Capítulo V: Cada vez más afianzados
Con Bea empezamos a coger más seguido, siempre nos veíamos al menos una vez a la semana. Yo incluso me invente un negocio relacionado a mi actividad que me “obligaba” a viajar a su ciudad constantemente. Incluso si no nos daba mucho el tiempo para ir al telo, también iba a verla al menos un rato. Nos empezamos a llevar cada vez mejor, nos la pasábamos hablando por WhatsApp todo el día hasta que nos íbamos a dormir, cada uno a escondidas de su pareja, pero no podíamos cortar en ningún momento. Para vernos teníamos determinados días donde ya ni siquiera era el tener que intentar, yo directamente le ordenaba:
- Te quiero coger, a las 18:00 te busco donde siempre.
- Dale, avisame cuando estás por llegar que salgo.
También de su parte ocurría que prácticamente ella intentaba usar la misma práctica.
- Hoy me voy antes del trabajo así tenemos más tiempo, estate a las 15:00 en esa esquina.
Corto y conciso, ya no andábamos con vueltas y estaba claro porque. No nos aguantábamos las ganas y no dábamos opción a que uno diga que no, excepto por algún motivo muy particular, nunca nos cancelábamos. Éramos un reloj sucio, funcionábamos a la perfección, y en la cama no era la excepción, aunque Bea no terminaba de mostrar todas sus cartas siempre te mostraba la zanahoria delante de las narices, no solo te endulzaba la oreja en cuanto a lo que se podía venir, sino que inexplicablemente vos sabías que no eran puras palabras por decir, sino que había una realidad que se avecinaba. Yo por mi parte alternaba momentos donde la dominaba y otros donde ambos éramos lo que éramos, con y sin juegos, nunca nos decepcionamos. Incluso había veces que por más que quisiera, me era imposible tomar el control, no porque ella no quisiera, sino que era tan distinta la situación de cómo se daba, que no valía ni la pena entrar en ese rol, aunque como dije, lo seguíamos haciendo.
Una de las tantas veces que nos encontramos e íbamos para el telo ni bien subió al auto y vio que al menos al pasar no había ningún conocido o vecino que la pudiera reconocer, se estiro su mano a mi bragueta, tironeó del botón del pantalón y saco mi verga que si bien no estaba dormida –siempre que se subía mi pija empezaba a despertar aunque no hagamos nada– comenzó con unas leves caricias y clavo su mirada en mí.
- Me extraño mi mejor amigo? –dijo acompañado de una buena cara de putona.
- Obvio, todos los días te extraña, qué más quisiera que tener ese culo todas las noches.
Sinceramente yo pensé que por primera vez me la iba a chupar, la muy perra aún me hacía desear, me jugaba mucho pero no lo hacía, y la verdad que si bien me moría por sentir esa boca y esos labios tan hermosos comiéndose mi pija, la pasábamos tan bien cogiendo que tampoco era requisito sine qua non que lo haga, sabía que iba a llegar tarde o temprano y me gustaba la idea de que sea cuando uno menos lo espera.
Cuestión, ella comenzó una lenta paja mientras yo manejaba, me hablaba muy puta.
- Me parece que mi amiguito quiere mimos… está necesitando de mi conchita? –pregunta boluda, pero juguetona.
- Y si, necesita de todo, quiere todo… Creo que se lo merece, vos que quees?
- Y la verdad que me viene gustando mucho como me coge… Vos decís que se merece algo más? –sabía provocar la putita.
- Cabe alguna duda?
- No sé… Quizás si me acerco a hablarle se asusta…
- Se va a poner más contento todavía –le dije
- Ayyy no sé… y si se asusta y después no me coge??? Qué hago??? Me quedo sin el pan y sin la torta!
- Chupala putita! Deja de hacerme desear… –me había calentado demasiado y no aguantaba más.
Ella me mira, hace su gesto característico de la muequita con su mejilla y seguía pajeandome. Se acerca a mí, me besa el cuello y lentamente va bajando, siempre con su mano agarrando la pija, hasta que cuando está llegando y que siento el calor de su respiración en mi glande, dice
- Me parece que alguien quiere unos besitos… –yo sin quitar la vista del camino tire un poco la cabeza atrás solo por sentir ese calor– pero no va a ser hoy…
Queeeee??? Cómoooooooo???? Yo no entendía lo que pasaba, no puede ser tan hija de puta! Intente rápidamente apoyar mi mano sobre su nuca, sin bajarla con fuerza pero tratando de arrimarla y para que no pueda salir. Ella riéndose guardó mi pene dentro del bóxer, subió muy rápido el cierre de mi pantalón y lo abotonó. Hábil como ninguna, por su posición yo no podía bajarme el pantalón ni sacar la pija nuevamente, una mano al volante, otra sobre ella y no tenía espacio para ir por debajo. Así que indefectiblemente, el que se quedó sin el pan y sin la torta fui yo.
Pero justo ya estábamos en la entrada al telo, así que me tranquilice y pensé que pudo haber ganado este asalto, pero aún teníamos varios asaltos más por delante. Pague por ventanilla, mismo ritual de siempre, yo la tapaba un poquito a ella por si justo quien esté detrás del vidrio la reconozca y entramos a la habitación nueve que era la única que al menos un poquito nos gustaba y la menos deprimente.
Yo entre sabiendo que ella no se iba a llevar esa maldad de arriba, y en mi cabeza empecé a analizar qué elementos tenía a mano para darle un buen merecido. Como siempre, ella se fue quitando todos sus anillos y pulseras que era lo primero que hacía, aproveche a decirle algo.
- Si, mejor sacate el que te dio el cornudo, porque hoy no le vas a hacer ni un poco de honor, yo que vos hasta lo tapo para que no vea.
- Vos crees? Jajaja –dijo desafiante.
- No lo creo, lo sé –se lo dije de forma firme, sin dejar lugar a la risita al mismo tiempo que me acercaba a ella y ella cuando me tiene atrás suyo se da vuelta para abrazarme del cuello– Que excusa pusiste en el trabajo para salir antes?
- Nada, solo que tenía turno médico, porque?
- Ahh, no saben que sos la putita de un cliente? –le digo mientras desabotonaba su pantalón.
- Noooo, bah, igual muchos se imaginan que me estás cogiendo, ahhhhh uffffff…. –largo cuando pase mis dedos por su concha por sobre el triángulo de su tanga.
- Y saben lo putita que te pones con el cliente? O solo se lo imaginan?
- No les queda otra que solo imaginar, el que sabe es el cliente… ahhh siiii… –ella largaba mientras movía su cintura al ritmo de mi mano e iba desabrochando mi pantalón.
- Entonces deberías esmerarte para que la empresa esté orgullosa del trato que le das al cliente.
- Si? El cliente se merece un trato preferencial? O a todos tengo que tratarlos igual? –preguntaba haciéndose la inocente mientras agarró mi pija y comenzaba una lenta paja que iba desde mis huevos hasta la cabeza.
- Una atención personalizada, tenes que hacer lo necesario para fidelizar al cliente –le dije.
- Y si me porto bien y soy buena putita, el cliente va a hablar bien de mí? –cada vez con más vos de trola y haciendo ojitos de inocencia mientras me seguía pajeando.
Yo ya le había dejado su pantalón por los tobillos y con su tanga puesta le corrí la tela y empecé a frotarle la conchita, que como siempre no defraudo, estaba muy mojada. Lleve mi mano a su boca, le hice probar de sus jugos, junte un poquito de miel para mí y también la probé, justo delante de su mirada que se encendió automáticamente. Le desabroché la camisa que traía puesta pero lo deje el corpiño puesto, es demasiado hermosa y verla en lencería es algo que me quema la cabeza de lo bien que le queda.
Ella en ese momento acelero la paja apenas un poco y su sonrisa se dibujaba en su cara. Yo la traje hacia mí un poco más y siempre tocándole la concha le amase un poco el culo, nunca podía dejarlo de lado. Ella levanto un poco su cara para encontrarse con mi boca y nos fuimos comiendo hasta que la deje al borde de la cama, sentándola ya de una manera un poco más brusca. Entendió de inmediato que tenía que representar su papel. Sentada en la cama miró para arriba como diciendo “espero tus órdenes” y éstas no tardaron en llegar. Me puse delante de su cara con mi verga bien tiesa apuntando directamente a su boca.
- Lo que hiciste en el auto estuvo muy mal… Te portaste mal con tu mejor cliente… Sabías?
- Yo no me porte mal, yo soy muy buenita –decía mientras me miraba lascivamente mientras seguía usando su mano para subir y bajar por mi verga que largo una gota de preseminal que ella noto inmediatamente.
- Si sos tan buenita, entonces hace lo que tenes que hacer, no me hagas enojar y comete la pija como buena putita que sos.
Ella al escuchar esas palabras se entusiasmó, sonrió en clara demostración de que estaba esperando esa orden. Levanto mi pija hasta pegarla a mi abdomen y primero le dio un buen chupón a mis huevos, jugando un poco con su lengua. Luego puso el glande justo de frente y mirándome a los ojos saco su lengua y apenas le dio una lamida casi sin tocar el glande, sino lo justo y necesario para generar un roce y que su lengua recoja el preseminal que me chorreaba de la punta dejando en evidencia el hilo que formó y que unía su boca con mi pija.
- Me parece que mi amiguito tiene ganas de que le dé besitos… –dijo juguetona al tiempo que volvió a mis huevos y esta vez desde la base hasta la punta subió lamiendo lentamente pero con toda su lengua lo que me hizo tirar mi cabeza hacia atrás instintivamente.
- Mejor deja de hablar y chúpame bien la pija putita, mostrame que sabes hacer con esa boquita aparte de hablar –le dije de forma seria pero muy caliente.
Ella obedeció y volvió a repetir el mismo movimiento, lamiendo desde abajo pero esta vez se detuvo en la cabeza mientras con su mano presionó bien la base como escurriendo sabiendo que eso largaría otra importante gota de semen que no demoró en recoger con su lengua mientras hacía círculos sobre el glande y sus labios lo besaban casi por completo.
- Metetela hija de puta, comete la pija porque te voy a atragantar sino…
No lo dudo, y manteniendo su mano bien debajo y con un movimiento bien corto de paja, empezó a tragarse cada vez más un pedazo de pija. Sus labios le daban una presión justa, su lengua por dentro era hábil como ninguna, sabía cómo moverla en el reducido espacio que quedaba para estimular lo necesario para escuchar mis primeros suspiros.
- Ayyy si, ahora sí… lo que me hiciste desear por esta mamada hija de puta… –a cada segundo más me calentaba.
- Mmmmhuuuu… –intentaba decir con la pija en la boca.
- Sabía que eras buena petera, con esa boca y como besabas era imposible no imaginármelo… Seguí chupando putita… Se nota que te gusta chupar…
Ella no podía hablar, no quería salir y tampoco la iba a dejar salir para que hable… su mano paso a sostener mis huevos y su otra mano me sostenía cerca suyo agarrándose de mi culo. Cuando por fin se desprende un poco yo mirándola siempre, ella mira para arriba, esperando que le diga algo…
- No te dije que dejes de chupar…
- Perdón, es que quería saber si así mi cliente va a hablar bien de mi… –me dijo eso e inmediatamente asegurándose de que no deje de ver atentamente, dejo caer sobre la verga una buena cantidad de saliva que se encargó de volver a recoger metiéndosela nuevamente en la boca, para otra vez volver a escupir y ahí sí, comenzó un vaivén de mamada alucinante sin dejar de estimular mis huevos…
Yo ya estaba en el cielo, sin siquiera darme cuenta de los movimientos que hacía, lleve mi mano a su nuca, y entrelazando mis dedos en su pelo, acompañé los movimientos que ella hacía pero sin sostenerla ni guiarla, ella seguía con su mamada de ensueño.
A cada momento que pasaba, más saliva generaba ella en su boca, era una mamada bien húmeda y era notorio el uso de su lengua cuando engullía. Por puro instinto, cuando ella avanzó tragando pija no la deje volver atrás, la mantuve ahí.
- Traga más putita, más… Comela… –le ordené
- Ammmm! –dijo no sé si a modo de queja o de festejo, pero creo que fue de este último porque inmediatamente avanzó un poco más sobre el tronco.
- Así, dale… –y le afloje un poco para que vuelva atrás.
Ella vovió a respirar un poco agitada, pero más para calentarme que por necesidad. Otra vez escupió sobre la pija y volvió a la carga para superar el paso anterior, pero esta vez, todo el tiempo mirándome a los ojos. Su lengua actuaba como si fuera una especie de avanzador, a cada paso que daban sus labios, ella iba arrastrando su lengua como serpiente. Yo acompañe con mi mano su movimiento y al momento de frenar otra vez le mostre que debía avanzar un poco más, ella no se achico, y de ese punto hasta el final, avanzó lentamente hasta que sus labios chocaron con mi pubis y su mirada desafiante como diciendo: “viste que me la trague toda?”
- Siento la cabeza en tu garganta mi vida… que buena chupa pija que resultaste ser… mira cómo te la tragaste toda…
Ella quiso sonreír, apenas se notaba con la pija en la boca, se mantuvo firme con todo el trozo dentro hasta que ya por ahogo comenzó a salir, pero inmediatamente la traje de vuelta hasta tenerla en su garganta, lo que no esperaba. Un hilo de baba comenzó a caer por su mentón y recién ahí la deje retirarse.
- Tu conchita esta babeada como tu boca? –le dije mientras mi mano ya se acercaba a tocar su concha sobre la tela de su tanga que ya estaba muy húmeda y por eso decidí correrla para meter mis dedos directamente en la fuente.
- Mojada y caliente la tengo… –respondió y se volvió a meter la pija en la boca.
Ella siguió chupando, yo la empecé a masturbar y cada tanto ella se la tragaba hasta el fondo, cuando hacía eso yo le metía los dedos también más adentro. Llego un punto donde yo ya no aguantaba más, hacía un rato ya que ella estaba chupando con maestría y si seguía iba a acabar. La tire fuerte de los pelos para atrás para que se dé cuenta de que yo estaba al límite, lo cual la hizo sentir triunfadora.
- Que pasa? Alguien está muy caliente me parece… No aguanta una mamada?
No la deje hacer nada, necesitaba apaciguar la calentura y bajar un poco las ganas de acabar, la tire para atrás sobre la cama, subí sus piernas a mis hombros, quite su tanga y me zambullí de lleno en esa concha cargada de flujos a beberme todo de un sorbo. Esta vez la comí con desesperación, necesitaba tener ese sabor en mi boca. Ella no tardo en agarrarme de la cabeza y hacer fuerza para que mi boca presione más su concha que estaba empapada, evidentemente chupar pija la re pone, y empezó a subir y bajar su pelvis para que el frote sea más rápido e intenso.
Mis manos se agarraron fuerte de su culo, su ano estaba totalmente empapado y mi lengua cada tanto cuando el tirón de pelos que me daba lo permitía, bajaba a lamerlo también. No paso mucho tiempo cuando demostró que su orgasmo se venía.
- No pares, no… pares… Te acabo… Tomame toda… Dale… Seguí…
Yo no podía ni quería salir a responderle, ella me necesitaba ahí abajo y no la iba a cortar para decir alguna boludez. Seguí con mi tarea y en poco tiempo tuvo su premio.
- Ayyy si… dale… la puta madre… toma todo… Así… Acabo, acabo… ahhhhhh…. Aaaaaaaahhhhh… –se fue en un largo y profundo suspiro.
Yo seguí chupándola, juntando cada gota que salía de esa exquisita concha, me empalagaba de tanta miel, no tenía desperdicio y no pensaba desperdiciar nada hasta que ella así como me tenía de los pelos me tironeó de un saque y me llevó hasta ella para comerme la boca, le encantaba tenerme con la cara enchastrada de sus flujos y chuparme todo, le gustaba saborear su propia concha.
- Como me gusta que me chupes así, que me agarres fuerte… me haces calentar un montón –decía algo agitada.
Siempre, pero siempre que unimos los cuerpos, su concha y mi pija quedan totalmente en posición, jamás tuve que direccionarla, es como que tienen un imán que los atrae. Sabiendo que no tenía que preocuparme por errar el movimiento, de un sacudón se la enterré hasta el fondo, rápido, fuerte y sin contemplación.
- Ahhhhh!!! Ayyyy… –gritó
- Querías pija putita? –empecé a desquiciarme un poco yo mientras sin salir me eché para atrás quedando arrodillado y tomando sus piernas por debajo de sus rodillas para darle una penetración fuerte y profunda.
- Ayyy si! Si! Quería sentirte adentro! Cogeme…
- Toda te voy a coger, por calentona, por puta infiel… –esa sé que no se la esperaba, pero al parecer algo le gustó.
- Si! Soy muy puta, vos me pones muy puta!
Sus tetas se mecían al compás del movimiento de mis embestidas, su cara expresaba todo, su boca entre abierta y que por momentos su labio inferior quedaba totalmente mordido y sus ojos cerrados daban cuenta de que disfrutaba de la cogida. Enseguida llevo una de sus manos a su concha y mientras yo la cogía ella comenzó una masturbación bastante rápida, que acompañaba el mismo ritmo de la cogida.
Tanto la situación como sus palabras me había calentado demasiado, tenía ganas de acabarle y llenar esa conchita de leche, pero claramente no podía hacerlo, así que intente estirar un poquito más el momento. Salí abruptamente y la di vuelta poniéndola en 4, quería ver esa majestuosidad otra vez frente a mis ojos. No tenía desperdicio. Este fue un claro error de mi parte, si mi idea era intentar no acabar, era obvio que tener en primer plano ese culo abierto de par en par no me iba a favorecer, pero al menos para dilatar el momento –y su culo– un poco más, me metí de lleno a darle una chupada de orto fenomenal, si bien estaba totalmente lubricado por sus jugos, se lo escupí en señal de que ese era el trato que merecía. Ella siguió con su masturbación que ya hasta podíamos decir que era violenta, pese a que ella disfrutaba más de la masturbación suave, era evidente que quería acabar sabiendo que la iba a coger en 4.
- Estás obsesionado con mi culo vos… –me quería llevar al límite– tanto te gusta?
- Es el culo más lindo del mundo, me vuelve loco…
- Te lo tenes que ganar… no es fácil, pero gánatelo y vemos… Seguí cogiéndolo con esa lengüita mi vida…
- Que rico culo que tenes, sos toda rica la puta madre… –estaba maravillado yo.
- Viste que ya eras adicto a mi… yo te avise…
No respondí a eso, en cambio le pegue un par de lamidas con penetración de lengua a ese culo y rápidamente la volví a penetrar al tiempo que le estampé tremendo chirlo que retumbó en la habitación.
Plafffff!!! Sonó fuertemente.
- Ahhh hijo de puta! Me vas a dejar la marca!!
- Te pensas que me importa? Mejor, así el cornudo sabe que sos la putita de otro… –no termine de decir eso que le di otro fuerte chirlo en la otra nalga.
- Ayyy no me hagas así que en serio me vas a dejar marcado! Por favor! –ya casi era súplica.
- Así que no queres eso? –y le volví a meter otro que asegure que al menos por un rato la marca le iba a quedar– Vos pensas que yo estoy jugando? Que te digo putita solo por juego?
- Pero se puede dar cuenta! –me decía casi desesperada por que entienda.
- Que se dé cuenta, por algo sos la putita de otro, porque el cornudo no te coge como te gusta, y como te portas mal, alguien te tiene que castigar –le dije y lo acompañe con otro chirlo fuerte y la empecé a bombear con más fuerza.
- Queres que sea tu putita entonces? –preguntó mientras seguía con su paja y tiraba el culo para atrás para chocar con mi pelvis, dando cuenta de que no le preocupaba tanto como decía.
- Ya sos mi putita, ya te lo dije… –ya no aguanté más, estaba con la leche en la punta de la pija.
- Cogeme entonces… Cogeme bien… Dale… más fuerte –empezó a levantar la voz y su paja cada vez más rápida y sentía como la llema de sus dedos llegaban hasta el tronco de la verga que quedaba descubierto en el mete y saca– Dale Fede, cógeme, ayyy… sí, seguí… No pares y rómpeme la conchita que acabo…
Tenía la cara claramente desencajada, estaba entrando en el orgasmo y su culo empezó a golpear fuerte contra mí, ella estaba a punto caramelo y sentía los huevos que se empapaban cada vez que golpeaban en su concha.
- Así… Me estás haciendo acabar otra vez… Ayyy que lindo la puta madre –le salía la puteada por pura naturaleza pensé yo– No pares ahora… Fuerte! Dale! Agggggg… Ahhhh…
Ella acabo tan fuerte que sentí como hervía su conchita, era tanto el calor que generaba que no pude aguantar mucho más y dejarle la pija adentro hasta que termine por completo. Salí rápido de su concha y la hice dar vuelta con las piernas abiertas, necesitaba verla a la cara mientras acababa. Empecé a masturbarme sobre su concha y pubis y ella acercó una mano para colaborar con la tarea. En ese momento vi su cara que conjugaba a un ángel junto a un demonio que me desafiaba.
- Te acabo Bea! –solo pude exclamar.
- Seee… dame… quiero que me acabes toda…
Ella empezó una paja frenética que no le llevo más que unos breves segundos, me hizo explotar la pija literalmente. Los dos primeros disparos fueron a parar entre medio de sus tetas, los siguientes por su panza y ombligo hasta que los restos quedaron apenas sobre su conchita. Siguió pajeándome un rato más hasta exprimir la última gota y asegurarse de que mi pija quede muerta por completo siempre haciendo contacto visual conmigo. Su mano lógicamente quedo algo enchastrada cuando soltó mi verga. Yo me quede mirándola, la veía hermosa, y ella me miraba a mí y su sonrisa era indisimulable.
Empezó a pasar su mano por donde había restos de leche, desde su concha fue subiendo y acariciando cada parte salpicada. Paso sus dedos por sus pezones para que queden bien enlechados también y una vez que terminó entrelazó sus piernas rápido por mi cintura y me tiro encima de ella para quedar pegados y cara a cara…
- Te gusta chuparme la concha no?
- Si, ya lo notaste, la concha y el culo, me encanta –le respondí.
- Y para vos soy rica? –pregunto a propósito, claramente sabía la respuesta.
- La más rica que probé en mi vida.
- Pero no vale, estamos en desventaja –me dijo, pero medio boludo yo, no entendí muy bien a que se refería…
- Porque en desventaja? Vos probaste mi pija también… –le respondí inocentemente.
- Si, pero no conozco el sabor de tu leche…
No terminó de decir eso que me muestra como entre sus dos dedos tenía aún un considerable resto de leche que lentamente se llevó a su boca, la cerró un poco pero dejando ver lo suficiente, y moviendo su lengua muy notoriamente para que vea bien como estaba saboreando de esos restos. Yo me quede maravillado por lo que hacía, pero sobre todo, por cómo lo hacía.
- Mmmm… Si sos rico también… Muy rico… –decía con voz de trola mientras mostraba como tragaba lo que recién estaba saboreando.
- Te gusto mi vida?
A ella como siempre le gusta disfrutar de lo que prueba, pero también compartir. Me agarró fuerte de la cabeza y me encajó un beso que nuestras salivas intercambiaron todos los sabores que teníamos en nuestras bocas.
Quedamos tirados sin hablar, no cansados, pero si agitados. Estábamos acostados de costado, frente a frente, solo mirándonos, de vez en cuando en el silencio de las miradas soltábamos alguna risa cómplice, donde era bastante obvio lo que pensábamos y nos hacía reír. Hasta que después de un momento, mientras yo acariciaba su espalda ella comenzó a frotar su pierna sobre mi verga que no podía evitar reaccionar.
- Nos bañamos y seguimos? –le dije sabiendo la respuesta.
- Obvio! Pensaba lo mismo –respondió con mucho entusiasmo.
Con Bea empezamos a coger más seguido, siempre nos veíamos al menos una vez a la semana. Yo incluso me invente un negocio relacionado a mi actividad que me “obligaba” a viajar a su ciudad constantemente. Incluso si no nos daba mucho el tiempo para ir al telo, también iba a verla al menos un rato. Nos empezamos a llevar cada vez mejor, nos la pasábamos hablando por WhatsApp todo el día hasta que nos íbamos a dormir, cada uno a escondidas de su pareja, pero no podíamos cortar en ningún momento. Para vernos teníamos determinados días donde ya ni siquiera era el tener que intentar, yo directamente le ordenaba:
- Te quiero coger, a las 18:00 te busco donde siempre.
- Dale, avisame cuando estás por llegar que salgo.
También de su parte ocurría que prácticamente ella intentaba usar la misma práctica.
- Hoy me voy antes del trabajo así tenemos más tiempo, estate a las 15:00 en esa esquina.
Corto y conciso, ya no andábamos con vueltas y estaba claro porque. No nos aguantábamos las ganas y no dábamos opción a que uno diga que no, excepto por algún motivo muy particular, nunca nos cancelábamos. Éramos un reloj sucio, funcionábamos a la perfección, y en la cama no era la excepción, aunque Bea no terminaba de mostrar todas sus cartas siempre te mostraba la zanahoria delante de las narices, no solo te endulzaba la oreja en cuanto a lo que se podía venir, sino que inexplicablemente vos sabías que no eran puras palabras por decir, sino que había una realidad que se avecinaba. Yo por mi parte alternaba momentos donde la dominaba y otros donde ambos éramos lo que éramos, con y sin juegos, nunca nos decepcionamos. Incluso había veces que por más que quisiera, me era imposible tomar el control, no porque ella no quisiera, sino que era tan distinta la situación de cómo se daba, que no valía ni la pena entrar en ese rol, aunque como dije, lo seguíamos haciendo.
Una de las tantas veces que nos encontramos e íbamos para el telo ni bien subió al auto y vio que al menos al pasar no había ningún conocido o vecino que la pudiera reconocer, se estiro su mano a mi bragueta, tironeó del botón del pantalón y saco mi verga que si bien no estaba dormida –siempre que se subía mi pija empezaba a despertar aunque no hagamos nada– comenzó con unas leves caricias y clavo su mirada en mí.
- Me extraño mi mejor amigo? –dijo acompañado de una buena cara de putona.
- Obvio, todos los días te extraña, qué más quisiera que tener ese culo todas las noches.
Sinceramente yo pensé que por primera vez me la iba a chupar, la muy perra aún me hacía desear, me jugaba mucho pero no lo hacía, y la verdad que si bien me moría por sentir esa boca y esos labios tan hermosos comiéndose mi pija, la pasábamos tan bien cogiendo que tampoco era requisito sine qua non que lo haga, sabía que iba a llegar tarde o temprano y me gustaba la idea de que sea cuando uno menos lo espera.
Cuestión, ella comenzó una lenta paja mientras yo manejaba, me hablaba muy puta.
- Me parece que mi amiguito quiere mimos… está necesitando de mi conchita? –pregunta boluda, pero juguetona.
- Y si, necesita de todo, quiere todo… Creo que se lo merece, vos que quees?
- Y la verdad que me viene gustando mucho como me coge… Vos decís que se merece algo más? –sabía provocar la putita.
- Cabe alguna duda?
- No sé… Quizás si me acerco a hablarle se asusta…
- Se va a poner más contento todavía –le dije
- Ayyy no sé… y si se asusta y después no me coge??? Qué hago??? Me quedo sin el pan y sin la torta!
- Chupala putita! Deja de hacerme desear… –me había calentado demasiado y no aguantaba más.
Ella me mira, hace su gesto característico de la muequita con su mejilla y seguía pajeandome. Se acerca a mí, me besa el cuello y lentamente va bajando, siempre con su mano agarrando la pija, hasta que cuando está llegando y que siento el calor de su respiración en mi glande, dice
- Me parece que alguien quiere unos besitos… –yo sin quitar la vista del camino tire un poco la cabeza atrás solo por sentir ese calor– pero no va a ser hoy…
Queeeee??? Cómoooooooo???? Yo no entendía lo que pasaba, no puede ser tan hija de puta! Intente rápidamente apoyar mi mano sobre su nuca, sin bajarla con fuerza pero tratando de arrimarla y para que no pueda salir. Ella riéndose guardó mi pene dentro del bóxer, subió muy rápido el cierre de mi pantalón y lo abotonó. Hábil como ninguna, por su posición yo no podía bajarme el pantalón ni sacar la pija nuevamente, una mano al volante, otra sobre ella y no tenía espacio para ir por debajo. Así que indefectiblemente, el que se quedó sin el pan y sin la torta fui yo.
Pero justo ya estábamos en la entrada al telo, así que me tranquilice y pensé que pudo haber ganado este asalto, pero aún teníamos varios asaltos más por delante. Pague por ventanilla, mismo ritual de siempre, yo la tapaba un poquito a ella por si justo quien esté detrás del vidrio la reconozca y entramos a la habitación nueve que era la única que al menos un poquito nos gustaba y la menos deprimente.
Yo entre sabiendo que ella no se iba a llevar esa maldad de arriba, y en mi cabeza empecé a analizar qué elementos tenía a mano para darle un buen merecido. Como siempre, ella se fue quitando todos sus anillos y pulseras que era lo primero que hacía, aproveche a decirle algo.
- Si, mejor sacate el que te dio el cornudo, porque hoy no le vas a hacer ni un poco de honor, yo que vos hasta lo tapo para que no vea.
- Vos crees? Jajaja –dijo desafiante.
- No lo creo, lo sé –se lo dije de forma firme, sin dejar lugar a la risita al mismo tiempo que me acercaba a ella y ella cuando me tiene atrás suyo se da vuelta para abrazarme del cuello– Que excusa pusiste en el trabajo para salir antes?
- Nada, solo que tenía turno médico, porque?
- Ahh, no saben que sos la putita de un cliente? –le digo mientras desabotonaba su pantalón.
- Noooo, bah, igual muchos se imaginan que me estás cogiendo, ahhhhh uffffff…. –largo cuando pase mis dedos por su concha por sobre el triángulo de su tanga.
- Y saben lo putita que te pones con el cliente? O solo se lo imaginan?
- No les queda otra que solo imaginar, el que sabe es el cliente… ahhh siiii… –ella largaba mientras movía su cintura al ritmo de mi mano e iba desabrochando mi pantalón.
- Entonces deberías esmerarte para que la empresa esté orgullosa del trato que le das al cliente.
- Si? El cliente se merece un trato preferencial? O a todos tengo que tratarlos igual? –preguntaba haciéndose la inocente mientras agarró mi pija y comenzaba una lenta paja que iba desde mis huevos hasta la cabeza.
- Una atención personalizada, tenes que hacer lo necesario para fidelizar al cliente –le dije.
- Y si me porto bien y soy buena putita, el cliente va a hablar bien de mí? –cada vez con más vos de trola y haciendo ojitos de inocencia mientras me seguía pajeando.
Yo ya le había dejado su pantalón por los tobillos y con su tanga puesta le corrí la tela y empecé a frotarle la conchita, que como siempre no defraudo, estaba muy mojada. Lleve mi mano a su boca, le hice probar de sus jugos, junte un poquito de miel para mí y también la probé, justo delante de su mirada que se encendió automáticamente. Le desabroché la camisa que traía puesta pero lo deje el corpiño puesto, es demasiado hermosa y verla en lencería es algo que me quema la cabeza de lo bien que le queda.
Ella en ese momento acelero la paja apenas un poco y su sonrisa se dibujaba en su cara. Yo la traje hacia mí un poco más y siempre tocándole la concha le amase un poco el culo, nunca podía dejarlo de lado. Ella levanto un poco su cara para encontrarse con mi boca y nos fuimos comiendo hasta que la deje al borde de la cama, sentándola ya de una manera un poco más brusca. Entendió de inmediato que tenía que representar su papel. Sentada en la cama miró para arriba como diciendo “espero tus órdenes” y éstas no tardaron en llegar. Me puse delante de su cara con mi verga bien tiesa apuntando directamente a su boca.
- Lo que hiciste en el auto estuvo muy mal… Te portaste mal con tu mejor cliente… Sabías?
- Yo no me porte mal, yo soy muy buenita –decía mientras me miraba lascivamente mientras seguía usando su mano para subir y bajar por mi verga que largo una gota de preseminal que ella noto inmediatamente.
- Si sos tan buenita, entonces hace lo que tenes que hacer, no me hagas enojar y comete la pija como buena putita que sos.
Ella al escuchar esas palabras se entusiasmó, sonrió en clara demostración de que estaba esperando esa orden. Levanto mi pija hasta pegarla a mi abdomen y primero le dio un buen chupón a mis huevos, jugando un poco con su lengua. Luego puso el glande justo de frente y mirándome a los ojos saco su lengua y apenas le dio una lamida casi sin tocar el glande, sino lo justo y necesario para generar un roce y que su lengua recoja el preseminal que me chorreaba de la punta dejando en evidencia el hilo que formó y que unía su boca con mi pija.
- Me parece que mi amiguito tiene ganas de que le dé besitos… –dijo juguetona al tiempo que volvió a mis huevos y esta vez desde la base hasta la punta subió lamiendo lentamente pero con toda su lengua lo que me hizo tirar mi cabeza hacia atrás instintivamente.
- Mejor deja de hablar y chúpame bien la pija putita, mostrame que sabes hacer con esa boquita aparte de hablar –le dije de forma seria pero muy caliente.
Ella obedeció y volvió a repetir el mismo movimiento, lamiendo desde abajo pero esta vez se detuvo en la cabeza mientras con su mano presionó bien la base como escurriendo sabiendo que eso largaría otra importante gota de semen que no demoró en recoger con su lengua mientras hacía círculos sobre el glande y sus labios lo besaban casi por completo.
- Metetela hija de puta, comete la pija porque te voy a atragantar sino…
No lo dudo, y manteniendo su mano bien debajo y con un movimiento bien corto de paja, empezó a tragarse cada vez más un pedazo de pija. Sus labios le daban una presión justa, su lengua por dentro era hábil como ninguna, sabía cómo moverla en el reducido espacio que quedaba para estimular lo necesario para escuchar mis primeros suspiros.
- Ayyy si, ahora sí… lo que me hiciste desear por esta mamada hija de puta… –a cada segundo más me calentaba.
- Mmmmhuuuu… –intentaba decir con la pija en la boca.
- Sabía que eras buena petera, con esa boca y como besabas era imposible no imaginármelo… Seguí chupando putita… Se nota que te gusta chupar…
Ella no podía hablar, no quería salir y tampoco la iba a dejar salir para que hable… su mano paso a sostener mis huevos y su otra mano me sostenía cerca suyo agarrándose de mi culo. Cuando por fin se desprende un poco yo mirándola siempre, ella mira para arriba, esperando que le diga algo…
- No te dije que dejes de chupar…
- Perdón, es que quería saber si así mi cliente va a hablar bien de mi… –me dijo eso e inmediatamente asegurándose de que no deje de ver atentamente, dejo caer sobre la verga una buena cantidad de saliva que se encargó de volver a recoger metiéndosela nuevamente en la boca, para otra vez volver a escupir y ahí sí, comenzó un vaivén de mamada alucinante sin dejar de estimular mis huevos…
Yo ya estaba en el cielo, sin siquiera darme cuenta de los movimientos que hacía, lleve mi mano a su nuca, y entrelazando mis dedos en su pelo, acompañé los movimientos que ella hacía pero sin sostenerla ni guiarla, ella seguía con su mamada de ensueño.
A cada momento que pasaba, más saliva generaba ella en su boca, era una mamada bien húmeda y era notorio el uso de su lengua cuando engullía. Por puro instinto, cuando ella avanzó tragando pija no la deje volver atrás, la mantuve ahí.
- Traga más putita, más… Comela… –le ordené
- Ammmm! –dijo no sé si a modo de queja o de festejo, pero creo que fue de este último porque inmediatamente avanzó un poco más sobre el tronco.
- Así, dale… –y le afloje un poco para que vuelva atrás.
Ella vovió a respirar un poco agitada, pero más para calentarme que por necesidad. Otra vez escupió sobre la pija y volvió a la carga para superar el paso anterior, pero esta vez, todo el tiempo mirándome a los ojos. Su lengua actuaba como si fuera una especie de avanzador, a cada paso que daban sus labios, ella iba arrastrando su lengua como serpiente. Yo acompañe con mi mano su movimiento y al momento de frenar otra vez le mostre que debía avanzar un poco más, ella no se achico, y de ese punto hasta el final, avanzó lentamente hasta que sus labios chocaron con mi pubis y su mirada desafiante como diciendo: “viste que me la trague toda?”
- Siento la cabeza en tu garganta mi vida… que buena chupa pija que resultaste ser… mira cómo te la tragaste toda…
Ella quiso sonreír, apenas se notaba con la pija en la boca, se mantuvo firme con todo el trozo dentro hasta que ya por ahogo comenzó a salir, pero inmediatamente la traje de vuelta hasta tenerla en su garganta, lo que no esperaba. Un hilo de baba comenzó a caer por su mentón y recién ahí la deje retirarse.
- Tu conchita esta babeada como tu boca? –le dije mientras mi mano ya se acercaba a tocar su concha sobre la tela de su tanga que ya estaba muy húmeda y por eso decidí correrla para meter mis dedos directamente en la fuente.
- Mojada y caliente la tengo… –respondió y se volvió a meter la pija en la boca.
Ella siguió chupando, yo la empecé a masturbar y cada tanto ella se la tragaba hasta el fondo, cuando hacía eso yo le metía los dedos también más adentro. Llego un punto donde yo ya no aguantaba más, hacía un rato ya que ella estaba chupando con maestría y si seguía iba a acabar. La tire fuerte de los pelos para atrás para que se dé cuenta de que yo estaba al límite, lo cual la hizo sentir triunfadora.
- Que pasa? Alguien está muy caliente me parece… No aguanta una mamada?
No la deje hacer nada, necesitaba apaciguar la calentura y bajar un poco las ganas de acabar, la tire para atrás sobre la cama, subí sus piernas a mis hombros, quite su tanga y me zambullí de lleno en esa concha cargada de flujos a beberme todo de un sorbo. Esta vez la comí con desesperación, necesitaba tener ese sabor en mi boca. Ella no tardo en agarrarme de la cabeza y hacer fuerza para que mi boca presione más su concha que estaba empapada, evidentemente chupar pija la re pone, y empezó a subir y bajar su pelvis para que el frote sea más rápido e intenso.
Mis manos se agarraron fuerte de su culo, su ano estaba totalmente empapado y mi lengua cada tanto cuando el tirón de pelos que me daba lo permitía, bajaba a lamerlo también. No paso mucho tiempo cuando demostró que su orgasmo se venía.
- No pares, no… pares… Te acabo… Tomame toda… Dale… Seguí…
Yo no podía ni quería salir a responderle, ella me necesitaba ahí abajo y no la iba a cortar para decir alguna boludez. Seguí con mi tarea y en poco tiempo tuvo su premio.
- Ayyy si… dale… la puta madre… toma todo… Así… Acabo, acabo… ahhhhhh…. Aaaaaaaahhhhh… –se fue en un largo y profundo suspiro.
Yo seguí chupándola, juntando cada gota que salía de esa exquisita concha, me empalagaba de tanta miel, no tenía desperdicio y no pensaba desperdiciar nada hasta que ella así como me tenía de los pelos me tironeó de un saque y me llevó hasta ella para comerme la boca, le encantaba tenerme con la cara enchastrada de sus flujos y chuparme todo, le gustaba saborear su propia concha.
- Como me gusta que me chupes así, que me agarres fuerte… me haces calentar un montón –decía algo agitada.
Siempre, pero siempre que unimos los cuerpos, su concha y mi pija quedan totalmente en posición, jamás tuve que direccionarla, es como que tienen un imán que los atrae. Sabiendo que no tenía que preocuparme por errar el movimiento, de un sacudón se la enterré hasta el fondo, rápido, fuerte y sin contemplación.
- Ahhhhh!!! Ayyyy… –gritó
- Querías pija putita? –empecé a desquiciarme un poco yo mientras sin salir me eché para atrás quedando arrodillado y tomando sus piernas por debajo de sus rodillas para darle una penetración fuerte y profunda.
- Ayyy si! Si! Quería sentirte adentro! Cogeme…
- Toda te voy a coger, por calentona, por puta infiel… –esa sé que no se la esperaba, pero al parecer algo le gustó.
- Si! Soy muy puta, vos me pones muy puta!
Sus tetas se mecían al compás del movimiento de mis embestidas, su cara expresaba todo, su boca entre abierta y que por momentos su labio inferior quedaba totalmente mordido y sus ojos cerrados daban cuenta de que disfrutaba de la cogida. Enseguida llevo una de sus manos a su concha y mientras yo la cogía ella comenzó una masturbación bastante rápida, que acompañaba el mismo ritmo de la cogida.
Tanto la situación como sus palabras me había calentado demasiado, tenía ganas de acabarle y llenar esa conchita de leche, pero claramente no podía hacerlo, así que intente estirar un poquito más el momento. Salí abruptamente y la di vuelta poniéndola en 4, quería ver esa majestuosidad otra vez frente a mis ojos. No tenía desperdicio. Este fue un claro error de mi parte, si mi idea era intentar no acabar, era obvio que tener en primer plano ese culo abierto de par en par no me iba a favorecer, pero al menos para dilatar el momento –y su culo– un poco más, me metí de lleno a darle una chupada de orto fenomenal, si bien estaba totalmente lubricado por sus jugos, se lo escupí en señal de que ese era el trato que merecía. Ella siguió con su masturbación que ya hasta podíamos decir que era violenta, pese a que ella disfrutaba más de la masturbación suave, era evidente que quería acabar sabiendo que la iba a coger en 4.
- Estás obsesionado con mi culo vos… –me quería llevar al límite– tanto te gusta?
- Es el culo más lindo del mundo, me vuelve loco…
- Te lo tenes que ganar… no es fácil, pero gánatelo y vemos… Seguí cogiéndolo con esa lengüita mi vida…
- Que rico culo que tenes, sos toda rica la puta madre… –estaba maravillado yo.
- Viste que ya eras adicto a mi… yo te avise…
No respondí a eso, en cambio le pegue un par de lamidas con penetración de lengua a ese culo y rápidamente la volví a penetrar al tiempo que le estampé tremendo chirlo que retumbó en la habitación.
Plafffff!!! Sonó fuertemente.
- Ahhh hijo de puta! Me vas a dejar la marca!!
- Te pensas que me importa? Mejor, así el cornudo sabe que sos la putita de otro… –no termine de decir eso que le di otro fuerte chirlo en la otra nalga.
- Ayyy no me hagas así que en serio me vas a dejar marcado! Por favor! –ya casi era súplica.
- Así que no queres eso? –y le volví a meter otro que asegure que al menos por un rato la marca le iba a quedar– Vos pensas que yo estoy jugando? Que te digo putita solo por juego?
- Pero se puede dar cuenta! –me decía casi desesperada por que entienda.
- Que se dé cuenta, por algo sos la putita de otro, porque el cornudo no te coge como te gusta, y como te portas mal, alguien te tiene que castigar –le dije y lo acompañe con otro chirlo fuerte y la empecé a bombear con más fuerza.
- Queres que sea tu putita entonces? –preguntó mientras seguía con su paja y tiraba el culo para atrás para chocar con mi pelvis, dando cuenta de que no le preocupaba tanto como decía.
- Ya sos mi putita, ya te lo dije… –ya no aguanté más, estaba con la leche en la punta de la pija.
- Cogeme entonces… Cogeme bien… Dale… más fuerte –empezó a levantar la voz y su paja cada vez más rápida y sentía como la llema de sus dedos llegaban hasta el tronco de la verga que quedaba descubierto en el mete y saca– Dale Fede, cógeme, ayyy… sí, seguí… No pares y rómpeme la conchita que acabo…
Tenía la cara claramente desencajada, estaba entrando en el orgasmo y su culo empezó a golpear fuerte contra mí, ella estaba a punto caramelo y sentía los huevos que se empapaban cada vez que golpeaban en su concha.
- Así… Me estás haciendo acabar otra vez… Ayyy que lindo la puta madre –le salía la puteada por pura naturaleza pensé yo– No pares ahora… Fuerte! Dale! Agggggg… Ahhhh…
Ella acabo tan fuerte que sentí como hervía su conchita, era tanto el calor que generaba que no pude aguantar mucho más y dejarle la pija adentro hasta que termine por completo. Salí rápido de su concha y la hice dar vuelta con las piernas abiertas, necesitaba verla a la cara mientras acababa. Empecé a masturbarme sobre su concha y pubis y ella acercó una mano para colaborar con la tarea. En ese momento vi su cara que conjugaba a un ángel junto a un demonio que me desafiaba.
- Te acabo Bea! –solo pude exclamar.
- Seee… dame… quiero que me acabes toda…
Ella empezó una paja frenética que no le llevo más que unos breves segundos, me hizo explotar la pija literalmente. Los dos primeros disparos fueron a parar entre medio de sus tetas, los siguientes por su panza y ombligo hasta que los restos quedaron apenas sobre su conchita. Siguió pajeándome un rato más hasta exprimir la última gota y asegurarse de que mi pija quede muerta por completo siempre haciendo contacto visual conmigo. Su mano lógicamente quedo algo enchastrada cuando soltó mi verga. Yo me quede mirándola, la veía hermosa, y ella me miraba a mí y su sonrisa era indisimulable.
Empezó a pasar su mano por donde había restos de leche, desde su concha fue subiendo y acariciando cada parte salpicada. Paso sus dedos por sus pezones para que queden bien enlechados también y una vez que terminó entrelazó sus piernas rápido por mi cintura y me tiro encima de ella para quedar pegados y cara a cara…
- Te gusta chuparme la concha no?
- Si, ya lo notaste, la concha y el culo, me encanta –le respondí.
- Y para vos soy rica? –pregunto a propósito, claramente sabía la respuesta.
- La más rica que probé en mi vida.
- Pero no vale, estamos en desventaja –me dijo, pero medio boludo yo, no entendí muy bien a que se refería…
- Porque en desventaja? Vos probaste mi pija también… –le respondí inocentemente.
- Si, pero no conozco el sabor de tu leche…
No terminó de decir eso que me muestra como entre sus dos dedos tenía aún un considerable resto de leche que lentamente se llevó a su boca, la cerró un poco pero dejando ver lo suficiente, y moviendo su lengua muy notoriamente para que vea bien como estaba saboreando de esos restos. Yo me quede maravillado por lo que hacía, pero sobre todo, por cómo lo hacía.
- Mmmm… Si sos rico también… Muy rico… –decía con voz de trola mientras mostraba como tragaba lo que recién estaba saboreando.
- Te gusto mi vida?
A ella como siempre le gusta disfrutar de lo que prueba, pero también compartir. Me agarró fuerte de la cabeza y me encajó un beso que nuestras salivas intercambiaron todos los sabores que teníamos en nuestras bocas.
Quedamos tirados sin hablar, no cansados, pero si agitados. Estábamos acostados de costado, frente a frente, solo mirándonos, de vez en cuando en el silencio de las miradas soltábamos alguna risa cómplice, donde era bastante obvio lo que pensábamos y nos hacía reír. Hasta que después de un momento, mientras yo acariciaba su espalda ella comenzó a frotar su pierna sobre mi verga que no podía evitar reaccionar.
- Nos bañamos y seguimos? –le dije sabiendo la respuesta.
- Obvio! Pensaba lo mismo –respondió con mucho entusiasmo.
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