Tercera parte La historia más morbosa y caliente de mi mujer

Gracias por todos los comentarios que nos dejan.



Muchos nos calientan y los puntos nos copan. Hay comentarios con mucha onda y se agradecen. Esto no es más que compartir historias que nos excitan como a todos los que nos gusta el sexo.



Creo que esa noche fue muy especial, se inició como muchas veces hablando acariciándonos, tocándonos, sintiéndonos muy sexuales y excitados.
Sentir sus tetas en mi pecho agarrar su cola con mis dos manos. Recorrer su pierna llegando a la conchita sentir todo lo mojada que estaba sin ni siquiera poder meterle la punta de mi glande, era realmente excitante.

Pareciera haber escuchado el timbre de la casa de su novio, y prácticamente ver esa imagen de su cola hermosa al descubierto en cuatro patas, desnuda, con un collar y una correa atada al pié de un sillón. No podía sacarme esa imagen de mi cabeza, su cuerpo super frágil y joven a punto de ser absolutamente usado para el sexo desenfrenado con su novio de la adolescencia su primer hombre sexual. El que le hacía descubrir el sexo en su máxima expresión para su edad.

Sentí muchos celos y mezcla de envidia, con mezcla de impotencia porque para mi estaba por sufrir algo que no quería... no podía esperar al final de su relato. Pensaba muchas cosas y estaban a punto de pensar que habían más cosas malas que buenas en esta historia que nunca se animó a contarme. Todos esos pensamientos comenzaron a desvanecerse cuando escucho de ella un susurro, casi un murmullo confesándome.



Ella continúa relatandome: cuando sentí que Lu se paró y no me desató sentí que mi conchita latía, estaba en climax. Tenía la necesidad de que pasaran muchas cosas y en ese momento cualquier cosa era buena para mi exitación. Ya hacía muchos minutos que no podía ver, él ni me escuchaba sólo sentía mis gemidos. No sabía que estaba pasando y él no volvía, con mis manos trataba de sacarme el collar pero en el fondo de mis deseos no quería que todo eso que estaba sintiendo termine. Nunca sentí tanta confianza en alguien, creo que sólo en vos en algunos momentos límites.



Cuando dijo eso creo que mis celos fueron terribles, sentí una decepción espantosa, pero no podía frenar mi exitación. Creo que mis cuernos crecieron a un nivel increíble y no pude quedarme callado diciendo: Ey bebé nunca has sentido confianza en mi?. En ese momento me di cuenta que era muy posible que la historia terminaría ahí y tal vez nunca me supiera el final de la historia. Me quería cortar los dos huevos por celoso pajero.



Ella me tapó la boca no me dejó terminar de hablar y me dijo que ella se sentía una mujer desde que él, su primer novio, la hizo por primera vez sentir el placer sexual de una mujer y que nunca volvió a sentir esa seguridad departe de un hombre.
Lo primero que se me vino a la cabeza fue pensar que es lo que este hijo de puta le hizo, por que de después de 20 años de casados el tipo este estaba en primer lugar y yo pasé a ser una más de sus deseos sexuales y nada más. Ya no estaba ni caliente ni con ganas de seguir escuchando. Pero me besó y me dijo vos me calentás y me hacés disfrutar cada fantasía... creo que me estaba regalando algo para no sentirse tan puta... ya se había ido todo a la mierda. Y ese código que siempre tuvimos de respetar y disfrutar las historias que nos contamos, yo era el que lo estaba arruinando.



Ella lo notó y me confesó que necesitaba contarme, lo que había inicado como una historia exitante y caliente, era un juego perverso y psicológico. Ella no podía parar y tenía esa necesidad, comencé a pensar en traumas, violaciones, me fuí a mil lugares que me hicieron reflexionar y decirle que siempre tenía que saber que la respetaba y la acompañaba en todas, quería que se sintiera apoyada y la verdad que me había preocupado porque la amo y soy de los que creen en las personas y más en la mujer que elegí hace muchos años.



Ella me besó profundamente, no fue sólo un beso, agarró mi pija y se la metió al fondó de su concha que era prácticamente un manjar suave, mojado y caliente. Apenas entró mi pija ella acabó y sentí como sus fluidos me mojaban sin parar, sentía como me recorrían por mis piernas sus fluidos tibios. Y escucho entre medio de su orgasmo quiero más. No se podía creer aquel orgasmo casi sin cogérmela absolutamente dilatada con sus pezones muy duros, sus jadeos tremendos y un grito profundo desde adentro de su ser. Todo ese supuesto trauma y malos pensamientos míos pasaron a ser todo lo contrario y volví a necesitar saber qué era aquello que la había puesto así.

Continuará....


Perdonen que se haya hecho tan largo... prometo subir la cuarta parte, pero recuerdo cada detalle y quiero contarlo. Espero les guste, esperamos sus comentarios.