ella sabía que me gustaba y sabía que me dominaba.
El break terminaba y volvíamos a nuestra fachada de consultora y team leader. En el ambiente, el juego de cazador y presa iba y venía, raro y sensual. Hermoso, ciertamente.
Terminó el día y volvimos a la foto. Ella usaba un pantalón de vestir, una tela fina. La abracé desde la cadera y la traje contra mí, la miré y le toqué la cola. Ufff, qué dureza. Qué ganas.
Ella me miró, incrédula de mi actitud. Pero sin putearme. Ya estaba re jugado.
Eran 12:50. La acompaño al ascensor, había que bajar varios pisos. Entramos solos. Mi corazón latía rápido y fuerte, nervios, ansiedad y calentura en una sola persona. Incontenible.
Se cierran las puertas y me dice: "No toques si no vas a comprar, nene"
No aguanté más y le metí un besoooo. Tremendo. Era la magia de la calentura correspondido. Y cuando nos dimos cuenta paramos, estábamos en planta baja. "Vamos a comer?"
E: "Dónde?"
Y: "Acá unas cuadras, invito yo"
Fuimos caminando, ambos nos hacíamos los tontos, ambos queríamos y pasamos por un lugar de ésos para pasar el rato. Palermo y sus múltiples telos, qué belleza.
Y: "Cuántas historias deben haber,no?"
E: "Vos debes tener un par"
Y: "Se me ocurre una hermosa que contar ahora"
E: "Estás seguro?"
Y: "ja, y vos?"
E: "Entra, pendejo."
Pedimos una habitación, pagué. Subimos en el ascensor y ahí era todo lujuria contenida.
Hija de puta. Qué enfermedad de mujer, que besos, que piel.
En la habitación besándonos me dice: "Siempre le tocas el culo a las compañeras?"
Y: "No, a vos porque desde ayer que me tenés loco"
Se queda en ropa interior. Qué placer ver a esa mujer en ropa interior, ese cuerpo, esa cara llena de lujuria.
Y: "Ah, estás tremenda...hija de puta"
E: "Hay que ver qué te la aguantes, nene"
Me levanto, me saco la camisa, la miro y le digo: "Te calienta el pendejo?"
Me quedo en boxer y mi pija a media asta, hacía bulto. Pero si me calentaba bien, se escapaba la pijota por los costados.
Me mira y dice: "EPA, viene bien el nene". La miro con una sonrisa soncarrona y pensando "Ya vas a ver una pijota de verdad". Nos entrelazamos en unos besos tremendos en el sillón, le acariciaba la espalda, las piernas y el culo. Quería 100 brazos para tocarla toda junta, me volví loco.
Una previa de besos y yo ya estaba durísimo. "Vamos al sillón" me dice. Ojalá que petee tan bien como besa.
Me tiró al sillón, se montó arriba y se sacó el corpiño. Metí necesaria (e instintivamente) mi cabeza ahí. La chupaba toda mientras gemia y se movía. Imposible no ponerse duro. En lo mejor paró...y me miró sin entender. Me busco mis abdominales, metió la mano por el boxer y la sacó con cara de incrédula. Atiné a decir: "Qué pasó? Qué hice?"
Y: "Párate, nene". Me ordenó. Me levanté y ella se arrodilló, mi pija había perdido vigor ante el desconcierto. Me agarra del culo metiendo las manos en las nalgas... recorre para adelante y baja el boxer. La ve ahí, morcillona. Grande y gorda, pero no del todo dura. Y levanta los ojos, buscando los míos
Me dijo: "Qué pedazote de pija, pendejo hijo de puta"
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