Era de noche, mi novio dormía y yo estaba sentada en la mesa del living hablando por Telegram con un tipo que veníamos hablando hacía rato. Le gustaba que le dijera “El Director” y le seguía la corriente. Eran pasada la medianoche, cuando en medio del juego, el Director me dice “cálzate con las botas bucaneras de vinilo y plataforma, esa pollerita cuadrillé que apenas te tapa el culo, una camisa y dos colitas, y labios pintados, rápido, tenes 5 minutos”. Pensé que me iba a hacer sacar fotos, a lo sumo, una video llamada. Cumplí en 7 minutos todo lo pactado, y empecé a enviarle fotos. No recibía respuesta. “Quien te pidió que me mandaras fotos?” me escribió, y le respondí “nadie Señor Director” y de pronto me dijo algo que me descolocó. “Como castigo, te vas a ir a dormir con la leche en el culo, pásame tu dirección y en 30 minutos estoy”. No sabía cómo responder, si desaparecer, si acceder. “Pásame dirección, cuanto más tardes peor va a ser”, volvió a escribir. Sabía que tenía que responder. No lo pensé. “Agustín García 345” le respondí “Señor Director” el siguiente mensaje. Estaba empapada, nerviosa. Me tome un par de vasos de Jack Daniels para relajar. Sentí que me pasé un poco de la medida, cuando me llega el mensaje. “bajá, estoy en la puerta”. No respondí y sigilosamente salí de mi casa. Había visto pocas fotos, era un riesgo, pero la calentura, la borrachera y la adrenalina llevaban los hilos de mi cuerpo. Entro al auto y veo a un señor pelado, barbudo, de unos 60 años bien llevados, con su pija bien parada, gruesa y venosa. Ni una presentación. Me senté, lo miré a los ojos y me pegó una cachetada. Sin decirme nada, me agarro de la nuca y me llevó a su miembro erecto. “Chúpala y no dejes de chuparla hasta que te diga puta. Vamos a ir a dar una vuelta”. Se la chupe de diferentes formas, metiéndome ese miembro hasta el fondo de mi garganta, le pase la lengua como si fuera un cucurucho, le pasaba la lengua por la cabecita. No se cuánto habremos estado dando vueltas. “La mirada siempre al piso, entendiste puta” “si Señor Director” le respondo. Sale el primero, abre la puerta del acompañante y me saca de los pelos. Me pone contra el capot del auto con las tetas apoyadas a él y el culo mirándolo fijamente. “Que blanca que sos puta, vamos a darle un poco de color” y antes de que pudiera decir una palabra, ya estaba sintiendo la hebilla de su cinturón. Luego otro. Luego su mano en una nalga. Cada vez que solía emitir algún sonido, el golpe venía más fuerte. Por mi lado, estaba empapada y no podía disimularlo, básicamente estaba chorreando. Me vuelve a agarrar de los pelos y me apoya su pija en los labios sin meterla. Se la mojo toda con mi flujo. Me aprieta el cuello, me deja sin respiración, y me suelta, y repite su accionar un buen tiempo sin dejar de mirarme fijamente a los ojos. Bruscamente me vuelve a inclinar hacia el auto y mojándome un poco el culo, me embiste por el culo. “Por favor Señor Director, más, más fuerte” no podía creer haber dicho eso. Ahí es cuando el Señor Director saca su pija de mi culo, me agarra del cuello, me da vuelta me pega una tremenda cachetada y me hace arrodillar. Me mete su enorme pija en la boca y me dice “que sea la última vez lo que me decís que tengo que hacer entendiste, pedazo de mierda, puta inservible” me tira para atrás para que pueda responder y le digo “si Señor Director” y me escupe la boca. “subite al auto y saca el culo por la ventanilla” me ordena. Obedezco, y él se sube del lado del conductor. Vuelve a sacar su pija, arranca el auto, y empezamos a dar una vuelta por el parque y por la avenida mostrando mi culo totalmente abierto. Cuando parábamos en algún semáforo, algún transeúnte se animaba a tocarme el culo, o a meterme algún dedo también. En el camino me lleva a casa mientras mi boca no dejaba de lamer su pija. Me deja en la puerta de casa, sale del auto, me abre la puerta, y me agarra de los pelos y me lleva a un árbol. “a ver si esta vez sale bien puta, apoya la frente contra el árbol y abrite el orto” sin decir una palabra, obedezco y siento una embestida atroz. Quería gritar, pero me contuve. Me cogía con una furia como si quisiera destrabar un cajón de un mobiliario roto. En eso siento su leche bien caliente dentro de mi culo. Saca su pija me agarra del mentón, y mirándome a los ojos, pero sin decirme nada, me arrodillo y le limpio la pija, mientras sentía que mi cola chorreaba. En eso, retrocede un par de pasos y me dice “abrí bien la boca, que acá tengo tu premio” Y procede a mearme la boca como si fuera una fuente. Cuando termina de mearme la cara y la boca, se acerca, yo todavía arrodillada, me escupe y me dice “Anda a bañarte sucia, das asco, que tu novio no se entere nada. Te voy a volver a escribir, prepárate que esto fue solo la introducción”. Y me vuelve a escupir y se sube al auto. Toda sucia, meada, escupida y acabada, entro a casa con las piernas temblando, sin saber si querer bañarme, masturbarme, sacarme fotos, estaba extasiada, en un estado que pocas veces había estado. Quería seguir jugando, y no me anime a desafiarlo, aún sin que el Señor Director estuviera presente. Me bañé, sin sacarme la leche del culo, y me acosté al lado de mi novio, que seguía roncando, soñando que su novia le era fiel.
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