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La doblo en edad, y quiere que le haga el culo…

Soy Francisco, a punto de cumplir 60 trabajo en una empresa chica, casi familiar, somos unos ocho empleados que trabajamos en el lugar, Martina, una chica que ronda los treinta, casada con el hijo de uno de los dueños de la empresa, tiene un nene de 4 años y recientemente acaba de tener una bebe, su marido no trabaja en la empresa. Siempre noté que ella tenía un trato especial hacia mí, no sé porque motivo, ni que veía ella en mí, pero siempre estaba pendiente de lo que decía o los consejos que daba. Llegó la fiesta de fin de año de la empresa, una fiesta chica, después todos querían ir a bailar, estaba el marido de Martina también, fuimos a un club, la gente me miraba rara, eran todos chicos jóvenes, realmente estaba tan desubicado en el lugar, en un momento de la noche Martina se sentó a mi lado, quedamos alejados del resto del grupo, se acercó a hablarme, sus labios muy cerca de los míos y casi sin darnos cuenta en un momento nos besamos, me sentía tan raro, tan confundido, a la tarde siguiente después del trabajo, me invitó a ir a su casa, cuando llegué su hijo de cuatro jugaba en el comedor todos los juguetes tirados por el piso, en una cuna dormía, su beba, me sentía tan raro, ella tenía puesta una remera larga solamente, se le marcaban sus pechazos sin sujetador, cuando se agachaba, se veía que tenía una tanga diminuta que se perdía en su culito. Me pregunté qué hacía en esa casa, nunca en todos mis años había salido con mujeres casadas ni que tuvieran relación con alguien más, casi la doblaba en edad, podría ser tranquilamente el abuelo de esas criaturas. A esta altura de mi vida que me pasaba, había perdido todos los valores de lo que consideraba importante? Estuvimos charlando de cosas de la empresa, ella me contó de su relación, que no se llevaban muy bien con su marido, cuando la beba se puso a llorar, ella se sacó la remera, quedando solo con la tanga puesta, tomó a la beba y se sentó a darle la teta, la bebe jugaba con el otro pezón con su manito, tenía un nivel de calentura, ella me hablaba sonriente, perdí la capacidad de escuchar lo que estaba diciendo, simplemente contemplaba la escena, la nena, el hermanito jugando, era demasiado para mí. Ella dejó a la bebe y así desnuda me dijo que iba a la cocina a preparar café, fui hacia la cocina, giró hacia mí y me beso, noté como ella parecía caer en la realidad, de quienes éramos, me pareció que perdía entusiasmo, nos besábamos tiernamente. Yo también perdí entusiasmo, los dos sentimos que no tenía nada que hacer ahí, así que decidí marcharme, no podía parar de pensar acerca de que me estaba pasando, como había hecho algo así.
Los días siguientes en la empresa, noté que ella se arreglaba mucho más, su suegro la miraba también bastante y le decía lo linda que estaba, un par de compañeros más le decían lo bonita que se estaba poniendo y demás, ella siempre se quedaba charlando con las mujeres de la empresa ahora, señoras mayores que solían aconsejarla en charlas que sólo ellas sabrían de que hablaban, no hablamos demasiado durante casi un mes, ella no dejaba de mirarme sensualmente a veces, agachándose dándome muestras de su culito bien ajustado en diferentes ropas, a pesar de no necesitarlo tanto retomé mis hábitos masturbatorios. No podía sacármela de la cabeza.
Una noche estaba durmiendo y me desperté en mitad de la noche, tenía una sensación, un sentimiento, una voz en mi cabeza me decía, ella no quiere un viejo que le de besitos, quiere algo fuerte, no se va a enamorar de un viejo, quiere otra cosa. Sabía lo que percibía hacía rato, pero no lo podía aceptar, nunca había jugado un rol de dominar a alguien de jugar con alguien sólo sexualmente, siempre había tenido relaciones en las que los sentimientos eran importantes. A esta altura de mi vida me enfrentaba, a una encrucijada, me sentía tan raro. Un día en la empresa, se había puesto una de esas calzas que se meten en el culo, estaba deliciosa, tiene un culazo realmente, los chicos hacían comentarios entre ellos, el dueño de la empresa, su suegro también le dijo algo, se agachó en un momento delante de mí.
-Que culazo tenes… quiero que nos veamos, donde no estén tus hijos… avísame cuando podes… -se giro asombrada a mirarme, no sabía como iba a reaccionar.
-Le puedo pedir a mi mamá que me cuide a los chicos un rato y puedo ir a tu casa…
-Está bien… esta tarde?
-Te confirmo en un rato, que hable con mi mamá…
Finalmente me dijo que podía, nos separamos a la salida del trabajo, la esperé en la parada del colectivo, subimos juntos, la hice pasar delante de mí, me acomodé detrás de ella y la apoyé tomándola de la cintura, ella se apoyó más fuerte contra mi, hacía un montón que no sentía semejante excitación, bajamos del colectivo y caminamos las dos cuadras hasta mi departamento en silencio. Cuando entramos al departamento dijo.
-No se que hago acá, no debía haber venido… -me sentí tan raro, tan caliente.
-Date la vuelta y mostrame bien ese culazo… hace rato que me venis calentando la pija… -noté como se aceleraba su respiración, se giró mostrándome bien su culito haciendo poses para mi, me serví un vaso de cerveza, solo para mí y me senté en una silla.
-Bajate lento el pantalón y mostrame bien ese culito… déjate la tanga puesta… -me sentía tan raro, nunca me había comportado así, notaba como crecía su excitación, se bajó bien lento el pantalón, moviendo ese culazo delante de mí, le ordené acercarse y empecé a acariciarla, su excitación era tremenda
-Sacate la remera y mostrame esas tetazas de puta que te cargas… -lo hizo rápidamente, se empezó a acariciar los pezones, suavemente, unas gotas de leche salían de ellos. Le acariciaba el culo y la empecé a pajear con la otra mano.
-No sé qué les pasa a las pendejas, están cada vez más putas…
Cada guarrada que le decía la excitaba más, le dije que se arrodillara y me diera una buena mamada, que no habíamos venido a charlar, se arrodilló delante de mí, me desabrochó el pantalón, sacó mi herramienta que estaba bien dura se recogió el pelo en una colita, tenía las calzas entre sus piernas, me empezó a chupar mirándome a los ojos
-Chupala bien… dejala lista para que te parta ese culazo… supongo que a eso viniste... no?
-Me encanta que me den por atrás… mi marido dice que es sucio… que no le gusta por ahí… -dijo y siguió chupando. La hice apoyar en la mesa, y la dejé un largo rato ahí, de a ratos pasaba y le acariciaba el culo un rato y seguía haciéndola esperar. Busque lubricante, pero realmente no tenía nada, finalmente me acerqué, corrí la tanga a un costado, le chupé el culo un rato larguísimo, ella se pajeaba mientras la chupaba y me parece que tuvo un orgasmo solo chupándola. Me puse de pie detrás de ella, realmente ni en mis mayores fantasías pensaba en comerme un culazo así, a esta altura de mi vida. Le solté un escupitajo en el culo, todo la excitaba, apoyé la cabeza de mi pija y entro despacio, se notaba que lo había hecho bastante por atrás.
-Viniste a que te haga el orto nada más eh…?
-Siii…
-Y porque yo…?
-No se… la forma que me lo miras desde el principio… -yo no me había dado cuenta, pero ahora que ella lo decía, caí en la cuenta que realmente a veces había sido un poco descarado al mirarla. Lentamente se la fui metiendo toda, era una delicia, la dejé clavada a fondo, y después empecé un lento movimiento, toda hasta el fondo y la sacaba, ojalá el infierno sea así pensé, ella había apoyado la cabeza de costado y sólo gemía.
-Tu suegro también te mira el culo descaradamente… -gimió más fuerte pero no dijo nada.- le tomé el pelo de la colita que había hecho, le giré la cabeza, ella abría la boca y le solté un escupitajo en la boca. No paraba de gemir ni un segundo, estuve un montón deleitándome con ese culazo, me incorporaba, le soltaba un par de cachetazos, ella cada vez más caliente, no sé cuántos orgasmos habrá tenido,
-Querés que te acabe en la colita…?
-Si papi porfi… lléname la colita… -apoyé mis codos sobre su espalda mientras le levantaba la cabeza tirándole del pelo, aceleré mis movimientos y la clavé cuando llegaba, no muy abundantemente, me quedé encima de ella hasta que mi pija perdió dureza y se salió, me senté en la silla y la atraje hacia mí, la senté en mi regazo, ella ahora me beso, sus pechos goteaban leche. Se levantó y me pidió pasar al baño, salió arreglada, le di un vaso de cerveza, brindamos, me dijo que se tenía que ir, no quería que la madre le tirara la bronca por demorar tanto.
-Espero que nos sigamos viendo… -dijo antes de salir.

7 comentarios - La doblo en edad, y quiere que le haga el culo…

fireman_c45 +1
La prpxima subi una foto de ese culo que te comiste
chacoamateur +1
muy bueno pone fotos para conocer a la putita !
Fender_Ketchup +1
Hay segunda parte? Es excelente+10
Rudolberto
Creo que la había escrito, me tengo que fijar, gracias
Fender_Ketchup
@Rudolberto por favor. Es excelente el relato