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Navidad 23/24: Cuernos para el padre en la noche de reyes

Mi amigo Omar tenía que trabajar la noche de reyes y cuando volviera a casa al día siguiente su hija ya se habría despertado y abierto los regalos, por lo que se iba a perder esa carita de ilusión que pondría. Le propuse disfrazarme, un año más, de rey mago e ir a su casa a darle una sorpresa a su hija, después de la cabalgata de reyes y antes de que se fuera a trabajar.
Fui a su casa y allí estaba el, con su hija y su infiel esposa, Marta. Esta llevaba una camiseta fina, de manga larga, blanco palo, con rayitas en relieve, transparente, por donde se veía una camiseta negra de tirantes finos, una falda larga negra de tubo, sin ser ajustada pero que marcaba su culazo y unas medias transparentes oscuras.
Cuando la niña me vio, puso una gran cara de felicidad. Fuimos al sofá y se sentó en mis piernas, donde estuvimos un pequeño rato charlando. Le acabe preguntando si había sido buena y cuando me contesto que sí, la di un regalo. Se puso más contenta aun y lo abrió corriendo. Se bajo y se fue a su habitación a jugar con el juguete.
Omar y Marta me dijeron que me tomara algo, pues aún le quedaba un rato a Omar para irse a trabajar. Tomé un par de cervezas con ellos y cuando Omar se fue a la habitación a acostar a la niña, aprovechamos Marta y yo para darnos un beso, que teníamos muchas ganas y puse mi mano en su pierna. Cuando Omar regreso, la niña ya estaba dormida y él se iba a trabajar, por lo que me fui con él.
Nos despedimos en el ascensor, yo me baje antes, pues él iba al garaje y yo tenía mi coche en la calle. Pero mi intención no era irme tan pronto, por lo que me acerque a una zona donde podía ver la salida del garaje, sin ser visto. Cuando vi a Omar salir y alejarse con el coche, volví a dirigirme al portal. Por suerte, la puerta estaba abierta y pude subir hasta la casa.
Llame a la puerta con cuidado para no despertar a la niña y cuando Marta abrió y me vio, me pregunto si se me había olvidado algo. Le dije que se me había olvidado darla su regalo y pase. Esta se rio y cuando cerré la puerta, la cogí de la cintura y la di un buen beso. Fuimos hacia el salón, con mi mano acariciando su culazo. Nos sentamos en el sofá y seguimos besándonos. Le dije que su regalo estaba debajo del disfraz y que si lo quería que metiera la mano para cogerlo. Marta me miro riéndose y metió su mano, despacito, palpando mis piernas, hasta que llego a mi polla y la toco perfectamente, pues no llevaba nada debajo del disfraz. Agarro mi polla y comenzó a masturbarme. Me dijo que le gustaba mucho su regalo y nos empezamos a besar.
Con mi polla dura, me subí el disfraz, dejando mi polla al descubierto. Marta se puso a gatas en el sofá y comenzó a hacerme un mamadón con su enorme boca. Acariciaba su pelo con una mano y con la otra su culazo. Marta iba cambiando las velocidades de la mamada, poniéndome bien caliente.
Marta se levantó y me dijo de ir a su habitación, donde estaríamos más seguros, ante un posible despertar de su hija. Durante el camino, fuimos besándonos y acaricié su culazo. Cerramos la puerta de la habitación y la puse la espalda contra ella, volviéndonos a besar. Mis manos acariciaban su culazo y sus pechitos. Marta se arrodillo y se metió debajo de mi túnica y volvió a comerme la polla, mientras acariciaba mi culo. Me quite el disfraz, quedándome solo con la barba y la corona. Agarré la cabeza de Marta y la apreté, para meterla hasta el fondo mi polla.
La levante y nos volvimos a besar. Cogí su camiseta blanca y se la quite, dejándola solo con la negra de tirantes. Al ser ajustada y como no llevaba sujetador, se marcaban en ella sus pezones, los cuales acaricié y mordí. Cogí los tirantes y se los bajé, tirando de la camiseta hasta la cintura, dejando sus pechitos al descubierto y comiéndoselos. Mientras lo hacía, desabroche su falda, dejándola caer al suelo. Marta se quedó con un tanguita negro y las medias hasta los muslos. Seguí comiendo sus pechitos y besándola, mientras acariciaba su culazo y su coño. Metí mi mano por su tanga y la empecé a masturbar. Marta agarro mi polla y también me masturbaba.
Llevé a Marta a la cama y la senté en el borde. Esta volvió a comerme la polla y le di un condón para que me lo pusiera con su deliciosa boca. Cuando lo hizo me agache, la bese y la empuje, tumbándola. Me puse de rodillas en el borde de la cama, entre sus piernas. Metí mi polla en su coño, tras apartar su tanga, y comenzamos a follar. Marta me rodeo la cintura con sus piernas y yo las acariciaba. Follamos suave y apasionadamente, abrazándonos y besándonos fuerte. Marta echo su cuerpo hacia atrás, estirándolo bien. Acaricie sus pechitos y ella se movía con círculos más marcados aún. Marta comenzó a soltar pequeños gemidos, por lo que agarro mi mano y la llevo a su boca y se la tapara, para no despertar a su hija.
La coloqué a gatas en el borde y me puse de pie en el suelo. Aparte su tanga y comencé a follarla el culo. Lo hice suave y bien a fondo, dejándola dentro unos segundos y moviéndola en círculos. Mis manos acariciaban sus glúteos y los azotaba. Poco a poco fui subiendo la fuerza de las penetraciones. Volví a meter mi polla en su coño y lo follé a una buena velocidad, con mis manos aun acariciando y azotando sus glúteos.
Cuando Marta se corrió se sentó en el borde la cama. Me arrodille y me baje la barba del disfraz, para poder comerla rico el coño, saboreando sus flujos. Me levante y la tumbe, Levante sus piernas y puse una de mis rodillas en el borde de la cama. Metí mi polla nuevamente en su coño, volviendo a follar. Yo acariciaba sus piernas, con el suave tacto de las medias.
Cuando iba a correrme me puse recto y Marta se sentó. Me quito el condón y volvió a hacerme una buena mamada, mientras acariciaba su pelo. A punto de explotar, saqué la polla y comencé a masturbarme, apuntando a su bocaza abierta. Le dije que se preparara que ya estaba a punto de llegar lo más rico de su regalo. Cuando salió mi chorro de semen, entro la gran parte en su boca, pero algo fue a parar a su bonita cara. Volvió a comerme la polla, dejándomela bien seca.

Marta se fue al baño a limpiarse y al volver yo estaba sentado en el borde de la cama nuevamente. Se acerco para sentarse sobre mii, pero venia tan sexy solo con el tanga y las medias, con su culazo tan delicioso, que la pare a mi lado y se lo volví a acariciar, junto al coño, sobre el tanga. La di un buen mordisco en el culo y entonces la deje sentarse en mí, de frente. Nos dimos un buen beso y la pregunte si le había gustado el regalo que le habían traído los reyes. Marta se rio y me dijo que era de los mejores que podía tener, antes de volver a besarnos. Se echo sobre mí, y acabo tirándome sobre la cama, acabando tumbados sobre la cama besándonos, con mis manos en su culazo.
Marta se giro y su coño quedo en mi cara. Ella comenzó a comerme la polla nuevamente y yo aparte su tanga y la comí el coño. Hicimos un rico 69, durante un buen rato, en el cual no pude parar de agarrar fuerte y azotar su culazo. Marta se levantó a por un condón y, cuando me lo puso, se sentó sobre mí y comenzó a cabalgar, con mi polla dentro de su húmedo coño. Me miraba, me sonreía y me decía que le encantaba recibir regalos así. Yo acariciaba sus muslos y a veces sus pechitos. Se inclino sobre mi y seguimos follando, besándonos. Ahora pude comer y lamer sus pechitos.
Nos giramos, quedando ahora Marta tumbada debajo de mí, sin parar de follar. Mis manos agarraban fuerte sus muslazos y nos besábamos apasionadamente. Marta me rodeo con sus piernas y comencé a follarla mas fuerte. La di la vuelta, tumbándola boca abajo. Me coloque sobre ella, metiendo mi polla en su culo, follándoselo a fondo. Nos besábamos y agarraba fuerte sus manos. Cuando comenzó a soltar algún grito de dolor, puso su cara contra el colchón para evitar que se oyeran y yo la apretaba la cabeza ahogándola un poco.
Me tumbé en la cama, lateralmente y puse Marta tumbada, frente a mí, lateralmente, dándome la espalda. Levante una de sus piernas y la volví a follar el coño. Nos besábamos y acaricia sus pechitos y el muslo elevado. No saque mi polla del coño, hasta que se corrió y entonces la metí en su culo. Se lo follé, sin descanso, hasta que fui yo el que se corrió.
Marta se coloco a gatas, me quito el condón y me comió la polla limpiándomela maravillosamente, mientras yo acariciaba su culazo y su coño.

Tras unos besos y caricias, me volví a poner el disfraz y me fui de casa de Marta, que se quedo muy feliz, tras recibir su regalo.

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