-Me están llamando…debo…debo…Aajj
Marcelo seguía taladrando el orto de la mujer que tenía dificultad en hablar.
-Noo…Mmmm…Debo…Aajj…
-Tu debes?
-Yo debo…debo…
-Tu debes que cosa perra?
Marcelo aumenta la fuerza de sus golpes.
-Ah, ah, ah, Dios mío, ah, ah
-Tu debes que cosa?
-Mi hijo…mi Jonás…debo…Aaaajj…Debo…
-Jajaja, debes que cosa puta? No te entiendo.
-DEBO RECOJER A MI HIJO!... A JONAS…Él…Él me está esperando…Mmmm
Teresa apenas logra a articular palabras y apenas puede terminar una frase con sentido, el placer es demasiado pero todavía trataba de luchar contra su lujuria para cumplir su deber de madre.
-Por favor….Ah, ah, ah, déjame, déjame…
-Puedes irte cuando tu quieras linda.
El bully le estaba dando la elección a ella pero seguía penetrándole el culo sin piedad. Teresa podía tratar de moverse o de hacer un cualquier gesto para pararlo pero no lo hacía. Repetía y repetía que tenía que parar, que tenía que hacer su deber y recoger a su amado hijo pero no lo hacía.
BRRRR
Otra vez el celular suena pero ella sigue recibiendo las embestidas de Marcelo.
-Te…Aaaj, ah, ah…Te odio.
-Jajaja. Me odias?
-S…sssiiiiii
-Y amas a tu hijo? A tu familia?
-Siiiiiiiii
-Entonces porque estas todavía aquí?
-Ah, ah, ah, ah, ah
-Tu me odias y a ellos los amas pero entonces porque mierda estas aquí?
-No…Ah, ah, ah, ah…no se!
-Si, lo sabes.
La mente de Teresa comienza a nublarse de nuevo mientras el sonido del celular parecía volverse más bajo cada segundo.
-Dime puta, que tendrías que hacer ahora?
-Yo…debo…recoger a mi hijo, mi Jonás.
-Si, eso es lo que debes hacer pero…es lo que quieres hacer?
-…Ah, ah, ah, ah, ah
-Responde puta!
-NOOOO!
-Que cosa no?
-No, no, no. No quiero, ah, ah, ah, ah, ah
-Que cosa no quieres?
-Mmmm…No quiero recoger a mi hijo.
-Jajaja, y que cosa quieres?
-Quiero…quiero…
-Dímelo ahora o me levanto y me voy.
-Quiero…Ah, ah, ah, ah, ah…QUIERO TU VERGAAAA!!!
Dicho eso Teresa explotó en un magnífico orgasmo que la hizo temblar todo su cuerpo, asta su alma.
Terminado el orgasmo el bully le levantó la cabeza tirándole el pelo y la besó en esa misma posición. Ella no entendía nada en ese momento pero lo mismo recambió ese beso. Su cabeza después, calló sobre la almohada donde la última cosa que logró ver fueron las plumas que eran primero lo que llenaban la almohada de su esposo.
“Si, así me siento” fue el último pensamiento de Teresa primero de cerrar los ojos.
TRIIIIIIIN.
Era el timbre de la casa que sonaba que levantó a la bella durmiente. Esta todavía en su cuarto, sobre su cama, desnuda, con el trasero al aire. Tardó un segundo en darse cuenta de lo que pasaba.
-NO, NO, NO, NO!
Repetía Teresa desesperada, se había dormido, se había olvidado de … de todo porque … La vergüenza, el miedo y la culpa eran tan fuertes que la madre de Pedro no osaba terminar sus pensamientos. Lo que sabía era que tenía que ser rápida, más rápida de lo que siempre fue.
Prueba a pararse pero justo en ese momento las consecuencias se hacen vivas. Teresa estaba destruida; físicamente y mentalmente. El dolor de su trasero le hacía difícil moverse y para empeorar las cosas escuchó el ruido de la ducha en su baño. El bully todavía estaba ahí.
Dio una rápida mirada a su celular:
6 llamadas perdidas
3 mensajes
Eso empeoró su ansia de ese momento. No sabía cómo podía salvarse de esa.
Sus piernas eran débiles, temblaban como si caminara por primera vez, su trasero ardía y tenía que esforzarse mucho para lograr agarrar su bata y ponérsela.
Empujó la puerta del baño que no estaba cerrada para ver la figura de Marcelo que tranquilo se hacía la ducha.
-Dios mío, que estas haciendo? Están tocando a la puerta!
El la mira y sigue duchándose.
-Tienes que irte…te lo ruego.
-Relájate linda. Apenas termino me voy.
-Pero…Apúrate ok?
Teresa se va lanzándole un ultimo vistazo al miembro de Marcelo.
Bajar las escaleras recogiendo las pruebas que la incriminaban fue difícil pero lo hizo lo más rápido posible. Teresa estaba delante de la puerta y aprovechó un rato para ajustar su apariencia como si pudiera hacer alguna diferencia.
Su mano temblaba agarrando la manilla y su cabeza pensaba a algo que decir para salvarse.
Continúa…
Marcelo seguía taladrando el orto de la mujer que tenía dificultad en hablar.
-Noo…Mmmm…Debo…Aajj…
-Tu debes?
-Yo debo…debo…
-Tu debes que cosa perra?
Marcelo aumenta la fuerza de sus golpes.
-Ah, ah, ah, Dios mío, ah, ah
-Tu debes que cosa?
-Mi hijo…mi Jonás…debo…Aaaajj…Debo…
-Jajaja, debes que cosa puta? No te entiendo.
-DEBO RECOJER A MI HIJO!... A JONAS…Él…Él me está esperando…Mmmm
Teresa apenas logra a articular palabras y apenas puede terminar una frase con sentido, el placer es demasiado pero todavía trataba de luchar contra su lujuria para cumplir su deber de madre.
-Por favor….Ah, ah, ah, déjame, déjame…
-Puedes irte cuando tu quieras linda.
El bully le estaba dando la elección a ella pero seguía penetrándole el culo sin piedad. Teresa podía tratar de moverse o de hacer un cualquier gesto para pararlo pero no lo hacía. Repetía y repetía que tenía que parar, que tenía que hacer su deber y recoger a su amado hijo pero no lo hacía.
BRRRR
Otra vez el celular suena pero ella sigue recibiendo las embestidas de Marcelo.
-Te…Aaaj, ah, ah…Te odio.
-Jajaja. Me odias?
-S…sssiiiiii
-Y amas a tu hijo? A tu familia?
-Siiiiiiiii
-Entonces porque estas todavía aquí?
-Ah, ah, ah, ah, ah
-Tu me odias y a ellos los amas pero entonces porque mierda estas aquí?
-No…Ah, ah, ah, ah…no se!
-Si, lo sabes.
La mente de Teresa comienza a nublarse de nuevo mientras el sonido del celular parecía volverse más bajo cada segundo.
-Dime puta, que tendrías que hacer ahora?
-Yo…debo…recoger a mi hijo, mi Jonás.
-Si, eso es lo que debes hacer pero…es lo que quieres hacer?
-…Ah, ah, ah, ah, ah
-Responde puta!
-NOOOO!
-Que cosa no?
-No, no, no. No quiero, ah, ah, ah, ah, ah
-Que cosa no quieres?
-Mmmm…No quiero recoger a mi hijo.
-Jajaja, y que cosa quieres?
-Quiero…quiero…
-Dímelo ahora o me levanto y me voy.
-Quiero…Ah, ah, ah, ah, ah…QUIERO TU VERGAAAA!!!
Dicho eso Teresa explotó en un magnífico orgasmo que la hizo temblar todo su cuerpo, asta su alma.
Terminado el orgasmo el bully le levantó la cabeza tirándole el pelo y la besó en esa misma posición. Ella no entendía nada en ese momento pero lo mismo recambió ese beso. Su cabeza después, calló sobre la almohada donde la última cosa que logró ver fueron las plumas que eran primero lo que llenaban la almohada de su esposo.
“Si, así me siento” fue el último pensamiento de Teresa primero de cerrar los ojos.
TRIIIIIIIN.
Era el timbre de la casa que sonaba que levantó a la bella durmiente. Esta todavía en su cuarto, sobre su cama, desnuda, con el trasero al aire. Tardó un segundo en darse cuenta de lo que pasaba.
-NO, NO, NO, NO!
Repetía Teresa desesperada, se había dormido, se había olvidado de … de todo porque … La vergüenza, el miedo y la culpa eran tan fuertes que la madre de Pedro no osaba terminar sus pensamientos. Lo que sabía era que tenía que ser rápida, más rápida de lo que siempre fue.
Prueba a pararse pero justo en ese momento las consecuencias se hacen vivas. Teresa estaba destruida; físicamente y mentalmente. El dolor de su trasero le hacía difícil moverse y para empeorar las cosas escuchó el ruido de la ducha en su baño. El bully todavía estaba ahí.
Dio una rápida mirada a su celular:
6 llamadas perdidas
3 mensajes
Eso empeoró su ansia de ese momento. No sabía cómo podía salvarse de esa.
Sus piernas eran débiles, temblaban como si caminara por primera vez, su trasero ardía y tenía que esforzarse mucho para lograr agarrar su bata y ponérsela.
Empujó la puerta del baño que no estaba cerrada para ver la figura de Marcelo que tranquilo se hacía la ducha.
-Dios mío, que estas haciendo? Están tocando a la puerta!
El la mira y sigue duchándose.
-Tienes que irte…te lo ruego.
-Relájate linda. Apenas termino me voy.
-Pero…Apúrate ok?
Teresa se va lanzándole un ultimo vistazo al miembro de Marcelo.
Bajar las escaleras recogiendo las pruebas que la incriminaban fue difícil pero lo hizo lo más rápido posible. Teresa estaba delante de la puerta y aprovechó un rato para ajustar su apariencia como si pudiera hacer alguna diferencia.
Su mano temblaba agarrando la manilla y su cabeza pensaba a algo que decir para salvarse.
Continúa…
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