Esa noche después de cenar y tomar algún trago volvió a su habitación, se sacó la ropa para acostarse, busco su vibrador qué había llevado sabiendo lo caliente que la pone el sol y la playa. Las imágenes de Chocolate no tardaron en llegar a su mente, comenzó a masturbarse dando lugar a las primeras ideas y pensamientos de ser penetrada por este morocho dominicano.
Ya al cuarto o quinto día las miradas y sonrisas intercambiadas entre ella y este empleado para animación del hotel eran muy evidentes. El en algunas ocasiones se había acercado a ella sin importarle qué su padre esté presente algo que a mi suegro no le había gustado mucho. Lo que no sabía era que su hija, ya un poco aburrida, deseaba algo más de acción.
Así fue que una tarde más de playa entre charla y charla, actividades recreativas y buenos momentos, en uno de tantos lances de este personaje, mi esposa le dijo que trataría de ir a su habitación en el momento de la cena mientras sus padres comían y que siempre después tomaban algún trago en el bar y veían algún show preparado por el hotel.
Llegada la noche ya terminando la cena ella se levantó y les dijo que se iría a dormir qué estaba muy cansada y que aprovecharía para hacer una video llamada con una de sus mejores amigas. Se levantó y camino a la habitación ahí estaba él, sentado en un banco del jardín... Sin decirse nada se miraron y se entendió todo... Ella estaba sola y caminando hacia la habitación, el la siguió... Apenas cruzaron la puerta el la tomó de la cintura y comenzó a besarla, ella la le dijo que no tenían mucho tiempo por que no sabía cuanto tiempo iban a demorar sus padres en regresar. Esa noche me contó que tenía una minifalda de Jean blanca con una musculosa sin corpiño y una tanguita blanca muy pequeña. El tenía una remera negra y un pantalón de lino blanco que no oculto para nada ese pene ya erecto por la situación.
Siguieron besándose mientras el comenzó a tocar sus enormes pechos mientras le levantaba la remera y se llevaba a la boca sus pezones erectos. Ella comenzó a tocarlo, no podía creer que tenia en su mano esa pija hermosa y lo que si me aclaró que si bien era muy grande no era monstruosa como aparecen en las películas. El siguió y levantó la mini tocandole la cola, ella lo masturbaba hasta que se arrodilló, le bajó el pantalón y comenzó a besar y chupar por primera vez esa pija negra, quería sentirla adentro de su boca y de su vagina. El la levantó la dio vuelta, la puso de espaldas y comenzó a tocarle la concha qué para ese momento estaba toda mojada por arriba y por abajo de la tanguita, élla le dijo ponete un forro y cogeme qué no se cuanto tiempo nos queda... Ella se acostó en la cama se sacó la tanguita, el se puso el forro, le levantó la mini y comenzó a penetrarla, al fin podía sentir esa pija adentro mientras se besaban como tanto habían deseado. Pudieron acabar los dos. Se despidieron con un beso, el se fue... Ella se acomodo la ropa dejo la bombachita por que estaba muy mojada y así volvió al bar del hotel, sin nada abajo de la mini. Sus padres todavía seguían allí. Pidió un trago y fue el final de esa noche increíble adonde se sacó las ganas de toda la semana.
Ya al cuarto o quinto día las miradas y sonrisas intercambiadas entre ella y este empleado para animación del hotel eran muy evidentes. El en algunas ocasiones se había acercado a ella sin importarle qué su padre esté presente algo que a mi suegro no le había gustado mucho. Lo que no sabía era que su hija, ya un poco aburrida, deseaba algo más de acción.
Así fue que una tarde más de playa entre charla y charla, actividades recreativas y buenos momentos, en uno de tantos lances de este personaje, mi esposa le dijo que trataría de ir a su habitación en el momento de la cena mientras sus padres comían y que siempre después tomaban algún trago en el bar y veían algún show preparado por el hotel.
Llegada la noche ya terminando la cena ella se levantó y les dijo que se iría a dormir qué estaba muy cansada y que aprovecharía para hacer una video llamada con una de sus mejores amigas. Se levantó y camino a la habitación ahí estaba él, sentado en un banco del jardín... Sin decirse nada se miraron y se entendió todo... Ella estaba sola y caminando hacia la habitación, el la siguió... Apenas cruzaron la puerta el la tomó de la cintura y comenzó a besarla, ella la le dijo que no tenían mucho tiempo por que no sabía cuanto tiempo iban a demorar sus padres en regresar. Esa noche me contó que tenía una minifalda de Jean blanca con una musculosa sin corpiño y una tanguita blanca muy pequeña. El tenía una remera negra y un pantalón de lino blanco que no oculto para nada ese pene ya erecto por la situación.
Siguieron besándose mientras el comenzó a tocar sus enormes pechos mientras le levantaba la remera y se llevaba a la boca sus pezones erectos. Ella comenzó a tocarlo, no podía creer que tenia en su mano esa pija hermosa y lo que si me aclaró que si bien era muy grande no era monstruosa como aparecen en las películas. El siguió y levantó la mini tocandole la cola, ella lo masturbaba hasta que se arrodilló, le bajó el pantalón y comenzó a besar y chupar por primera vez esa pija negra, quería sentirla adentro de su boca y de su vagina. El la levantó la dio vuelta, la puso de espaldas y comenzó a tocarle la concha qué para ese momento estaba toda mojada por arriba y por abajo de la tanguita, élla le dijo ponete un forro y cogeme qué no se cuanto tiempo nos queda... Ella se acostó en la cama se sacó la tanguita, el se puso el forro, le levantó la mini y comenzó a penetrarla, al fin podía sentir esa pija adentro mientras se besaban como tanto habían deseado. Pudieron acabar los dos. Se despidieron con un beso, el se fue... Ella se acomodo la ropa dejo la bombachita por que estaba muy mojada y así volvió al bar del hotel, sin nada abajo de la mini. Sus padres todavía seguían allí. Pidió un trago y fue el final de esa noche increíble adonde se sacó las ganas de toda la semana.
1 comentarios - Recuerdo de mi esposa con chocolate parte 2