Mi padrastro y mi esposa
Cuando tenía seis años mis padres se divorciaron, mi madre es ama de casa, una mujer muy hermosa de una curvas impresionantes, mi padre un cirujano de renombre, en el último tiempo podía escuchar sus discusiones cada noche, mi madre se quejaba que ella no había podido seguir sus estudios para que él siguiera estudiando y ahora no la apoyaba, montones de discusiones por distintos temas, finalmente decidieron divorciarse, mi madre me parece que tuvo unos pocos amantes ocasionales, pero cuando cumplí trece, me informó que iba a venir a vivir con nosotros, su pareja, no lo conocía todavía, el tipo era colectivero, a medida que lo fui conociendo me di cuenta que era una excelente persona, disfrutaba de pasar tiempo conmigo, me cuidaba, me acompañaba. Mi madre había empezado a trabajar, y Pedro, que así se llamaba mi padrastro, solía traer amigas cada vez que mi madre estaba trabajando, era muy habitual que las trajera a casa, como nuestros horarios coincidían, quien iba a sospechar algo si yo no decía nada, me sorprendía la cantidad de chicas que iban desfilando por la cama que ocupaba con mi madre, una de esas veces la puerta del cuarto quedó entreabierta, acababa de cumplir mis 14 años cuando vi mi primera porno en vivo, que decir, todo el cuerpo me temblaba, no sabía ni que decir ni que hacer, en un momento fue tanta la impresión que me corrí hacia atrás cayendo sobre una mesa ratona y tirando un florero que había, lo vi salir a Pedro, su pija me parecía inmensa, yo todavía no había desarrollado del todo, me dijo que no tenía que decirle nada de esto a mi mamá, cuando la chica se fue me explico que a él le gustaban mucho las mujeres, amaba a mi mamá pero no podía evitar ser quién era, yo no tenía que decirle nada a ella, a cambio iba a poder mirar cuanto quisiera, siempre me asombraba la amplia gama de mujeres que solía traer, distintas edades, clases, obviamente era un seductor nato. Cuando cumplí 20 por fin pude irme a vivir solo, estaba estudiando en la universidad y conocí a Ruth, que tenía un físico espectacular, muy parecida a mi madre, muy inteligente, sensible, un minón.
Cuando íbamos a visitar a mi madre y Pedro, este siempre aprovechaba la oportunidad de hablar con ella, le daba consejos, parecía que realmente era como un padre para ella también.
Después de casi trs años juntos decidimos casarnos, los dos teníamos 23 años, todos decían que éramos muy jóvenes para casarnos, pero a nosotros no nos importó. En el último año me había alejado bastante de mi madre, solía verla algunas veces en un bar a tomar un café, pero no había vuelto a su casa. Mi padre quería que tuviéramos una buena boda y se encargó de la fiesta, no se llevaba mal con Pedro, pero obviamente no le gustaba, que su mujer lo prefiriera a él, realmente le golpeaba su autoestima, todo transcurría con normalidad, en un momento me di cuenta de cómo Pedro miraba a Ruth, parecía embobado, yo había tomado bastante, y que la mirara así realmente me excito, cuando bailaron el vals, Pedro la tomaba de la cintura, casi apoyando su mano en su culo, le hablaba muy cerca de su oído, mi esposa le sonreía, a la vez que me parecía que a veces se ponía un poco colorada. Después la fiesta siguió como cualquier fiesta, esa noche lo hicimos, la note a Ruth mucho más excitada que de costumbre, tenía ganas de preguntarle que le había dicho Pedro pero no me anime. Nos fuimos de luna de miel, la pasamos bárbaro, pero todo el tiempo me venía la imagen de Pedro hablándole muy sensualmente al oído. Cuando volvimos una noche decidí invitarlos a mi madre y a él a cenar, yo me quedé charlando con mi madre en el comedor, Pedro estaba con Ruth en la cocina. La cena transcurrió normal, otra vez cuando fuimos a la cama Ruth estaba mucho más caliente que de costumbre. No sé qué le habría dicho o hecho, pero me parecía que era innegable que se excitaba después de estar con él mucho más que de costumbre. Pasaron un par de meses, Ruth solía evitar el tener relaciones, siempre estaba cansada o desganada. Estaba seguro que algo raro pasaba decidí poner cámaras en el living y en nuestro cuarto. Pasaron varios días y no vi nada, me sentía avergonzado, soy un enfermo, pensé. Estaba por sacar las cámaras revisando el registro del día anterior, mi esposa todavía no había llegado del trabajo, ella trabajaba algunos días solamente cuidando a un chico de una pareja de conocidos, después de un largo rato que no pasaba nada, mi padrastro se sentaba con un vaso de cerveza en el sillón del living, tenía puesta una bata solamente, mi corazón empezó a latir con fuerza, no entendía que hacía, parecía estar solo. Escuché la puerta que se cerraba, vi de atrás a mi esposa, con una minifalda que me vuelve loco caminando hacia donde estaba mi padrastro, se iba a sentar en un sillón al costado de él, pero la tomó de la mano y la hizo sentar sobre una de sus piernas, empezó a acariciar suavemente sus piernas, mi esposa bajaba la cabeza, como si estuviera avergonzada.
-Te gusta que te venga a visitar? –en ese momento empezó a sonar su celular, recordaba la llamada mía del día anterior, hola mi amor, cómo estás? Decía ella. Veía como él tomaba su pelo oliéndolo, le corría el pelo a un costado, bajaba un costado de la remera holgada que ella tenía, y empezaba a besarle el hombro, se veía el bretel de su sujetador,
-Recién llegué… voy a descansar un rato… vos como estás…?
Veía una mano de él subir hacia su pecho, acariciándola suavemente.
-Estoy un poco cansada amor… me voy a ir a dormir un rato… te amo… Y cortó la comunicación. Le tomó los dos pechos, cubriéndolos y sobándolos con ambas manos.
-Estas cada día más hermosa… más sensual… -la agarró de una mejilla, atrayéndola hacia él, mientras le chupaba el cuello sensualmente, ella gemía suavemente, giró su cabeza hacia él y podía ver sus lenguas entrecruzándose, era un beso tan sensual, tan cargado de erotismo. Otra vez como cuando era adolescente mi cuerpo temblaba sin control, mientras la besaba le levantó su remera, sacó su pezón sobre el sujetador y empezó a jugar con él. La apoyó contra el respaldo, se sacó sus anteojos y empezó a chuparle los pezones con dedicación, la iba recostando en el sillón mientras la chupaba.
-Te gusta eh…?
-Si… -contesto con una voz muy tímida. Dejó de chuparla, levantó las dos piernas de ella y empezó a chuparla sobre la ropa interior,
-Te gusta cómo te trata tu suegro…
-Mucho… -otra vez tímidamente, ella tenía las piernas recogidas y el seguía chupando sus muslos, sus glúteos, ella estaba con la ropa interior todavía.
-Que hermosa que sos… tenes un olor tan delicioso… -ella solo gemía. La hizo poner de rodilla sobre el sillón apoyada en el respaldo, la chupaba con la ropa interior puesta todavía, ella lo miraba girando la cabeza por encima del hombro, se arrodilló al lado de ella y metió su mano por dentro de la ropa interior, empezando a pajearla, acercó su cabeza al oído de ella y le hablaba todo el tiempo, en un momento ella giro la cabeza sacando la lengua sensualmente, jugaban con sus lenguas y eso a ella la calentaba un montón, la seguía pajeando bien duro, y le decía.
-Te calienta cada vez más que venga tu suegro a cogerte eh…? –su única respuesta era al aumento de tono de sus gemidos, saque mi miembro por fuera del pantalón, no iba a poder aguantar mucho más sin acabar, le bajo la ropa interior, dejándola entre los muslos, separó sus glúteos y se deleitaba mirando sus partes, ella lo miraba girando la cabeza, la chupó con detenimiento, dejó de chuparla, se chupó un dedo y se lo fue metiendo en el culo lentamente, mi pija empezó a escupir chorros de leche, no podía parar de acabar, escuché la puerta del ascensor, guardé mi pija que todavía se sacudía acabando, chorros de leche por el piso, limpié con un trapo así nomás, cerré el video y salte al baño justo cuando la puerta del departamento se cerraba.
-Amor… estás en casa?
-En el baño… me estoy por entrar a bañar…
-Bueno… voy a comprar para cenar… que tenes ganas…
-Unas supremas de pollo están bien…
Salió a comprar me metí en la ducha, lavé mi ropa interior, me sentía tan sucio. Cenamos en silencio, no hablamos demasiado, los dos estábamos encerrados en nosotros mismos, esa noche tampoco hicimos el amor, sólo dormimos.
Cuando tenía seis años mis padres se divorciaron, mi madre es ama de casa, una mujer muy hermosa de una curvas impresionantes, mi padre un cirujano de renombre, en el último tiempo podía escuchar sus discusiones cada noche, mi madre se quejaba que ella no había podido seguir sus estudios para que él siguiera estudiando y ahora no la apoyaba, montones de discusiones por distintos temas, finalmente decidieron divorciarse, mi madre me parece que tuvo unos pocos amantes ocasionales, pero cuando cumplí trece, me informó que iba a venir a vivir con nosotros, su pareja, no lo conocía todavía, el tipo era colectivero, a medida que lo fui conociendo me di cuenta que era una excelente persona, disfrutaba de pasar tiempo conmigo, me cuidaba, me acompañaba. Mi madre había empezado a trabajar, y Pedro, que así se llamaba mi padrastro, solía traer amigas cada vez que mi madre estaba trabajando, era muy habitual que las trajera a casa, como nuestros horarios coincidían, quien iba a sospechar algo si yo no decía nada, me sorprendía la cantidad de chicas que iban desfilando por la cama que ocupaba con mi madre, una de esas veces la puerta del cuarto quedó entreabierta, acababa de cumplir mis 14 años cuando vi mi primera porno en vivo, que decir, todo el cuerpo me temblaba, no sabía ni que decir ni que hacer, en un momento fue tanta la impresión que me corrí hacia atrás cayendo sobre una mesa ratona y tirando un florero que había, lo vi salir a Pedro, su pija me parecía inmensa, yo todavía no había desarrollado del todo, me dijo que no tenía que decirle nada de esto a mi mamá, cuando la chica se fue me explico que a él le gustaban mucho las mujeres, amaba a mi mamá pero no podía evitar ser quién era, yo no tenía que decirle nada a ella, a cambio iba a poder mirar cuanto quisiera, siempre me asombraba la amplia gama de mujeres que solía traer, distintas edades, clases, obviamente era un seductor nato. Cuando cumplí 20 por fin pude irme a vivir solo, estaba estudiando en la universidad y conocí a Ruth, que tenía un físico espectacular, muy parecida a mi madre, muy inteligente, sensible, un minón.
Cuando íbamos a visitar a mi madre y Pedro, este siempre aprovechaba la oportunidad de hablar con ella, le daba consejos, parecía que realmente era como un padre para ella también.
Después de casi trs años juntos decidimos casarnos, los dos teníamos 23 años, todos decían que éramos muy jóvenes para casarnos, pero a nosotros no nos importó. En el último año me había alejado bastante de mi madre, solía verla algunas veces en un bar a tomar un café, pero no había vuelto a su casa. Mi padre quería que tuviéramos una buena boda y se encargó de la fiesta, no se llevaba mal con Pedro, pero obviamente no le gustaba, que su mujer lo prefiriera a él, realmente le golpeaba su autoestima, todo transcurría con normalidad, en un momento me di cuenta de cómo Pedro miraba a Ruth, parecía embobado, yo había tomado bastante, y que la mirara así realmente me excito, cuando bailaron el vals, Pedro la tomaba de la cintura, casi apoyando su mano en su culo, le hablaba muy cerca de su oído, mi esposa le sonreía, a la vez que me parecía que a veces se ponía un poco colorada. Después la fiesta siguió como cualquier fiesta, esa noche lo hicimos, la note a Ruth mucho más excitada que de costumbre, tenía ganas de preguntarle que le había dicho Pedro pero no me anime. Nos fuimos de luna de miel, la pasamos bárbaro, pero todo el tiempo me venía la imagen de Pedro hablándole muy sensualmente al oído. Cuando volvimos una noche decidí invitarlos a mi madre y a él a cenar, yo me quedé charlando con mi madre en el comedor, Pedro estaba con Ruth en la cocina. La cena transcurrió normal, otra vez cuando fuimos a la cama Ruth estaba mucho más caliente que de costumbre. No sé qué le habría dicho o hecho, pero me parecía que era innegable que se excitaba después de estar con él mucho más que de costumbre. Pasaron un par de meses, Ruth solía evitar el tener relaciones, siempre estaba cansada o desganada. Estaba seguro que algo raro pasaba decidí poner cámaras en el living y en nuestro cuarto. Pasaron varios días y no vi nada, me sentía avergonzado, soy un enfermo, pensé. Estaba por sacar las cámaras revisando el registro del día anterior, mi esposa todavía no había llegado del trabajo, ella trabajaba algunos días solamente cuidando a un chico de una pareja de conocidos, después de un largo rato que no pasaba nada, mi padrastro se sentaba con un vaso de cerveza en el sillón del living, tenía puesta una bata solamente, mi corazón empezó a latir con fuerza, no entendía que hacía, parecía estar solo. Escuché la puerta que se cerraba, vi de atrás a mi esposa, con una minifalda que me vuelve loco caminando hacia donde estaba mi padrastro, se iba a sentar en un sillón al costado de él, pero la tomó de la mano y la hizo sentar sobre una de sus piernas, empezó a acariciar suavemente sus piernas, mi esposa bajaba la cabeza, como si estuviera avergonzada.
-Te gusta que te venga a visitar? –en ese momento empezó a sonar su celular, recordaba la llamada mía del día anterior, hola mi amor, cómo estás? Decía ella. Veía como él tomaba su pelo oliéndolo, le corría el pelo a un costado, bajaba un costado de la remera holgada que ella tenía, y empezaba a besarle el hombro, se veía el bretel de su sujetador,
-Recién llegué… voy a descansar un rato… vos como estás…?
Veía una mano de él subir hacia su pecho, acariciándola suavemente.
-Estoy un poco cansada amor… me voy a ir a dormir un rato… te amo… Y cortó la comunicación. Le tomó los dos pechos, cubriéndolos y sobándolos con ambas manos.
-Estas cada día más hermosa… más sensual… -la agarró de una mejilla, atrayéndola hacia él, mientras le chupaba el cuello sensualmente, ella gemía suavemente, giró su cabeza hacia él y podía ver sus lenguas entrecruzándose, era un beso tan sensual, tan cargado de erotismo. Otra vez como cuando era adolescente mi cuerpo temblaba sin control, mientras la besaba le levantó su remera, sacó su pezón sobre el sujetador y empezó a jugar con él. La apoyó contra el respaldo, se sacó sus anteojos y empezó a chuparle los pezones con dedicación, la iba recostando en el sillón mientras la chupaba.
-Te gusta eh…?
-Si… -contesto con una voz muy tímida. Dejó de chuparla, levantó las dos piernas de ella y empezó a chuparla sobre la ropa interior,
-Te gusta cómo te trata tu suegro…
-Mucho… -otra vez tímidamente, ella tenía las piernas recogidas y el seguía chupando sus muslos, sus glúteos, ella estaba con la ropa interior todavía.
-Que hermosa que sos… tenes un olor tan delicioso… -ella solo gemía. La hizo poner de rodilla sobre el sillón apoyada en el respaldo, la chupaba con la ropa interior puesta todavía, ella lo miraba girando la cabeza por encima del hombro, se arrodilló al lado de ella y metió su mano por dentro de la ropa interior, empezando a pajearla, acercó su cabeza al oído de ella y le hablaba todo el tiempo, en un momento ella giro la cabeza sacando la lengua sensualmente, jugaban con sus lenguas y eso a ella la calentaba un montón, la seguía pajeando bien duro, y le decía.
-Te calienta cada vez más que venga tu suegro a cogerte eh…? –su única respuesta era al aumento de tono de sus gemidos, saque mi miembro por fuera del pantalón, no iba a poder aguantar mucho más sin acabar, le bajo la ropa interior, dejándola entre los muslos, separó sus glúteos y se deleitaba mirando sus partes, ella lo miraba girando la cabeza, la chupó con detenimiento, dejó de chuparla, se chupó un dedo y se lo fue metiendo en el culo lentamente, mi pija empezó a escupir chorros de leche, no podía parar de acabar, escuché la puerta del ascensor, guardé mi pija que todavía se sacudía acabando, chorros de leche por el piso, limpié con un trapo así nomás, cerré el video y salte al baño justo cuando la puerta del departamento se cerraba.
-Amor… estás en casa?
-En el baño… me estoy por entrar a bañar…
-Bueno… voy a comprar para cenar… que tenes ganas…
-Unas supremas de pollo están bien…
Salió a comprar me metí en la ducha, lavé mi ropa interior, me sentía tan sucio. Cenamos en silencio, no hablamos demasiado, los dos estábamos encerrados en nosotros mismos, esa noche tampoco hicimos el amor, sólo dormimos.
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