Después del encuentro con Marcos, traté todo el tiempo de alejarme, por casi un mes me iba siempre que mi hija me avisaba que iba a venir con él, siempre inventaba una excusa, en el momento de haber tenido relaciones con él, no había sentido culpa, pero después de unos días cada vez me sentía más culpable, no contesté ninguno de sus mensajes tampoco, dejó de escribirme después de dos o tres que no le conteste, después de casi un mes y medio, volví a casa, me acosté, escuché como tenían relaciones, los escuchaba fuerte y claro, no sabían que había llegado, me produjo un nivel de calentura mayúscula, me estuve acariciando un rato y finalmente me dormí. A la mañana siguiente escuché temprano, cerca de las siete la puerta del departamento, mi hija iba temprano a la facultad, pensé que habían salido ya, fui a la cocina solo con un conjunto de ropa interior negro calado que me queda muy bien, me fui a hacer un café, me sentía cansada, estresada, caliente, molesta, no había dormido bien, cuando entre a la cocina casi me muero, estaba Marcos solo con un bóxer, solo mi hija había salido, no dije nada, seguí caminando hacia la cocina, pero me di cuenta que caminaba más sensualmente, tendría que haber pegado la vuelta, volver a mi cuarto, cambiarme, pero estaba tan caliente, que seguí caminando hacia la cocina, lo miré seria y volvía a agarrar las cosas para hacerme el café.
-Que bonita… si… me encanta esa ropa calada… -giré a mirarlo sin decir nada, me daba cuenta que me paraba haciendo poses muy sensuales, me puse de espaldas a él, llevé una mano a la cintura y me puse de manera que mi culo estuviera bien expuesto. Lo empecé a mover sensualmente, sabía que al haber entrado a la cocina esto iba a pasar. Hizo varias exclamaciones, me dijo que era hermoso lo que veía, su voz se sentía pastosa, con la boca reseca, como si estuviera nervioso con la situación. Se puso de pie y lo sentí acercarse hacia mí, quede paralizada en mi lugar, me acarició la cola con una de sus manos y me soltó un par de suaves cachetazos, se corrió un poco hacia atrás, me dijo que me bajara mi tanga.
-Bajala lentamente… sensualmente… -llevé mis dedos a los costados y la fui bajando bien despacio mientras movía el culo sensualmente. Me agaché cuando llegué hasta abajo, la tomé con una mano, me giré hacia él y le sonreí, me pidió que separara un poco las piernas, jugo con sus dedos y noto lo mojada que estaba
-Guau… si… bien caliente… -dijo.- mostrame las tetas… -lo miré sensualmente mientras me desabrochaba el corpiño. Las agarré con las dos manos mientras tiré mi cabeza hacia atrás, me sentía tan caliente, tan entregada, olvidada de quien era él, de quien era yo. Las acarició, las sacudió y me miro sonriendo, también le sonreí.
-Queres cogerme…? –le dije girando y apoyando mis brazos sobre la mesada, inclinada para él.
-Si… quiero cogerte esa conchita… -enseguida se bajo el bóxer y empezó a cogerme, sentía lo dura que estaba, no podía parar de gemir, me agarró fuerte del pelo… del cuello, - querés ir a la cama…? Nos escuchaste coger anoche…?
-Si… si…
Fuimos hacia el cuarto, desde mi divorcio no había estado con ningún hombre en mi propia cama, era él primer hombre que se iba a meter en mi cama después de mi marido, se acostó cómodamente, lo iba a montar, pero me pidió que lo chupara primero. Me corrí el pelo de la cara para que viera mi cara de placer al chuparlo y poder mirarlo a los ojos, la comí con placer, un sabroso bocado,
-Chúpame las bolas también… -le sonreí mientras me acomodaba mejor para poder hacerlo. Las chupe un poco y volví a comerme su palo. Me acomodé para montarlo la guie hacia mí y me la fui metiendo de a poco, con un suave gemido, empezó a acariciarme mientras me movía sobre él, me apoyé con las manos por detrás y aceleré mis movimientos sobre él, de a ratos lo miraba con cara de goce,
-Date vuelta… quiero verte el culo cuando me coges… -me di vuelta, otra vez la tome guiándola y empecé a darle una buena cogida, gimiendo cada vez más, empezó a jugar con su dedo gordo por la puerta de mi culito, un largo rato jugo y después lo metió un poco, sacó el dedo y empecé a cogerlo más lento, yendo casi hasta la punta y clavándomela de nuevo hasta el fondo.
-A tu hija no le gusta el dedo en su culito… a vos parece que te encanta… -no le contesté nada. Se salió de abajo mío y empezó a darme de perrito, me daba bien duro, estuvo un montón dándome, los dos cada vez más calientes, me dio dos cachetazos en el culo un poco más fuertes y empezó a darme más duro aún. Se salió y vino de pie frente a mí para que lo chupara de nuevo, de pie junto a la cama, lo mire con cara de goce, de mucho placer, sonriéndole, volvió a acomodarse y siguió dándome bien duro, tardaba en llegar, había estado haciéndolo con mi hija a la noche, obviamente, se salió de mí y me acomodó de costado en la cama, se levantó y fue a buscar un lubricante que tenía, lo esperé acostada en la cama como me había dejado, volvió con el lubricante y me lubrico mi culito generosamente, metió su dedo medio en mi culo,
-Este es el mejor final… -me dijo. La fue metiendo de a poco y empezó a cogerme el culo, me encantaba, hacía un montón que no lo hacía por ahí, desde mi divorcio, me daba bien duro sin parar, por momentos me agarraba de las tetas, de a ratos levantaba la pierna que tenía arriba agarrándome del muslo, me dio bien duro y en un momento se le salió, me besaba suavemente el hombro, el cuello, la espalda, me acostó de espaldas de nuevo, se puso de pie y me arrastró hasta el borde de la cama, empezó a pajearme con sus dedos, me cogía la concha con los dedos, me agarró de las piernas, levantando mi cadera y así de frente volvió a clavarme por el culo, me cogió hasta que lo sentí llegar, me dejo con las piernas levantadas, me sentía avergonzada, trataba de cubrir mi cara con las manos, la leche de él empezaba a salir, me voy a duchar que tengo que ir a trabajar, me dijo.
-Que bonita… si… me encanta esa ropa calada… -giré a mirarlo sin decir nada, me daba cuenta que me paraba haciendo poses muy sensuales, me puse de espaldas a él, llevé una mano a la cintura y me puse de manera que mi culo estuviera bien expuesto. Lo empecé a mover sensualmente, sabía que al haber entrado a la cocina esto iba a pasar. Hizo varias exclamaciones, me dijo que era hermoso lo que veía, su voz se sentía pastosa, con la boca reseca, como si estuviera nervioso con la situación. Se puso de pie y lo sentí acercarse hacia mí, quede paralizada en mi lugar, me acarició la cola con una de sus manos y me soltó un par de suaves cachetazos, se corrió un poco hacia atrás, me dijo que me bajara mi tanga.
-Bajala lentamente… sensualmente… -llevé mis dedos a los costados y la fui bajando bien despacio mientras movía el culo sensualmente. Me agaché cuando llegué hasta abajo, la tomé con una mano, me giré hacia él y le sonreí, me pidió que separara un poco las piernas, jugo con sus dedos y noto lo mojada que estaba
-Guau… si… bien caliente… -dijo.- mostrame las tetas… -lo miré sensualmente mientras me desabrochaba el corpiño. Las agarré con las dos manos mientras tiré mi cabeza hacia atrás, me sentía tan caliente, tan entregada, olvidada de quien era él, de quien era yo. Las acarició, las sacudió y me miro sonriendo, también le sonreí.
-Queres cogerme…? –le dije girando y apoyando mis brazos sobre la mesada, inclinada para él.
-Si… quiero cogerte esa conchita… -enseguida se bajo el bóxer y empezó a cogerme, sentía lo dura que estaba, no podía parar de gemir, me agarró fuerte del pelo… del cuello, - querés ir a la cama…? Nos escuchaste coger anoche…?
-Si… si…
Fuimos hacia el cuarto, desde mi divorcio no había estado con ningún hombre en mi propia cama, era él primer hombre que se iba a meter en mi cama después de mi marido, se acostó cómodamente, lo iba a montar, pero me pidió que lo chupara primero. Me corrí el pelo de la cara para que viera mi cara de placer al chuparlo y poder mirarlo a los ojos, la comí con placer, un sabroso bocado,
-Chúpame las bolas también… -le sonreí mientras me acomodaba mejor para poder hacerlo. Las chupe un poco y volví a comerme su palo. Me acomodé para montarlo la guie hacia mí y me la fui metiendo de a poco, con un suave gemido, empezó a acariciarme mientras me movía sobre él, me apoyé con las manos por detrás y aceleré mis movimientos sobre él, de a ratos lo miraba con cara de goce,
-Date vuelta… quiero verte el culo cuando me coges… -me di vuelta, otra vez la tome guiándola y empecé a darle una buena cogida, gimiendo cada vez más, empezó a jugar con su dedo gordo por la puerta de mi culito, un largo rato jugo y después lo metió un poco, sacó el dedo y empecé a cogerlo más lento, yendo casi hasta la punta y clavándomela de nuevo hasta el fondo.
-A tu hija no le gusta el dedo en su culito… a vos parece que te encanta… -no le contesté nada. Se salió de abajo mío y empezó a darme de perrito, me daba bien duro, estuvo un montón dándome, los dos cada vez más calientes, me dio dos cachetazos en el culo un poco más fuertes y empezó a darme más duro aún. Se salió y vino de pie frente a mí para que lo chupara de nuevo, de pie junto a la cama, lo mire con cara de goce, de mucho placer, sonriéndole, volvió a acomodarse y siguió dándome bien duro, tardaba en llegar, había estado haciéndolo con mi hija a la noche, obviamente, se salió de mí y me acomodó de costado en la cama, se levantó y fue a buscar un lubricante que tenía, lo esperé acostada en la cama como me había dejado, volvió con el lubricante y me lubrico mi culito generosamente, metió su dedo medio en mi culo,
-Este es el mejor final… -me dijo. La fue metiendo de a poco y empezó a cogerme el culo, me encantaba, hacía un montón que no lo hacía por ahí, desde mi divorcio, me daba bien duro sin parar, por momentos me agarraba de las tetas, de a ratos levantaba la pierna que tenía arriba agarrándome del muslo, me dio bien duro y en un momento se le salió, me besaba suavemente el hombro, el cuello, la espalda, me acostó de espaldas de nuevo, se puso de pie y me arrastró hasta el borde de la cama, empezó a pajearme con sus dedos, me cogía la concha con los dedos, me agarró de las piernas, levantando mi cadera y así de frente volvió a clavarme por el culo, me cogió hasta que lo sentí llegar, me dejo con las piernas levantadas, me sentía avergonzada, trataba de cubrir mi cara con las manos, la leche de él empezaba a salir, me voy a duchar que tengo que ir a trabajar, me dijo.
1 comentarios - Le mando fotos al novio de mi hija 3